ID de la obra: 1191

Cuento de magia y besos | SuoSaku

Slash
R
Finalizada
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
3 páginas, 884 palabras, 1 capítulo
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo único

Ajustes de texto
Aquel mago que hace un tiempo había odiado por ser demasiado escurridizo e imposible de atrapar, ahora yacía junto a él en la misma cama. Ambos se profesaban amor de la manera más íntima y real que podían. ¿Pero cómo había llegado a esto? Sakura Haruka solo podía bendecir el momento en que decidió traicionar a los cazadores. Aunque, claro, pasaron cosas antes, como tener que superar su odio infundado hacia los magos y la magia en general. … Los humanos temen todo lo que conocen y Sakura pecó de ello. O bueno: fue la educación que le impartieron. Que los magos son seres peligrosos. Que son una amenaza considerable y que deben ser exterminados. Una barbaridad, ahora que lo pensaba, aunque tal vez siempre lo pensó. Siejmpre tuvo que, sobre esforzarse para alcanzar un gran nivel en el gremio, y no por nada era el mejor cazador de su tiempo. Su aspecto peculiar de cabello de dos colores y mirada heterocromática hacía que no lo tomaran en serio por más que alcanzara todo lo que los demás no. Se le asignó la misión de “cazar” al heredero del clan de magos. No quería, y no es que no pudiera, solo le parecía una manera de intentar mandarlo a una misión de la que no saldría con vida. Llegó al bosque que hacía de límite de territorios. Fue fácil encontrar al mago, pero no tan fácil atraparlo. Y mierda… ¿Por qué para ese chico era tan fácil sacarlo de sus casillas? Puede que fuera en el primer encuentro, que se dio cuenta de que no era un mago como esos que siempre le han descrito. No. Suo Hayato era la definición de burla. Porque la existencia misma de Suo era una burla hacia Sakura. Era el hecho innegable de que un mago no tiene por qué ser malo. Hay magos buenos y magos malos, como pasa con los humanos. — ¿De verdad quieres darme caza? Eres muy lento. — Se reía el mago levitando con un hechizo rápido. Bueno, tal vez Sakura no estaba usando sus habilidades al 100% y Suo lo notaba. Porque sabía que, si Haruka quisiera terminar su misión con éxito, ya lo habría hecho. Sakura se sentía raro ante la forma de ser de Suo. Le hacía preguntarse a sí mismo si sería capaz de acatar las órdenes. De si fuera capaz de cumplir la misión. — ¡Todo sería más fácil si no fueras así! — Se quejó Sakura una vez. El mago lo observó en silencio. Y Sakura se dedicó a observarlo como si fuera lo más importante del mundo, mientras que el sonido de los pendientes del mago moviéndose por la brisa era lo único que rompía el silencio. Sakura tragó saliva con pesadez. Sentía un nudo en el estómago y esas mariposas traviesas revolotear en su interior. La respuesta fue clara para el joven cazador en cuanto se vio reflejado en el único ojo visible de Hayato: nunca completaría la misión. Tal vez fue su sonrisa y sus chistes a costa suya. O quizá esa manera de huir y reaparecer en momentos inoportunos. Momentos que Sakura comenzaba a guardar dentro de su corazón, con tanta fuerza como si se pudieran escapar sus nuevos recuerdos. Suo hacia algunos hechizos para que Sakura sonriera con asombro, porque a Suo le encantaba ver a Sakura siendo tan solo un joven normal fascinado por su magia. Eran tan jóvenes en ese momento que no veían el peligro en cada uno de sus actos, en su cercanía y en los sentimientos que iban surgiendo. El comité de seguridad de los cazadores se reunió. Sakura fue excluido de esta reunión, pues era objeto por discutir la lealtad de este. Y se llegó a la conclusión de que debían deshacerse de ambos: del cazador y el mago. Sin embargo, nunca contaron con que los magos atacaran primero. Porque Suo iba siempre tres pasos por delante y se esperaba aquello. Y habría que ser un tonto para pensar que el mago no protegería a su lo-que-fuera-que-fuese-Sakura. Y para no hacerte larga la historia: el bando de los magos fue el ganador. Lejos de lo que Sakura esperaba, se sintió feliz. Porque aquel nunca fue su hogar. Los cazadores no fueron su familia y nada de lo que lo atara a ellos era bueno. Suo Hayato era la familia de Sakura Haruka. Y lo sabía sin necesidad de ir al oráculo de los magos. … Suo miraba a Sakura sonreír mirando a un punto fijo del techo. Ya habían pasado cinco años desde que estaban juntos y a Suo se le hacía muy fácil leer las expresiones de su esposo. Y sabía que, por esa sonrisa, estaba recordando su historia de amor. Y puede que Suo naciera con el don de la magia, pero no conoció su verdadero significado hasta que conoció al excazador. — ¿Qué hacer? — Preguntó entre risas Sakura mientras Suo dejaba besos por sus mejillas. — ¿Pues qué crees? Comerte a besos. — Sonrió Suo dejando un beso sobre los labios del contrario. — Pues me haces cosquillas, para. — Pidió Sakura mientras sentía que enrojecía. — Nunca. — Sentenció Suo. Y Sakura no pudo hacer otra cosa que rendirse porque al lado de su marido todo era más fácil. Aceptar las emociones, admitir sus errores, confrontar las adversidades, todo era más fácil con Suo.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)