ID de la obra: 297

Traición

Slash
R
Finalizada
1
Promocionada! 0
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3 páginas, 1 capítulo
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Capítulo 1

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Manos conocidas recorrían la pálida piel desnuda. Su fuerte agarre dejaba marcas en él mientras de su boca salían suspiros placenteros. Había olvidado lo bien que lo hacía sentir el toque de esas y ahora más que nunca las deseaba fervientemente. Aún cuando una parte de él estaba insatisfecha por la falta del frío del metal en ellas. Horus estaba recostado en una amplia cama. Con Fulgrim sentado sobre él, frotándose contra su erección como si estuviera en celo. —Me prometiste que harías que él se uniera a nuestra causa, Fulgrim. —Lo sé, estoy consciente de mi fracaso, mi señor, y estoy dispuesto a pagar por eso —una sonrisa lasciva se formó en sus labios mientras volvía a acostumbrarse al toque de su antiguo amante. Horus respondió a sus palabras como deseaba, atrayendolo a un beso rudo y apasionado. El deseo en su hermano era palpable y Fulgrim le respondió con la misma intensidad. Los dedos de Horus estimulaban su entrada mientras él le susurraba tanto alabanzas por su perfecta figura como insultos por ser tan fácil de hacer gemir. —Puede que seas el más promiscuo de nuestros hermanos, pero eres tan hermoso que es imposible resistirse a ti —Fulgrim soltó un grito ahogado en respuesta cuando su miembro lo penetró sin ningún tipo de consideración—. Puedes tener a todos los hombres a tus pies y aún así preferiste ir con Fe... —No lo digas. —Su voz salió casi sin aliento mientras movía sus caderas sobre la pelvis de su hermano—. No menciones ese nombre. No quiero oírlo.  Horus sonrió sombríamente en respuesta. —¿Todavía te duele su rechazo, querido hermano? "Yo lo habría seguido hasta la muerte misma y él no pudo hacer lo mismo por mí" era lo que Fulgrim quería decir, pero en su lugar volvió a moverse para acallar a su hermano con sus propios jadeos de placer. Las manos de Horus subían y bajaban por su espalda, pero siempre cerca de sus omóplatos, como si buscara algo ahí. Tal vez un par de alas blancas. Fulgrim se rió ante el pensamiento. Parece que él no era el único despechado aquí que añoraba a alguien más.  Su cuerpo se sentía tan sensible. Había pasado tiempo anhelando que alguien lo tocará así que lo amará así. Aunque muy dentro de él sabía que realmente no era amado, ya no. Trató de mantener estos pensamientos fuera de él, centrarse en este momento, en el hombre que tenía bajo él y que le había abierto los ojos a la verdad. Pero esa molesta parte de él seguía recordándole al hombre que le había dado la espalda. El que olvidó todos sus años de amor y había intentado matarlo en la Forja de Hierro. Ese hombre que se había repetido una y otra vez que lo odiaba, que era su enemigo y que merecía morir por ser un peón más del Emperador. Y que aún así muy dentro de su corazón sabía que aún lo amaba.  Las lágrimas cayeron por sus mejillas sin que él pudiera detenerlo. Por un momento la neblina que parecía cubrir sus pensamientos se disolvió, dejando que se enfrentará a lo que estaba haciendo. —No... no quiero esto —Fulgrim intentó moverse, quitarse de encima de Horus y correr a limpiar su cuerpo ahora sucio. ¿Cómo pudo entregarse tan fácilmente? Ahora que no amaba a Horus y su corazón todavía pertenecía a Ferrus. Se sentía enfermo de solo pensar en eso. Horus sujetó a Fulgrim de las caderas y lo puso de vuelta en su posición. —Por favor Fulgrim. ¿Acaso piensas decepcionarme una vez más? —Pero no eres tú a quien deseo y yo tampoco soy a quien quieres. Yo se que tú todavía quieres al ángel. La espalda del Fénix golpeó fuertemente contra la cama cuando su hermano con un movimiento bien practicado lo puso debajo de él. No tuvo tiempo de quejarse pues las manos del señor de la guerra envolvieron su cuello cortando su respiración. —No hables como si supieras todo, Fulgrim, él ahora es nuestro enemigo al igual que la Gorgona. Ellos ya están muertos para mí, y será mejor que tú también empieces a meterte esa idea en la cabeza. El señor de los Lobos Lunares ahora se movía violentamente contra él, ya no había placer alguno en esto, solo dolor y vergüenza. El primarca de la tercera legión araño los brazos de su hermano en busca de liberación. Las lágrimas sólo habían aumentado y humedecían sus mejillas al caer, mientras gimoteaba patéticamente rogando por aire. Su conciencia se estaba dispersando, como un mecanismo de defensa vio viejos recuerdos de Ferrus y él antes de que todo se torciera. Recordaba como él lo tocaba con infinito cariño con sus frías manos de acero. Las palabras llenas de amor que le susurraba al oído para que solo él las escuchara. Recordó todos los momentos a su lado que hacían que su corazón se desbordara de amor. "Pero nada de eso significó algo para él, por eso le fue tan fácil darte la espalda" La insidiosa voz volvió a hacerse presente en sus pensamientos. "El te ha abandonado, no es digno de tu afecto"  Fulgrim quería negarlo, gritar que estaba equivocado pero las pruebas están ahí. Todos los recuerdos felices a su lado fueron contaminados por el rencor y el despecho. Cambiando al momento en el que su relación se rompió sin esperanza de salvación alguna. El dolor del rechazo volvió a él y se recordó porque hacía esto. Horus le había enseñado la verdad. Lo había salvado del engaño bajo el que lo tenía el Emperador y ahora él era la persona a la que seguiría hasta los confines de la galaxia. Finalmente Horus soltó su cuello y respiró desesperadamente intentando recuperar el oxígeno. —Lamento haberme excedido de esta manera, pero espero que hayas recordado tú lugar. Cuidadosamente retiró el cabello blanco que se pegaba al rostro de su hermoso hermano. Sus ojos violetas todavía estaban cristalinos por las lágrimas recién derramadas, pero una sonrisa torcida ahora adornaba su rostro. —Si, mi señor de la guerra. —respondió con la voz quebradiza por todas las emociones que sentía en ese momento—. Ahora, si me lo permite, me gustaría probar algo nuevo con usted. Y sin que lo notara la gema en la espada xeno que siempre llevaba con él comenzó a brillar con un aura maliciosa.
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