ID de la obra: 906

El suéter verde de Harry Potter

Slash
G
Finalizada
0
Emparejamientos y personajes:
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11 páginas, 6.696 palabras, 1 capítulo
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Capítulo 1

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Después de todo ese suéter por lo poco que valía porque… no era la gran cosa. Pero la noche había empezado más caliente de lo normal, y era excitante. Harry no podía creer que ponerse el suéter para evitar el frío también le había servido de gusto en todo el cuerpo, aunque por otro lado empezaba a sufrir llevándolo. Era excitante la sensación, reconfortante pero más parecía a una delicia irreconocible. Harry lo disfrutaba y reconocían lo rico que podía ser ese calor que surgía desde el miembro hasta su pecho, y de ahí se trasladaba hasta el rostro. Era distinto del calor normal que se formaba cuando se abrigaba para evitar la invasión del frío. Y está noche lo estaba conociendo, en ese preciso momento viviendo todo el descontrol de su cuerpo, y aquel temblor pícaro que ocasionaba que sus piernas se movieran temblando, como si jugarán al ritmo de las caricias que le daban esas manos con unos dulces tactos. Todo en él parecía estar en el aire. La lengua del rubio jugando con la suya de una manera inexplicable, suave, despacio era algo maravilloso, nunca pensó que un beso pudiera ser tan así… pero estaba liberado, sin presión, sintiendo con gusto pleno aquella lengua que experimentaba la suya tiernamente, como si estuviera comiendo un caramelo desde adentro de sus labios y tan solo pensar que él era un caramelo para esa boca le hacían volar sobre las estrellas. Sentía las manos del rubio acariciar su cuerpo, las uñas frías clavarse de segundo sobre su piel y simular pequeños arañazos, ocasionando que respingara al segundo haciendo que su corazón se estremeciera y derritiera de placer, que saltará, que bombera por salir. Era tan sofocante cuando aquellos dedos se trasladaron hacia la costilla, es que quería reír, volar más allá de dónde se encontraba, le encantaba, apreciaba los dedos del rubio jugando como si lo que estuviera tocando fuera en realidad un piano, joder le era esquicito y delirante. Pero aquellas manos caminaban dulcemente en un signo de cosquillas por su costilla hasta llegar al vientre y de ahí subían para explorar su pecho firme palpitando. Todo había comenzado así; Harry había salido de su habitación, rompiendo el toque de queda, para bajar directamente hacia los pasillos fríos de las mazmorras porque a últimas horas recordó que en la sala del profesor Snape había dejado algunos libros sobre su mesa, y justamente se había puesto el regalo de Molly Weasley que le había dado en su Navidad el año pasado, era un suéter de tejido color verde con un dragón dorado sobre su centro. A sus quince años Harry no había dejado de amar aquellos gustos y pasatiempos favoritos de la señora Weasley, y lo había usado en la mañana para bajar al comedor y desayunar sintiéndose aliviado de que el frio que provenía de afuera no fuera tan intenso, mientras sus amigos elogiaban la vista del suéter tejido, que combinaba con sus hermosos ojos, y en la noche para no tener que cambiarse otra vez después de bajar de la cama, se había puesto solo el suéter, abajo suyo no llevaba nada. La sorpresa se dio al entrar en la sala de pociones, que desapareció de su mente al sentir aquel beso fuertemente, y que de pronto alguien lo había apoyado sobre la pared cubriéndolo con su cuerpo, dándole calor y no solo eso sino una caricia en su cabeza. Y era Malfoy, Malfoy que había besado sus labios, que lo había pegado a la pared, que lo cubría con su cuerpo, quien de inmediato se apresuró a respirarle con su aliento suave y refrescante pero tan rico sobre su nariz y labios. Jamás había visto a Malfoy así, con una mirada intensa, profunda como si lo que hubiera agarrado fuera la cosa más importante de su vida, los ojos de Malfoy era de un gris brillante, y mantenían un brillo reluciente que le quitó el aliento al instante. -Que bien te queda el verde- le había dicho, suspirando en sus boca, mirándolo con ardiente deseos sus labios- ese dragón sobre tu pecho te hace ….-- gimió placenteramente jugando con el aire que salía de su boca- quiero sentir tu aroma en él Potter - no escuchó lo último que había salido porque el Slytherin respiró profundo y trasladó su nariz hacia el abrigo, Harry tembló al instante y estuvo a punto de empujar a Malfoy y salir corriendo pero la respiración entrecortada de Malfoy que llegaba a su pecho fresco le dejó con la boca casi abierta y duro sin saber cómo reaccionar - oh Potter - expresó y su voz sonó anhelante, sufrible, como si su vida se estuviera marchitando- oh Potter- eso hizo palpitar más su pecho con calor, sobre todo porque se concentró en la boca de Malfoy tan roja y ardiente, se lambió los labios notando el sonrojo que había en las mejillas del rubio. El pulso de Harry comenzó a saltar desesperadamente al ver que Malfoy respiraba en su pecho enloquecidamente pero su mano estaba en la cabeza acariciando su cabello, Malfoy absorbiendo su olor no dejaba de acariciarlo suavemente, y fue en ese instante que Harry sintió su aroma que salía del cabello rubio, un aroma que le pareció suave y no tan fuerte, le agradó, y no solo eso sino que también recordaba aquellos ojos grises que manteniéndose en su mente parecían estar locos y apasionados por él. Pero Harry ya estaba sin aliento y más sintiendo todavía su sabor en la saliva, tan rico, si, lo afrontó, el aliento de Malfoy era como una fruta similar a una manzana o a una seca y algo de menta. Parecía el sabor de un té. Sus piernas comenzaron a temblar mientras sentía como Malfoy respiraba en su pecho, disfrutando el aroma de ese abrigo, pero Harry estaba ahí, asombrando, sintiendo el sabor a menta como si hubiera comiendo un caramelo recientemente. -Pareces un chocolate de menta Potter - expresó Malfoy, levantando su cabeza y mirándolo intensamente, brindando al instante una mirada de hambre que dejó a Harry paralizado y encantado al sentir ese aliento de menta entrar en su nariz- te quiero…- Malfoy se acercó a su nariz para hablarle- comer- Pero la mirada de Draco Malfoy se volvió triste, sufrible, como si temiera hablar o expresar algo…-Lo siento por el beso que te robe- y la vos salió quebrante. Harry se conmovió con aquella mirada y se estremeció no de susto sino de timidez, tratando de ver qué significado podría ser para Malfoy aquella palabra ‘’te quiero comer’’, empezó a querer averiguarlo por sí mismo, se sintió tan pequeño ante ese majestuoso gigante que lo tenía ahí pegado a la pared, una leve sonrisa surgió de sus labios cuando sintió que su corazón gritaba por saber que le haría, Malfoy ya no le resultaba atemorizante sino atrayente con aquellos ojos perfectos, fruncidos de placer, porque así lo veía, así; desesperado, hermoso, brillante y anhelante por él. No lo entendía porque, no entendía porque sucedía, pero su mirada daba más. Le gustaba. Jamás había visto a Malfoy así, jamás lo había visto tan lindo. Pero no era solo eso que le gustaba, sino también la voz y esa respiración sobre su pecho, pues nunca había sentido de manera distinta o más bien placentera la respiración de alguien, él lo calentaba con su respirar dándole pequeño calor en la piel sacando pequeñas cosquillas que le agradaban,, y tan solo ver que su mente le decía que él era en realidad el chocolate de menta le hacía saltar más al corazón, pero de emoción, Malfoy lo volvió a besar, está vez muy despacio, tierno con cuidado, pero más profundo, permitiendo que Harry respirara pero que este también disfrutará de la suya, y Harry por querer saber más, por querer de nuevo ver ese sabor a menta dentro de Malfoy, quiso averiguarlo por sí mismo, entonces lo disfrutó, dejó que ese bello ser lo besara tan así, pero no había nada que perder, sintió más la forma de su lengua jugar con la suya, llegar hasta la finalidad de la misma, para entonces Harry sentía que volaba todo era perfecto encantador. No sabía que podía existir un caramelo que pudiera jugar así. Y el corazón de Harry le gritó desde dentro, le gritó, comprendiendo al que le decía que respondiera al beso para conocer más ese sabor, pues aquel delicioso gusto a menta había vuelto, era parte de Malfoy y podía encontrar más si lo besaba también, entonces lo hizo, le respondió, haciendo que el Slytherin lo cubriera con sus brazos hasta unirlo más con la pared. Harry hizo lo mismo está vez disfrutando no solo del sabor de Malfoy sino de él mismo, disfrutando lo que estaba pasando, algo que todavía no lo podía creer, ahí estaban ambos besándose vehemente como si se hubieran encontrado en otro mundo más lejano a este y los hubiera unido. Todo era sorpresivo, pero no solo eso sino también encantador. Harry sintiendo la lengua de Malfoy combatir dulcemente con la suya era una nube blanca en su vida, solo estaba pendiente en eso, que bien que jugaba esa lengua, y lo atrajo más hacia su pecho, dejando que esté lo besara profundamente, que no se detuviera, sentía como su corazón latía, latía de placer y las piernas temblaban, temblaba de gusto. Nunca se había sentido asi. Y después de varios minutos en donde la instantaneidad se había vuelto muy maravillosa, llena de cosas nuevas que le iban sacando el aliento cada que los segundos pasaban, la cosa se estaba poniendo más caliente y Harry besaba más a Malfoy y lo abrazaba, dejando todo odio atrás, ahora eran ellos lejos del mundo normal, perdidos en la oscuridad, liberando todo lo que su cuerpo soltaba, pues Malfoy había hecho maravillas con esa boca, con su respiración dolida como si lo que estuviera pasando fuera insuficiente, pero Harry lo veía, veía que Malfoy estaba desesperado por besarlo, por tocarlo, esa necesidad que parecía como si quisiera entrar en su cuerpo, lo hacían delirar de gusto, y notaba todo, notaba el calor del cuerpo contrario, la manos sudadas, el rostro caliente, notaba a esos intentos en el que el Slytherin parecía temer invadir, pues acariciaba su cuerpo por medio de la ropa y deseaba, sus ojos deseaban llegar a su piel, pero él querer levantar la mirada y preguntar si podía para tener su permiso le ponían nervioso, aun así no quería que Harry se alarmara por sus acciones, quería corresponder, quería tener su consentimiento sin obligación, percatarse de algo para no hacer huir a Harry porque después de su intensa pación, respetar a la persona que estaba ahí era lo más hermoso que su corazón quería hacer, se propuso que si notase algún alarma en su mirada bajaría los brazos y pararía, así que, armándose de valor miro a Harry y toco su suéter, y este mordiéndose los labios , ardiendo de lujuria y amor por esos ojos grises, le sonrió, y asentó, diciendo si con sus labios, le demostró con su mirada que lo que hacía estaba bien, que continuara. Con sus manos que de poco en poco se habían metido hacia dentro de su cuerpo levantando el suéter y viendo su intimidad, Harry se sorprendió de que no sintió miedo sino alegría, pues lo había estado esperando, lo deseaba, y ese deseo que experimentaba esta noche era muy exquisito, se manifestaba una necesidad de tener más, estaba con deseo, lujuria, calor electrizante que le daba cosquillas, y comprendió que estaba yendo más lejos, más bien trascurría por un camino que llegaba al sexo. Si eso era parte del sexo, lo que surgía era maravilloso y más aún cuando empezó a notar su miembro responder. Ver a Malfoy debajo de ese suéter, darle hermosas caricias a su pecho con una lengua bien caliente, mientras estiraba la textura del abrigo era disfrutable, ahora Harry se encontraba con el cuerpo echado sobre la mesa grande de pociones, las piernas abiertas, la cabeza relajada en la dureza del gran mueble y los brazos liberados sobre esta, disfrutando todo calor pasional que emanaba desde el miembro y llegaba a todo su cuerpo. Los gemidos comenzaron a surgir más intensamente, pues desde antes de caminar hacia la mesa empezaban a salir, sintiéndose más cautivante y atrapante por vivir todo de cada segundo. Miraba a Draco Malfoy completamente colorado, la respiración más acelerada y el cuello sudado al igual que su mirada desconocida, llena de pasión. Sentir ese gemir sobre su piel y las ganas de reír como aquella sensación maravillosa de los dedos de Malfoy estimulando y provocándolo para sacar más calor apasionado, Harry ya no tenía aliento solo miraba todo lo que sucedía, disfrutando, amando los minutos, conoció esa manera tan lenta de pasar las cosas que fue una bienvenida de razón entrante en su mente. Sentía como su miembro erecto respondía a cada tacto de lo que hacía Malfoy, quería más, mucho más, su pene estaba sudando trayendo consigo el apretón insoportable insufrible, debido a la unión que tenía con el rubio que lo acariciaba, pues su miembro quería salir, salir y ser tocado hasta el éxtasis, que rico se sentía. Que vivo, que libre. Draco Malfoy se encontraba sobre su muslo, sin dejar de tocar su cuerpo, mientras que con su boca besaba y acariciaba fogosamente cada existencia de todo lo que era Harry, cada pequeño lugar lo podía saborear, estaba desesperado por mas, enamorado de esa experiencia. Y con aquella sensación tan completa Harry se mordía los labios, cerrando los ojos, entregándose a todo lo vivido, sonriendo de felicidad. -Oh Harry - expresó Malfoy lentamente, sintiendo que el corazón le salía del pecho al tener toda su intimidad en sus manos. Harry con aquella expresión se arqueo, comenzando a gemir desesperadamente de placer acumulado, por ver a sus piernas levantadas en un intento de que su miembro entrara más en calor, respondiendo a todo aquello por querer también salir, saltar y tener acción. El rubio levantó la cabeza con una mirada muy excitada y demasiado colorada, hermosa y brillante, le sonrió admirando esa vista preciosa antes de volver a besarlo, esta vez con más pasión, con fuerza, con desesperación, como si fuera Harry la persona que le diera agua a su mísera existencia vida, ambos se besaban gimiendo, apretándose en un abrazo inquebrantable, comenzando a mecerse juntos, empezaron a sentir el latir contrario como la erección de los dos, hinchadas, duras y esparciendo pequeño liquido preseminal, Harry lo cubrió con sus piernas, atrayéndolo más hacia su pecho para que no se despegara de él, mientras se comían con besos más calientes que al principio. Aquellos sonidos de sus besos se escuchaban en el aula acompañados por los gemidos y suspiros, era inexplicable lo que vivía Harry porque de lo maravilloso que sentía no podía decir una palabra para hacer una excelente descripción. Después de varios segundos largos, Draco se levantó y acercándose a su rostro le preguntó. -¿Puedo bajar tu pantalón?. Harry trago saliva y se lambio los labios, asentó sin pensar, pues su miembro apretado por ambos hervía entre su piel. Draco sostuvo las piernas de Harry, levantándolas con sus manos y apoyándolas en la mesa para que no se cansaran de estar arqueadas, y mientras le abría el cierre del pantalón, le acariciaba el muslo. Lo miraba provocativamente, apasionadamente, mientras se mordía los labios. Harry al instante se encontró con que el pantalón ya estaba fuera de sus piernas, estaba tan pendiente en el calor del cuerpo como del pecho y del rubio que no sabía lo que pasaba a su alrededor, luego vio como Malfoy levantó la cabeza volviendo de nuevo a besarlo mientras empezaba a tocar sus testículos con cuidado de ser rechazado, pero Harry perdió el juicio, rindiéndose por completo a esa delicia, suspirando más, pidiendo a gritos por medio del placer que siguiera, y por medio de esos besos, Draco lo comprendió, y toco mas, toco mas, toco entendiendo con los gemidos desesperantes y deliciosos de Harry, con suavidad pasó a acariciar la extensión del miembro rimando con cada gimoteo volviendo más loco a Harry, más excitante. Draco parecía ser un dibujante experto con aquella tocada, un dibujante que era guiado por cómo pintar, pero por Harry a como tocar justamente donde más le gustaba, lo mismo que una persona que es guiada al hacer un perfecto paisaje. Draco se separó de sus labios para mirarlo mientras le tocaba su parte exquisita, se encontró con aquellos ojos entrecerrados donde se asomaba el verde primaveral que tanto había amado, cautivado por el rostro rojo de Potter y su boca que expulsaba aquel aliento maravilloso y desesperante, los gemidos iban aumentando mientras él le tocaba y tocaba con más velocidad; la mirada de ese joven debajo suyo era anhelante, deseosa. Malfoy amaba cada jadeo que salía de esos ricos labios rojizos. Pero la cosa se volvió más rica cuando Malfoy comenzó a tocar el glande de manera circular por la sensible piel por dónde salía el líquido preseminal algo que volvía más placentero el tacto, Harry abrió los ojos sin dejar de mirar con deseos al rubio que se mecía sobre encima suyo, estaba asombrado por aquel toque, y los jadeos que salían de su boca se volvieron más intensos hasta proferir pequeños gritos, Harry bajó la cabeza, dejando que su cuerpo se arqueara, que comenzara a agitarse entrando más en calor sobre todo por el suéter puesto, disfrutaba como ese rubio hermoso ahora le acunaba los testículos con una mano mientras que la otra estaba ahí en el glande, haciéndolo delirar y que sus muslos temblaran sobre la mesa. Era la cosa más linda y rica que estaba sintiendo, no tenía nada en su cabeza, solo eso, como Draco Malfoy le tocaba y le jadeaba sobre su cara, quería vivir todo, sin que nadie los interrumpiera, quería que esto durara para siempre, era demasiado rico ese placer. Al instante Malfoy dejó de tocar su miembro y paso a sacarse la túnica y camisa, Harry levantó la mirada, lamiéndose los labios por ver lo que pasaba, el slytherin se liberó rápidamente de la túnica, y de la camisa, sacando por completo la corbata, y quedó ante sus ojos; completamente desnudo, su cuerpo era tan hermoso, que parecía un dios del olimpo, un apolo, un cuerpo esculturado que parecía a las imágenes clásicas donde se mostraba el aspecto físico de algún dios. Lo había dejado sin aliento al ver los pectorales del rubio, era perfecto, tanto que tuvo ganas de tirarse encima suyo y lamer todo su cuerpo, Harry quedó sin aliento otra vez con aquella imagen, pero su boca se abrió al ver como Draco se fue abriendo el cierre de su pantalón. También notó como Draco se pasaba la lengua por los labios mientras se bajaba el cierre sin despegar los ojos de él, mordiéndose los labios provocativamente. Cuando se bajó del panteón y su ropa íntima, Harry pudo ver dando un flechazo a su miembro que lucía bien erecto, rozado. A Harry le faltaba el aliento y como no podía controlar la excitación reconociendo que la cosa llegaría lejos, sin pensarlo dos veces, estiró su mano para tocar desesperadamente esa extensión, enloquecido por tocar, sintiendo como sus manos querían arañar su cuerpo entero, deseando como nunca morder sus abdominales. Draco abrió los ojos emocionado al ver cómo Harry estiraba su mano sonrientemente, brindando expresión una súplica por tocar su miembro, ahí estaba Harry acostado en la mesa, semidesnudo, llevando solamente puesto el suéter verde que brillaba con sus ojos haciendo reflejar el dragón dorado en el centro, era una delicia. -Mi amor- salió de la boca de Draco cuando este se acercó rápidamente levantando su miembro y ofreciéndole a Harry, al instante se inclinó cubriéndolo mientras sentía como Harry tomaba desesperado su miembro y comenzaba a masturbarlo. Dándole besos apasionados mientras el lugar volvía a llenarse por los jadeos ardientes, Draco buscó también el miembro de Harry, volviendo a hacer el movimiento sensual que le gustaba. Los besos comenzaron nuevamente, los sonidos, el calor, los jadeos cómo la desesperación de los músculos y fuerzas entre los dos que mientras se masturbaban y subían la velocidad haciendo que sus cuerpos se quemaran, Draco se restregaba contra Harry apasionadamente, brindando movimientos sensuales que hacía que el Gryffindor se arquera más y liberará su miembro para que este pudiera tener un control total de su carne; gemían de placer, los gritos y sus labios estaban más desesperados por comerse con la velocidad del movimiento todo aumentaba. Ambos estaban hambrientos, enloquecidos mientras el acto era riquísimo, la pasión los iba consumiendo, apartándolos del mundo donde pertenecían, de aquel mundo dónde existía la cruda separación, pues esta noche un mundo maravilloso los había unido, y era inquebrantable. Gemían, esa sensación de asfixia y peligro estaba presente, comenzaban a perder la razón y pasaban a amarse el uno al otro a ser uno, y todo iba aumentando con las erecciones de ambos frotándose entre sí por medio de sus manos y debido al vaivén de las caderas. Cuando Draco acrecentó la velocidad otra vez danzando con el dedo sobre el glande, Harry inclinó la cabeza hacia atrás liberando hermosos gritos de gozo, mientras sus ojos se cerraban al sumergirse en ese intenso placer, pero era más caliente al sentir a Malfoy gemir sobre su pecho. Y la cosa se volvió más brillante cuando descubrió una cavidad húmeda y caliente que empezaba a envolver su miembro lentamente, haciendo que abra los ojos lujuriosos al sentir el movimiento suave de la boca de Malfoy ascender y descender sobre su propio miembro. Suave, despacio, llegando a la punta del falo para jugar con la lengua sobre el glande, acariciando jugosamente la hendidura, como si quisiera abrirle moviendo la piel sensible, dejando a Harry completamente delirante, entrando en calor viendo como su cuerpo transpiraba más todavía se abría, perlado en sudor y temblor se tensó. Draco comenzó a mecerse, bajar y subir, hundiendo su boca, engullendo, tragando todo su pene sin dejar de mover la lengua por dentro, y en pequeños segundos quedarse pegado en la pubis oprimiendo el pene entre la garganta, con su mano comenzó a masajear el falo mientras la boca seguía en su hermoso trabajo, Harry gemía de placer, perdiendo el control de su cadera que se movía con el ritmo de todo lo que sentía, dejándose, entregándose más y más, soportado a su miembro tan duro en la boca del Slytherin y comprendiendo que en algún momento iba a estallar dentro de su boca. Pero los gritos no cesaban y su corazón iba a salir del pecho. Draco volvió a repetir exactamente lo mismo, dejando desquiciado a Harry que desesperadamente y concentrado en aquello llevó su mano hacia sus cabellos moviendo la cabeza de Draco casi velozmente para acentuar los movimientos. Pero su mano cayó por la sensación avellante y placentera que vivía su cuerpo como si tuviera una corriente eléctrica sobre si, una corriente llamativa llena de gustazo. Era exquisita. De inmediato, mientras los gemidos de Harry iban aumentando de una manera asfixiante y desesperante, pasó a acoger con sus labios los testículos, abriendo la boca y chuparlos mientras da masajes con la mano al pene. Y llevó sus dedos al ano para darle con sus falanges la estimulación sobre la piel, Harry al sentir ese tacto en ese lugar por primera vez en su vida, levantó la mirada colorado y muy transpirado, viendo asombrado lo que Draco estaba haciendo, sintiendo cómo la mente se volvía blanca y no podía separarse de esa imagen, sabia porque Draco se lo estaba haciendo, pues no era ninguna sorpresa, él conocía algo del tema, pero vivirlo era mejor que una explicación. Vio al instante como los ojos de Draco lo miraba enardecidos de pasión, de deseos sobre él, aquellos ojos grises que antes lucían fríos ahora estaban lleno de lujuria, fugacidad, intensidad, pasión profunda, solo para él, una mirada que le demostraba que quería comerlo, gozarlo hasta el cansancio, amarlo mientras también lo miraba y no dejaba de acariciar su ano. Al segundo de quedarse cautivado y embobado por esa mirada, Draco pareció decir algo, pero por extrañas razones no escuchó sus palabras, quizás el Slytherin no tenía la suficiente fuerza para hablar. Tan hermoso lucia ese momento como un maravilloso sueño incluido por los dioses, donde la elipsis mágica era el sexo. Cuando Draco se inclinó hacia arriba, Harry lo vio, el Slytherin estaba demasiado ruborizado con el cabello mojado por el sudor y aquellos ojos grises brillantes delirantes y magníficos. -¿me das permiso?- preguntó con una voz anhelante, áspera y al no obtener respuesta porque Harry estaba distraído con tal belleza, escuchó la voz del rubio en sus oídos- ¿puedo estimular tu ano con mi lengua?- un enunciado que se perdía ante la desconcentración de su calor y de su aroma. Draco comenzó de nuevo a acariciar sus músculos, haciéndole cosquillas con los dígitos de sus dedos, esperando ansiosamente la respuesta de Harry, tocándolo como si fuera un piano, causando pequeñas risas en el Gryffindor. -si- le dijo Harry lambiéndose sus labios al resistir el calor. De inmediato Draco se hincó de rodillas, sosteniendo las piernas de Harry sobre la mesa, notando como el Gryffindor temblaba, comenzó a darle pequeños masajes en las pantorrillas hasta llegar al tobillo, pero el Gryffindor ya no podía sostenerse, era notable, entonces el Slytherin se inclinó de nuevo hacia arriba y elevó las piernas de Harry, colocando sus rodillas sobre sus hombros, elevando el trasero del Gryffindor un poco, y haciendo descansar sus muslos en su espalda. Harry con esa elevación se sentía en las estrellas. De inmediato, Draco hundió su cara en la dulce piel del ano. Y el primer lengüetazo, suave y llegado, sacó de los labios del Gryffindor el sonido esperado y ansiado, tan delicioso y excitante. El Slytherin comenzó a chupar, liberando más la lengua, casi besar y sellando de besos la flexible piel del Gryffindor mientras masajeaba las nalgas, suspirando y dando gimoteos fuertes, para entonces Harry que ya estaba arqueado por cada vibración y jadeaba felizmente por la palpitación interna de su ano, y más aún por la erección intacta de su suplicante pene que no podía más y sentía el líquido preseminal ardiente caer sobre su vientre. Ya no aguantaba, después de varios segundos maravillosos de esa lengua y aquellos dedos que se abrían por encima de esa piel interna era completamente rico, caliente, delicioso. En ese pequeño lugar, en ese pequeño lugar le estaban dando brillos de placer. Y hasta estuvo a punto de enloquecer por todo el calor, la pasión y el amor internamente, todo esto, querían hacerlo explotar. Los dígitos de Draco dentro de su ano, explorando deseosamente, tenían al Gryffindor con la cabeza hacia atrás en una mueca de placer intensa en su rostro, sentía como su ano devoraba plenamente aquellos dígitos, volviéndose loco por el tacto como también ofreciendo el culo sin pudor alguno, ese punto delicioso que se había vuelto su mundo entero en tan solo unos segundos ,lo tenían sobre la mesa amando el momento y con las manos estiradas, rasguñando los bordes de la mesa, Harry no lo podía creer, la sensación espléndida lo hacían mover la cadera lujuriosamente contra aquellos dedos dentro suyo mirando los ojos de Draco que estaban tan consumidos por la pasión. De tanto placer vibrando por toda su existencia, como ondulaba las caderas contra esos dedos, pidiendo por más y más, viendo cómo su cuerpo se movía gracias a esas maravillas de estos dígitos, Harry se imaginó viéndose por encima de un espejo, así, semidesnudo, rojo de calor, comiendo esos dedos, enloquecido por placer. Y los segundos pasaban riquísimamente, presintiendo que Draco le hablaba por su mente y le preguntaba internamente si le gustaba lo que le hacía, como le tocaba ese punto maravilloso y Harry lo gritaba con cada gemido, pidiendo ser penetrado hasta el éxtasis, una y otra vez que lo embistiera hasta que su alma saliera del cuerpo. Draco con los ojos brillando de pasión lanzando de su boca la palabra “* mi amor te amo, te amo Harry” hasta que la voz cayó sucumbida por el deseo, relajó las piernas de Harry sobre la mesa para después besar sus muslos, asomándose entre el interior de estos, tomando su pene y dirigirlo a su ano. Harry ansioso levantó la cabeza para ver, forzando un poco el cuello, encontrándose con la mirada roja del rubio que empezaba jadear y respirar más fuerte todavía mientras el pecho le latía como si quisiera escapar atravesando el tórax, lo mismo que el suyo. Mientras sentía como una fuerte y dura extensión gruesa se introducía ardientemente en su interior, lentamente con mucho cuidado, haciéndolo jadear gustosamente emocionadamente y lanzándole un beso a Draco desde lejos. El rubio cerró los ojos y se mordió los labios fugazmente disfrutando entrar de poco en poco en ese estrecho lugar, amándolo a corazón completo, mostrándole a Harry con su mirada y expresión que entrar ahí era lo que tantísimo había querido hacer en su vida. Era demasiado notable el fuego en su pecho, la tensión de sus muslos, la porcelana de su piel fuerte, justamente surgía de su interior el fuego ardiente de la pasión que ponía rojo su piel. Harry lo devoraba con sus ojos y miraba como a poco iba su miembro entrando. Esa extensión maravillosa y bien gruesa abría todo, hasta dar algo de dolor; pero a Harry no le importó; pues el calor molesto e insoportable venía del suéter que todavía tenía, aquello que lo presionaba en el vapor y no dejaba que se liberara ante el momento. Fue encantado de como Draco había apoyado la cabeza en su pierna transmitiendo ese calor pasional y escuchando sus gemidos más fuertes, rigurosos, desesperados como si quisiera contenerse de darle duro. Esa erección estaba muy pulsante, vibrante y era magnífica sentirla, de inmediato su boca se abría signo de que parecía querer devorarla, mejor dicho, que su boca la devoraba. Harry volteó de nuevo la cabeza hacia atrás, logrando esos sonoros gemidos que se perdían en forma de eco sobre la sala, liberando más la tensión de sus muslos cómo del torso, respirando más profundo, estirando el suéter en un intento desesperado de sacárselo de encima. Recibió la primera estocada de la llegada exacta sintiendo la piel caliente del pubis de Draco casi cerca de sus nalgas, muy cerca de él y viéndolo tragar aire fue el clímax llegando su cuerpo, magnífico. Draco se daba más pasó, esta vez presionando los glúteos de Potter con sus manos en contra de su miembro y así llegar a más lejos, más adentro, más profundo, hasta que embistió cayendo gozosamente en el cuerpo de Harry, rendido ante él, sobre su pecho quien se relamió los labios, entregando el ano a la vez que consumiéndose de pasión profiriendo un gemido placentero; era maravilloso cuando sintió las uñas de este clavarles en la cadera como un punto final de que había llegado a dónde quería y que comenzabas las estocadas. Y tal como lo había pensado, Draco empezó a mecerse y embestir arriba suyo, temblando, jadeando desesperadamente como si estuviera muriendo de felicidad en sus brazos, delirando a Harry por cómo sus caderas chocaban una y otra vez contra sus nalgas trayendo de regalo a aquel miembro exquisito y completamente que comía su interior mientras se movía una y otra vez, era una delicia, Harry sentía que mamaba con su boca ese miembro por eso movía sus labios al compás de las embestidas, al gemir se liberaba, rodeando a Draco con sus piernas, cubriendo su cadera, para que se uniera más y más.. Comenzó a moverse acaloradamente con los movimientos de Draco, llevando sus ambas manos a la espalda del este para abrazarlo, para darle un mensaje explícito de que le gustaba la existencia de esa virilidad dentro suyo, aquella que entraba y le golpeada todo adentro, cuando sintió que su corazón saltaba de alegría se impresionó de que nunca en la vida habría pensado que con Draco estaría en una posición así, haciendo el amor sobre una mesa con las piernas rodeando la cadera del Slytherin y gimiendo por él. Sentía también los mordiscos que le daba Draco mientras lo penetraba aumentando la velocidad y se derritió al sentir como este lo abrazaba oprimiendo sobre él. Casi perdió la razón, casi perdió el control de su cuerpo. -Te amo. Le dijo en su susurro desesperado… sintiendo otra emoción ardiente que lo dejaba sin aliento, con tan solo una palabra única y verdadera. Draco se arrastró subiendo a la mesa, uniéndose a él ,abrazándolo nuevamente, llegando más, pasándole de altura, cubriéndolo con todo su cuerpo y logrando que Harry se derritiera al ver lo hermoso que era, Draco jadeaba mientras lo penetraba maravillosamente, volvió a besarlo, devorando su boca, mordiendo sus labios, atrayendo con su mano la cabeza para entrar más en esa hermosa cavidad, sintiendo el aliento del Gryffindor y su misma respuesta , se fue fundiendo en su cuerpo, comenzando a perder el control de las embestidas, causando encantadoramente que Harry buscará más contacto en ese abrazo mientras abría las piernas y se arqueaba para recibir más golpes en ese punto sagrado. Harry daba gritos desesperadamente, haciendo que Draco se separara para mirarlo y sonreírle al verlo tan maravillado mientras bajaba la mirada por ver cómo su miembro apretado por los dos, bailoteaba ardiendo y sufría por la increíble erección. El calor que ese suéter le daba era insoportable. Y de inmediatamente Draco recibía en carne viva todos sus gritos y disfrutaba de como Harry miraba su miembro punzante gritando por estallar, y fue exquisito para sus oídos escuchar las súplicas deseosas de este lleno de placer, que le pedía que por favor le masturbara el pene o que le mamara hasta siempre, pues no podía más, tanto era muy… ni él lo podía explicar. Pero Draco quería seguir, seguir viendo los ojos verdes de Harry brillando de lujuria, entonces con sus manos desesperadas y cubiertas de calor, tiró del suéter y se lo saco viendo cómo este más se movía ante esa liberación, como si fuera un pájaro ante su primer vuelo, al segundo se inclinó hundiéndose sobre el cuello del Gryffindor. Harry estaba muy caliente, con el cuerpo rojo y brillante su hermoso torso se tensaba cada vez más, el Slytherin comenzó a besar su pecho, morder su carne, arañar, mientras su boca se trasladaba besando acariciando con sus manos, jugueando, dejando su saliva, mordiendo sus tetillas. Harry en su impulso acariciaba el cabello amando y jalando todo los mechones, adorando sus oídos, sus hombros impregnados por el agua en sudor, mientras disfrutaba a pleno las estocadas que venían y venían cada vez más, derritiendo su cara de calor..Draco volvió a elevarse de nuevo sobre él, uniéndose a su cuerpo, oprimiendo deliciosamente, y embistiendo más fuerte que frotaba su vientre con el miembro del Gryffindor, viendo cómo este desesperando cayendo en delirio daba un quejido envuelto en gemido, rindiéndose de nuevo a ese abrazo y abriendo sus brazos para abrazarlo pues sentía el orgazmo por explotar, tanta sensación maravillosa, tanto calor, tanto amor le hacía largar al aire desde el alma mientras su corazón saltaba del pecho al sentir como Draco rozaba la erección latente contra su veinte, una y otra vez, una y otra vez, sentía como el líquido caía y caía y sufría por liberarse. Sus cuerpos sudaban, haciendo chasquidos entre la piel al ritmo de los movimientos. Habían perdido el control mientras se movían, comiéndose a besos, entregando la lengua hasta la garganta ,fundiéndose en un profundo abrazo, disfrutando de como la unión interior estaba mojada y cada vez que la sentían ardiente, se arañaban entre sí, Harry debajo suyo, cubierto por el calor del cuerpo del rubio, acariciaba su espalda desesperado mientras gritaba de placer, brindando sus gemidos hacia los labios de Draco que los devoraba hasta tragarlos en el pecho sabrosamente, sintiendo como si devorase al Gryffindor, escuchando sus propios testículos golpear las nalgas sudadas de Harry, los sonidos que salían de sus labios se ahogaban y combinaban con la unión desenfrenadas de sus lenguas ardientes, mezclando el aliento, el sudor, juntando la respiración, Harry era tan pequeño estando debajo de Draco que lo cubría con su mismo rostro, estaba más colorado y transpiraba emitiendo gemidos desconocidos que salían desde las más profundidades de su pecho, gritos que nunca habría imaginado expresar, había perdido el juicio y tenía sus tobillos en el trasero de Draco, empujándolo para que entrase más aunque no era necesario porque la pelvis de Malfoy daba un excelente ritmo mientras lo penetraba. Otra vez Draco lo fundió en un hermoso abrazo, una vez más y por debajo de su espalda tocó sus nalgas moviéndolas suavemente, acariciándolas, y cuándo Harry fue consciente de que la mesa en donde estaban acostados crujía y se mecía también; notó como una mano caliente envolvió su miembro sintiendo de repente que Draco embestía desesperadamente, mucho más fuerte sin parar, hundiéndose en su pecho y gimoteando como un loco, largando esos hermosos gritos hacía los oídos de Harry fue un hermoso deleite, rico y candente para que Harry pataleara sobre la mesa, pero que de inmediato volviera a sostenerse de las nalgas de Draco porque su cuerpo no le permitía separarse, deliraba de placer, y empezó a sollozar, a prolongar largos gemidos. Mientras sentía como la mano del rubio sacudía su miembro moviéndolo en una deliciosa estimulación, tirando de él sin parar de embestir, mezclándolo con el líquido preseminal que salía y brotaba, todo era caliente, que Harry empezó a gritarle que si, que si una vez más, que así, así, así, y así, una vez más y otra y otra, que no se detuviera, que nunca lo hiciera, y las palabras te amo, te amo, te amo, salían de su boca tan fuertes y delirantes pero sinceras. -Si, mi amor- lloriqueaba arriba de su boca sin parar de gemir, parecía que estaba asfixiado y su pecho a punto de explotar- ahí lo tienes cosita linda, ahí lo tienes, ahí lo tienes- volviéndose a derrumbarse sobre su rostro mientras sus manos estaban unidas y apretaban el suéter verde que había quedado a un costado- te amo, te amo, te amo. No podía aguantar más ocultando lo que siento por ti… ya no podía más… Y en ese momento del miembro de Harry salió disparado su semen que impactó contra su pecho. Gritó tan fuertemente que Draco vio con los ojos estrellantes como su garganta parecía querer romperse hasta querer quebrantar el pecho. Harry se retorcía debajo suyo, disfrutando de su orgasmo, reclamando más y más con los ojos cerrados, llorando al igual que él, desquiciado, mirando al rubio con el rostro rojo de pasión por los entrecerrados de sus ojos, y notando cómo este bramaba un gemido prolongado y se detenía para de repente presionar y entrar más hasta quedar clavado, clavado en su interior, al segundo sintió como de su miembro vibrante expulsaba su semen ardiente, delicioso, que lo dejó exhausto y liberando el llanto más todavía; mientras Harry abría los ojos para mirarlo, completamente satisfecho y tirado en esa mesa entregado a sus brazos. Draco cayó sin palabra alguna en su regazo, temblando todavía y respirando profundamente, agitadamente Harry no movió ningún músculo en ese segundo solo contempló su calor maravillante, mientras que las lágrimas de ambos caían, estaban…estaban… Hasta que varios minutos después, Harry levantó la mano y comenzó a acariciar su cabello, con la vista perdida y vivida del momento, respirando sobre su mejilla, sintiendo como el rubio besaba suavemente sus labios pues él había quedado demasiado rendido y exhausto pero más enamorado que la primera vez y lo único que se escuchaba era el latido de sus corazones. -Te quedó…lindo el suéter verde…de dragón - le habló en voz baja en sus oídos- te amo. -Yo también te amo- expresó lo primero que salió de su boca, acordándose de la existencia de ese suéter- y a partir de esta noche te llevo en mi corazón. Fin
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