“Alas de la Calamidad” — Bakugo Katsuki

—¿Estás bien, Bakugo? —preguntó extrañado Tokoyami. —Ah, bien —respondió cortante. Estaba por empezar clase de inglés. Aburrido. Observó entonces por la ventana y vió a unos cuantos alumnos realizando estiramientos. Oh, estaba la chica del comedor. Tenían que esquivar obstáculos, saltar y colgarse. Sencillo. —Vaya, hay gente genial. La clase 1-E ¿verdad? —dijo Kaminari. Bakugo no dijo nada. Recordó cuando esa chica le había dicho para hablar con él, luego el suceso en el comedor y lo de la enfermería. ¿Qué pasaba con esa chica? ¿Eh? —¿Ven eso? — preguntó su compañero. La chica levanto los brazos y movió las muñecas. Luego se estiró un poco; llevó una pierna para atrás y extendió sus brazos, aflojando los dedos de sus manos. —¡Parece un ave! —exclamo Uraraka. Esquivó con destreza y velocidad todo los obstáculos, su cuerpo daba la impresión de una pluma que se movía entre aquello. Saltó una distancia insólita y cayó con las puntillas de los pies. Se colgó de un brazo a otro sin problemas y a la mitad se lanzó para el otro lado. —¡Increíble! —concordaron todos. —¿Cuál es su nombre? —preguntó Midoriya. —Creo que se llama... Katrina —respondió Iida. Katrina. Ya lo había oído antes. —¿No es la chica a la que habían acusado de ladrona? —recordó Uraraka. —¿Qué pasa? —le preguntó Todoroki. —¿Eh? — respondió él. —Te la quedaste mirando pensativo, ¿podría ser que...? —Todoroki se lo pensó bien antes de terminar la oración. Bakugo tenía toda la pinta de perder el control si lo hacía. —Mejor olvídalo. —Pero... es raro — murmuró Yaoyorozu. —No recuerdo haberla visto en el Festival Deportivo. —¿Quizás no tiene singularidad? —trató de adivinar Ashido. No. Ella lo tiene. Bakugo estaba seguro de eso. Tener esa velocidad, flexibilidad, es por una razón. Y la conversación en la enfermería... —Esperen... Miren —dijo sorprendido Todoroki. Las conpañeras de la chica corrieron al encuentro de ésta, ella las calmó y no se veía mal. Luego de que alguien señalara su espalda, fue que la chica reaccionó. —Su uniforme está manchado de sangre... —confirmó Ojiro. La chica sonrió a todos y se alejó corriendo. Bakugo se puso de pie. —¿Bakugo? ¿Donde vas? Inglés está por comenzar — Yaoyorozu quiso detenerlo. No respondió. ¿Iría a la enfermería de nuevo? Bajó las escaleras con prisa y justo cuando estaba en el piso de enfermería ella pasó volando. No, levitando. Frente a él. —¿Katrina? ¿Eres tú de nuevo? ¿¡Qué ha pasado?! Se estaba acelerando, el quirk que poseía quería manifestarse por completo. Y cualquier cosa que hacía en el día lograba activarlo. ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía de hacer para deshacerse de él? Bakugo se acercó a la puerta y se quedó a un lado. —¿Qué demonios estoy haciendo? —se susurró molesto. —El quirk, se manifiesta solo. —escuchó a Katrina desesperada. —¿Se manifiesta solo o tú lo utilizas? Podía oírla luchando por respirar. ¿Por qué se estaba preocupando por esto? —Katrina, tu quirk es una parte tuya. No la puedes eliminar ni ocultar. Él tuyo, principalmente, es parte de tu estructura ósea. Será cuestión de tiempo en que ya no puedas controlarlo. —Buscaré la manera. No voy a dejar que suceda. Bakugo la oyó acercarse a la puerta. Buscó un lugar donde esconderse. Abrió la ventana del pasillo y se colgó de allí hasta que la escuchó alejarse. —Mierda —dijo, reponiéndose en el pasillo y miró el suelo. ¿Era una pluma? La tomó y analizó un rato. ¿Tendría que ver con su singularidad? Se alejó rapidamente de allí y subió las escaleras. ¿Qué pasaba? ¿Qué pasaba? ¡¿Qué pasaba con él?! ¡Debía de calmarse! ¡Eso no tenía que ver con él!