𝓛𝓪 𝓬𝓪𝓵𝓲𝓭𝓮𝔃 𝓭𝓮𝓵 𝓸𝓼𝓸 𝓫𝓵𝓪𝓷𝓬𝓸.
13 de mayo de 2025, 12:03
Notas:
⚠️ Advertencias/aclaraciones⚠️
🐈⬛Mucho texto.
🐈⬛NO se juntan streamers, nada de lo que suceda es entre ellos si no mas bien en sus cubitos. NO se mencionaran nombres reales ni sucesos de la vida real, esto es totalmente dentro del mundo de Minecraft.
🐈⬛Este contenido es creado por un fan para fans, por ende no envíen esto a ningún streamers ya que en el caso de que sea así sera borrado por completo de wattpad, solo sera encontrado en ao3 bajo candado.
🐈⬛Este contenido es meramente ficción, así que por favor
SEPARAR LA REALIDAD DE LA FICCIÓN.
🐈⬛ESTE ONE-SHOT CONTIENE TEMÁTICA ADULTA, COMO TEMAS MUY DELICADOS QUE ALGUNOS ESPECTADORES PUEDA INCOMODAR, SI A PESAR DE QUE HAS LEÍDO LA ADVERTENCIA QUIERES SEGUIR LEYENDO ESTAS BAJO TU PROPIO RIESGO, SE CONSIDERA DISCRECIÓN. FUISTE ADVERTIDO.
🐈⬛+18
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Spreen nació en cuna de oro, en toda su vida jamás había sufrido de carencias o un tipo de maltrato cuando se trató de su propia crianza, ser hijo de los lideres de Karmaland, tenían increíbles ventajas y ni hablar al ver nacido con su segundo genero siendo de una casta superior la cual heredo de su padre.
Al ser hijo único podía tenerlo todo gracias a sus padres, era un hombre que había agarrado lo mejor que pudo de sus progenitores, en su vida casi nunca se le negó nada, ni siquiera cuando se trataba del amor, desde que recordaba siempre vivió rodeado de atención de otras personas, cautivados por su atractivo y sus dotes, las propuestas de amor le llovían a montones, ni siquiera se molestó en contestar o mirarles ya que era algo insignificante para él, simplemente podía tener a cualquiera si lo deseara.
Pero Roier fue la única excepción de su regla porque antes de que se diera cuenta ese lindo Beta se había ganado su corazón, esos dos ya tenían historia desde que se encontraron por primera vez en aquel server, en donde la muerte se deleitaba de los que participaban en ese juego bizarro, que ciertos dioses iniciaron para divertirse ante el sufrimiento ajeno, claro, aunque el ganador tendría una recompensa. Spreen supo que ese lindo con la bandana azul, un beta tan bonito con un aroma natural de uvas combinada con la fragancia de un perfume femenino pero esa parte no era tan fuerte, por lo contrario era una aroma perfectamente combinado de la naturaleza y el perfume. No tan dulce ni tan fuerte algo que Spreen se cautivo al olfatearlo por primera vez.
Ambos quisieron darse la oportunidad de conocerse mas y dejarse llevar por sus corazones, pero desde que termino ese juego maquiavélico algo cambio y Roier se dio cuenta que el hibrido de oso ya no era el mismo que una vez conoció, se preguntó seriamente, ¿Que le paso a ese bonito osito que le canto “Te amo” de Makano? , ¿Por qué actuaba tan extraño? , ¿O es que acaso ya no sentía lo mismo por él?. Esas y mas preguntas se hizo el chico beta, simplemente no entendía porque pareciera que lo quería lejos y a la vez cerca.
Porque el hibrido de oso sabia a la perfección que el precioso muchacho castaño, lo amaba en secreto o no tan secreto, porque a espaldas de los demás visitantes de la isla, Spreen aprovechaba para robarle besos en sus labios o hasta de abusar de su cuerpo como si nunca hubiera hecho pasar a Roier, momentos amargos cuando este lo evitaba, siempre tomando del castaño pero sin ser reciproco, porque cuando terminaba de comer la dulce miel que podía ofrecerle el chico de ojos oscuros, entregando su amor como su ser entero, Spreen jamás le daría una respuesta a lo que eran, si novios, si amigos con derechos, simplemente el de ojos amatistas siempre ignoraría la pregunta o mantendría una expresión, llena de tristeza o de miedo como si buscara escapar como también la angustia, ya que parecía que algo retenía sus palabras y sus sentimientos, que correspondían a Roier pero aun así Spreen se callaría y con una suave caricia o un beso se despediría, aunque el beta no sabía si decir que era una despedida o una disculpa.
Pero otras veces podía ser más cruel y solo dejaba a Roier sin decir nada más, dejando que el castaño se hundiera en su tristeza por el abandono tan repentino, permitiendo que el siguiera tomando de él sin límite alguno, mientras su corazón se quebraba al pensar que solo un simple juguete que podía desechar, odiándose a sí mismo por seguir permitiendo que pisoteara su orgullo o jugara con sus sentimientos. Pero para Spreen era difícil poder dar una respuesta cuando toda su vida, se había acostumbrado a las peleas, a tenerlo todo sin nada a cambio, pero aun así de alguna forma u otra quería demostrarle a Roier que él también lo amaba, y lo adoraba pero después de lo ocurrido en el server de Minecraft extremo, fue como si todo esos momentos que ellos crearon se hubieran esfumado, aunque la realidad es que el hibrido de oso fue el más afectado y en su psique se demostraba el daño que le había provocado ese juego maquiavélico, pero no era el único ya que su padre aunque no participo salió también afectado indirectamente.
Los miedos de Roier se volvieron realidad cuando Spreen no dudo ningún segundo, en firmar un contrato con el diablo que tenía la apariencia de su querida madre la cual acepto como si nada, lo que causo que violentara a Roier el único tal vez de todo su mundo que lo acepto con todos sus virtudes y defectos, el único que lo amaba con tanta sinceridad y pasional, un amigo digno de confianza que sería leal hasta el fin de los tiempos. Pero aun así a Spreen no paro en el momento que lo dejo sangrando al borde de la muerte en la tierra, manchada de la propia sangre del castaño la cual respiraba con tanta dificultad, mientras Quackity atrás de ellos miraba aterrorizado la escena que presenciaba enfrente de él.
Ver a sus dos amigos en ese estado hizo que el hibrido de pato, retrocediera porque el miedo invadió su razón, no quería ser el siguiente a manos del maniaco de ojos amatistas, el patito se preguntó seriamente que demonios había pasado para que el hijo de Vegetta se comportara tan salvaje, ni siquiera lo entendía, pero sabía que ese hibrido de oso no era el cachorro de su mejor amigo Rubius que convivio cuando estaban en ese server altamente peligroso. Spreen había asesinado al pobre perro de su querido amigo, mientras que este miraba con su único ojo bueno como su fiel compañero daba su último aliento.
Roier en ese punto no sabía si la sangre que lo cubría era la suya o la de su amada mascota, solo sabía que su corazón dolía más que las propias heridas de su cuerpo maltratado, jamás pensó que el hibrido de oso lo traicionaría de esa forma tan cruel, ni siquiera de su gran amigo Quackity, pero ahí estaba con una enorme decepción en su vida. Fue Quacks que lo ayudo a llevarlo a su casa cuando Spreen salió corriendo de la escena, como si tuviera prisa de algo dejando atrás a su “amado” sin importarle si moría o no.
El castaño al menos agradeció al hibrido de pato que tuviera la osadía de ayudarlo en esos momentos, a pesar que lo haya traicionado al defenderlo, como pudo este se acostó en su cama y solo le pidió a Quacks que lo dejara solo, mientras se recuperaba, el patito accedió dejando descansar a su “amigo”.
Cuando Roier pensó que estaba a salvo con sus seres amados, estos se encargaron de lastimarlo de la peor forma posible.
Ya habían pasado días desde el accidente y el castaño, se había aislado en su propia casa alejando a todos, porque no quería que nadie lo viera de esa forma tan cruel, solo era él y su cómoda cama la cual era la única que brindaba seguridad como consuelo. En esos momentos sentía que su corazón dolía tanto que parecía que iba a explotar, al mismo tiempo en el que estaba hecho un desastre entre sollozos, lágrimas y mocos, tanto que su aroma se volvía amargo demostrando que el precioso beta estaba sufriendo en solitario, acostado en su lecho mientras buscaba con desesperación arrullarse entre las sábanas tratando de no abrirse más sus heridas cubiertas por las vendas, como si fueran un tipo de protección que ayudarían a resguardarlo de esa agonía cruel que sufría por culpa de Spreen y Quackity, el hibrido de oso que estaba perdidamente enamorado y siempre dejo en claro sus sentimientos, pensó que todo estaría bien entre ellos aunque no fueran nada, que podrían darse la oportunidad que no pudieron en aquel server extremo.
Su enamoramiento lo cegó tanto que no le importo si solo eran noches de diversión para el pelinegro, la amistad y la confianza construida con el chico de ojos amatistas fue única para Roier o eso pensó él. Mientras que con Quackity uno de sus más grandes amigos y muy queridos, aun recordaba a la perfección cuando se conocieron este vio a un hibrido de pato destrozado y herido como si su vida fuera arrebatada, él junto con Mariana y Aldo habían ayudado bastante a Quackity en su momento más bajo, ya que gracias a eso el patito pudo volver a recuperar poco a poco su luz, que lo hacía ser un rayo de sol, de verdad Roier jamás pensó que el omega de hibrido de pato, sería capaz de traicionarlo de esa forma tan baja a pesar que él hizo mucho por su vida.
Aunque una parte quería justificar a Quackity, talvez no podía hacer mucho contra el hijo de su mejor amigo la cual molía a golpes como un desquiciado a Roier, tal vez fue el miedo de ver un alfa con esa mirada llena de una ira incontrolable, o tal vez sea por los traumas de su pasado. El beta no lo sabía con exactitud pero tampoco quería hablar con él en este momento.
Spreen no solo rompió su confianza si no asesino a su perro, al mismo tiempo que no tenía dudas que él también mato al gato de Missa, pero Quackity no lo detuvo solo se quedó callado y ni siquiera impedido que el alfa lo golpeara a puño cerrado, hasta el punto de dejarle la cara hinchada.
Pero lo que menos esperaba era la traición de Missa, su muy adorado Missa aun viéndolo a la cara desfigurada por los puños de Spreen, a pesar que trato de explicarle y rogarle que le creyera sobre lo que hizo el hibrido de oso, aun así el pelinegro tomo su lado y no fue el suyo. Roier aun recordaba con tanta agonía sus palabras que taladraban su corazón, y hacía que su ansiedad aumentara al punto que unas ganas incontrolables de rascar lo que sea comenzaron abrumarlo.
“No estás solo Roier tienes a tus pinches tacos”.
Esas fueron las últimas palabras que Missa le dedico a Roier, aun mirándolo notando su ojo morado y varios moretones en su cara, aun sabiendo a la perfección como dejaba Spreen a sus víctimas, reconociendo sus golpes aun así no quiso creerle a Roier, prefirió simplemente elegir el lado del oso negro y abandonar a su gran amigo, dejándolo solo.
Ese sentimiento de soledad, la crueldad que cometieron contra él provocaron que el señorito sol dejara de brillar, sonreír y hasta de ser un parlanchín, porque en esos momentos solo quería morir, tenía tanto miedo en su corazón que ni siquiera había querido salir de su casa, prefiriendo encerrarse y no permitir que nadie entrara ya que no quería tener otra decepción, porque si Missa fue capaz de traicionarlo, temía que Mariana y Vegetta también cayeran en la perfidia del alfa que alguna vez entrego su ser, los únicos que le quedaban que pensaba que no serían capaces de hacerle daño.
Todo su cuerpo le dolía, y ni hablar del dolor de cabeza que estaba experimentando, al punto que escucho un extraño ruido, tal vez fue su imaginación o solo era el daño que le ocasionaron en su cabeza para comenzar a pensar que estaba alucinando.
Porque en esos momentos el castaño se destapo para sacar solo su cabeza y poder observar la habitación en busca de ese ruido, solo para captar su mirada en un camino de macetas donde albergaban unas hermosas rosas, las cuales dejo Cucurucho en forma de disculpa, por su mal trato hacia él pero no podía culparlo ya que el osito parecía demasiado hambriento por probar su comida, que no fue el modo adecuado de pedir las cosas. Tan solo recordar las disculpas que le dio hizo que Roier embozara una delicada sonrisa, porque ese gesto tan bonito hizo enternecer su corazón, pero su remembranza fue interrumpida cuando miro las escaleras en donde se veía las sombras de alguien que estaba en el piso principal, observando como la luz hacia constaste con una figura extraña que parecía estar buscando algo.
El chico araña se sintió extremadamente asustado, porque tenía miedo de quien fuera a entrar en esos momentos. Rápidamente se levantó como pudo de la cama aun sintiendo mucho dolor en su cuerpo lleno de hematomas, aun con sus costillas heridas este se apresuró a ir a la cocina, invoco su sartén la cual tomo y con mucho sigilo comenzó a bajar las escaleras cuidando de no pisar las macetas con las flores, cuando al fin llego lo primero que noto fue la sombra de alguien con orejas, eso provoco que Roier comenzara a hiperventilarse y aferrarse a la fridera con tanta fuerza, al mismo tiempo hizo el mayor esfuerzo de ocultar su aroma amargo lleno de pánico, porque tan solo pensar que Spreen había vuelto hizo que el chico sintiera que le iba a dar un paro cardiaco, porque ya no quería ser maltratado, no quería que el alfa volviera a lastimarlo, a pesar que el oso se había disculpado a pesar que rogo su perdón, aun así no quita el hecho que le dejo secuelas traumáticas a Roier al exponerlo casi a la muerte y saber que había asesinado a su perro, solo provoco que destruyera su confianza.
Roier estaba a punto de colapsar hasta que al fin alzo su mirada con terror, solo para encontrarse a un oso pero en vez de esas orejas negras, pudo ver el color blanco que las decoraba y solo así pudo relajarse, porque efectivamente había un oso pero era solo Cucurucho o como lo conocía Roier “Osito Bimbo”, que buscaba en su cocina algo tal vez comida o solo uno de los taquitos que el beta hizo con mucho amor.- Cabron me asustaste, pensé que eras otra persona.- Dijo el chico castaño llamando la atención de Osito bimbo.
El ser al escuchar la voz del señorito sol solo se volteo dejando ver al fin su figura, siendo un ser con traje de color blanco muy pulcro, la cual se pegaba muy bien a su cuerpo dejando ver que portaba rasgos masculinos, se notaba su altura mayor a la de Roier, una cabello largo que amarraba con una coleta que llegaba hasta su cintura, siendo peliblanco totalmente al mismo tiempo que portaba su mascara con una cara sonriente que nunca se quitaba, la cual miraba al bonito chico de la bandana azul intrigado ya que la luces no alcanzaban a mostrar su figura, solo la mitad de su cuerpo se notaba que estaba cubierto por la oscuridad de la noche.- Buenas noches-Este respondió con su voz robótica tan caracterizada de él, aunque era gracias al sintetizador de su mascara.
Roier al escuchar su saludo tan solo se relajó haciendo que su corazón comenzara a relajarse, e inconscientemente comenzara a liberar su aroma dejando al descubierto su estado emocional siendo de un total alivio, porque juraba que si no lo mataba sus heridas sería un ataque al corazón, este hizo desaparecer la sartén, estaba tan aliviado que Cucurucho fuera el que había entrado a su casa, porque el tiempo que paso con el oso que desconocía por completo que tipo de casta era, los pocos momentos hizo que se ganara su cariño, en especial porque él había leído su carta bonita de disculpas, así que deseaba decirle que lo había perdonado y que por favor se presentara ante él, porque el castaño lo admitía que disfrutaba la compañía del trabajador del QSMP.-Osito bimbo me alegro de verte, ¿Qué te traer por aquí? — Pregunto Roier aun sin moverse ya que aún le dolía mucho caminar.
El oso blanco solo saco hizo a un lado su cabeza notando el hedor que el beta desprendía le daba curiosidad, de cuál era la razón la cual el chico sintiera alivio y felicidad de verlo, pero la pregunta sorpresiva hizo que interrumpiera sus pensamientos y se dio cuenta que no tenía una respuesta correcta, ya que al principio pensó visitar a Roier para pedirle que le haga otro delicioso taco a cambio de entregarle algo, pero después esa idea comenzó a desaparecer porque más pensaba la situación, parecía que solo buscaba una excusa perfecta para verlo y estar a su lado, aparte de que se sentía tan culpable la última vez que convivieron quería saber si este lo había perdonado, por comparte un tanto brusco con su persona, o solo tal vez porque le gustó muchísimo estar en la compañía del chico sol, además de sus ocurrencias le hacían bastante gracia. Mientras más lo pensara Cucurucho no podía tener una respuesta correcta porque ni siquiera podía entender, porque falto ante las reglas solo para venir a verlo y aun así parecía estar más cómodo en ese lugar. -Tacos…- Esa fue lo único que se le ocurrió decir al oso blanco, cosa que el beta al escuchar eso solo soltó una risita nasal, ese sonido hizo que Cucurucho se enterneciera de alguna forma extraña, era como si todo del chico lo cautivara y sean sus risas música para sus oídos.
Roier como pudo comenzó a bajar las escaleras hasta al fin se dejó ver gracias a que la luz de la cocina pudo alumbrar, su carita maltratada cosa que el oso al ver eso se congelo y se quedó estático, ya que veía el moretón de su ojo y las cortadas, hematomas era una imagen angustiosa de ver. Porque no pensó encontrarse al castaño en ese estado tan deplorable solo tenía en mente, que Roier lo recibiría con una sonrisa tan cálida junto con algo nuevo para comer, porque desde que el muchacho había comenzado a recolectar ingredientes para su taquería, este había experimentado con varios platillos cosa que el osito a veces cuando iba a interrogarlo, el beta aprovechaba para darle un poco de lo que había preparado para saber que tal había quedado.
Cosa que Cucurucho comenzó agarrar la maña de pegarse a Roier tal vez sea por su deliciosa comida o tal vez por alguna razón sentía una gran calidez a su lado, aunque más que nada quería justificarlo por su trabajo y sacarle información de los demás sujetos que convivía, pero en esos momentos Cucurucho no sabía si de verdad lo hacía por trabajo o porque algo de él deseara estar más cerca del lindo señorito sol, la cual por la segunda acción podría meterse en muchos problemas al romper una norma importante dentro del QSMP, porque si este comenzaba a encariñarse con el castaño sería muy peligroso para el oso ya que corría el riesgo que lo sustituyeran de su cargo o peor aún, prohibirle ver a Roier la cual de alguna forma ese castigo era más doloroso que otro.
Roier solo se rio por lo dicho de Cucurucho así que este comenzó a caminar a paso lento hacia la cocina, para prepararlo lo que había pedido, se sentía más calmado y feliz porque al menos el osito bimbo apreciaba sus grandes esfuerzos para preparar unos taquitos, al mismo tiempo disfrutaba de su sabor algo que por ello el castaño se había dedicado tanto en recolectar los ingredientes, para ver a sus seres queridos estuvieran felices con su comida, pero pareciera que eso sería imposible por los acontecimientos que se dieron hace días.- Jeje que bueno que al menos te gusta mi comida, sobre hace unos días osito bimbo.- el chico comenzó a sacar los ingredientes y a comenzar a picar la verdura, mostrando que le dolía cada acción que hacía pero aun así se esforzó para preparar algo de comer, Cucurucho solo podía observar con tanta atención a sus acciones, sintiendo como enormes estragos comenzaban a influir en su cabeza ya que podía sentir como una ira desconocida incrementaba por aquel que le había hecho daño a ese hermoso beta con olor a uva con perfume.
-Sabes… me gustó mucho ese camino de flores que me dejaste. — Pronuncio con suavidad el castaño mientras se dedicaba a preparar los ingredientes para los taquitos. A pesar que su cuerpo doliera como el infierno, aun así, quería darle algo a Cucurucho porque en esos momentos se sentía tan devastado y solitario, que estaba desesperado por tener compañía, aunque claro solo esperaba que Osito Bimbo no lo molestara como la otra vez, así que por esta vez confiaría en sus disculpar con su carta. — Y leí el mensaje que me dejaste…- El seguía hablando, y el oso blanco solo escuchaba a ese bonito chico que le daba la espalda para preparar su comida.
Cucurucho no sabía cómo reaccionar en esos momentos, solo se sentía en shock porque no podía creer que alguien pudiera hacerle ese daño tan cruel a ese precioso castaño, además tener una furia que estaban haciendo un poco doloroso contenerse, tanto que sus garras comenzaban a salir perforando sus guantes blancos y desgraciadamente aun no podía entender porque sentía estas emociones por culpa de ese beta, solo escuchar cuando hablaba siempre era tan hipnotizante como si se tratara de una sirena la cual ayudaba a calmarlo, porque el osito no podía dejar de prestarle atención, estaba tan fascinado por todo lo que es Roier así que a pasos lentos comenzó a dirigirse al chico con bastante sigilo aun curioso por escuchar más de sus palabras, intrigado por saber que pensaba de su carta y su disculpa.- Quería decirte que te perdono, solo por favor no digas que no volverás a presentarte a mi mamon… porque yo…- Cuando Roier se volteo para mirar a Osito Bimbo se sorprendió ver que Cucurucho estaba detrás de el a tan solo unos cm de distancia, tan cerca que podía sentir su calor y su aroma neutral nunca antes estuvo tan cerca del oso, para darse cuenta que Cucurucho utilizaba un tipo de repelente para ocultar su casta, el beta se esforzó un poco para buscar el aroma natural del contrario, deseando inconscientemente consuelo en su hedor pero no importaba cuanto se esforzara, el hibrido de oso lo había ocultado muy bien cosa que decepciono al castaño.
Pero lo que más lo impacto fue notar la enorme diferencia de tamaño, mientras el tripon media 1.78 m el osito llegaba casi a los 2 metros, sorprendiendo al de ojos cafés en el proceso porque se sintió tan inofensivo en esos instantes, que juraba que un puñetazo de Cucurucho seria la muerte segura.
Roier estaba impactado por lo sigiloso que podía ser Cucaracho al mismo tiempo sentía como sus mejillas comenzaban a tornarse rojas, por el simple hecho que ese albino estaba sobrepasando su espacio personal.- Disfruto de tu compañía…- Esas palabras fueron más un susurro que nada porque el señorito no mentía, cuando decía esa verdad al contrario él le gustaba estar al lado de Osito Bimbo, porque aunque no hablara mucho sus ocurrencias con sus acciones, o participar con él en pequeñas aventuras hasta en la carrera de tortugas con Spreen, termino por disfrutar de la compañía de ese ser tan alto.
El chico tuvo que alzar la mirada para captar la mirada del peliblanco, aunque tuviera esa mascara de oso aun así sabia a la perfección que Cucurucho lo estaba observando directamente a sus ojos, al mismo tiempo que el chico tuvo que voltear su cuerpo en su totalidad para encarar al hibrido, dejando a un lado lo que estaba haciendo para prestarle atención.- Así que…por favor…- Antes de que pudiera decir algo el contrario levanto su mano y esa acción hizo que Roier retrocediera asustándose en el proceso hasta topar contra la meta donde estaba cocinando, por culpa de las secuelas que le dejo Spreen cuando lo maltrato a la hora de quitarle a su mascota. Liberando de nuevo su aroma inconscientemente dejando ver su miedo.
Roier cerro sus ojos con fuerza esperando ser golpeado como era costumbre de Cucurucho dar suaves golpes, para llamar la atención, pero no podía ni siquiera soportar algo tan suave como eso, su cuerpo aún estaba maltratado y muy lastimado. Espero psicológicamente ese golpe pero en vez de eso, sintió como su mejilla era acariciada con una delicadeza tan cálida que cuando abrió sus ojos pudo ver cómo, Cucurucho lo había corralada en esa mesa, poniendo su otra mano a lado suyo para que quedara entre sus brazos, mientras que una de sus manos lo acariciaba con mucho cuidado de no lastimarlo con sus garras, tratándolo como si fuera el tesoro más delicado en el mundo, acariciándolo con su pulgar el moretón de su ojo morado la cual se notaba que no podía abrirlo mucho.
Por parte de Cucurucho sus emociones eran más caóticas porque el oso estaba sintiendo una felicidad desconocida, tocar a Roier y oler su aroma aunque un poco amarga hizo que su corazón saltara de sentimientos que nunca antes sintió, a pesar que el aroma del beta mostraba miedo este hizo que sintiera tristeza y preocupación como una molestia desconocida, por aquel que le hizo daño a su bonito cocinero, sus emociones tan caóticas hizo que actuara por impulso, sabía que esta mera acción podía perjudicarlo a lo grande si su jefe lo supiera seria su perdición, si solo ese maldito pato dueño de esa isla, se enterara estaría sufriendo un regaño por tratar a Roier de esa forma intima con solo acariciarlo, pero simplemente no le importo porque sentía más desesperación por saber porque el castaño estaba herido, que miedo por su jefe.- ¿Quién? — Pregunto con su voz robótica, mientras seguía acariciando la cara del castaño en busca de calmar su dolor.
-¿Cómo?…- Pregunto sin entender el castaño, porque efectivamente no entendía lo que se refería Osito Bimbo en esos momentos, estaba tan en shock cuando sintió como acariciaba su mejilla la cual incremento su sonrojo, porque se sentía tan seguro con su toque que su corazón comenzó a latir con una fuerza que juraba que el escucharía su retumbar. No podía comprender que estaba pensando y no tenía cabeza para analizarlo, aparte que el dolor incontrolable que sentía aun por el anterior ataque, así que Cucurucho tendría que ser más paciente con el rayo de sol.
Cucurucho hizo aparecer con su otra mano un libro, escrito un nuevo mensaje para Roier, la cual este al ver solo estiro una de sus manos para tomarlo mientras seguía permitiendo que el osito siguiera acariciando sus heridas. — ¿Quién te provoco estas heridas 0037? — Pregunto el osito afirmando el número de identificación del castaño.
Roier tomo el cuaderno con delicadeza de la mano de Cucurucho, para leer la pregunta con calma cosa que al hacerlo abrió sus ojos con gran sorpresa, rápidamente desvió su mirada la cual comenzaba a cristalizarse y a formarse un nudo en su garganta que comenzó a lastimarlo, por solo remembrar ese maldito día donde ese oso de mierda abusaba de él de esa forma tan cruel. No quería hablar, porque no Valia la pena decirlo a un trabajador del QSMP ya que dudaba que hicieran algo, así que solo se quedó callado, aunque en sus ojos se notara su sufrimiento y en sus lágrimas traicioneras, lo delataban que para Osito Bimbo no fue un problema detectar.
-¿Quién? , ¿Quién? , ¿Quién? — Cucurucho comenzó a insistir, mientras comenzaba a ponerse ansioso por saber la respuesta de quien había dañado a Roier, en su estómago podía sentir un revoltijo de emociones negativas y entre ellas la que más sobresalía, era la misma ira de ver que alguien lastimo a ese bello castaño que hacía despertar su instinto que alguna vez pensó no tener, una enorme violencia comenzó a crecer y a apoderarse de su cuerpo, que comenzó a tensarse y sus cabellos blancos como la nieve comenzaron a erizarse, de la furia generada por aquel desconocido.
Cucurucho se estaba desesperando porque Roier no daba una respuesta, así que este volvió a tomar la mejilla del chico para limpiar con su pulgar, cuidando de no dañarlo con su garra tratándolo como si fuera una delicada flor. Roier por fin lo miro con sus ojos brillantes por sus lágrimas, al mismo tiempo se veía con más detalle como su carita estaba demacrada, unas ojeras notables, como estaban hinchados sus ojos de tanto llorar, al mismo tiempo como sus mejillas estaban hundidas como si no hubiera comido muy bien en estos días.
Antes de que pasara el accidente ya había indicios que el beta estaba sufriendo depresión, por las constantes acciones de Spreen.
Este no pudo soportar más su dolor y hablo con una voz tan quebrada, que haría a quien sea estremecer su corazón de pesar. — Spreen…- Pronuncio el nombre de su abusador, del verdugo que asesino todo su amor por él, porque ya no podía amarlo después de lo que le hizo, ahora lo odiaba y sentía un enojo incontrolable, pero nada podía hacer con su condición tan lamentable.
Cucurucho al escuchar el nombre del otro hibrido de oso, hizo que su sangre hirviera de colera, porque ese bastardo daño a la persona más cercana que tenía en esa maldita isla, hizo que se desconociera provocando que aumentara la fuerza de su agarre, ese maldito había dañado a Roier y quería ahora devolverle el daño, sería muy sencillo hacerlo ya que a comparación de él, Osito bimbo era más fuerte y sabía que podía ganarle con tanta facilidad, no importaba si era catalogado como Tryhard o en su historial tuviera bastantes habilidades de pelea. Había algo que no podía dejar de pensar y eso fue al no comprender porque Spreen lastimo a Roier, hasta donde sabia él tenía un tipo de relación de una extraña amistad sexosa, algo que a Cucurucho le molestaba de alguna forma.
Roier no pudo aguantar y por fin comenzó a llorar desatando su depresión, su tristeza abrumadora la cual este se dejó caer en el pecho de Cucurucho, mientras lloraba y soltaba vagos gemidos lastimeros, mientras se aferraba a la camisa pulcra del contrario que estaba tan estático, por ese toque tan sorpresivo que hizo que el oso estuviera anonadado por su reacción, mientras sentía como el pequeño castaño se derrumbaba frente suyo, con nerviosismo poco a poco con sus manos comenzó a corresponder el abrazo, presionando más a Roier contra su pecho para que pudiera desahogarse, la mano albina de Cucurucho tomo su cabeza para comenzar a acariciarlo con mucha calma dejando ver agitación, pero aun así no impidió que mimara al castaño.
El chico amante de Spiderman sintió como el contrario correspondía a su trato, sintió como su corazón comenzaba a calmarse porque en esos momentos es lo que necesitaba era que lo consolaran, Cucurucho por su parte se esforzaba demasiado para poder confortar a Roier, aun sin saber porque lo hacía pero no quería que ese bonito beta siguiera llorando, sabía que hacer esto era un maldito riesgo para su trabajo pero aun así no le importo en absoluto, solo podía entender una cosa tener a Roier de esa forma solo para él, abrasándolo llamándolo mientras buscaba más consuelo de sus manos, hizo que sus instintos posesivos de oso que pensaba que eran inexistentes despertaran de una forma descontrolada.
Pensó que jamás permitiría que sus emociones o instintos lo gobernaran en su vida, el albino juro lealtad a su jefe y seguir siendo un “robot” obediente y educado, pero Roier ese precioso castaño con una bandana azulada decorando su cabello, hizo que su juicio y sus ideales de seguir ordenes fueran quebrantadas y lo hiciera dudar de sí mismo, ya no podía seguir bajo las mandatos de su dictador, del dios que lo creo simplemente ya no podía adorarlo como un ser perfecto, quiso volverse egoísta en esos momentos, anhelaba quedarse a si por siempre teniendo al chico abrasándolo con fuerza, por un momento imagino estar solo con el beta de olor a uvas con perfume, solo ellos dos en esa isla donde pudieran vivir con calma y poder abrazarlo siempre que quisiera.
Su corazón se hizo más errático y no quiso calmarse al contrario permitió que todas sus emociones lo abrumaran por primera vez.
Roier seguía llorando pero ya no era tan agobiante como antes, ahora gracias a Cucurucho se estaba tranquilizando este miro con sus ojos hinchados al osito que seguía abrasándolo, observaría al enmascarado aun deseaba decirle muchas cosas, así que como pudo hablo.- Por favor… por favor no te vayas, tu carta la leí… no dejes de visitarme, no quiero dejar de verte, por favor Cucurucho.- Rogo el beta, tratando de cambiar con desesperación el tema porque en esos momentos lo que más le importaba era asegurarse, que el hibrido no cumpliera su palabra con esa nota que le dejo, haciendo que Roier se asustara porque él no quería que Osito Bimbo dejara de visitarlo, le encantaba su presencia, de alguna forma u otra se encariño con su ser, tenía tanta curiosidad de su existencia.
Tanto que deseaba ser más cercano a Osito Bimbo tal vez sea por su naturaleza sociable, o tal vez sea porque de verdad comenzaba a interesarse mucho en el trabajador de la federación del QSMP. Además algo le decía que podía confiar en el oso blanco, que le ayudaría un poco por lo sucedido y no se equivocó porque Cucurucho fue el único que le dio ese consuelo, nadie más lo había visitado, Mariana se había retirado por explorar más el territorio donde se encontraban, así que sabía nada de él, Vegetta estaba tan concentrado en sus construcciones que ni siquiera se había enterado de los hechos, los angloparlantes bueno ellos estaban más en su royo de sus construcciones que estaban igual que Vegetta.
Solo Cucurucho era el único que estaba aquí con él a solas, dándole calidez ante su desgracia.
El enmascarado escucho con mucha atención al de ojos castaños, dejo que hablara y en sus palabras sintió emoción, una extraña felicidad porque desde la última vez que se vieron, percibió que su corazón se hacía un nudo doloroso, porque pensó que jamás volvería interactuar tan íntimamente como ahora, imaginar que ya no hablaría con el beta lo provocaba una profunda tristeza. Pero escuchar eso fue como si fuera un calmante para su dolor desapareciera, la tranquilidad lo invadió y su felicidad incremento, haciendo que se abrazara aún más a ese pequeño del portado de la bandana azulada.
-No lo hare. — Pronuncio con su sintetizador de voz robótica, su respuesta fue corta y precisa, lo suficiente para que Roier dejara de llorar y solo sollozara suavemente en busca de calmarse, dejándose llevar por la afabilidad del enmascarado oso blanco.
Y vaya que Osito Bimbo cumplido su palabra, porque desde esa situación la relación de Cucurucho y Roier había cambiado por completo, el hibrido de oso ayudo al humano a llevarlo a su cama y por los posteriores días este ayudo a cuidarlo con suma delicadeza. La cual la casa del mexicano se volvió un tipo de hogar para Cucurucho, ya que estos habían creado una rutina que funcionaba para ambos, esto no interrumpía con los trabajos del hibrido de oso, porque tenía el tiempo para cuidar y disfrutar de la compañía del bonito castaño.
Primeramente, desde esa noche que hablaron por primera vez de una forma más detallada Osito Bimbo en un escrito en su cuaderno, redacto que no se iría de su lado hasta se recuperara, tomando como pretexto que como trabajador del QSMP era su “obligación”, asegurarse de la seguridad de los miembros de la isla, Roier sabía que era mentira, pero le siguió la corriente. Así que establecieron reglas, todas las mañanas Osito Bimbo se iría para cumplir su deber, y en el atardecer el regresaría para seguir cuidando del castaño, al mismo tiempo algunos habitantes de la isla con quienes llego lo visitaban aunque no era tan seguido, pero solo era en las mañanas antes de que llegara Cucurucho, porque el Osito fue muy directo al decir que deberían mantenerlo en secreto, ya que podía estar en serio problemas al darle a Roier un trato especial, cosa que el castaño acepto así que las horas que estaba libre a veces el beta le pedía a su amigo Mariana visitarlo, siempre lo reciba con una cálida sonrisa pero cuando llegaba la hora que venía el hibrido blanco, el castaño buscaba un pretexto para que Mariana se fuera, aunque claro su amigo jamás se enojó por ello porque siempre respeto sus decisiones.
Por parte de Roier prometió comer y cuidarse más para recuperarse, como ahora Cucurucho en cierto modo vivía junto a él ahora tenía la responsabilidad de darle comodidad en su casa, así que cada vez que el hibrido se iba, Roier como podía aun con su cuerpo adolorido este se dedicaba al que hacer de la casa, como también un método de ejercicio para que su cuerpo no se debilitara y pueda mantener limpio su hogar, matando dos pájaros de un tiro, también se encargaba de preparar la comida antes de que llegara Osito Bimbo, para sorprenderlo siempre con una cálida bienvenida y un rico manjar por su arduo trabajo, como también una recompensa por cuidarlo tan bien.
Esto llevo a momentos tiernos formados por ambos, la cual consistían en comer juntos y tener una cómoda charla, más bien con Roier hablando como perico, ya que Osito se limitaba a constatar con respuestas muy cortas, pero intentaba seguirle la conversación, escribiendo un poco en el cuaderno, para hacer preguntas pequeñas o contestar algo simple. Pero en la hora de dormir hasta eso Cucurucho se había instalado ahí por petición de Roier, el castaño en otra habitación le hizo dos camas cómodas para que descansara, ya que Cucurucho era muy alto mientras Roier dormía en el tercer piso, el Osito no tuvo problemas al contrario agradecido por ese gesto además que disfrutaba de la vista de los ventanales de la casa que le dejaban ver una escena increíble del paisaje, mientras lo admiraba estando acostado.
Además, cuando a Roier necesitaba un cambio de vendas, Cucurucho cuando estaba siempre se ofrecía ayudarlo siendo más fácil para el mexicano, aparte de que para el albino era la excusa perfecta para tocar al castaño. Mientras que para el beta disfrutaba de ese trato delicado, ambos lo disfrutaban y se beneficiaban de alguna forma.
Solo pasaron 4 días de ese momento y ya con su rutina establecida pudieron vivir muy cómodamente, cosa que eso termino por unirlo aún más de lo que ya estaban gracias a la persistencia de Roier, el hibrido de oso blanco termino por cautivarse por el ser del muchacho de bandana azulada, simplemente ahora no podía creer que estuviera viviendo bajo el mismo techo con uno de los visitantes, su estadía ahí era tan cómoda y acogedora que podía decir que era un sentimiento muy similar al de un hogar, aunque se supone que todo la isla es su “hogar”, pero el hibrido no lo veía de esa forma al contrario lo sentía más como una prisión, la cual debía obedecer sin ningún tipo de objeción a todas las peticiones que su jefe hacía.
Pero en esos momentos simplemente era como si solo viviera una libertad que nunca imagino tener, disfrutar de la compañía de ese humano tan simple sin ningún tipo de hibridaje, dejarse llevar por sus emociones que lo hacían hacer ese tipo de locuras que jamás pensó que haría en su vida, pero lo mejor de todo es que no se arrepentía.
En esos momentos Roier y Cucurucho habían terminado una deliciosa cena que el castaño preparo con mucha dedicación, ahora el hibrido solo se enfocaba en limpiar la mesa mientras el beta lavaba los trastes, con un trapo mojado limpiaba el comedor, cuando este término miro de reojo a su contrario como lo hacía desde que llego, analizando sus acciones y comportamientos, encantándose por cada minimiza acción que hacía, notando que Roier llevaba un mantel rosado, mientras le daba la espalda al mismo tiempo que tarareaba una canción para distraer su mente entre tanto hacia el que hacer, notando que bailaba en su lugar meneando sus caderas al ritmo de su canto.
Cucurucho noto por primera vez noto su figura haciendo que el hibrido se quedara estático, porque jamás había tenido su concentración en el humano dándose cuenta de su atractivo, pero lo que más llamo su atención fue sus posaderas regordetas la cual con su short super pegado casi no dejaba nada a la imaginación, cosa que si no fuera por la ropa que por lo general ocupaba jamás lo hubiera notado, esa imagen hizo que el hibrido comenzara a sentir como su estómago se revolvía con un sentimiento demasiado extraño, pero muy placentero que por alguna razón sentía como si su pulcro pantalón comenzara apretarse con cada segundo que seguía mirando al beta, de esa forma nada decente pero simplemente no podía dejar de observarlo era como si sus ojos encontraran, una imagen que daba gozo al verla, una adicción al paladar y eso estaba delatando a Cucurucho que comenzó a sentir como su corazón volvía acelerarse de forma errática, como su cara comenzaba a arder cosa que no podía comprender qué demonios le estaba pasando.
Tenía una idea en su mente sobre lo que ocurría, aunque tenía mucho miedo de que fuera la razón de su problema, porque si fuera así entonces Osito Bimbo ahora si tendría bastantes dificultades, ya que si resultaba ser la causante de su estado eso significaba que ya no podía dejar de ver a Roier de esa forma y muy probablemente, su relación amistosa daría un giro que podía acabarla o aumentarla y eso le aterraba al trabajador del QSMP.
-¡Ay! — Un quejido saliendo de los labios del menor se hizo escuchar por la sala, haciendo que Cucurucho se despertara de su trance pues gracias a ese ruido este de inmediato se acercó a Roier, para saber cuál fue el motivo de ese gemido lastimero.
El de ojos castaños solo miraba su dedo la cual tenía una cortada, donde salía mucha sangre pues por estar lavando un cuchillo no tuvo el cuidado suficiente porque este término cortándose por error.- Jeje me corte sin querer queriendo.- Pronuncio divertido mientras le dedicaba una sonrisa al hibrido que había llegado a su lado, no quería preocuparlo así que este solo miro alrededor.- Solo necesito una bendita y listo.- Roier estaba a punto de separarse para buscar el quit de primeros auxilios, pero fue detenido por el contrario que tomo su mano con suma delicadeza haciendo que parara su andar.- ¿Osito Bimbo? — El beta estaba confundido del porqué de esa acción, pero este de inmediato se quedó impactado al ver como Cucurucho comenzaba a hacer a un lado su mascara, dejando ver su boca cosa que el humano al notarlo comenzó a ponerse nervioso y su aroma lo delataba, por el simple hecho que nunca había visto la cara del osito pero al ver sus labios rosados y una parte de su barbilla, este noto que poseía una cicatriz, las mejillas del castaño comenzaron a ruborizarse por tener tan cerca al osito.
Pero cuando este abrió sus labios dejando ver su grandes colmillos, hizo que Roier se estremeciera porque definitivamente a diferencia de Spreen, Cucurucho tenía unos caninos más grandes y gruesos, el contrario llevo el dedo lastimado del castaño hasta su boca la cual metió, haciendo que su lengua comenzara a lamer su sangre en busca de limpiarlo, aunque solo fue una excusa perfecta para probar el néctar de su piel, como su líquido vital se combinaba con su saliva fue un momento en donde Cucurucho pudo sentir una explosión de sabor que jamás había probado, y entendió que ahora se volvería adicto al chico de la bandana azulada, no quería parar de saborear todo lo que conllevaba de Roier.
El menor por su parte podía sentir como la lengua de Osito Bimbo, lamia con descaro alrededor de su dedo como sus labios chupaban para drenar de la sangre que tenía para limpiarlo, como sus colmillos tan gruesos rozaban contra su piel, no solo eso si no que podía sentir como el hibrido con su otro brazo lo rodeaba de su cintura atrayéndolo más hacia su cuerpo caliente, provocando que el chico jadeara un poco por esa repentina acción, por un momento imagino que esos canino lo mordían hasta dejarle una marca en su glándula de olor, provocando que el chico se sonrojara fuertemente y su respiración aumentara, porque su mente divago tantas escenas en donde se vinculaban, pero la sola idea lo puso tenso porque sentía que sus sentimientos se lastimaban por el simple hecho de que aún seguía sintiendo, algo por Spreen aunque ya no sabía si eran rastros de amor u odio, pero no quería que Cucurucho sea un tipo de reemplazo, por eso se culpó internamente por pensar en eso.
Pero al menos disfrutaría de esa cercanía tan intima con el hibrido, hace tanto que deseaba que alguien lo tratara con delicadeza, que le diera unos toques suaves como Cucurucho lo estaba haciendo, no ejercía fuerza para lastimarlo solo la suficiente para pegarlo lo más posible a su cuerpo, mientras disfrutaba de lamer su dedo la cual paso ahora a su mano, después comenzó a depositar suaves besos en el dorso, para luego lamer suavemente su pulgar y chuparlo un poco, sacándolo y repetir el proceso, eso hizo estragos en el cuerpo del chico de bandana azulada, porque comenzó a sentir en su vientre un fuerte vacío que comenzaba a ponerlo caliente, acompañándolo con suaves jadeos solo el sonido de las respiraciones y los corazones de ambos se escuchaban de forma tan intima en esa habitación.
El castaño no podía creer lo que ocurría pero no iba a pedir que parara al contrario, Roier soltaba suaves suspiros y sus ojos se dilataban por el gozo que sentía en esos momentos, tanto que su aroma se volvió más fuerte permitiendo que el contrario lo olfateara y se deleitara con su fragancia, Cucurucho pudo olerlo provocando que se emocionara aún más por probar al beta, porque su fragancia lo estaba volviendo loco al punto que ya no podía dejar de chupar sus dedos, el ojos cafés instintivamente quiso buscar más contacto con Osito Bimbo, así que este pego su pelvis contra la de Cucurucho buscando un bulto o lo que sea para restregarse, y hacer que ese cosquilleo que sufría su parte intima parara, eran roces inapropiados el joven lo sabía pero no podía evitarlo estaba tan necesitado.
Desde que termino las cosas con Spreen, no había sido tocado de esa forma por nadie más, desgraciadamente ese maldito chico de ojos amatistas condiciono su cuerpo a volverse tan sensible, cosa que fastidio a Roier porque por culpa de eso se había vuelto un poco adicto al placer sexual, aunque claro eso era un secreto que solo el hijo de Vegetta sabia, pero ahora que eso había acabado el pobre Beta tenía que lidiar con los estragos que dejo, eso significando satisfacerse solo cosa ni siquiera podía complacerse con sus propios juguetes ya que se hizo adicto a la polla de ese alfa, aunque gracias a Cucurucho por sus cuidados ahora Roier podía hacer algo sin lastimarse, y para eso necesitaba al Osito Bimbo aunque claro no quería utilizarlo como un mero objeto sexual como Spreen lo hizo con él.
Él no era un monstruo sin sentimientos a estas alturas se había encariñado tanto con Cucurucho, que ya hasta le decía que lo quería y apreciaba, pero el problema era que cuando Roier lo decía este no se refería a una simple amistad, cosa que el muchacho lo supo desde hace poco, entendió que lo que sentía por el hibrido de oso blanco ya no podía verlo como un amigo no sabía porque y no entendía desde cuándo pero desde que comenzó a ser más íntimo, Roier comenzó a notar su atractivo y ser más atento a sus acciones.
Por parte de Cucurucho comenzó fijarse como ROier se pegaba a su cuerpo, y comenzaba a restregarse buscando liberar un poco de frustración sexual, lo noto de inmediato cuando el aire comenzó a llenarse de sus feromonas liberadas por ese precioso chico que suspiraba haciendo que su nariz se sintiera en el paraíso, lo miraba con tanto cariño que nunca lo había visto de una forma tan hermosa antes, con sus ojos dilatados, con una sonrisa tímida y un sonrojo cubriendo su rostro, todo de Roier gritaba sensualidad pura como belleza misma.
Osito Bimbo al ver esto supo que ya no habría vuelta atrás, no para lo que quería hacer simplemente ya no podía quedarse más tiempo sin hacer nada, ahora él quería dejarse llevar por sus emociones y sus instintos, estos pedían marcar a Roier como suyo haciendo que su animal interno comenzara apoderarse de su juicio, en todo aspecto de la palabra, quería hacer que la imagen de Spreen se borrara para siempre y solo sea a él que lo recordara por el resto de su vida. Cucurucho dejo la mano de Roier para acercarse más hasta bajar su altura para quedar a la del castaño, y así hundir su nariz e el hueco de su cuello, para comenzar a olfatear su dulce aroma que desprendía de su deliciosa piel, pero algo difícil ya que tenía aun la mascara.
Roier soltó un gemido suave cuando sintió como Osito Bimbo comenzaba a besarlo, él también quería olfatear a Cucurucho pero era imposible por las capas de desodorante anti olores que se ponía a diario, en la mañana, tarde y noche, el peliblanco había sido muy cuidadoso en jamás delatar su aroma ni siquiera su segundo género, cosa que frustraba tanto al menor porque el también deseaba poder deleitarse con su aroma y bañarse en él, este volvió a jadear cuando sintió la lengua del contrario ya que su cuello es una zona tan erógena, el hibrido saboreo su carne suave como si fuera su nueva comida, el chico se abrazó a la espalda de Cucurucho aferrándose más a su cuerpo, hasta que pudo sentir como en la parte de su estómago algo duro lo estaba presionando, como si quiera apuñalarlo y entendió que ese bulto no era nada menos la erección que pertenecía a Cucurucho, provocando que el humano se pusiera más nervioso, como su sonrojo aumento porque noto por el simple tacto que el hibrido la tiene grande y ni hablar del grosor.
Pero a pesar de eso aun así no podía oler sus feromonas, era como si Cucurucho no tuviera aroma propio ni siquiera cuando se supone que debe apestar a hormonas, al estar tan excitado. Roier culpo seriamente a ese maldito desodorante que restringía su fragancia, el pobre beta se estaba irritando no poder oler a Cucurucho, ya que en su cultura era muy importante los aromas de la gente que lo rodeara, en especial de las parejas, ya que los hedores que desprendían serian un significativo de cómo se sentía la persona, en especial entre parejas que se marcaban mutuamente con sus aromas, en especial en parejas que no se habían enlazado aun, donde se veía más era en las relaciones de novios, pero también era común entre familiares y amistades sucediera eso, ya que era una muestra de cariño como si quisieran pegarte una parte de ellos en la persona que le tienen ese amor, para que lo llevaras siempre a donde fueran.
Desgraciadamente su aroma delato su desesperación, cosa que Cucurucho lo noto y de inmediato se pegó a su cuerpo en busca de calmar de alguna forma su ansiedad, de su bonito beta la cual al sentir como su gruesa erección se pegaba más en su cuerpo la cual una suave preocupación comenzó a presentarse.
Tenía un poco de miedo que eso no cupiera en su coño que comenzaba a gotear dentro de sus pantalones, pero al pensar en eso se sintió más abrumado porque ya estaba pensando en permitir que Cucurucho probara su cuerpo, haciendo que Roier se sintiera mal porque no quería hacer lo mismo lo que le hicieron a él. Así que como pudo sus manos viajaron a los hombros del hibrido para buscar tener distancia de él, aun sonrojado y ansioso por continuar.- Espera… Osito Bimbo.- Pronuncio en un jadeo tímido tratando de detener al contrario la cual comenzaba a lamer su cuello, cosa que el oso al escucharlo solo paro pero sin alejarse ni un cm, queriendo escuchar lo que tenía que decir, tomaría su mascara para acomodarlo de nuevo para utilizar el sintetizador.- Si continuamos, sabes que te meterás en problemas.- Pronuncio jadeoso mientras aun lo abrazaba, mientras sus mejillas estaban timadas de un rojo intenso.
El hibrido solo pensó un momento lo que estaba pasando y entendió que no quería detenerse, ya no podía retroceder, pero tampoco quería hacerlo solo Roier le provocaba esas emociones descontroladas y esos pensamientos rebeldes, porque sabe que lo hacían era un pecado la cual podía hasta perder su vida, fue el riesgo que decidido tomar en el momento que se quedó a vivir por unos días con Roier con el pretexto de cuidarlo. — Si. — Su respuesta fue corta y directa.
-Aun sabiendo eso…- El mexicano podía escuchar los latidos tan erráticos y fuertes de su osito lindo, haciendo sincronía con los suyos la cual estaba de igual forma nervioso y ansioso, porque también quería continuar ante lo que los esperaba si se dejaban llevar. — ¿Tú quieres continuar? — Pregunto temiendo por la respuesta, pero tampoco haría algo que el osito no quisiera.
Cucurucho se apretó más al cuerpo de Roier al mismo tiempo que pegaba más su cara con esa mascara, contra su cuello para tratar de inhalar su aroma fresco aunque fuera dificil. Cucurucho ya había tomado una decisión en el momento que permitió que Roier entrara en su vida, supo de inmediato que ese mexicano seria su perdición tarde o temprano y en vez de asustarse o temer a la idea, fue todo lo contrario y acepto que ya no podía ver al castaño de otra forma, necesitaba que este precioso joven adulto fuera su suyo.- Si.- Volvió a responder aun con su voz robótica, ya no había miedo o dudas en sus palabras, si su jefe se enteraba entonces aceptaría el castigo mientras no dañara a Roier en nada, si era necesario pagaría por los dos.
Cucurucho le daría la bienvenida a las torturas ya que no sería la primera vez, ya que su cuerpo estaba manchado de cicatrices por sus errores pasados.
Roier al escuchar eso sintió como su corazón se volvía loco, porque nunca pensó que Osito Bimbo le diera su consentimiento para proceder ante esos momentos tan íntimos, el chico trago en seco porque estaba nervioso y a la vez temeroso no quería lastimar a Cucurucho con sus inseguridades, ya que aún tenía en mente a Spreen y ahora llevaría a alguien más a la cama, aun teniendo en corazón las remembranzas de los toques del hibrido de oso negro. Pero aun así decidido aceptar la respuesta de Osito Bimbo, porque en lo más profundo también lo deseaba tanto, no iba a negar que algunas veces había fantaseado con Cucurucho más que nada por el porte que poseía, y como ver su tamaño hizo que Roier se imaginara tantos escenarios lascivos, pero en este caso al fin se cumplirían sus más secretas fantasías con el trabajador del QSMP.
-Entonces vamos a mi cuarto. — Susurro tan nervioso y lleno de cariño cargado, no iba a tener un momento íntimo de ese nivel con Cucurucho en la sala, al contrario quería estar en una cama donde pudiera estar más cómodo. A sí que con cuidado se alejó del contrario para luego tomar su mano.- Sígueme Osito Bimbo.- Este pronuncio mirándolo directamente a la máscara, dejando ver su sonrojo tan notorio al mismo tiempo hizo que esa imagen tan adorable y ansiosa de Roier, provoco que Cucurucho se volviera más inquieto porque ya no podía seguir esperando por ver desnudo a ese lindo chico, verlo lloroso por su compañía hasta ser llenado para que pueda perder el control ante su esencia.
El mexicano comenzó a caminar junto con Cucurucho tomados de las manos hasta las escaleras para subirlas, no sin antes apagar las luces de la cocina y quitarse el mandil hasta dejarlo en la mesa. Ambos caminaron hasta la habitación del muchacho la cual estaba decorada con uno que otro mueble y enfrente de ellos, estaba una cama matrimonial en donde podían caber perfectamente. Roier guio al osito hacia el colchon donde le pidió que se sentara cosa que el contrario hizo.
-Osito… ¿Has tenido intimidad sexual antes? — Preguntaría el mexicano muy sonrojado mientras miraba al hibrido, que se encontraba sentado en su cama observándolo fijamente, al mismo tiempo que podía notarse en su entrepierna su semi erección. Roier también se estaba poniendo ansioso por probarlo, pero tampoco deseaba presionarlo o algo que lo incomodara.
El oso al escuchar su pregunto se estremeció de tan solo imaginar que tendría coito con Roier, y ni que decir que su gesto de tratar de no decir directamente sobre el sexo, se le hacía muy tierno ya que sabía que el chico estaba muy nervioso.- No.- Respondió, aunque no era un ignorante en el tema ya que sabía muy bien sobre la reproducción, además que no fueron los únicos que entraron a la isla para tomar “vacaciones”, ya había visto a otras personas fornicar antes, claro desde lejos mientras recolectaba información y aunque le desagradara bastante, ya había descubierto en una ocasión como Spreen devoraba a Roier en la construcción de su bar, cosa que esa sola imagen le provocaba molestia, le revolvía el estómago saber que el mexicano gemía el nombre del hijo de Vegetta, y le dedicaba tan bonitos gestos que Cucurucho atesoro en sus recuerdos, las expresiones tan lindas y lascivas del muchacho.
Pero esta vez se sentía tan feliz porque sería él ahora que le provocara esos gestos, se había informado del tema y como proceder hacerlo pero hasta ahí, ahora tenía que ponerlo en práctica aunque claro una parte de su ser se encontraba inseguro, porque temía que Roier al ser experimentado se cansara o se aburriera, por alguna razón ese pensamiento provocaría un gran golpe al orgullo del hibrido, de nuevo no sabía explicar ese tipo de sentimientos o porque tan siquiera tenía esas inseguridades.
-Ya veo. — Roier estaba más impactado porque significaba que Cucurucho estaba confiando al 100% en él, para entregar su primera experiencia sexual a su persona. Cosa que el muchacho de bandana azul, se sintió tan halagado y enternecido por su decisión, no quería fallarle al oso al mismo tiempo deseaba tanto poder complacerlo, para que pueda sentir las delicias del placer sexual. Además de que su corazón palpitaba con tanta fuerza por la felicidad que sentía por compartir un momento tan intimo con el contrario, así que este aun con un sonrojo le pudo sonreír de forma calidad y apasionada, llena de un cariño y un querer dirigida al oso cautivado por su gestos, expresiones y figura. — Entonces déjame por favor tomar el control Osito Bimbo, por favor osito déjame guiarte. — Roier se acercó lentamente mientras abría con suavidad las piernas del trabajador del QSMP.
Para meterse entre ellas mientras él seguía sentado mirando directamente al beta, el castaño con sus manos viajo hacia sus hombros, las cuales acaricio con dulzura, combinada con lujuria y con sus suaves caricias comenzó a viajar hacia su cuello, hasta llegar así mascara mientras en el proceso hizo estremecer a Cucurucho, por esos mismos que lo hacían sentir en el paraíso al ser acariciado de esa forma.-Si.- Volvió a responder Cucurucho a Roier, dándole la autorización de permitir que ese chico bello sea quien lo guiara, a ese nuevo mundo donde experimentaría el pecado de la lujuria.
Cucurucho estaba jodido en ese punto, estaba muerto si se enteraban sus compañeros y ni hablar si lo hiciera su jefe, pero no le importo simplemente sería capaz de revelarse por primera vez en su existencia, si eso significaba seguir sintiendo y experimentando estas cosas con Roier.
-Primero bésame Cucurucho. — Murmuro tan cera de él mientras se acercaba pegando su cara a su mascara, juraba que si no tuviera su mascara podría sentir el aliento cálido del chico.
-Si.- Volvió a responder rápidamente porque había fantasiado tantas veces probar sus labios, que no podía aguantar pensar a veces a qué sabían y ahora al fin lo cumpliría.
Roier con cuidado tomo su mascara y comenzó hacerla a un lado hasta solo dejar ver de nuevo sus labios, con su boca entre abierta mostrando sus colmillos gruesos. El castaño suavemente comenzó a inclinarse para poder juntar sus bocas, provocando que ambos sintieran una gran descarga de emociones positivas, Cucurucho al fin pudo sentir los labios tan suaves de ese precioso chico con una bandana azul, tan característica de él sabía que esto se volvería una adicción, en especial cuando comenzaron a intensificar ese beso tan intenso, Roier abrió un poco su boca para tomar aire y por instinto Cucurucho metió su lengua para saborear mejor su cavidad bocal, la cual el chico como pudo comenzó a corresponder. Los ruidos de sus besos húmedos comenzaron a escucharse por toda la habitación, provocando que a Roier se emocionara aún más porque de alguna forma ese ruido tan obsceno que hacía con su boca, al besar sin piedad los labios de Cucurucho hacían que este se excitara aún más de lo que ya estaba, haciendo que de su vientre comenzara a formarse un vacío horrible, que necesitaba llenar con desesperación anhelando de una vez la polla de ese hibrido enfrente de él.
El ambiente comenzaba más caliente en esos momentos y ese beso húmedo estaba aumentando más el nivel de su libido, Osito Bimbo estaba disfrutando del aboca de Roier, mientras devoraba la cavidad bocal del humano, tanto que se estaban perdiendo en su burbuja que el oso alzo sus manos para dirigirlas hacia las posaderas del contrario, en el momento que tomo sus glúteos el castaño soltó un gemido entre besos, provocando que Cucurucho sintiera una corriente placentera desde la raíz de su pene hasta su glande, haciendo que palpitara en el acto por ese bonito sonido que Roier soltó.
Cucurucho tuvo mucho cuidado de apretar los glúteos tan esponjados de Roier, a pesar de que este tenía sus molestos pantalones aun podía sentir la suavidad, redondos y al mismo tiempo podían rebotar tan bien, Cucurucho casi pierde su pizca de cordura por tan sola imaginar como rebotarían contra su pelvis. Roier por su parte disfrutaba del toque tan atrevido del oso, podía sentir como sus manos manoseaban sus glúteos, apretaban como si fueran un tipo de bolita anti-estrés, lo soltaba para volver a repetir el patrón, provocando que este gimiera entre sus besos lascivos. Sonrojado y ansioso llevo sus manos hacia la camisa de Cucurucho, donde comenzó a desenredar su corbata perfectamente acomodada, para retirarla poco a poco y así poder tener acceso a los botones de la camisa perfectamente pulcra del osito, dejándola caer al suelo.
Roier tuvo que separarse de la boca de su lindo osito dejando un hilito de saliva que los unía, este solo se alejó un poco para observar cuando le quitaba la ropa, su cuerpo porque desde que abrazaron, el chico supo que el hibrido de oso era musculoso se podía sentir atravesó de su tela, mientras por parte de Cucurucho pudo ver una imagen bastante comprometedora desde su posición, notar como Roier lo miraba con mucha lascivia, relamía sus labios, sus mejillas tan sonrojadas de un rosado carmín que resaltaba su belleza, mientras sus ojos brillaban y se encontraban dilatados. El peliblanco solo trago en seco ante tan seductora imagen, provocando que lo apretara más para que se pegara a su cuerpo caliente.
EL mexicano aprovecho que dejo sus labios ya que con sus dedos comenzara a desabotonar cada botón de su camisa, dejando ver primero su cuello pero el mexicano se detuvo, cuando vio una horrible cicatriz decorando su garganta haciendo que Roier sintiera una angustia, por ver como esa federación le robo la voz a su lindo osito blanco. — ¿Te duele? — Preguntaría preocupado por dañarlo notando su inseguridad por proseguir, además de sentirse triste y con enojo por ver cómo es que le hacían esa mierda a Cucurucho.
El albino noto como el beta cambiaba su actitud a una angustiosa, el hibrido de inmediato negó con su cabeza la pregunta, quería decirle que no dolía y ni siquiera le importaba sus cicatrices, así que para transmitirle su mensaje este contactaría su cuaderno con algo escrito. — No, no te preocupes por ello. -Roier al leer eso solo asintió no iba a preguntar nada más, ya que se notaba que el hibrido aun deseaba continuar. Pero Cucurucho se dio cuenta de la inseguridad del beta, así que de nuevo hizo desaparecer la libreta para volver aparecerlo con un nuevo mensaje. — Prosigamos. — El mexicano solo sonrió porque necesitaba leerlo, ya que sintió un gran alivio así que prosiguió en desnudarlo, quitando el resto de sus botones dejando ver su clavículas y parte de su pecho, provocando que Roier comenzaba a ponerse nervioso por tener una imagen tan sensual del osito, sentado frente a él mientras permitía que lo desnudara como deseara.
Roier continuo dejando ver parte de la piel pálida como la nieve pero la cicatriz de su cuello no era lo únicas decorando su piel, porque al exponerlo observo todos, haciendo honor a su hibrido de oso polar y el increíble cuerpo bien trabajado del osito Bimbo, ver sus pectorales fornidos junto con su abdomen, que mostraba lo definido que estaba al presumir los músculos formador, el mexicano sintió como su vientre se hacía nudo y sus pliegues vaginales, comenzaban a volverse más sensibles como ansiosas por ser azotadas contra la pelvis de Cucurucho, provocando que su bóxer comenzara a empaparse que ya estaba. Pues el físico de Osito Bimbo definitivamente lo atraía tanto que no podía dejar de pensar, que Cucurucho había aceptado pasar la noche con él.
El chico de la bandana azulada tomo la camisa del hombre frente suyo, para comenzar a bajarlo ya que quería retirarlo, dejando caer en la cama para que este estuviera semi desnudo. — Osito Bimbo… estas bien pinche sabroso. — Pronuncio sin poder creer que se hibrido de oso, con el cuerpo definido y tonificado seria quien se lo follaria. En un momento pensó en Spreen y en el atractivo de su físico, pero si lo comparaba con Cucurucho por mucho se quedaba atrás y eso hizo muy feliz a Roier, porque lo que menos quería era pensar en Spreen y que sea solo Osito Bimbo el que gobierne sus pensamientos. El beta se agacho un poco para quedar entre el hueco del cuello de Cucurucho, y así depositarle un suave beso a su cicatriz para transmitirle consuelo como confianza, para luego ir hacia la glándula de olor del hibrido dándole otro beso, pero cuando volvió a olfatear de nuevo se llevó una decepción porque no encontró ningún olor proveniente de él, el beta tenía tanta curiosidad que tipo era Cucurucho, pero si el osito no quería liberar sus feromonas entonces respetaría eso, aunque internamente se estaba desesperando.
Así que para compensar la falta de olores de Cucurucho, Roier comenzó a liberar el suyo de forma exagerada, haciendo que su fragancia natural combinada con las hormonas comenzara a inundar la habitación, y el hibrido pudiera comenzar a olfatear el dulce aire cargado de feromonas que instintivamente lo incitaban a corresponder, porque para la desgracia de Roier los aromas delataban también su estado de ánimo, ya que a pesar que estaba tan cachondo y ansioso por sentir el pene tan profundamente en su bonito coño, aun así estaba la incertidumbre e inseguridad, al no tener un aroma de Cucurucho que le brindara seguridad en ese momento tan indefenso e íntimo.
Cucurucho jadeaba un poco y en silencio apenas no se podía escuchar su respiración, en especial cuando Roier beso sus hombros y su glándula de olor, estaba caliente y abrumado por tanto en especial por el hedor de la misma excitación de Roier, sus hormonas lo delataban juraba que si quitaba su pantalón el aroma sería más potente, pero noto en una parte de la fragancia del beta como presentaba estar inseguro, cosa que hizo que el osito se regañara internamente por hacer que Roier hiciera todo el trabajo, ya que pensaba que tal vez eso lo había puesto ese en estado, pero aunque quisiera hacer algo solo respeto los deseo del beta y permitió que fuera él que lo guiara.
Cuando escucho el cumplido no pudo evitar sonrojarse, pero, aunque quisiera corresponder a sus palabras no podía decir mucho, dependía del codificador de su mascara para hablar y en esos momentos, no lo tenía ya que la había hecho a un lado para besar a Roier. Quería con tanta desesperación ahora desnudar al chico, así que como pudo siguió sus instintos y sus manos comenzaron a viajar hacia las caderas del chico, la cual este sintió escalofríos placenteros al ser tocado tan dulcemente.
Osito Bimbo tomo las orillas de su suéter, la cual comenzó alzarlo poco a poco dejando de ver la piel de Roier, ya que sin la prenda estaba totalmente expuesto ya que no llevaba nada. — Osito ah~, que atrevido eres.- Dijo bromeando con un lindo rubor, permitiendo que el hibrido disfrutara de desnudarlo como él lo hizo. Hace poco Roier había dejado las vendas así que varias de sus heridas se habían cicatrizado, pero lo que noto fue ver una horrible cicatriz en la boca de su estómago, siendo el lugar donde Spreen le clavo su espada. Cucurucho al notar que ya estaba hecho una cicatriz este dudo en continuar, pero el gemido de Roier lo hizo despertar de su trance y eso fue la única señal que necesito para continuar.
Ayudo al oso a quitarse su suéter dejando ver la enorme diferencia de cuerpos, mientras Cucurucho poseía un abdomen tonificado, Roier tenía una bonita pancita que sobresalía una lonjita, mientras el hibrido poseía pectorales duros y formador, el mexicano tenía dos pechos pequeño pero hinchados por la grasita de su cuerpo nada formados, pero sobresalían sus pequeños pezones erectos de color rosado melocotón listos para ser mordidos o pellizcados, aparte de que al ser un beta no tenía curvas en sus caderas como un omega, pero lo compensaba muy bien al tener un increíble culo esponjado la cual hasta los omegas envidiaría. Roier era lo contrario al hibrido de oso y eso por mucho a Cucurucho, ver esa parte desnuda del humano hizo que se excitara aún más, provocando que sus pantalones ya fuera una prisión horrible por culpa de su pene.
-¿Qué te comió la boca la arañita? — Pregunto Roier divertido pues al mirar a Cucurucho sabía que se había quedado embobado, en especial cuando vio como la boca ajena formaba una o de asombro.- Vamos osito, no te detengas… también puedes quitarme aquí.- Respondió mientras tomaba sus manos y las bajaba hacia su pantalón, para que pudiera quitárselo.
Cucurucho así lo hizo, este comenzó a quitar el botón y bajar el cierre para retirar el pantalón del castaño, dejando caer hasta el suelo la prenda exponiendo las hermosas piernas del chico al mismo tiempo como este portaba un bóxer, pero había una diferencia que Cucurucho noto y estuvo realmente impactado por lo que veía, gracias a que Roier tenía chanclas este solo se las quito para sacar fácilmente el pantalón de sus piernas y botar la prenda por ahí, para que no estorbara.
El oso esperaba ver la tierna erección del contrario, pero en vez de eso lo único que se encontró fue ver como de su ropa interior estaba empapado de fluidos, al mismo tiempo que podía verse como estaba la tela pegado al coño de Roier, Cucurucho estaba emocionado y curioso a la vez, porque nunca pensó que ese bonito beta tendría una vagina aunque claro cuando lo atrapo con Spreen, por el cuerpo del otro hibrido jamás dejaba ver a Roier de su entre pierna, ya que en la posición donde los encontró no podía ver mucho así que Spreen no ayudaba en nada al tapar la mayoría de la vista en Roier, en ese punto estaba sorprendido pero por alguna razón este descubrimiento lo puso más duro de lo que ya estaba, el Beta supo de inmediato que Osito Bimbo estaba analizando la información dada, este solo se sonrojo fuertemente porque solo sus mejores amigos más íntimos sabían la verdad de su persona. Cucurucho de inmediatamente supo que su lindo Roier caía en la etiqueta de pussyboy, aunque era muy raro encontrar este tipo de chicos con esas características.
El oso sintió una emoción más fuerte, porque eso significaba que al tener una vagina podía ser más agresivo y poder llenar tanto a Roier como quisiera, ya que su cuerpo estaba adaptado para eso y vaya que el peliblanco lo aprovecharía.
Cucurucho con sus manos comenzaron a pasar por sus piernas con mucha suavidad, aunque odiaba un poco los guantes que tenía ya que quería sentir mejor la piel desnuda del joven adulto. Provocando que Roier sintiera más excitación aunque claro estaba frustrado porque también quería sentir el tacto desnudo, de las manos del hibrido este tomo las manos de Cucurucho.- Osito Bimbo eres injusto conmigo, si vas a tocarme quítate de los guantes.- Roier llevo una de sus manos hacia su boca, donde mordió suavemente uno de sus dedos como chupar un poco, en busca de estimular más al contrario, logrando al fin sacar el guante lo que hizo que volviera a repetir ese proceso pero en la otra mano ajena.
Roier aprovecho para tomas sus manos y llevarlas hacia sus botones erectos.- Osito por favor se cuidadoso con tus garras.- Menciono sonrojado lo que provocó que el contrario asintiera, y con mucho cuidado para no lastimarlo con sus garras, con la yema de sus dedos comenzó a presionar los pezones de Roier haciendo que este soltara un gemido tan excitante, que Cucurucho soltó un suspiro ansioso sintió como los pezones de Roier son tan suaves al tacto, al mismo tiempo no importa cuando los presionara para hundirlo estos volverían a la normalidad, eran suaves gomitas sensibles que podía malear a su gusto y gracias a eso, Roier jadeaba de placer por como su cuerpo sentía esos espasmos llenos de éxtasis por como tocaba tan delicadamente esas zonas erógenas.
Roier no podía creer estas alturas como había logrado convencer al trabajador de la federación del QSMP, de tener ese momento tan intimo donde solo la lujuria los gobernaría en sus acciones, aún vivía en un sueño en la cual no deseaba despertar porque todo de ese hibrido lo estaba enloqueciendo, en donde ni siquiera pensó en una comparativa con Spreen porque respetaba y quería demasiado a Cucurucho, como para faltarle al respeto de esa manera.
Cucurucho se encarga con sus manos apretar con suavidad sus pechos semi formados por culpa de la grasita de su cuerpo, la cual terminaba por pellizcar sus pezones que provocaba que Roier no pudiera aguantar los jadeos llenos de gozo, mientras sentía como su coño se empapaba aún más haciendo que sus bóxer, comenzaran a mojarse de sus propios fluidos volviéndose incomodo, mientras que su feromona comenzaba a bañar la habitación provocando que Cucurucho comenzara a babear un poco porque la hormona de Roier, estaba cargada de excitación y lujuria que por poco suelta su aroma, aunque claro este aun no quería liberarla ya que temía que Roier se abrumara con tanto.-Osito Bimbo… ah~, sabes mis botones de “gomita” no son mis únicas zonas erógenas.- Menciono el castaño soltando una pequeña referencia y bromita, dentro de ese momento.
Haciendo que Cucurucho al escucharlo solo sonriera por saber que ahora el castaño tenía otras zonas, que necesitaba explorar y poder explotarlas todas. Roier solo se alejó un poco para estar más cómodo y así ponerse de rodillas enfrente suyo, en medio de sus piernas mientras le dedicaba una sonrisa llena de voracidad, pero no era comida lo que quería por lo contrario Roier sí que devoraría algo y seria el falo de Cucurucho, porque el mexicano lo haría delirar de placer con su lengua.
-Osito, espero que sepas que es una mamada, porque te hare ver el cielo con mi lengua.- Dijo el moreno mientras con sus manos comenzaba a desabrochar su pantalón y bajar su cierra, por la parte del peliblanco este estaba estático disfrutando de como Roier se encargaba, ansioso por follar su boca y como seria sentir su lengua, estaba tan desesperado que cuando Roier quiso jalar su pantalón, Cucurucho tuvo que levantar su cadera para que fuera más sencillo sacar su pantalón junto con su boxer, aunque fue un poco difícil para el chico cuando quiso sacar su ropa, porque se había atorado justamente en el bulto erecto de Cucurucho, eso hizo que el castaño hiciera un chasquido molesto la erección del hibrido le dificultaba al fin verlo totalmente desnudo.
Solo escucho una suave risa robótica provocando que el pussyboy se avergonzara y mirara hacia arriba, observando como Cucurucho se había acomodado la máscara para poder reírse de su patético intento por quitarle el pantalón.- No te rías oso maldoso, y ayúdame a retirar esto.- Menciono frustrado el castaño muy sonrojado, cosa que Cucurucho solo obedeció aun riéndose un poco por lo que este acaricio la cabeza del menor, y así con su mano libre tomaría la orilla de su pantalón y ropa interior al mismo tiempo, tuvo que hacer un jalón rápido para liberar su pene la cual reboto un poco por la liberación.
Roier se quedó asombrado y pasmado por ver como el falo de Cucurucho por mucho era más grande lo esperado, esta vez el muchacho si tuvo que hacer una comparación interna con Spreen porque mientras el hibrido de oso negro, media justamente 20 cm el de Cucurucho minino calculaba 25 cm y ni hablar del grosor, que sobrepasaba al del hijo de Vegetta. Roier trago en seco al sentir agua en su boca, porque estaba aterrado y a la vez hambriento, el precioso beta cerro sus ojos para poder olfatear el aroma de las feromonas de Cucurucho, deseando saber de una vez que demonios era el hibrido de oso, pero de nuevo sintió una horrible frustración porque sea lo que se haya puesto el trabajador de la federación QSMP, a pesar que tuviera su polla con una que otra vena resaltando, aún seguía sin poder encontrar un hedor característico.
Roier trato de pensar mejor en otra cosa, no podía seguir obsesionándose con la nula existencia de la fragancia de Cucurucho o se volvería loco, solo deseaba poder entregarse al hibrido y que ambos disfrutaran de esa liberación que ambos necesitaban con desesperación, aparte que se enfocó en observar mejor su pene notando que efectivamente cucurucho tenía esa bolsita de piel entre la coronilla de su miembro, características de todos los machos ya que eso formaba el famoso nudo, pero eso no le daba mucha información, porque tanto betas y alfas machos portaban uno, así que descartaba por completo que era un omega, por el simple hecho que los omegas masculinos al tener la habilidad de concebir, su propia biología no contaba con un nudo ya que parecía no ser necesario para ellos, aunque claro estos podían embarazar a una hembra u a otro omega, aunque claro era una probabilidad mínima ya que se sabía que tenían bajos conteos de espermatozoides.
Así que solo se concentró en ese pene grueso con las venas remarcadas para no pensar más en que sub genero tenía su lindo osito, al mismo tiempo se podía apreciar que en su pelvis tenía vello púbico blanco, dejando en claro que era su color natural, la punta de su falo con un color rojizo y dios que de su glande sobresalían el pre-semen burbujeante, que hizo que Roier no pudiera aguantar la tentación de chuparlo.- ¿Te comió la lengua el osito? — La voz robótica de Cucurucho interrumpido los pensamientos más depravados del castaño, porque este despertó de su trance y miro al hibrido aun sonrojado, este solo bufo ya que Cucurucho le había regresado la broma.
Aunque estaba sorprendido que digiera una frase completa más allá de lo habitual, Roier se sentía orgulloso por ser el único que había logrado eso.- Shhh Cucurucho no sabía que te guardabas un tercer brazo, aunque agradezco que me hayas concedido la aprobación para guiarte, porque no sé si será posible que tu pene quepa en mi.- Menciono el castaño tan apenado y ruborizado.
Osito Bimbo al oírlo sintió como su ego se levantaba y por primera vez, se sentía tan orgulloso de una parte de su vida como tener un falo grande, para hacer que Roier se quedara embobado, el castaño se levantó de su lugar para caminar hacia un cofre, haciendo que el hibrido lo mirara extrañado y un poco molesto porque se había alejado de su lado dejándolo con esa erección proveniente, la cual se notaba como su pene comenzaba a latir por culpa de lo cachondo que se sentía.
Roier volvió pero esta vez con un frasquito con un líquido semi transparente blanquecino adentro, este se volvió acomodar enfrente del miembro de Cucurucho esta acción hizo que el hibrido aprovechara de quitarse sus zapatos y su pantalón que estaba atorado en sus tobillos, para estar más dispuesto con Roier ya que se hacía una idea de lo que haría y estaba muy emocionado por el resultado.- Sabes osito en este caso, necesitare más que mi saliva si quieres entrar en mí, así que solo disfrútalo Cucurucho.- Roier susurro su nombre de forma tan erótica y atractiva, mientras abría el frasco y se hurtaba un poco de ese liquido en sus manos, haciendo que el hibrido al tener una nariz tan fina comenzara a olfatear, detectando el hedor a coco.
Las manos de Roier tomaron con mucha suavidad el miembro del oso, provocando que este al sentir el toque tan delicado del castaño no pudo controlar sus suspiros, y más cuando Roier se acercó primero dando un besito en el tronco del pene de Cucurucho, para que con su lengua lamiera la glande llevándose el delicioso sabor del líquido preseminal del contrario, sintiendo un sabor salado combinado con el almizcle, algo fuerte y embriagador que juraba si Osito bimbo tuviera un aroma fuerte, ya lo habría abrumado y hecho llegar a su orgasmo, porque por esa simple acción hacía que su cuerpo se volviera más sensible y ansioso por ser follado sin control alguno.
Este comenzó a meter la punta dentro de su cavidad bocal, mientras sus manos se encargaban de masajear y apretar sin dañar el tronco del pene de Cucurucho, solo se concentraba en masturbándolo. Roier cdlamia la glande con su lengua experimentada notando que Cucurucho era alguien muy pulcro, ya que parecía no tener rastro de esmegma, mientras su lengua se encargaba de lamer alrededor de la corona de su falo, hacia movimiento de aviven con su boca miento lo más que podía el pene del hibrido, al mismo tiempo que sus manos llenas de lubricante hecho con aceite de coco virgen, se encargaban de masturbar el tronco.
Por la parte de Cucurucho este no podía parar de suspirar, Roier no mintió cuando dijo que lo haría ver el cielo, porque en esos momentos el hibrido de oso estaba sintiendo un placer tan grande que jamás a experimento, en especial cuando miraba abajo y observaba a Roier engullir con su boca su polla, con esos ojos llenos de deseo cargado hacían que Cucurucho se perdiera ante el éxtasis, se sentía muy sucio pero no en el mal sentido, si no caliente, excitante lleno de gozo puro, como una descarga corriendo por todo su cuerpo hasta llegar hasta la punta de sus pies, la cual cuando Roier engullo la mitad de su pene hasta que la glande llego a su garganta, hizo que Cucurucho soltara un jadeo alto pero por la máscara se escuchó la distorsión, su pene estaba siendo presionado por las paredes que conformaban su garganta, al mismo tiempo que sus manos presionaban bien el tronco que aún no podía entrar, mientras con una mano la bajo para tomar sus testículos pesados, llenos de esperma listo para depositarlo en el coño de Roier, esa solo idea hizo que el mexicano sintiera desesperación por ser llenado, pero en esos momentos solo se enfocó en jugar con ellos, para incrementar el placer de Cucurucho.
EL hibrido no podía creer lo bien que se sentía, estaba impactado como Roier tenía esa habilidad de meter casi todo su pene como si nada, en dado momento este estaba mirando el techo con sus ojos dilatados pero perdidos por el placer, su corazón parecía que iba a explotar si no fuera por sus mascara se podía notar lo sonrojado que estaba al mismo tiempo su cara llena de santificación, lo suaves suspiros que daba y sobre todo podía sentir como su oso interno despertaba de su letargo, provocando que comenzara a recuperar sus instinto que creyó instintos.
Los pensamientos de Cucurucho comenzaron a llenarse de ideas caóticas, como por ejemplo tomar la cabeza del beta y arremeter contra él hasta dejarle su primera carga de su orgasmo, o dejar que terminara y disfrutara lo que quiera con su miembro. Este disfrutaba de como ese castaño chupaba su falo como no hubiera mañana, lamiendo con su lengua alrededor de su tronco, mientras sus labios se encargaban de succionar todo su pre-semen, que salía en pequeños chorros por culpa de ese deleite de sentir su linda boquita, además de que el osito se notaba tenía mucho acumulado de sus fluidos naturales, tanto que la barbilla de Roier goteaba su saliva combinada con un poco del líquido preseminal del hibrido.
Cucurucho con su mano tomo la cabeza del castaño, para acariciarlo mientras este se encargaba de incrementar la velocidad del vaivén contra su pene, el oso bajo la mirada para poder observar cómo Roier estaba hecho un maldito desastre, sus ojos lagrimosos porque al meter hasta su garganta el pene del hibrido, hacia que tocaran sus reflejos del vomito, siendo un poco doloroso al introducirlo pero al mismo tiempo asfixiante, así que cuando lo hacía tenía que ser muy cuidadoso para no presionarlo de más, ya que terminaría vomitando en el acto además de que podía ahogarse, aparte el tamaño de Cucurucho lo único que hacía era dificultarle más hacer esa felación, ya que abría su garganta de forma tan dolorosa que era casi imposible respirar, por eso a la hora de hacerlo tenía mucho cuidado.
Lo cual estaba funcionando porque estaba llevando un ritmo que podía controlar a su gusto, al mismo tiempo que podía disfrutar mucho del sabor almizcle, salado y un poco dulce del pre-semen de Cucurucho, sentir sus punzantes venas palpitar dentro de su boca lo hacían enloquecer y ni hablar cuando también estimulaba sus testículos. Cucurucho pensó que no podía enamorarse aún más del humano, porque verlo ahí con ese gesto tan lascivo y sucio, hacia que enloqueciera por el amor que estaba sintiendo por Roier, simplemente quiso ayudar que comenzó a mover sus caderas, en busca de satisfacerse, deseando aun sentir su boca por más tiempo, juraba que si seguía así no iba a parar y terminaría teniendo su primer orgasmo en su boca, aun que sentía como si quisiera explotar pensando que pronto se acercaría a su bendita liberación.
Cucurucho suspiraba y jadeaba un poco en dado momento se tuvo que hacer de lado su mascara de su boca dejando ver sus labios como sus caninos gruesos, porque el sintetizador de voz al estar en la máscara hacia ruidos robóticos, que podían matar el ambiente. Roier no podía parar de chupar su delicioso pene, haciendo un balanceo rítmico con su boca al mismo tiempo que sus manos, apretaba y ayudaban a estimular lo faltante para seguir lubricándolo, Cucurucho no podía parar de jadear casi en silencio, sentía un increíble gozo su clímax se acercaba, y todo lo que quería era llenar la boca del bonito chico, su mano se encargaba de acariciar su cabellera mientras disfrutaba de su primera felación.
Hasta que ya no pudo seguir aguantando su nudo que se encontraba debajo de su glande que estaba semi-hinchado, el castaño noto esto y asimilo que pronto se correría, así que este se alejó un poco separando el pene del contrario dejando varios hilitos de saliva que los unía. Este solo jadeaba tratando de recuperar aire en grandes bocanadas, el pobre Roier se sentía mareado por tener ese pene grueso casi asfixiándolo, pero aun así este tenía una sonrisa lasciva dejando en claro que valió totalmente la pena, haberle hecho ese sexo oral porque ver a su osito lindo jadeoso mientras lo observaba aun así teniendo esa mascara, pero solo se notaba su boca y dejar su miembro palpitante aun deseoso por correrse. El beta sonrió satisfecho por su gran trabajo oral, sus manos tomaron de nuevo el lubricante de coco que hizo para volver a hurtárselo, y así volver a masturbar a Cucurucho ya que al estar tan estimulado, hizo que Osito Bimbo se tensara y comenzara a jadear más fuerte mientras alzaba su pecho y lo bajaba por su respiración rápida.
-¿Dónde quieres tirarlo Osito Bimbo? — Pregunto Roier divertido al ver como torturaba a ese hibrido, con sus manos al estimular su miembro erecto. Cucurucho tuvo que bajar su mirada un poco para notar, como ese bonito pussyboy le dedicaba una sonrisa burlona y hambrienta por hacerlo sentir tantas emociones y placeres, que juraba que no estaba tratando con un precioso humano si no con un súcubo, pero ese pensamiento hizo que se emocionara tanto que solo gruño ante su respuesta. Pero este había llegado a su límite, provocando que Cucurucho por alguna razón se desconoció en esos momentos, porque este estiro sus manos y tomo la cabeza de Roier, aplicando un poco de fuerza este forzó a que el chico tragara su pene hasta hacer que su glande llegara hasta su garganta, la cual comenzaba a soltar su primer orgasmo haciendo que varios chorros de semen caliente comenzasen a bañar las paredes internas, de la boca de Roier.
Cucurucho soltó un gruñido natural mientras sentía como entraba en un extasis tan delicioso y liberador, que su cuerpo sintió como si algo lo liberara de forma tan exquisita que por un momento se perdió, pero un suave golpe en una de sus manos sintió, siendo que Roier estaba llorando de nuevo mientras recibía su pene hasta lo más profundo de su garganta lastimándolo en el proceso, sus ojos estaban idos mientras se encontraban cristalizados y sus mejillas mojadas, por sus lágrimas al mismo tiempo trataba de separarse porque estaba perdiendo aire además de que si no lo sacaba pronto se haría un nudo, y eso sería horrible. Por lo que el oso de inmediato empujo a Roier para que saliera su miembro haciendo que en el acto se escuchara un ruido muy obsceno, en el momento que lo hizo provoco que el esperma que estaba expulsando manchara la cara y pecho del beta, al mismo tiempo que su nudo comenzaba a inflamarse siendo una diferencia de segundos antes de que quedara atrapado en la garganta del castaño.
Roier soltaba suaves sonidos sin ningún significado, si no fuera porque Cucurucho lo sujetaba de su cabeza este ya hubiera caído al suelo, por la falta de aire pero en vez de eso se mantenía viendo la máscara del contrario con los ojos opacos, mientras respiraba con fuerza, pero algo que noto el osito era que Roier parecía que había tendido un semi orgasmo ya que debajo de él podía verse un charquito de sus propios fluidos, además de que aroma lo delataba estaba tan extasiado de recibir el orgasmo de Cucurucho que este trago el semen que quedaba en su boca, mientras cerraba sus ojos y con su lengua relamía sus labios, esa imagen la cual Roier daba al estar su cara cubierta de esperma hizo que Cucurucho soltara un jadeo por lo excitante que se veía.- Osito malo~ .-Dijo con un tono de voz quebrado, ya que sentía mucho dolor al hablar.
Cucurucho en vez de sentir arrepentimiento por haberle causado ese malestar, solo le causo más emoción y adrenalina, cosa que su pene de nuevo volvió a ponerse duro y esto el bonito castaño lo noto. Pero no iba a culparlo eso fue muy peligroso, pero al mismo tiempo excitante, era como si Roier le gustara que fuera tratado de esa forma y culpaba al 100% a Spreen de eso, ya que ese oso de mierda había follado tanto al beta que condiciono a su cuerpo a ser utilizado como una muñequita la cual debían usar.
Pero Roier al sentir probar su esencia se dio cuenta que sospechaba que era un alfa, el chico ya no podía seguir con esos pensamientos intrusivos necesitaba sentir el aroma de Cucurucho que lo bañara con su hedor, que lo hiciera sentir protegido, y al mismo tiempo como si fuera su propiedad marcando con su fragancia natural, culpaba esos sentimientos tan ansiosos a su instinto a la hora de aparearse, y odiaba seguir pensando en Spreen cuando se trataba de compartir esa noche con Cucurucho, porque sabe que el oso negro siempre lo marcaba con su hedor y solo deseaba que Osito bimbo lo hiciera olvidar el aroma del hijo de Vegetta, ya quería olvidarlo quería dejar de pensar en ese chico de ojos amatistas que le hizo tanto daño.
Cucurucho pudo olfatear su aroma amargo, parecía que de nuevo Roier algo le preocupaba y lo ponía inseguro, pensó que lo había lastimado tanto que hizo que el beta se pusiera en ese estado, pero la realidad era que el chico no podía seguir fingiendo o ignorando lo que sentía por Spreen, a estas alturas estaba destrozado, era como si sintiera que le estaba siendo infiel a pesar de que jamás fueron pareja, pensó que todo iba a estar bien pero mientras más convivía con Cucurucho o estaba solo para pensar, se daba cuenta que la realidad era devastadora porque a sus ojos Roier noto que Spreen lo utilizo como un juguete sexual, la cual podía tomar sin importar que y él como un idiota lo había aceptado pensando que esto era lo más cercano a tener una relación con él, no pudo evitar llorar en silencio mientras jadeaba y aun se mantenía excitado por todo lo ocurrido como sus mejillas ruborizadas, su aroma se volvió más agrio y Cucurucho se angustio de inmediato de haber dañado al chico.
Uno de los pulgares de Cucurucho acaricio la suave mejilla del beta lloroso, cosa que Roier cuando sintió el cálido roce del hibrido este lo miro directamente la cual sonrió con tristeza.- Lo siento tanto… me perdí por un momento.- Este como pudo se levantó del suelo, dejando ver su bóxer empapado y el interior de sus muslos mojados, Roier se dirigió hacia el oso blanco para sentarse en sus piernas, haciendo que Cucurucho soltara un suspiro lascivo al sentir como el coño del mexicano aunque tapado lo mojaba de una de sus piernas, aún estaba duro y tener a ese bonito pussyboy de esa forma lo volvía loco, pero no quería cometer otro error así que este lo abrazo para que Roier se pegara a su pecho, mientras una de sus manos acariciaba con ternura la mejilla del chico.
Acción que hizo que llorara más de lo normal.- De verdad… l-lo siento Osito Bimbo, pe-pero no pude e-evitar recordar a ese mal nacido.- Pronuncio entre cortado mientras se aferraba al cuerpo del trabajador del QSMP. Cucurucho al escuchar eso sintió que su corazón dolía y al mismo se sintió aliviado, lastimaba porque pensó que al fin estaba haciendo olvidar a Spreen de Roier, pero animado porque eso significaba que él no fue el causante de su llanto.- Quiero dejarlo ir, no quiero seguir pensando en ese idiota.- Roier levanto su mirada llorosa para hacer que Osito Bimbo lo mirara directamente a sus ojos.- Te lo rugeo Cucurucho… hazme olvidarlo, desgraciadamente su aroma aún sigue impregnado en mis recuerdos, y lo detesto.- Sus manos tomaron las mejillas del contrario para hacer que lo mirara directamente.
El hibrido de oso no sabía cómo describir esta situación, por supuesto que estaba feliz que Roier le rogara que hiciera desaparecer cada rastro de Spreen de su cuerpo y memoria, desde un principio desde que acepto compartir esa noche con el chico, ya tenía esa meta en mente y lo haría una realidad, pero supo de inmediato lo que quería Roier cuando dijo sobre el hedor. Así que con su mano tomo su mascara para poder bajarla de nuevo y utilizar su sintetizador para hablar.- No, mi aroma puede abrumarte.- Eso fue lo único que pudo decir en esos momentos, por supuesto que deseaba liberarlo pero había un factor muy importante que debía tomar en cuenta, él no era una persona como ellos, totalmente era diferente hasta en sus feromonas, sabía que su aroma podía abrumar al castaño.
Hasta joderle su estabilidad mental por ello siempre los trabajadores sin excepciones utilizaban un desodorante especial, para ocultar sus fragancias porque sería un tanto peligroso para los habitantes de la isla poder olfatearlo.
El beta al escucho eso solo sintió mucha tristeza, porque estaba tan desesperado de poder olvidarse de Spreen que solo el aroma de Cucurucho podía hacerlo, necesitaba sentirse protegido o tal vez sea su inestable estado emocional que lo hacía pensar de esa forma.- P-por favor… Osito Bimbo, te lo ruego.- Este suplico mientras lo miraba tan sumiso en ese estado, juntando sus manos como si fueran un rezo, estaba tan desesperado en esos momentos, por la fragancia de Cucurucho y por ser follado por su polla que aun podía sentirla rozando su muslo.-Te lo suplico Cucurucho, quiero que sea tu hedor el que me haga olvidarlo.- Este pronuncio en un tono dócil combinado con desesperación y lujuria, ese chico hacía que Cucurucho comenzara a dudar de su propia decisiones.
Le gusto como pronuncio su nombre ante ese tono y ni hablar cuando rogo por ser quien le hiciera desaparecer el mejor recuerdo de Spreen, eso lo haría más que feliz, así que este dio un suspiro derrotado tal vez su instinto volvió a traicionarlo y quiso hacer lo que quisiera, el bonito beta que eligió para aparearse por primera vez. Así que este estiro su mano para hacer aparecer su cuaderno donde anotaba sus mensajes, la cual entrego a Roier.
El castaño tomo el objeto entregado para leerlo con calma.- Mi aroma puede ser peligroso para ti, puede abrumarte más que otros que hayas olido, si estas consiente de eso, ¿aun deseas que lo libere? — Roier leyó en voz alta el mensaje y cundo termino, el cuaderno desapareció de sus manos, este solo volvió a mirar a Cucurucho calmando su lágrimas, así que como pudo se estiro para mover la máscara y destapar los labios del hibrido, la cual beso con suma ternura para transmitirle toda su confianza y sus emociones, dejándolo en claro que ahora solo quería entregarse a Osito Bimbo, el peliblanco correspondió ante sus besos abrazándolo de la espalda para pegarlo a su cuerpo asiendo que estos comenzaron a profundizar el beso.
Cucurucho ya no quería soltar nunca más a Roier y viceversa así que cuando al fin se separaron por falta de aire, el chico de la bandana azulada solo contestó.- Lo acepto, te deseo Cucurucho~ sea lo que sea que te preocupe con tu aroma, prometo soportarlo te diré cuando no pueda hacerlo.- Dijo el mexicano sonriente mientras en sus ojos se notaba el cariño y adoración que sentía por el hibrido de oso blanco, Cucurucho por su parte se quedó hipnotizado por su brillo que fueron sus lágrimas que le daban ese toque tan característico, provocando en su ser de nuevo un revuelo tanto que su estómago podía sentir esas emociones tan cálidas.
Cucurucho volvió a estampar sus labios contra los de Roier y así en un rápido movimiento hizo que ambos se acostaran en la cama, poniendo al castaño debajo suyo, poniéndolo cómodo en la cama acorralándolo entre sus brazos. En esos momentos Cucurucho aún tenía su camisa de botones abiertas, solo que abierta la cual dejaba ver su bien trabajado tórax como su pecho, pero sus cicatrices hacían a la vista de Roier más sensual de lo que ya era, así que este ya para estar desnudo comenzó a retirarse la prenda quedando expuesto totalmente, tirándola fuera de la cama mientras volvía a su posición poniéndose entre las piernas del beta que lo miraba con tanto deseo encarnado, que aún tenía un bóxer que tapaba su bonita vagina mojadita, por lo que Cucurucho estiro su mano tomando de nuevo para acariciar su mejilla dándole consuelo a lo nervioso que se encontraba.
Asique el peliblanco se acercó para volver a besar sus labios presionando su cuerpo contra el suyo y la cama, el de ojos castaños correspondió sin decir nada más mientras con sus manos abrazaba la nuca del hibrido, con sus dedos las cuales se enredaron en el cabello del osito para presionar más sus labios contra él, buscando la forma de poder sentir su calor, ambos comenzaron a jugar en una lucha de lenguas, mientras ambos corazones comenzaban a latir al mismo tiempo por la adrenalina y la excitación del momento, por parte de Roier se sentía tan aliviado como lleno de calidez, por como Cucurucho lo trataba tan delicadamente con mucho cariño, no podía pedir algo mejor que ser tratado de esa forma tan hermosa, mientras que por parte del peliblanco que Roier al fin se entregara a él, lo ponía tan contento y ansioso por seguir probando de las mieles de ese bonito beta abandonado por un alfa.
Cucurucho se separó de los labios de Roier, dejando un ruido húmedo al hacerlo para ir hacia su glándula de olor y así comenzar a olfatearlo, llevándose el aroma de su precioso beta siendo esas deliciosa fragancia de uvas con perfume, dulce y deliciosa una perfecta combinación, por parte del castaño comenzó a jadear el nombre del peliblanco.- Cucurucho~ ahh~h.- Su voz tan melódica hacía que el oso deseara estar así para siempre, solo ellos dos sin que nadie más interrumpiera y cuando sintió como su pene se pegaba contra los pliegues de la entre pierna del chico, provoco que ambos soltaran un suave jadeo por el roce tan esquicito, Cucurucho comenzaba a desesperarse un poco porque la ropa interior de Roier estaba siendo un fastidio cuando quería sentir los pliegues de su vagina húmeda.- Osito Bimbo, por favor… mi boxer, ah~ estorba.- Este rogaria entre hipidos mientras observaba al peliblanco la cual al escucharlo sonrió ante las atrevidas palabras.
Cucurucho también estaba fastidiado de ver ese estorboso boxer tapando el cuerpo de Roier, así que con cuidado de no lastimarlo con sus garras tomaría las orillas de su ropa interior y comenzaría a bajarla, haciendo que poco a poco se dejara ver el coño mojadito del beta, cuando al fin retiro la tela empapada, el oso lo tiro lejos de la cama así que solo se concentró en observar la intimidad del castaño la cual estaba tan nervioso y muy sonrojado. Porque Roier no se había cuidado mucho, por lo que esto salío de improviso, por lo que su vagina presentaba uno que otros mechones castaños al mismo tiempo como escurría su delicioso néctar, que el peliblanco estaba tan sorprendido de lo empapado que estaba, sus labios vaginales, muslos y parte de sus posaderas brillaban, por los fluidos naturales de Roier.
Cucurucho trago en seco porque al olfatear el aire infectado de feromonas del chico, hizo que este comenzara a sentir como su boca se hacía agua, si se quitara la máscara Roier detectaría una mirada muy singular, una la cual serviría como un depredador lleno de hambre y Roier era la comida. Cucurucho quería lamerlo y probar sus pliegues con su lengua, pero tendría que quitarse la máscara. Antes de que pudiera hacer una acción más miro como su bonito castaño estaba tan avergonzado y nervioso, se notaba tenso como también un tanto inseguro, aún tenía esa inestabilidad al mismo tiempo ideas negativas de su propia persona.
Fue entonces cuando Cucurucho se dio cuenta que ya era hora de revelarle a Roier que era realmente, así que para calmarlo este volvería a tomar su mejilla para acariciarlo con mucho cuidado y poco a poco comenzó a llenar la habitación con su aroma, haciendo que su glándula de olor liberara al fin la fragancia que Roier deseaba tanto oler. No tardo mucho cuando el hermoso pussyboy comenzó a mover su nariz olfateando el ambiente, provocando que abriera los ojos de golpe y su corazón comenzara acelerarse de una manera frenética, su adrenalina se había activado y su cuerpo comenzaba ponerse inquieto, el aroma lo estaba llenando por completo, su propia fragancia había sido opacada por el de Cucurucho. Sus ojos se dilataron y este comenzó a respirar por la boca rápidamente, en busca de aire natural para no ahogarse u abrumarse.
Roier miro directamente a Cucurucho que seguía acariciando su mejilla con mucha delicadeza, en busca de calmarlo cosa que el castaño agradeció. El olor a pino natural pero lo que lo hacía tan potente era que era un aroma tan concentrado, que las feromonas de Cucurucho eran imposible ignorarlas el pobre del beta estaba comenzando a mojarse más de lo normal, su cuerpo se estaba calentando dándole la misma sensación cuando este entraba en sus etapa de ovulación o como lo conocen el celo, sentía hasta en su lengua las hormonas del osito, el chico estaba mirando fascinando y a la vez aterrado por la presencia de ese peliblanco que lo follaria.
Roier estaba impactado porque se supone a sus conocimientos ese tipo de personas estaban casi extintas, si no fuera por su maestro Vegetta que hablo sobre ellos, jamás lo hubiera creído.- A-alfa…- El castaño susurro incrédulo mientras observaba a su osito, mientras su coño se derretía por tanta feromona concentrada, su aroma por mucho era más potente a un alfa normal, así que completo la frase antes de continuar.- Su-superior.- Pronuncio casi extasiado de tan solo decirlo.
Ahora toda tenía sentido del porque Cucurucho protegía mucho su aroma, el no era un alfa común y corriente o no era un tipo de alfa más mejorado, uno que hacía que cualquiera de su mismo sub-genero le temiera, a ese tipo de alfas los llamaban “alfas superiores”. Roier supo de esto por las enseñanzas de su maestro, la cual le platico sus anécdotas y compartió sus libros, de estos aprendió que los alfas superiores estaban casi extintos por lo mismo era una rareza dentro de la biología, para poder identificar a uno aunque era muy poca información era su por aroma, la cual mencionaba que su hedor es más concentrado y potente, haciendo que los mismos alfas se sometan a voluntad con solo olfatearlo un poco, no quiso indagar aún más luego tendrían tiempo para hablar sobre el osito.
Roier extendió sus manos dirigidas a Cucurucho dedicándole una sonrisa hambrienta, mientras sus ojos brillaban de un deseo sexual incontrolable, estaba acostumbrándose a su aroma y lo hizo sentir tan bien, tanto que se dejó llevar por sus instintos .- Alfa~.- El castaño utilizo una voz super melosa pero llena de lascivia, para su desgracia al ser un beta no portaba una voz, no era un alfa con su comando o un omega pero trato de imitar al de un omega, era solo un pequeño beta la cual solo portaba sus colmillos pequeños para marcar, su olfato y al ser un humano tenía más desventajas físicas. Por lo que trato de esforzarse solo para Cucurucho hacer un tipo de tono lujurioso, llenándolo de sentimientos al pronunciar el segundo genero del hibrido para contra restar su carencia, para alentarlo a que continuara.
Eso hizo que Cucurucho sintiera como tembló su corazón por lo bonito que sonó eso, jamás en su vida alguien lo había llamado de esa forma, nunca pensó vivir lo suficiente para escuchar esa palabra de los labios de su precioso pussyboy.- Alfa~, alfa…- Roier volvió a llamarlo mientras estiraba sus manos en busca que fuera abrazado, necesitaba besarlo de nuevo, su coño palpitaba por ser llenado, necesitaba ya entregarse a Cucurucho estaba jadeoso, en llanto rogando que lo tomara.- Beso, alfa… alfa, por favor te necesito.- Rogo el beta tan sumiso, lleno de necesidad por hacer que ese alfa quien lo estuvo cuidando por esa semana al fin pudiera tomarlo, quería tomar su nudo, deseaba ser llenado por su esencia y que lo llamara como él lo estaba haciendo.
Cucurucho estaba en un trance mental, no podía creer que un hermoso beta, ese precioso castaño lleno de luz en sus ojos, ese humano tan cálido que fue el único en toda su vida que lo trato como una persona, un ser vivo que merecía respeto. Lo llamara de forma tan intima, como si fuera su verdadera alfa hacía que Osito Bimbo sintiera que su mundo girara, y por alguna razón sus ansias comenzaron a picar ya que la necesidad de darle una mordida en sus glándulas de olor, era más poderoso que su propia cordura, porque ese beta lo estaba llamando solo a él no a nadie más, era Cucurucho ese alfa que estaba escuchando a ese beta queriendo reclamarlo como su pareja.
Pero la realidad era una farsa, porque Roier actuaba de esa forma tan desesperada por culpa de sus hormonas, al mismo tiempo Cucurucho sabía que esto solo era meramente sexual algo que desde que entró a la vida personal del castaño. Por ello a pesar de que mirara a ese beta jadeoso y ansioso por ser tomado, se lo daría, aunque sintiera su corazón un nudo que lo lastimaba un poco.
Con mucho cuidado tomaría la bandana de Roier para comenzar a bajarla hasta tapar los ojos del castaño, ya que en este caso quería quitarse al fin la máscara para poder disfrutar de las delicias que ofrecía el beta. Roier por su parte se desesperó un poco, porque en todo momento quería ver a su alfa.- No, n-no alfa por favor, quiero verte.- Rogo de nuevo queriendo quitarse la bandana de sus ojos, ya que cegaba su vista por completo pero la mano de Cucurucho lo interrumpió para que no lo hiciera.
-No.- Pronuncio con el sintetizador de voz, por lo que este al fin pudo proseguir retirarse la máscara que llevaba para ponerla a un lado suyo, y así poder estar más cómodo para lo que viniera. El beta comenzaba a sollozar un poco y a soltar gemidos lastimeros, por lo desesperado por ser atendido por el alfa, en especial cuando sentía que su cuerpo reaccionaba como si fuera su celo, además de estar en ese punto ansioso por sentir a Cucurucho, sentía sus lágrimas mojar la bandana azulada por sentirse tan desesperado y abrumado por el placer sexual, su clítoris estaba erecto como hinchado en busca de atención, mientras sus paredes vaginales se mojaban y palpitaban por ser llenados tan profundamente, que quería ser tratado como una muñeca.
Cucurucho tomaría de nuevo las mejillas de Roier, la cual esta vez le robaría un beso haciendo que ambos al fin pudieran volver a probar sus sabores, el beta gimió porque al fin estaba teniendo esa atención por parte del alfa, hasta que Cucurucho comenzó abrazar su cuerpo recostándose encima suyo tratando de tener cuidado para no aplastarlo, abrazándolo con posesión buscando de alguna forma fusionarse a él, mientras sus manos comenzaban a explorar la piel de Roier, acariciando sus costados, caderas hasta bajas a su culo gordo la cual apretaría con fuerza y eso haría al beta gemir tan deliciosamente, que Cucurucho pego su pene aun empapado por la saliva del beta y sus propios fluidos, contra la vagina mojada de Roier.
Provocando que ambos soltaran un sonido placentero, por el simple rozo tan delicioso que se hizo por la fricción. Osito Bimbo comenzaba hacer un vaivén lento en busca de rozarse haciendo que su pene comenzara a empaparse, con las mismas mieles de Roier, Cucurucho soltaba gruñidos entre los besos obscenos y húmedos que compartía con el chico, sus lenguas jugaban una con la otra disfrutando de sus salivas combinadas, por parte de Roier estaba delirando de gozo, ya que al estar ciego sus otros intintos aumentaron haciéndolo más sensible a todo. Sentir como el falo del hibrido rozaba contra su coño con desesperación buscando entrar, hacia que Roier se aferrara a la cabellera de Osito Bimbo con sus dedos enredándolo entre sus hebras de su cabello blanquecino, mientras jadeaba entre esos besos húmedos, y tratara de buscar mover sus propias caderas en busca de fricción, su coño ya estaba tan empapado que estaba totalmente listo para recibir la gran polla de Cucurucho.
Ese momento tan obsceno y sexoso encendía la lujuria de ambos en especial la del peliblanco, que nunca imagino experimentar un placer tan delicioso que juraba que se volvería adicto, así que este ya al fin estaba listo para poder entrar en Roier, para que pudiera estirarlo tanto quisiera y joder su coño hasta dejarle su esencia adentro. Tuvo que retroceder un poco para que su pene se alineara contra la cavidad del castaño, poniendo la glande contra la vagina del pussyboy, haciendo que el mexicano soltara un suave jadeo un poco nervioso porque sabía que sería un poco difícil al principio que Cucurucho entrara, era demasiado grande y no quería presumir, pero Roier sabía que era tan estrecho que podría ser un poco costoso.
El hibrido soltaría un suspiro tan caliente y lascivo mirando el espectáculo al ver como su pene duro y venoso, estaba a punto de penetrar a Roier pero necesitaba asegurarse de que el castaño le diera la orden para continuar, así que con su mano volvería a tocar su mejilla para llamar su atención con una suave palmada. El mexicano al sentir ese toque solo sonrió ansioso entendiendo el mensaje que el osito le estaba dando.- Adelante alfa… puedes hacerlo, por favor disfruta cuanto gustes.-Respondió Roier con una voz tan lasciva, mientras una de sus manos iba hacia su entre piernas y con sus dedos tomaría sus labios vaginales, abriéndolos para que Cucurucho pudiera ver su delicioso agujero vaginal, la cual escurria tanta miel que desbordaba más de lo normal y las sábanas comenzaban a mojarse debajo de él.
Cucurucho no pudo aguantar más esa presión así que aprovecho eso, para volver acercar su pene y ponerlo contra el coño de Roier, para comenzar ejercer un poco de presión, en busca de introducirlo haciendo que solo entrara poco a poco la punta, haciendo que comenzaron a gemir, por parte del mexicano soltó un delicioso jadeo alto mientras arqueaba su espalda, Cucurucho tenía un falo tan grueso y grande que lo estaba abriendo más allá de su límite, pero era de esperarse de un hibrido de casi 2 metros, sentía como su cavidad se abría paso solo a la glande la cual costaba mucho entrar, estaba siendo estirado tan deliciosamente y dolorosamente, que el castaño comenzaba a sacar su lengua.
Por parte de Cucurucho comenzaba a sentir un increíble electricidad atravesando su cuerpo, de forma placentera que podía sentir como su glande sufría de los espasmos de la vagina de Roier, cuando se estrechaba a su alrededor haciendo que presionara que hacía que el oso gruñera y mostrara sus colmillos poderosos, en busca de callar su jadeo lleno de un gozo tan extremo, que juraba que terminaría por tener su segundo orgasmo en esa noche por tan solo meterlo, sentir el coño de Roier lo estaba volviendo loco porque nunca pensó que esa sensación sería superior que la boca del mexicano, pero en ese punto le estaba costando mucho poder entrar aún más que solo su glande, la apretada vagina del mexicano no le estaba dejando poder introducir el resto de su pene para follarselo como desearía.
El mexicano sabía que estaba pasando porque Cucurucho estaba ejerciendo mucha presión contra su vagina, haciendo que este aullara de éxtasis por como sentía que poco se introducía abriendo sus paredes de forma tan deliciosa, que le provocaba espasmos haciendo que sus paredes se apretaran, dificultando mas esa acción y eso hacía que Cucurucho sin control alguno soltara una carga de pre-semen, manchando las paredes vaginales del pussyboy.
Cucurucho necesitaba que entrara todo, pero era difícil cuando Roier lo apretaba tan bien, necesitaba abrir o al menos lubricarlo, así que se le ocurrió la idea de imitar a Roier cuando le dio una felación. Rápidamente y aun que no quisiera lo tuvo que sacar, haciendo que el chico soltara un gemido lastimero y desesperante.- Noo, no, n-noo alfa no lo saques, por favor alfa.- Roier rogaba ansioso como angustioso, desesperado de volver a sentir esa sensación de sentirse lleno, moviendo sus caderas con desesperación buscando la polla de Cucurucho para volver a sentirse estirado y lleno, cosa que este chillo muy ansioso.
Para Cucurucho tener a ese beta ansioso rogando por él, como si fuera realmente su alfa que podía criarlo tan fácilmente en esa posición, y vaya que el hibrido de oso lo iba a cumplir así que primero tenía que lubricarlo bien, así que tomaría las piernas de Roier, para levantarlas y hacer que se posicionaran cada una a lado de la cabeza del beta, levantando su cadera haciendo que su coño con sus labios esponjados quedaran expuestos de una forma tan vulgar y lasciva, provocando que el mexicano soltara un gemido lleno de sorpresa por esa acción tan inesperada.
Mostrando su vunerabilidad y lo mojado que se encontraba ansioso por ser tocado como maltratado, Cucurucho podía oler sus deliciosas feromonas cargadas de un deseo carnal que no podía pensar en otra que simplemente sacar su lengua, y darle la primera lamida a la vagina tan sensible del pussyboy, cuando Roier sintió la lengua de Cucurucho comenzar a lamber sus labios vaginales hasta limpiar su miel, hizo que este comenzara a gemir tan dulcemente que para las orejas felpudas de Cucurucho fueron música, pero para su paladar estaba en el maldito paraíso cuando se trataba del sabor.
Sentía el dulce nectar en su lengua mientras lamia alrededor de sus labios rosaditos, pero un poco descuidados por el vello púbico pero para el peliblanco poco le importaba, solo estaba tan necesitado en ese momento que quería disfrutar de sus mieles, por lo que introdujo su lengua dentro del agujero de Roier haciendo que este volviera a soltar un grito extasiado, sintiendo como su coño estaba siendo abusado por la boca de Cucurucho, lamiendo con su lengua larga sus paredes internas mientras sus fluidos comenzaban a bajar hasta llegar a la boca del contrario, la cual chupaba y tomaba como si fuera un elixir único que no podía ser desperdiciado ni siquiera una gota.
El pene de osito bimbo comenzaba a doler por lo erecto que estaba, las hormonas del beta y la miel no ayudaban aliviarlo al contrario solo hacían que sintieras sus testículos más pesados de lo normal, con su lengua ayudaba a lubricarlo ayudaba mucho cuando Roier gemía y rogaba en donde tocarlo, eso hacía que Cucurucho se animara por hacer tan buen trabajo.- Oh~ alfa ahhh a-ah ahh, ¡Ahí alfa ju-justo ahí!.- Roier estaba tan sumergido en su propio placer mientras sentía como los labios de Cucurucho habían tocado su clítoris, y al notar su punto más sensible comenzó a chuparlo como a lamberlo, provocando que el castaño brincara un poco por el éxtasis de sentir como su clítoris era estimulado, tanto que su coño era un mar de fluidos vaginales, al punto que de la barbilla de cucurucho comenzaba a escurrir demasiada miel que unas gotas mojaban la cama donde estaban.
El osito bimbo se tuvo que asegurar que este ya estaba lo suficiente lubricado para soportar su pene, la cual noto como Roier estaba tan sensible que si no fuera por la bandana azulada que tapaba la vista del chico, podía notarse cual perdido estaba en ese gozo delicioso.- P-por favor… ahh~ solo cógeme cabron, ya no puedo soportarlo más alfa.- Respondió el mexicano embriagado por las hormonas del alfa superior, mientras jadeaba por lo increíble que era ese oral que la boca del hibrido de oso se encarga de mimarlo.
Cucurucho solo sonrió para sí mismo alejándose de su bonita vagina empapada, tanto que su culo gordo también estaba mojado de sus mieles, lubricante y parte de la saliva del oso. Roier maulló tan satisfactoria que hizo que Cucurucho supiera que pronto llegaría a su clímax, se notaba en sus espasmos y como trataba de mover sus caderas contra su boca, que seguía enterrada chupando sin preocupación alguna en su dulce coño, quería probar su orgasmo, pero su falo dolía bastante y extrañaba sus paredes estrechas, así que aunque no quisiera comenzó a separarse dejando un hilito de saliva y fluidos unidos a la cavidad de Roier. Por parte del chico soltó un maullido ansioso demostrando lo desesperado que estaba. — Alfa por favor, Cucurucho~ te necesito tanto. -Respondió con esa voz melosa llena de lascivia, cosa que el peliblanco al escuchar decir su nombre soltó un gruñido deseoso.
Ya que al fin estaba lo suficientemente lubricado para abrirse para su pene, así que Cucurucho se levantó un poco para acomodarse encima de Roier aun teniéndolo en esa posición tan obscena la cual mostraba su vagina lista para ser tomada, repitiendo el mismo patrón que antes este coloco la glande directamente en su agujero, pero esta vez en un arrebato impulsivo este lo embistió tan duramente y rápido que su polla, logro entrar de golpe en el coño de Roier.
Abriendo sus paredes apretándolo tan bien, hasta la glande había topado contra el cérvix, pero había un problema Cucurucho al tenerla grande aún quedaban unos cm afuera, ya que había llegado hasta la entrada uterina sabía que podía ser muy doloroso para Roier, si llegaba a sobrepasarla. Pero en ese punto ambos seres soltaron un gemido casi sincronizados, por lo deliciosamente rico que se sintió, Roier formo su boca en una perfecta “o” mientras gemía como una zorra en celo, cuando sintió su coño totalmente lleno y sus paredes comenzaron apretar alrededor del falo de Cucurucho, si o tuviera la venda en sus ojos podía ver como en su vientre se había formado un bulto siendo el falo de Cucurucho, que definitivamente lo dejo lubricado tan bien tanto para que Roier comenzara a mover sus caderas como podía, para poder sentir más de ese increíble falo que abría su coño, el éxtasis de Roier estaba al tope y su sonrisa tan lujuriosa se demostraba que Osito Bimbo estaba haciendo un buen trabajo.
Por parte de Cucurucho sentía la cavidad tan caliente y mojada de Roier, ni hablar lo apretadito que estaba su lindo pussyboy, sentía como su pene palpitaba por lo placentero que se sentía, una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo incitándolo a que continuara para follarselo, en esa posición perfecta lista para criarlo, era tan buen beta con esa vagina esponjadita lista para recibir a sus cachorritos, definitivamente el alfa estaba muy ansiosa por ello. Que ni siquiera se detuvo al preguntar cuando retrocedió sus caderas, haciendo que poco a poco el bulto que se podía ver en el vientre de Roier desaparecía, cuando saco por completo su pene de su cavidad la cual estaba bañado en mieles e hilitos de estos uniéndose a la vagina de su chico.
Pero no duro ningún segundo a fuera cuando volvió a darle otra estocada hasta que sus testículos chocaron contra el culo gordo de Roier, provocando que Roier soltara más gemidos ante la deliciosa embestida. — Ohh~ dios, ahí . ahh ahh tan bueno, ahh~ hazlo de nuevo osito.- Contesto el mexicano aun abrumado por todo por el aroma y el gozo que estaba experimentando.
Cucurucho obedeció también sintiendo lo mismo, mientras comenzaba a embestir el coño de Roier hasta que sus pieles comenzaron a sonar de una forma sucia como obscena, con cada estocada que le daba en la vagina del pussyboy, se podía ver como salpicaba tanto fluido de las mieles de Roier y el pre-semen que Cucurucho que con cada embestida, dejaba rastro de su esencia. Osito bimbo apretaba fuertemente con sus manos las cuales comenzaban a resaltar las venas, los muslos del mexicano para mantenerlo en esa posición abierto para él, para que pudiera recibir su preciado nudo que la cual comenzaba a hincharse, dejado en claro su gozo ante esta situación.
Cucurucho jadeaba y gruñía mientras apretaba su mandíbula con fuerza, dejando unos hilitos de saliva salieran de su boca, se estaba volviendo adicto a la estreches de Roier en ese punto, que sus caderas no paraban de embestirlo con fuerza aunque su ritmo era tan impredecible, porque a veces podía hacerlo lento para disfrutar de cada cm de Roier y luego cambiaba para acelerarlo hasta follarse su coño, azotando sus labios vaginales hasta dejarlos rojitos e hinchados por tanto azote de sus testículos.
Roier por su parte era todo una puta descarada la cual gemía tan fuerte y rogaba por más de su pene, sintiendo como la glande golpeaba dolorosamente su cerviz que para ese pequeño masoquista hacía que delira de placer, mientras su lengua salía y trataba de mover sus caderas en busca de que entrara todo su pene. Mientras abrazaba a Cucurucho y sus uñas se enterraban en su espalda dejando marcas de media luna, comenzando arañarlo con fuerza haciendo que Cucurucho lo incitara aún mas por arremeter contra su pelvis, incrementando la velocidad hasta que se escucharan los choques de pieles en la habitación junto con los gemidos y jadeos de cucurucho y Roier.
Ambos se sumergieron en su burbuja apasionar que nada les importaba en ese momento, a Roier estaba tan concentrado en disfrutar de dejarse follar por cucurucho además de que definitivamente el oso blanco lo hizo olvidar a Spreen, ya que literalmente el beta maullaba y rogaba por más.- ¡Ahhh ahh~ alfa ahí, ahhh~ justo ahí tan rico~!.- Pronunciaba Roier tan sumiso mientras debajo de la bandana que cubría sus ojos, estos lloraban de placer mojándolo en el proceso, mientras sus mejillas estaban muy ruborizadas.- ¡Ahh~ alfa, ahh beso por favor beso~! -Rogo el beta ya que en ese punto quería volver a sentir los labios de osito bimbo.
Cosa que Cucurucho le cumplido, cuando comenzó arremeter contra el lugar en específico donde Roier sentía más placer, su cadera molía muy bien la pelvis de Roier, haciendo que su coño se abriera muy bien alrededor del falo de Osito Bimbo, apretándolo y llenándolo con sus propios fluidos, tanto que cada vez que salía se notaba como la polla de Cucurucho estaba bañada de las mieles del moreno mientras muchos hilitos de los fluidos combinados de ambos los unían de forma tan erótica y sucia.
Ambos estaban al límite Roier gimiendo y Cucurucho jadeando, tanto el moreno hacia lo posible para mover sus adoloridas caderas contra la pelvis del peliblanco, tanto que a ese punto Cucurucho y Roier se estaban besando haciendo un rico beso húmedo, con ambas lenguas jugando y peleando ente ellas, mientras el castaño abrazaba con sus manos la nuca de Cucurucho y con sus piernas apresando las caderas del contrario, para que no se separa in un cm de él, ya que estaba en un éxtasis mientras el albino se aferraba a su cuerpo apresándolo con sus brazos, mientras arremetía contra su coño ya maltratado. Los dos estaban sudando y cubiertos de fluidos, Cucurucho estaba al borde de entrar en su segundo orgasmo de la noche, y para Roier al fin un clímax completo.
El mexicano comenzaba a sentir como su vientre se contraía y una sensación abrumadora de orinar comenzaba a dominarlo, eso significaba que pronto tendría su tan deseosa liberación, provocando que sus paredes comenzaran a sufrir espasmos con tanta fuerza que la polla del de piel blanca sintiera esa estreches más deliciosa, haciendo que sus estocadas se volvieras brutales.
Porque también cucurucho estaba cerca de su orgasmo, sentía sus testículos un poco hinchados y su pene más sensible de los normal, la desesperación lo abrumaba que tuvo que cambiar de posición sin importar si Roier se quejara. Ya que rápidamente se separó del mexicano para tomarlo de sus brazos y atraerlo hacia él, quedando Cucurucho sentado en la orilla de la cama mientras Roier estaba en los muslos del hibrido de eso. Cucurucho de nuevo abrió las piernas del chico para ver su bonita vagina toda maltratada y llena de fluidos que salían como si nada, así que alineo su pene y así tomando el culo azotado de Roier con sus manos dio el impulso para dejarlo caer, provocando que el mexicano se auto penetrara con la polla de Osito Bimbo.
Pero en esta ocasión la glande había atravesado la cerviz de Roier, llegando a su útero listo para recibir la esencia de Cucurucho, el mexicano soltó un maullido muy alto lleno de placer y dolor al mismo tiempo, por supuesto que fue doloroso pero su masoquismo lo transformo en un placer tan delicioso, que su coño se apretó con tanta fuerza provocando que Cucurucho no pudiera controlarse y se corriera un poquito dentro del útero del chico.
Ambos estaban tan concentrados en su placer, que Osito bimbo no se controló cuando comenzó a embestir de nuevo a Roier, pero esta vez de forma bestial tanto que con sus manos hacía que el moreno brincara entre sus piernas, mientras su culo rebotaba contra sus muslos y testículos. Ahora que al fin había tomado todo su miembro, Cucurucho estaba tan contento en ese momento por sentir como su lindo pussyboy podía tomar todo su pene tan bien. Los fluidos con cada embestida comenzaron a salpicar el piso y parte de las sábanas, mientras se escuchaba un chapoteo demasiado lascivo. Roier se sujetaba de los hombros de Cucurucho con fuerza hasta enterrarle sus uñas de nuevo, sacando su lengua y su saliva bajaba por su barbilla, junto con sus lágrimas que sobrepasaban su bandana que lo dejaba tan ciego que dependía de sus otros sentidos, ya que gracia a eso lo habían vuelto hipersensible.
-¡Alfa~ ahhh ahhh, ahh alfa, estoy a punto, me vengo cabron!.- Gritaba Roier sintiendo que pronto alcanzaría el nirvana, por parte de Cucurucho comenzaba a sentir como picaban horriblemente sus ansias, y el cuello del mexicano se estaba volviendo muy tentado para dejarle una bonita marca, pero respetaba demasiado a Roier que no iba a marcarlo aunque por alguna razón lo deseaba tanto. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió como el coño del moreno se apretó tan fuerte y delicioso, hasta soltar todo su Squirting mojando la pelvis de Cucurucho, esto provoco que las paredes vaginales apretaran tan rico el falo del osito bimbo que esto incito que también el peliblanco soltara su orgasmo, tanto que al fin tener su clímax, liberando por completo su esperma caliente dentro del útero de su precioso y lascivo pussyboy.
Ambos se quedaron abrazados con fuerza mientras sus bocas se unían en una nueva batalla de lenguas, mientras Cucurucho sentía un gozo indescriptible llenando al beta, sintiendo la liberación de sus testículos. Mientras Roier sentía como su útero se llenaba de muchas cucharadas de semen, podía sentir lo caliente alrededor de sus paredes, era tanto que comenzaba a desbordarse, ya que alrededor del pene de Cucurucho comenzó a formarse un anillo de esperma a su alrededor, mientras seguía pegado al coño de su chico. Mientras debajo de los pies de Cucurucho se podía el gran charco de los fluidos de ambos, el squirt de Roier y el semen de Osito bimbo que comenzaba a desbordarse. Ninguno de los dos presto tanta atención ya que estaban concentrados en devorarse a besos, que el nudo de Cucurucho comenzaba a inflarse.
Abotonando el coño de Roier, pero esto hizo que el útero del pussyboy sufriera las consecuencias de albergar un nudo tan gordo. Haciendo que el chico dejara los labios del peliblanco para soltar un gemido lastimero, ya que sentía que su vientre estaba tan lleno que dolía un poco. Su útero estaba muy maltratado y ni hablar de su vagina, pero sentir un nudo tan hinchado y de un ser de casi dos metros fue bastante sorpresivo. Por parte de Cucurucho podía sentirse en el maldito paraíso, mientras se pegaba más al cuerpo del beta.- ¡Ahh~ ahh, no n-no… alfa… no tu nudo es muy grande! .- Dijo el moreno gimoteando mientras se apretaba contra el pecho fornido de Cucurucho.
Cucurucho sabía que era un poco doloroso para el beta tomar su nudo, en especial cuando lo estaba criando, así que para tratar de aliviar un poco al chico como pudo comenzó a liberar su aroma pero de forma para tranquilizarlo, aunque sería lo contrario porque estaba impregnado de sus feromonas sexuales, mientras con su mano acariciaba la espalda del latino junto su cabeza en busca de aliviar un poco el dolor, haciendo que Roier maullara por los mimos.
Definitivamente el moreno estaba tan sorprendido de haber cogido con un alfa superior, tanto que ni siquiera pensaba en Spreen o tal vez ya se había olvidado de su existencia en esos instantes. — Osito bimbo…- el castaño susurro mientras ambos esperaban a que se desinflara el nudo que los unía. Aún estaba ciego en ese punto ya que su bandana ayudaba a que no viera la cara de Cucurucho.
Roier estaba tana brumado por las emociones, sensaciones y los olores de las feromonas de ambos, aún estaba en un tipo limbo donde no podía pensar con claridad, solo sabía que el nudo que abotono su útero se sentía dolorosamente rico, no iba a negar que se volvería adicto a esa sensación, al mismo tiempo agradecía a los dioses que haya nacido con una vagina, porque juraba que si hubiera nacido con un pene y aun un beta, sabía que jamás podría soportar el nudo de ningún macho. Ambos estaban tan satisfechos y contentos porque se habían entregado mutuamente que pudiera liberar sus propios miedos, presiones y angustias en ese momento tan único.
Por parte de Cucurucho había caído rendido por completo ante el mexicano, no entendía muy bien si esto era amor, enamoramiento o algo similar, porque Cucurucho no comprendía muy bien esos conceptos, solo sabía que estar con Roier le traía paz, tranquilidad y con lo que pudo entender de las explicaciones del moreno cuando hablaron sobre las emociones, le trajo felicidad. Todo de ese chico le traía una infinita alegría que no lograba comprender de donde venia, y al estar anudándolo, marcándolo con su aroma, hasta con sus chupetones lo tenían muy contento, como si ya hubiera satisfecho a su animal interno de haberse apareado con su preciosa pareja. Cosa que ese sentimiento hizo que el estómago de Cucurucho se revolviera pero en vez de ser incomodo, fue muy placentero y emocionante, no podía describir muy bien esas nuevas emociones.
Mientras que por parte de Roier, fue un alivio y paz porque gracias a Cucurucho pudo olvidar y superar poco a poco, la traición de Spreen como de Quackity, Osito Bimbo fue su salvador que el trajo consuelo, seguridad y tranquilidad a su vida en un momento tan crucial, ahora con esta situación sus emociones se habían vuelto muy confusas, porque no sabía si sentía atracción por el hibrido de oso blanco, o solo porque le brindo consuelo en forma sexual para liberarse de la tensión que ambos cambian creado, pero sea lo que sea, Roier no se arrepentía en absoluto, definitivamente no dejaría a Cucurucho hasta satisfacerse ambas partes y quedaron agotados como en esos momentos, aunque no tenía miedo de explorar como seria su nueva relación con Cucurucho, le traía mucha curiosidad de pensar si terminarían como pareja o solo una amistad. Pero primero necesitaba superar por completo a Spreen antes de pensar en algo más serio, ya que no le iba a dar falsas esperanzas a Cucurucho si este decidía cortejarlo.
-Osito Bimbo ah~… por favor, la venda… necesito quitármela. — Menciono aun aferrándose al cuerpo de su osito, mientras sentía como poco a poco el nudo bajaba al mismo tiempo que el pene de Cucurucho comenzaba a ponerse flácido. Cucurucho por su parte solo asintió aun abrazando a su castaño mientras acariciaba con tanta delicadeza su espalda, cuando sintió que al fin podía sacar su falo sin dañar a Roier, procedió hacerlo haciendo que al retirarlo sonara un ruido bastante obsceno, la cual de la vagina de Roier al ya no tener algo que retuviera el semen de Cucurucho, este comenzó a salir en cucharadas completas hasta caer al piso mezclándose con el charco de fluidos, se podía ver el coño abierto y abusado del beta, como estaba hinchado por lo maltratado que el hibrido de oso provoco, mientras salía mucho esperma caliente dejando ver la enorme carga que dejo dentro de su adolorido útero.
Roier gimió por esa acción, estaba tan sensible y hecho un maldito desastre de nervios como de fluidos, sabía que si se soltaba del peliblanco este caería ya que no tenía fuerzas para sostenerse, así que el alfa como pudo tomo la máscara que dejo aun lado de la cama, para colocarse y así ocultarse de nuevo mientras quitaba la bandana de los ojos de Roier. Devolviéndole su visibilidad, dejando ver sus ojitos cristalinos llenos de un deseo carnal, como también se notaba que en sus ojos se podía ver lo abrumado que estaba por tantas sensaciones, dándole una imagen tan lasciva a Cucurucho provocando que si seguía observándolo de esa forma terminaría con otra erección y lo follaria de nuevo, pero ambos necesitaban reposar en especial cuando el mexicano la cual estaba tan sensible.
-Osito Bimbo~, para ser tu primera vez coges tan rico nalguitas de azúcar.- Pronuncio divertido mientras bromeaba con ese tipo de apodos, haciendo que Cucurucho solo soltara una risa robótica ante sus palabras. Roier miro la máscara y en un gesto un poco decepcionado que no pudiera ver su rostro, este solo reposo su frente en su pecho, aunque estaba muy feliz de que al menos hubiera ayudado a que ese liberara su aroma. — ¿Te gusto osito bimbo? — Pregunto el beta buscando saber su respuesta, cosa que Cucurucho aun tomando a pussyboy para que no cayera este retrocedió junto con el para que ambos terminaron acostados en la cama llena de los fluido de ambos.
Roier de inmediato agradeció ya que necesitaba reposar en eso instantes. Así que el hibrido de oso aprovecho para responder.- Si.- Fue corto y preciso haciendo que el beta solo sonriera y se acorrucara a su lado ocultando su carita en el hueco del cuello del alfa, aunque estuviera sudado aun así no le importo al moreno, abrazando su pecho mientras Cucurucho rodeaba sus brazos alrededor de las caderas del mexicano para que ambos comenzaran, abrazarse mutuamente compartiendo su calidez.
EL castaño sabía que su el peliblanco no era de muchas palabras así que por momento lo dejarían en eso instantes tal vez mañana tratarían el tema.- Me alegro tanto osito bimbo, bueno vamos a mimir mañana tenemos mucho que hacer.- Respondió ya que tenía que recuperarse primero porque cuando amaneciera tendría que limpiar todo ese desastre, aunque le entristecía un poco que Cucurucho por las mañanas siempre se fuera de forma puntual, y regresara en las tardes como habían establecido, solo deseo que por esta vez el osito se quedara después de haber compartido esa noche inolvidable.
Cuando Roier abrió sus ojos para poder despertarse por los rayos de sol de la ventana, podía sentir un poco su cuerpo adolorido por haber sido follado por un hibrido de oso de casi 2 metros, este solo estaba de lado mirando el gran ventanal de ese cuarto, estaba a punto de levantarse pero de repente sintió que alguien se lo impedía ya un brazo lo sostenía de su cadera, Roier al ver esto se sonrojo de golpe recordando todo lo que hizo ayer con Cucurucho, además de lo nervioso que se encontraba ya que Osito Bimbo estaba no se había ido, cuando volteo encontró al peliblanco acostado con la máscara puesta, pero este noto que seguía durmiendo ya que podía escuchar su respiración y miraba como su fuerte pecho subía y bajaba con un ritmo calmado, además de que las sábanas tapaban su desnudez como la suya propia.
El castaño casi soltó un gemido lleno de sorpresa, pero se tapó su boca de inmediato ya que no quería despertar al peliblanco, se notaba tan sonrojado y nervioso en ese punto porque jamás pensó que evidentemente se quedaría a su lado. Así que se dejó llevar por sus emociones, volviendo acomodarse a su lado buscando la forma de no despertarlo mientras lo miraba con una enorme sonrisa, mientras una de sus manos lo posaba a su pecho para acariciarlo, aunque deseara tomar sus mejillas este respetaría que Cucurucho no estuviera listo para enseñarle su rostro, este disfruto su aroma de alfa superior siendo pino natural con un poco de colonia, en ese punto se sorprendió que Cucurucho se descuidara y dejara salir su hedor aun dormido.
Cucurucho sintió las suaves caricias del bonito beta, la cual este se despertó para encontrarse una escena sumamente adorable, ya que enfrente suyo estaba el hermoso pussyboy con sus mejillas rojitas, mientras le sonreía mostrando sus pequeños colmillos y en sus ojos se notaban el brillo, por la felicidad de tenerlo ahí a su lado. El trabajador de la federación se sintió enternecido por ese gesto tanto que sintió como su cara ardía, y pasaba hasta sus orejas que paso a su nuca, esta acción no la desaprovecho Roier ya que noto su sonrisa aumento al soltar una risita.- Buenos días Cucuruchito~ .- Este de forma impulsiva se acercó para darle un beso en la boca dibujada de su mascara.
El peliblanco odio en esos momentos tener esa mascara, pero solo lo acepto estando tan feliz de recibir ese bonito saludo. A sí que este para responder ese cariño se aferró más al cuerpo de Roier, para jalarlo pegándolo aún más a su pecho y así poder abrazarlo mientras sus manos acariciaban su espalda baja.- Buenos días.- Respondió con ese sintetizador, disfrutando de estar a su lado de su calidez no iba a negar que fue increíble pasar esa noche apasionada con el castaño, pero ahora tenía un serio problema y era que ese bonito beta se había vuelto adicto a su escancia.
Sabía que estaba jodiendo la vida de ambos si la federación se enteraba, pero en esos momentos juro sintió una enorme necesidad de irse contra la federación a cambio de mantener a ese bonito su bonito beta seguro, cosa que detuvo de inmediato sus pensamientos cuando se dio cuenta que se dirigía a Roier como “suyo”. Estaba ansioso y confundido, como asustado por cómo se dejó llevar tanto que su aroma se volvió un poco amargo por su propia inseguridad.
Roier lo noto y de inmediato libero sus feromonas para poder relajarlo mientras acariciaba suavemente su cabeza, hasta llegar a sus orejas donde comenzaba a darle un masaje a una de ellas en busca de relajarlo de lo que sea que lo haya alterado.- Osito Bimbo, tranquilo, no sé qué te acompleja solo por favor relájate, todo estará bien.- Pronuncio con calma mientras buscaba ayudarlo, cosa que había logrado porque el peliblanco comenzó a dejarse llevar por sus caricias tan relajantes así que este asintió. Cuando el mexicano lo noto este solo se separó poco a poco de él.- Ven, vamos a desayunar.- Dijo sonriéndole ya que este comenzaba a tener hambre, además sabía que el osito también necesitaba alimento después de esa noche.
Cucurucho le dio la razón cuando sintió su estómago rugir, así que este asintió, Roier aún estaba un poco adolorido así que el hibrido de oso tuvo que ayudarle a cambiarse, ambos de alguna forma no podían dejar de tocarse, tal no era de forma lasciva pero la ternura y las caricias nunca faltaron como si no quisieran volver a soltarse. Pasaron unos minutos y Cucurucho como Roier estaban en la sala, mientras Osito Bimbo esta vez tuvo que hacer el desayuno ya que el castaño, estaba adolorido de sus caderas así que esperaba pacientemente, mientras tomaba un tea de ruda que ayudaba como anticonceptivo ya que el beta no quería un cachorro aun, mientras Cucurucho terminaba de cocinar los huevitos que puso en el sartén. Ambos tenían un silencio cómodo estaban tan tranquilos, y aunque deseaba poder hablar sobre qué tipo de relación mantendrían, Roier solo quería seguir disfrutando de esa burbuja.
Asique esta vez ambos estuvieron de acuerdo en silencio que por ahora no hablarían de eso, ya que querían disfrutar de nuevo de ese placer mutuo. Asique ambos comieron y volvieron a tener esa rutina cotidiana, Roier hablando como perico mientras Cucurucho escuchaba y pocas veces contestaba de forma directa como poco cortante o a veces escribía en su cuaderno.
Cucurucho cuando termino de desayunar este se había ido a trabajar, mientras el castaño como pudo volvió hacer la limpieza y relajarse un poco, aunque claro tuvo que bañarse para poder limpiar su cuerpo de los fluidos de ambos y los aromas combinados. Además de que fue un trabajo muy costoso ya que aún le dolía bastante sus caderas como piernas, el castaño estaba tan feliz y sin ningún arrepentimiento de lo ocurrido, pero aún quedaba la incertidumbre a lo que pasaría en el futuro entre ellos, ya que Roier no sabía qué clase de relación tenían, si solo una amistad, o algo físico o tal vez había una posibilidad que Cucurucho quisiera algo más.
La sola idea de que pudiera tener a ese alfa como su pareja hizo que el chico se estremeciera, no por algo de temor por lo contrario fue simplemente tristeza, porque una parte pequeña de él también lo deseaba pero primero tenía que superar los sentimientos que sentía por Spreen, ya que no quería darle esperanzas o jugar con él, simplemente el jamás haría esas estupideces.- Carajo… — Maldijo en un susurro mientras gruñía ante la posibilidad de arruinar lo que sea que tuvieran, porque el sabia a la perfección que no sería la primera vez que lo repitan, Roier admite que se había hecho adicto también a ese placer.
Pero solo por esta vez y de forma egoísta prefirió guardar silencio, para disfrutar los días que le quedaban a lado de Cucurucho antes que volviera a salir de su casa, ya que tarde o temprano tendría que enfrentar la realidad. Solo que por esta vez solo se quedaría tranquilo y viviría en su burbuja a lado de Cucurucho.
Aunque la realidad no era el único que pensaba lo mismo, ya que Cucurucho mientras espiaba y hacia su trabajo no podía dejar de pensar en ese bonito beta, ni siquiera podía olvidar esas bonitas escenas mientras montaba su polla como si no hubiera mañana, la estreches de su coño, su dulce aroma, lo rico que era su piel, hasta su carita llena de placer infinito mientras gemía por él como si no hubiera mañana, eso hizo que Cucurucho rápidamente buscara la forma de calmarse porque sabía que podía tener una erección indeseada, en especial en ese momento cuando miraba a los amigos de Roier la cual Mariana y Vegetta estaban hablando con calma, mientras estaban buscando unos materiales. Además de que si seguía pensando en eso delataría su escondite por culpa de sus hormonas locas, que estaban desatadas por culpa de coger con Roier.
Porque desde que provo su deliciosa esencia y liberara su aroma sin control alguno, ahora era difícil controlarlo como si por instinto quisiera marcar su territorio para alejar a los demás de Roier, aparte desde que despertó había tenido una horrible ansiedad en sus ansias, como si quiera morder salvajemente a alguien, pero la verdad le asustaba la idea que sea su instinto de querer marcar al mexicano para crear un vínculo que Roier no quería, no después de lo ocurrido con Spreen y eso hizo que su corazón se tensara.
Mientras tanto Vegetta y Mariana hablaban sobre Roier ya que eso hizo que Cucurucho llamara por mucho su atención. — Te lo juro men… desde ayer en la tarde que lo visite, se comportaba extraño además de que vi que vive con alguien. Pero a pesar que solo este su aroma, sé que había alguien más mien, pero siempre que le pregunto algo cambia de tema o no contesta, no sé qué este pasando pero la verdad estoy preocupado por ese pendejo.- Respondió Mariana triste por la situación de su mejor amigo.
Cosa que Vegetta solo estaba con los brazos cruzados mirando al menor mientras suspiraba dejando ver también la preocupación por su alumno.- Ya veo ya… desde que me entere lo que Spreen hizo a Roier, me asegure de darle su reprimienda, pero no quita el hecho que no compensar el daño que le hizo al mexicano.- Pronuncio el alfa mientras cerraba sus ojos, pero también se le hacía extraño lo que decía Mariana, ya que hasta donde sabia Roier no quería ver a nadie y solo permitía a Mariana visitarlo. Además de que le dolía bastante no poder verlo ya que sabía que como padre de Spreen, entendía que no deseara verlo.
Aunque Vegetta necesitaba visitarlo para disculparse profusamente por las acciones de su hijo, aunque dudaba que fuera suficiente después de todo se notaba a lenguas, que el moreno quería ser la pareja de su niño y estaba muy feliz por ello, porque conocía a Spreen y también sentía lo mismo, pero desde que apareció ese ser tan semejante a Rubius hizo que la estabilidad de ambos comenzara a empeorar. Aunque la realidad era que Vegetta era un hipócrita por decir algo a su hijo, cuando la verdad era que no fue el único que hizo maldades por ese precioso diablo- súcubo con la cara de su esposo, la cual buscaba con tanta desesperación. Pero aun así lo que le hizo al chico simplemente había superado su límite.- A mi experiencia sería mejor que dejáramos a Roier en paz, hasta que este decida abrirse… tal vez solo tal vez pueda convencer a Spreen a que vuelva intentar hablar con él, para que vuelva a disculparse o buscar arreglarlo.- Pronuncio el de ojos amatistas.
Cosa que cuando Cucurucho lo escucho este de inmediato se enojó bastante por alguna razón, porque tan solo imaginar que Spreen volviera acercarse a “su” beta lo hizo enfurecer y reaccionar por impulso, porque sin que pudiera controlar sus acciones este salió de su escondite para confrontarlos.- Buenos días, ¿Qué hacen? .- Saludo y pregunto a las dos personas enfrente suyo, cosa que Mariana se asusto soltando un grito, mientras Vegetta solo sonrió ante la presencia del hibrido de oso de casi dos metros.
-Cucurucho holi, no no estábamos haciendo nada.- Respondió el mago nocturno sin moverse de su lugar. Mientras Mariana se componía y solo bufo por lo vergonzoso que fue, pero rápidamente se le ocurrió una idea asi que rapidemente fue con él.
-Oye men, que bueno que te dejas ver está pasando algo y necesitamos tu ayu…- Mariana estaba a punto de decirle sobre la situación de Roier, cuando de repente al acercarse lo suficiente a Cucurucho este olio una fragancia perteneciente a su mejor amigo, la cual impregnaba al hibrido aunque este se había asegurado en deshacerse del aroma con su desodorante parece que no podía quitarlo del todo, ya que el beta descaradamente lo había impregnado con ese abrazo antes de irse.- ¿Por qué hueles a Roier mien? — Pregunto con mucha seriedad el chico mirando al hibrido, eso hizo alertar a Vegetta de inmediato la cual cambio su mirada a una tranquila a una afilada, la cual se acercó a lado de Mariana poniendo su mano en su hombro en busca de detectar lo mismo.
Cosa que evidentemente este olisqueo el aire, confirmando las palabras de Mariana.- Por lo que veo hace poco te encontraste a Roier.- Respondió aun con esa sonrisa buscando sacarle información.
Cucurucho se tensó por ser jodidamente descuidado, pero así que no había de otra que decir una verdad a medias.- Si.-Menciono el alfa superior ante el otro, fue cortante y directo.
Mariana solo sospechoso volvió a preguntar. — ¿Por qué tienes su aroma? — Esa pregunto hizo que Osito Bimbo se volviera a tensar, pero esta vez mintió.
-No se.- Fue rápido su respuesta pero no había de otra, si iba mentir para proteger a Roier lo haría sin dudar, fueron pensamientos bastantes egoístas peor no había de otra. Mariana solo termino suspirando mientras tomaba el puente de su nariz con su mano.
-Bueno mien como sea, tengo cosas que hacer. Sera en otra ocasión hablamos Vegetta.- Respondió mientras se despedía de Samuel, pero la verdad era que quería ir a visitar a Roier ya que estaba comenzando a sospechar de ese aroma, para nada era algo normal que oliera así y más cuando estaba infestado de hormonas, Mariana sabia a la perfección lo que significaba y más cuando en dado momento Spreen estaba impregnado de ellas, cuando tenían esa relación bastante extraña. Pero Mariana no podía creer o entender que Cucurucho tuviera ese aroma, era simplemente imposible cuando el hibrido de oso blanco siempre presento un rechazo por los demás habitantes de la isla, aunque sospechaba algo cuando una vez le hizo esa broma a Cucurucho por sus sentimientos por Roier.
Vegetta por su parte solo miro a Cucurucho de forma seria, ya que al igual que Mariana sabia a la perfección a que se refería esas hormonas, de todos jamás podían engañarlo más cuando aún recordaba cuando apestaba a las feromonas de su dulce omega, era evidente que Cucurucho tenía algo con Ro pero tal vez solo tal vez lo mal interpretaban, así que por esta vez decidió guardar silencio en especial porque no quería más dramas con su hijo si se llegaba a enterar.- Bueno Cucurucho yo también me tengo que ir, por favor dile a Roier de mi parte si es posible que cuando se recupere que hable conmigo por favor, le deseo lo mejor a mi gran alumno.- Dicho esto el mago solo le dio la espalda para irse caminando con calma.
Cucurucho se quedó solo un poco ansioso por como había sido descuidado, pero también algo preocupado ya que el aroma de Roier en su ropa, podían delatarlos y en ese punto el hibrido de oso blanco no quería problemas en especial cuando su precioso beta podía ser afectado. Así que por momento solo se concentraría en su trabajo ya seria al rato cuando llegara para poder hablar con él.
Así pasaron las horas las cuales Roier como pudo hizo los deberes de la casa aun estando adolorido, aunque claro nunca se esperó la visita de Mariana la cual al llegar comenzó a contarle lo sucedido y sobre realmente su preocupación por su bien estar, el beta sabía que su amigo estaba muy angustiado y no podía seguir viéndolo de esa forma, así que como pudo tranquilizo a Mariana para poder tomar algo de tea juntos, Roier agradecía tanto haber terminado de hacer el aseo ya que si Mariana hubiera ido antes, se hubiera topado con el hedor cargado de sexo combinado por las feromonas de Cucurucho y del bonito pussyboy. Roier solo pudo decirle que se lo diría después, pero por ahora necesitaba tiempo, el beta no quería mentirle a su mejor amigo pero en ese punto no sabía cómo mencionarle, que se apareo con el trabajador del QSMP.
Como pudo hizo que ambos disfrutaran entre charlas y juegos algo que no hiciera a Roier moverse mucho, ya que se excusó que aún le dolía su cuerpo por lo de Spreen aunque la realidad fue Cucurucho que casi lo dejo sin piernas, disfrutaron su tarde hasta que al fin Mariana se fue a su casa a descansar, dejando a Roier solo cosa que el mexicano aprovecho para poder hacer la cena ya que pronto Cucurucho vendría, además de que también necesitaba hablar con él sobre lo que paso con Mariana, aunque la realidad era que extrañaba tanto su compañía que en ese punto vivir juntos por esos días, de alguna forma había hecho que Roier se volviera más pegado al alfa, además de que el cariño de ambos había crecido tanto que podía algo peligroso para los dos, si se volvía algo romántico.
Esa sola idea hizo que Roier se preocupara porque sabía que podía meterse en problemas, pero por alguna razón quería actuar de nuevo egoísta y permitirse amar a alguien más, que entrara a su vida y que ambos formalizaran, algo que Spreen jamás le daría. El castaño de inmediato borro esos pensamientos con mucha rapidez, ya que podían hacer que su perfecta burbuja se rompiera algo que no estaba listo para enfrentar la realidad de sus actos. Hizo lo posible para ocultar sus emociones revueltas cortando las verduras que estaban en la tabla de cortar, mientras sentía un nudo en su garganta por el simple hecho de que no quería terminar con lo que sea que tenían, se sentía inestable por el abandono del que se supone que era su alfa causándole una inseguridad como miedo masiva después de ese accidente, pero Cucurucho en esos días le había traído muchísima paz como tranquilidad a su casa, y ahora que habían compartido una noche de pasión Roier no quería parar, por el simple hecho que se sintió tan bien al hacerlo y al estar en manos del Osito Bimbo podía sentirse más seguro.
Pero sabía que era una tontería porque no quería utilizarlo como a él, así que su dualidad mental comenzó a tener una batalla campal, entre sus deseos egoístas y sus valores por parar esta locura que ni siquiera se dio cuenta, que comenzaba a soltar muchas lágrimas en silencio, al mismo tiempo su aroma comenzaba a volverse amargo. Ni siquiera se dio cuenta cuando Cucurucho apareció detrás suyo teletransportándose dentro de la casa, después de haber tenido un día tan cansado.
Pero mayor fue su sorpresa al olfatear un aroma margo siendo que el beta estaba entrando en una tristeza desconocida para el peliblanco, el oso de inmediato se preocupó pero en ese momento no sabía que hacer en ese tipo de casos, así que para llamar su atención este le saludo.- Buenas noches.- Pronuncio con su sintetizador, haciendo que Roier se sobresaltara un poco y sin mirar a Cucurucho este siguió cortando las verduras tratando de actuar normal, ya que aun podía sentir sus lágrimas manchar sus mejillas.
-Osito Bimbo, que bueno que volviste ejeje solo espera nalguitas de azúcar que ando terminando de cocinar. — Respondió buscando la forma de no delatar en su voz muy dolida que estaba, cosa que Cucurucho de inmediato lo noto su timidez y su nerviosismo, se sentía ansioso porque ese castaño tan lindo con quien se había apareado estaba sufriendo por algo que no sabía. Así que espero a escucharlo por saber la razón de su dolor.- Hoy vino Mariana…- Por alguna razón ese nombre hizo que Cucurucho tensara su mandíbula hasta resaltar sus caninos gruesos y largos, dejando ver su disgusto como ira por pensar que esa persona lastimara a Roier, pero su chico continuo.- Me dijo que olías a mi… quiero disculparme, no debí impregnarte mi aroma… eso fue tonto.- Menciono con suaves cortes en su voz.- Se que por culpa de eso nos puede poner en peligro, p-pero… no me controle en hacerlo cuando te abrase… — Roier con cada palabra comenzaba ponerse más nervioso mientras eso pasaba Cucurucho estaba impacientándose, tanto que comenzó avanzar hacia el castaño a pasos sigilosos sin que se diera cuenta.
-Si no quieres hacerlo… d-de nuevo yo lo entenderé solo… so-solo por favor no me…- Roier no pude terminar lo que iba a decir cuando fue interrumpido, ya que el hibrido de oso lo había tomado de sus hombros para voltearlo de golpe la cual estar frente a frente Cucurucho no dudo en hacer a un lado su mascara, dejando ver sus labios para estampar los suyos con el del chico para callarlo, simplemente no podía permitir que ese bonito beta siguiera liberando ese aroma tan amargo, que hacía que su corazón doliera por ver como el mexicano sufría de ese modo.
No era el único que estaba angustiado por sus acciones Osito Bimbo también estaba asustado por lo que pasaría si se daban cuenta de su pecado, pero en esos momentos solo importaban ellos dos como ayer, solo eran ambos en su burbuja perfecta donde no necesitaban palabras para disfrutarse mutuamente, así que solo por esta vez ambos estuvieron de acuerdo en un silencio que aún no hablarían de eso, solo querían volver a sentir la esencia del uno del otro. Así que Roier siguió ese beso un tanto desesperado por sentir más del calor ajeno, mientras Cucurucho tomaba sus caderas acercándolo más a su cuerpo, y el castaño se ponía de puntas para alcanzarlo mientras sus manos sujetaban su nuca para profundizar el beso húmedo, hasta al fin separarse por la falte aire dejando a ambos agitados.
El hibrido de oso tomaría con mucha suavidad una de sus mejillas para limpiar sus lágrimas, con tanta suavidad cuidando de no dañarlo con sus garras. Roier estaba a punto de hablar pero Cucurucho le puso un dedo en sus labios haciendo un suave sonido con sus labios. — Shhh .- Con esa señal entendió así que solo asintió. El peliblanco en un gesto que aprendió de los habitantes al mirar de lejos, hizo que el pussyboy se pegara a su cuerpo y lo abrazara con fuerza solo demostrándole que no tenía nada que temer.
Roier no pudo aguantar esta emoción y se soltar a llorar en silencio, mientras se aferraba al osito que lo consolaba o intentaba hacerlo. No había palabras esta vez solo sollozos y emociones desbordadas.- Gracias Cucurucho.- Dijo entendiendo sus señales porque en ese simple abrazo, Cucurucho expreso por completo su mensaje de no separarse de él.
El castaño levanto su mirada para volver a observar al peliblanco, ya más calmado así que para regresarle un poco de ese cariño el mexicano no lo pensó dos veces cuando estando de nuevo sus labios con el contrario, haciendo que Cucurucho se sorprendiera un poco pero aun así hipnótico por su sabor este correspondió, fue un beso suave y tierno lleno de sentimientos liberando todo sus miedos como si los brazos del uno del otro se liberaran con ese afecto. Pero no siempre sería tan dulce, ya que mientras más se besaban la adicción que tenían por el otro comenzaba aprender de nuevo, haciendo que Cucurucho con suavidad bajara una de sus manos en una caricia hacia una de las posaderas de Roier.
Provocando que el castaño gimiera entre el beso, por lo que se separó un poco de ese beso húmedo con un sonrojo. — E-espera… deja apago el caldito.- Dijo Roier ansioso mientras miraba de reojo la estufa encendida la cual calentaba el caldo de pollo, como pudo se separó de Cucurucho para ir apagarlo ya que sabía que no saldrá de la cama, lo sabia y estaba tan ansioso como el hibrido de oso blanco, su coño lo delataba al mojarse y empapar su ropa interior. Estaba a punto de voltearse pero Cucurucho fue de nuevo rápido acorralándolo entre sus brazos y su boca comenzó a besa la nuca del beta, hasta llegar a sus glándulas de olor donde le dio una suave lamida haciendo que el beta jadeara, de alguna forma eso lo encendió y su cuerpo tembló de tan solo pensar tener una marca de Cucurucho.
Pero no era el único ya que las ansias de Roier también comenzaron a picar, porque él también quería darle una mordida al hibrido eso hizo que Roier comenzara a respirar un poco pesado, por que la sola idea de que Cucurucho tuviera su marca lo emocionaba un sentimiento muy similar que tuvo con Spreen, cosa que el beta de inmediato trato de tranquilizarse ya que sus feromonas delatarían su leve excitación, mas de lo que ya estaba al sentir como Cucurucho lamia como si nada su nuca, mientras sus manos recorrían sus caderas.- Osito Bimbo~ ah.- Este gemiría por lo placentero que se sentía, así que se dejó llevar cuando se volteo llevando sus manos al cuello del contrario para rodearlo, ponerse de puntas y de nuevo besarlo haciendo que ambos comenzaron a intensificar el toque.
Antes de que el beta se diera cuenta, el alfa superior ya lo había tomado para llevárselo al cuarto donde con cada paso que daban dejaban un camino, de las ropas de los dos. Solo se podían escuchar del segundo piso los jadeos y gemidos, del pussyboy que se encontraba en la posición de perrito mientras su pecho estaba contra las sabanas y su culo esponjado estaba siendo alzado, como arremetido contra la pelvis de Cucurucho la cual embestía con fuerza su bonito coño que devoraba como si nada su pene con su nudo semi- hinchado. Roier portaba la corbata del trabajador alrededor de sus ojos, ya que Cucurucho de nuevo lo había cegado.
Mientras el peliblanco con sus manos tomaba sus caderas que movía con violencia contra su pelvis, la cual se dedicaba arremeter contra sus glúteos mojados que rebotaban de forma tan lasciva, Cucurucho ya hace tiempo que se había quitado su mascara y solo disfrutaba de ver como la vagina del Roier, recibía muy bien su polla la cual su glande ya hace tiempo había atravesado la cérvix, al mismo tiempo que dentro del útero del mexicano estaba conteniendo grandes cucharadas de esperma caliente, por los orgasmos de Cucurucho que tuvo.
Roier perdió la cuenta de los orgasmos que tuvo el hibrido de oso, ni siquiera conto los suyos solo sabia que el pobre estaba hecho un desastre su coño estaba siendo azotado con fuerza, tanto que sus labios vaginales estaban hinchados, sabía que sus glúteos estaba igual de azotados y ni hablar de su cuerpo, que ya hacia con chupetones y mordidas. Pero al menos agradecía que su glándula de olor permanecía intacta, pero ambos se habían vuelto adictos al uno del otro sabían que esto no iba a parar y no querían hacerlo.
Todo cambio para ambos, porque literalmente los 2 días que restaban en esa semana la rutina de ambos había cambiado de alguna forma, No solo Cucurucho salía por las mañanas a trabajar como era costumbre, si no que el osito blanco ahora que exploraba su vida sexual con Roier gastaba bastante en desodorantes, para ocultar su aroma además de que ocultar entre su ropa los chupetones y los rasguños del beta. Roier por su parte tenia que hacer una limpieza mas extensa, ya que siempre que terminaban esas horas de sexo desenfrenado la casa terminaba apestando a sus feromonas.
Además de que tenía también ocultar sus chupetones y mordidas cada vez que Mariana lo visitaba, además de que el beta se había vuelto más descarado con Cucurucho cada vez que este llegaba del trabajo en las tardes, como por ejemplo en una de esas mientras preparaba la comida solo con un mantel cubriendo su cuerpo, dejando ver su culo gordo como su coño mojado expuesto cuando el hibrido de oso había llegado del trabajo, no se contuvo cuando volvió a fornicarlo. Aunque esos dos habían estrenado cada rincón de la casa, en la cocina, mesa, en todas las habitaciones, baño y siempre terminaban en la cama de Cucurucho comiéndose mutuamente aunque para la desgracia de Roier, siempre que iniciaban el trabajador del QSMP terminaba por taparle los ojos, ya que esa era la única condición que tenía si el moreno quería besarlo, aunque cuando se trataba de bañarse juntos, el chico si o si tenia que mantener los ojos cerrados en todo momento, aunque eso no le molestaba porque Cucurucho se encargaba de bañarlo y mimarlo después de tener un sexo desenfrenado y salvaje, tanto que su coño y caderas que terminaban adoloridos.
Después estos terminaban en la cama disfrutándose a besos o abrazos Roier comentando su día, o Cucurucho buscando la forma de responder a su platica como podía siempre con la mascara puesta al final, nunca tocaban el tema sobre qué pasaría con ellos o qué tipo de relación tenían, algo que inconscientemente el corazón del mexicano se tensaba cada vez mas de lo parecido que se esta volviendo, cuando estaba con Spreen, siempre cogían o se trataban con amor o cariño, pero nunca definían que tenían y cuando Roier buscaba con desesperación una respuesta, este huía o lo abandonaba, en este caso el pussyboy tenía tanto miedo que Cucurucho le hiciera lo mismo.
Aunque estaba confundiendo seriamente sus sentimientos, cuando al principio el beta se había convencido que solo era algo físico pero la realidad es que su corazón no quería que se quedara así. Aunque por la parte de Cucurucho no sabia como describir lo que pasaba o qué tipo de relación tenían, él nunca conoció jamás ese tipo de conceptos pero sabia que lo que sentía por Roier es algo fuerte, no solo era sexo, era algo que su animal interno lo volvió loco de un buen sentido, porque Roier le causaba mucha paz, tranquilidad, cada vez que se iba del trabajo este ya quería volver con el beta para ser mimado y disfrutar de su compañía, además de sentía que con ROier era como estar en su hogar.
A parte de que no solo disfrutaba fornicar con él, Cucurucho sentía que era mas intimo de lo normal, mientras lo bañaba con su esencia y lo llenaba con ella, la ansiedad de vincularse con el pussyboy se volvía más poderoso, además de que deseaba poder corresponder el cariño en palabras cuando Roier le decía cuanto lo quería. No se sentía culpable cuando decidió hacer este tipo de cosas, solo sabia que su animal interno estaba tan apegado al beta como si fuera este precioso chico fuera elegido de ser su pareja, aunque no podía comprenderlo de todo o razonarlo pero por instinto y sus emociones, se habían vuelto muy descontrolados pero aun así le gustaba todas esas emociones nuevas.
En esos momentos estaban disfrutando ese último día de la semana, ya era de noche y Roier estaba siendo alzado como siendo embestido por el peliblanco, el beta se sujetaba de los hombros del alfa mientras gemía y gritaba lo bueno que era sentir su verga follando su cérvix. Su vientre estaba totalmente hinchado déjanos en claro que estos ya habían empezado hace horas, y el sonido de como su vientre estaba lleno de líquidos dejaba en claro que Cucurucho ya tuvo bastantes orgasmo, al punto que solo descansaban cuando estaba el nudo, además que en los pies de Cucurucho se podía ver un gran charco de fluidos, delatando que Roier ya había llegado a su clímax también, sus mieles bañaban la pelvis de cucurucho junto con sus piernas. Ambos cuerpos estaban cubiertos de sudor como de fluidos sexuales.
Ambos no podían parar en ese punto, el pobre Roier estaba siendo alzado mientras Osito bimbo sujetaba sus piernas y arremetía contra su coño. Estando parado probando esa posición donde ayudaba a llegar mas profundo hasta depositar su nudo en su útero.- Ahh ah~ ahh osito, ahh~ ahí l-lo estás haciendo de maravilla.- Gemía como si fuera una gata en celo el beta, la cual disfrutaba de llegar de nuevo al nirvana, por como Cucurucho en esos días se había vuelto bastante bueno, pero era de esperarse por como aprendía rápido además de que el chico le enseñaba en donde tocarlo, de nuevo estaba con la venda en los ojos pero a ese punto ya estaba a acostumbrado.- Ahh alfa~ be-beso, beso~ .- Volvería a pedir con sus labios hinchados por ser besados con anterioridad, Cucurucho obedecía bajando su cabeza para besar al chico, ambos jugaron con sus lenguas, los dos estaban hechos un desastre de fluidos.
El hermoso cabello blanco largo de Cucurucho ya estaba despeinado y algo descuidado por esas horas de un sexo salvaje, con sus pezones hinchados por ser chupados la mayoría del tiempo, mientras Roier ya hacía con su cuerpo lleno de mordidas, ya que el hibrido de oso desarrollo una horrible maña de morderlo por todos lados, porque la ansiedad de sus ansias por marcarlo se volvía más agresiva, así que para evitar vincularse con el beta este mordía en otros lugares para evitar algo así.
Los sonidos de los choques de pieles húmedos, se escuchaban por toda la habitación de una forma obscena, pero para los oídos de Roier era una dulce melodía que le provocaba más excitación pues por culpa de estar ciego en todos sus encuentros, había desarrollado más sus otros instintos. Cucurucho gruñía de satisfacción mientras lo lamia o besaba, mientras el mexicano buscaba la forma de menear su caderas para sentir aun mas como los testículos del contrario azotaran sus labios vaginales hinchados.
-Ahh ahh~ alfa~ ya no puedo, siento que de nuevo estoy a mi limite. — Trato de pronunciar el beta sintiendo de nuevo que pronto tendría su orgasmo, su coño se puso más estrecho y sensible eso incentivo a que Cucurucho, aumentara sus embestidas volviéndose mas salvaje y brutal, el culo del beta rebotaba como si nada contra la pelvis del peliblando haciendo que Roier soltara más gemidos, mientras sus manos se aferraban como podían en el cuello del contrario. Hasta que este sintió como llego a su clímax, soltando un gran chorro de squirting bañando de nuevo a Cucurucho, mientras sus paredes vaginales se estrechaban alrededor de su falo.
Cucurucho gruño ante la deliciosa sensación, pero aun faltaba un poco mas para poder liberar su esperma, estaba a punto de volver a embestirlo pero de repente se escucho como unos toques a la puerta principal comenzaron hacerse escuchar, interrumpiendo el momento íntimo de ambos, deteniéndose haciendo que Roier se asustara por pensar que alguien estaba afuera de su casa esperándolo.- ¡Pendejo! , ¡abreme mien te tengo que contar algo con urgencia!.- Grito Mariana mientras golpeaba la puerta, ya que no sabía si Roier estaba despierto pero el mexicano necesitaba hablar con urgencia con su mejor amigo.
Roier se asusto al escuchar los gritos de Mariana.- Oh no es Mariana, Cucurucho rápido quítame esto y vístete.- Dijo ansioso y jadeoso el beta cosa que Cucurucho solo gruño porque estaba a punto de anudar al bonito pussyboy, así que aunque lo odiara este se separó dejando salir su pene provocando que todo el semen guardado en el coño de Roier, saliera haciéndose de nuevo un charco debajo de ellos, además de que ayudo a que el mexicano no se cayera, llevándolo a la cama mientras tomaba su mascara para ponérsela.- Listo .- Pronuncio con su sintetizador.
El mexicano de inmediato se quito la venda, para mirar adelante suyo como su osito buscaba su ropa, para vestirse dejando ver su espalda pálida llena de rasguños y sus hombros llenos de mordidas y chupetones, haciendo sonrojar al beta que se había descontrolado un poco pero como pudo este se levantó, aunque le doliera para poder vestirse, aunque aun estaba lleno y cada paso que daba un chorro de semen salía de su vagina. Pero aun así logro ponerse su bóxer, no tenía tiempo de limpiarse ya que el esperma comenzaba a mojar su ropa interior haciendo que este jadeara, pero aun así se colocó un suéter en busca de tapar sus marcas.
Mientras esto pasaba Cucurucho limpiaba la habitación y con su desodorante, comenzaba a rociar el lugar en busca de liberar el aroma de sus feromonas. Roier rápidamente le pidió el desodorante para rociarlo en todo su cuerpo, en busca de ocultar su aroma. — Ve al baño y ocúltate ahí.- Dijo mientras cucurucho solo estaba en pantalón.
El hibrido de oso asintió, para irse casi corriendo a ocultarse. Roier bajo las escaleras casi cayéndose por la prisa, ya que mariana se estaba desesperando al tocar mas fuerte. El castaño mientras tanto aún seguía rociando el lugar con el desodorante, hasta que al fin abrió la puerta.- Ahh pinche mamon pendejo, ¿Por qué tanto escandalo? — Menciono Roier bastante molesto, mirando a su mejor amigo que entraba a la casa como si nada.
-Yo debería estar molesto pendejo, te he estado mandado mensajes, llame y llame y no me contestas mien.- Dijo Mariana señalando al beta bastante enojado y molesto, hasta cruzar sus brazos.- ¿Por qué putas no contestabas wey? — Pregunto el chico mirando extrañado a Roier, la cual cerraba la puerta bastante cansado. Al mismo tiempo que miraba que miraba alrededor de la casa, notando que estaba bastante limpio.
-¿así? Jaja, no no sabía estaba bastante ocupado.- Pronuncio Roier un poco nervioso, mientras juntaba sus piernas ya que aun sentía como los fluidos bajaban por su coño.
-¿Haciendo que men? , ¿Qué era tan importante que no me contestaste? — Pregunto curioso mientras olfateaba el lugar notando que apestaba muy extraño, era como si Roier se hubiera pasado con un tipo de perfume o algo.- Oye pendejo porque huele fuerte a desodorante, no mames culero apesta un chingo aquí.- Respondió Mariana tapando su nariz ya que era muy fuerte el aroma, además que delataba un poco de feromonas desconocidas.
Roier de inmediato se asusto cuando menciono el aroma y rápidamente contesto con sus típicos chistes. — Pues es que wey me atrapaste jalandomela, y la neta ahí me tienes tirando desodorante para que no huelas mi desastre pendejo.- Dijo rápidamente diciendo una verdad a medias, mientras se sonrojaba al menos Osvaldo dejaría de preguntar.
Cosa que funciono porque el contrario se hecho a reír.- Jajaj no mames hijo puta, ¿Qué ya andas de cachondo? — Menciono burlesco mientras ambos se reían, Osvaldo se sentó en una de las sillas de la sala.
-Si ya sabes como soy mamon, para que preguntas.- Dijo divertido mientras se sentaba enfrente suyo, sintiéndose aliviado de que no sospechara de nada.- ¿Bueno wey para que llegas a interrumpir mi momento? — Pregunto curioso.
-Pues men, hoy la federación mando un comunicado en los teléfonos que nos dio, mencionaron que mañana temprano debemos estar en unas coordenadas que nos dieron, que todos los invitamos debemos ir sin más.- Respondió mientras se ponía serio haciendo que Roier también se tensara, porque hace una semana que se había encerrado y salió para nada, pero ahora tendría que volver a la realidad.
-¿Él estará ahí? — Pregunto Roier seriamente mientras bajaba la mirada, haciendo que Mariana solo chasquera la lengua. Pero no eran los únicos escuchando su conversación porque Cucurucho oculto, podía escucharlos con suma atención.
-Si, todos estarán ahí incluso él.- Osvaldo no quería responder pero no iba a mentirle a su mejor amigo.- Men si no quieres ir. esta bien ya les diré que…-
Roier de inmediato lo interrumpió en voz alta mientras se abrazaba a si mismo.- ¡IRE! -Pronuncio rápidamente mientras levantaba su mirada.- La verdad… es que estoy cansado de vivir con inseguridad o ansiedad de la mierda que me dejo, ya estoy listo para salir y la verdad ya lo estoy superando.- Menciono con mucha sinceridad, y de eso agradecía bastante a Cucurucho que fue su compañía como su apoyo en todo momento.
El hibrido de oso al escuchar eso se tensó, por alguna razón esa noticia lo hizo sentirse un poco asustado y preocupado a la vez, por lo que ocurriría con Roier además que había olvidado el evento de mañana ya que literalmente estaba mas concentrado, en fornicar al bonito beta que rogaba por su pene que otra cosa.
Mariana solo asintió ante sus palabras. — Bueno entonces ya sabes wey, te espero mañana por si pasa algo estaré ahí para ti mien.- Pronuncio mientras se levantaba y caminaba hacia la salida, ya que solo tenia que asegurarse de la seguridad de Roier, pero al ver su determinación entonces no tenía mucho que hacer.
-Si. gracias Osvaldo.- Dijo Roier mientras lo acompañaba a la puerta y ambos se despedían, dejando solo al beta al fin. El mexicano a pesar que se sentía bastante incomodo por tener su bóxer empapado de fluidos, pudo desviar su atención porque ahora su corazón latía con fuerza, porque el día que mas temía ya había llegado, tarde o temprano su burbuja llena de felicidad se rompería. Por lo que el castaño solo miro de reojo las escaleras la cual Cucurucho estaba, mirándolo con esa mascara con una sonrisa pintada, solo con el pantalón puesto exponiendo su bien trabajado cuerpo. — Osito Bimbo…- lo llamo mientras caminaba hacia él hasta llegar a sus brazos, la cual el peliblanco lo tomo con mucha delicadeza.- Tenemos que hablar.- Dijo finalmente.
Haciendo que por alguna razón Cucurucho sintiera un miedo muy extraño recorriendo su cuerpo por esas palabras, pero sabia a que se refería así que el osito llevo a Roier al segundo piso donde ambos se sentaron en la cama sin decir nada.- Necesito saber qué tipo de relación tenemos Cucuruchos.- Pronuncio directamente.
Cucurucho por su parte era difícil describir lo que tenían, cuando ni siquiera sabia nada de las relaciones o lo que ellos conocían. Ni siquiera sabia que nombre tenia sus emociones o sentimientos.- No lo se.- Menciono honestamente, haciendo que Roier solo sintiera un dolor horrible en su pecho, y una decepción porque este pensó que de nuevo seria usado. Pero Cucurucho al oler sus feromonas nuevas amargas este trato de corregirse de inmediato.
Haciendo parecer un cuaderno con un mensaje para que Roier lo leyera, poniendo se nervioso en el proceso.-“Lo que quiero decir, es que no comprendo a que te refieres a relaciones, hasta hace poco no entendía el concepto de querer o el sentir, estoy en la misma situación a la palabra de relaciones, desconozco si hay más relaciones como dices, simplemente no lo entiendo”.- Con esto Roier se relajó de inmediato porque al menos tenia una leve esperanza de que Cucurucho quisiera otra cosa.
Este solo sonrió.- Bueno es difícil de explicar, pero primero contéstame algo… así sabremos qué es lo que quieres conmigo Cucuruchito.- Respondió con una sonrisa mas calmada, mientras miraba el piso cosa que Cucurucho asintió.- ¿Quieres que sigamos haciendo esto, pero que solo sea físico? , me refiero a que no involucremos sentimientos y solo meramente sexo.- Menciono tratando de explicarlo de forma que Cucurucho pudiera entenderlo.
Cucurucho analizo sus palabras la cual pensó seriamente su respuesta, pero no quería que esto solo se quedara en algo físico, porque desde el momento que supo que cada vez que se iba lo primero que siempre pensaba seria, en regresar a casa con Roier para poder descansar como si ese beta se volviera su verdadero hogar. Supo en el momento que casi interrumpió a Mariana y a Vegetta cuando se mencionó a Spreen, solo porque este ya no quería que Spreen se acercara a Roier llamando al mexicano como su beta, además de que sus ansias comenzaron a picar cuando pensaba en dejarle su marca en su glándula de olor. Supo de inmediato que esto es mas que lago físico.- No.- Respondió directamente.
El castaño al escuchar su respuesta levanto su mirada sorprendida, cosa que este trago en seco porque sintió su corazón temblar porque eso significaba mas cosas.- ¿Quieres algo mas que solo físico? — Pregunto de nuevo buscando saber que es lo que quería el oso blanco.
-Si.- Menciono mientras cruzaba sus dedos aun sin mirar a Roier. No iba a mentir ante ello, quería que Roier fuera su pareja su alfa interno lo había elegido, ya estaba impugnado tanto de sus feromonas que le dolía que no fuera suyo.
El mexicano se sonrojo tanto que su corazón comenzó a bombear con tanta fuerza, y sus feromonas delataban su propia felicidad. Porque Cucurucho el mismo oso blanco que pensó que sería lo mismo que Spreen, hoy le demostraba lo contrario, este no iba a darle excusas o mentiras sobre evitar ese tipo de cosas, este lo estaba enfrentando y dándole una respuesta directa.- ¿Quieres que sea t-tu beta? — Roier fue muy directo con esto, ya no iba a seguir preguntando su nerviosismo estaba al 100, solo Cucurucho podía ponerlo de esa forma en esos momentos.
-Si.- Contesto de inmediato el peliblanco volteando a ver a Roier a pesar de que tuviera su mascara, el latino podía sentir su mirada penetrante. Cucurucho no iba a esperar más, ya estaba decidido el deseaba a Roier como su pareja, su beta, que sea la madre de sus cachorros que sea él su propio hogar, sus sentimientos estaban alborotados y en vez de aterrarlo, le emocionaba y disfrutaba de sentir.
El castaño no podía creerlo de verdad sucediendo, al fin estaba teniendo una pareja que lo quería realmente, pero eso no era suficiente ahora que sabia la respuesta del hibrido de oso, entonces harían las cosas bien, Roier también deseaba sentirse amado y respetado, además de que no volvería a cometer mas errores ni mucho menos cuando tenia la oportunidad de estar con Cucurucho.- ¿Qué pasa con la federación? , dijiste que ellos podrían detenerte.- Menciono mientras lo miraba nervioso y preocupado.
Cucurucho de inmediato saco otro cuaderno para escribir rápido un mensaje. — “Siempre he conocido a la federación como algo perfecto, todo de la federación era bueno sin ningún tipo de error, mi lealtad hacia ellos no era puesta a prueba. Pero desde que te conocí, entendí que la verdadera perfección no la tenía la federación, sino que gracias a ti descubrí más cosas que jamás pensé conocer, supe que desde que comencé a mirarte como mi beta, mi lealtad cambio.
Ahora eres la perfección misma Roier, mi lealtad ahora es hacia ti”.- El chico no podía creer lo que leía, era un mensaje simple pero con mucho sentimiento, Cucurucho de verdad estaba listo de traicionar a su jefe por estar con él. Estaba en shock y anonadado, pero mas que nada estaba tan feliz como emocionado, ya que eso significaba que de verdad Cucurucho iba con todo cuando se trataba de estar a su lado.
Roier abrazo el cuaderno y sintió como sus ojos se cristalizaban, pero no era tristeza era felicidad por sus palabras. — Quítate la máscara.- Este menciono, cosa que Cucurucho se sorprendió de su respuesta.- Si vas enserio conmigo entonces quítate la máscara.- el mexicano quería ver su verdadero rostro, el haría bien las cosas ya no más errores, quería que si tenían una relación fuera sana sin ningún tipo de bandera roja.
Cucurucho lo comprendió de inmediato, así que lo hizo llevo sus manos a su mascara, tomo las orilla y poco a poco comenzó a retirarlo, dejando ver su rostro. Revelando un atractivo sumamente increíble, unos ojos azulados como el mismo cielo, unos labios esponjados rosados con una nariz respingada, con su cabello largo pero desordenado junto con sus orejas de oso, acompañado con un suave sonrojo acompañado de su cicatriz en su mejilla. Roier se quedó totalmente embobado por el albino, simplemente no podía creer lo bello que se veía además de que aún no podía creer que ese hermoso se lo haya follado como un toro en celo, por todos esos días.- Cucurucho estas bien pinche guapo.- Menciono el beta con una sonrisa ladina, haciendo que el oso blanco se sonrojara mas mientras bajaba sus orejas dejando ver su vergüenza por ese comentario, pero su corazón se sentía liviano al saber que su precioso beta lo halagara.
Cucurucho busco sus manos tomándolas dejando ver su clara diferencia de estatura cuando, las dos manos cubrieron por completo las de Roier, ya había dicho todo lo que tenia que decir ahora era turno del castaño decir algo. El mexicano estaba nervioso y con justa razón por el simple hecho de que ese oso lo hacia sentir tan bien, al mismo tiempo que su corazón latía tan fuerte y rápido, pero ahora que sabia los sentimientos de Cucurucho y sabia como el mismo se sentía, entendía que ahora podían tener un comienzo sano.- Tendrás que cortejarme.- Pronuncio directamente, haciendo que el peliblanco se sorprendiera mirando con asombro al beta.- Quiero decir… si vamos hacer esto, entonces lo haremos bien osito. Quiero que me cortejes, sácame a citas, tráeme regalos, demuéstrame que realmente quieres ser mi alfa.- Menciono Roier con un sonrojo muy fuerte mientras miraba directamente los ojos de su osito.
-Enamórame, haz que te quiera aun mas de lo que ya lo hago, encántame y sigue haciéndolo, como yo lo hare contigo alfa.- El beta no detuvo sus palabras y no iba hacerlo, no cuando él también quería cortejar al alfa quería demostrar que también quería estar con él, además de que aun necesitaba el tiempo para superar las inseguridades que le dejo Spreen, además de que aun tenia pocos sentimientos abrumando su corazón pero ahora con Cucurucho, simplemente se dio cuenta la enorme diferencia entre de verdad amarlo e intentarlo.
Porque Roier al ver los ojos de Cucurucho, podía notar la enorme diferencia entre ellos y su amor. Spreen cuando lo conoció en ese server extremo este le demostró un amor y un cariño apasionado, ese oso le prometió el mundo entero hasta emparejarse cuando salieran de ese maldito server de mata o muere, pero cuando volvieron a encontrarse en vez de ver al chico la cual se enamoró, se encontró con alguien indiferente, frio o hasta salvaje, siempre evitando el tema sobre lo que eran o lo que quería cuando se trataba de tener una relación, solo usándolo como un mero juguete, cada día se le veía más triste o decaído, como si estuviera deprimido algo que el mexicano notaba al ver sus hermosos ojos amatistas apagados, ocultos tras sus gafas de sol, pero aunque Roier intentara con todas sus fuerzas apoyarlo este parecía importarle poco la existencia del beta que juro el mundo entero.
Pero Cucurucho fue lo contrario desde el principio siempre fue atento y aunque un poco brusco, el hibrido de oso blanco a pesar de que no sabia muchos conceptos normales de la vida, pero a pesar de eso Cucurucho no era de muchas palabras pero con acciones siempre demostró ser muy apegado con Roier, además de que muchos de la isla sospechaban de su favoritismo, pero aunque este se había ido por un tiempo cuando regreso para cuidarlo, en esa semana le demostró mas cariño y calidez mas de lo que una vez le dio Spreen, y aunque no hablara mucho Cucurucho le traía tanta seguridad, paz, tranquilidad hasta poder dejarse llevar por sus bromas, sin temor a que se enojara o lo ignorara, simplemente el osito fue tan atento que siempre lo escuchaba o buscaba la forma de corresponder con sus palabras la charla que tenían, y ni hablar cuando comenzaron a aparearse con el latino no sentía que era un objeto, al contrario Cucurucho siempre buscaba también su placer, fue muy paciente en tocarlo en donde el mexicano había dicho.
Definitivamente hay una enorme diferencia, pero aun así Roier eligió a Cucurucho esta vez, no quería cometer más errores quería disfrutar de ser cortejado, y si todo salía bien su noviazgo. El pussyboy estaba tan nervioso esperando la respuesta de Cucurucho, cosa que el oso blanco le dedico una sonrisa y en sus ojos se dejo ver su enorme felicidad, como emoción al escuchar sus dulces palabras tanto que se podía ver el brillo azulado de aquel trabajador del QSMP, y aunque no pudiera hablar ya que el QSMP le había robado su voz, siendo la cicatriz de su cuello era la muestra de los crueles que podían ser. Este contacto su cuaderno para dárselo con el mensaje que Roier esperaba tanto. — “Lo hare”. — Dicho esto el mexicano soltó un gemido muy feliz, tanto que no pudo evitar lanzarse a sus brazos hasta estampar sus labios con los ajenos, dejando en claro que ahora estaban quedando.
Ambos se esforzarían para cortejarse mutuamente, sabían que tenían un futuro muy interesante. Cuando Roier se separó por falta de aire, se notaba sus mejillas ruborizadas y sus ojos llenos de un cariño como deseo combinado, el castaño no quería separarse de Cucurucho ya que sus brazos eran tan cálidos, pero aún se sentía incomodo por culpa del semen que su útero contenía y mojaba su bóxer, además de que quería bañarse así que este con calma se levanta de la cama alejándose un poco de Cucurucho, que este miro algo curioso por sus acciones y un poco confundido.- Vamos osito, hay que darnos un baño.- Dijo el bonito beta mientras le extendía su mano, Osito Bimbo al escuchar eso rápidamente tomo su mano, con una sonrisa dejando ver ese deseo carnal de continuar lo que tenían antes de que Mariana los interrumpiera.
Ambos caminaron juntos al baño mientras sus manos se unían, Roier volvió abrazar a su precioso alfa para unir de nuevos sus labios, mientras detrás de ellos cerraban la puerta del baño sonando un clic satisfactorio.
En la mañana siguiente los visitantes de la isla esperaban en una extraña construcción nueva que la federación construyo, estaban casi todos, tantos los angloparlantes, como los demás latinos, el único que faltaba Roier. Pero se veía a Vegetta estar rodeado de Missa con Spreen, mientras que Quackity hablaba con Folish y Fit, en eso Mariana llega con calma hasta donde estaba Spreen la cual parecía molesto. — Oye men, ¿Por qué andas con esa cara de orto? — Pregunto burlándose de Spreen un poco.
Spreen al escucharlo solo gruño pero sintió como una zape en su cabeza por parte de Vegetta.- ¡ Ya viejo deja de romperme las bolas! — Pronuncio el hibrido de oso mientras miraba a Vegetta, cosa que el mago solo le dio otro zape dejando en claro que no iba a permitir esa falta de respeto.
-Pero bueno muchacho, si vas andar de bocón entonces acepta las consecuencias, mal educado.- Dijo Vegetta cosa que Missa y Mariana se rieron por como Vegetta regañaba a su cachorro gruñón, pero por parte de Mariana sabía que el sabio alfa lo hacia por castigar aun a su hijo por lo sucedido con Roier, Osvaldo miro de reojo a Missa que se notaba que no había dormido bien ese lapso de tiempo, probablemente era porque estaba afectado también por la pelea con Roier, Mariana estaba triste ya que el también notaba las ojeras que Spreen ocultaba debajo de sus gafas, sabía que sufría por igual.
Pero no iba a meterse en eso ya que no quería meterse en esa situación porque sabia que iba a causar más problemas, prefirió solo ignorarlo. Hasta que olfateo un aroma muy dulce detectando la esencia de las uvas, cosa que Mariana sonrió porque sabía que al fin su mejor amigo había llegado, pero noto algo muy raro en su aroma siendo que esa fragancia de uvas estaba acompañado de un extraño olor de pino, siendo de alguien desconocido simplemente no entendió como es que Roier lo tenía. Pero no fue el único que capto su atención, porque Vegetta, Missa y sobre todo Spreen miraron la dirección e Roier.
Solo para ver como el mexicano con un caminar implacable y su barbilla alta dejando ver su orgullo como felicidad, con una sonrisa brillante digno del señorito sol que era, además de que se veía sus ropas limpias presumiendo su sudadera de Spiderman, quedando enfrente del grupo.- Buenos días gente, jeje ¿Qué andan haciendo? — Pregunto con un tono bromista, cosa que Mariana y Vegetta correspondieron con alegría.
Missa por su parte solo le dio una sonrisa a medias buscando volver hablar con el. — Hola Roier.- El castaño miro al pelinegro la cual correspondió el saludo, dejando ver que no hay enojo, solo tranquilidad y emoción por verlo con bien. Estos hablaron un poco sobre su día, pero en eso el beta ni siquiera miraba a Spreen, cosa que los demás se concentraban en platicar con él.
Pero Spreen se puso tenso un poco ansioso por detectar las feromonas de otro ser en Roier, estaba confundido y molesto, porque, aunque era una esencia tan mínima que muy pocos podían detectarlo, pero la verdad era que ninguno le interesaba preguntar porque portaba ese aroma. El argentino solo miro de reojo inspeccionando su aspecto, pero este detecto algo que lo hizo alertar tanto que su cabello comenzó a erizarse como sus pupilas se volvieron filosas, como si Roier fuera un tipo de peligro pero la realidad estaba furioso al punto que sus venas se hincharon de su cuello. — Che, ¿quién te hizo ese morroón? .-Pregunto con seriedad el hibrido de oso negro.
Roier cuando escucho a Spreen por primera vez en tanto tiempo después de lo ocurrido, está ya estaba mentalizado por enfrentarlo, pero esta vez ya no hay miedo, solo resentimiento pero lo ocultaba con una sonrisa radiante, cosa que los demás se sorprendieron por ver el chupetón que portaba el mexicano en su glándula de olor. Pero el que mas estaba impactado era Mariana ya que todos los días visitaba a Roier y jamás había visto a nadie, pero si tenia sospechas ahora con esto era un hecho que ayer en la noche Roier estaba con alguien, cosa que Mariana solo se rio porque definitivamente tendrían una charla larga.
-Oh~, ¿Esto? , no es nada Spring solo ya sabes uno de mis quedantes se pasó un poco.- Dijo divertido pronunciando esa honestidad porque no iba a ocultar que tenía algo con Cucurucho, este miro como ese alfa de ojos amatistas lo miraba con tanta rabia podía sentirlo a pesar que tenia esas gafas, pero no le importo, no iba a seguir sintiéndose una mierda porque el señorito se sentia enojado o algo. Ya jamás volvería a darle ese poder sobre él, nunca más.
-¿Un ligue muchacho? , que interesante deberías preséntanoslos algún día.- Dijo Vegetta también con una sonrisa, mientras cruzaba sus brazos orgulloso de que su alumno estuviera siguiendo adelante, aunque se sentía mal por su hijo pero el mismo se lo busco.
Spreen no podía decir nada ya que seria muy hipócrita, así que solo se quedo callado. Prosiguió hasta que al fin el anuncio se presento en los miembros de la isla, dejando ver la noticia que adoptarían unos niños híbridos de dragón con un compañero angloparlante.
Ese día fue increíble para Roier porque jamás se imaginó que conocería a una gran mujer llamada Jaiden y a su hijo bonito que pondrían de nombre Bobby, ese día fue un cambio completo en su vida, porque nunca espero que Jaiden se volvería su bestie que ambos criarían a Bobby con mucho amor, Roier no solo gano una familia si no que también en secreto de todos aun estaba siendo cortejado por su Osito Bimbo.
Al final del día el mexicano se veía tan feliz porque regresaría a su casa con un niño en brazos, una gran amiga que guardo su secreto con Cucurucho, pero sobre todo a la calidez del oso blanco que lo esperaba con calma en su hogar.
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Notas:
Hola mis queridisimos lectores~💕, espero que les haya gustado este escrito como a mi me encanto escribirlo, dandole tiempo, dedicacion y mucho amor para terminarlo.
Por favor les pido que puedan darme una critica constructiva ante mi trabajo, lo apreciaria bastante ya que con sus comentarios ayudaria mucho a mejorar mi arte literario.
Por cierto este es un mensaje para ccBimboier en twitter, para los anons me presento soy la anon 🐈⬛, al fin les traje un fanfic completo y no solo un escrito en beta jeje espero que les guste muchisimo los quiero mucho. Por favor sigan escribiendo y compartiendo sus ideas, arte, escritos, hc, ya que amo leerlos a todos.
Sin mas que decir me despido~✨.
Att: Kiara.S