ID de la obra: 1016

My Magica Academia

Mezcla
NC-17
En progreso
2
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planificada Mini, escritos 84 páginas, 38.300 palabras, 8 capítulos
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Capítulo 7: Despues de...

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Podría haber alardeado durante los últimos días, demasiado, quizás un poco exasperante para opinión de sus compañeros. Con arrogancia era el termino correcto, si, vaya que si. Sin embargo Katsuki no se había esperado para nada acerca de la sensación de pánico escénico que uno tendría estando del otro lado. Tras los bastidores, mientras la lejana y apabullante exclamación del estadio se filtraba en un sonido agudo por las paredes. Rebotaba en sus tímpanos y le provocaba una sensación pesada en la boca del estomago, como si se hubiera desayunado una piedra y no la poción revitalizante que le alcanzo Tenya antes de irse a sentar con sus compañeros de tercer año, en el otro extremo de la mesa Gryffindor. En fila todos los miembros del equipo se pararon frente a la puerta doble de madera que llevaba al estadio, pese al frio el cielo estaba despejado y brillaba el sol justo en sus ojos. Se miro con Tsunagu, que parecía estar en su mismo estado atropellado por lo que verían después de salir y pisar el verde césped que abandonarían sus pies segundos después. Se elevo en su escoba después de dar una patada al suelo, dio una voltereta y se ubico justo delante de sus compañeros, frente al equipo amenazante de Slytherin. Justo al centro se encontraba Sorahiko, el pequeño mago llevaba una ondeante capa amarilla y un estrafalario traje de dos piezas blanco perlado, miro a ambos equipos sosteniendo un silbato entre sus dedos. —Espero que este sea un partido limpio, den lo mejor de todos ustedes indiferentemente del color de sus casas—su mirada se entorno ante Tsunagu y Takami. Con la misma pasión brillante en sus ojos, como si ese mago diminuto fuera quien tuviera el honor de librar el primer partido de la temporada. Sorahiko se paso los dedos por la incipiente barba que le rodeaba el mentón, se llevo el silbato a los labios y el fervor de los espectadores se mezclo con el silbido del viento, rozándole las orejas al pelicenizo. Estaba varios metros en el aire y se mantuvo durante unos veinte minutos en aquella estática posición. Los dedos clavados en el pulido mango de su Nimbus 2000, cada cierto tiempo veía un color desdibujado pasar frente a el a gran velocidad, el partido no había dejado de ser intenso y pese a que su único propósito era visualizar la pequeña Snitch, no había tenido éxito. Del otro extremo del estadio, estaba el legendario Hawks, del mismo modo que Katsuki pero con una mirada de experiencia tranquila. El sin embargo no podía dejar de observarlo, nunca lo había visto jugar, no podía responder con arrogancias a las alabanzas que hacían otras casas del buscador de Slytherin, porque no tenia mucha mas información que la que todos los nuevos de primer año en el castillo. Lo iba a descubrir sin embargo muy pronto, aunque lo que le había rozado los bellos de la nuca fue algo mucho mas grande que un esfera dorada con alas, Bakugo se tambaleo en su escoba y por primera se sintió parte de la excitación del equipo que libraba su propio batalla. Se devolvió de nuevo, esta vez pasando frente a su cara, primero como un mancha, después como una esfera marrón enorme que le rozo el hombro. Maniobro el palo de la escoba y agacho la cabeza después de que otra pelota le rozara un costado del brazo, Todoroki Toya le miraba del otro extremo del estadio, con los anillos de su portería borrosos tras su espaldas por la lejanía, lo vio hacer malabares con su bate justo después de golpear a una Quaffle directo hacia uno de los cazadores de su propio equipo. Kamihara maniobro con su escoba en el aire, las voces del la tribuna del equipo del león clamaba repetidamente el nombre del cazador de tercer año de Gryffindor, que atajo la Quaffle primero que el cazador Atsuhiro de Slytherin, llevándola rápidamente bajo el brazo hacia la portería de la casa de la serpiente, el golpeador Kamui se interpuso para evitar que le diera una Bludger, aunque esta se desvió desorientada para donde estaba Katsuki observando los movimientos de los jugadores. Rápidamente desaparecieron de escena, elevados un poco mas arriba que el rubio. Entonces, volvió a sentirlo, era esa, la misma y molesta pelota de los entrenamientos. La tan temida Bludger que andaba a su anchas, rebotando por todos lados. Indefensa un momento por la intervención anterior de Kamui. —¡Eso tuvo que doler, la Bludger le ha dado a la guardiana de Slytherin, Kaina! Observo por encima de su hombro como Kaina quedo al revés, a muy pocos metros del césped, pero consiguió elevar su escoba justo a tiempo para pararse delante del aro central de su guardameta. Hizo un giro y devolvió la Quaffle que de Kamihara había pasado a Yaoyorozu y ahora era lanzada por Tenya. Kaina estaba sudando y mucho tras el uniforme del equipo, había igualado la velocidad de Tenya, pero agotando todas sus energías defendiendo. Yamada, el profesor de encantamientos y el relator del partido, estaba en el palco de los profesores, siguiendo con sus ojos los movimientos del equipo. Se levanto de su asiento y bramo:—¡Slytherin anota a un gol a Gryffindor, eso tuvo que ser magnetismo puro entre Hikishi y el aro de la meta, maravilloso! El contador de puntos cambio, mostrando un 10 contra 0 a favor de la casa de la serpiente, pero Katsuki que había olvidado que ya no estaba en el estadio viendo el partido, que el formaba parte de este, se acordó demasiado tarde cuando la ferocidad y la fijación de la Bludger escalaron tanto como la riña entre ambas casas legendariamente enemistadas. Entre los golpeadores, Bubaigawara y Todoroki, que siempre habían parecido un par de gemelos en el equipo, perfectamente coordinados en hacerle la vida imposible al resto del equipo de Gryffindor, no dejaban de agitar sus bates y desviar las pelotas a los lugares mas peligrosos del cuerpo, habrían camino a los cazadores por todo el estadio, orgullosos y temerarios. Habían sido total e inigualablemente imparables, haciendo que el contador de puntos no dejara de subir y subir, tanto como Katsuki lo hacia dando vueltas por el estadio, tratando de no pensar en que esa Bludger parecía hechizada o algo. —¡Slytherin esta ganando cincuenta a treinta, este partido esta realmente muy reñido, falta, eso fue una falta profesor Sorahiko, justicia para Slytherin!—nadie vio el codazo que le propino Rumi, sentada a su lado, pero si se escucho el regaño de la profesora por el micrófono encantado para que se amplificara tres veces mas de lo que debería normalmente. A pesar de su comentario bastante imparcial, pues parecía estar directamente mas evocado en celebrar las victorias de Slytherin, el profesor Sorahiko hizo sonar su silbato y marco la falta de Gryffindor. Shinji o mas bien Kamui como clamaba el estadio, había arremetido directamente mas fuerte de lo que debería y tiro de su escoba al cazador Kurono de Slytherin. Mientras los capitanes del equipo se posicionaban en claras señales de queja, allí, entre la marea verde de las gradas que ocupaba la casa de la serpiente, alguien lideraba su propio enfrentamiento. Dicha persona de labios silenciosos, alentando por el equipo que no debería, no habían dejado de moverse entre murmullos internos, se trataba de Izuku. De pronto, cuando el partido se reanudo después del penalti que subió la tabla de puntaje a favor de Slytherin, fue evidente donde sus ojos se posaban mas que en ninguno otro. La figura de Katsuki recorriendo el estadio se le reflejaba directamente en sus pupilas y lo que le perseguía a la cola perfecta de la escoba también. Aunque no era ajeno de los festejos efervescentes de su compañero de casa y se sumaba lentamente a estos, como si actuara mucho mas tímido de lo normal, de vez en cuando, se podía ver como apretaba el puño bajo la túnica, celebrando alguna que otra maniobra excepcional por parte de algún miembro del equipo rival. Tenko se dio cuenta, aunque por su parte miraba distraídamente hacia Toya, porque su cabeza estaba dividida en otro lugar del castillo. Vio ese puño, vio sus ojos, que no se despegaban del joven buscador de Gryffindor. Encontró la emoción del pequeño peliverde cuando Katsuki comenzó a moverse, siendo uno con su escoba nueva. Las mejillas que no estaban sonrosadas por el frio, los murmullos silenciosos que eran de aliento. Solo sonrió e hizo la vista a un lado, no necesitaba saber que al menos uno de ellos se habría dado cuenta. Por otro lado, lo que estaba frente a los ojos rubí de Katsuki era la brillante Snitch, la pequeña pelota dorada con alas que solo sus ojos y los de Takami Keigo podían vislumbrar. Izuku también fue capaz de darse cuenta, ahí estaba, pese a la distancia distinguía su sublime movimiento. Parpadeo, el podía despegar la vista de la pequeña esfera, por otro lado Katsuki que se había olvidado de la feroz Bludger no lo hacia. Ni siquiera lo hizo para notar que el y Hawks iban lado a lado, hombro con hombro. Ambos igualados en distancia, ambos en su propio mundo, donde no existía nada mas que aquello que llevaría la victoria a su casa. —Hombre, el esta perdido contra Takami —escucho Tenko decir a Iguchi, que agitaba con firmeza su banderín y acababa de renunciar a sus binoculares, para que Toga pudiera ver ese momento exacto donde Slytherin demostraría la grandeza del equipo que llevaba años ganando la copa del campeonato. —Bakugo se ve bien, va igual de rápido—menciono la chica, Iguchi se quedo de piedra. Miro a Toga y luego a Tenko, sin poder creerlo.—¿No es... cierto? ¿Izuku...?—cuando volteo, Izuku parpadeo, contrariado. Se encogió de hombros en silencio y hecho aire helado por la boca, que murió abierta sin decir nada. —¡Hey, ahí esta Toya!—grito Shimura y se acomodo los lentes sobre el puente de la nariz, sacando la boca de su bufanda, levanto el brazo para señalarlo. La Bludger dejo de perseguir a Katsuki, que medio había olvidado que la peligrosa pelota lo perseguía. Toya la había perseguido y golpeado con su bate en dirección al cazador de Gryffindor, Hakamada, quien era un muro de aire solido frente a la portería de su casa mientras Hikishi iba con la Quaffle bajo el brazo. Hakamada dio volteretas en el aire, el golpe había roto la punta del mango de su escoba pero todavía podía volar y mantener el control, pese a que escucho el timbre del contador de puntos sonar. Nuevamente a favor de Slytherin. El peliverde suspiro después de que Tenko distrajera de tal manera la atención de todos y retomo su total atención hacia Katsuki, que se había adelantado por mucho a Keigo y este lo alcanzaba cada vez. La Bludger entro en escena una vez mas, adelantándose a ambos jugadores e ignorando la propia existencia del buscador de Slytherin, pero en las gradas del lado de Gryffindor cierta chica de cabello color chiche se había percatado de lo extraño de la situación. —Alguien esta hechizando la escoba, quieren sabotear a Gryffindor, es un echo—manifestó la chica, Kirishima estaba a su lado, fue parte de un "oh" generalizado, después de que Sorahiko anulara una clara falta de Slytherin. Mientras Rumi regañaba con mas fuerza al profesor Yamada, por comportarse todo menos imparcial ante el partido y minutos después otra voz se elevo melodiosamente en el aire, opacando los silbidos de los leones a las serpientes, entre la marea entremezclada de Hufflepuff y Ravenclaw que se dividían entre quienes querían que ganaran. Mina elevo su mirada a través de los binoculares y aunque hubiera querido atrapar al mago entre los estudiantes de Slytherin, observo con bastante sorpresa que había una sola persona murmurando lo que parecía un hechizo sin varita. —¡Es un profesor! —¿Un profesor? ¿De verdad?—Mina asintió eufórica hacia Uraraka, que mantenía los ojos preocupada en la Bludger. Mientras recordaba un párrafo muy violento del libro de Quidditch que le recomendó a Bakugo y que este había releído como diez veces. —¿Lo es?—apuro Eijiro, preocupado y haciendo una mueca. —Lo es, tenemos que hacer algo—aunque ninguno entendía la razón, la idea colectiva los obligo a levantarse de sus asientos, se empujaron entre la marea de Gryffindor, arrastraron a Denki del cuello de su túnica y se les sumo Tsuyu durante todo el camino de bajada de las gradas. Al mismo tiempo y muy adelantado en su camino, Izuku lideraba aquella idea. Ni siquiera sopeso lo que estaba a punto de hacer, pero sabia que necesitaba impedirlo. No podía dejar que nada opacara ese gran momento de Katsuki. El grupo de Gryffindor llego justo para ver como hacia buen uso de su cuerpo mas flaco y pequeño, metiéndose entre los soportes de los asientos del palco de profesores. Con varita en mano y una clara determinación que ninguno de ellos se atrevió a interrumpir. Levanto su varita, apunto hacia la túnica negra y gruesa que caía sobre el suelo... —Lacarnum inflamarae...—murmuro Izuku, Mina y Kirishima atónitos, desviaron su vista hacia la Bludger, que todavía seguía a Katsuki, mas violentamente que anteriormente e ignoraba los deseos de los golpeadores. Jiro, la chica de tercero que había reemplazado al profesor Yamada y estaba relatando como el cazador Atsuhiro acababa de marcar otro gol en la portería de Gryffindor, que estaba perdiendo 60 a 80, desvió sus comentarios hacia lo que todos estaban ignorando hasta entonces. —¡La Bludger parece ser la mas ferviente admiradora del buscador mas joven en un siglo de Gryffindor! ¡¿Podrá Bakugo superar este desafió?! —¡Mira, allá va...!—exclamo Kirishima, tanto Katsuki como Keigo habían vuelto a ir hombro con hombro tras la Snitch, que después de desaparecer un tiempo, sobrevolaba el campo de manera traviesa. Agitando sus alas como un pequeño colibrí plateado. La Bludger paso por encima de la cabeza de Keigo, obligándolo a disminuir su velocidad y esta se estampo con fuerza contra el brazo de Katsuki. Al mismo tiempo que la túnica, perteneciente al profesor Aizawa, por fin ardía lo suficiente para que su boca dejara de murmurar el hechizo. Fue un efecto en cadena, todos los profesores alejándose, Katsuki mordiéndose los labios con fuerza pero retomando el control de la escoba pese al dolor. Su gran bocanada de aire, cuando la Bludger que iba ir directo a su cabeza, cambio de dirección y por fin pudo ser abatida por uno de los golpeadores. El brillo dorado de la pelota estaba frente a sus ojos, eran Katsuki y la Snitch. Keigo lo intento, por un momento rozo sus hombros con los del chico, solo tenia que empujarlo, adelantarse y alcanzar la pelotita para sostenerla entre sus manos, pero decidió dejarla escapar después de que la Bludger volviera, ahora golpeada de regreso por la golpeadora Tatsuma que reblandecía su bate como una espada. Si hubiera seguido adelante, estaba seguro, su cara hubiera terminado en el pasto y estaría fuera de su escoba. Katsuki disminuyo en cambio la velocidad, su corazón latía tan fuerte como no sabia lo hacia el de Izuku, alejado del palco de lo profesores con una sonrisa tímida pero orgullosa. Vio al rubio virar su boca un poco hacia adelante y luego la Snitch desapareció ante un silencioso estadio. Midoriya contuvo el aliento, Mina y Kirishima, que ahora se peleaban por los binoculares vieron a Katsuki dar un traspié sobre el pasto después de caer de su escoba. Uraraka, Tsuyu y Denki mantuvieron sus bocas abiertas y luego las cubrieron con sus manos, estáticos. El rubio había caído después de balancearse solo con los pies sobre el palo. Levanto su cabeza, con la mirada cansada, tenia a todos a la expectativa. Luego se encorvo hacia adelante y ligeramente hacia abajo, sosteniéndose el estomago con los brazos al igual que cuando se auto hechizo, olvidando que uno de ellos estaba roto, finalmente escupiendo algo en su mano... —¡Parece que Bakugo va a...!—la frase murió en la voz ronca de Jiro. Sonó el silbato de Sorahiko. Katsuki entonces elevo en su mano la pequeña Snitch dorada y miro hacia todas las direcciones con una enorme sonrisa arrogante. El estadio estallo y todo el equipo de Gryffindor se reunió a su alrededor, flotando la gran mayoría todavía sobre sus escobas. Estaban perdiendo 70 a 100. —¡Bakugo Katsuki ha atrapado la Snitch, ciento cuenta puntos para Gryffindor—la voz amplificada de Jiro se escucho enérgica, la chica de tercero estaba sonriendo. —Con doscientos veinte puntos, Gryffindor gana—los vítores y aplausos de Gryffindor superaron entonces, al de la bienvenida durante el banquete y seguramente resonaría durante días. La pelirosada volteo y se encontró de cara con Izuku, quien celebraba silenciosamente la victoria. Con una sonrisa suave, las mejillas sonrosadas por el frío. Estaba viendo en dirección a Katsuki, reunido con su equipo. Tsunagu, el guardián. Los cazadores y lo golpeadores. Todos reunidos a su alrededor, volando en sus escobas o pisando el verde césped. El rubio, todavía sostenía la Snitch entre sus dedos, por lo alto, con las alas extendidas. En victoria. Esa tarde después del partido Izuku andaba escabulléndose por los pasillos del castillo, como con temor de que un rumor vergonzoso se propagara. Como si una docena de Slytherin lo estuviera esperando en algún rincón, listo para aparecerse de frente y reclamar sobre lo sucedido durante el partido. Se cuestionaba a si mismo aun si había echo lo correcto, pero fue natural y genuino su deseo por ayudar a Katsuki, sabia que volvería a hacerlo sin dudarlo ni un por instante, sin embargo las dudas eran algo difícil de desaparecer de su cabeza. Por sobretodo, había una cosa que no podía hacer desde que abandono la sala común de su casa, después de guardar un banderín y su par de guantes, y se trataba de volver a mirar a la cara a sus amigos, pero corrigió inmediatamente esa palabra en su cabeza. No era un tonto, Tenko era el único que lo consideraba su amigo y no lo ponía en duda, estaba esta conexión inexplicable entre ambos que creía con todas sus fuerzas que no se la estuviera inventando. Giro por un pasillo de camino al vestíbulo del castillo, sus pies vacilaron frente a las grandes y adornadas puertas del gran comedor, tenia hambre, quería picar alguna cosa y envolver algo para llevarle a Hedwig. Ella lo picoteria hasta la muerte si supiera que la estaba utilizando de excusa, solo para esconderse en la solitaria lechuceria. Miro sus alrededores, vigilando bien que no estuviera cerca ninguna cara conocida y después de mirar con regaño a sus pies, se precipito hacia el comedor, cruzo el umbral, tomo aire. Se comenzaba a arrepentir después de que una cabellera rosa y llamativa se le cruzara por el rabillo del ojo. No fue casualidad que terminara en la mesa de Gryffindor, todos sus compañeros de Slytherin lo notaron, en especial el grupo con el que solía reunirse, se los veía bastante sorprendidos a la distancia mientras Izuku era arrastrado por Mina y posteriormente por Uraraka, cada una sosteniéndolo de un brazo. Se resistió, vaya que si, con los colores de la cara mezclados. Sentía otra clase de gran pena por estar ahí y sabia exactamente la razón, pero nuevamente prefería ignorarla. Echo un vistazo a los leones, principalmente al rubio explosivo que acababa de girar, le estaba dando la espalda mientras relataba acerca de su técnica. Bajo la mirada para ver su brazo, había sabido que Katsuki tuvo que estar un par de horas en la enfermería, mientras la enfermera Chiyo le arreglaba el brazo, que ahora llevaba descansado sobre la larga mesa como si la Bludger encantada nunca se lo hubiera roto. —Anda, seguro que tienes algo que decir...—dijo Mina, pero el peliverde castañeaba los dientes, incapaz de decir palabra. —¿Que creen que están haciendo?—cuestiono en cambio Katsuki a ambas chicas. Ellas solo sonrieron y miraron con apuro a Izuku. Izuku las miro, profundamente contrariado ¿Que exactamente debería de decirle? —Estoy aquí para... felicitarte—se cubrió la boca con ambas manos, eso había sido oído incluso hasta su propia mesa. La boca de Kacchan se abrió, pero un golpe en el hombro por parte de Kirishima le hizo abogar por el silencio, contrario a las palabras inconscientes del pecoso, que si tenia que ser completamente sincero, no entendía que estaba haciendo y diciendo. —El debe pensar con los pies, que no se cree que un Slytherin lo esta felicitando—dijo Eijiro, sin filtros, pero en un tono amable—relajate—y guiño su ojo a Izuku. Bakugo puso los ojos en blanco, Izuku empezó a girar, ya se estaba yendo, era cierto que nunca iba a encontrar la sinceridad abrupta en sus palabras. Mina por supuesto tenia que intervenir y ceder por el rubio explosivo ante la inusitada injusticia contra el bondadoso Slytherin. —Urara me dijo que los coleccionas ¿Lo quieres?—tomo su mano y dejo sobre esta una caja de rana de chocolate sin abrir.—Creo que después de salvar el culo de Bakugo, te mereces un poco mas que eso—lo que hizo que Izuku se sonrojara hasta las orejas y que Katsuki mirara a todos varias veces. Si antes no había creído en una felicitación, menos iba a... Izuku sujeto la caja, se agito en una reverencia mal echa y echo a correr de ahí, echando un rápido vistazo hacia la mesa de su propia casa. El único efusivamente interesado en la interacción con los de Gryffindor y por sobretodo, en el significado de la abierta conversación llevada a cabo, era Todoroki Toya. Los días previos a Navidad, Izuku tenia mas de lo que preocuparse, entre la caja de la rana de chocolate que le dio Mina, olvidada en el fondo de su baúl. Había transcurrido los enfrentamientos entre Gryffindor y Ravenclaw, los leones volvieron a ganar con una remarcada diferencia en el marcador y sin incidentes. En cambio, cuando Slytherin tuvo que ir contra Huffepluff, la tensión era palpable en el aire, como el olor a manzana acaramelada en el lejano Halloween. —Tenemos que ganar contra Ravenclaw después de regresar de la vacaciones de navidad—escucho una tarde decir a Keigo, a quien ocasionalmente veía en la sala común, no es como que lo hubiera tratado demasiado, ni trataba demasiado a nadie últimamente. Las excepciones eran Toga, que cada que lo veía lo envolvía en un abrazo, ya estaba acostumbrado y en realidad nunca se sentía lo suficientemente acostumbrado a su efusividad, pero si tranquilo de que no hubiera mencionado nada acerca de lo sucedido ese día en el gran comedor. Después estaba Tenko, con quien pasaba sus noches, se había vuelto una costumbre silenciosa que lo acompañara después de verlo desaparecer bajo su capa. El chico de tercero estaba muy envuelto en su propia búsqueda, de lo que custodiara Fluffy en el tercer piso, como para que mencionara nada. Y aun así, eso no era demasiado alivio para su corazón. Como una vaga sensación de que todo iría mal en algún momento. Estaba sentado frente al fuego un un sábado, el ultimo que pasarían todos los estudiantes antes de tomar el tren de regreso a Londres, cuando escucho un par de voces discutiendo, bueno, en realidad parecía mas una efusiva discusión y un gran reproche. Entre el Toya y Takami Keigo, el capitán del equipo. Después de que terminara, Toya pareciese haber quedado muchísimos mas tenso que otras ocasiones en las que le hacia recordar demasiado a Kacchan, en la forma en la que exclusivamente no quería creer que lo estaba mirando. Cruzaron sus miradas en silencio, Izuku cerro lentamente su diario pese a que la tinta todavía estaba ligeramente húmeda y se iba a borronear lo que estaba escribiendo, normalmente solía compartir sus notas con Tenko o Toga, pero siempre había una barrera delante de las paginas que no le gustaría que nadie viera. En el momento que el Todoroki se fijo en su diario, frunció el ceño, no habría forma de que viera nada en realidad de lo que tuviera escrito y en especial sobre quien. —Errol, se equivoco de nuevo—interrumpió la voz Shoto que acababa de entrar por el pasadizo, llevaba dos pares de cartas, una se la guardo en el interior de su túnica y la otra la extendió hacia su hermano mayor, que dudo en hacerlo hasta que vio que era de parte de sus padres, seguramente insistiendo que este año volviera para navidad, resignados desde hacia mucho tiempo en que terminara en Slytherin.—¿No dirás gracias? Esta congelado afuera—insistió Shoto, pareciendo malhumorado con Toya, aunque Midoriya presentía que lo provocaba a propósito, como si deseara comunicarse con su hermano como fuere. Toya farfullo algo, fijándose en su hermano menor, lo que le dio la oportunidad a Izuku de volver a escapar. La mañana siguiente, entre la ínfima cantidad de estudiantes, vio a Shoto y sus otros dos hermanos mayores de Gryffindor cargando cada uno su respectivo baúl por el vestíbulo, en cambio Toya estaba desayunando como si fuera solo otro día normal en el gran comedor, de la misma forma que su hermano pequeño trataba de llamar su atención, este lo hacia con Tenko que llevaba mucho tiempo dándole vueltas a su cereal. —¡Tenko tienes que saberlo!—Jin se precipito sobre la mesa, el bowl de metal tambaleo y salpico leche, pero a Tenko no le importo, levanto vagamente su cabeza, Izuku aprovecho para sentarse con resumida distancia, pero todavía podía escucharlos—Toga-chan se va a quedar este año, pasara la navidad con nosotros. —Oh...—fue toda su reacción, parpadeo con violencia. —¿Esa va a ser toda tu reacción?—insistió Bubaigawara, Tenko sacudió la cabeza y bostezo. —No he dormido muy bien, aprovechare el tiempo libre para ir al cuarto de tercero—todos se miraron entre si, Toga que acababa de llegar ladeo su cabeza para observar como Shimura iba caminando muy lentamente, hizo una mueca pensativa y se olvido rápidamente del asunto cuando vio a Izuku, sentado en solitario. —Izuku, te traje algo de Hogsmeade—la chica se sentó, demasiado cerca, Jin lo hizo justo al frente, ligeramente malhumorado—para ti también Jin—dedicándole una sonrisa suave, Jin cambio su cara de perro rabioso de inmediato. —Midoriya—llamo Iguchi, sentándose también al frente, al lado de Jin—¿Tienes alguna idea de lo que pasa con Tenko?—Izuku lo miro y negó varias veces, eso a Toya le pareció sospecho, pero no dijo nada. —Izuku, Izuku—tarareo Toga—ten—ella solo sonrió, como enajenada con el pequeño de primero.—Pensé que te gustaría ¿Te gusta el Quidditch, cierto? —Si... demasiado—recibiendo entonces entre sus maños, un pin con forma de escoba dorada, aunque había dudado en mostrar su entusiasmo por ese deporte, no le duro demasiado, sonrió un poco tímido al respecto, el pin estaba encantado y algunas veces sobre la escoba aparecía un buscador que se alejaba volando y regresaba con la pequeña Snitch dorada en sus manos, como símbolo de victoria. Le hacia recordar un poco a—Kacchan...—murmuro sin querer, seguido de un «¡Hah!» levanto la mirada. El y Kacchan se estaban mirando ahora, como si no hubiera nadie mas alrededor. Se fijo en su baúl, era muy obvio que volvería a casa para navidad, Katsuki no se detuvo demasiado tiempo, dejo de ver a Izuku, se fijo en el resto de Slytherin y siguió su camino, el resto de sus amigos lo seguía cargando sus propios baúles. —Nos vemos después de Navidad Deku...—Uraraka avanzo por el pasillo, aunque no cargaba el baúl. —Adiós Midoriya—Mina inflo un globo de chicle, de color verde, cuando exploto no lo hizo sobre su cara y cambio a un color rosa. —...Midoriya—dijo Kirishima, un poco escueto, se fijo al igual que Kacchan en todo sus compañeros. —¡Que crees que haces pelo de mierda!—grazno Kacchan al fondo, Kirishima hizo reverencias hacia todos en silencio y avanzo con su baúl, las ruedas del carrito se escucharon chirriar un buen rato, incluso cuando ya no se lo podía ver. —Parece que te llevas bien con los de Gryffindor—interrumpió Toya, desatascado por fin de todo lo que le hubiera gustado decir, Midoriya no se atrevió a mirarlo al principio, se preparo para irse—no te atreves a mirarme, porque debes sentirte muy avergonzado de tus acciones—continuo, Izuku se detuvo. —No es lo que... —No se que hiciste el día del partido, pero se llevan muy bien ahora ¿Que hay con tu diario? Te la pasas escribiendo en secreto, te he visto en nuestro entrenamientos, Takami ha estado muy molesto después de perder contra los leones y ahora resulta que uno de lo nuestros... —Toya, espera, no... —¿No que Iguchi? —Lo estas intimidando, dejalo, por eso esta así. —El tiene razón—contemplo Toga, que paso un brazo por los hombros tensos de Izuku, Izuku estaba todo rojo, hasta las puntas de las orejas, pero no sentía vergüenza por la cercanía de la chica. Se levanto de pronto, parándose delante de Toya, aunque tembloroso y lleno de dudas. Con esa angustia que hacia mucho tiempo no sentía atorándose en su garganta. —Alguien de nuestra casa hechizo la escoba de Kacchan, tenia que hacer algo, no me podía quedar de brazos cruzados, perdoname si eso es traicionar a nuestra casa—se aferro con las manos al dobladillo de las mangas de su túnica, agacho la cabeza—pero nunca, yo nunca pasaría información de las practicas, eso es hacer trampa. Comenzaba a preguntarse si había sido buena idea elegir quedarse en Hogwarts para navidad, aunque extrañamente su madre le había insistido en hacerlo y le había parecido bien, porque quería pasarla con sus nuevos amigos. O los que creía que eran sus nuevos amigos. —Por tu bien espero que no estés haciendo nada de eso—articulo Toya, dándole un toque en el pecho, haciéndolo sentir hasta el limite de intimidación. —Enserió, ya basta, no te metas con el—se interpuso Iguchi—si Tenko se entera. —¿Si el se entera que? a ti tampoco te agrada mucho este niñato y es cuestión de tiempo que Tenko...—soltó de repente, los ojos de Shuichi refulgieron, Toya pareció ligeramente arrepentido de haber dicho eso. Izuku abrió los ojos, rasgo con los dedos un costado de su túnica y se mordió los labios, ya estaba sintiéndose lo suficientemente incomodo para seguir escuchando todo lo que tenían que decir, todo lo que temía que dirían en algún momento. Se deshizo con aceleración del agarre repentino de Toga, se dio media vuelta y abandono el comedor.
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