Capítulo 1
7 horas y 53 minutos hace
Señoras entrometidas en el 2004.
¿Era idea de ella o muchas señoras que eran clientas de Madame Malkin trataban feo a Gabrielle? Las chicas jóvenes a percepción de Gabrielle eran mucho más amables con ella en comparación, siempre y cuando no fueran acompañadas por sus novios. Mientras Gabrielle le cosía un dobladillo a la manga de una túnica de una señora en la tienda con ayuda de su varita mágica, tuvo la mala suerte de que esa señora quisiera sacarle plática a Gabrielle, sospechó que esa señora le sacó plática a ella para buscar el modo de humillarla o podría ser que la señora le sacó plática a Gabrielle porque estaba aburrida, y Gabrielle decantaba por la primera opción.
—No sabes pronunciar la letra r ¿verdad? —preguntó la señora.
—Eh… —Gabrielle no supo que contestar.
—Deberías aprender a pronunciar la r —insistió la señora.
A Gabrielle le comenzó a desagradar esa señora, ¿Qué tan entrometida podría lograr ser una señora promedio?, ¿A caso Gabrielle terminaría siendo así de entrometida, como esa señora cuando tuviera su misma edad?
—La gente allá afuera es muy cruel y estoy segura de que antes se han de haber burlado de ti por no saber pronunciar la letra r, no me equivoco ¿verdad? —siguió hablando la señora.
Gabrielle se preguntó si ella podría picar con la aguja, el brazo de esa señora y hacerlo pasar como un accidente, pero al final decidió no hacerlo.
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El viernes en la noche, Gabrielle se presentó frente a Sortilegios Weasley, y tocó la puerta varias veces, George le abrió la puerta, la dejó pasar y la condujo al piso de arriba del departamento de él, se sentaron en el sofá que estaba ahí y comenzaron a platicar entre ellos.
Gabrielle recordando cómo en su niñez en la Mansión Delacour, cuando su hermana tenía tiempo para ella, se ponían ellas a quejarse de todo lo que se les pusiera en frente, se quejó también con George de su semana. Gabrielle creía que su hermana era muy quejosa, pero eso no quitaba que ella a veces también lo fuera, no con la frecuencia de su hermana, pero igual ella se consideraba quejosa.
Gabrielle recordando la costumbre que tenía con su hermana, de quejarse de lo que pasaba a su alrededor, pues también lo hizo con George. Gabrielle y Fleur acostumbraban en la Mansión Delacour quejarse de muchas cosas, algunas cosas de las que se quejaban tenían solución y luego las arreglaban, claro, después de haberse quejado, pero otras cosas de las que se quejaban no tenían una solución, pero se sentían mejor luego de haberse quejado, era como un desahogo vaya.
Quizá fue un error de Gabrielle creer que George se comportaría hasta cierto punto como Fleur, al momento de que ella se quejase: solo limitarse a escuchar la queja de su interlocutor, sin buscar alguna solución a una situación que aparentemente no la tenía, porque bueno, eso es lo que hacía Fleur. Gabrielle le habló de esa señora, de cómo le había hecho sentir mal, de lo entrometida que le parecía, y de sus sospechas de qué tal vez esa señora le había sacado plática para humillarla, el tono de voz de Gabrielle mientras hablaba de esa señora denotaba resentimiento.
George la escuchó de principio a fin sin interrumpirla en ningún momento con una expresión en su cara neutral, o bueno, a Gabrielle le pareció neutral, quizá Gabrielle decidió ignorar el ensombrecimiento que se presentó en los ojos de él.
—¿Cuál es su nombre? —preguntó George con expresión neutral y un tono de voz difícil de descifrar, tal vez el tono de voz fue monótono.
Gabrielle antes de responderle a George sin analizar las cosas detenidamente, hizo un puchero inconscientemente porque el nombre de esa señora contenía muchas letras r, luego ella hizo su mejor esfuerzo para pronunciar aquel nombre.
George sonrió al escuchar el nombre de la señora siendo pronunciado por Gabrielle, Gabrielle volvió a hacer otro puchero en respuesta, condenado George, ¿qué no podía él ver que ella estaba haciendo su mejor esfuerzo?
George por su parte habló sobre cosas que formaban parte de su vida cotidiana trabajando en la tienda de Sortilegios Weasley: acerca de surtir la tienda, cómo una cierta combinación de hechizos que él estaba probando hasta ahora, no estaban funcionando para el nuevo producto que él estaba desarrollando, y sobre cómo otra vez los niños que visitaban la tienda no hacían caso a las instrucciones, y advertencias de los productos que estaban escritos en los empaques de éstos.
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El lunes en la mañana, llegó Gabrielle a la tienda de Madame Malkin para trabajar y saludó a Madame Malkin quien le devolvió el saludo.
Gabrielle se percató de que en la mesa de corte estaba un ejemplar de “El profeta”, Gabrielle no creyó que Madame Malkin se enojara si ella por un pequeño momento se pusiera a leerlo, ella ya lo había hecho antes. Gabrielle hojeó el periódico y al leer uno de los artículos que se encontraban en el interior de ese periódico, sintió unos escalofríos muy desagradables recorrer su cuerpo. Aquella señora que le había aconsejado que aprendiera a pronunciar correctamente la letra “r”, sufrió un accidente (Gabrielle no creyó que fuera un accidente), muy grave en el interior de su casa y ahora mismo se encontraba en la unidad de cuidados intensivos de San Mungo.
—¿Ya leíste lo que le pasó a una de nuestras clientas?, Que calamidad lo que le pasó a ella, ¿no crees Gabrielle? —preguntó Madame Malkin.
—Sí Madame Malkin, es toda una calamidad —dijo Gabrielle en voz baja con un tono de voz que se escuchó triste.
Gabrielle se sintió culpable de lo que le había pasado a esa señora.
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Gabrielle se presentó el viernes en la noche otra vez frente a la tienda de Sortilegios Weasley, George la dejó pasar, ya en el interior del departamento de George, se sentaron en el sofá y se pusieron a platicar como de costumbre.
—Te jugo que yo detesto gesolveg pgoblemas en genegal Geoge, gesolveg pgoblemas es tedioso —dijo Gabrielle impulsivamente mientras movía sus brazos acaloradamente.
—Qué curioso, a mí me encanta resolver problemas —contestó George con una sonrisa.
Gabrielle entendió rápidamente el doble sentido de lo que había dicho George, pero no lo quería encarar por eso, ella quería ignorar “el problema que él había resuelto”. Lo que él había hecho estaba mal, era reprochable, y de seguro él estaba buscando un reconocimiento y aceptación por parte de ella, así que ella lo besó en la boca para ver si la atención de él se iba a otra parte y que él no buscara redirigir la conversación a ese “problema resuelto”. Gabrielle rompió el beso y vio el rostro de George cerca del suyo, Gabrielle vio cómo una sonrisa se dibujaba y se ensanchaba en el rostro de George… oh, quizá la decisión que ella tomó de besarlo apenas él había terminado de hablar, fue incorrecta, de seguro el beso que ella le había dado a George, él lo interpretó como aceptación de parte de ella.
Gabrielle, rápidamente aprendió que era mala idea quejarse fuertemente de otras personas con George, ella no quería que otras personas sufrieran un accidente grave, ¿verdad?
Gabrielle tuvo que recordarse a sí misma que no todos iban a reaccionar igual a ciertas situaciones, como a quienes ella estaba muy familiarizada: mamá, papá, Fleur, la abuela y sus amigas que vivían en Francia.
Gabrielle de igual forma se cuestionó, si de casualidad por un momento el espíritu de Fred había tomado posesión del cuerpo de George, pero luego ella descartó la idea, rememorando todas las anécdotas que le contó George que involucraban a su hermano gemelo Fred, Gabrielle se dio cuenta que también George era cruel, quizá no al mismo nivel de Fred, pero George podía llegar a ser cruel si se lo proponía, vamos, de ejemplo estaba “el problema que él había resuelto”.