ID de la obra: 1042

Ahogo y dolor

Het
NC-17
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1
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planificada Mini, escritos 5 páginas, 2.546 palabras, 3 capítulos
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Las garras del gato

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"Cuando miro sus ojos siento que atraviesan mi alma"

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Cuando Roxe abrió los ojos lo primero que vio fue el rostro de Sylus dormido cerca al suyo, al parecer se habían quedado dormidos, el sol ya había bajado y pronto comenzaría la noche. A pesar de que quería levantarse vio al hombre tan cómodo que no quería despertarlo, o eso pensaba hasta que sintió que los brazos de este la levantaban. —¿Estabas despierto? —Sylus la miro, la había dejado encima de el, pero por su miraba no parecía que le fuera a responder. Mas bien sus manos empezaron a hacer contacto con el cuerpo de ella, dejándola sonrojada. Las manos de Sylus estaban algo frías y el tacto con la piel tibia de Roxe daba una sensación muy placentera para ambos, cuando ella comenzó a jadear, Sylus empezó a desabrocharle la parte superior de su pijama dejándola sin nada y jadeando mas fuerte. — ¿No tienes trabajo? —Sylus sonrió ante la pregunta que le hizo, pero la sonrisa fue mas que nada porque le costo formularla. Roxe se estaba perdiendo solo con las manos de el. — Dulzura..., ¿Crees que ahora tengo cabeza para trabajo? —la sonrisa de Sylus era de completa satisfacción, sin darse cuenta la posición cambio, Roxe estaba en la cama y el estaba encima de ella. Sylus se quito la chompa que tenia, quería sentir la sensación de pecho con pecho, sobre todo porque le encantaba ver como Roxe ahora si estaba gimiendo y mas que nada debido a que sus manos estaban jugando con sus pechos. Aunque él quería probar mas. — Espera..., por favor... —Roxe como pudo pidió que parara, Sylus se detuvo buscando en su mirada que era lo que estaba mal, quizás había hecho algo que no le habría gustado. El solo quería que ella disfrutara de las caricias y los deseos que él deseaba hacerle sentir. — ¿Te duele algo, dulzura? —ella negó, pero su mirada mostraba un poco de nerviosismo— No haremos nada que no quieras... —dijo esto mientras dejaba un beso en su mejilla, ambos ahora sentados se miraban. — No es que no quiera, cada vez que te veo Sylus, siento que me pierdo y hundo... —dijo mientras con su mano acariciaba su rostro— Y por un lado me gusta, pero por el otro no se si pueda llegar a ser suficiente... —Sylus ante su respuesta se quedo sorprendido. — ¿No es suficiente? —dijo mientras tomaba el rostro de Roxe con ambas manos— Dulzura, tu eres demasiado y solo tenerte asi, hace que pierda el control... —sus dedos acariciaban las mejillas y los labios de ella, dejándole pequeños hormigueos. Roxe se dio cuenta, que solo Sylus podía hacer que sintiera esas cosas. Cada vez que tocaba una parte de su cuerpo este comenzaba a arder pidiendo cada vez más, mientras lo veía a los ojos, sus labios de nuevo se juntaron. Besándose intensamente por varios minutos. Hubieran seguido asi si es que el timbre no hubiera sonado y la puerta no se abriera de frente, Roxe entro corriendo al baño con el rosto totalmente rojo, escuchaba que los que habían tocado el timbre eran Luke y Kieran. Aunque su plan era que se fueran para que ella pudiera salir no espero que Sylus entrara en el baño sorprendiéndola. — Creo que esta vez tampoco tendremos suerte, dulzura —dijo mientras la abrazaba, entre sus brazos, Roxe cerro sus ojos deseando que ese momento se volviera infinito. Se había dado cuenta que no quería separarse de el. — ¿Tienes trabajo? —el asintió. Ahora con sus manos en su rostro se acerco dejando varios besos, en sus mejillas en sus ojos cerrados, en su frente, en su nariz, en su mentón y finalmente en sus labios. Después de besarse por unos segundos se despidió, dejando un beso en sus manos, diciéndole que era probable que regresara en la noche y que en caso de que la necesitara la llamaría. Después de eso se quedo sola, con la cara totalmente roja, Roxe pensó que lo mejor tomar una ducha rápida, al menos asi se calmaría un poco.

...

La noche había llegado y a pesar de que la idea era quedarse en la cama el resto del día, por alguna razón no podía quedarse dormida entonces decidió ir a entrenar en la áreas donde normalmente Sylus entrenaba, matar energía quizás ayudaría a que durmiera. — No pensé que estuvieras aquí, dulzura —al escuchar su voz, fallo en el golpe que estaba dando, la había sorprendido— ¿No puedes dormir? —Roxe asintió. Roxe no quería que Sylus viera su rostro debido a que recordó lo que estaban haciendo antes de que el saliera y recobro su sentido, dándose cuenta que a este paso dejaría que el la devorara. Y para sus adentros admitía que le gustaba Sylus, sentía muchas cosas cuando estaban juntos, pero no sabia como serian las cosas si lo expresara. Ambos tienen vidas tan diferentes, sus trabajos son opuestos y sobre todo el peligro al que ambos están expuestos constantemente. Hacían que una posible relación complicada. — Sea lo que sea que te esta preocupando, trata de dejarlo ir dulzura, no puedes seguir reteniendo todo —dijo mientras se colocaba a su costado viéndola atentamente. Viendo como golpeada. A pesar de que tenia vendas en las manos noto que los nudillos habían comenzado a sangrar, sin pensarlo la detuvo. — ¿Qué haces?, Aun no he terminado —cuando Sylus toma ambas manos y le mostro a ella que sus nudillos estaban heridos, Roxe se quedo muda. No se había percatado que se había herido de esa manera. El la llevo hacia los lavaderos, mientras le quitaba las vendas con cuidado se percato de que por suerte no estaban tan heridos. Pero cuando empezaron a lavarlos Roxe sintió el dolor por primera vez, a pesar de lo cuidadoso que fue Sylus vio que le dolía demasiado. — ¿De verdad no te diste cuenta que te habías herido? —ella negó— Debes concentrarte cuando estas entrenando, no debes hacerte daño dulzura —ella solo se quedo mirando sus manos, si estaban dañadas y era debido a que estaba demasiado distraída. A pesar de que le había dicho en parte sus problemas principales, habían otros que le estaba preocupando, su salud había empeorado y había tenido orden de descanso obligatoria si es que deseaba seguir trabajando en el futuro. Pero no quería comentárselo a Sylus, el tenia demasiados problemas para tener que estar cuidando de alguien debido a su salud. Solo tenia que reposar el mayor tiempo posible y regresaría a su trabajo rápidamente. Sin darse cuenta Sylus estaba viéndola detenidamente, notaba que ella tenia una lucha interna, se había dado cuenta de que algo no estaba bien. — Si me estas ocultando algo de nuevo gatita, te voy diciendo que es momento de confesar —dijo mientras con una toalla secaba con cuidado sus manos— Porque sabes que no me gusta que me guarden secretos, sobre todo si eres tu —después de secarlas saco un crema y unas vendas de gaza, iba a vendarle la mano. — ¿Me estas diciendo que me castigaras por eso? —los ojos de Sylus la vieron directamente, como si quisiera saber sus secretos con solo ellos. Roxe a veces sentia que con solo sus ojos el podía saber todo de ella. Aunque en parte era imposible. Ella aun no sabia si era buena idea contarle sobre sus complicaciones de salud. Pero confiaba en el, después de todo lo que había vivido, ella confiaba en él plenamente. 

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