ID de la obra: 1072

Labios púrpura

Slash
NC-17
En progreso
1
Tamaño:
planificada Mini, escritos 78 páginas, 43.821 palabras, 18 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

2. Ocultar (La luna)

Ajustes de texto
El sonido de la patrulla, los autos apartándose y el incesante palpitar de su cabeza por la incomodidad era algo que no podía controlar, era constante, tortuoso, le mantenía en un constante malestar, sintiendo nauseas, conteniéndolas a pasar de las altas ganas de tener que vomitar. Al llegar al lugar notaron la vidriería de la joyería rota. Estacionaron, Xichen pudo notar como la mano de su compañero tomaba su Zidian con fuerza antes de bajar, apretando el mango del arma en su cinturón al igual que su espada. No era común que los policías últimamente usaran la cultivación para atrapar a los criminales, sin embargo, aún había algunas divisiones o escuadrones que los tenían, como lo era la división a la que ellos pertenecían. Xichen también tomó su espada con fuerza, no gustaba apoyarse en el arma, la había dejado de cargar después del accidente, así que solo se valía de su fiel Shuoyue. Podía ver a su contrario caminar lentamente, sacando el arma mientras se adentraban a la estancia. Pronto pudo ver a uno de los guardias en el suelo al cual se acercó rápidamente, para su fortuna estaba vivo, solo que inconsciente. Pudo escuchar un ruido al fondo del establecimiento viendo como su compañero se preparaba para el ataque si era necesario haciendo que Lan Xichen tomara su espada, preparado por si había un enfrentamiento. —Alguien… ayuda…— pudo escuchar haciendo que corriera al lugar, asistiendo a una joven mujer que estaba herida, ayudándole a levantarse, sentándola contra la pared para que se apoyara adecuadamente. Xichen tomó la radio —Central, necesitamos una ambulancia en la joyería de la 39, civil y guardias heridos— suspiró mientras miraba alrededor, notando las vitrinas intactas haciendo que mirara a la joven mientras el radio sonaba de fondo con un “Asistencia en camino, 217”— Señorita, ¿puede decirme que pasó? —Ese sujeto… quería la llave de la bodega… tiene al gerente— indicó con suavidad, tratando de cubrir la herida en su cabeza, sintiendo la sangre y haciendo una mueca de dolor. —Entiendo, quédese aquí, la ayuda va a llegar pronto— la joven asintió haciendo que Xichen se levantara, mirando alrededor para buscar a su compañero— Wanyin— llamó suavemente recibiendo una seña de su parte haciendo que este se acercase, notando como señalaba la bodega, escuchando voces. —Es solo una réplica, todos saben que eso se destruyó hace años— indicó el hombre de edad quien parecía asustado, incluso cuando su rostro permanecía impasible. —¿Dónde está el original? —preguntó con el ceño fruncido, el arma apuntando a la cabeza del hombre. El gerente negó haciendo que el hombre acercara más el arma a la cabeza del pobre hombre— No voy a repetirlo, ¿Dónde está ese amuleto maldito? —¡Policía, baje el arma! —gritó Jiang Cheng, aún oculto tras la pared de la bodega para no ser herido. Xichen sacó lentamente su espada, sabía que tenía desventaja con respecto a un arma, sin embargo, no podía permitir que más vidas inocentes fueran lastimadas. El hombre, al verse acorralado, tomó al gerente contra su pecho, colocando el arma en la sien de este— ¡Aléjense o le disparo! —su voz parecía desesperada, como si no quisiera ser atrapado, cosa que Xichen entendía muy bien, pero no estaba dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente. Frunció el ceño con levedad viendo como su compañero apuntaba el arma al hombre. —Baje el arma, ahora— ordenó Wanyin con aquella mirada fría, preparado para un enfrentamiento. El joven, temblando, le disparó a Jiang Cheng en la mano haciendo que este soltara su arma, dejando la vía libre a que este escapase, Xichen solo miró al joven escapar, aquel disparo le había paralizado por unos instantes, no le habían permitido reaccionar. Se movió, pero para cuando se giró un rayo púrpura pasó por su lado, atravesando la distancia entre ellos y aquel hombre, enredándose alrededor de su cuerpo, aprisionándolo con fuerza. —Maldita sea…— gruñó Jiang Cheng con furia, acercándose al hombre, enredándolo más y más con Zidian, sin compasión— ¿Sabes cuánto va a demorar en sanar esto? —le preguntó su compañero mostrándole la herida ensangrentada al hombre quien solo soltó un gruñido— Al menos un mes, tu, maldito… —Wanyin— llamó el mayor guardando la espada en la funda, acercándose y mirando al hombre quien aún era rodeado por Zidian— ¿Qué querías robar? —el contrario solo se quedó mirándolo con seriedad haciendo que Jiang Cheng apretase más el lazo a su alrededor— Responde, por favor. Este solo respondió escupiéndole, haciendo que retrocediera un poco con disgusto— Malditos cultivadores— exclamó, aunque pronto pudo escuchar un fuerte chillido de dolor de su parte. —¡Wanyin! —gritó a su contrario con seriedad— Queremos interrogarlo, no asesinarlo. Sé más suave con Zidian. —Podríamos hacer ambos— indicó el contrario con enojo, aunque aflojó un poco la misma para permitirle respirar. Jiang Cheng sacudió un poco su mano, esparciendo la sangre en el suelo, tratando de no quejarse del dolor, pero era obvio por su expresión que la adrenalina había bajado lo suficiente para sentir el disparo en sus nudillos. Xichen suspiró, tomando de nuevo el radio— Sospechoso capturado, un oficial herido, ¿Dónde está la asistencia? —preguntó con el ceño fruncido, viendo como su contrario miraba al hombre con desprecio, haciéndole una seña obscena con la mano y haciendo suspirar al mayor. Pronto las sirenas de la ambulancia sonaron, llegando al lugar, así como otra patrulla. Lan Xichen pudo ver como su hermano bajaba de esta junto al joven Wei Wuxian quien estaba con un chaleco antibalas sobre su ropa normal. Era curioso como el joven esposo de su hermano resaltaba a donde llegaba, como si la sonrisa que llevaba irradiara felicidad, causando el efecto contrario a su presencia, que parecía desanimar a los demás. Su hermano parecía abstraído con la situación, o tal vez así lo percibía Xichen. —No te acostumbras al nuevo corte, ¿No es así, Jiang Cheng? —preguntó Wei Wuxian a su hermano quien solo chasqueó la lengua. Era cierto, el joven Wei se veía diferente con el cabello corto, y, aunque su hermano se había dejado el cabello largo como lo indicaba la tradición de la familia, el verlo recogido de aquella forma era extraño. Supuso que era el joven Wei quien lo había peinado. —Calla— reclamó Jiang Cheng a su contrario con disgusto. Los ojos de color oscuro de Wei Wuxian examinaron al hombre aún rodeado por Zidian. —Oh, le diste su merecido, Jiang Cheng— dijo con diversión, acercándose al joven con esa sonrisa de siempre— ¿Qué buscabas? —preguntó, aunque no recibió una respuesta, sin embargo, él no se movió, quedándose quieto, notando como la mirada del sujeto señalaba inconscientemente algo que no dudó en seguir, notando el aviso promocional el cual tomó, viendo la imagen de aquella reliquia que creía perdida— Así que buscabas esto— dijo con suavidad, notando el nerviosismo de este y el cómo la forma en la que evitaba sus ojos lo delataba por completo— Entiendo. Oh, que frustrado debes estar al saber que eso no estaría en una simple joyería, ¿no crees? El joven quiso refutar, pero Zidian no lo dejó— Wei Wuxian, hablas mucho— reclamó Jiang Cheng con el ceño fruncido haciendo que, quien era su prisionero, se pusiera pálido como la baldosa. —¿Usted… es Wei Wuxian? —preguntó haciendo que el aludido solo sonriera, mostrando un poco de malicia en su mirada— El… el jodido Wei Wuxian… ¿Por qué ayudas a estos policías? ¿No traicionas tus ideales? —¿Ideales? —preguntó el joven, inclinándose a este, mirándole con seriedad, pero sin dejar de sonreír— ¿Qué sabes tú de ideales si buscas una reliquia que solo trae destrucción? ¿Por qué crees que ayudaría a alguien como tú? —los ojos de Wei Wuxian se iluminaron en carmesí, notando las almas que rondaban al joven, el cómo lo tenían del cuello, queriendo asfixiarlo. Eso no era buena señal, sin embargo, no dijo nada pues pronto sintió una mano en su hombro. —Wei Ying— llamó su esposo haciendo que la sonrisa le volviera al rostro, levantándose y volviendo a la normalidad. —El Tigre Estigio fue destruido si es lo que estás buscando, no creo que valga la pena que lo encuentres igualmente— su voz denotaba frialdad, aunque en su rostro aún se mostraba esa sonrisa, lo que le hacía letal. Xichen solo escuchaba, en silencio, ¿Por qué alguien quería de regreso ese maldito amuleto que tanto había traído desgracias y muerte? Para él era difícil concebir a alguien en su sano juicio que pudiera desear ese amuleto de muerte de regreso, pero el mundo parecía estar de cabeza últimamente. El hombre dejó de hablar, así que, sin más rodeos, lo llevaron a la estación para intentar que alguien le sacara más información, pero fue imposible, no habían podido hacerle hablar más de lo que le había dicho a Wei Wuxian. —Nada— dijo Lan Xichen tras salir de la sala de interrogatorio sin éxito. Jiang Cheng parecía más frustrado por la herida en la mano que por el interrogatorio en sí. Xichen no podía decir que no le preocupaba, pero mostrar interés en ello parecía hacer que este se molestara más por su situación— Wanyin, ¿Te sientes bien? No había podido evitar preguntar de todas formas, no era alguien desconsiderado, no podía evitar que esa preocupación que le estaba carcomiendo lo atrapase de nuevo. Tomó la mano de este, esperando a que la retirara como siempre hacía, pero no fue el caso, parecía más abstraído con el asunto que por la herida— Duele un poco— dijo con suavidad, mirando al sospechoso por el vidrio espejo, notando como este miraba a todos lados, el cómo parecía sospechar de cada esquina— Zewu Jun no debería preocuparse por mi… La modestia del joven le parecía excepcional, así como su carácter, sin embargo, parecía más dócil de lo normal y era raro, pero no desagradable. Tal vez era por el medicamento que le habían dado en la ambulancia, pero no estaba del todo seguro. —Si te duele por favor infórmame, no quisiera pensar que pueda pasar a mayores— mencionó al mayor haciendo que el contrario asintiera lentamente. Le miró de nuevo, notando como la distracción parecía estar atada a algo en su mente, a un pensamiento, o a una idea tal vez. Xichen había aprendido a leer a las personas como él por su hermano, aunque Jiang Cheng era más fácil de leer que su hermano muchas veces. —¿Crees que esté actuando solo? —preguntó el mayor, revisando la mano con delicadeza, quedándose con la misma de manera inconsciente, suspirando. Pudo ver como Wanyin negó. —Nadie buscaría ese sello maldito por voluntad propia, es demasiado extraño. Revisé sus antecedentes también, lo máximo que ha hecho es un robo fallido hace dos años— el tono de Wanyin era profesional, como siempre lo era cuando se trataba de asuntos importantes como esos. Era… lindo. Se sonrojó levemente al pensar ello, negando. Era inadecuado— Entiendo, ¿Crees que haya alguien más poderoso detrás? —esta vez soltó su mano para no incomodar al mayor viendo como este asentía sin prestarle mayor interés. Pronto pudo ver como el hombre comenzaba a convulsionar haciendo que Wanyin se apresurara a llamar al médico mientras Xichen entraba e intentaba detenerlo, sin embargo, podía ver espuma se formaba en la boca antes de que su cuerpo cayera inerte contra el espaldar de la silla. El médico llegó poco después, revisando la boca y el cuerpo, negando— Parece una cápsula…— dijo al ver entre su boca. —Ahí va nuestro testigo— indicó Xichen, suspirando en exasperación viendo como Wanyin apretaba la mano con fuerza, haciendo que la sangre cayera al suelo, pero antes de poder decirle nada, salió del lugar. ¿Qué era aquello que le preocupaba en ese momento?
1 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)