ID de la obra: 542

Viejos recuerdos

Mezcla
G
Finalizada
2
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
7 páginas, 2.899 palabras, 1 capítulo
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
2 Me gusta 2 Comentarios 3 Para la colección Descargar

Capítulo 1

Ajustes de texto
Notas:
Guzma gruñó molesto, se estaba quedando sin batería y había perdido su cargador. Realmente no tenía mucho que hacer en lo que esperaba a que Grimsley volviera, así que se levantó de la cama y se puso a busca el cargador de su novio. Revisó en su cajones pero solo había algunas monedas, cartas de pokér y poco más. No había nada especialmente interesante, o al menos eso parecía hasta que encontró un foto. La foto estaba algo arrugada y manchada, como si la hubiese usado de portavasos o algo parecido. Tomó la imagen entre sus manos y la observó detenidamente. En ella estaba Grimsley pero se veía muy distinto. Su cabello era completamente negro y no había rastro de sus canas, su mirada era mucho más animada y picara que ahora, sin mencionar que no tenía sus oscuras ojeras. ¿Hace cuánto tiempo fue tomada la foto? Sabía que Grimsley era mayor que él. No tanto como Lusamine, pero aun así ella se veía mucho más joven a sus 40 que Grimsley con 35. ¿Tal vez fue tomada hace 5 años? ¿Quizás 6? —¿Qué estás viendo? —preguntó Grimsley detrás de el. Guzma se sobresaltó y se dio la vuelta, topándose con los ojos azules de su pareja mirándolo con curiosidad. —¿Es necesario que aparezcas de la nada? —suspiró con cansancio—. Toma, lo encontré en uno de tus cajones ¿en verdad eres tu? Grimsley tomó la foto entre sus manos y por un breve momento sus ojos se iluminaron con un brillo especial, o eso le pareció ver al ex líder del team skull. —Oh, si... Pero fue hace tiempo, ahora soy distinto a como era en aquel entonces —respondió con voz suave, pero con un cierto toque de nostalgia. —Ya veo ¿y de hace cuánto es la foto? —No mucho, la tomaron hace tres años. Un silencio tenso surgió entre ambos, Grimsley no parecía tomarle mayor importancia al asunto, a diferencia de Guzma que lucía como si le hubiesen dado una bofetada en la cara y solo pudo sentarse al borde de la cama. —Espera un momento, ¿me estás diciendo que en solo tres años, envejeciste tanto y tan rápido? ¿que carajos te ocurrió? Grimsley rodó los ojos, su novio definitivamente no era del tipo de persona que se detuviese a decir las cosas de una manera más sutil. —Si, supongo que el paso del tiempo no fue generoso conmigo en estos años. Se sentó al lado del más alto y dio otra mirada a la vieja foto. Vagos recuerdos pasaron por su mente, de aquellos tiempos en los que sentía que lo tenía todo, fama, un puesto de importancia en Unova, amor, pero sobre todo, suerte. El menor al verlo absorto en la imagen empezó a cuestionarse algunas cosas a las que no les había puesto la suficiente atención antes, hasta que finalmente se atrevió a hablar. —Sabes, casi no se nada de ti, mientras que tu sabes mucho sobre mi... —Bueno, tu nunca preguntaste por mi pasado —contesto sin apartar la mirada de la foto. —Bueno, es que realmente jamás fue algo que me importara mucho, claro que no lo digo porque no me intereses o algo así —se apresuró a aclarar—. Es solo que prefiero dejar lo pasado atrás, ya sabes, yo no tengo el historial más limpio del mundo y no me gusta meterme en platicas que toquen ese tema. Guzma se rascó la nuca nervioso, sentía que no podía haber escogido una peor combinación de palabras, esperaba al menos recibir una mirada molesta por parte del mayor. Pero en vez de eso su pareja solo lo miró con extrañeza. —Eso lo entiendo. ¿Pero entonces de donde viene ese repentino interés en lo que solía hacer? —Es por la forma en la que miras la foto, parece que de verdad fue un tiempo importante para ti. Y creo que sería egoísta de mi parte si me comportara como si no importara. Grimsley sonrió, le pareció que enternecedor que él se percatara de algo tan sutil como su mirada al pensar en los viejos tiempos, realmente le gustaba cuando se preocupaba por él de esa forma. —Pues si te interesa entonces te lo diré ¿dime que quieres saber?. —Hmmm, realmente no quiero preguntar algo en particular. Quiero saber como era tu vida antes, en general. —Vaya ¿por donde debería empezar entonces? —una risita divertida escapó de sus labios mientras se recargaba en el hombro de su pareja—. ¿Te aburriría si empiezo desde mi niñez?. —En lo absoluto. Grimsley comenzó a relatar de forma resumida, o al menos tanto como podía, sobre su vida. Iniciando desde como fue su infancia dentro de una familia adinerada y como ésta se rompió después de perderlo todo y quedar en la ruina. Como esos eventos lo hicieron desarrollar una adicción a las apuestas para conseguir dinero. Hubo cosas de su historia que prefirió omitir, pues no eran algo de lo que se sintiera especialmente orgulloso. Pero no dejó fuera como parecía que la suerte estaba de su lado en muchos momentos y como poco a poco comenzó a ganar reconocimiento, hasta que finalmente fue convocado para formar parte de alto mando. Le habló de sus compañeros, sus amigos, Alder, Caitlin, Shauntal, Marshal e Iris, los momentos que pasó con ellos, lo invencibles que parecían ser. Incluso le contó del romance que tuvo con el especialista en el tipo lucha y lo mucho que los apreciaba a todos aunque, para su propio arrepentimiento, nunca se los dijo. Guzma lo escuchaba con atención, sin perderse ningún detalle. Grimsley se sintió liberado por poder hablar de esto con él, con confianza y la seguridad de que no sería juzgado. Le contó como a pesar de que en su momento intentó dejar sus adicción a las apuestas terminó por recaer terriblemente, como poco a poco empezó a pasar más y más noches en los casinos. Las mentiras que les decía a sus compañeros al asegurarles que estaba mejorando. Como descansaba menos, empeoraba su rendimiento en combate, la forma en la que descuido su relación con Marshal y cada vez hacia apuestas más arriesgadas hasta que...  Su corazón dolió al recordarlo. La vez en que apostó todo lo que le quedaba y la forma tan miserable en la que perdió, ya no solo su dinero, sino su vida entera. Su relación con los demás miembros del alto mando ya estaban muy dañada a esas alturas, pero saber que les había mentido al decir que estaba intentando mejorar fue la gota que colmó el vaso. De solo pensar en todo eso, de como su vida era una constante montaña rusa, sintió como la desesperación volvió a inundar su mente, trayendo de regreso los recuerdos de las innumerables noches que pasó despierto solo arrepintiéndose de todas sus elecciones en la vida. Como se sumió aún más en las apuestas aun cuando ya no tenía ni una pizca de suerte con él. La forma en que todo su ser se deterioró; su cuerpo, su mente, todo, sintiéndose muerto en vida. —¿Grimsley? Guzma puso su mano en su mejilla, trayéndolo de vuelta a la realidad. Su corazón latía con fuerza y sus mejilla se sentían húmedas, no se había dado cuenta de que había empezado a llorar. Levantó la vista y se encontró con la mirada preocupada de Guzma, quien tenía clavados sus ojos grises en el. Intentó cubrir rápidamente su rostro con la manga de su yukata, no quería que el lo viera más miserable de lo que ya era. —Por favor... no... —intentó pedir que no lo mirara, pero no podía, el nudo en su garganta no se lo permitió. Los brazos de su novio lo envolvieron en un apretado abrazo y por puro impulso se aferró a el de la misma manera, sollozando en su pecho. —Esta bien, todo eso quedó atrás, estas aquí ahora y yo estoy junto a ti —besó la frente del mayor, no era la primera vez que veía a Grimsley llorar, ya lo había visto derramar alguna que otra lágrima antes. Pero sin embargo era la primera vez que lo veía quebrarse de esa manera frente a él—. No me iré de tu lado, así que siéntete libre de desahogarte hasta que te sientas mejor. Grimsley se aferró con más fuerza a él. Se sentía derrotado nuevamente y lo último que quería era estar solo, por lo que escondió su rostro en el pecho del moreno, esperando que ese dolor se calmase.

***

Pasaron las horas y Grimsley finalmente se había calmado. Aunque aún se sentía apenado de que su novio lo hubiera tenido que ver en un momento de "debilidad", levantó la vista para encontrarse con el rostro durmiente de Guzma. Pensó en como, aun si hubiera preferido que no lo tuviera que ver en una situación tan penosa, le estaba agradecido de estar a su lado y brindarle el confort que necesitaba, incluso ahora que dormía seguía manteniéndolo entre sus brazos. Pero aun así sentía que algo le faltaba para estar realmente en paz; reflexionó sobre ese sentimiento, llegando a la conclusión de que era debido a que aun guardaba una débil esperanza de poder enmendar los errores que cometió con sus seres queridos. Les había fallado y se lamentaba por eso, suspiró cansado y comenzaba a sentir como poco a poco como sus ojos se cerraban, pero antes de caer dormido murmuró para si mismo. —Desearía verlos una vez más...

***

Era una noche fresca, un poco más de lo habitual, más eso no le impediría a Grimsley dar una de sus caminatas nocturnas. Preferían salir de noche pues así era menos probable que tuviera que interactuar con alguien o aun más específico, que alguien lo reconociera, como un pescador con un corsola lo había hecho ya una vez. Caminaba por las calles de Ciudad Malíe que si bien incluso a estas horas seguía teniendo algo de actividad, no era demasiado molesto; miró un reloj que había al lado de la calle, ya era muy tarde y seguramente Guzma ahora lo estaría esperando con un poco de Tapu Cocoa, pensar en eso lo hacía sentir realmente bien. Luego de haberle hablado de su pasado Guzma había sido más atento y afectuoso con el ¿debería agradecerle llevándole un poco de comida? —Quizás debería llevar un poco de Sushi Tres Delicias —pensó en voz alta. Antes de que pudiera ir a comprar la cena escucho una voz femenina tras él. —¿Grimsley? Oh genial, alguien lo había reconocido. Se dio la vuelta para tratar de zafarse de las preguntas incomodas que seguramente le harían, pero sus pupilas se dilatar o al ver a la mujer que lo miraba con una sonrisa. —¡Grimsley, eres tu! —una mujer de largo cabello morado se abalanzó a el para abrazarlo con fuerza, como si su vida dependiera de eso. Grimsley estaba atónito, su cuerpo no respondía y sus ojos estaban abiertos por la sorpresa. Su boca lentamente se abrió para hablar —¿Shaun... tal? La mujer levanto su mirada para verlo directamente. Pequeñas lágrimas caían por sus mejillas y asintió —No puedo creerlo, después de tanto finalmente te encuentro con vida. Shauntal se alejó de el y se secó algunas lágrimas; Grimsley seguía perplejo ¿cuales eran las probabilidades de encontrarse con ella en una región tan alejada de Unova? —Shauntal, ¿que haces en Alola?  Su vieja amiga lo miró con emoción por contarle, pero cuando estaba a punto de responderle se detuvo en seco —Eso es lo de menos ahora. Quiero saber de ti, ha pasado tanto tiempo desde que te fuiste sin avisar… Grimsley sonrió con algo de tristeza. —Lo sé, estos tres años han pasado demasiado rápido… Un silencio abrumador inundó el ambiente, volviendo la situación más incómodo de lo que ya era. Shauntal parecía incómoda y decidió ser la primera en romper el silencio —Así qué... ¿vives aquí? —No realmente, de hecho vivo cerca de la ruta 15 —¿Pero que no eso esta al otro extremo de la isla? ¿Qué haces aquí entonces? —Bueno ya sabes que tengo la costumbre de dar caminatas nocturnas por la ciudad, simplemente sigo con ese hábito. Shauntal al escuchar su respuesta parecía... feliz. —Si, lo recuerdo, tu y yo solíamos encontrarnos en Ciudad Porcelana solo para pasar el rato y charlar después de un día de entrenamiento en la liga, eran momentos muy agradables para mi... —... Para mi también... Una vez más se quedaron en silencio, Grimsley sentía que ahora había una brecha entre ellos y se sentía culpable por eso mismo, quería hablar pero un creciente nudo en su garganta se lo impedía. La mujer de lentes notó la expresión angustiada del hombre más alto. Preocupada dio un paso en su dirección y colocó suavemente su mano en su hombro. —¿Grimsley, que te ocurre? —… Lo siento... —respondió con arrepentimiento en su voz—. Siento tanto lo que pasó hace años y como lo arruine todo... jamás quise mentirles así, sobre mi adicción y sobre todo en general... no quería que todo terminara así... Perdóname por haber sido un imbécil egoísta. Su palabras salían entrecortadas y sentía una gran presión en su pecho, finalmente lo había hecho, había dicho lo que tanto había soñado con decir, pero eso no lo hacía sentir mejor; los brazos de Shauntal lo rodearon una vez más, pero ahora no de manera ansiosa como antes, sino más bien cálida y reconfortante. —Por favor no digas eso... no hay nada que perdonar, ninguno de nosotros te odia por lo que ocurrió en el pasado, solo estábamos... dolidos... por ver a nuestro amigo en esa situación. Así que por favor te hables así, nosotros siempre estuvimos pensando en ti y deseando que estuvieras bien. No pudo aguantar más y correspondió el abrazo de Shauntal, aferrándose a ella como si fuese a desaparecer. Se quedaron abrazados durante varios minutos hasta que Grimsley finalmente recobró la compostura y secó sus lágrimas. —Perdóname, siento que hayas tenido que verme así. —Esta bien, siempre estoy dispuesta a brindar un abrazo a mis amigos —respondió con un renovado entusiasmo. —¿Amigos? Se siente realmente bien volver a escuchar esa palabra de alguien familiar... —¿Acaso dudaste que lo fuéramos? Eso duele sabes —Shauntal hizo un falso gesto de dolor con una mano en su pecho, haciendo reír a su amigo de manera genuina—. Dime ¿aún quieres que responda tu pregunta sobre que hago en Alola? —preguntó mientras comenzaban a caminar. —Bastante, en realidad. —Bueno si tanto quieres saberlo te lo diré —una pequeña sonrisa acompañada de un leve rubor en sus mejillas se hizo presente en su rostro antes de responder—. Vine a Alola para celebrar mi luna de miel. Grimsley volteó para mirarla, totalmente incrédulo por lo que acababa de oír, Shauntal, alguien que parecía tener ojos solo para la escritura ahora estaba casada. —Pero... ¿con quién? —¿Recuerdas a Lucian? ¿El miembro del alto mando mando de Sinnoh? Pues digamos que con el tiempo empezamos a compartir algo más que el amor por los libros. —¡Shauntal me alegro tanto por ti! —exclamó, feliz de recibir tal noticia— oh cielos, ahora me siento mal por no haber estado en un momento tan importante... —No te preocupes, si quieres puedes darme tu nuevo número y yo con gusto te enviaré las fotos de la boda —le aseguró la chica con una sonrisa y Grimsley no pudo negarse a su petición de intercambiar sus contactos. —¿Y cómo es él como pareja? —¿Lucian? Oh, es un encanto. Él siempre regresa con nuevos libros para mi cuando sale de viaje y está más que dispuesto a leer mis novelas antes de que salgan al público para darme su opinión y observaciones. Es como el príncipe paciente de los cuentos que leía de niña. Grimsley sonrió al oírla hablar con tanto amor de su pareja. —Suena a que ustedes son tal para cual. —¿Y tú tienes pareja? —preguntó con algo de picardía. —Tengo un novio, se llama Guzma, no es tan fan de la lectura como tu marido, pero lo amo de igual manera. —Bueno, si pudo robar tu corazón seguro es alguien muy interesante, ¡tal vez deberíamos tener una cita doble en algún momento! —Eso sería una cita interesante, aunque te advierto que él es todo un gruñón. Ambos siguieron conversando, riendo y poniéndose al día, hasta llegar al centro de la ciudad donde ambos se despidieron con un último abrazo, yéndose cada uno por su lado.

***

Finalmente Grimsley llegó a su casa y fue recibido por un agradable olor a cocoa, se dirigió a la cocina donde estaba Guzma sirviendo las bebidas calientes en una taza. —Al fin llegas, por un momento creí que tú... —Guzma fue interrumpido por su pareja que dejo caer todo su peso sobre el mientras lo abrazaba dejándolo confundido—. Oye ¿ocurrió algo? —Si… —respondió sin aclarar más. —... Entiendo, oye, si quieres ve a la cama, en un momento llevaré la cocoa. Grimsley asintió y caminó hasta el cuarto donde se tiro en la cama totalmente exhausto pero no físicamente. Encontrarse con Shauntal lo había hecho tener un sin fin de emociones en un mismo momento y el saber que ella ahora estaba casada solo lo hizo preguntarse que habría hecho los demás con su vida después de que se marchara. Aunque bueno, eso quizás se lo preguntaría directamente después. Por el momento solo cerró los ojos, feliz de finalmente sentir que dio los primeros pasos en la dirección correcta.
Notas:
2 Me gusta 2 Comentarios 3 Para la colección Descargar
Comentarios (2)