Capítulo 8: Deseos
21 de septiembre de 2025, 5:31
Izuku abandono el cuarto de primer año un poco somnoliento y sorprendido del silencio a su alrededor. Bajo el pequeño árbol que decoraba la sala común de Slytherin, habían un par de regalos con su nombre, se apresuro en tomarlos y se aseguro ademas de guardarlos dentro de su baúl, los abriría después. Una vez que se cambio el pijama, decidió subir al gran comedor. Se sorprendió un poco al llegar y encontrarse la falta de las largas mesas que dividían a las casas, ahora en cambio se habían dispuesto mesas mas pequeñas y estrechamente cercanas, en una de ellas estaba sentado el director y los profesores, ninguno de ellos había abandonado el castillo para navidad según noto.
—Me alegra saber que todos estamos compartiendo este día especial, juntos—el pequeño director que ganaba altura en su silla sentándose sobre un par de libros, levanto su copa en el aire—Feliz Navidad—agrego, mirando a los estudiantes y respectivamente a los profesores.
El único que siempre se mantenía enigmáticamente serio, era el profesor Aizawa. Al que Tenko, en una mesa diferente, no dejaba de mirar ni se esforzaba por disimular su desagrado hacia este. Vio a Toya darle un codazo, distrayendolo un momento de lo que estaba haciendo.
—Feliz navidad, Midoriya— aunque la hubiera reconocido por su voz, fue el «Ribbit» al final de la frase, que delato a Tsuyu. Izuku volteo hacia ella, que acababa de llegar y ocupar el ultimo lugar libre de la mesa que había elegido.
— Feliz navidad Asui —correspondió un poco sorprendido.
—Tsuyu, dime Tsuyu —cambiando el aire serio con lo que lo dijo, a una sonrisa suave.—La abuela pensó que lo ideal seria quedarme para navidad, no se equivoco Ribbit —al igual que el y la mayoría de los estudiantes, llevaba la ropa muggle mal combinada.
Después del desayuno, Izuku se apresuro en ajustarse la bufanda, en acomodar los dedos bien dentro de los guantes y se dispuso a caminar hacia la salida, quería llevarle lo de siempre a Hedwig, antes que se apareciera ululando ofuscada para picotear los dedos o decidiera que era mejor ignorarlo como parecían estar haciéndolo todos aquellos, en los que había pensando era bueno depositar su confianza. Es decir, en los miembros de su propia casa.
—Hey Izuku, ahí estabas—arrugo el entrecejo, fijándose mas en las remarcadas ojeras de Tenko, mas que en su jersey tejido con la inicial de su nombre.—Feliz navidad
—Izuku—chan nos abandono—dramatizo Toga con sentido sentimiento, su cálido abrazo lo reconforto y la actitud amigable de Tenko, igual que siempre, parecían que pudiera hacerlo olvidarlo todo.—Feliz navidad—dijo, seguidamente de—¿Dabi se disculpo ya contigo? ¿Por eso ya no vienes con nosotros?—sus preguntas dieron un sobresalto a Tenko, que en cuanto Toya se paro a su lado para decirle algo, se giro bruscamente hacia este.
—¿Que le dijiste a Izuku?—Toya miro a Izuku, frunciendo su ceño, se lo veía enfadado.
—Te fue con cuentos ya, veo—lo miro altivamente.
—El no me había dicho nada, te estas comportando como un imbécil de nuevo—continuo Shimura.
La sombra oscura sobre el Todoroki supero incluso a las bolsas debajo de los ojos de Tenko. Se precipito sobre Izuku, que retrocedió sobre si mismo, Toga abrió la boca sorprendida, Jin aparto a la chica que le pareció iba a quedar en medio de una pelea, mientras que Iguchi se abalanzo sobre Toya pero Tenko le gano.
—Estas sobrepasando los limites de vuelta, Todoroki—articulo Tenko.
Toya bufo en respuesta, no se había dado cuenta que en algún momento cuando fue sobre Izuku, había levantado su puño y que por el lado contrario, Izuku había optado por una postura defensiva, cubriéndose la cara como si esperara de antemano que tuviera la intención de golpearlo. Años de repeler la magia accidental de Kacchan lo habían echo calcular y anticipar la distancia correcta donde no pudiera alcanzarlo, al menos no de inmediato y eso le dio espacio al azabache para interponerse entre ambos.
—¡Maldita sea! ¿Te estas poniendo de su lado?—pregunto furioso.
—¿Estas bien Izuku?—Tenko lo ignoro, lo que hizo que Toya se diera la vuelta y se marchara ofuscado por el lado contrario.—Ya paso, todo esta bien—el menor bajo lentamente sus brazos, encontrándose con su mirada preocupada.
—Lo estaré, es normal—dijo. Tenko se vio furioso, pero Izuku se dio cuenta que no era por el.
—No lo es, no hagas mucho caso de ese idiota, ¿por que no volvemos todos a la sala común?—pregunto, mirando su alrededor, Toga todavía estaba protegida bajo alguna clase de barrera, que eran los brazos de Jin abrazándola desde atrás, mientras que Iguchi pudo ser capaz de volver a respirar, tomo tanto aire de repente que empezó a toser.
—Oh, el esta muriendo, te daré palmaditas—Toga se salio de los brazos de Jin y empezó a darle palmaditas a Iguchi, que había cambiado su rostro al de un lagarto—¿mejor?—Iguchi negó, la chica continuo dándole palmaditas.
—¡El esta perfectamente bien, no se morirá por un poco de tos!—Jin hizo un gesto con su mano.
Toga se giro para verlo, sin querer acelero las palmadas sobre la espalda de Iguchi, ganando también en fuerza por lo que este empezó a toser por eso—¿Estas seguro? ¿Que pasaría si muere si dejo de darle palmaditas?
—Averigualo por ti misma—Iguchi emitió un sonido agudo, incapaz de defenderse o pedir ayuda.
Tanto Tenko como Izuku estaban soportando reírse por la situación que se suscitaba delante de ellos. Finalmente, después de que Toga y Jin dejaran de intercambiar diálogos, la chica considero que Iguchi ya estaría lo suficiente curado con su ayuda, lo miro, todavía tosiendo. Parpadeo ligeramente, suspiro.
—Seria mejor llevarlo a la enfermería, solo empeoro
—Tu... crees—dijo Jin, que ya por fin se había percatado de la situación, alcanzaron a ver que Iguchi asintió con el cuerpo medio doblado.—Supongo, si, seria lo mejor revisar que no se le hubiera pegado viruela de Dragón o algo.
Al principio no lo sospechaba, pero todas esas veces que lo vio escabullirse por el pasadizo, esperando ansiosamente que fuera el toque de queda y que la oscuridad se blandiera por el castillo como un gran manto. Izuku fue aunando mas profundamente el sentimiento de que algo andaba mal con Tenko, cuando le preguntaba cualquiera de ellos si estaba bien, sus respuestas eran evasivas, cambiaba el tema, los ignoraba a propósito. Las orejas profundizándose sobre sus ojos, tenia que averiguar que pasaba.
Así pues una noche, de esas tantas en las que se escabullía, decidió seguirlo. Tenia miedo de ser atrapado, era un echo, con el celador Rikiya, Aizawa y AFO que quizás ya habría abandonado el bosque prohibido, cualquiera lo tendría. Salio del cuarto de primer año y avanzo hacia la sala común, justo antes de salir por el pasadizo lo noto, esa tela era diferente a cualquier otra y yacía tirada sobre el suelo, dejada como si nada. La capa de invisibilidad, miro su alrededor con mucho cuidado y se zambullo bajo la capa.
Se suponía que Tenko se había decidido por inspeccionar todos los libros de la sección prohibida de la biblioteca, así que sin saber sin realmente lo encontraría en ese lugar, se encamino hacia allí esperando poder alcanzarlo. El camino era largo, pero menos problemático por las noches descubrió, por lo que no tardo tanto como supuso. Se fue guiando en las penumbras, temeroso de que alguien pudiera ser capaz de verlo bajo la capa. Al igual que la noche que se encontraron con Fluffy, Izuku tuvo que desviar el camino y meterse por la primera puerta que encontró tras esquivar a la señora Norris que rondaba muy cerca de la biblioteca.
Permaneció de espaldas al salón donde se había metido, bajo la capa y se mantuvo pegado de frente contra la puerta, no quería voltear, tenia miedo de encontrarse otro perro.
—¿Izuku...?—la capa se deslizo, estaba encogido sobre si mismo, abrió un ojo y se medio giro.
—Tenko...—murmuro, ambos sorprendidos del otro.
—No debiste seguirme, incluso con la capa es peligroso—regaño el otro, lo estaba observando con poca gana, noto como su atención se desdibujaba hacia otro lado.
Busco y lo encontró. En el centro de aquella aula aparentemente abandonada, había un espejo de al menos dos metros, era ancho, de aspecto antiguo. Mas de cerca se pudo fijar en los acabados tan bonitos y únicos del marco.
—Así que...—Midoriya no continuo, hubiera echo una errónea observando sobre lo que atraía tanto a su amigo de ese espejo. Porque sabia que no era vanidad, ni estaba allí porque también se escondió. Dedujo demasiado rápido que estaba pasando pero no terminaba de entenderlo del todo.—Esto es...
—¡Lo se!—exclamo Tenko, que se paro a su lado. Izuku giro a verlo.—Mira, esos son mis padres, mi hermana...—Izuku desvió la mirada lentamente hacia el reflejo—una de las tantas noches que me cole a la sección prohibida, escape de Peeves, estaba molestando a Rikiya y lanzo algo del aire, creo que se dio cuenta que le dio a alguien, estaba bajo la capa. Escape y termine aquí... entonces los vi...—había una profunda tristeza en sus ojos, pero cierto brillo especial—están todos, atrás de ellos puedo verlos ¿Mis antepasados?—en particular una bruja que rodeaba los hombros de su padre, tenia el mismo lunar que ella.
—Tenko...—llamo, pero este estaba tan absorto en lo que veía, que no le presto su debida atención.
Guardo un largo silencio en respeto, no sabia explicar que no podía verlos. Leyó una inscripción grabada sobre el borde superior, sin entender que decía, pensando que quizás era algo muy importante. Que podría explicar porque cada persona veía solo su reflejo y algo mas, en su caso, el deseo oculto en lo profundo de su corazón, le asustaba saber que quizás ese espejo estaba jugando con los sentimientos imposibles. Lo creía siniestro, así que se fijo en Tenko, trago. Sabia una cosa muy importante entre lo que desconocía, nunca mas quería volver a verse reflejado en ese espejo.
—¿Iras de nuevo esta noche?—las siguiente y las siguientes, habían sido iguales. Cada vez que interceptaba a Tenko, este parecía ser jalado por una fuerza mayor que sus pequeños brazos de primer año.
—A la biblioteca, si...—aseguro Tenko muy lentamente y como un impedimento que Izuku lo siguiera, esta vez estaba asegurando muy bien la capa sobre su brazo—¿Me cubres, no?—el pecoso asintió. Que otras opciones existían.
Era el único que lo sabia y vaya que cada noche había intentando disuadirlo, hacer algo, pero Tenko parecía simplemente hechizado por ese espejo. Incapaz de entender razones, incapaz de mirar a su alrededor. Se sentó en el sofá frente al fuego, su amigo ya se había ido, las llamas se reflejaban sobre su ojos. Suspiro, se preguntaba si ese espejo estaba roto o simplemente mostraba lo que uno deseaba. Negó repetidamente con la cabeza, imposible, el no deseaba para nada lo que había visto o al menos no le parecía creíble que sucediera.
Una voz lo saco de sus pensamientos, volteo y se encontró con Toya. Era la primera vez que lo veía directamente y que le dirigía la palabra después de provocar intencionalmente que se peleara con Shimura. Intento ignorarlo, seria mejor si solo se iba al cuarto de primero, había tomado la decisión de que tenia que hacer algo por Tenko, pero simplemente nunca reunía el valor.
—Te estoy hablando—dijo el otro, Izuku bufo, se levanto. Toya detuvo su andar después de tomarlo del brazo, se zafó inmediatamente de que lo hizo.—¿Donde esta? No esta su capa y menos el mapa, lleva varias noches que se escabulle de la cama, note que siempre estas aquí—no se atrevió a verlo a los ojos—ni siquiera me puedes ver, estas recordando la mentira que tienes que decir, ya no va a servir que esta esperando en algún rincón bajo la capa, para pillarme y asustarme, estamos peleados por ti—dijo directamente, no le gustaba atormentar chicos de primero, pero en su mente Midoriya se lo estaba buscando.
—No lo se, no te incumbe—lo acorralado contra el sofá, el pecoso frunció el ceño, aunque estaba temblando.
—Claro que me incumbe, Tenko es mi amigo no el tuyo, eres solo alguien que.... Le esta buscando problemas que no necesita—agacho la mirada, eso había dolido como todo lo demás, quizás tenia un punto, quizás Tenko solo lo estaba utilizando para que lo cubriera, se mordió los labios, el Todoroki lo noto. Por lo que se hizo un poco hacia atrás, pasándose la mano por el pelo con exasperación.
—No importa, eso no cambia el echo de que ni tu ni yo podemos ayudarlo—aprovechando que ahora tenia espacio, se escabullo hacia un lado, lo rodeo, tratando de evitarlo tanto como pudiera—¡Te hechizare si no me dejas en paz!—amenazo y la sorpresa de Toya, lo vio huir en medio de la noche, a simple vista por el pasadizo.
Por otro lado, Tenko allí estaba, absorto como tantas otras noches anteriores frente al espejo, en la imagen de su joven familia. Su madre, su padre, que raramente su reflejo sonreía y su hermana entre ellos, justo aun lado de donde su reflejo encajaba. Le gustaba jugar a adivinar quienes serian aquellos tantos otros a sus espaldas, dudas no tenia acerca de la mujer que siempre se aparecia junto al otro lado cerca de su padre, siempre sonriente, joven también como si la muerte se la hubiera llevado mucho antes de lo que debería. Era su abuela, no había duda, ahora entre toda la multitud difícilmente sabría interpretar quien era quien. Pero estaba feliz de poder conocerlos.
—Veo que, como tantos otros antes de ti, descubriste el enigmático encanto del espejo de Oesed— Tenko se levanto de golpe, estaba sentado frente al espejo sobre el suelo y cruzado de piernas. Su capaz yacía desparramada a un lado, mientras que el mapa de papel de pergamino estaba bien metido y oculto en un bolsillo dentro de sus pantalones. No lo había notado llegar, quizás, siempre había estado allí entre las sombras esperando que volviera a visitar al espejo para sorprenderlo.
—Profesor Nezu—se puso de pie con rigidez, era la primera vez que se encontraba con el director del colegio desde que ingreso a Hogwarts. Estuvo allí su primer año, cuando el sombrero seleccionador lo coloco en Slytherin tras un largo debate. A la distancia, mientras se reunía con su nueva casa, le dedico un brindis y le sonrió, pese a todos los demás rostros que juzgaban murmurantes, sobre el ingreso del niño que vivió a la casa del perpetrador de la cicatriz en su frente.
—Yo, yo no, profesor...
—Oh no, puedes estar tranquilo—el pequeño director se acerco solemnemente hacia el azabache—supongo que averiguaste que es lo que hace ¿No?
—Te muestra lo que ¿Quieres?
—Si y no.
Se giro hacia el espejo, pareciendo por primera despierto en muchas noches—mis padres, mi hermana... ellos están muertos—asumió por primera vez, sonriendo con tristeza.
—Durante décadas el hombre mas feliz del mundo se vería solo a si mismo, sin embargo, este espejo ha mostrado el deseo mas profundo de nuestro corazón a quienes hemos perdido a nuestros seres queridos o anhelamos la gloria y aquello presumiblemente inalcanzable—consintió, parándose justo a su lado— me temo que, has pasado demasiadas noches frente a el para notar que puede ser muy peligroso dejarte ser absorbido por el y olvidarte de vivir.
Miro hacia el espejo una ultima vez, se giro de regreso al profesor Nezu—puedo preguntarle, señor, ¿Que es lo que ve usted? Sin animo de ofenderle.
—Un par de calcetines, puedes creerme que es otra navidad sin encontrarlos debajo del árbol—medio enserió, medio en broma, Tenko no se iba a quitar de la cabeza que quizás el director no quería decirle la verdad de lo que veía.—Debo pedirte que esta sea tu ultima noche con el, cambiara de casa mañana de todas maneras y me gustaría que me prometas que nunca lo buscaras. Concentrate en vivir, Tenko, tienes buenos amigos que se preocupan por ti. Aunque ya había advertido de ti con el espejo, el señor Midoriya fue fortuito al acudir a mi.
Así lo hizo, así como las anteriores noche no podía quitarse la idea de pasar otro segundo lejos del espejo, Tenko se esforzó por alejarse de este, guardo la capa y el mapa en el fondo del baúl, bajo una pila enorme de libros de segundo año que todavía conservaba. Trato de concentrarse en vivir, en que eso era lo mejor que podía hacer para si mismo entonces, empezando por volver a amigarse con Toya, a quien encontró en la sala común esa misma noche que charlo con el profesor Nezu.
—¡Ahí estabas, tienes idea de que...!—no le dio chances de terminar de regañarle o darle un discurso, cuando simplemente dejo ir su cabeza sobre el hombro del pelirojo. Que frunció su entrecejo y lo abrazo.
El día siguiente, cuando las vacaciones finalizaron y los estudiantes volvieron paulatinamente a rebozar Hogwarts con su algarabía, el espejo trataba de ser en la mente de Tenko un recuerdo borroso. Aunque no podía negar que se vio tentando a buscarlo, como las otras tantas noches anteriores, aunque no sabría realmente por donde empezar. Sin embargo, urgían asuntos mas urgentes que los reflejos de sus familiares en un espejo antigua, convencido ahora mas que nunca que no volverían de ninguna forma.
El Director Nezu le había dado esa noche información valiosa acerca de Izuku y necesitaba hablar con el, pero en su impresión estaba demasiado poco inaccesible. Se lo encontró durante las primeras horas de la mañana, en el comedor, pero apenas intercambiaron un par de palabras, mientras lo ayudaba a recoger los pedazos de salchicha que llevaba como de costumbre dentro de una servilleta.
—Izuku—llamo, este se detuvo muy lentamente, alzo la mirada, esta le era muy diferente a lo habitual. Se lo notaba triste, Tenko se sorprendió un periodo muy corto de tiempo.
—¿Ya estas mejor?—-pregunto el pecoso, que se aparto ligeramente y desvió la mirada.
—Me preguntaba si...—se apresuro en asentir en confirmación a su pregunta—¿Tu estas...?
—Me alegro, yo tengo algo de prisa, sabes, Hedwig se molestara—lo esquivo de manera torpe, Tenko suspiro. Darle su espacio por el momento había sido prudente, mientras debatía si todo esto no tenia que ver con Toya, de nuevo.
Poco después del medio día, durante el receso, las mismas caras de siempre estaban reunidas cerca de una de las estanterías de la sala común de Slytherin. Ahora que el numero de estudiantes era mayor, el lugar frente al fuego ya había sido absorbido nuevamente. Toga, Iguchi y Jin escuchaban en silencio el relato de Tenko.
—Eso fue lo que paso, me siento tan avergonzado por dejarme engañar por ese espejo—agacho la cabeza—no podía parar...—se miro con Toya, Toya ya lo sabia, pero escuchar su relato de nuevo, lo llenaba de impotencia. Estaba serio, nadie nunca recordaba haberlo visto con esa expresión en su rostro.
—Tenko, ¿Te encuentras bien ahora?—pregunto Toga, que se sentó en el suelo, abrazándolo, Tenko froto la mano de la chica sobre su hombro.
—Si hubiera tenido al menos una idea, ese mocoso no...—gruño finalmente Toya, todos los ojos se precipitaron sobre el.
Iguchi, que había estado profundamente arraigado en silencio, finalmente abrió la boca— ¿A quien te refieres?—pregunto.
—Midoriya, claro—dijo sin mas Toya—Jin y Toga abrieron la boca sorprendidos.—Todo este tiempo, ese cabrón lo sabia y no nos dijo nada ¡Puedes creerlo, después de que...!
Hicieron silencio, solo el estaba de espaldas a Izuku, que acababa de salir del cuarto y se dirigía a la sala común, ya casi comenzaba su clase. No tuvo valor para mirarlos, le picaban los ojos, pero aun así continuo y avanzo.
—Hey, Izuku—llamó Toga, que había ignorado cualquier cosa que estuviera tratando de decir Toya, pero el pequeño peliverde la miró aprensivo, apretó la tira de su mochila, se apresuro en abandonar la sala común antes de que Tenko intentara arrastrarlo con todos ellos de vuelta.
—No tiene caso Toga, sabe muy bien lo que hizo y tiene mi respeto por sentirse jodidamente avergonzado por eso—escupió el Todoroki. Enfurecido.
—¿Por que?—Tenko se puso de pie, mirando profundamente a Toya—¡¿Por que sigues actuando así?!—cuestiono severo. Toya parpadeo confundido.
—A ti que te pasa, ¿Como que porque? No sera porque fue siniestro no decirle a nadie, que estabas embrujado por un espejo—alzando su voz.
Tenko enarco una ceja, se descolgó de los brazos de Toga, que había quedado deprimida porque Izuku la ignorara y se enfrento directo a Toya.—No sabes una mierda evidentemente, en cuanto lo averiguo, aun cuando tenia miedo fue a verme.
—¡Fue a ver como te hundías lentamente hasta la locura! Hizo que nos peleáramos.
—¡Eso lo haces tu mismo!—replico.
—¡Podría decirme y hacer algo, pero prefirió guardárselo!
—Ya entiendo—se sonrió—¿Es porque querías el maldito crédito? No te ves mejor que un Gryffindor, seguro tenias que haber terminado en esa casa, para no ver tu maldita cara ni escuchar tus estupideces.
Ambos alzaban cada vez más su voz.
—¡Tonterías, si no hubiera intervenido el director, te hubieras perdido para siempre!—Tenko, que hubiera preferido partile la cara allí mismo, simplemente lo golpeo con el puño en su hombro, ofuscado.
—Izuku—dijo, sin alzar esta vez su voz—el fue quien le aviso al Director Nezu. Es más pequeño que tu y yo, puedes pensar que estaba asustado, que ni siquiera podía confiar en alguien como tu—Toya se pasó todavía más las manos por el pelo, pero ahora su exasperación era por otra cosa—Tuvo el valor y se arriesgo ¿No te parece que es suficiente?
—Yo no lo, sabia...—dijo lentamente.
—Bueno, ahora lo sabes, eres un imbécil ¡Eres el peor imbécil que conozco y no quiero verte ahora maldita sea!
—Vaya que si lo es—consintió Iguchi, la palabra peligro acompañada de Tenko, le habían echo considerar por un segundo que Toya tenia razón, pero ahora se sentía muy avergonzado de sus pensamientos. —Me alegra no dejarme llevar por ti Toya...—confeso en un suspiro.
—Se tomo demasiado a pecho la idea sobre que, me cuidara—dijo Tenko con cierto reproche—¿No lo crees?
—Si, pero olvide que no deja de ser mas pequeño que todos nosotros.
—No vuelvas a pasarlo por alto—Iguchi asintió hacia Tenko.
—Creo que alguien tiene que ir y pedir disculpas—dijo Toga alegremente, girando su ojos hacia Toya—¿Lo harás también Iguchi?—el pelivioleta levanto su semblante, la ultima vez la había echo sentir mal, ella no tendría que haber estado sola y llorando en ese baño cuando el troll irrumpió al castillo.
—No no lo niego, mi silencio en todo esto no debió pasar tampoco, lo siento en verdad.
—Por supuesto que tienen que—aseguro Jin, en un asentimiento exagerado—el pequeño no tiene la culpa de nada. Ya te metiste antes con el, ahora lo hiciste de nuevo e Iguchi...
Toya se sentó en el suelo abatido—Mierda, me siento tan... avergonzado, aun así, el...—busco la mirada de Tenko, pero este había optado por una postura indiferente hacia el.—Estaba preocupado por ti ¿Lo sabes o no? Te llevaste la capa y el mapa—susurro—no podía buscarte. Digo lo primero que pienso, seguro que si...
—Que si te decía algo, te las ibas a agarrar con él—Toya asintió—estarías ciego, lo se, se exactamente como eres.
—Un imbécil, seguro. Lo soy, el peor de todos.
—¿Cuantas veces tengo que darte oportunidades Todoroki?
—Bueno, mira, ahora ese niño esta evitándonos ¿Vamos a dejarlo?
—Por primera vez, estas diciendo algo con sentido e inteligente—Tenko relajo su expresión, volvió a mirarlo.
—Mira eso—dijo Iguchi, sonriendo con un papel de pergamino que recogió del suelo—voltearon a verlo, Toya se levanto del suelo, todos se reunieron a su alrededor.
—Oh, no tiene forma de escapar después de su clase doble de pociones—el pelirojo sonrió, agarrando en su propia mano el horario de Slytherin de primer año, arriba estaba garabateado en la propia letra del dueño, el nombre de «Midoriya Izuku».
—Tenemos el mapa y la capa, Izuku-chan esta perdido—tarareo Toga.
—No nos conoce lo suficiente aun—consitio Jin, sonriendo con arrogancia.
—No hagan nada que lo haga sentirse intimidado, Toga sin abrazos—la chica protesto con un puchero.—Toya, iremos antes que ti, imaginate que alguien se te quiere disculpar y ve tu horrible rostro perforado primero.
—Vamos, no te parece tan horrible mi rostro cuando me sugieres donde quedaría mejor un pircing—Tenko se sonrojo de repente.
—Basta ya de coquetear, no es nuestra prioridad ahora mismo—Iguchi se puso serio, al menos, pensó, era una buena señal de que tanto Tenko como Toya ya no estaban oficialmente enemistados.
—Esta en su clase ahora mismo o decidió saltarsela...—Shimura se aclaro la garganta, disimulando—veamos el mapa...—todos se le encimaron mucho mas que antes para mirar—si, esta soportando al profesor Aizawa, vamos a perseguir sus pasos por un rato y vamos a esperar para actuar, no tenemos que ser directos ¿Están de acuerdo?—todos asintieron, sonriendo decididos.