ID de la obra: 842

Siempre Fuiste Tú

Mezcla
G
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Emparejamientos y personajes:
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planificada Mini, escritos 190 páginas, 93.495 palabras, 27 capítulos
Descripción:
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Sin Oportinidad

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Parado en el balcón de su recamara, no podía dejar de pensar en la mirada de su hijo hacia un momento. Su mente inocente de niño había bloqueado ese recuerdo, pero seguía ahí, latente, de la misma manera que él seguía siendo élT´Chaka Udaku era un hombre poderoso. Eso nadie lo pondría en duda jamás. Desde que tenía uso de la memoria había sido educado para gobernar el país más poderoso de la tierra. Había sido implacable con sus enemigos internos cuando con solo dieciséis años había asumido el trono tras el asesinato de su padre Azzuri.   Muchos, por no decir todos, habían creído que era el fin de Wakanda, pero él con una mano de hierro había unificado nuevamente el país llevándolo a una posición más allá de la soñada por cualquier gobernante. Había neutralizado a tal grado a sus enemigos que cinco años después de asumir el trono, cuando se había casado con la hija del líder de la tribu mercante, todo el país lo había celebrado como un acontecimiento personal.Un año después aseguraría la continuidad de su legado con la llegada de su primogénito, el príncipe T´Challa. Cuando el pequeño cumplió cinco años, la corona comunico la llegada de su segundo descendiente, la princesa Shuri   Su vida era perfecta. Tenía a su lado a una mujer fuerte y digna de su puesto, el pueblo lo adoraba, enemigos le temían y tenía dos hermosos hijos. Pero la vida no es como se la sueña, y la suya daría un giro de trecientos grados   Una semana después del cumpleaños número seis de T’Challa, había tenido que asistir solo con su hijo a un evento en la sede de las Naciones Unidas, ya que Shuri había pescado un resfrió. No era nada grave, pero el medico había aconsejado que se quedara en palacio. Y la reina bajo ningún argumento la dejaría sola.   ***FLASHBACK***   Todo estaba saliendo según lo establecido. El niño siempre estaba bajo la estricta vigilancia de una niñera. La misma que hacía casi treinta años atrás había cuidado de él. Había designado a su mejor Dora Milaje como guardia personal de su hijo. Y si eso fuera poco, procuraba que el pequeño siempre estuviese cerca de él.   Hablaba animadamente con el embajador francés sobre un cargamento de vibranium que enviaría la siguiente semana, cuando lo vio. Una mujer de pelo castaño le limpiaba una mancha de refresco de su pequeña corbata azul mientras su hijo lloraba en silencio. Con una sonrisa se disculpó con el embajador y se acercó hasta escuchar el sollozo del niño   - Tranquilo cariño – dijo la mujer- ¿Qué pasa? – pregunto el rey- Majestad – dijo la mujer- ¿Omo? – pregunto T´Chaka mirando al pequeño- Babba, yo… – y sus lágrimas volvieron a caer- Gracias por la ayuda que le dio al príncipe – dijo el hombre mirando a la mujer con una sonrisa – Wakanda queda en deuda con usted- No se preocupe majestad – dijo la mujer – adiós – le dijo al niño sonriendo y se alejo- Has humillado a Wakanda- Babba… – susurro el príncipe   ***FIN DEL FLASHBACK***   El movimiento de las ramas cerca de su ventana lo hizo volver en si para mirar hacia atrás y no pudo evitar los sentimientos que lo invadieron “Bast, ayúdame” susurro cerrando los ojos   _________________   A esa hora de la mañana, todo estaba en silencio en el palacio. No había ruido, solo paz. Las esculturas y pinturas que retrataban todo tipo de formas de vida. Había un aroma delicado en el aire, que se une con el sonido suave de la música de fondo. Los empleados recorrían las estancias, vestidos con atuendos de colores brillantes. Se movían con calma, en una atmósfera de relajación y paz.   En la cocina del palacio, los sirvientes preparaban el desayuno con todo cuidado. Todo estaba en perfecto orden. Los platillos y los vasos estaban perfectamente puestos, y las frutas y verduras estaban cuidadosamente arregladas en bandejas de cristal. Había todo tipo de comida, desde dulces a saladas, y todo estaba preparado con una atención especial a la presentación. Los sirvientes se movían con elegancia y delicadeza, llevando la comida a las estancias en bandejas de plata y cristal. Llevaban cada plato a una mesa perfectamente puesta, y colocaban los cubiertos y vasos en su lugar.   W’Kabi caminaba con paso seguro por el pasillo viendo la cara de terror de uno que otro empleado con el que se cruzaba. Amaba esos rostros. Un rey debía ser temido, y él había nacido para serlo. Llego a la puerta que buscaba y se aliso el cabello. Con un poco de suerte y tomaba desprevenido al príncipe, y pasaba lo que tenía que pasar tarde o temprano.Iba a golpear la puerta cuando esta se abrió sola. Miro hacia ambos lados del pasillo y entro sonriendo maliciosamente   - ¿T’Challa? – dijo entrando en el lugar. ¿aun estaría dormido? Mucho mejor aún – ¿T’Challa? Cariño soy yo – cruzo la pequeña sala y avanzo por el pasillo hasta el dormitorio – mi príncipe   Empujo suavemente la puerta y se detuvo. La cama estaba intacta. Volvió sobre sus pasos y reviso el baño. Nada. Siguió unos pasos más allá y abrió el closet de un tirón. Vacío. Dudaba que el muy imbécil hubiese dormido allí. “Tal vez…” una idea cruzo por su mente haciéndolo estremecerse.   - No, M’Baku no llegaría tan lejos – susurro – pero y si…   Olvidando cualquier tipo de protocolo, hecho a correr escaleras abajo. Si sus sospechas eran ciertas no quedaba mucho tiempo, debían rescatar a T’Challa cuanto antes. Tal vez la acción derivaría en una contienda bélica con la tribu de los Jabaris. De darse el caso, se aseguraría que entre las bajas estuviese el único hombre blanco que en esos momentos pisaba tierras wakandianas   En su carrera hacia el comedor, donde debía estar desayunando la familia real, no le importo empujar e incluso hacer caer a varios empleados. Entro casi sin aliento ganándose una mala mirada de parte de la princesa y la sorpresa de los reyes quienes conversaban animadamente   - Por Bast – gruño Shuri – ¿de qué caverna vienes huyendo?- Shuri, no estoy ahora para tus niñerías – dijo molesto el moreno- Fíjate como hablas idiotas, que yo no voy aguantar tus estupideces – dijo la chica con un tono mortalmente serio- Shuri, por favor – dijo su madre – hijo ¿Qué pasa?- T’Challa – dijo W’Kabi nervioso – no está en su recamara- ¿Qué cosa? – dijeron los reyes al mismo tiempo poniéndose de pie- Fui a saludarlo y…- ¿el puritano W´Kabi fue a la recamara de un hombre a la hora que este está dormido? – dijo la princesa – vaya que los tiempos cambian- Es mi novio – dijo W´Kabi- Pareces disco rayado – dijo Shuri tomando un pan y cortándolo para untarle mermelada- Hay que buscarlo – dijo Ramonda – tal vez se levantó temprano y se desubico en palacio- Okoye, Ayo – grito el monarca y las mujeres entraron de inmediato – encuentren al príncipe ahora- Tal vez M’Baku… – dijo W’Kabi- Enserio que eres un… – dijo Shuri despectivamente- ¡deja de cuestionar todo lo que digo! – exigió el hombre con un grito que acompaño con un golpe en la mesa- Vuelve a levantarme la voz – susurro la chica con una voz completamente fría – y será lo último que se sepa de toda tu tribu ¿está claro?- Basta de peleas sin sentidos – dijo Ramonda – tenemos que encontrarlo ahora- ¡Okoye! ¡Ayo! – grito el rey – ¡activen las alarmas!- Bast, no de nuevo – sollozo la reina – no de nuevo- ¡Ahora! Revisen el perímetro. Shuri revisa las cámaras. El príncipe ha desaparecido. Cada segundo es vital.- Ayo – llamo Shuri – si quieres ahorrarte tiempo, te sugiero empezar por su habitación- Te dije que ya fui – dijo W’Kabi – no está ahí- Porque tú lo buscaste en la habitación que mis padres dispusieron para él – dijo ella sirviéndose café – no en “su” habitación- ¿de qué hablas? – pregunto su madre desesperada- ¿Dónde alojaste a su novio? – pregunto Shuri sonriendo – encuentra al novio, y encontraras al príncipe ¡que comience el juego! – y bebió de su café mientras W’Kabi salió como alma que lleva el diablo- ¿Qué hiciste Shuri? – reclamo su madre- Ser buena hermana – se defendió con voz inocente   James se removió entre los brazos que envolvían su cintura, levanto el rostro y vio las facciones dormidas del moreno y no pudo evitar respirar hondo mientras un recuerdo cruzaba por su memoria haciéndolo sonreír   ***FLASBACK***   El corazón le bombeaba a mil. El chirrido de la puerta solo los altero más e instintivamente cerro los ojos. Sin embargo, no escucho ningún sonido, por lo que abrió lentamente los ojos. Frente a él había una bandeja llena de Black and White Cookie, su postre favorito. Bajo unos centímetros la mirada y vio la mano morena que la sostenía. Siguió el curso por el brazo, el hombro, luego con el cuello con el collar que le había obsequiado él en su segundo aniversario. Subió la vista un poco más y vio esa sonrisa que lo enamoro y sin la cual no podía vivir. Esa que cada vez que se posaban en él solo lo miraban con devoción   - Decidí consentir a mi lindo novio y le prepare personalmente sus galletas favoritas – dijo, pero un cuerpo se abalanzo sobre él y se aferró a su cuello- Te amo – susurro James con un sollozo- Entonces déjame pasar – dijo el moreno – y me invitas una de las galletas que te hice- ¿tú las cocinaste? – dijo sonriendo mientras las miraba- No están tan sabrosas como yo, pero… – y entró – Hey ¿así que esta es nuestra habitación? Nuestro departamento es más bonito- Esta es mi recamara – dijo James con una voz algo más apagada – la tuya…- Si quieren que sea su príncipe, esta es mi única condición – dijo Luke – Tú – y sonrió –. pruébalas, están insuperables- No más que esto – susurro James antes de besarlo- Te amo – susurro Luke   Dejo el plato sobre una mesita que estaba en la entrada de la recamara y volvió a asaltar los labios de su pareja que se aferró a su cuello. Las manos del moreno se deslizaron debajo de la camisa de James, mientras este lo alzaba por debajo de los glúteos para llevarlo hasta la cama. Lo acostó gentilmente sin romper el beso. Sus manos se reconocían.Los besos bajaban por el cuello de James que sonreía con los ojos cerrados. La ropa desapareció y sus pieles se fundieron en una sola. No existían príncipes ni plebeyos. No había compromisos arreglados ni obligaciones que cumplir. Eran solo ellos y su amor. Era solamente Luke y James. Una sola alma que habitaba en dos cuerpos diferentes.   Las manos morenas bajar por la espalda del americano hasta sus firmes glúteos que custodiaban el único tesoro que a Luke le importaba. Un dedo intruso le arranco un gemido de placer a James que devolvió la atención con un mordisco en el labio. Dos. Tres dedos. Él no quería eso. A él le urgía algo más grande, más grueso. Algo que lo llevaba a las mismas estrellas.Con un movimiento rápido estuvo sentado sobre los muslos del moreno, quien, cual conquistador del siglo XVI, entraba a paso firme seguro, dejando en claro que toda esa piel que tenía entre sus manos le pertenecía solo a él y no estaba dispuesto a ceder ni un solo milímetro.La danza salvaje de cuerpo y almas comenzó, y con ella la sincronía perfecta que fusiona dos vidas destinadas a ser una   - Te amo – susurro Luke mientras mordía gusto ese cuello albino – te amo.- Luke – era la una repuesta coherente que lograba entender de vuelta   Estaba en el limbo. Ahí donde uno más uno siempre será solo uno. Ahí donde no existían las diferencias, ni nadie intentaría jamás separarlo del hombre que amaba. Donde serían felices por siempre, uno en brazos del otro   ***FIN DEL FLASBACK***   La caricia suave en el cuello lo hizo sonreír. Aún estaban desnudos y el sol apenas salía por la ventana se giró entre esos fuertes brazos y le robo un nuevo beso.   - Aún es temprano – dijo Luke con voz adormilada – vuelve a dormir- Tu padre va estar molesto – dijo James acareándole el pecho- Ya se le pasara cuando nazca su primer nieto – dijo Luke enterrando el rostro en el cuello de James- ¿quieres hijos conmigo? – pregunto este sorprendido- Claro que quiero hijos contigo – dijo Luke despertando un poco más – ¿qué clase de pregunta es esa?- Es que nunca lo habíamos hablado- Pues hablémoslo ahora – dijo Luke algo más despierto – quiero todo contigo. Ya sabes, hijos, casa, perro- Prefiero gato – dijo James- Yo también – dijo Luke – negro completo. Como una mini pantera. Y se puede llamar así, Panther- Yo más había pensado en una hembra blanca como la nieve – dijo James haciendo un puchero – que se llame… Alphine- ¿no te gustamos los morenos? – pregunto Luke alzando las cejas y se miraron fijamente- Blanco y negro – dijeron al unisonó y lanzaron una carcajada- Te amo – dijo Luke – T´Challa, Luke, americano, wakandiano, obrero o príncipe, te amo. Esa es mi única verdad- Y yo a ti – dijo Jame besándolo mientras Luke le acariciaba el muslo derecho arrancándole una carcajada   El sol atravesaba el enorme ventanal que daba hacia el balcón, por donde entraba una brisa suave que movía las cortinas. Había ropa esparcida por toda la habitación, las sábanas totalmente desordenadas eran parte de las pruebas de lo que ahí había pasado hasta hace unos minutos atrás. James tenía la cabeza sobre el pecho del moreno quien lo sujetaba firmemente por la cintura. Una sonrisa tranquila cruzaba los labios de ambos hombres mientras dormían   Sin embargo, gritos molestos que se acercaban saco a James del mundo de los sueños. Miro hacia todos intentando ubicarse y no pudo evitar morderse el labio inferior en medio de una sonrisa al darse cuenta de la posición como se encontraba. Escucho nuevamente voces que discutían molestas, al parecer eso lo había despertado.Con cuidado de no despertar a Luke se puso de pie y tomo una bata que vestía la noche anterior. Mirando de reojo el cuerpo dormido en la cama, sonrió y se dirigió hacia la puerta principal de la habitación. Abrió la puerta y al instante se arrepintió   - Buenos días – dijo mirando a las tres personas que tenía en frente, quienes a su vez lo miraban molesto- Señor Barnes – dijo el rey – ¿mi hijo está aquí?- Majestad, yo…- ¡te preguntaron si el príncipe T’Challa está aquí! – grito W’Kabi furioso – ¡responde!- No sé dónde rayos este ese tal príncipe T no sé qué – dijo la voz de este con total autoridad mientras abría la puerta de par en par para que vean la cama deshecha y el totalmente desnudo – pero aquí estoy yo que le va partir la cara a cualquiera que la falte el respeto a mi novio- ¡Por Bast! – dijo Ramonda mirando hacia otro lado mientras la cintura de James era rodeada por el brazo de su hijo- ¡no puede ser! – dijo T’Chaka pasándose las manos por el rostro- ¡Luke! – dijo el americano totalmente rojo mientras el rey miraba furioso- ¡Vuelve a gritarle a James y te mato con mis propias manos! ¿está claro? – siseo el príncipe señalando a W’Kabi mientras se escuchaban la carcajada de su hermana, aunque no la podía ver- Luke… Luke basta – dijo James evitando mirarlo – disculpen…- Tienen diez minutos para ponerse presentables – dijo la reina – los dos. Los espero en…- James y yo nos desvelamos y… – interrumpió Luke- ¡diez minutos! – recalco la reina – uno de los sirvientes los llevara a mi jardín privado. Dense prisa- Dije que… – gruño Luke- No se preocupe, majestad – interrumpió James – en diez minutos Luke estará…- ¡los dos! – dijo la mujer- ¿los…? – dijo James sorprendido- Queremos dorm… – se quejó Luke pero al ver la mirada que su pareja le lanzo cambio de idea – ok diez minutos- No se preocupe majestad. En diez minutos estaremos allí – y James cerró la puerta mientras los reyes se iban- ¿Por qué aceptaste? Tengo sueño – protesto Luke antes de tirarse en la cama nuevamente y James solo exhalo. Sería una larga mañana   Le echó una cucharilla de azúcar a su té y lo batió lentamente. Una. Dos. Tres. Cuatro vueltas con la cucharilla paso el dedo índice por el arquillo de la taza y apoyo el pulgar en la parte superior de este. Levanto la taza con un movimiento delicado y se lo acerco a los labios para beber un poco. Necesitaba estar completamente concentrada para resolver este problema, y evitar uno mayor. A veces como odiaba ser la reina de Wakanda. ¿Sería mal visto si pedía licencia de su puesto y se tomaba unas merecidas vacaciones?   Al bajar la tasa vio claramente las dos figuras en las puertas de su jardín. La de tez más clara le acomodaba el cuello de la camisa al contrario y lo regañaba por lo bajo como a un niño pequeño por el puchero que tenía el moreno. Disimulo una sonrisa y se aclaró la garganta, para hacer notar el hecho de que ya los había visto.   - Majestad – dijo James apresurado e hizo una venia- En Wakanda no hacemos eso. Ya… lo aprenderán. Tú… ¿no me vas a saludar? – le pregunto a su hijo- Madre – dijo T’Challa inclinando ligeramente su cabeza. James lo miro mal por su frialdad por lo que él solo encogió los hombros- Por favor siéntense – dijo la mujer señalando a las sillas que tenía en frente- Gracias – dijo el americano mientras ambos se sentaban- Propongo hablar sinceramente – dijo sirviéndoles café – me niego a pensar que el energúmeno que vi en los dormitorios sea mi hijo- Y yo me niego a pensar que el energúmeno que vi en los dormitorios sea mi novio – dijo James – se llame Luke, se llame T’Challa, se llame como se llame. Ese tipo no era mi novio. Se lo aseguro majestad. Mi novio es educado, sumamente respetuoso, diplomático. Ese es mi novio – y miro a T´Challa- ¿enserio se van a unir en mi contra? – dijo este y exhalo al ver la mirada que los otros dos – okey. Lo siento. James tiene razón. No soy así. Pero… no intentes quitarme a James o me defenderé como león herido. Él es todo lo que amo – dijo tomándole la mano a su pareja – él único que me conoce. Que entiende realmente como soy y me acepta. Mi puerto seguro. Mi paz. ¿quieres saber mi mayor secreto? – dijo miro a su madre- Dime – contesto ella- No quiero nada de esto. Ni dinero. Ni joyas. Ni poder – dijo T’Challa – ya ni siquiera me interesaba saber de ustedes. ¿sabes por qué vine con tus doras?- ¿por qué? – pregunto la reina aguantando las lágrimas, aunque algo dentro suyo le gritaba que ya sabía la respuesta- Porque James me lo pidió – dijo T’Challa –. Y antes que creas que es por dinero o por posición, no.- ¿entonces? – dijo Ramonda- Tiene pesadillas con el atentado – dijo James tímidamente – fuimos al psicólogo. Dijo que debería intentar recordar. Hablar de eso. Pero no quiere. Pensé que, si veníamos, estaría mejor- Solo que nunca imagine que tendríamos tantos problemas – dijo T’Challa – y eso que solo llevamos treinta y seis horas aquí. Intentan hacerme elegir entre una familia que no conozco, y el hombre que amo, y…- ¿no tenemos oportunidad, cierto? – pregunto la reina mientras veía como la pareja se aferraba a la mano del otro
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