ID de la obra: 1311

Hija del dolor

Gen
G
Finalizada
1
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4 páginas, 2.311 palabras, 1 capítulo
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Capítulo 1

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Hija del dolor

En medio de la madrugada, una solitaria joven, una Pterosaurio, con cabellos plateados, ojos de color ámbar y rímel corriendo por sus ojos después de llorar hasta altas horas de la noche, no solo por dejar de lado a aquel que consideraba era el único que la entendía, sino que estaba a punto de hacer algo que no quería, pero que sentía ya no tenía más opción, con un revolver que le robo a su padre, el jefe de policía, se dirigió desde el apartamento de su novio hasta el instituto, sabía que su hermano y la que consideraba como la perra que comenzó todo esto estaban aún compantes, ella creía que si los eliminaba todo se solucionaría, el camino era frio, no solo por el clima de ese momento, a finales de agosto, sino por el acto tan vil que ella sabía, iba a perpetrar. En ese momento, cansada aun por la hora y por lo que había hecho la noche anterior, se sentó en una banca solitaria de un parque que estaba de camino, como si fuera una plegaria silenciosa, levanto la mirada, con lágrimas corriendo por sus ojos, una simple, pero llena de lo que era lo último de su esperanza se escuchó en su interior… -Por favor, no quiero hacer esto, pero ya no puedo con este dolor, dame una razón, dame algo para no hacerlo- En eso ella escucho en las cercanías como una guitarra eléctrica sonaba, acordes en mano, las risas de niños jugando y riendo al compás de esa guitarra, no era violenta la melodía, no era pasiva, era alegre, como un rayo de sol en medio del clima frio, algo que ella no había sentido en mucho tiempo, giro su cabeza para ver ese escena sacada de cuadros y bosquejos que ella solo había visto en clases de arte y en portadas de power metal, niños jugando con un sol que estaba saliendo en el horizonte, y una Pero que no se veía de más de 20 años, con una piel tan blanca que hasta la leche parecía oscura a su comparación, alas incluso aún más grandes que la de su propia madre, un cabello tan negro como el mismo ónix, pero que brillaba con intensidad al ser tocado por los rayos de sol, una voz que junto a los acordes de aquella guitarra eléctrica daban un poco de paz al alma cansada de aquella joven, y un vestido simple, de color azul, pero que le hacían recordar vagamente a esas estampitas que tenía su amiga Anquilosaurio en su locker, y con ojos tan rojos que solo llamas de una fogata podían hacerle frente. La melodía era un coger de aquel plesiosaurio Hawaiano, que cantaba sobre lo hermosa que es la vida, que los sueños aún pueden cumplirse, que aún hay algo por que seguir, aunque todo este perdido, la joven solo prestaba atención hasta que esa ptero se detuvo por un momento y se acercó con una taza de café de un termo que traía, además de una taza de agua si necesitaba algo más refrescante, la joven tomo la taza de café y la bebió rápido, quemándose un poco la lengua, la otra ptero le alcanzó el agua para calmar el ardor que sintió en su lengua -Estas bien jovencita- Dijo la Ptero con una sonrisa en la boca -Sí, estoy bien, gracias- Dijo la joven ptero, tomando de a sobros pequeños su agua Al fondo se escucharon las risas de los niños llamando a la ptero mayor, casi como rogando que volviera a tocar esa melodía. …Señorita Gaby, por favor siga cantando… Por favor señorita Gaby… -¿Te llamas Gaby?- Dijo la joven Ptero extrañada por el nombre -Es el diminutivo de Gabrielle, ¿Y tú cómo te llamas?- Dijo Gabrielle -Fang, Fang Aarón- Dijo Fang para responderle, ya que no se sentía cómoda diciendo su nombre real En el fondo los niños seguían llamando a la señorita Gaby para que siguiera cantando, en eso Gaby le pide a Fang un favor simple, pero que en ese momento era algo, que sin saberlo, ella necesitaba. -¿Quisieras acompañarme en un dueto?- Pregunto Gaby con una sonrisa -¿Yo?, ¿Pero por qué?- Pregunto Fang -Solo creo que tienes una bonita voz, además que por tus manos, veo que eres buena con instrumentos de cuerda- Dijo Gaby viendo las manos de Fang, llenas de cayos, ella solo las oculto avergonzada Con un resoplido de cansancio, pero en agradecimiento por el café y el agua Fang asintió a Gaby y ambas se dirigieron a donde estaban los niños, todos estaban con prendas blancas, como si todos fueran de un mismo jardín de infantes, aunque Fang lo esperaban después de todo la llamaron señorita Gaby. Gaby conecto a un amplificador modificado dos guitarras, ambas con diseños simples, pero con acabados azules y rojos, Fang sintió algo de calor de esa guitarra, un calor que la clamaba un poco más, casi olvidando porque estaba en ese parque en primer lugar. -¿Lista Fang?- Pregunto Gaby sosteniendo su guitarra -Lista, pero, ¿Qué tocaremos?- Pregunto Fang -La oda a la alegría, algo que los niños aman, si quieres puedes acompañarme con la letra- Dijo Gaby Fang solo asintió, un tema muy conocido, incluso para ella fue un tema que toco en la iglesia cuando aún iba con su familia y abuelos, que ya descansaban en paz Ella comenzó a tocar, las notas inundaban el parque, que en ese momento ya no se sentía tan vacío, pajaritos revoloteaban cerca, las flores tímidas empezaban a florecer alrededor de los niños, los rayos de sol parecían rodear a Fang y Gaby, y las voces de ambas de entonaban de tal forma que parecían una sola voz con varios matices, hasta las aves empezaban a piar en el tono de las guitarras para acompañar la canción, mientras que la señorita Gaby aleteaba con calma sus alas a los niños, Fang noto un ligero aroma como de un perfume de rosas en el aire al tiempo que la señorita Gaby aleteaba Al terminar los niños se levantaron, y como si fuera de una audiencia apasionada, empezaron a aplaudir con fuerza, pidiendo más canciones, amabas continuaron con un repertorio más amplio, canciones de héroes, de esperanza, de la alegría, de hacer lo correcto, de la belleza del mundo, y en poco tiempo, los niños se quedaron satisfechos en unas colchonetas en los que ellos estaban, tomando jugo y comiendo unos panecillos, Fang y Gaby se sientan cerca de los niños en el pasto, tomando también un refrigerio, mas café, ahora con leche y otros panecillos, en eso Fang le pregunta algo a Gaby -Te quería preguntar algo, ¿Y ese fragancia que tienen tus alas, de donde es?- Pregunto Fang al notar que ese aroma provenía de las alas de Gaby -Es solo una crema perfumada que me unto en las plumas para cuidarlas y ayuda para calmar a los niños cuando interpreto alguna canción para ellos, la madre de uno de los niños me la recomendó- Dijo Gaby En eso Fang, recordó algo que estaba enterrado en su memoria, un recuerdo muy viejo, de ella como una princesa pirata, jugando con otros niños, en eso se cayó de un columpio y se raspo las rodillas, le dolían y se puso a llorar, su madre se acercó, cubriendo a la joven Fang con sus alas que extrañamente olían como ese perfume de rosas, la calmaron mientras Sam cubría sus rodillas raspadas con curitas y la besaba en la frente, Fang calmada se levantaba y seguía jugando, solo giro su cabeza para ver la sonrisa de su madre mientras veía a su pequeña traviesa disfrutar de su niñez, Fang soltó una lagrima al recordar eso, un recuerdo feliz de su pasado -¿Por qué estas llorando, Fang?- Pregunto Gaby, preocupada -Solo recordé algo hermoso- Dijo Fang con una sonrisa -Así que dime, ya que estamos más cómodas, ¿Por qué traes una pistola tu cintura oculta por tu camiseta?- Pregunto Gaby, preocupando a Fang -Ahmmm…Yo….yo….- Fang no supo que decir -Tengo una vaga idea, solo espero estar equivocada, pero ¿querías acabar con la vida de alguien antes que nos conociéramos?- Pregunto Gaby, subiendo una ceja Fang no supo más que decir, solo asintió, avergonzada, se sentía mal, no supo que responder, solo bajo su cabeza hasta sus rodillas, apunto de llorar -Sé que no es de mi incumbencia, pero, ¿a quienes pensabas matar?- Pregunto Gaby poniendo una mano en el hombro de Fang, ella levanto la cara, con lágrimas en los ojos, deshaciendo aún más su rímel, entre sollozos solo dijo… -A mi hermano y su novia, ellos me hicieron mucho daño- Dijo llorando -¿Y cómo te hicieron daño?-Pregunto Gaby, alcanzándole algo de agua para que calmara sus nervios -Ellos, no me apoyaron me dejaron sola, no me entendían- Dijo entre lágrimas Fang, sollozando -¿Y por qué crees eso?- Gaby poso su mirada en los ojos de Fang, sorprendiendo a esta ultima -Por qué no me dejaban en paz, me sofocaban, no me dejaban ser yo- Dijo enojada -¿Y no crees que ellos solo se preocupaban por ti?-Pregunto Gaby, alcanzándole mas agua Ella no supo que decir, pero con cada sorbo que daba recordaba los bueno momentos, como jugaba con su pequeño hermano a que él era un grumete en su barco, como como eran unidos, como se ayudaban, hasta el momento que paso la tragedia, un paseo, una respuesta inocente, y la culpa por casi destruir la vida de su pequeño hermano -Yo…yo lo aleje…-Dijo sollozando Recuerdos de él llevando a muchos conocidos para que no estuviera sola en sus presentaciones, la forma en que se quedaba a ordenar a pesar de como Fang trataba a Nasser, de cómo incluso a esa maniática del orden naranja la ayudaba aunque fuera a su manera retorcida, y empezó a llorar con más fuerza, Gaby la acerco a ella, apoyando su cabeza en su pecho, escuchando los latidos de la ptero mayor, recordando algo aún más viejo, su madre viéndola como si fuera un ángel ella sin poder hablar, rodeada por una cobija y su padre, con lágrimas en los ojos y una sonrisa diciendo …Mi linda Lucy, mi hija… Ella escucho el latido del corazón de su madre, y el llanto que tenia se calmó al escuchar ese suave latido, un ritmo suave, y como si fuera un cuadro, las lasa de ambos padres rodearon a la recién nacida Fang, como si quisieran protegerla de todo lo que le pudiera hacer daño, Fang solo se hecho a llorar al recordar incluso lo que hacían sus padres, trataron de apoyarla en todo, incluso cuando ella pensó que se habían rendido, ella recordó que no la abandonaron, incluso en uno esos momentos recordó los sollozos mudos de su madre en el cuarto de sus padres de noche, solo rezando que Fang encontrara su camino -¿Que he hecho?- Se preguntó Fang -No has hecho nada, solo te perdiste- Digo Gaby, abrazándola más fuerte Fang lloro más fuerte, entre sollozos y lágrimas solo se apoyó en el pecho de Gaby, buscando de nuevo ese latido que le recordaba a su madre, a su familia, Gaby saco de su bolsillo un pañuelo, limpiando las lágrimas y el rímel de los ojos de Fang -¿Y que harás con eso?- Pregunto Gaby señalando el revolver -No sé qué hacer- Dijo Fang Gaby tomo el revólver y las balas extra que tenía Fang en su bolsillo, dejo solo dos balas en la recamara, devolviéndole el revolver -No soy quien para tomar una decisión por ti, pero si para que no sea algo peor, pero es tu decisión si quieres castigar aun a los que te han hecho daño, o si quieres resolverlo de otra forma- Dijo Gaby, dejando su maño aun apoyada en el hombre de Fang Fang vio el revólver, abrió la recamara y saco las otras dos balas, ella sabía que no era justo, incluso Naomi trato de ayudarla, aunque solo fuera para que obtuviera algo, debía hablar con su hermano, con su familia, con sus amigos, con su novio, sabía que debía dar un paso adelante y dejar de culpar a otras personas por cómo se sentía -Gracias Gaby- Dijo Fang, limpiando lo que quedaba del rímel de sus ojos con su manga -No me agradezcas, solo hice lo que cualquiera haría- Dijo Gaby con una sonrisa Fang se levantó, dándole un abrazo final a Gaby, respirando una última vez ese perfume, ese perfume que le recordaba no solo a su madre, sino el amor que sus padres le tenían, que sus amigos le tenían, que todos los cercanos a ella le demostraban, se llenó de fuerza para seguir y hablar con todos ellos. Antes de irse vio por última vez a los niños, entre ellos estaban una Triceratios morada, que tenía un leve parecido con su amiga cuando esta era una niña y una niña ptero, con un vestidito como el que tenía ella en su infancia, pero con rasgos más delicados, más inocentes, algo en su corazón empezó a latir al verlos, como si hubiera hecho algo que dio una nueva esperanza de vivir a esos niños. -Hasta luego Gaby, gracias por todo- Dijo Fang alejándose paso a paso de Gaby, de regreso a su camino a la escuela -Que tengas una vida larga y plena, pequeña estrella de la mañana- Dijo Gaby Fan se extrañó por como la llamo, pero no le dio importancia, solo siguió con una sonrisa, en su rostro, esperando que su hermano la escuchara, que escuchara como se sentía, y resolver al fin esa zanja que los separaba. Sin que se diera cuenta, el lugar que ocupaban los niños y Gaby fue reemplazado por plumas tan blancas como las de Gaby y el sonido tenue de los pájaros que antes las acompañaron en ese concierto para los niños.
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