***
¿POR QUÉ?
Esa es mi duda Padre, ¿Por qué?… una pregunta que no he dejado de hacerme, una interrogante a la que nunca has dado respuesta y que me hace recordarte con tristeza. Tristeza, ese sentimiento que pareciera ser propiedad de los humanos. Están equivocados. Todos somos capaces de albergarla, todos podemos sentir el dolor de su presencia y todos podemos llorar sus consecuencias. Yo tengo derecho a sentir tristeza al recordar tu traición. Traición es la mejor palabra para describir lo que nos hiciste. Y de nuevo me pregunto, ¿Por qué no te detuviste? ¿Por qué nos heriste de esa manera? ¿Por qué traicionaste el amor de mi Madre? ¿Por qué me hiciste a un lado? ¿Por qué abandonaste a tu familia por esa mujer? ¿Qué sólo los humanos son capaces de sufrir?… quisiera que eso fuera cierto. Quisiera que sólo ellos pudieran sentir la ira y el desconsuelo. Es una gran mentira y mi corazón lo confirma con dolor y desdicha. Me duele saber que cambiaste el afecto de mi Madre por esa mujer. Me duele pensar que menospreciaste el respeto y cariño de tu primogénito. Me duele que engendraras otro descendiente, indigno de tu apellido. Me duele que con él quisieras ser mejor Padre que conmigo. Dime si fui un mal hijo, dime si no fue suficiente para ti lo que logré desde niño. Muéstrame el error que cometí para que me negaras tu abrazo y justifica la razón de tu rechazo. Dime si mi Madre se equivocó en algo, dime si ella no fue suficiente para ti. Explícame tu preferencia por los humanos, ¿Por qué siempre te agradaron?, hasta el grado de engendrar un hijo bastardo. Hoy, siendo adulto, todavía me pregunto… ¿Por qué? Tú te marchaste cuando yo era mayor de edad, no sufrí el dolor de un niño, no pasé por la confusión de un adolescente, nos abandonaste cuando yo ya debía encargarme del Oeste. Y aunque el tiempo sigue andando, las secretas lágrimas de mi Madre, me siguen dañando. Aunque los años han pasado, yo no he podido olvidarlo. Aunque la vida no se detiene, tus mentiras aún me hieren. A pesar de todo, trato de controlar mi rencor hacia ti. A pesar de todo, intento perdonarte. A pesar de todo, no quiero olvidar lo bueno de ti. A pesar de todo, trato de recordar un momento feliz. A pesar de todo, no dejo de amarte. A pesar de todo, siempre serás mi Padre. A pesar de todo, nunca contestarás a esta interrogante.***
Suena triste, mi humor no anda alegre. Gracias por leer.