ID de la obra: 754

“Alas de la Calamidad” — Bakugo Katsuki

Het
NC-17
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Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 80 páginas, 21.146 palabras, 19 capítulos
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“Suceso”

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¿Qué demonios...? ¡Quería que comience las clases de una maldita vez! —Oye, ¿has oído de la chica de 1-E? — susurró Uraraka. —¿La que tiene nombre de calamidad? —preguntó Kirishima. —Sí, sí. Esa misma. Dicen que ha robado unas tijeras de la biblioteca. —¿En serio? ¿Acaso no podían mantenerse en silencio? ¡Cómo le costaba controlarse para no mandar a volar a todos ellos! —¡Hola! —¡Midoriya! — saludó la clase entera. Bueno, excepto él. —Cállense. —murmuró Bakugo. Todos lo miraron. —Debería de estar más feliz porque ganó —comentó Tsuyu. —¡SILENCIO! Ojalá y fuera pronto a hacer las prácticas. Era el momento de almorzar y se dirigió al comedor. Las personas solían alejarse de su camino con tan solo verlo llegar, pero eso a él no le importaba. Mientras menos lo molestaran mejor. Se sirvió del menú y fue a su asiento. Del otro lado del comedor apareció ella. Había logrado rescatar a dos amigas del malentendido de la biblioteca. Había llevado ella sus propias tijeras y justamente eran iguales a las que estaban en la mesa de estudio. Cuando metió el objeto en la mochila, alguien la había acusado. Después el suceso se había expandido y tegiversado los hechos. —¡Ahí pasa la ladrona! —susurró alguien, pero era lo suficientemente fuerte para que ella lo oyera. —¿No le da vergüenza? —¡Oye! — gritó alguien, todos los del comedor se fijaron en él. —Si necesitas unas cuantas tijeras, te lo puedo comprar yo a cambio de algo. —terminó con una sonrisa lasciva. —No le hagas caso —dijo una de sus amigas y la estiró hacia la fila. Ella sabía que era bonita. Tenía el cabello largo hasta la mitad de la espalda; iba del gris al rubio, algo muy raro. Sus ojos eran marrones y tenia unas pocas pecas, además de tener una piel blanca. Tenía un aspecto de ángel. Un ángel... Apretó la bandeja con sus manos y respiró hondo. Ya no importaba. —¡Ah! —soltó un grito y lo poco que había recogido para comer cayó al suelo. Volvió a ser el centro de atención. —Oigan, miren. —dijo Tsuyu. Los de la clase 1-A se fijaron también. —¿Esa no es con quién estabas hablando antes Bakugo? —dijo Kirishima. —¿Eh? —dijo él en respuesta. La miró unos segundos y recordó la corta conversación que tuvieron. —Ah, sí. —Parece tener problemas. —dijo Todoroki haciéndose lugar a su lado. Bakugo miró a Todoroki y luego a ella. Se notaba por el rostro de la joven que estaba sufriendo, de rodillas, en medio de la sala. —Espera, ¿qué haces tu aquí? ¿quién demonios te llam— Escuchó un hueso romperse. ¿Qué había sido eso? —Katrina... —se acercó una amiga suya a ella. —¡Estoy bien Ara! ¡Tranquila! Debo irme un momento. —¡Espera! ¡Katrina! — dijo su amiga sin poder detenerla, viéndola correr fuera del comedor. —¿Qué fue eso? —dijo Kirishima. Bakugo se quedó mirando el escenario, luego se levantó y salió por el lado contrario al de la joven.
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