ID de la obra: 1366

Tienes que irte.

Het
G
Finalizada
1
Fandom:
Tamaño:
3 páginas, 1.046 palabras, 1 capítulo
Etiquetas:
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Único capítulo

Ajustes de texto
Estaba sentado en el sofá, mis ojos cansinos, rojos e hinchados no dejaban de mirar el hermoso anillo de matrimonio que tenía puesto en mi dedo anular de mi mano izquierda. Un recordatorio de que tú y yo nos unimos como uno solo, jurandonos un amor para toda la vida. Recuerdo lo feliz que era, cuando tú eras una mujer cálida, amorosa y atenta. Podía sentir el rítmico latido de tu pulso bajo mi mano, tu respiración acariciando mi piel. El brillo de tus ojos eran intensos, iluminabas mi alma y mi vida como las estrellas y la luna podían aclarar la noche más oscura. Tus besos eran suaves, dulces y cálidos. Cada uno de ellos avivaba mi alma, tus abrazos me regocijaban, me recordaban que no estaba solo y tu compañía me ayudó a salir de mis pesadillas. Aquellas que me seguían todas las noches, aquellas que me transportaba a mi pasado. Un pasado donde lo había perdido todo, a mi padre, a mis compañeros y a mi sensei. Pero ahora, ya no eres la misma. Ahora eres fría, sin aroma, sin un pulso latente que sentir y sin una respiración que roce mi cuello. Tus besos en mis labios son helados y me causan escalofríos, un escalofrío que me consume. Estoy delgado, ya no como bien y por eso he perdido peso. Mi rostro jalado y pálido, mi barba crecida y mis ojos hundidos, mis ojeras revelan las noches sin dormir. Mi aspecto es degradante, creía por un momento que mantenerte conmigo era lo mejor, que tu compañía nos traería felicidad. Pero al fin y al cabo me equivoqué, tenerte aquí conmigo nos está haciendo daño a los dos. Tú, Sakura, no deberías seguir aquí. Te acercaste nuevamente, inclinándote hacia mí. Colocaste tu fría mano en mi mejilla y con tu mirada apagada y sin brillo, deseando que aceptara que te quedaras conmigo . -- Cariño ¿Qué pasa? ¿Ya no eres feliz conmigo? Tomé tu mano y la retiré con cuidado de mi rostro -- Sakura, todo esto es mi culpa. Debí dejarte ir desde un principio, ahora pago las consecuencias. Note como tus ojos se oscurecieron, supe enseguida que mis palabras te volvieron a lastimar. Te levantaste como una fiera y volviste a escupir tus palabras en mí -- ¡¿Por qué Kakashi?! ¡¿Por qué?! ¡¿Ya no me amas?! es eso ¿Verdad? ¡mírame! ¡Estoy aquí contigo! Estamos juntos... ¡es lo que importa o es que ¿Ya no te importo?! Tus gritos y reclamos dañaban mi alma, cada palabra tuya era una nueva grieta en mi corazón. Cerré mis ojos con fuerza y llevé mis manos a mis oídos para no escucharte más. Esperando así, que te detuvieras. Para cuando abrí mis ojos, ya no estabas. Mi pecho subía y bajaba con dificultad, me sentía exhausto, débil y derrotado. En eso escuché las ollas de la cocina revolverse, supe que eras tú. Agaché mi cabeza a saber que no te habías ido. No sé cuánto tiempo llevaba sentado en ese sofá, la noción del tiempo la había perdido. Mis amigos estaban preocupados por mí, pero sabían que quería estar sólo por lo que dejaron de visitarme. -- ¿Kakashi? -- su voz era suave, pero no transmitía nada, como si el tono de su voz hubiera dejado de existir. -- Tienes que entender, que tienes que irte -- supliqué de la manera más sutil posible. Ella se me acercó y se arrodilló frente a mí, posó su cabeza en mis piernas con los ojos llorosos -- ¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿ya no me amas? -- te amo y siempre voy a amarte, pero debes irte. Nos hacemos daño. Levantó su cabeza y fijó su mirada confundida en mí. -- perdóname Sakura, fuí un egoísta. Te quería conmigo por siempre y ahora, mírame... -- justo hice una pausa porque la opresión que sentía en mi pecho no me permitía continuar -- estoy enloqueciendo -- dije como un hilo delgado cargado de tristeza. -- kakashi me estás asustando ¿Qué pasa? No pude evitarlo, mis lágrimas brotaron de mis ojos. Sakura intentó secarlas pero no podía y eso me causaba dolor, porque muy en el fondo deseaba que ella pudiera hacerlo. -- oh Sakura -- solloce -- perdóname, pero te he estado mintiendo. Ella solo estaba ahí, viéndome. Sus expresiones eran mínimas, como si su rostro poco a poco se olvidara de ellas y no solo eso, ella también empezaba a olvidar lo que fue su vida. -- cariño, yo quiero estar contigo. No quiero separarme de ti nunca -- se levantó y rodeó sus ligeros brazos fríos en mi cuello, su abrazo era un recordatorio de que ya no podía mantenerla aquí conmigo. -- Sakura escúchame, no puedo seguir mintiéndote -- la miré directo a sus ojos, unos donde el color verde jade hace mucho ya no estaba. Antes de que mi voz temblorosa se escuchara, una lágrima rodó por mi mejilla -- Sakura tú... tú estás muerta. Te apartaste de mí, agrandaste tus ojos del asombro, te levantaste del sofá confundida tratando de comprender lo que acabo de confesar. -- no, no... No es cierto, mientes. Me levanté enseguida y te atrapé con mis brazos, llevando tu cabeza en mi pecho -- ¡estás mintiendo! -- exclamó mientras la aferraba a mí. -- ya debiste darte cuenta, lo sé. Solo piensa, de seguro ya has notado muchas cosas extrañas. Cómo cuando intentas salir de casa y terminas de nuevo en la cocina. -- tengo miedo Kakashi. -- No tengas miedo, solo debes irte a un mejor lugar. Tenerte aquí conmigo solo te lastima. -- no quiero dejarte solo, no quiero que sufras otra pérdida. «¿Sólo? ¿Otra pérdida?» sus palabras fueron como dagas en mi pecho, porque la realidad es que, ya sufrí esa pérdida y que una vez más he quedado solo. -- Sakura, me hiciste el hombre más feliz del mundo y te lo agradezco tanto. Pero ahora, tienes que irte -- la aparte de mí con cuidado y levanté su mentón, mirando por última vez sus ojos --Sakura ya déjame, encuéntrate con los míos y espérame allá para cuando me toque partir. Fueron las palabras más duras de mi desgraciada vida. La despedida que no pude darle a ella en sus últimos momentos de vida, se le estaba diciendo a su alma mientras veía como su figura se desvanecía poco a poco de mi vista y entre mis manos. Quedando así, sólo en ésta vida una vez más.
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)