Mal sueño

La noche era fría, pero eso no parecía molestar a Grimsley que había salido envuelto únicamente con su bata de dormir. Una brisa fría lo golpeó, pero seguía sin inmutarse, de hecho, eso era lo que quería, sentir que estaba despierto, que las pesadillas ya habían pasado y no había de que preocuparse. O eso era lo que quería pensar. Había estado realmente bien en el último año, sin ningún tipo de pensamiento sobre su pasado, enfocándose únicamente en el presente y en lo que tenía ahora. Pero esta noche volvió a tener un mal sueño sobre su tiempo en Unova y se sentía como un cobarde por seguir sin poder afrontar sus errores aun después de todo este tiempo. Respiró hondo, necesitaba sacar esos pensamientos de su mente, necesitaba enfocarse en el ahora, necesitaba soltar el peso de su pasado... Pero era difícil y él se sentía demasiado débil como para hacerlo. Sin previo aviso, unos brazos lo envolvieron por detrás en un abrazo y el frio de la noche fue opacada por una calidez conocida. —Tuviste otro mal sueño —dijo Guzma, no como una pregunta, era una afirmación por lo bien que lo conocía. —Si, lo siento si te desperté por eso. No era mi intención molestarte otra vez. El agarre de sus brazos aumentó y Grimsley solo se dejó hundir en la sensación de seguridad que le brindaba. —Tú nunca serías una molestia. Me preocupo por ti y solo quiero saber que estas bien. Las palabras de Guzma se hundieron en la mente de Grimsley. Él sabía que su pareja se preocupaba por su bienestar, aun si a veces era brusco a la hora de mostrar sus sentimientos, nunca lo hizo dudar de que realmente lo quería y que su él era su prioridad. —Lo sé. Pero solo fue un mal sueño, estoy bien, te lo prometo.  Fueron solo unos segundos en los que se quedaron en silencio aún en esa posición Pero Grimsley quería quedarse así,  quería sentirse protegiendo tal y como ahora. Aunque no todo podía ser como él pedía y Guzma terminó por separarse, haciéndolo sentir como si todo su calor corporal se hubiese ido. Pero rápidamente sintió como lo tomaba de la mano y lo guiaba de regreso al calor de su pequeño hogar cerca de la costa. Cerrando nuevamente la puerta tras el. —Sabes que cuentas conmigo ¿verdad? —le cuestionó, ahora mirándolo de frente. —Lo sé... —Entonces la próxima vez que vuelvas a tener otro de esos sueños quiero que me lo digas. Aun si estoy dormido, no dudes en que escucharé todo lo que tengas que decir, no tienes porque cargar con eso solo. Grimsley sintió como entrelazaba sus manos con las suyas, dándole esa seguridad que necesitaba para saber que ahora las cosas estaban bien. Y aún sin haber respondido a sus palabras sabía que Guzma confiaba en que lo haría y él no iba a decepcionarlo. Se dejó caer suavemente sobre su pecho, sintiendo como repentinamente el cansancio caía sobre él después de haber tenido tan poco descanso. —Necesito dormir —dijo seguido de un suspiro de cansancio. Guzma sonrió y lo llevó hasta su cuarto, recostando en la cama, listo para quedarse dormido. Pero ahora sin ningún tipo de preocupación de tener otro mal sueño, porque sabía que Guzma estaba con él y no lo dejaría solo. Y eso era todo lo que necesitaba para finalmente quedarse dormido.