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Sidon miró atentamente a Link hablando animadamente de su aventura más reciente junto a Bazz y algunos niños pequeños. Su gente siempre disfrutaba oír las historias de su amado, y no era para menos, a pesar de su apariencia algo delicada siempre se veía envuelto en situaciones directamente sacadas de un libro de aventura. El rubio volteó a donde él se encontraba y el corazón del príncipe se derritió al ver como sus orejas puntiagudas se levantaban y sus ojos azules adquirían un brillo de alegría. Era tan afortunado de que su perla lo amará de la misma manera que él lo hacía. Link corrió a él y lo abrazó emocionado. —¡Sidon, te extrañé! El gran zora rojo respondió al abrazo con una amplia sonrisa con dientes afilados. —Yo también te extrañé amor. El dominio se sentía muy vacío sin ti para llenar mi hogar con tu presencia. —Sidon, estás exagerado —Link se separó de él y trató de cubrir la forma en la que sus orejas se colorearon de rojo con su capucha. Se veía lindo cuando se avergonzaba así. —No es ninguna exageración, hablo completamente en serio. Pero eso no es de lo que quiero hablar contigo ahora. Me gustaría que fuéramos a un lugar más privado ¿algún lugar en mente? —Honestamente, preferiría ir a nuestra habitación. Solo quiero relajarme a tu lado luego de haber salido tanto tiempo de viaje. —Oh, me gusta esa idea. No hay otra cosa que deseé más ahora mismo que tenerte solo para mí.***
Link se dejó caer en la amplia cama que compartía con Sidon. Acampar es genial, pero extrañaba la comodidad de su cuarto. —Ahh... Tan cómodo, espero que no te hayas acostumbrado a tener todo el espacio para ti solo. —Jamás podría. Prefiero acostumbrarme a dormir contigo en mis brazos —Sidon se inclinó sobre su amado para besarlo. Los delgados labios de Link encajaban tan bien con los suyos, aún con sus diferencias de tamaño. Era como si solo hubiera sido hecho para besar a su querido hyliano, en pensamiento fantasioso, pero que le hacía feliz pensarlo así. —Te amo —dijo Link entre sus besos—. Me gusta salir de aventuras, pero me gusta más cuando tu me besas, cuando me haces sentir así. —¿Así? ¿Así cómo? —Tú sabes a lo que me refiero... —el rostro de Link ahora estaba rojo como las escamas de Sidon. Se había dejado llevar por su emoción de los besos y ahora sabía que el príncipe no lo dejaría pasar. —No estoy tan seguro, preferiría escucharlo de ti para ahorrar malentendidos. La mirada que Link le dio decía claramente "eres cruel" y si, tal vez un poco. Aún así él cumplió con su petición. —... Amado... me haces sentir amado. No por ser el héroe de la leyenda, sino por ser... yo mismo... Link cubrió su rostro. La vergüenza era demasiada como para ver a Sidon a los ojos. Aún no se acostumbraba a mostrarse vulnerable y externar sus sentimientos, más por la forma en la que su amor por Sidon lo hacía sentir tan indefenso. Unas manos grandes tomaron sus muñecas y descubrieron su rostro, dejándolo expuesto a la mirada dorada de su príncipe. Aunque ahora el oro de sus ojos había quedado opacado por el negro de sus pupilas. Link ya había notado eso antes, como su mirada se suavizaba cuando lo veía llegar y sus pupilas se dilataban como si quisiera absorber mejor su imagen. Pero ahora el verlo tan de cerca hizo que la electricidad corriera por su cuerpo. Sidon lo adoraba y eso era claro en la forma en la que lo veía, como si quisiera desnudarlo por completo, atravesar su piel y besar directamente su alma. —Eres todo para mi, Link, sin importar si eres el elegido por la diosa o hubieras sido un granjero ordinario. Tu siempre serías mi perla, siempre te amaría a ti por encima de todo. —Sidon se separó de su amado y fue a buscar algo entre sus pertenencias—. Sabes, durante el tiempo que estuviste fuera pensaba constantemente en ti. Pero también reflexioné sobre mis sentimientos que siempre se desbordan cuando te tengo a mi lado, como las palabras parece que nunca son suficientes para expresar en su totalidad todo lo que en mi interior siento por ti. Una vez que encontró lo que buscaba volvió a ponerse al lado de su cama, donde Link estaba sentado viéndolo expectante. —Link, mi perla. Desde el momento en el que llegaste a mi vida bajo la lluvia de Vah Ruta tomaste una parte de mí que nunca podré recuperar. Pero tampoco podría siquiera soñar que alguien más la tuviera en tu lugar. Te llevaste contigo mi amor honesto y real, y bendijiste mi vida correspondiendo a mis sentimientos. Nunca podré agradecer lo suficiente a las diosas por permitirme vivir al mismo tiempo que tú, por haberme puesto en el lugar ideal para tomar tu mano y entregarte mi corazón y alma. Eres mi persona más amada, sin ti para tomar el lugar a mi lado es como si me quitarán una parte vital de mí. Mi vida pierde el brillo en sus colores sin ti... Los ojos azules del rubio estaban muy abiertos por la sorpresa y el impacto. Muchas veces antes había escuchado a Sidon declararle su amor, él siempre tomaba cada oportunidad para recordarle que era amado por él y nunca dudara que fuera merecedor de tal cariño. Pero esto era un nuevo nivel. La mirada llena de amor, la pasión en sus palabras y la honestidad con la que hablaba. Si quedaba alguna minúscula duda en Link que pusiera en duda los sentimientos de Sidon ésta había sido eliminada para siempre. —¿Sidon...? —la voz de Link temblaba, sentía que el latido tan fuerte de su corazón terminaría quebrando su caja torácica. Era tan hermoso, Sidon deseaba poder grabar la imagen de su amado sonrojado hasta la punta de sus orejas y con ojos brillantes por la expectativa de lo que iba a decir a continuación. —Link, lo que te voy a pedir no es para quitarte tu libertad y atarte únicamente al dominio zora, jamás podría pedirte que renuncies a tu sed de aventuras cuando eso fue una de las muchas cosas que me enamoró de ti. Te pido esto, porque quiero que a donde vayas, puedas tener una reafirmación constante de lo mucho que te amo, aún si no estoy ahí para decírtelo verbalmente —Sidon levantó en su mano una pequeña caja de plata y la abrió dejando ver el hermoso anillo en su interior de terciopelo—. Link ¿Me harías el honor de casarte conmigo? Las lágrimas desbordaron los ojos del héroe, lágrimas de la más pura alegría. No lo dudo antes de aferrarse a su príncipe mientras sollozaba intentando formular palabras coherentes. —Si... ¡Si y mil veces si! —Link no esperaba levantar tanto la voz en su respuesta, pero los sentimientos lo habían superado en ese momento—. Te amo Sidon, como nunca podría amar a nadie más. Su declaración de amor fue mucho menos elaborada y extensa que la de su ahora prometido, pero aún así llenaron el corazón del enorme zora que lo envolvía en sus brazos. —Oh, Link, me has hecho el hombre más feliz que alguna vez vivirá en esta tierra.