Agradable paseo de dos idiotas

                                          Tal vez este día lo recordaré por mucho tiempo..                                                                         ***       En un día nublado, frío y agradable, decidí conocer a mi mejor amigo. Vistiendo una chaqueta blanca en la parte superior de una camisa amarilla y arrojándome una chaqueta, estoy pensando en cómo pasar tiempo juntos.                                                                         ¡Para!       ¡Olvidé presentarme! Siempre me olvido. Soy Yasuhiro Hagakure, un Adivino Absoluto, estudiante de la Academia Peak of Hope. Tal vez un poco tonto, pero una persona muy amigable que quiere hacer amigos con todos. Ya he estado en contacto con varios, especialmente con mi mejor amigo, Leon Kuwata. Jugador de béisbol absoluto, también estudiar conmigo en la Academia. Tipo duro, chicas corriendo detrás de él, versado en la música.                                                                         Sólo...       Tengo miedo de confesarle... Porque me consideran friki y estúpido.. Me veo raro, un talento que no se ha rendido a nadie, y en general nadie me nota...       ¡Pero ahora no pensaremos en lo malo! ¡Tengo una reunión! En tercera persona       El torpe Yasuhiro se apresura, tropezando, ya que llega tarde. Y así, ve a Leon sentado en un banco de madera esperando a su amigo. León, al ver a su amigo, dijo: — Lo siento, pensé en el camino. — ¿Vamos?       Nuestros idiotas estaban de acuerdo en dar un paseo en el parque de otoño. Kuwata caminaba por los charcos, había salpicaduras de agua sucia. Yasuhiro lo Mira y ve su hermosa cara.. Oh, él está contento y eso es todo... Mientras caminaban, decidieron iniciar una conversación: — ¿Cómo te va? — pregunte Hiro — ¿Qué tal? ¡Estoy perdiendo clases! Por supuesto que me dan estrellas, pero estoy acostumbrado. Lo mismo ocurre con IU.. mientras el pelirrojo habla, Hiro piensa cómo confesarle, y si lo rechaza y ya no se comunica, y si... — ¡Aquí estamos! — ¡Ah! - Yasuhiro exclamó — ¿tan rápido? — Sí, el parque está cerca, imbécil. — Sí, claro.. el chamán se encuentra ubicado en las coordenadas.       Al entrar en el parque, vieron bancos viejos, ¡pero qué hermosos empujados! Árboles de los que quedan un par de hojas amarillas bueno, y más gente caminando. Al ver cómo se visten nuestros amigos, la opinión es que son adolescentes estúpidos que no se preocupan por la salud. Pasan, se sientan en los bancos y piensan qué hacer.                                                             En nombre de Yasuhiro       "Primero iremos a Ka...¡Hiro No! ¡Dios mío!"¡Hiro! "Como un chico guapo ¿cómo invitar a algún lugar?! Tal vez vayamos a Nabe..."¡YASUHIRO! — ¡Ah! ¿Qué pasó? -por fin me desperté. — ¡Te llamo, te llamo y no puedes oírte! Chet, ¿estás pensando mucho, no has dormido lo suficiente?       En este momento, me sentí avergonzado de no escuchar a un amigo. ¡Por qué, por qué!? — Leon, ¿podemos ver este parque? — Vamos.                                                                   "FUH, pasó"       Mientras caminábamos, observábamos las extensiones de este maldito parque. Como dije, era un día nublado, así que la gente usaba un hermoso abrigo, en mi opinión. Y mientras volvía a pensar en el rojo, Leon exclamó: — ¿Te refieres al paseo marítimo? — ¡Ah! Sí, respondió a su pregunta. De nuevo fue incómodo, probablemente...       La brisa del mar soplaba, el pelo rojo y peludo de León se agitaba. Qué hermoso se ve. Pero sentí que estaba frío. Míralo, está temblando. — Mi querido amigo, me congelé:(( — temblando, dijo Leonid. — ¡Vamos a arreglarlo! — y lo cubrió con su chaqueta verde oscuro. — Muchas gracias. — tenía un hocico feliz en su rostro. - ¡Por favor! ¡Nunca dejaré que mi mejor amigo se congele! - Gracias, mi escoba.       Me sentí bien cuando lo ayudé. Hee Hee... ¡Para! ¿Mi escoba? ¿Fue una pista? Tal vez lo dijo por casualidad. Mamá me llama. Ah... — Leon, tengo que irme a casa. — ¿Qué? ¿Tan pronto? — Sí. — Bueno, hemos dado un buen paseo esta noche.       Y de repente, me abrazó... Fue inesperado para mí, ya que puede que no le gusten los abrazos. ¡Pero fue muy agradable! — Bueno, nos vemos. — ¡Adiós! — Hola, hijo, ¿te vas a casa? — Sí, ya voy. Mientras caminaba a casa, repetí este punto muchas veces. Y lo recordaré por mucho tiempo...