Capitulo 1: Donde las Mariquitas no Vuelan
3 horas y 5 minutos hace
París esta siendo atacada. Las alarmas ululaban, una señal de peligro que se clavaba en los tímpanos, mientras la marea de personas se abordaba por las calles, buscando refugio donde fuera. Los semáforos y las pantallas de televisión, teñidos de un rojo ominoso, no mostraban la familiar silueta de una mariposa oscura. Esta vez era una figura humanoide, un hombre ataviado en un traje ajustado y una capa ondeante.
En la cúspide de un tejado, un portal iridiscente se abrió con un chasquido, escupiendo la figura de Viperion. El héroe aterrizo con una gracia felina, su mente un torbellino de confusión. Un instante antes, estaba codo a codo con Ladybug y Chat Noir, luchando contra un akuma de Crisalys. Al siguiente, una oleada de energía lo había engullido, arrojándolo a este desconocido lugar ¿Un truco del akuma? ¿Una de sus habilidades?
_ ¿Ladybug? ¿Chat Noir? _ Murmuro Viperion al vacío, su voz apenas un susurro contra el estruendo de la ciudad. Miro a todos lados buscando un rastro de sus compañeros, pero solo encontró el caos reinante. Sin embargo, todo parecía… normal. Un París desolado por un akuma, una imagen que se había grabado a fuego en su mente. Creía que solo lo habían desplazado un par de metros de epicentro de la batalla.
Con propósito renovado, Viperion dio un salto, luego otro, sus piernas impulsándolo por los tejados de la ciudad. Un fantasma verde danzando por el cielo carmesí. Necesitaba llegar a la acción, necesitaba ayudar a sus amigos.
A medida que se acercaba al foco de la conmoción, una explosión de energía violeta estallo en la distancia, y la figura de un hombre deparada por lo aires, un grito ahogado que se perdió en el viento. Esa energía… Viperion la reconoció al instante. Era el poder del Miraculous del Tigre. Pero ¿Quién? No recordaba haber convocado a Tigress Purple para esta misión. Tal vez en vista de su ausencia Ladybug busco refuerzos. Pero, una punzada de inquietud lo atravesó.
De repente una voz resonó por encima del estruendo, clara y potente, cortando el aire como un cuchillo _ ¡Miraculous Sheng Chong! _ Vio como era lanzado por los aires una cuerda de saltar roja con puntos negros.
La frase golpeo a Viperion con la fuerza de un rayo ¿Miraculous Sheng Chong? ¿Qué era eso? Nunca había escuchado esa palabra en conjunto con algún Miraculous. La lógica en su ser comenzó a agrietarse con cada segundo.
Entonces, la magia se manifestó. Una oleada de mariquitas rojas y negras, diminutas y brillantes, surgió de la cuerda, cubriendo las calles como una marea sanadora ¡Era el Miraculous Ladybug! Volaron sobre los escombros, sobre los vehículos destrozados, sobre los edificios con ventanas rotas. A su paso, el daño se desvanecía. Las grietas se reformaban, automóviles recuperaban su forma original, lo muros agrietados se unían sin rastro. Paris, milagrosamente se reparaba a si mismo.
Viperion detuvo su carrera, sus ojos clavados en la escena irreal que tenia frente a sus ojos. No irreal por lo que veía en sí, esto era normal para él, sino por las palabras que había escuchado antes no eran las que debían decir.
Las mariquitas se dispersaron y dejaron un rastro de normalidad. La silueta del hombre con capa en las pantallas parpadeo y se desvaneció. Las noticias matutinas reemplazaron la alerta de emergencia. Las alarmas se apagaron, dejando solo el murmullo de la ciudad. Era como si el ataque nunca hubiera ocurrido. Era similar, pero muy diferente a lo que conocía.
_ ¿Qué… que acaba de pasar? _ Susurro Viperion, su voz teñida de asombro. La escena se reproducía una y otra vez en su mente. Encajaba. Y también nada de esto encajaba. Todo lo que conocía de los akumas, de Ladybug, de Chat Noir, era diferente.
La inercia que lo había mantenido estático fue reemplazada por una urgencia febril. Viperion sabia que debía entender ¿Qué significaba ese “Miraculous Sheng Chong”? Sus músculos antes tensos por la impresión lo impulsaron hasta el borde del tejado más cercano.
Desde la altura, la escena se revelo con una claridad asombroso. En el centro de la calle, donde antes había desastre se erguían cinco figuras. No eran Ladybug y Chat Noir, no eran ninguno de sus compañeros. Pero los miraculous… aparentemente eran los mismos.
Su mirada los escaneo, primero a tres de ellos, todos chicos. El mas bajo, con una cresta morada desprendía un aura de poder crudo. No había duda: era el Miraculous del Tigre. Su puño cerrado vibraba con la energía del impacto que había lanzado al hombre por los aires. A su lado, un joven mas alto, con traje de tonos terrosos y una gabardina con una correa prensil que simulaba una cola, sostenía un bastón. El Miraculous del Mono, pensó Viperion. El tercer chico, sin embargo, lo desconcertaba. Su transformación no se correspondía con ningún Miraculous que el conociera. Era una figura imponente, parecía desprender un brillo azulado de sus contornos ¿Una fusión? Si, tenía sentido. Podía distinguir la ferocidad del gato y la fluidez del dragón en esa forma tan singular. La piel oscura de su traje parecía mezclarse con escamas sutiles, y sus ojos brillaban con una luz felina y a la vez ancestral.
Luego estaban las dos chicas. Una de cabello albino recogido en dos moños, su traje resplandeciendo con colores blanco y rosa, tenia en sus manos una pandereta que parecía canalizar energía. El Miraculous del Cerdo, si, su energía pura no podía ser escondida. Pero la otra… la otra lo dejo sin aliento.
Era ella. O casi. La misma complexión, la misma determinación grabada en su rostro, el yoyo en su mano era inconfundible. Era el Miraculous de la Mariquita.
Viperion estaba cada vez mas desconcertado, su mente tratando de asimilar la cascada de información. Los héroes formaron un círculo, sus cuerpos mirando hacia el centro. Levantaron sus brazos derechos, sus manos simulando pistolas.
_ ¡Wǒmen hái huózhe! _ Gritaron al unisonó, y simularon disparar con sus manos, una extraña y enigmática celebración.
Las palabras extrañas y ajenas, resonaron en su mente ¿Qué significaba eso? ¿Era un saludo? ¿Una celebración? La lista de misterios seguía creciendo.
De repente el ulular de las sirenas de la policía se escucha desde el fondo, cada vez mas cerca. Los héroes se tensaron.
El chico con el Miraculous del Mono, con una mueca de burla en el rostro, grito _ ¡Ay, no, la policía! ¡Hora de la retirada estratégica, equipo! _
Con la agilidad que solo los portadores de Miraculous poseían, los cinco héroes se lanzaron a los tejados, deslizándose y saltando con una facilidad asombrosa, perdiéndose entre el paisaje de la ciudad.
Viperion solo se quedó en la cornisa, escondido detrás de una chimenea, con el sonido de las sirenas aproximándose a la distancia y la pregunta persistente de ¿Qué demonios estaba pasando?
Una fría certeza creció en su pecho, este lugar no era su París. No estaba en su hogar. No sabe cómo, pero termino en otro lugar, otro mundo ¿Quizás? Ahora ¿Cómo iba a volver?
Viperion esperó, agazapado en la sombra de la chimenea, el tiempo suficiente para que el eco de los héroes desapareciera por completo y las sirenas se acercaran lo suficiente para volverse ensordecedoras. Quizás la policía, pensó, tendría respuestas. Quizás ellos podrían arrojar algo de luz sobre este caos inexplicable.
Cuando las patrullas se detuvieron con un chirrido de neumáticos y los oficiales salieron, Viperion dio un paso adelante, saliendo de su escondite con la confianza de un aliado. Se plantó frente a ellos, sus manos a los lados, intentando transmitir una imagen de cooperación y tranquilidad.
_ ¡Alto ahí! _ El grito fue un trueno, y antes de que Viperion pudiera siquiera parpadear, varias armas apuntaban directamente a su pecho. El frío cañón de una pistola lo miraba fijamente, y un escalofrío le recorrió la espalda.
Por instinto, Viperion levantó las manos en señal de rendición, sus ojos abiertos de par en par por la sorpresa _ ¿Qué... qué está pasando? ¡Soy un héroe! ¡No un villano! _ La voz le salió más aguda de lo que pretendía, teñida de la confusión que lo invadía.
Un oficial corpulento, con una cicatriz cruzándole la ceja, dio un paso al frente, su voz grave y desconfiada _ Un héroe, ¿dices? ¿Y por qué deberíamos creerte? En estos días, los 'héroes' vienen y van como el viento. Algunos son una ayuda, otros... un problema más grande que el que resuelven _
Otro oficial, una mujer de expresión severa, agregó _ No podemos confiar del todo en los vigilantes que conocemos, menos aún en un desconocido que aparece de la nada, con un traje raro y una identidad oculta. ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Y por qué estabas en medio de esto? _ Su mirada era una mezcla de escepticismo y cautela.
El desconcierto de Viperion se profundizó. ¿Desconfianza hacia los vigilantes? ¿Un "desconocido"? En su París, él y sus compañeros eran figuras públicas, confiables, héroes aceptados y, en su mayoría, queridos. Esta reacción era totalmente inesperada, una bofetada en la cara de todo lo que creía saber.
_ Yo... yo soy Viperion _ tartamudeó, intentando procesar la información _ Vengo de... de otro lado. Estaba ayudando a Ladybug y Chat Noir a pelear contra un akuma... _
El oficial corpulento resopló _ Ladybug y Chat Noir, ¿dices? ¿Estás seguro de que no te golpeaste la cabeza en alguna de tus 'heroicas' caídas? Aquí los héroes son otros, chico. Y no confían en la policía más de lo que nosotros confiamos en ellos. Ahora, baja esas manos lentamente y no intentes nada estúpido _
La situación se tornaba cada vez más extraña y peligrosa.
_ Comprendo su desconfianza, pero no soy de aquí. No conozco las reglas de este... lugar_ Luka comenzó, su voz ahora más calmada, intentando proyectar sinceridad. _ ¿Podrían al menos decirme quiénes son esos vigilantes? ¿Qué es lo que pasó para que ustedes tengan esta... opinión sobre ellos? _
El oficial corpulento, aun apuntando con su arma, gruñó _ Esos 'héroes', como los llamas, son los que se hacen cargo de la escoria que invade nuestra ciudad. Derrotaron a uno de los 'héroes' corruptos hace un tiempo. Desde entonces, son los que aparecen cuando las cosas se ponen feas _
La oficial severa añadió, su voz cargada de resentimiento _ Pero no esperes verlos en la televisión, chico. No dan entrevistas, no se presentan ante la prensa, no tienen una identidad pública. La ciudad puede ser salvada por ellos todos los días, y aun así, no sabemos nada de nuestros supuestos salvadores _
Un tercer oficial, más joven, que hasta ahora había permanecido en silencio, explotó, su rostro enrojecido por la ira _ ¡Y lo peor es que no temen dejar desamparados a los ciudadanos si la situación lo requiere! ¡¿Qué clase de héroes son esos?! ¡Vi con mis propios ojos cómo uno de ellos dejó caer a una niña al vacío desde el techo de un edificio! _ Su voz se quebró, la indignación palpable _ ¡Y luego, el 'héroe' tuvo la desfachatez de decir que era necesario, que era parte del plan y que de todos modos ella regresaría a la vida con el 'Miraculous Sheng Chong'! ¡A esos vigilantes no les importa dejar morir a nuestra gente si así ganan su pelea! ¡Son unos desalmados, unos salvajes! _
Las palabras del oficial cayeron sobre Luka como un balde de agua fría. La rabia y la impotencia comenzaron a bullir en su interior. Esto no era ser un héroe. Esto era... abominable.
Viendo cómo los oficiales se alteraban cada vez más, sus rostros tensos de furia y frustración, Luka supo que la conversación había llegado a un punto crítico. La hostilidad en sus ojos era innegable. Si no hacía algo, la situación escalaría de una manera que no podría controlar.
Con una determinación repentina, Luka cerró los ojos, llevo su mano hacia la pulsera en su mano izquierda, el tenue brillo verde de su Miraculous se activó.
_ ¡Segunda oportunidad! _
El mundo a su alrededor se disolvió en un torbellino de colores, el sonido de las sirenas se invirtió, las voces de los oficiales se rebobinaron. Un instante después, Luka apareció de nuevo en el tejado, agazapado detrás de la chimenea, exactamente donde había estado antes de salir de su escondite. El sol de la tarde se cernía sobre París, y el ulular de las sirenas se acercaba, justo como antes.
Ya tenía algo de información, una información aterradora y desconcertante. Este no era su París. Los héroes de este mundo eran brutales, indiferentes a la vida, y la policía los despreciaba. El "Miraculous Sheng Chong" era un poder que desafiaba la muerte, utilizado de una manera que le revolvía el estómago. No había tiempo para la confrontación.
Luka se levantó con sigilo, sus ojos escaneando el horizonte. Debía irse de allí. Necesitaba más información, sí, pero no a costa de ser arrestado o, peor aún, herido por las mismas personas a las que, en su mundo, juró proteger. Su prioridad ahora era volver al suyo. Su madre y Juleka se preocuparían. Tenía que encontrar la manera de regresar a casa, a su París, donde los héroes protegían la vida, no la sacrificaban. Con un salto ágil, Viperion se lanzó de nuevo a los tejados.
¿Qué hacer? ¿Adónde ir? La ciudad se extendía debajo de él, un laberinto de cemento y secretos.
De repente, un peso inesperado cayó sobre él. Fue una fracción de segundo, un impacto brutal que lo empujó al suelo con una fuerza sorprendente. Antes de que pudiera reaccionar, antes de que el aire abandonara sus pulmones, sintió cómo algo se enredaba a su alrededor, apretándolo. Levantado bruscamente del suelo, quedó colgando, vulnerable.
Cuando sus ojos se enfocaron, la vio.
Era ella. Inconfundible. Tan similar a su Ladybug que le heló la sangre. Pero las diferencias eran abismales. Su traje, aunque conservaba la base de mariquita, era más oscuro, con destellos rojizos que parecían consumir la luz. Su cabello, en lugar de las coletas de siempre, era largo y liso, negro con mechas rojas intensas, peinado parcialmente recogido en dos chongos altos. Sus labios eran de un rojo intenso, casi carmesí, y sus ojos… sus ojos eran de un rojo puro y calculadora, desprovistos de calidez, gélidos. Lo miraba con una frialdad que helaba hasta los huesos.
Ella lo había levantado con su yoyó, que ahora lo tenía atado y suspendido en el aire, hasta que sus caras quedaron a la par. La cercanía era abrumadora, la intensidad de su mirada lo paralizaba.
_ ¿Quién eres? _ La voz era dura, sin inflexión, un latigazo.
Viperion no tuvo tiempo de responder. En ese instante, sintió una punzada, una sensación de vacío. La transformación se desvaneció. La luz verde que lo envolvía se disipó, revelando a Luka, vestido con su ropa habitual, colgado impotente frente a la Ladybug oscura.
En ese mismo momento, la heroína con el Miraculous del Cerdo apareció en su campo de visión, moviéndose con una agilidad sorprendente. En su mano, sostenía el Miraculous de la serpiente de Luka, su brazalete, girándolo entre sus dedos con una curiosidad casi infantil.
_ Mmm, sí, era su Miraculous _ musitó la chica del cerdo, su voz más suave de lo que Luka esperaba.
La Ladybug oscura lo soltó abruptamente. El yoyó se desenredó y Luka cayó al suelo, su cara chocando con el frío cemento. El impacto le dolió, pero se levantó a pesar del aturdimiento, la cabeza punzándole. Al lado, el portador del Miraculous del Mono estaba allí, sonriéndole, su bastón rozando suavemente el hombro de Luka.
_ No parece un peligro _ dijo el chico mono, con un tono burlón.
La Ladybug oscura lo miró con escepticismo _ Kuki, no podemos confiarnos. Tal vez está camuflado _
El héroe mono, ahora conocido como Kuki, se encogió de hombros _ Sheng Chong, ya no tiene su Miraculous. No creo que sea una gran amenaza sin él. ¿Para qué iba a camuflarse un sin poderes? _
Sheng Chong pareció escanearlo, su mirada penetrante analizando cada detalle de Luka. Un momento de silencio tenso se extendió, lleno de la calculada deliberación de la líder.
Finalmente, Sheng Chong dijo _ Está bien _ Su voz era un eco frío en el aire _ No es una amenaza _
Desde lo alto de un tubo de metal que sobresalía del tejado, la voz del portador del Miraculous del Tigre resonó, cargada de desconfianza _ Hermana, ¿estás segura de confiar en este maníaco? _ dijo, refiriéndose a Kuki.
Kuki pareció sentirse genuinamente ofendido _ ¡Chibi! ¿Por qué dices eso? ¡Soy el alma de la fiesta! _
Luka no sabía qué estaba pasando, otra vez. Las interacciones entre ellos eran extrañas, su familiaridad chocaba con la crueldad que le habían contado.
Sheng Chong se paró frente a él, se puso a su altura y acercó su rostro al de Luka. La cercanía lo puso nervioso, sus ojos rojos, helados, parecían perforar su alma. Pero luego, ella se alejó.
_ He dicho, no es una amenaza _
Con esa declaración, todos los héroes comenzaron a destransformarse. Las luces de sus Miraculous brillaron, envolviéndolos antes de disiparse. El último fue Sheng Chong. Y allí, de pie frente a él, estaba Marinette. Pero no la Marinette que él conocía. Esta Marinette tenía el cabello largo y con mechas, sus ojos y su aura era de una madurez y frialdad que lo impactaron.
El portador del Miraculous del Tigre resultó ser un joven de cabello negro y ojos azul intenso, vestido con ropa fina, casi de diseñador. El chico del Miraculous del Mono era otro joven alto y esbelto, de cabello alborotado y café claro, con una sonrisa burlona que aún persistía en sus labios. La chica del Miraculous del Cerdo era una albina china, muy hermosa, pero aparentemente mayor que el resto, su expresión más serena. Y finalmente, el chico más enigmático de todos, el de la fusión del gato y el dragón, se reveló como un rubio de ojos negros, con un traje elegante y sin lugar a dudas, un adulto en comparación con Kuki, Chibi y Marinette.
Luka, desprovisto de su Miraculous, se sintió increíblemente vulnerable. Estaba rodeado. Luka los observaba a todos. No conocía al resto, solo a Marinette, y aun así, esa Marinette era una desconocida para él. Y lo peor de todo, su única forma de regresar a casa, su brazalete, estaba ahora en manos de la albina.
Entonces, el hombre de la fusión, el rubio de ojos negros, habló con una voz profunda y resonante _ Qué vamos a hacer con él, es evidente que no lo podemos dejar aquí _ Su mirada se posó en Luka, una mezcla de cálculo y algo parecido a la preocupación.
Kuki, el portador del Miraculous del Mono, se acercó a Luka, lo ayudó a levantarse con sorprendente delicadeza y luego lo acercó a su cuerpo, abrazándolo del hombro con una naturalidad desconcertante.
_ ¿Por qué no lo adoptamos? _ Soltó Kuki, su sonrisa burlona más amplia que nunca.
Todos lo quedaron viendo, la sorpresa grabada en sus rostros. Luego, sus expresiones cambiaron, el asombro mutando a una resignación cansada. Chibi, el joven que tenía la cresta morada que ahora se revelaba con cabello negro y ojos azules, resopló _ Solo a ti se te puede ocurrir semejante estupidez, pon los pies en la tierra, Toshiro _
La chica del Miraculous del Cerdo interrumpió con una sonrisa serena _ La verdad es que es buena idea _
Kuki, que ahora sabe que se llama en su forma civil Toshiro, como lo había llamado Chibi, se iluminó. _ ¡Verdad que sí, Xue! Tú sí sabes apreciar las buenas ideas, a diferencia de otros _ lanzó, mirando de reojo a Chibi.
Chibi se cruzó de brazos _ A que no te dejo pisar la casa por una semana, Toshiro _ La amenaza era seria, aunque proferida con un toque de exasperación familiar.
La Marinette de este mundo, Sheng Chong, interrumpió el intercambio con su voz fría y calculadora _ Creo que debemos pedir su opinión al Maestro Siyuan. Seguro él sí sabrá qué hacer con… este _
Toshiro asintió vigorosamente _ Mmm, por supuesto. Después de todo, el abuelo no ha vivido 700 años para no saber nada _
Setecientos años. La cifra resonó en la cabeza de Luka, añadiéndose a la pila de incógnitas.
Luka sintió una presión repentina en su hombro. El hombre de la fusión, el rubio imponente, lo miraba con una expresión que Luka no pudo descifrar. Luego, una disculpa resonó en el aire, profunda y breve _ Lo siento _
Antes de que Luka pudiera reaccionar, el mundo se volcó. Una colisión brutal en la parte posterior de su cabeza, un estallido de dolor agudo, y luego, la oscuridad lo engulló por completo.
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Cuando los ojos de Luka volvieron a abrirse, el familiar grisáceo del cielo parisino había desaparecido, reemplazado por un techo alto sostenido por intrincadas vigas de madera oscura de Nanmu. Tardó unos segundos en procesar el nuevo entorno. Estaba en una habitación inmensa, un espacio que gritaba lujo contemporáneo y una historia ancestral. Las paredes estaban cubiertas por paneles de seda color jade que enmarcaban discretas obras de caligrafía montadas, los muebles eran de madera Huali lacada con diseños sobrios. Y la luz no era tenue, grandes ventanales de suelo a techo, inundando el espacio con una claridad espectacular que hacía brillar el suelo de piedra pulida. Una mansión China, pensó Luka, definitivamente una mansión.
_ Despertaste _ La voz era suave, rasposa por la edad, pero con una calidez subyacente. Luka giró la cabeza, su visión aún un poco borrosa, y buscó al origen del sonido. En un mueble bajo y cómodo junto a la cama donde él yacía, se encontraba un hombre muy anciano. Su cabello era blanco como la nieve, su rostro surcado por profundas arrugas que contaban historias de una vida larga.
Una sensación extraña de seguridad envolvió a Luka, a pesar de que el hombre era un completo desconocido. En un mundo donde todo lo demás era hostil e incomprensible, esta figura anciana irradiaba una calma reconfortante. Luka decidió confiar en su intuición, una brújula interna que rara vez le fallaba. Se relajó, el dolor en su cabeza aún persistía, pero una tranquilidad comenzó a extenderse por su cuerpo.
Escuchó un suave tintineo, un sonido delicado que rompió el silencio de la habitación. Vio al anciano mover sus manos hacia un juego de té exquisitamente elaborado que estaba a su lado. Era evidente que cada movimiento le costaba un esfuerzo inmenso. Sus manos temblaban visiblemente, y un ligero temblor recorría su cuerpo entero mientras intentaba levantar la tetera.
Sin dudarlo, Luka se incorporó, a pesar del mareo residual _ Permítame ayudarle, señor _ ofreció, su voz un poco ronca. Se deslizó de la cama y se acercó al mueble, sus movimientos lentos y controlados. Con cuidado, tomó la tetera temblorosa de las manos del anciano y procedió a servir el té en las tazas delicadamente decoradas. El vapor aromático se elevó, llenando el aire con un perfume cálido y especiado.
El anciano lo observó con una mirada profunda, una chispa de gratitud en sus ojos cansados. A pesar de la ayuda de Luka, el anciano insistió en completar el ritual. Lentamente, con manos temblorosas pero firmes en su determinación, tomó una de las tazas y, con una paciencia infinita, se la tendió a Luka. Cada milímetro de movimiento era una batalla, pero su resolución era palpable. Luka esperó, su corazón lleno de una inesperada ternura. Sentía que al menos esto, permitirle al anciano terminar el gesto, era lo mínimo que podía hacer.
Finalmente, la taza caliente llegó a las manos de Luka. El calor se extendió por sus dedos, una sensación reconfortante _ Gracias _ dijo Luka, su voz suave y sincera.
El anciano sonrió levemente, una sonrisa que iluminó su rostro _ Gracias a ti por esperar _ respondió, su voz apenas un susurro.
Luka llevó la taza a sus labios y tomó un sorbo. El líquido era suave y ligeramente dulce, con un regusto terroso. Sintió cómo una ola de relajación se extendía por su cuerpo, calmando sus músculos tensos y disipando la persistente punzada en su cabeza.
El anciano, sus ojos fijos en Luka, pareció percibir el efecto del té _ Es té Oolong _ dijo con una voz tranquila _ Sirve para relajarse. Pensé que lo necesitabas _
Luka volvió a agradecerle, una gratitud genuina que le nacía del alma. Este anciano le había ofrecido una taza de té y un momento de paz. Era un pequeño gesto, pero en ese momento, significaba el mundo para él.
Cuando terminó el té, el anciano, con un gesto lento y delicado, le pidió que se acercara. Luka asintió y se movió con suavidad, su intuición aun guiándolo, sintiéndose extrañamente seguro en la presencia de este misterioso benefactor. El anciano extendió una mano temblorosa y, con una ligereza sorprendente, comenzó a revisar la cabeza de Luka, palpando suavemente. Luka sintió una punzada, un dolor agudo y familiar, cuando los dedos del anciano tocaron un punto específico en la parte posterior de su cráneo. La misma punzada que había sentido cuando lo habían golpeado.
_ Ay, estos jóvenes _ murmuró el anciano con un suspiro, su voz teñida de una melancolía que Luka supo no estaba dirigida a él. Era un comentario sobre la imprudencia, la impetuosidad de la juventud en general.
El anciano se levantó pausadamente del mueble, sus movimientos lentos y calculados, como si cada articulación le doliera. Se giró hacia Luka y le dijo _ Puedes quedarte aquí descansando si lo deseas. Te visitaré más tarde. Este es un lugar seguro _ Sus palabras eran una promesa tácita de protección, un refugio en medio del caos.
Luego, el anciano comenzó a caminar en dirección a la salida de la habitación. Cada paso parecía costarle un esfuerzo monumental, sus piernas temblaban ligeramente, su cuerpo frágil. Luka no pudo quedarse de brazos cruzados. Se levantó de la cama, la preocupación por el anciano superando cualquier otra consideración.
_ Permítame ayudarlo, señor _ dijo Luka, acercándose para ofrecer su brazo.
El anciano refunfuñó suavemente, una queja apenas audible, pero no rechazó la ayuda de Luka. A pesar de sus quejas, el peso de su cuerpo se apoyó ligeramente en el brazo de Luka, y juntos, avanzaron lentamente hacia la puerta.
Cuando ambos salieron de la habitación, Luka se quedó estático. Como si una fuerza invisible los hubiera alineado, los cinco "héroes"—los vigilantes, como los había llamado la policía—estaban de pie en el pasillo, justo enfrente de ellos. Sus rostros aún en su estado civil, observaban la escena. La sorpresa se dibujó en la cara de Luka. ¿Se estaban esperando? ¿O era una coincidencia inquietante?
El anciano, ajeno a la tensión que se había formado, siguió caminando tan tranquilamente, apoyándose en el brazo de Luka, mientras tarareaba una canción antigua, una melodía suave y desconocida que parecía desvanecerse en el aire de la mansión. Luka, por su parte, se sintió atrapado entre la fragilidad del anciano y la mirada penetrante de los cinco jóvenes
El anciano, apoyado en el brazo de Luka, se detuvo frente a los cinco vigilantes. La melodía que tarareaba cesó, y una autoridad silenciosa emanó de su frágil figura.
_ Él es un invitado mío _ dijo el anciano, su voz suave pero firme, sus ojos serenos posándose en cada uno de los jóvenes _ Trátenlo con respeto _
_ La próxima vez, traten mejor a las personas _ dijo el anciano, su mirada abarcando a los cinco _ Sé que pueden hacerlo _ Sin añadir una palabra más, el anciano continuó su camino, tarareando de nuevo su canción, dejando a Luka solo con los vigilantes.
Toshiro, el portador del Miraculous del Mono, se acercó a Luka, mirándolo directo a los ojos _ Ya que el maestro lo dijo, llevémonos bien, ¿por qué no nos presentamos? _ Su sonrisa burlona era contagiosa _ Empiezo yo: soy Toshiro, ¡mucho gusto! _
Luka, aún desconcertado por la rapidez de los acontecimientos, extendió su mano y estrechó la de Toshiro _ Luka _ respondió, su voz apenas un susurro.
Luego, el hombre de la fusión, el rubio de voz profunda, dio un paso adelante _ Me llamo Louis Lenoir. Será un placer convivir contigo _ Su saludo fue formal, sus ojos observándolo con una intensidad que Luka no supo interpretar.
La chica albina, Xue, continuó _ Me llamo Li Xue, encantada _ Su voz era suave, casi melódica, y sus ojos, aunque serios, transmitían una cierta amabilidad.
Solo quedaban Chibi y Marinette. Toshiro, Li Xue y Louis se voltearon para verlos, la expectación palpable en el aire. Ambos chicos estaban con los brazos cruzados, sus rostros teñidos de desconfianza, sus miradas fijas en Luka. Antes no había tenido la oportunidad de detallarlos, pero ahora, bajo la luz de la mansión, notó que ambos tenían el mismo bello color de ojos que la Marinette de su mundo, ese azul profundo y estrellado. Ya sabía que uno de ellos era la Marinette de este mundo, la Sheng Chong ¿Pero y el otro?
El chico de cabello negro, Chibi, se quejó abiertamente, un gruñido bajo escapando de sus labios. Luego, con una clara muestra de renuencia, se acercó, extendiendo un brazo _ Liam Kai-Shek _ masculló, el tono de su voz revelando su desagrado.
Luka tomó su mano, sintiendo la tensión en el agarre de Liam. Cuando sus manos se separaron, Liam se inclinó y le susurró al oído, con una voz baja y amenazante: _ Y cuidado. Si te vuelves una amenaza para mi familia, te mato _
La sangre de Luka se heló. Quedó petrificado, la amenaza resonando en su mente. ¿Matar? ¿Así de fácil?
Luego, llegó el turno de la Marinette de este mundo. Luka, a pesar del impacto de las palabras de Liam, se recompuso, intentando disimular su pánico. Cuando sus manos se encontraron, algo sucedió. Un escalofrío le recorrió el brazo, una conexión extraña, una energía apenas perceptible.
Ella se presentó, su voz fría y decidida, pero con un matiz inesperado de resonancia. _ Marinette Kai-Shek _
Y Luka volvió a quedar desconcertado. Kai-Shek. El mismo apellido que Liam ¿¡Eran hermanos!? Marinette Kai-Shek. La Marinette que él conocía, su Ladybug, era Marinette Dupain-Cheng ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Marinette tenía un hermano de sangre en este universo? ¿O simplemente compartían un apellido debido a alguna otra razón?