Capítulo 1
24 de agosto de 2025, 11:37
Rumi estaba en el sillón en el que solía descansar con Mira y Zoey, con lágrimas brotando de sus ojos de a cántaros. A pesar de que sus marcas de demonio ya eran como un arcoiris al sellar la Honmoon, y sus amigas ya la habían aceptado como mitad demonio, Rumi aún no podía dejar de pensar en su amor fugaz... Jinu, el líder de los Saja Boys, el cuál le había entregado su alma para que ella pudiera vencer a Gwi-Ma de una vez por todas.
A pesar de que no se llegaron a conocer mucho, él fue el primer amor de Rumi; al haber tenido que ocultar sus marcas por tanto tiempo, y ser una Idol, a Rumi no le convenía enamorarse, así que Jinu fue la primera persona que le hizo sentir algo tan fuerte... fue la primera vez que Rumi se permitió a sí misma sentir ese amor. Ahora, Rumi no quería volver a enamorarse nunca más, ya que su primera relación - si se podía llamar así - terminó de ese modo tan trágico.
Zoey se sentó junto a ella, las dos bajo una sábana, y puso algo en la tele mientras prácticamente obligaba a Rumi a comer su ramen, estaba tan triste que ni siquiera pensaba en comer. Solamente balbuceaba cosas como que "nunca nadie va a ser como él", "nunca nadie va a hacer que me vuelva a sentir así", y todo eso...
Si tan solo Rumi se diera cuenta de que el amor está justo a su lado, en el corazón de Zoey...
Zoey abrazó a Rumi, ella seguía llorando, pero eventualmente se calmó y cayó dormida en sus brazos. Mientras miraba la ciudad nocturna por el ventanal del edificio, Zoey acarició el cabello despeinado de Rumi, que aún en ese estado era hermoso.
Desde adolescente, Zoey sabía que le gustaban las personas de su género, de hecho, en la escuela tuvo crushes varones solo por presión social... Pero se dio cuenta de su orientación cuando empezó a escuchar a las Sunlight Sisters, y una de ellas le pareció tan bella que ya no pudo ocultar que le atraían las mujeres.
Después, conoció a Rumi, y quedó fascinada por ella aunque hacía todo lo posible por ocultarlo.
Sus ojos marrones eran como una pintura, con cada trazo hecho de modo perfecto; su cabello era como las olas del mar, quería perderse en él; su voz era como la de una sirena, hipnótica, si ella pudiera elegir al único sonido del mundo, elegiría a su canto. Sus manos, suaves como seda pero con la fuerza para blandir una espada feroz y grácilmente; si tan solo pudiera tocar sus labios descubriría un nuevo sentido solamente para ella.
Pero Rumi era hetero, ¿no? Se había enamorado de Jinu y era todo en lo que pensaba. Zoey no quería ser mala, pero por lo que sabía de él, Jinu era un idiota, un demonio mentiroso, aún si hubiera vivido no se hubiera merecido estar con Rumi... pero esas palabras escupidas como veneno en su mente eran producto de la envidia.
Zoey sentía envidia, envidia y vergüenza; se despertaba con eso último al tener sueños en los que le confesaba su amor a Rumi, y finalmente la besaba, tras despertar le costaba mirarla; ¿cómo se atrevía a pensar en alguien tan increíble como Rumi de ese modo?
Zoey era buena ocultándolo - demasiado, más de lo que quería, porque ¿no sería perfecto que Rumi se diese cuenta, y le diera una respuesta? Sí si quería estar con ella, si no, no importaba; Zoey necesitaba envolver sus sentimientos en un collage y ponerlos sobre las manos de Rumi como una ofrenda, para dejar de llevar su eternamente creciente peso sobre sí...
Pero Zoey no se atrevía a dar ese paso... Ellas debían mantener la Honmoon fuerte, y si Rumi la rechazaba, eso crearía una grieta en el grupo Huntrix, arriesgando el mundo; Zoey sería muy egoísta al arriesgarlo todo solamente para saber si Rumi la amaba o no.
Sin embargo, no podía evitar perderse en la nube de su mente e imaginar una vida con Rumi, esos sueños diurnos se pasaban a las letras de canciones que escribía como tinta en un papel fino. Rumi cantaba esas letras a sus fans, sin saber que su compañera escribía esas confesiones sobre ella.
Al menos, mientras Rumi dormía con ella en el sillón esa noche, Zoey podía tocar su cabello e imaginarse que era un momento romántico.
Al tener enfrente esos pensamientos, Zoey se sentía como la demonio, como la que tenía que ocultarse. Porque al mismo tiempo, temía que sus sentimientos simplemente se escaparan de su pecho de modo accidental...
¿Eso sería tan malo?, se preguntaba su lado positivo.
Tras rumiar sobre todo eso, Zoey se durmió también, junto a Rumi.
***
Horas después, Rumi se despertó primero y la miró. Ya no lloraba, estaba pensativa. Entonces, ella pasó su pulgar por el mechón tras la oreja de Zoey - quizá tenía que apreciar más lo que tenía frente a sus ojos en lugar de llorar por quién ya no estaba...
Su corazón latió con fuerza, pero Rumi no haría nada al respecto... Tras vivir su trágico primer amor, no volvería a arriesgar la Honmoon por sus sentimientos nunca más.