Capítulo 1
16 de octubre de 2025, 13:23
Notas:
Antes de empezar quiero aclarar que nunca he jugado lol como tal, ni siquiera sabía que estos personajes existían, pero este trabajo sue hecho como parte de mi intercambio con mi amigo así que di lo mejor de mi para hacer un buen fic de estos dos, espero lo disfruten 💛
Mordekaiser miraba al pequeño ser frente a él, inconsciente y desnudo sobre el frio suelo del calabozo. Estaba en posición fetal, abrazando sus piernas fuertemente aún cuando dormía, se veía muy pequeño estando así, incluso para un yordle. Aunque en realidad cualquiera se veía pequeño al del guerrero.
Se arrodillo junto a él y con un movimiento suave, más de lo que se podía esperar de un ser de coraza metálica podría realizar, levanto el pelaje negro de su cuello dejando expuesta la cadena qué lo mantenía preso. La carne bajo el metal estaba enrojecida, abierta y manchada, mostrando los primeros indicios de una infección.
—Tendré que trabajar en eso la próxima vez —pensó en voz alta.
El pequeño ser felino se estremeció entre sueños por su toque. Como si reconociera el toque de su captor.
Después de tantos años de experimentar era difícil no estar familiarizado con la sensación fría del metal vivo de su cuerpo.
Y eso a Mordekaiser le gustaba. Amaba sacar reacciones de él, ver su pequeño cuerpo responder ante él. Le hacía sentir en control, más poderoso de lo que ya era.
Tomó a Veigar entre sus manos y lo alzó tanto como la cadena lo permitió. Acarició su mejilla, la sensación de su pelaje era agradable, casi podía admitir qué le gustaba. Casi.
Acercó su rostro al suyo, manteniendo su hocico medio abierto. Una lengua verdosa salio de donde debería estar en su boca y se introdujo en la del pequeño mago. No fue lento ni amable, movía su lengua como una serpiente, sintiendo el leve filo de los colmillos y jugueteando con su lengua.
El yordle soltó un quejido en respuesta, aún con los ojos cerrados, el sedante qué le había administrado luego de la nueva ronda de experimentos estaba haciendo un excelente trabajo.
Podía sostener su cuerpo con una sola mano y con la otra acariciar libremente u sin cuidado su piel. Frotó sus pequeños pezones ocultos por su pelaje y frotó los labios de su coño, bastó unas cuantas caricias para sentir sus dedos ya húmedos.
Era tan fácil que le encantaba.
Tan distraído estaba en su juego qué no notó cuando aquellos ojos dorados se comenzaron a abrir con pesadez. La vista de Veigar era borrosa y su cuerpo aún estaba adormilado. Pero reconoció la figura que lo atormentaba con facilidad, Mordekaiser, demasiado cerca, el fuego de sus ojos fijos en él.
Y lo entendió al instante, había vuelto a preparar todo para jugar con él.
Intentó mover sus manos pero estas no respondían, quiso intentar decir algo pero las palabras no salían de su pecho. Estaba indefenso ante él, y eso le causó tanto miedo que su vejiga se vacío involuntariamente, orinándose sobre las manos de Mordekaiser.
El guerrero al sentir el liquido caliente sobre el se vio inundado por la rabia.
—¡Miserable felino patético! —gritó mientra azotaba al yordle contra El suelo.
Veigar se vio aturdido por el golpe contra la piedra del suelo, podía jurar qué podía sentir una nueva herida abierta sangrando al costado de su cabeza.
—Eres asqueroso —Le recriminó Mordekaiser—. Si no resistieras tan bien los experimentos ya me habría desecho de ti hace mucho tiempo.
El pequeño felino se arrastró por el suelo húmedo, llevando a rastras la cadena, intentando llegar a una esquina, cómo si así pudiera estar a salvo de él.
Su captor lo miró aún con rabia ardiendo literalmente en su mirada. Era una imagen patética, el mago se arrastraba como un vil gusano, gimoteando como un cachorro de animal, salpicando en el suelo gotas de sus lágrimas y algo más de orines.
Cualquiera hubiera sentido pena al verlo así. Sus esbirros sentirían indiferencia. Pero él no pudo disimular como esa situación lo excitaba tanto como lo asqueaba.
Caminó hacía él y lo tomó por el pellejo, Veigar ya ni siquiera intentó defenderse, solo siguió llorando mientras lo veía fijamente.
—Eres un ser tan inmundo, sin valor y miserable. Podría quebrar todos tus huesos con solo estrujarte con una mano... —el metal de su armadura chirrió cuándo lo sujetó con su mano derecha, cómo si fuera a probar su punto.
Veigar lo miró con terror mientras lo sostenía así, sintiéndose de nuevo al borde de la muerte. No importaba qué no fuera la primera vez que él lo ponía en esa situación, pero simplemente no dejaba de aterrarle la idea de morir en ese lugar, con Mordekaiser siendo lo último que vería.
Un silencio te so se formó entre ambos, antes de que una risa cínica de Mordekaiser matara la quietud del lugar.
—Pero no lo haré —afirmó con seguridad. Mientras acercaba a Veigar más hacia él—. Porque tú eres mío. Y no te dejaré ir tan fácilmente.
Veigar sintió un escalofrío recorrer su columna. Viviría, viviría un día más. Pero eso no le trajo paz, solo la certeza de que el siguiente día seria igual. Experimentos, abusos y el miedo de que el ciclo volviera a empezar.
Lloró aún más sin poder evitarlo. Viviera o muriera, daba igual, él no podía ganar con ninguna opción.
Y eso llenaba a Mordekaiser de una sádica alegría.
Notas:
Nunca creí hacer obscenidad de Lol pero así son los caminos de la vida.
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