Una dulce vida normal

Hoy fue un día soleado, pensaba Denji mientras cocinaba yakimeshi para la cena. Hacía ya un año y medio que vivía con Nayuta, aunque le parecía que había sido mucho menos tiempo. Últimamente, le parecía que los días pasaban muy rápido. Logró aprobar el examen de ingreso a la preparatoria, alquilar un apartamento funcional, mantener los gastos mensuales e inscribir a su hermana en la escuela. Esa era otra de las cosas que había cambiado en su vida, ahora veía a Nayuta como su hermana. Incluso los compañeros de la escuela de Nayuta se referían a él como su hermano. Su vida se había vuelto mundana y sencilla. Aunque era algo con lo que había soñado desde que quedó huérfano de niño, también se había vuelto repetitiva. Con frecuencia extrañaba la adrenalina al pelear contra demonios, aun sabiendo que el exponerse como chainsaw man podría traerle problemas. Ya no solo deseaba tener una vida normal, ahora también deseaba la atención de las personas sin importar si era por buenas o malas razones. Le llenaba de satisfacción ver los programas qué hablaban de él en televisión, leer los periódicos con las noticias sobre sus batallas y escuchar discretamente a la gente cotillear sobre los estragos qué causaba por la ciudad. Se había convertido en una necesidad culposa, convertiste en el motosierra para bañarse en la adoración y miedo de las personas. Quería tener ambos estilos de vida. Lo hizo por un tiempo, por las mañanas asistía a la escuela y cuidaba de Nayuta. Al entrar la tarde salía a pasar a las calles buscando demonios con los que pelear. Casi como una droga qué lo alejaba de las preocupaciones por las tareas de la escuela y la renta. Nuevamente, se sentía cómodo con su doble estilo de vida y no quería cambiarlo por nada. Había desarrollado una relación extraña con Yoshida, estaba harto de que el tipo se pasará acosándolo a donde sea que fuera, aunque últimamente no lo veía vigilando a la distancia. Una ausencia la cual se forzaba a creer que le alegraba. Que no le importaba. Que no le afectaba… Ignorar sus problemas le ha estado trayendo problemas últimamente, ya sea con Nayuta o la escuela. Había tanto que no pudo vivir durante su infancia que ahora que podía alcanzar con sus manos solo se lo tragaba. Ni siquiera recordaba si lo disfruto en realidad. ¿De eso se trata la vida no? De disfrutar… o desear. Le resultaba extraño, porque la vida que siempre soñó no se ajustaba a sus deseos. Nayuta está muerta. Ella fue lo único importante que le pidieron que protegiera y falló de la forma más miserable que podría pasar. Ese tipo lanzallamas se burló justo enfrente de su cara, fue satisfactorio arrancarle la cabeza y estaba seguro de que de volverlo hacer también lo sería, pero no sería suficiente. No podía regresar al pasado ni resucitar a los muertos, aun siendo demonios no era posible porque era como si su anterior vida nunca hubiera pasado. Renacer en el infierno y luego entre los humanos. No era de las mejores estrategias en su opinión, pero funcionaba, era suficiente para anestesiar a su cerebro y poder pretender que nada malo nunca paso. Como siempre había hecho. Ignorar tus problemas no hace que desaparezcan. Y este mundo se esforzaba por recordárselo una y otra vez, siempre igual de fuerte. No estaba seguro de cuánto tiempo había pasado desde que Pochita estaba al mando. Finalmente pudo descansar de toda la porquería que le había lanzado la vida, con el cerebro hecho puré ya no podía pensar en ninguna forma en la que pudiera conseguir esa tan idílica felicidad con la que soñaba. De alguna forma Pochita sabía qué demonios devorar, todos ellos relacionados con las desgracias que habían marcado la vida del chico. El olvido total de la psique de la humanidad parecía una opción tentadora y fácil, aun si Denji no se lo hubiera pedido. Su pequeño amigo demoníaco trataba de ayudarlo hasta el final. Los recuerdos se volvieron confusos, casi transparentes. Había algo ahí que pareciera querer ser recordado, un casi algo que escarbaba su cerebro buscando salir. Recuerdos reprimidos y forzados al olvido por el poder del motosierra. Hipotético, es una palabra complicada en la que a veces me gustaba pensar. Solía imaginar cómo habría sido mi vida si tuviera una familia, una familia real con padres y hermanos. Me la pasaba soñando con una vida así mientras peleaba con los demonios cuando era chainsaw man, el sabor del óxido en la sangre me resultaba tan amargo que a veces ni siquiera me molestaba en regenerarme y prefería ir con los brazos vendados a la escuela. Algunos compañeros de clase se tomaban la molestia por preguntar acerca de las heridas y desearme una buena pronta recuperación, mientras que otros ya habían aceptado que eran la consecuencia de ser un pseudo delincuente. ¿En serio me veían tan mal? —Oye Denji. Yoshida Hirofumi, devil hunter en seguridad pública y un estudiante de la misma escuela en la que asiste Denji. Era uno de esos días en los que el joven devil hunter debía seguir a rubio a todas partes, si bien era principalmente como una obligación de su trabajo, el chico sí que disfrutaba estar cerca de Denji. Encontró una extraña obsesión por acosar a su objetivo lo suficiente como para que tuviera la idea de que estaba interesado de una forma más íntima, pero sin que tuviera forma de recriminarle por sus acciones. Se volvía loco por tocarlo y desvestirlo, como no podía hacerlo realidad, se conforma con volverlo loco e incomodarlo con sus comentarios. Incluso Nayuta llegó a preguntar si su hermano tenía una relación íntima con Yoshida. Denji odio eso y al día siguiente se peleó a golpes con Yoshida en la escuela, los reprendieron a ambos, pero para Yoshida valió la pena. No fue la gran cosa y aun así Denji lo odiaba, buscaba una forma de deshacerse de él y del ojo de seguridad pública. Lo culpaba por no dejarlo exponer su identidad y estropear sus planes para conseguir una novia. —¿Qué quieres? —respondió seco. Le devolvió su credencial de la escuela y se chasqueó la lengua. Era la tercera vez que se la devolvía, la primera vez fue porque trato de usarla para dejar pistas sobre su identidad y las otras dos porque genuinamente la había perdido. —Usar el mismo truco para exponer tu identidad no funcionará. —No intente exponer mi identidad, solo la perdí. Volvió a recibir una oferta que seguridad pública le daría si dejaba de convertirse en chainsaw man, se mantuvo firme y sostuvo que no dejaría de ser chainsaw man. Yoshida insistió en que era su mejor opción a largo plazo y que era mejor retirarse antes de que le pasara algo a él o a Nayuta. Se tomó muy mal ese comentario, seguridad pública pretende preocuparse por su seguridad y la de Nayuta, pero ellos ya han atentado en su contra. No cedió y aseguró que nunca necesitaría la ayuda de seguridad pública en el futuro. —Puedo cuidar de Nayuta sin ayuda de nadie. En ese momento podía darse el lujo de ser audaz, ¿qué le quedaba ahora? Ni siquiera podía decir que tenía al imbécil de Yoshida acosándolo porque hace una semana que no lo veía en la escuela. Tal vez seguridad pública le hizo algo por no cumplir con su trabajo, o murió porque el Pochita se comió al demonio, qué siempre lo acompañaba. Tal vez ahora él también está muerto, tal vez también era su culpa. Ahora no había nada que pudiera hacer, solo flotar en el vacío de su mente hasta que volviera a encontrar algo que lo motivará a continuar viviendo… El demonio de la vejez usó su poder contra Pochita y Asa, pero al parecer Pochita seguía en el mundo normal y Denji quedó atrapado junto con la rara de Asa. Ni idea de cómo es que funcionaba eso y tampoco esperaba volver en conciencia tan pronto. Ver a Asa fue doloroso, le hizo recordar un montón de cosas que había enterrado en lo profundo de su mente; pero, Pochita también lo había hecho recordar. Lo supo al instante, tal vez no sería con Asa o algún chico raro, ni siquiera con una familia encontrada, una madre o Nayuta. Ahora sabía que debía vivir por él mismo y por los que ya no estaban. «Debo encontrar la forma de salir de aquí».