En el limbo
12 de septiembre de 2025, 16:06
Se sentía muy extraño. Se sentía débil, encogido, como si de pronto hubiese perdido todo el poder por el cual trabajó tantos años para conseguir. Estaba tan débil que incluso abrir los párpados le pesaba, y casi no podía ver nada. Moverse también le representaba un esfuerzo, sus brazos y piernas, que se sentían más pequeños, delgados y aun así más pesados de lo que recordaba, se rehusaban a obedecerle.
En medio de las rendijas de sus ojos, apenas pudo distinguir algo. Un vacío blanco, que parecía interminable. Estaba tendido en un suelo totalmente plano, que no se sentía ni frío ni caliente, rodeado de una espesa neblina que al principio se le hizo difícil de distinguir, por cómo se mezclaba con ese aparente vacío que lo rodeaba.
– ¿Dónde estoy…? ¿Y cómo es que…?
Y entonces, los recuerdos vinieron de vuelta, como un torrente de imágenes. Después de anunciar su triunfo y presentar el cadáver de su enemigo como prueba, los defensores de Hogwarts, esa bola de ilusos que decidieron oponérsele, eligieron seguir luchando hasta el último aliento en lugar de unirse a él en el nuevo mundo que planeaba construir. Contra todo pronóstico, uno por uno sus esbirros fueron cayendo a su alrededor, y cuando pensó que las cosas no podían empeorar… el muchacho se reveló frente a él.
Harry Potter, el niño que vivió, ese maldito mocoso que había sido una espina en su existencia durante años, otra vez había sobrevivido a su maldición asesina. Y a diferencia de sus enfrentamientos pasados, ya no había terror ni dudas en la expresión del muchacho. Había adoptado esa misma mirada que durante años le dirigió Albus Dumbledore, esa misma con la cual le dejaba claro que no se dejaría intimidar por él. Esa mirada que había odiado durante toda su vida.
Y lo que sucedió después… recordó las palabras del chico, que sonaba tan seguro de su victoria, que tuvo que admitir que en ese momento, una sombra de duda le invadió por dentro. ¿En serio era posible? ¿El muchacho era el verdadero amo de la Varita de Saúco? ¿Realmente el destino había conspirado en su contra para negarle el poder que era suyo por derecho?
Determinado a probar que era sólo una mentira, que Potter sólo estaba fanfarroneando, lanzó su maldición. El muchacho le respondió con su propio hechizo, ambos colisionaron de frente, y luego… y luego de eso…
No… no era posible que él… que Lord Voldemort… el mago tenebroso más poderoso que hubiera existido, ¿realmente había perdido ante un simple mocoso?
– Así es, Tom. Harry te derrotó, y todo ha terminado para ti.
Esa voz… un escalofrío le recorrió toda la espina al escucharla, especialmente porque pareció responder a sus pensamientos. La voz del hombre que más odió durante toda su vida, de aquel que representó su mayor obstáculo en su ascenso al poder, y que incluso después de muerto continuó atormentándolo.
Muerto…
– No… no puede ser… ¡si tú ya estás muerto!
– Lo estoy. Al igual que tú.
Se quedó en silencio por un momento. Algo más que notó era que Dumbledore se veía más grande, más imponente de lo que recordaba. Casi como cuando se conocieron en el orfanato por primera vez, donde le reveló sus orígenes, y que también le dejó muy claro que estaba por encima de él. Algo que siempre odió, y que jamás quiso aceptar.
– No soy yo el que está más grande, Tom. Eres tú el que se ha encogido.
– ¿Qué dices? ¿Cómo…? ¡Estás usando la Legeremancia conmigo!
– No tengo necesidad de hacerlo. – replicó Dumbledore con una serenidad escalofriante. – Ninguno de nosotros tiene poder aquí, en este plano más allá del mundo de los vivos. Simplemente aquí no hay ningún secreto que puedas ocultarme.
– Siempre un paso por delante, ¿no, Dumbledore? Este siempre fue tu plan, ¿verdad? Utilizar al chico para derrotarme. Debes sentirte muy orgulloso de ti mismo, ¿no es así?
Dumbledore suspiró. – Francamente, tengo sentimientos encontrados. Estoy feliz de que mi plan haya dado resultado, pero al mismo tiempo, no puedo evitar preguntarme si habría otra forma que no le hubiese causado a Harry todo este sufrimiento. A él y a todos los que sufrieron y murieron para lograr tu caída.
– ¡Sólo fue suerte! – vociferó Voldemort. – ¡Ese mocoso jamás habría podido vencerme si no fuese por tus estúpidas maquinaciones!
– Te equivocas. – replicó Dumbledore. – Incluso sin mí, tengo la certeza de que Harry habría encontrado su camino. Porque él siempre tuvo un poder que ni tú, ni yo, podríamos haber alcanzado.
– ¡Otra vez con tu discurso sobre el amor! ¡Ya estoy harto de escuchar el mismo cuento una y otra vez!
– Entonces ya no tengo nada que decirte. – dijo Dumbledore. – De todos modos, ya he permanecido aquí el tiempo suficiente. Estoy satisfecho con como resultaron las cosas, así que supongo que ya puedo irme en paz.
Dumbledore se giró sobre sus talones y empezó a caminar, alejándose de él. Voldemort intentó perseguirlo, pero sus piernas no le ayudaron a levantarse, así que intentó arrastrarse con sus manos. Pero tampoco le sirvió de mucho, y con cada paso que daba, Dumbledore se alejaba más y más.
– ¡¿A dónde crees que vas, viejo decrépito?! ¡No te atrevas a ignorarme! ¡Vuelve aquí!
Sorprendentemente, Dumbledore se detuvo, y se giró para mirarlo. A pesar de la distancia, Voldemort pudo ver en el rostro del anciano una expresión que nunca antes le había dirigido. No era la de un adulto regañando a un niño por haber cometido una travesura, ni tampoco una mirada de odio y desprecio por lo que había hecho durante toda su vida y que le hizo oponérsele.
Era algo diferente. Parecía… ¿lástima? ¿Lo estaba mirando con lástima?
– Tú deseabas vivir eternamente, ¿no es así? – preguntó Dumbledore. – Bueno, ahora podrás. Existirás en este plano que está entre la vida y la muerte, del cual nunca podrás salir, y donde ya no podrás matar o amenazar a nadie, nunca más.
– No… ¡no, no, NO! ¡NO PUEDES ESTAR HABLANDO EN SERIO!
– ¿Tendría razones para mentirte? Te lo dije muchas veces, hay cosas mucho peores que la muerte. Harry fue capaz de entender eso, y su decisión de enfrentarse a ti fue lo que marcó la diferencia entre ustedes dos. Ahora te pregunto, ¿realmente valió la pena?
La pregunta de Dumbledore lo dejó paralizado. Si esto fue a lo que lo llevó, si se quedaría atrapado aquí para toda la eternidad… obviamente no, no valió la pena. Pero no iba a decirlo en voz alta, de ninguna manera. No iba a darle la satisfacción.
– Tú mismo sembraste la semilla de tu propia destrucción, y por eso has terminado así. Es lamentable, pero en tu afán de poder, de querer evitar la muerte a toda costa, desperdiciaste tu vida. Y a diferencia de ti, Harry ahora tendrá toda la suya por delante, una vida plena que tú descartaste en tu búsqueda por el poder.
Entonces… ¿así terminaba todo, sin más? ¿Él estaría atrapado en este vacío, mientras el muchacho era libre de vivir su vida, junto con todos los demás que lo siguieron?
– Adiós, Tom. Nunca más nos volveremos a ver.
Dumbledore se dio la vuelta, y comenzó a caminar de nuevo. Voldemort volvió a gritarle, pero esta vez el anciano lo ignoró, y su silueta se fue haciendo cada vez más pequeña y borrosa en medio de la neblina que los rodeaba. Finalmente, el anciano desapareció, y Voldemort se quedó sólo, sin más que hacer excepto comenzar a gritar.
– ¡ESTO NO PUEDE ESTAR SUCEDIENDO! ¡ESTO TIENE QUE SER UNA PESADILLA, UN MAL SUEÑO! ¡LORD VOLDEMORT NO PUEDE TERMINAR DE ESTE MODO! ¡NO VOY A QUEDARME EN ESTE LUGAR! ¡SALDRÉ DE AQUÍ Y CUÁNDO LO HAGAAAAAAAAAA….!
Por más que gritase, ya no había nadie que pudiera escucharlo. Y por más que quisiera negarlo, sabía que lo que Dumbledore dijo era cierto. Se iba a quedar atrapado en ese plano vacío, para toda la eternidad, y no había absolutamente nada que pudiera hacer al respecto.
Ese fue el castigo para Lord Voldemort, un castigo que él mismo se infligió, por haber mutilado su alma, y por haber perseguido a un muchacho inocente que, de haber sido otras las circunstancias, nunca debió haber representado una amenaza para su existencia.
FIN.
Notas:
¿Qué tal, gente? Bueno, esta idea la había tenido desde hacía bastante tiempo. Aunque no esté confirmado, y que Rowling lo dejó muy abierto a interpretación, mi headcanon personal es que Dumbledore permaneció intencionalmente en el limbo durante todo el año esperando a que llegara el momento en que Harry moriría a manos de Voldemort y tendría la opción de volver a la vida para poder conversar con él y terminar de cerrar sus asuntos, incluyendo pedirle perdón por todo lo que le hizo pasar. Dicho eso, me gustaría pensar que se quedó unos minutos más sólo para "asegurarse" de que Voldemort fuese vencido, para confrontarlo una última vez y decirle sus verdades antes de terminar de irse al otro mundo. No sé si me haya salido bien, pero bueno, es lo que hay.
En fin, aunque sea cortito, espero que les haya gustado. Con esto por fin creo que ya me quité un poco el bloqueo de escritor que tenía y puedo volver a retomar algunas de mis otras historias y tal vez iniciar alguna nueva. Así que me despido, hasta la próxima y recuerden, la magia florece, sólo en almas únicas.