Día uno
30 de julio de 2025, 18:07
A un lado de una bolsa de basura y debajo de una pequeña montaña de ropa sucia, estaba Denji un joven a finales de su primer año en la universidad durmiendo profundamente. El chico podía darse el lujo de dormir hasta que quisiera porque logró aprobar todos sus exámenes de fin de año y tendría una calificación aprobatoria asegurada. Mientras descansaba se escuchó unos golpeteos en la puerta, alguien estaba buscando afuera de su dormitorio. Tomó varios golpes más para hacer que el chico rubio se levantara de la cama y abriera la puerta. Al abrirla vio Aki un amigo de último que estaba secretamente enamorado de Denji.
—¡Aki!, ¿Que te trae a mi dormitorio? —dijo Denji alegre.
Poco después de entrar a la universidad, Denji consiguió hacerse amigo de un estudiante de último año. En un inicio se repelían bastante, pero con el paso de las semanas terminaron llevándose bien y haciéndose amigos. Aki había estado volviéndose loco con los exámenes finales porque estaba paranoico de no graduarse, algo muy difícil que pasara, ya que era un estudiante impecable. Se veía mucho más relajado y emocionado por obtener su título, pensaba Denji.
—Después de pasar estos dos últimos meses alejado de mis amigos, tenía que invitarte a una fiesta —sonrió Aki mientras le ofrecía al chico una lata de refresco de naranja—. Es a las ocho en los dormitorios de la facultad de contaduría.
—No me lo creo, ¿tú en una fiesta? —río Denji antes de aceptar el refresco.
El recién graduado era más conocido por ser un estudiante serio, enfocado y poco obsesivo con sus estudios, no era usual verlo holgazaneando en los jardines del campus ni en las fiestas nocturnas de las diferentes facultades. Era claramente una de esas raras ocasiones en las que se daba el gusto de divertirse toda una noche. Aunque Aki no era el tipo de estudiante rebelde y fiestero, sí que tenía sus ventajas el tener a alguien de último año como amigo, así Denji podía enterarse si habría alguna fiesta en las facultades; aunque Aki no tuviera planeado ir podía colarse gracias a que el resto de estudiantes mayores ya conocían su nombre como mínimo.
—Sabes bien que es mi última semana en la universidad, dentro de nada estaré buscando un trabajo.
—Y ya era hora, siempre estabas metido estudiando. —abrió la lata y le dio un sorbo—. Voy a tener que decirle a Himeno que me ayude a ponerte borracho, no puedo esperar a verlo. —Río Denji mientras bebía otro sorbo de refresco.
Una mueca en la cara de Aki se mostró sin reparo, ya podía estar seguro de que sus dos amigos estarían incitándolo constantemente a beber durante toda la noche. No dejaría que eso pasará. Aunque le gustara poder relajarse por una noche o cuanto quisiera aceptar cada trago que Denji le ofreciera, no podía hacerlo sin antes asegurarse de tener al chico en sus manos. Lo amaba en secreto y esperaba con ansias la fiesta para llevarlo a su auto. Planeaba secuestrar a Denji en la fiesta mientras todos regresaban a sus dormitorios. Tenía una casa pequeña que había heredado después de la muerte de sus padres a la cual podría llevarlo sin inconvenientes.
Terminaron su conversación con el encontrarse en la fiesta junto al resto del grupo de amigos, solo que todos ellos no asistieron a la fiesta porque ya habían regresado a casa con sus familias para celebrar su próxima graduación. Aki se alejaba relamiéndose los labios, seguro de que todo saldría como lo tenía planeado.
La noche cayó sobre el campus y el retumbar de la música en la facultad de contaduría rompió con el silencio de la noche. Ambos chicos ya estaban dentro de la fiesta y Denji estaba junto con Aki, el rubio se decepcionó un poco al saber que el resto del grupo no estarían con ellos, pero no tuvo reparos en continuar divirtiéndose junto a Aki y los estudiantes desconocidos en la fiesta. Aunque los dos chicos estuvieron bebiendo, solo uno de ellos se estaba moderando con la cantidad de alcohol que ingería, mientras que deliberadamente dejaba al otro llevarse por la emoción del momento.
Aún estaba a escasas dos horas de poner en marcha su plan y la ansiedad por llevarse a la boca los labios de su amigo con cada trago que este ofrecía carcomía sus entrañas. El dulce olor de las bebidas y comida se mezclaba con el humo de tabaco que fumaban algunos invitados, una sensación amarga y suave que se impregnaba en su nariz. Las últimas horas de espera pasaron asombrosamente rápido y mientras el resto de invitados se dirigían a sus dormitorios. Sin que nadie se diera cuenta Aki sosteniendo a su amigo borracho caminaba tranquilamente hasta el estacionamiento donde estaba aparcado, el rubio no opuso resistencia estando consiente de lo que pasaba a su alrededor, aun así no era capaz de ponerse de pie por sí mismo teniendo que apoyarse plenamente en el hombro de su amigo dejó que este lo llevara hasta su auto. El sitio estaba completamente vacío a sus alrededores, sin nadie que pudiera ser testigo de lo que estaba pasando. Sin más fuerzas para continuar, Denji cayó de rodillas en el suelo intentando mantener el contenido de su estómago dentro de él. La cajuela del auto se abrió sin sospechar nada, Aki solo tomo unas cuerdas y cinta gris para amordazar a su amigo. Fue muy fácil inmovilizar a Denji con la poca resistencia que trató de poner cuando completamente confundido se dio cuenta de lo su amigo lo estaba secuestrando. Apenas pudo dar una última mirada al exterior por última vez viendo a Aki cerrar la cajuela de golpe.
En completa oscuridad, Denji sentía como el auto avanzaba a algún lugar desconocido. Completamente confundido y sin la certeza de que es lo que Aki quería hacer con él, hace mucho que dejaron de llevarse mal, tampoco recordaba haber hecho nada que pudiera molestarlo tanto como para jugarle una broma muy pesada.
Vaya que esperaba que no fuera más que una mala broma.
No estaba seguro de cuanto tiempo pasó dentro de la cajuela, perdió el sentido del tiempo y pareciera que el auto estuvo moviéndose durante horas. Sintió como el auto pareciera estarse deteniendo, los nervios del chico se dispararon al instante y los sonidos del motor apagándose le indicaron que llegaron a su destino. La cajuela se abrió y por un momento no vio nada más que oscuridad, las tenues luces traseras del auto apenas le permitían vislumbrar un poco la silueta de Aki. Sintió el agarre de sus manos frías arrastrarlo fuera del auto. La poca luz de la noche le permitió ver que estaba en un área suburbana con algunas casas vecinales que parecían abandonadas. No reconoció nada en los alrededores y con las luces de los faroles apagadas era aún más difícil ver lo que había en los alrededores. Aki lo cargo con esfuerzo hasta la entrada de la casa de enfrente, el sonido de las llaves agitarse interrumpió brevemente la tranquilidad de la noche y abrió la puerta.
Entraron en la casa y con gritos ahogados por la cinta en su boca, Denji apenas pudo dar un adiós a su libertad.
Con dificultad Aki encendió las luces, parecía que el lugar había estado deshabitado por un buen tiempo. El polvo acumulado en los muebles y el olor a encerrado lo decían. Hayakawa ya cansado de cargar a su amigo, lo dejo por un momento para descansar. Denji forcejeaba intentando liberarse, pero con toda la seguridad de haber ganado. Aki lo dejo ahí y se dirigió al refrigerador para sacar algo de comer y beber, se tomó su tiempo y le prometió a Denji darle algo de comer más tarde. El rubio seguía intentando liberarse sin éxito. Esto le produce un extraño hormigueo en su estómago, le daba satisfacción ver al chico que tanto amaba forcejear desesperado. Sentía una sonrisa en sus labios como un indicativo de haberlo logrado. Tenía muchas ganas de empezar a tocarlo, pero el pobre Denji ya se veía lo bastante asustado. Se preguntaba que pasaba en su mente mientras este lo veía forcejear en el suelo de la cocina, miedo muy probablemente.
Termino de comer y se dirigió a Denji para arrastrarlo hasta la puerta del sótano. Al abrirla el chico se alteró e intento de todas las formas que le eran posibles no entrar en este, a pesar de esto a Aki no le costó mucho llevarlo abajo. El sitio estaba completamente preparado con todo lo necesario para su prisionero. Arrojo a Denji sobre la cama que había preparado y lo encadeno al cuello con un collar especialmente preparado. El disgusto e indignación se hizo notar en la cara del chico parecía una mala broma que Aki pretendiera mantenerlo encadenado igual que un perro, en la universidad tenía la mala fama de hacer cualquier cosa solo por la atención de las chicas del campus y lo llamaban “perro” como burla. Una risita escapó de la boca de Aki por la broma involuntaria. Dejó al chico en el sótano sin desatar mientras él subía para prepararle algo de cenar. Después de unos treinta minutos regresó y le hizo saber a su amigo el motivo por el que lo trajo hasta ahí, confesándole sus sentimientos acarició el cabello rubio del chico antes de arrancar el pedazo de cinta que tapaba la boca del chico.
Denji gimió de dolor.
Le tomo un momento al chico para controlar sus nervios.
—¡No me jodas! —grito Denji desesperado.
El chico comenzó a toser hincando para no perder el equilibrio, estar amordazado durante tanto tiempo lo hizo babear bastante y los hilos de su saliva se deslizaban fuera de la boca hasta su barbilla. Se recuperó y comenzó a maldecir a Aki. De todas las razones por las que podría haberlo llevado ahí, esta era la única que nunca se le pasó por la cabeza, menos aún de Aki Denji no lo veía como alguien capaz de hacer algo así y tampoco como alguien gay. Nunca le dio esa impresión.
Mientras Denji lo insultaba Aki no podía evitar enternecerse con la escena. Le divertía la reacción que le estaba dando por la revelación, sabía que se lo tomaría a mal y que muy probablemente lo detestara por un buen tiempo. Lo tomó del cabello obligándolo a alzar la mirada, todo el miedo en sus ojos había desaparecido para ser reemplazado por rencor y odio. La mirada desafiante de Denji lo estimulaba. Se prometió a sí mismo que no lo torturaría, pero ahora estaba debatiéndose en sí romperlo mentalmente en poco tiempo o esperar lo suficiente para el rubio dudara de su juicio.
Una mueca de disgusto en la cara de Denji lo dejaba claro, no sería fácil manipular al chico para entregarse a su captor. Con valentía acercó sus labios a los del chico, robándole un beso qué duro poco al ser respondido con una mordida en los labios de Aki. El dolor lo hizo retroceder y el sabor metálico de su propia sangre se impregnó en su lengua.
“Será divertido forzar tus límites”, pensó Aki.
Se limpió la sangre en su mentón con la manga de su camiseta y ahora con toda su fuerza derribó a Denji poniendo su peso encima y jalándolo del cabello con más fuerza. La expresión desafiante en su rostro se desvaneció, ahora parecía preocupado. La mano de Aki lo acaricio desde su pecho hasta su entrepierna donde se detuvo para acariciar la zona por encima de la ropa. El miedo invadió el corazón del rubio, quien empezó a balbucear esperando evitar el peor escenario qué sé podía imaginar.
—Ooo- oye, por favor… Espera… —suplicó el chico.
Aki se detuvo un momento y miró a Denji directamente a los ojos. Sonrió con malicia y continuó acariciando la entrepierna de su amigo.
—Quería esperar un poco para hacerlo, pero necesito ponerte en tu lugar. —Aki suspiro mientras sonreía, se inclinó sobre el oído de Denji para hablar—. Voy a violarte así de simple.
Un hormigueo recorrió el cuerpo de Denji mientras Aki se levantó y fue buscar algo en los cajones de uno de los muebles de alado. Sacó una botella y volvió enseguida a estar sobre su amigo.
—¡Espera, espera! ¡Por favor no! —volvió a suplicar.
Ignorándolo completamente desabrocho el cinturón y los pantalones de Denji. Tomo, el miembro de su amigo y comenzó a masturbarlo lentamente. Gotas de sudor frío bajaron por la frente del chico mientras temblaba, el pánico le aceleraba tanto el corazón que le costaba reaccionar. Aki continuo tocando al chico, le parecía lindo al verlo tan asustado y expuesto a sus deseos; continuará hasta el final, aunque le daría algunos beneficios a Denji para que no la pasara tan mal mientras lo desvirgaba. Aquella botella por la cual se tomó la molestia de traer cerca era lubricante, cuando logró qué el pené del chico quedara erecto terminó de bajar sus pantalones para dejar su trasero expuesto. Agradeció no haber desatado a Denji esto le permitía manipular el cuerpo de su amado a completa voluntad durante el tiempo suficiente para asegurarse de prepararlo bien, abrió el lubricante y unto un poco en sus manos para seguir jugueteando con los geniales del rubio.
Algunos gemidos involuntarios salían de la boca de Denji, pero este al estar inmovilizado trataba de reprimir los siempre qué podía. La situación se había vuelto completamente humillante para él y el que estuviera gimiendo de placer con el abuso qué está sufriendo lo mortificada. Sentía como su propio cuerpo lo traiciona al excitarse mientras Aki lo masturbaba. A pesar de eso no había objetado ni una sola vez más desde que el calvario comenzó. Deseaba poder moverse y darle una machacar al desgraciado de su amigo que le estaba haciendo esto.
El abuso siguió y casi dio un salto cuando sintió los dedos de Aki intentando entrar en su trasero. Con movimientos circulares el calor en el área aumentaba y con ello también la excitación, Aki puso una mayor cantidad de lubricante en su mano e introdujo dos de sus dedos dentro de Denji. Dolió como el infierno, tal vez dos fueron demasiado para un virgen y aun así continuó preparando al chico para recibirlo. Los Quejidos por el dolor salieron de la boca del rubio, quien con lágrimas saliendo de sus ojos apartaba la mirada de lo que estaba pasando. En algún momento Denji logró adaptarse a los dedos de su abusador y dejó de doler para ahora tener que liderar con la sensación de placer qué sé estaba generando en su interior. Era como si Aki supiera exactamente donde estimularlo para hacer qué sé relajará.
Los dedos salieron de su interior y Aki desató las cuerdas qué inmovilizaban las piernas del chico, terminó de sacarle los pantalones. Sus pies se sentían sorprendentemente ligeros y por primera vez se armó de valor para ver directamente la escena y vio en primer plano como su captor se desnudaba frente a él y mientras su miembro erecto apuntaba a su entrepierna. “Esa cosa es enorme”, pensó Denji mientras cerraba las piernas con toda su fuerza. Hayakawa se tomó el tiempo de lubricar su pené mientras observaba detenidamente a su amigo.
Estaba a punto de cruzar una línea imborrable.
Tomó a Denji de las rodillas abriendo las piernas de este para que pudiera entrar, en ese momento el chico se resistió más que nunca. Aun intentando evitar tan horrible experiencia pataleaba intentando poner algo de distancia entre ambos. Esto más que desalentar a Aki lo divertía, estaba extasiado al estar tan cerca de cogerse a su amigo qué su miembro se ponía más duro solo de pensarlo. La emoción lo hizo permitirse ser un poco más brusco con su rehén, así que comenzó a destrozar con violencia la camiseta qué cubría su pecho terminando de desvestirlo. Se lanzó con sobre Denji y este del pánico intentó alejarse de cualquier forma de su agresor. Como si se desbloqueara el chico trataba de poner distancia entre ellos, Hayakawa se divertía besándolo en el cuello y lamiendo su pecho, ignoraba por completo los intentos de su amigo de detenerlo. El rubio no podía hacer mucho con las manos atadas, esto le quitaba muchas posibilidades de defenderse y en cuanto comenzó sentirse cansado de tanto forcejear sintió como el miembro de Aki frotándose contra su ano. Quiso empujarlo lejos con su pie, pero Hayakawa lo impidió obligándolo a abrir un poco más sus piernas presionando un poco más su pené contra la entrada del chico. Como si se detuviera el tiempo, Denji sintió como lentamente el pené de Aki entraba en él, fue como si le dieran una patada en el estómago y gracias al lubricante qué habían usado en él le fue imposible poner fuerza en esa parte de su cuerpo para evitarlo. Apretó las piernas para evitar que continuará, pero fue inútil, Aki continuó moviendo su cadera metiendo y sacando su sexo. El rubio quiso gritar y ese aullido quedó atorado en su garganta al mismo tiempo que apretaba los dientes, algunas lágrimas recorrieron sus mejillas al mismo tiempo que se obligaba a soportar ese infierno y sus piernas tensas perdían fuerza mientras la violación continuaba.
A pesar de que no quería sentir placer en esta situación, no podía evitarlo. El miembro de Aki lo golpeaba en lugares donde no sabía que podía ser estimulado y aun intentando perderse en sus pensamientos para ignorar los impulsos en su cuerpo seguía excitándose con las embestidas constantes de su agresor. En algún momento sus piernas dejaron de dificultar la entrada del pene de Aki y dejó qué sé moviera libremente, ahí fue cuando perdió la cabeza. Casi como si sus sentidos se amplificaron para captar al máximo la fricción entre sus sexos, espasmos en su vientre mostraban cierta satisfacción física. El miembro de Aki continuaba casi tan duro como al inicio y la sensación de perder el control de su cuerpo lo estaba volviendo loco. Las estocadas en su interior lo hacían querer correrse cada vez que lo golpeaban y aunque fuera una locura realmente parecía que Aki estaba haciendo lo posible para complacerlo en su primera vez. Seguía estando muy emocionado por estar dentro de quien estaba insanamente enamorado, fascinado por ver como el trasero de este rebotar sobre su miembro erecto en cada movimiento y con los breves espasmos qué lo succionaba hacia su interior. Estaba feliz de poder hacerlo sentirse bien durante su primer encuentro, aun si significaba hacerlo sufrir mentalmente y finalmente corriéndose dentro de él.
La respiración de ambos aún era agitada con el sudor recorriendo la blanca piel de Denji junto con su pené erecto con una gota de semen que apenas lograba salir. Era bello en ese sentido. La vulnerabilidad de su posición lo hacía parecer tan sumiso como nunca se había podido imaginar antes. Este chico era conocido por tener una personalidad fuerte frente a quienes se metían con él, pero parecía casi tan indefenso como un cachorro qué estaba siendo maltratado por su dueño. “Un poco triste”, pensó Hayakawa. Aún no quería dejarlo, como si estuviera dándole una terapia de shock para que no volviera a morderlo mientras lo besaba. También le daba un poco de pena no logrará correrse juntos.
Lo beso en la mejilla, haciendo que el chico se asustara cerrando los ojos, podría decirse que funcionó y Denji no volvería a rechazar sus besos. Hayakawa sonrió y se animó a desatarle las manos para ver si aún era capaz de golpearlo. Volvió a penetrarlo y aunque este quiso alejarse, no lo golpeó. Más bien parecía querer empujarlo torpemente para sacar su miembro de su agresor de dentro de él. Y como un simple juego volvió a embestir al chico hasta llegar al fondo, lo continuó violando y forzándolo a colocarse en diferentes poses y corriéndose varias veces dentro de él hasta que al fin logró hacer qué su víctima se corriera. Sus piernas temblaban y los espasmos en su vientre mostraban algo más que el horror del acto perpetrado en el cuerpo del chico.
Hayakawa logró todo lo que quería y estaba emocionado de continuar con este juego.
El pobre Denji estaba completamente exhausto. Aunque la violación al fin había terminado, todavía cargaba con la sensación del pene de su Aki dentro de su cuerpo. Sin desvanecerse casi parecía seguir en su interior junto con el semen qué goteaba de su trasero. No se movió mientras su amigo buscaba su ropa. Al terminar de vestirse, el joven sacó una manta para cubrir a Denji y busco un juego de ropa en los cajones de uno de los muebles del sótano, la colocó cerca de su amigo para cuando este quisiera vestirse. Observó la escena por última vez antes de irse junto con el plato de comida qué había llevado para que el chico comiera.
Ahora tendría que esperar hasta el día siguiente.