ID de la obra: 1015

¿Desde cuando el león no se come al ave?

Slash
NC-17
En progreso
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Maxi, escritos 110 páginas, 64.056 palabras, 18 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
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Prólogo

Ajustes de texto
Era ese momento del año escolar de nuevo. El ingreso de los nuevos estudiantes de primer año en el Night Raven College, donde los otros estudiantes de grados superiores se encontraban con sus atuendos ceremoniales alrededor del gran Espejo Oscuro. Los Lideres de Dormitorios encabezaban cada uno de sus grupos con la atención puesta en los ataúdes levitantes alrededor de la sala, no había un número establecido de cuantos nuevos estudiantes entrarían a cada Dormitorio, solo un estimado. Uno a uno los ataúdes se abrían con la llave especial, revelando a las nuevas caras que compartirían ese nuevo ciclo escolar con los residentes actuales, el Espejo veía las características de sus almas como si no fueran cosas privadas antes de darles su casa asignada. Crowley sonreía de oreja a oreja con ese típico aire de “Director amable” señalando el camino a los de primer año para subir la escalinata y bajarla, indicando al Líder del respectivo Dormitorio alzar su mano para recibir al nuevo alumno. El silencio se hizo cuando se abrió uno de los últimos ataúdes, de su interior salió un chico que atrajo de inmediato miradas curiosas y cuchicheos. Sus ojos azul tan claros como el cielo despejado miraron sin altives al director, lo leves rulos de ese cabello de un singular rosa pálido se meneó al subir la escalinata, deteniéndose. Aún con la capucha puesta se le podía notar su piel nívea. —Interesante. La voz profunda del Espejo retumbó en la Sala de los Espejos, el silencio se volvió casi una regla no escrita para apreciar el momento. —Di tu nombre. El chico respiró profundo cerrando los ojos, decir su nombre en voz alta no haría la diferencia. Tarde o temprano los demás relacionarían su nombre con su linaje o por su apariencia de una belleza exótica no vista con anterioridad, consecuencia de su pueblo tan cerrado a lo desconocido. —Haul Akarrava Los murmullos no se hicieron esperar. Ese apellido era conocido no por influencia en el mundo, ni por ser de alguna familia millonaria. Era un príncipe, si, de un reino que se negaba a abrirse al mundo por su pensar tan arcaico. —La forma de tu alma es… digna de Pomefiore, pero — Crowley tuvo que pedirle a los Líderes hacer callar los susurros causados por las palabras del Espejo— También es digna de Scarabia ¿Hmm? Una de las cuencas del Espejo alzó una ceja invisible, mantuvo su semblante sobrio antes de dictaminar a donde pertenecía su alma. —Ya veo… la forma de tu alma es fuerte, perseverante y con temple de acero— con voz omnipotente anunció el veredicto final— ¡Savanaclaw! Los ojos de la mayoría se abrieron en asombro, otros por la impresión de oír como ese chico “alien” a la sociedad moderna era digno de tres Dormitorios. El Espejo guardó silencio después de recibir las gracias de parte del chico, él se bajó a paso medido como si fuera una magnifica ave de piernas largas pasando entre juncos en busca de algún pez. Crowley le señaló por donde estaban los estudiantes del Dormitorio a donde pertenecería el chico, así el director giró con teatralidad recibiendo al siguiente alumno. Los murmullos regresaron al aire cuando ese segundo chico subió, pero Haul siguió de frente hasta formar parte de las filas de Savanaclaw. Con una inhalación profunda controló su lengua al escuchar palabras algo ofensivas de los otros estudiantes, más sobre ser una “cara bonita” y no entender como él podía ser digno de estar en el Dormitorio donde lo más importante era la fuerza bruta. Los ojos azules cual cielo miraron al frente, desviándose solo un poco cuando la mirada desconfiada y algo molesta de un par de iris verdes se posó sobre él. Mantuvo el peso de esa mirada de soslayo por un poco más de cinco segundos, Haul sonrió para sí mismo cuando el primero en desviar la mirada no fue él sino el otro. Otro par de ojos de un gris azulado buscaron la mirada de los azules cielo, se miraron unos pocos segundos por igual, solo que esta vez Haul fue el primero en desviar la vista cuando el dueño de esos iris grises azulados sonrió socarrón. —Tch. Fueron las únicas palabras dichas por Haul, esperó paciente el termino de la ceremonia de inicio en silencio.
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