Querida Miyeong

Querida Miyeong: Ha sido difícil estar sin ti. Hay días en los que preferiría no volver a levantarme de la cama nunca más, para no tener que afrontar que ya no estás en este mundo, pero debo seguir luchando contra los demonios y cuidar lo último que queda de ti. Los fans de las Sunlight Sisters no dejan de escuchar las canciones que protagonizas desde que te fuiste, eso es lo único que mantiene estable a la Honmoon; ya que apenas puedo luchar y cantar yo sola. ¿Por qué no pudiste considerar todo esto, todo el vacío que dejarías antes de estar con un demonio? Era claro que tener un hijo con un monstruo iba a ser terrible para tu cuerpo, pero de alguna forma que no comprendo, él te cegó por completo. Decías que era amor, yo sé que no, caíste víctima de sus poderes. Pero al ver a tu beba, a pesar de ser mitad demonio, no veo a un monstruo en lo absoluto. A veces no para de llorar, debe extrañarte al igual que yo. Tiene marcas moradas en los brazos, al igual que los demonios contra los que luchábamos. Pero no es nada más que bondad (y no lo entiendo). Por eso mismo, me da miedo pensar que cuando crezca, un día la miraré y tendrá tus ojos, y no podré dejar de llorar nunca. Ella es un milagro, quisiera que tú estuvieras aquí para ser testigo de ello; quisiera que cuando estoy despierta por la madrugada cuidándola tú pudieras estar a mi lado. Que Dios me perdone, pero a veces, me lamento porque tu hija sobrevivió en lugar de ti. Porque elegiste a su padre en lugar de a mí. ¿Qué tenía él de especial? Era un simple monstruo con los dientes de Cerbero y los cuernos de la destrucción. Desde el principio, él simplemente quería arrastrarte con él al infierno, y tú no le dijiste que no. Sé que no lo amabas, caíste en sus hechizos, ¿pero cómo? Si tu eras tan inteligente, siempre fuiste la mejor entre las dos. ¿Quién va a estar conmigo ahora? Nadie podrá reemplazarte, Miyeong. Dicen que la vida crece alrededor del duelo hasta que uno aprende a vivir con él, pero, ¿qué pasa cuando el dolor no para de crecer día tras día? ¿Algún día seré capaz de olvidar lo que pasó si debo cuidar de Rumi y tu voz está tan cerca en los discos que grabamos? Quiero invocar a mis espadas y ir a buscarte, pero entonces escucho a Rumi y lo postergo. Quizá cuando ella ya no me necesite, pueda reunirme contigo. Te esperaré en el cielo... ¿Pero qué estoy diciendo? No quiero que Rumi termine como yo al perderme, escribiendo cartas a alguien que ya no está, por eso, debo ser fuerte. Debo evitar que el mundo descubra cómo me siento. Debo fingir que todo está bien hasta que lo esté. Así que, Miyeong, te juro que voy a cuidar de Rumi; me aseguraré de que ella sea la mejor cazadora de demonios, una mucho mejor que yo. Ese es el legado que querrías, ¿verdad? Porque apuesto a que, en donde estés, odias a su padre al haberte dado cuenta de cómo te engañó; cómo puso en riesgo la Honmoon. Debes odiar a los demonios más que nadie, ¿verdad? A pesar de sus marcas, sé que Rumi no es un demonio. Es humana como tú y yo. Buscaré cómo borrarlas y me aseguraré de alejarla de esos despreciables monstruos para que no la lastimen como a ti. Será fuerte e independiente, no patética y depresiva como yo. No te preocupes. (No debo preocuparme.) Todo estará bien. (¿Lo estará?) Pronto verás el brillo dorado de la Honmoon.