ID de la obra: 293

Déjame verte

Slash
G
Finalizada
0
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
6 páginas, 1 capítulo
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
0 Me gusta 0 Comentarios 2 Para la colección Descargar

Capítulo 1

Ajustes de texto
El tiempo había pasado más pronto de lo que pensaba, Link estaba sentado a los pies de un árbol cerca del río, era un buen lugar para descansar, a ambos lados del río crecían grandes árboles y la luz del sol se filtraba entre sus hojas, era un paisaje hermoso pero su mirada estaba fija en el cielo, pareciera que fue ayer cuándo un tornado lo arrancó de su hogar en las alturas y lo dejó caer en esta isla desconocida, aún recuerda el miedo que sintió y aún más la sorpresa al encontrar un castillo en el centro de la isla, parecía abandonado y que él estaba solo, pero no tardaría en darse cuenta que no era así. Un sonido de campanillas sonó a la distancia —¿En qué piensas niño del cielo? Ahí estaba, Ghirahim el amo de esta isla y de todos los tesoros y regalos que había en ella, solo conocía su voz y a lo mucho había podido obtener una mirada de su apariencia únicamente de reojo, pero nunca una imagen completa. —En nada importante, solo pensaba en mi hogar, parece que fué hace tanto que me alejé de él. Sus puntiagudas orejas cayeron por la pena en su corazón, extrañaba su vida en Skyloft, extrañaba la academia, a Zelda, la cama de su cuarto e incluso, nunca pensó decir esto, extrañaba las bromas pesadas de Groose. —Puede que no entienda la pena de tu corazón humano Link, pero estoy seguro que alguno de los tesoros en el palacio podría aliviar tus pesares, sabes que todo lo que puedas soñar está aquí y será tuyo si así lo deseas. —Eres muy amable Ghirahim, pero no creo que haya algo aquí que pueda compararse a mi hogar, y no me malentendidas, te agradezco tanto tus atenciones pero mi hogar es algo que no puedo reemplazar tan fácilmente. —Tienes un corazón sensible, demasiado para tu propio bien ¿Pero que le hace falta a esta isla para que pueda compararse a tu vida en el cielo?. Link pensó un momento ¿Que tenía Skylof que pudiera faltarle a este paraíso en el que había caído? A parte de lo evidente como sus amigos, esta isla sin duda tenía más que ofrecer que su hogar por encima de las nubes, en el palacio en el que vivía junto a Ghirahim había todo tipo de riquezas, tenía ropa hecha con las más finas telas, todos los días tenía un banquete preparado para él solo y además estaba lleno de criaturas que él jamás había visto. ¿Entonces qué le podía faltar? Pensó seriamente en eso y entonces se dió cuenta de lo que faltaba ahora en su vida. —Amor... Eso es lo que falta aquí, en Skyloft tengo mucha gente que amo y que me ama, Zelda es una de ellas, es mi mejor amiga desde que éramos niños y es una persona muy importante para mi, mis maestros en la academia también, siempre me trataron como si fuera parte de su familia, también mis compañeros de clase, todos ellos son personas que me quieren y que yo quiero también y eso... Es lo que me falta aquí. Todo quedó en silencio, solo el sonido del río fluyendo y el cantar de los pájaros podía escucharse. Link se sintió avergonzado más allá de las palabras, había dicho algo tan sentimental y vergonzoso sin pensarlo 2 veces y ahora se sentía expuesto ante Ghirahim que se había quedado en silencio. Pero ahora que ya se había puesto en una situación como esta al menos podría aprovechar y soltar una pregunta que le carcomía por dentro. — Ghirahim... ¿Tú me amas?. Ya esta, lo había dicho, debía de sonar ridículo, amando a alguien que nunca había visto y que la primera vez que se encontraron en el interior del palacio le había gritado que se fuera inmediatamente si no quería hacer enojar a un demonio, pero ahora que había pasado el tiempo ya no podía hacer nada contra ese sentimiento que había crecido en su corazón. No hubo respuesta durante unos momentos, hasta que finalmente habló. —Nunca me has visto. —¡No necesito hacerlo! En este tiempo que e vivido contigo he llegado a quererte, puede que al inicio no empezamos bien, pero tu me has cuidado cuando no sabía nada de este mundo y me has consentido con todo tipo de obsequios, no necesitó verte para amarte cuando ya me has demostrado que eres la persona con la que quiero estar. —¿Acaso ya olvidaste lo que te dije? Yo no soy como tú, Link, yo soy un demonio, sentimientos tan humanos como la pena o el amor son cosas que no puedo entender. Link bajó la cabeza, entonces su amor verdaderamente era algo unilateral, lo sabía de antemano pero igualmente dolía el rechazo, por más pequeña que fuera la probabilidad el genuinamente deseaba que sus sentimientos fueran correspondidos. Aun sin querer levantar su cabeza del suelo, centró su mirada en una hoja que flotaba en el río, la vio recorrer su camino hasta ver algo reflejado en la superficie del agua, era la silueta de otra persona que permanecía oculto de su vista entre los árboles, era alto y de una complexión delgada, el cabello blanco caía sobre su rostro ocultando el lado izquierdo de este, su traje era blanco pero con patrones de diamantes que dejaban expuesta su piel anormalmente pálida casi totalmente gris que estaba marcada con un patrón de líneas negras en sus extremidades. Levantó la vista del suelo pero solo pudo ver los diamantes desapareciendo en el aire antes de que pudiera verlo con sus propios ojos. —¡Espera! ¡Ghirahim! —se paró lo más rápido que pudo y cruzó el río para llegar al otro lado—. ¿Por qué te vas? Por favor déjame verte, no me importa si no eres humano o si no sientes lo mismo que yo, al menos quiero seguir siendo tu amigo, no tienes por qué seguir ocultándote. Lin corrió por toda la isla buscando a Ghirahim, pero no encontró ningún rastro de él, por más que lo llamó jamás obtuvo respuesta, el sol se estaba poniendo y sabía que debería de volver al palacio pero sentía que no era correcto, en realidad puede que ya ni siquiera fuera bienvenido después de lo que pasó durante el día. Con los ánimos por el suelo el caminó a la playa de la isla y se sentó en la arena, la temperatura estaba empezando a bajar y la marea subía hasta casi llegar a donde estaba, pero estaba bien, podía moverse en cualquier momento. Por ahora solo quería un momento a solas, levantó la vista al cielo nocturno, era precioso, pero esta vista no se comparaba en absoluto al cielo de Skyloft, ahí él se sentía tan cerca de las estrella como si en cualquier momento pudiera estirar su mano y tomar una del firmamento, pero ahora se sentían tan lejanas y tan fuera de su alcance como su vida en las nubes. Su corazón se sintió demasiado pesado y no pudo evitar llorar, quería recuperar su vida, quería que todo se hubiera mantenido igual, que ese maldito tornado nunca hubiera aparecido, si tan solo no hubiera sido arrastrado por el no se sentiría tan miserable como ahora y en cambio seguiría con su vida llena de bendiciones. Quería alejarse de aquí, lo deseaba tanto ¿Que más le quedaba ahora que lo había arruinado? Abrazo sus piernas con fuerza mientras ocultaba su rostro empapado en sus lágrimas.  

***

Sus ojos se abrieron poco a poco ¿Cuando se quedó dormido? ¿Y por qué ya no sentía la arena debajo de él? Cuando sus ojos se abrieron y se adaptaron a la oscuridad de la noche finalmente se dió cuenta de lo que pasaba, estaba cubierto con una manta mientras era llevado en brazos por los pasillos del palacio por... Ghirahim. Ahora estaba mucho mas cerca que antes y su vista de el era más clara que la del reflejo del agua, podía ver su rostro, como debajo de su ojo izquierdo tenía un diamante, sus ojos eran totalmente negros, tenía sombra morada en sus ojos y sus labios eran totalmente blancos. Era realmente lindo. —Finalmente despiertas, ¿en qué estabas pensando al dormir en la costa con la marea subiendo? Pudo haberte pasado cualquier cosa Link. Su tono ya no era tranquilo o formal como de costumbre, ahora realmente sonaba molesto y tal vez, solo tal vez, preocupado. —Lo siento, creí que tal vez no me querrías más en el palacio... —¿Por qué no te querría ahí? Tu eres mi huésped niño del cielo y como tu anfitrión no podría insultarte de tal forma negándote la entrada. —Pero hoy metí la pata, te dije todas esas cosas tan, cursis, y luego mira tu reflejo en el río, y como desapareciste sin contestar a mis llamados, bueno, asumí que ya no me querrías cerca. Ghirahim dejó de caminar, Link pensó que había dicho algo que no debía, pero con un chasquido de dedos todo se volvió negro por un momento antes de aparecer en su cuarto donde Ghirahim lo dejo caer sin cuidado en su cama. —Déjame aclarar una cosas, primero que nada, si, realmente tu sentimentalismo durante tu confesión me tomó desprevenido, pero no es algo por lo que valga la pena molestarse. —¿Entonces por qué desapareciste luego de que te vi sin responder cuando te llamaba?. Link se quitó la manta en la que estaba envuelto y aunque su ropa todavía estaba húmeda su total atención estaba en el hombre frente a él. El contacto visual no debió de durar mucho, pero había un ambiente tenso formándose alrededor que hacía que todo fuera más pesado de lo que debería ser. — Porque no soy como tu —dijo finalmente Ghirahim—. Somos bastante distintos, tu eres una bonita y frágil creación de la diosa, con un corazón noble latiendo en ti, mientras que yo soy un antiguo sirviente del rey de los demonios que pereció a manos de la diosa hace tantos años, somos tan distintos tanto en apariencia como en nuestro origen y cuando me viste yo... Temí que eso pudiera alejarte... Link estaba perplejo, Ghirahim había dicho que no podía entender las emociones humanas, pero ahora aquí estaba, confesando que sintió miedo de que sus diferencias pudieran hacer que se fuera. El chico rubio se acercó un poco más a Ghirahim y se sentó a su lado, intentaría recargarse para darle la seguridad de que estaba con él pero estando aún empapado no creyó que fuera agradable. —Bueno, no te mentiré, ciertamente me tomó por sorpresa, no de forma negativa o algo así, solamente que no sabía qué esperar y el verte por primera vez luego de solo conocer tu voz y tus constantes cuidados hacía mi realmente me tomó con la guardia baja, pero lo que te dije era verdad Ghirahim, aun si eres un demonio o algo más yo realmente te quiero y no podría apartarme de ti tan fácilmente por nuestras diferencias. Y aquí estaba otra vez, soltando todos sus sentimientos hacía Ghirahim, pero esta vez estaba seguro que eso era lo que él necesitaba. El hombre de cabello blanco lo miraba perplejo ¿Habrá tenido la misma expresión durante su confesión?. —Tienes un corazón realmente bueno Link, pero por más que digas que me amas eso no levantará ningún hechizo ni me transformará mágicamente en un mortal como tu. —No me importa, humano o demonio eso no me importa, quiero estar contigo, aun si es solo como amigos yo lo aceptaré y seguiré apreciándote de igual manera. —Tu de verdad que no entiendes las implicaciones de estar con un demonio. —Entonces quiero aprender. —Eres demasiado obstinado, pero bien, no es algo que me desagrade. Ghirahim acarició su mejilla con su mano enguantada y Link se inclinó al tacto, se sentía tan bien y hasta íntimo. Sus ojos se encontraron con los de Ghirahim, él parecía estar disfrutando tanto de esto como el, su mirada estaba centrada en el de una forma en la que nadie más lo había mirado, era algo parecido a la forma en la que alguien podía ver una pintura o alguna otra obra de arte, era algo difícil de describir pero hacía que su corazón latiera con fuerza. Y aquí iba otra vez. —Sabes, dijiste que no podías entender los sentimientos humanos, pero hace un momento dijiste que tenías miedo que me fuera a alejar de ti, eso es un sentimiento muy "humano" a mi parecer. El demonio suspiró, como si se hiciera una idea de a donde iba con esto. —¿Y tu punto aquí es?. —Eh, bien, que si bien puede que no las entiendas ahora no significa que no puedas... ¿Aprender sobre ellas?. Oh por la diosa, realmente debería aprender a callarse. —Oh ¿Y acaso estás insinuando que podrías ser mi maestro? La sonrisa de diversión era evidente en su rostro y su rostro empezó a sentirse caliente. —Supongo que sí, o al menos algo parecido. —Mhm ¿Y cuál sería la primera lección, maestro? Oh cielos, en qué lío se metió ahora. —Ah, tal vez muestras de afecto, eso sería lo básico, como tomarse de las manos o cosas así. —¿Eso sería todo? ¿No hay otra muestra de afecto?. Él estaba haciendo esto a propósito, definitivamente él estaba disfrutando acorralando más en esta situación. Link ya no sabía a dónde mirar y Ghirahim había empezado a acercarse más a él, por más que hubiera fantaseado con un momento así cuando vivía en Skyloft el vivirlo ahora era muy distinto y con un aire mucho más íntimo que en sus fantasías. —También están otras cosas... Como los besos. —Me gusta más esa opción. El terminó de acortar la distancia entre ellos, los ojos de Link se abrieron con sorpresa, pero no tardó en incorporarse y continuar el beso. Empezó bastante suave, algo tímido por parte de Link y se separaron varias veces antes de volver a besarse y profundizando de a poco los besos hasta que Link terminó recostado en la cama. Los labios de Ghirahim eran fríos, todo su cuerpo lo era en realidad, era como si tocará el metal, pero honestamente él no pediría que fuera de otra forma. Estaba disfrutando tanto de esto, pero sabía que debía parar ahora porque de otro modo llevarían esto lo más lejos posible y el aun no estaba preparado para ese paso, así que tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para empujar a Ghirahim y alejarse de él. —Este fue un buen avance, pero mi ropa sigue mojada y preferiría un poco más de comodidad. Eso no era del todo mentira, pero Ghirahim sin duda sabía la razón principal por la que se separaron, pero por piedad a Link no dijo nada, aun si su sonrisa de satisfacción delataba lo complacido que estaba por esto. —Entiendo, entonces nos veremos mañana a la hora del almuerzo. —¿Pero comerás conmigo esta vez? No quiero que vuelvas a esconderte de mí. —Si lo que quieres es que esté contigo en la mesa lo estaré, no tienes que preocuparte, no me esconderé más de ti, tienes mi palabra —Ghirahim se acercó una vez más a su rostro con una sonrisa—. Mucho menos ahora que hemos avanzado en esto de las muestras de afecto —besó su mejilla antes de levantarse de la cama. El joven chico se sentía realmente feliz, más de lo que podría expresar, así que solo se dio vuelta en su cama mientras miraba al hombre más alto abrir la puerta. —Buenas noches, Ghirahim. —Buenas noches, mi niño del cielo.
0 Me gusta 0 Comentarios 2 Para la colección Descargar
Comentarios (0)