ID de la obra: 213

En brazos de otro amor

Slash
NC-17
Finalizada
1
Promocionada! 0
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
4 páginas, 1 capítulo
Descripción:
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Capítulo 1

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—Oh, entonces vas a pasar unos días en el dominio zora. —Si, hace tiempo que no voy y realmente me gustaría darle una visita, además Sidon en sus cartas parecía emocionado ante la idea de que fuera a verlos una vez más. —Si quieres podría acompañarte, los ancianos zora todavía son rencorosos contigo y tal vez mi presencia puede aligerar... —No —la cortó Link bruscamente antes de suspirar—. Perdón Zelda pero sabes que la gente te necesita aquí, en el castillo durante la reconstrucción, te necesitan como su líder, como su princesa. Link tomó la mano de Zelda dulcemente mientras ella asentía. —Lo sé pero… No quiero separarme de ti… No otra vez… Zelda abrazo a Link ocultando su rostro en su hombro, puede que Link fuera más bajo que ella pero sin duda le daba una seguridad que nadie más podía, la hacía sentir amada. —Solo serían unos días, pasaré el tiempo con Sidon, hablaré un poco con su gente y volveré, no tardaré mucho. Zelda asintió, se separó de Link y lo vio fijamente a los ojos, sus ojos tan azules como el cielo y tan amorosos que con solo verlos llenaban su corazón de felicidad, era realmente feliz de tenerlo a su lado. Decidida acortó la distancia entre ellos y le dio un beso, sin importar cuantos besos compartieran ella jamás podría acostumbrarse a la felicidad que nacía en su pecho y al calor de sus mejillas cuando compartían ese momento tan especial. —Cuídate mucho y no me olvides otra vez por favor —dijo lo último como una broma con una dulce risa. Link le sonrió en respuesta, sus mejillas igualmente rojas como las suyas. —No lo haré, lo prometo. Tomó su tableta Sheika para viajar rápidamente al santuario del dominio zora y desapareció en una brillante luz azul ante los ojos de Zelda que todavía lo veía con tanto afecto. —Te estaré esperando… Mi amor.

***

Uno esperaría que un par de amigos tan cercanos como Link y Sidon fueran a pasar el tiempo nadando, compartiendo historias de sus viajes y cosas así, no que se encerraran en los aposentos de Sidon entre toques demasiado íntimos. —Entonces todavía no le has dicho ¿No es así? Link tembló debajo de Sidon, sentía su garra subir y bajar, en cualquier momento podría cortar su piel si quisiera y eso solo hizo que su erección aumentará. —No es un buen momento, todavía… No supera el pasado, no acepta que no soy el mismo que ¡Ah! Sidon tomó el pezón rosado de Link y jugueteaba a su antojo con él, sacando los más dulces sonidos del pequeño hyliano. —No te hagas el inocente Link, tú tampoco haces nada por negar sus afectos, quién lo diría, que el héroe de Hyrule no es tan puro como parece. Sidon sonrió, una sonrisa maliciosa y llena de lujuria, y Link quería quedarse con esa imagen grabada por siempre en su mente, la imagen de su hermoso príncipe zora viéndolo así mientras jugaba con su cuerpo era un sueño para él. —¿Hacías lo mismo antes de la calamidad? ¿También engañaste a la princesa con mi hermana acaso? —¡No! No hice tal cosa en ese entonces yo… Yo creía amarla… —Eres realmente un peligro Link, jugar así con tu princesa, te mereces un castigo digno de tal falta. Sin esfuerzo, Sidon le dio la vuelta a Link en la gran cama y levantó su culo hacía arriba, lamió sus labios ante la vista que tenía ante él, que era lo suficientemente caliente como para que sus miembros salieran de su vaina, colocando la punta de una el culo de su amante y presionando con fuerza abriéndolo sin esfuerzo. Link gritó del dolor de ser penetrado sin preparación, dolía, dolía tanto y él lo amaba, amaba ser tratado de esta forma, con el delicioso placer de Sidon golpeando contra su próstata mezclado con el dolor de sus embestidas fuertes y constantes, quería esto, lo quería con desesperación. —¿Lo estás disfrutando? Eres realmente pervertido mi perla, se supone que esto es un castigo. Link no respondió más que con jadeos y gemidos, seguramente todo el dominio podía oírlo y hacerse una idea de lo que pasaba, pero estaba bien, quería que todos lo escucharán, que supieran que era de Sidon y que Sidon era suyo. Desesperado movió su mano para alcanzar su dolorida polla en busca de su liberación, pero antes de tocarla Sidon lo tomó de la muñeca. —No tan rápido querido, no puedes hacer eso, esto es un castigo recuerdas, no te vendrás hasta que yo te lo diga. Link lloriqueo en respuesta todavía intentando alcanzar su miembro. —Eres realmente testarudo mi amor, parece que tendré que aumentar un poco más tu tormento. Sidon tomó su otra polla, totalmente erecta y con unas gotas de líquido preseminal en la punta. Lo colocó en la entrada del culo ya abierto de Link quien lo miró con angustia en sus ojos. —¿Eh? No… aun no estoy… Sus quejas fueron calladas cuando Sidon introdujo su segunda polla tan repentinamente como la primera. El rubio aulló de dolor, Sidon nunca antes había usado sus dos miembros por temor a lastimarlo, y ahora que tenía ambas dentro de él no era más que un montón de llanto y gemidos desesperados.

***

Zelda estaba sentada en el balcón, viendo en dirección al dominio zora en donde estaba Link, sabía que él tenía razón al pedirle que se quedará pero no podía hacerlo. Quería estar a su lado y pasar un momento a solas con él sin la presión de la gente por ver terminadas las obras de reconstrucción del reino. Así que estaba decidido, tomó su propia tableta Sheika y para ir en busca de Link, sabía que probable se molestaría con ella por irse pero estaba segura que se le pasaría, además con Sidon a su lado no tendría problema para convencerlo de que la incluyera en sus ratos libres, después de todo el príncipe era tan amable que estaría feliz de tenerla con ellos. Zelda sonrió ante ese pensamiento y se preparó para su visita.

***

Tan llenó, estaba lleno con los miembros de Sidon que embestían constantemente a las partes más sensibles de su ser. —Necesito verte, quiero ver tu rostro —la voz de su amante ahora era distinta, más grave y salvaje, él también estaba tan abrumado por el placer como el. El príncipe lo tomó de la cadera y le dio la vuelta como si no fuera más que una funda para sus penes y Link gimió en respuesta. Levantó su mirada y se encontró con el rostro de Sidon y sus pupilas se dilataron ante tal vista. Los ojos normalmente dorados y amables de Sidon ahora eran totalmente negros, sin una pizca de dorados en ellos, su boca estaba abierta mientras jadeaba dejando ver sus 2 filas de dientes afilados, era bestial, en ese estado realmente parecía una bestia que podría desgarrar su piel en cualquier momento y el estaba maravillado con eso, saber que el podría llevar al carismático y dulce príncipe zora a este estado lo llenaba de orgullo y no quería otra cosa mas que ver más de este lado de su amante. —Link… Tan hermoso… Mi perla… Link se estremeció ante el apodo por el que Sidon solía llamarlo de cariño, pero ahora en vez de ser afectuoso, era posesivo y siniestro dicho por la voz gutural de su amante. Su mente se estaba perdiendo en el placer, tan sobreestimulado por la forma en que Sidon lo follaba sin descanso como su juguete personal, su mirada cayó y en ese momento se percató de algo. Su vientre plano ahora estaba abultado, subiendo y bajando conforme su príncipe entraba y salía de él, la vista debería de ser preocupante pero en cambio fue realmente excitante. Estiró su mano poniéndola en su vientre y sintiendo claramente las pollas de Sidon debajo de él. Antes de hacer cualquier otra cosa fue brevemente segado por la luz que entró de la puerta recién abierta, quien quiera que haya irrumpido en el cuarto debía de ser muy idiota para desobedecer las ordenes de su majestad sobre no molestarlos, pero cuando volteó para ver al intruso todo pareció detenerse. Zelda. Era ella, su princesa y su novia, parada en la entrada con los ojos fijos en la escena frente a ella y una expresión de conmoción en su rostro. Y cómo culparla, estaba viendo a su novio, la persona más importante para ella ser follado por el que creyó que era su amigo, eso debía de ser horrible, Link debería de sentirse horrible. Pero no, todo lo contrario, se sintió feliz, ya no tendría que esconder esto, ya no tendría que buscar cómo decírselo a Zelda pues ella ya lo había descubierto por su cuenta, era libre, libre de entregarse a Sidon y únicamente a él sin preocupaciones. —¿Li… Link…? En su embriaguez de placer y deseo desenfrenado él solo le sonrió, aunque más bien era una mueca torcida que intentaba ser una sonrisa. —Te dije… Que no vinieras… Las lágrimas empezaron a caer por las mejillas de Zelda mientras veía a Sidon gruñir como una bestia mientras se corría dentro de su novio que gritaba de placer mientras su semilla se escurría por sus muslos y su vientre se hinchaba notablemente por el exceso de semen. Si. Debió de quedarse en su castillo, hubiera sido que encontrarse con la sucia verdad.
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