ID de la obra: 177

Frutas en la nieve

Het
R
En progreso
3
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 39 páginas, 11.750 palabras, 23 capítulos
Descripción:
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Aterrador

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Año 2004. Era de noche y Gabrielle corría con miedo en un vecindario muggle. Ella creía que al estar presente en un vecindario muggle, George tendría compasión, porque normalmente George era compasivo, y evitaría mostrar su magia en un entorno muggle. No obstante, Gabrielle se tuvo que recordar, que, George estaba viendo esto como un juego, en vez de algo aterrador que estaba asustando a Gabrielle. En esa misma mañana del lunes, Gabrielle le había servido el desayuno a George: huevos, tocino, champiñones, salchichas, pan con mermelada y jugo. Ella creyó en la mañana que todo estaba bien. Gabrielle se había despedido con un beso de su esposo que se fue a “Weasley & Weasley”. Las cosas no estaban bien ese día como Gabrielle había creído… Gabrielle siguió en la Mansión cocinando, limpiando y costurando. Por ahí de las 6 de la tarde se puso a caminar alrededor del comedor. Gabrielle se percató que uno de los asientos del comedor estaba manchado con mermelada. Ese asiento manchado con mermelada, era el asiento donde George se había sentado a desayunar. Gabrielle sintió escalofríos. ¿El asiento lo había manchado ella accidentalmente mientras ponía la mermelada en el pan o él lo había manchado? Gabrielle se puso a recordar cómo sobre un plato encima de la mesa, había untado la mermelada sobre el pan, ¿en qué momento se le había escapado un poco de mermelada a ella? Gabrielle supo que definitivamente las cosas estaban mal cuando llegó George saliendo de la chimenea cubierto de hollín. Gabrielle estaba sentada en el sofá frente a la chimenea esperándolo. La sonrisa feliz de oreja a oreja que le dedicó George a Gabrielle, la asustó. ¿Por qué él estaba feliz? —Ah, Gabrielle, qué buena broma me hiciste para ser una principiante —dijo George con una calma y felicidad que alertó a Gabrielle. ¿Una broma? —Me recuerda a aquellas guerras de bromas que se llevaban a cabo entre Fred y yo cuando éramos adolescentes —continuó diciendo George extasiado. Oh… oh. George en su mente, creía que Gabrielle le había hecho una broma pesada, y que con esa broma, lo estaba invitando a él a una guerra de bromas. Gabrielle era Gabrielle, no Fred. Gabrielle era su propia persona. Gabrielle salió corriendo, dirigiéndose a la puerta de entrada, la abrió y salió huyendo de su casa. La Mansión donde vivían George y Gabrielle estaba a unos cuantos kilómetros alejada de un vecindario muggle. Magia accidental, algo inconsciente o no, Gabrielle hizo uso de la aparición para aparecerse en aquel vecindario muggle, probablemente la habían visto muggles aparecerse en ese preciso instante, pero a ella no le importó; Gabrielle siguió corriendo. Normalmente Gabrielle le hacía una que otra broma suave a George, nada que lo humillara en público o que pusiera en peligro la integridad de él, pero esta vez, este error, este pequeño error que había cometido Gabrielle, George creía que era una broma pesada que se había atrevido a hacer su esposa. Gabrielle creía que, George percibía el haberse manchado con mermelada la parte trasera del pantalón una broma pesada; ¿cómo no considerarlo una broma pesada? Probablemente en su lugar de trabajo se habían reído, tal vez Ron el hermano de George, se lo habría informado. Para Gabrielle era obvio que eso podría considerarse una humillación. Era a lo que estaban acostumbrados Fred y George en su adolescencia, gastarse bromas pesadas que los humillaban en público y no se lo tomaban a mal, porque sabían que cuando uno de ellos estuviera distraído, se la regresaría al otro. El detalle aquí era que, Gabrielle no se llevaba de la misma forma con George, como él solía llevarse con Fred. Gabrielle siguió corriendo en aquel vecindario muggle. Gabrielle estaba consciente de que George le estaba dando minutos de ventaja, porque si él quisiera, ya le hubiera regresado la “broma pesada” segundos después de verla. Era como si un depredador jugara con su presa. Ella estaba aterrorizada por lo que fuera a venir.
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