4. Azul (Tres de espadas)
7 de octubre de 2025, 21:47
El aire en la sala era intenso, había frío, por poco y Xichen podía ver su aliento salir por su boca, ¿Por qué debían tener el aire acondicionado tan frío en el laboratorio? Bueno, era cierto, como todos lo sabían, que el frío era necesario para la conservación de evidencia y sobre todo de los cuerpos que allí se examinaban y era tal vez por el joven que estaba en la mesa.
El mayor de los Lan parecía extrañamente tranquilo a pesar del muchacho en la mesa, eso era normal tal vez, pero Wanyin había visto ya las reacciones de su compañero tantas veces que ver a este tan sereno era extraño, pero decidió quedarse callado como lo hacía siempre.
—¿Qué tenemos entonces? —preguntó Wanyin, disgustado por el silencio de la sala, notando como su compañero parecía casi en shock por la escena. Pudo ver como el forense levantó la sábana que cubría el cuerpo haciendo que Lan Xichen retrocediera un paso.
El cuerpo era reciente, se podía notar en la falta de rigor además de que podía verse su piel aun levemente rosada. El forense miró a ambos como analizando sus reacciones por lo que el mayor de los Lan tuvo que cubrir su boca para evitar soltar un jadeo. La herida en la cabeza era visible, que decir, atravesaba el cráneo de lado a lado. Un escalofrío le recorrió, quería vomitar por solo pensar en ello, hasta que escuchó a Wanyin quejarse.
— Sandu ShengShou, debería vendar esa herida mejor— mencionó el forense haciendo que Xichen mirara a su compañero, tomando su mano con rapidez al notar que comenzaba a sangrar levemente y pidiendo lo necesario para limpiar y vendar rápidamente.
—Wanyin, debe cuidarse bien— dijo el mayor mientras miraba que su mano no resultara más lastimada. El aludido asintió en silencio mirando de nuevo el cadáver.
—¿Hay algo en particular? —le preguntó Wanyin al forense, moviendo su mano con dificultad notando como Xichen estaba más preocupado por esta que por el cuerpo frente suyo.
—Si, es justamente lo que quería mostrarles— indicó. Bajó la sábana mostrando una marca en su pecho, el símbolo del clan Wen estaba marcado a fuego en su pecho, como si fuera ganado— No es reciente, tendrá al menos unos meses— dijo el hombre girando un poco el cuerpo, señalando unas marcas negras que recorrían su espalda— Al igual que esto.
Xichen tragó pesado mientras que Wanyin frunció el ceño. Esas eran marcas conocidas por ambos, el uso de las artes oscuras provocaba aquello, Wei Wuxian aún tenía marcas pequeñas visibles en su espalda debido a ello.
—Así que nuestro sospechoso tiene estas marcas, ¿Y? —fueron las palabras de Wanyin quien recuperaba su mano del suave agarre de su compañero quien ahora investigaba el cuerpo con delicadeza, recorriendo con sus dedos las marcas como pequeños caminos notando como todas iban hasta la nuca.
—Que el joven que murió en interrogatorio esta mañana tenía las mismas marcas— indicó con suavidad el forense haciendo que Xichen mirara a este, sorprendido— Así que si, estaban conectados de alguna forma.
—¿Una organización? ¿Un culto? —preguntó Xichen especulando.
—Es una posibilidad— indicó Wanyin llevando su mano al mentón, pensando en la situación, supuso Xichen. Suspiró profundamente mientras dejaba descansar el cuerpo sobre la mesa de nuevo, mirando a Wanyin, buscando alguna respuesta en su rostro la cual en definitiva no encontró.
—Si este caso y el de esta mañana están relacionados, ¿Tendrá que ver entonces con Wen Ruohan? — susurró el mayor de los Lan. Wanyin le miró por unos momentos haciendo que Xichen cubriera su boca, así que él no sabía sobre ese caso. Tragó pesado al verle fruncir el ceño, tomando su muñeca, la que no estaba lastimada, y alejándolo de la mesa por un momento— Mi tío me dio un expediente, esta mañana, sobre Wen Ruohan.
—¿Y no podías decirme eso antes, Zewu-Jun? —preguntó, se podía notar el enojo del contrario en su voz haciendo que el mayor de los Lan suspirase.
—Disculpa, no he tenido cabeza para pensar en eso hoy— indicó señalando al cuerpo sobre la mesa con una seña de su cabeza haciendo que el contrario soltara un bufido— Pero ese no es el punto, Wanyin. Si el clan Wen está involucrado, o algún clan más pequeño afiliado será un problema, no solo para la ciudad, sino para nosotros.
—Entiendo que sería complejo— indicó aun manteniendo el ceño fruncido volviendo a mirar el cuerpo que yacía en la mesa cerca a ellos. No era extraño ver a ambos discutiendo, pensó el forense, pero ese momento era poco conveniente, mucho más con un caso que necesitaba su atención.
—Exactamente— indicó Xichen con tranquilidad. Soltó la muñeca de su compañero y miró al joven en la mesa, aunque ya estaba cubierto aún recordaba la marca en su pecho, como si se hubiese marcado en su mente— Esa marca la he visto antes— susurró. Se despidió del forense y salió del laboratorio notando como Wanyin casi le pisaba los talones. En su oficina estaban los expedientes de los casos relacionados que su tío le había dejado aquella mañana, parecía que las carpetas hubiesen aumentado su altura mientras él no estaba así que supuso que alguno de los muchachos había entrado y dejado todo lo pertinente uno sobre el otro.
Buscó carpeta por carpeta, foto por foto, no quería dejar cabos sueltos, sin embargo, lo máximo que había encontrado eran referencias del símbolo del clan Wen representado por un sol. Suspiró, había visto eso en alguna parte, esa marca, de esa forma, quemado en la piel, pero no podía recordar exactamente donde, hasta que algo parecido a un flash iluminó su cabeza, levantándose de la silla y mirando a Wanyin con ojos abiertos.
—El joven Wei— dijo antes de salir y buscar a su cuñado con rapidez, sin poder ubicarlo de ninguna forma— Wei Wuxian, ¿lo han visto? —preguntó a uno de los jóvenes quien negó con confusión.
—El joven Wei Wuxian se fue junto a Hanguang Jun— mencionó uno de los jóvenes que pasaba por su lado haciendo que Xichen suspirase— Parecía sentirse mal, al menos no se veía muy bien…
Xichen asintió, lo había visto pálido y débil cuando volvieron del operativo de la mañana, sabía que la salud del joven Wei no era estable del todo últimamente, parecía enfermarse fácilmente con cualquier cosa, por lo que su hermano parecía más que sobreprotector con él. Y entendía ese sentimiento, o al menos pretendía entenderlo.
—¿Por qué buscas a alguien como Wei Wuxian ahora? —preguntó Wanyin quien parecía especialmente rápido en seguirlo a todas partes, Xichen no podía decir si eso era un defecto o una virtud, y en ese momento realmente no le importaba en pensar en ello.
—¿Recuerdas cuando el joven Wei volvió?
—Ni me lo recuerdes— mencionó Wanyin, desviando su mirada a un lado. Entendía la frustración de Jiang Cheng, el joven Wei había desaparecido del radar de todo el mundo por años y con él su hermano, sin saber su paradero, y un día solo regresaron así sin más. No sabía toda la historia, y estaba casi seguro de que Jiang Cheng tampoco la sabía, los únicos que sabían la verdad de cómo pasó, de lo que sucedió en esos años y todo lo que tuvo que vivir Wei Wuxian eran él mismo y su hermano, pero ambos eran reacios a contar detalles, solo quedándose con “Sucedieron muchas cosas”. Tampoco quería preguntar, había estado ocupado con todo el asunto con Jin Guangyao como para ocupar su mente con algo más.
—Él tiene esa marca, en el pecho, y también mi hermano… pero por otras razones— susurró recordando el día anterior a que su hermano se fuera, el dolor en sus ojos, la perdida de sentido en su mirada debido al alcohol y el cómo había tomado aquel hierro y marcado su piel con el símbolo de los Wen. Al día siguiente su hermano ya no estaba.
—Pero eso no tiene que ver con esto— indicó Wanyin, parecía enojado, ¿Había dicho algo inapropiado? —Wei Wuxian se ganó esa marca en otras circunstancias, con otras personas, antes de todo eso.
—Si, lo entiendo Wanyin, pero… eso no quita que sean la misma.
—¿Crees que esté involucrado en esto? —le pregunta parecía llena de miedo, o al menos con un poco de… inquietud. Había pasado demasiado tiempo con el joven Jiang Cheng como para interpretar sus expresiones, pero ese rostro era difícil en ese momento, era una mezcla de enojo y tristeza, ¿O decepción?
—No, el joven Wei tiene buenas intenciones, a lo que me refiero es que podría ser algo relacionado a él, o al menos a la imagen que él representaba antes.
Jiang Cheng suspiró, como si estuviese aliviado de que su hermano no se involucrara con ese mundo, aunque Xichen sabía por relatos de su hermano que el joven Wei jamás se metería en ese tipo de asuntos. Él entendía el sentimiento, había cargado con culpa y señalamientos por su hermano menor cuando este se había ido de su hogar persiguiendo una sombra que pocos creían viva.
—Entonces… ¿Cómo se conectan? —Xichen no tenía la respuesta a esa pregunta, lo único que pudo hacer era mirar los expedientes sobre la mesa, suspirando por las pocas pistas. Resolver ese caso parecía ir más y más hacia un punto muerto.
———
Se había llevado los expedientes a casa y Wanyin, quien parecía más interesado en el caso que cualquiera, había decidido quedarse en la casa del mayor, asunto que realmente no le molestaba a Xichen pues siempre tenía una habitación para invitados inesperados, como su hermano y su cuñado, aunque estos últimos no iban tan frecuentemente como antes.
La noche se convirtió en madrugada, cuando Xichen miró el reloj de nuevo eran las tres de la mañana— Creo que deberíamos descansar— mencionó mirando esta vez a su compañero quien se había quedado dormido con el expediente en las manos. Xichen rio al verle de esa forma, acercándose a este para tomar sus hombros y despertarlo— Jiang Cheng, ve a descansar, es tarde…
El joven Jiang le miró con ojos cansados, aunque con aquel ceño fruncido que había mantenido toda la noche, como si se hubiese marcado en su rostro por el constante uso de este— ¿Y tú, Lan Huan? —preguntó usando de nuevo su nombre, sin cortesías, solo como si fueran amigos íntimos. Le asustaba un poco el pensar de esa forma, pensar que aquella situación podría repetirse, que alguien más podría salir herido por su culpa, por aquella mala suerte que parecía tener, pero evitó mostrar una reacción conforme a su pensamiento, no podía dejar que su contrario supiera sus verdaderos sentimientos.
—Estoy bien, puedo quedarme más tiempo— mencionó el mayor con suavidad. Ya lo había hecho, había pasado noches despierto, sin poder dormir, sintiéndose asfixiado cada que cerraba los ojos. Debido a lo mismo había tomado la costumbre de preparar algo de café en las noches y revisar expedientes viejos o encender la televisión en programas de crímenes para quedarse dormido en el sofá, el solo estar en su cama le era sofocante. Sin embargo, esta vez era distinto pues el revisar todo ese montón de papeles era necesario, aun así, su contrario tomó una de sus manos y negó, como si lo que estuviese pensando no fuera correcto, como leyendo su mente.
—Ustedes los Lan duermen temprano, no te quedes por mí, si es el caso. Debes descansar también— indicó con seriedad, levantándose, guiándolo a la habitación y señalando la cama— Duerma, yo vendré en un rato— dijo con suavidad.
Xichen suspiró, negando, tomando la muñeca del contrario para llevarle a la cama, tumbándole en esta. Pudo notar como Jiang Cheng le miró con el ceño fruncido, pero no parecía tener la suficiente energía para renegar contra el mayor de los Lan y eso le hacía tener ventaja a Xichen.
—Me acostumbré a dormir tarde— susurró el mayor acercándose a este para desatar el cabello de Jiang Cheng. Quitó la horquilla con delicadeza, soltando el cabello de su menor, entrelazándolo entre sus dedos, sintiendo lo suave, largo y hermoso que era— Cuidas mucho tu cabello…
—¿Te parece indigno de un hombre cuidar de su cabello? —la pregunta estaba cubierta de veneno, del mismo que usaba al hablar con los demás en la comisaría, pero Xichen no se sintió intimidado con este, ni mucho menos cuando le miró con aquellos ojos serios.
El mayor sonrió —¿Por qué me parecería indigno? Es hermoso, yo también cuido de mi cabello y para nuestra familia no es algo que demuestre que sea menos o más hombre si lo hago.
Jiang Cheng se quedó callado, girando a Zidian en su dedo, por un momento parecía enojado, molesto por las palabras que le había dicho el mayor, aunque cuando Xichen se inclinó a ver su rostro notó un sonrojo en sus mejillas antes de que este se girara y se ocultara entre la almohada.
—Duerma también— indicó el joven Jiang, su voz un poco más suave que antes, y Xichen solo pudo pensar en lo adorable que se veía, y lo mal que se sentía al mismo tiempo por pensar de esa manera.