ID de la obra: 20

Amor blanco

Slash
Traducción
PG-13
Finalizada
3
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traductor
Historia original:
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
1 página, 1 capítulo
Descripción:
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Capítulo 1

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En medio de la nevada llanura, la Unión avanzaba con paso tranquilo. La nieve crujía fuertemente bajo sus pies, y el sonido resonaba como eco entre los troncos de los árboles. De repente, se escuchó un disparo. Sobre el lienzo blanco y prístino que cubría la tierra, salpicó sangre carmesí, y acto seguido, la Unión Soviética cayó sobre ella. No hubo gritos, ni intentos de levantarse o hacer algo al respecto. La URSS yacía inmóvil, con la mirada fija en el cielo azul y despejado, sin siquiera sentir dolor. Sus pensamientos estaban ocupados por una sola persona. Entonces, se oyeron pasos acercándose, y muy pronto el comunista vio a Finlandia erguido sobre él. En los ojos del finés ardía una llama furiosa. Apuntó su rifle al herido, pero no se apresuró a disparar. Los hermanos se miraron durante unos instantes, pero luego el silencio fue interrumpido por la voz soñadora de la Unión. - Tus ojos son tan hermosos… Como un lago sin fondo… El país de los mil lagos, aturdido, bajó el arma. Ante esas palabras, algo dentro de él se contrajo de forma inusual. - ¿Q-qué significa esto? - preguntó confundido, y de repente vio en la mirada de la Unión Soviética un brillo extraño… ¿Amor?... - Quería reunirme contigo… Perdón por haber provocado todo esto. Yo… - la voz de la URSS se debilitaba con cada palabra, hasta que se apagó por completo. Finlandia solo ahora notó que bajo el comunista se había acumulado un enorme charco de sangre, y que el traje de camuflaje finlandés, que hasta hacía poco era impecablemente blanco, se había teñido de un color carmesí. "¿Qué me pasa?... Él es mi enemigo..." - pasó por su mente, pero por alguna razón, sentimientos que nunca había experimentado antes, brotaron en su pecho. La conexión se debilitó, pero sus miradas siguieron siendo igual de tiernas. Sonrió levemente y susurró en voz baja: - Yo… Te amo. El francotirador miró fijamente a su hermano. Un leve rubor apareció en sus mejillas, y sus ojos brillaron por las lágrimas que se acumulaban. - T-tú también perdona… - balbuceó. De repente, como en un sueño, abrazó el cuello de la Unión Soviética y lo apretó contra sí. Una cálida lágrima rodó por su mejilla, quemándole la piel. Le gustaría quedarse así para siempre. Solo ahora sentía amor. No fraternal, no amistoso, sino verdadero. - Yo también te amo… - susurró.
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