Capítulo Unico
3 de julio de 2025, 22:03
Notas:
Este es mi primer fanfic en el fandom... y debo admitir que este fandom me intimida mucho para publicar.
Sirius caminó con cuidado, silencioso y ocultándose entre las sombras y los rincones como era su costumbre, pero era mucho más difícil en la Mansión Potter que en Grimmauld Place.
Se detuvo en la puerta de la cocina al escuchar risas, oculto tras el marco de la puerta, un poco desconcertado por la escena.
En la estufa estaba Effie revolviendo algo que olía delicioso mientras Monty hablaba con las manos haciéndola reír. Algo extraño para él, ver a dos personas casadas tan enamoradas.
Notó como Monty distraía a Effie con una mano y estiraba la otra cogiendo unas masitas fritas que estaban escurriendo en un plato.
Escuchó el golpe del cucharón y no pudo evitar resoplar al ver la cara herida de Monty.
Aléjate de mi desayuno señor Potter -
¡¡¡Pero mi amor huele tan delicioso!!! - se quejó Monty mientras le daba besos en la mejilla a su esposa.
Notó también la suave sonrisa y la cálida mirada que le dedicaba Effie.
Deja de ser ridículo - fue toda la respuesta que obtuvo. Aunque eso no disuadió a Monty de seguirla besando.
Se alejó con una sonrisa dejando a los esposos solos.
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Lo que Sirius odiaba de la guerra era que le activaba todos los instintos que había cultivado en ese hogar de los horrores.
Así que cuando escuchó un golpe en la cocina, se detuvo en seco, escondiéndose y sacando su varita empujó solo un poco la puerta de la cocina. La escena que lo recibió lo dejó en shock.
James estaba bailando y cantando cualquier canción de la India con la que estuviera obsesionado estos días mientras Regulus batía diligentemente algo en un bowl (probablemente una mezcla de crepes).
James hizo un paso exagerado para luego darse la vuelta e inclinar la cabeza mientras le cantaba a un Regulus muy poco impresionado.
Sirius noto que en realidad James lo estaba distrayendo mientras estiraba su mano hacia la bandeja de croissants que se enfriaban.
Regulus bajó el bowl a la mesa y con un cucharón golpeó a James en la frente. - alejate de mis croissant, Potter.
Nunca!!! Para un tipo que nació con servidumbre y parece un niño victoriano creas comida deliciosa - se quejó James mientras le hacía pucheros.
Ese no es mi problema, Potter - fue la seca respuesta del menor, pero Sirius no se perdió la pequeña sonrisa que tenía su hermano.
Reggieee - volvió a quejarse el moreno mientras lo abrazaba por la espalda, la única reacción fue inclinar la cabeza dejando que su prometido pusiera su cabeza en su hombro
Cosa que James no desaprovechó y comenzó a besarle el cuello.
Sirius rodó los ojos ante tanta dulzura, cerró la puerta despacio mientras regresaba a su cuarto con una pequeña sonrisa... Un amor de un Potter era algo único y se alegraba que su hermanito lo tuviera.
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Sirius bostezo mientras caminaba hacia la cocina cuando escuchó el estruendo.
Pottah!! -
Sirius abrio con cuidado la puerta de la cocina esperando ver un campo de batalla y no se decepcionó.
Los dos adolescentes estaban en lados opuestos de la cocina cada uno apuntando con un instrumento de cocina diferente (Draco un batidor y Harry una espátula)
Pottah, eres una deshonra para la cocina francesa - se quejo el rubio
Yo?? Al menos le doy sabor, tu masa ni siquiera está líquida - se quejó el moreno
Porque no me dejas batirla!! - grito
No me eches encima tus errores - grito de regreso su sobrino mientras ambos se acercaban al otro a gritarse
Sirius lo observo todo como si fuera un choque de tren y espero hasta el inevitable final donde terminaron besándose y el bowl con la masa y el sartén con lo que parece un híbrido entre una masa frita y un panqueque cayó al suelo con estruendo, pero los adolescentes lo ignoraron a favor de besarse de forma salvaje.
Sirius movió su varita para desaparecer todo el desorden y poner las ollas en su sitio mientras retrocedía hacia atrás lentamente.
¡Por Merlín! Esos dos eran una receta para el desastre.
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Sirius esa mañana se levantó sintiendo sus 50 años en todo su esplendor. Aún era sexi y atractivo como el buen vino, en su humilde opinión (y la de Remus), no lo exime de sentirse viejo.
Entró a la cocina dispuesto a hacerse un café cuando noto a su nieto y su no nieto acurrucados en un rincón de la isla de la cocina.
Scorpius parecía haber estado llorando mientras que Albus le acariciaba la espalda mientras extendía la mano hacia la bandeja de galletas de avena aún calientes a juzgar por el humo.
No tienes que preocuparte por mí, Potter - dijo el chico rubio intentando poner distancia.
Siempre me preocuparé por ti tonto... Además sé que hoy es un día difícil para ti - le susurro la mini copia de Regulus
Sirius miró al rubio con compasión, por supuesto, hoy era el aniversario luctuoso de Astoria.
Sirius retrocedió y los dejó la cocina sin hacer ruido (una habilidad que estaba perdiendo con los años) cuando Albus se dió la vuelta para empezar a preparar té.
Si... Definitivamente los Potter tenían una forma especial de amar... Y de enamorarse de Slytherin emocionalmente estreñidos.