Últimos actos de amor
10 de octubre de 2025, 21:29
Las nubes grises cubrían el cielo y la penumbra de la niebla marina, envolvía a los dinosaurios quienes se encontraban reunidos al rededor del ataúd, el cual lentamente bajaba al interior de la tierra, provocando que el sacerdote pronunciara oraciones para dar descanso a la joven fallecida. Obligando al patriarca de aquella familia de pterodáctilos a mantener la compostura e intentar darle consuelo a su devastada esposa, quién se aferraba a su marido mientras sollozaba por la muerte de su hija.
Siendo esta escena algo que le partía el corazón a su hijo menor, el cual fue de los más afectados por esta noticia, pues el joven ptero entre lágrimas solo repetía en su cabeza todos los cambios, intentando llegar a un resultado distinto, pero siendo en vano frustrando al ptero aún más.
—Jesus Raptor, ¿Por qué? —se preguntó entre lágrimas mientras lentamente su cabeza regresaba a aquel desastroso día.
Pues aún recuerda él como después del baile las clases estaban transcurriendo con normalidad, algo que lo frustraba demasiado, pues el director Speers prometió justicia para su hermana, quién había sido humillada la noche anterior por un montón de idiotas, provocando que el ptero busque la manera de hacer justicia por mano propia durante aquél disturbio
Siendo detenido en ese momento por su novia Naomi, quien al día siguiente se encontraba dando una presentación sobre los planes para la ceremonia de graduados, haciendo que el ptero la acompañe para evitar que se meta en problemas.
"Carajo ¿Cuánto más tardará ésto?", se preguntó el ptero marrón mientras espera que la parasaurio rubia termine de hablar, pues ella le había pedido encargarse de mover el proyector, a todas las clases donde hayan dinosaurios a punto de graduarse.
—Eso sería todo —dijo la parasaurio rubia mientras hacía una señal a su novio para que apague el proyector—. Los precios de las fotos y platillos del banquete, se les serán entregados durante el almuerzo en la oficina del director, no lo olviden.
—Listo, el siguiente salón sería el "4-B" ¿Cierto? —mencionó el ptero con una voz algo relajada.
—Si, ya con ese terminamos las presentaciones de hoy.
—Perfecto ¿entonces vamos? —dijo aquel joven dinosaurio de chaqueta verde, recibiendo confirmación enérgica por por parte de la parasaurio, pero siendo detenidos casi al instante por su profesora.
—Espera un segundo Naomi, antes de que te vayas, ¿Podrías llevarte unos documentos para el director Spears.
—Oh claro —mencionó la rubia color melocotón mientras le dirige una sonrisa amable a su maestra—. Tu adelántate Nasser, te alcanzo en un momento.
Con esas palabras el ptero asintió y se retiró del salón de clases con el proyector en las manos, teniendo como objeto el último salón donde darían los precios del banquete, escuchando en el camino cómo algunos estudiantes murmuraban, reían y charlaban entre ellos.
Prestando atención especialmente a un par de chicos que mencionaron el nombre de su hermana, empezando a burlarse de ella y a hacer comentarios de mal gusto provocando la furia del ptero, quien solo podía mirar con rabia al par de idiotas mientras apretaba con furia el proyector que estaba entre sus garras, generando algunas grietas en él.
—Mira, aquí se ve cuando le di en la cresta a esa perra gris —dijo con orgullo un stegosaurio de color amarillo con cabello y espinas rojas a un cuello largo que lo acompañaba.
—Si que fue un buen tiro Bro, era lo mínimo que se merecía por hacerme sangrar los oídos —dijo entre risas el cuello largo gris provocando una carcajada orgullosa por parte del stego.
—Sin duda viejo, además por suerte logré escapar antes de que...
En un instante la cabeza del stegosario fue impactada contra los casilleros, dejando anonadado al cuello largo, quien solo mira con miedo al ptero que emitía una fuerte intención asesina.
—¿Que... mierda?... —jadeó el stego amarillo por el dolor mientras intentaba zafarse del agarre de aquel ptero.
—¿Asi que tú fuiste uno de los idiotas de anoche ehh?.
—Y-yo...
—¡Calla! —gritó el ptero mientras azota nuevamente la cabeza del stegosario contra los casilleros, provocando una abolladura en estos últimos y llamando la atención de varios estudiantes, quienes se reúnen al rededor del conflicto.
—Na-nasser calmate —dijo el cuello largo mientras toma el hombro del joven Dino, siendo apartado al instante de un manotazo.
—¡No te metas imbécil o tú sigues! —escupió de ira mientras toma la camiseta blanca del stegosario y lo pone contra los casillero, provocando un gemido de dolor por parte de su víctima—. Escúchame bien malnacido, vuelve a burlarte de Fang y yo mismo te mandaré al hospital, ¿Quedó cla....
Un disparo, solo eso bastó, pues la amenaza del ptero fue interrumpida por el cañonazo de una pistola, asiendo que varios estudiantes griten y dirijan su atención a la ptero gótica peliblanca, la cual sostenía el arma humeante en dirección al cuerpo sin vida de un estudiante. ¿La razón de ésto?, simplemente no le había gustado la manera en que el joven Varionix se burlaba de su hermano quien intentaba defenderla.
—F-fang ¿Q-que hiciste? —dijo el ptero incrédulo soltando a su víctima, observando aterrado como su hermana no dejaba de apuntar al cadáver a sus pies—. Fang s-suelta eso porfavor.
Ante sus palabras la Dino peliblanca contempló por unos segundos el Revólver en su mano, antes de dirigir su vista al stego amarillo que estaba intentando ponerse de pié, disparándole dos veces en la espalda, y provocando que todos los estudiantes empiecen a correr buscando refugiarse del peligro.
—F-fang, e-espera déjame explicar—dijo el joven mientras veía como su hermana le apunta con el arma.
—Camina.
—¿Q-que? —dijo Nasser escuchando como una bala golpea el casillero a su lado.
—¡Que camines!, ¡Vamos entra al salón!.
Ante esto, el Dino entró tembloroso al aula que le había indicado su hermana, siendo encerrado en esta, junto a varios estudiantes más.
—Nasser, ¿recuerdas nuestro viaje al gran cañón en donde rompiste tu ala? —dice la ptero mientras cierra la puerta y usa la correa de su mochila para asegurarla desde afuera.
—Si Fang, pero ¿eso qué?.
—Porfin se como pagarte por ello, solamente tengo que saldar cuentas con Naomi y después de ello ya no tendrás que lidiar con alguien que te haga daño, serás libre de mí y de esa perra controladora —dijo la joven ptero mientras ríe entre lágrimas y se aleja por el pasillo, asiendo que su hermano intente abrir la puerta de manera desesperada.
—¡No, Fang, Fang vuelve, No lo hagas! —gritó el ptero mientras empieza a golpear la ventana de la puerta para liberarse del encierro, logrando romperla después de varios intentos.
Por otro lado la ptero celeste recorría los pasillos en busca de la parasaurio dejando solamente masacre a su paso, disparando a cada alumno que se cruzaba en el pasillo, pues la peliblanca aún recordaba las burlas y humillación de la anterior noche, teniendo como objetivo llegar al salón donde vió por última vez a la rubia.
—¡Naomi ven aquí hija de perra! —gritó la Dino una vez estuvo lo suficientemente cerca del salón donde se encontraba la presidenta del consejo estudiantil.
Provocando con ello que la parasaurio solo se encoja por el miedo detrás del escritorio de su maestra, escuchando aterrada como lentamente la Dino peliblanca entra al salón, revisando cuidadosamente los pupitres de cada estudiante antes de notarla y sujetar el cabello de la rubia con ira, jalándola fuera de su escondite y tirándola contra el suelo.
—¿Que pasó presidenta?, ¿esto no estaba en tus putos planes? —dijo la ptero con cierto sarcasmo y enojó antes de comenzar a patear a la parasaurio, quién solo gemia de dolor mientras intenta cubrirse de los ataques por parte de la gótica—. ¿Ésto... No... Era... Lo... Que... Querías?
—P-porfavor b-basta —imploró la parasaurio con claro pánico en su voz, mientras yacía de espaldas contra el suelo y se cubría inútilmente su rostro con los brazos, siendo en vano pues aún así era golpeada y pisoteada por la ptero enfurecida, quien le había causado varios moretones y rasguños a la cara de la rubia.
—¿Enserio quieres que me detenga perra?, ¿Acaso tú lo hiciste cuando intentaste controlar mi vida, o la de Nasser?, pues que cres imbécil —dijo la ptero con un tono algo amable antes de volver a dibujar en su rostro una expresión de ira y desprecio, empezando a patear el cuerpo de la parasaurio nuevamente—. ¡Esto... Es... lo que... pasa... Cuando intentas... Controlar... A los... demás!.
Ante aquella escena varios dinos solo pueden quedarse detrás de sus pupitres intentando tapar sus oídos para evitar escuchar los bramidos de dolor por parte de la parasaurio, quien seguía siendo golpeada por la ptero, la cual después de unos segundos apuntó su arma en dirección a la rubia, obligándola a levantarse mientras la sujetaba del cabello provocándole aún más dolor.
—¿Ultimas palabras perra? —bufó la gótica mientras obliga a la golpeada parasaurio a mantenerse de rodillas.
—L-lo lamento, p-porfavor para —suplicó la rubia mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
—Ya es tarde para eso —dijo la ptero con desprecio asia la presidenta del consejo, antes de disparar su arma en contra de la parasaurio, quién solo pudo intentar cubrirse la cabeza ante el ruido del disparo.
No había dolor, ni sangre en el cuerpo de la parasaurio, ella únicamente sintió como era soltada del cabello dejándola caer nuevamente contra el piso, escuchando en el proceso como la ptero forcejeaba con alguien antes de disparar dos veces contra él, siendo éste un ptero marrón el cuál se estaba sujetando su estómago, dejando paralizada por unos instantes a la gótica, quien solo podía ver horrorizada a su hermano, el cual ahora solo estaba intentando contener el dolor en su abdomen.
—N-no N-nasser, ¿Q-que e echo? —dice la joven Dino aterrada mientras observa como su hermano intenta acercarse, obligándola a salir corriendo entre lágrimas de culpa y desesperación.
—¡F-fang!, ¡Fang!, ¡Lucy! —gritó el ptero mientras intenta perseguirla, cayendo debilitado por el dolor en cuanto logra salir al pasillo, observando de manera borrosa como su hermana por unos instantes debido a la mención de su verdadero nombre, antes de alejarse nuevamente por los pasillos del instituto.
Sintiendo aquel ptero como después de unos segundos de dolor, alguien estaba apoyando sus manos contra su herida tratando de aplicarle los primeros auxilios, rogando al joven de escamas marrones resistir y no quedarse dormido, siendo ésta la voz de Naomi, la cual entre lágrimas intentaba contener la hemorragia del ptero.
—¡Vamos Nasser, no te mueras, resiste! —dijo la parasaurio sintiéndose desesperada pues veía cómo lentamente el ptero aflojaba el agarre en su herida—. ¡No Nasser solo un poco más, la ayuda ya viene!—imploró la joven mientras suelta algunas lagrimas, pues por más que ella gritaba implorando ayuda, sus compañeros de clases ya habían escapado de lugar, o intentaban refugiarse en un sitio más seguro.
Cosa que causo aún más desesperación en la parasaurio, pues lentamente podía darse cuenta como las garras de su amado empezaban a enfriarse, escuchando a la vez como alguien a la distancia corría por el pasillo en su dirección.
—¡Ayúdenos, porfavor! —gritó la parasaurio haciendo que el tipo corra aún más rápido.
Algo que también notó el Dino moribundo abriendo con dificultad sus ojos, distinguiendo muy apenas la figura borrosa de un humano calvo, el cual se detiene por unos segundos contemplando atónito la escena.
—N-naomi ¿Que mierda pasó aquí?
—F-fue Fang, ella enloqueció y empezó a matar a todos, hasta incluso le disparó a Nasser.
—E-entiendo Naomi, c-calmate un momento, ¿él como está? —dijo el humano mientras trata de tomar la muñeca del ptero, quedando petrificado al sentir su cuerpo gélido —E-él está...
—No aún no, pero ya a perdido mucha sangre, tenemos que llevarlo a un hospital.
—Si pero primero ponle esto en las heridas, haz un torniquete o algo así —mencionó el calvo mientras se quita la chaqueta verde, usándola como vendaje para aquel ptero, antes de tomarlo por el hombro e intentar subirlo a su espalda—. Llama a las autoridades, diles que preparen una ambulancia.
—N-no tengo mi celular.
—Entonces toma el mío, está en el bolsillo de mi pantalón —dijo el humano mientras termina de acomodar al ptero en su espalda asiendo que despierte por el movimiento repentino.
—A-anon, L-lucy, d-detenla.
—Carajo, ¿Por qué tuve que abrir la boca? —dijo el humano entre dientes mientras empieza a avanzar asia la salida del instituto—. T-tranquilo amigo, te prometo que detendré a
Siendo la voz de la parasaurio pidiendo una ambulancia, lo último que pudo escuchar el ptero antes de desmayarse nuevamente, despertando después de varias horas en el hospital regional de Bolcadera, sintiendo a la vez cómo su estómago empezó a doler con un ardor punzante.
—Ah... Mierda —murmuró el ptero entre dientes mientras se cubria de las fuertes luces con un brazo, e instintivamente lleva su garra a la herida para intentar calmar el dolor, notando que a su lado en la habitación se encuentra una pequeña ptero rubia algo mayor—. ¿Mamá?.
—Por fin despiertas cariño, me tenías muy preocupada, los doctores dijeron que tal vez despertarías mañana debido a los sedantes, pero creo que se equivocaron —dijo la ptero mientras deja escapar una pequeña risa e intenta secar sus ojos húmedos.
—¿Y... Fang?, ¿que pasó con ella?.
—Ella... ella se mató.
—¡¿Q-que?!, v-vamos mamá, deja de bromear —exclamó incrédulo mientras en su pico se formaba una sonrisa nerviosa.
—No es broma hijo —aclaró la ptero con amargura en su voz mientras aprieta su blusa intentando contener las lágrimas—. Después del tiroteo, tu hermana subió al techo del instituto y...
—No, no puede ser, no puede ser mamá, Anon dijo que la detendría.
—¿El humano?
—Si él, ¿Que pasó con el humano?.
—Le dispararon y lo trajeron aquí, ahora mismo tu padre lo está interrogando.
—¿Que papá qué? —comentó el Dino algo alterado mientras intenta levantarse de la cama, suplicando a Jesús raptor que su padre pueda controlar, algo que el humano no le puso fácil al enorme ptero, pues con cada pregunta el chico solo le daba una mirada vacía.
—Venga Skini solo dame tu declaración, si no lo haces te encerrare por obstrucción policíaca —dijo el ptero mientras apunta a su placa y le dirige una mirada casi asesina al humano sobre la camilla.
"Solo aslo, yo tuve la culpa de todo, me merezco la muerte", murmuró el humano entre dientes, siendo apenas escuchado por aquel pterodactilo.
—¿Como que tuviste la culpa? —preguntó el oficial empezando a llenarse de furia, siendo esto notando por su compañero.
—Ripley es suficiente por ahora —dijo el braquiosaurio mientras guarda su cuaderno de apuntes.
—¡¿Cómo que tuviste la culpa?!, ¡¿Que mierda le hiciste a mi pequeña Lucy?! —gritó aquél ptero enfurecido mientras abalanza contra el humano intentando sujetarlo del cuello, siendo detenido por su compañero.
—¡Ripley quieto, contrólate amigo!.
—¡Habla maldito ¿Que le hiciste a mi hija?! —rugió el ptero sin recibir reacción alguna del humano, pues éste tenía la mirada perdida en dirección a una de las ventana del cuarto.
—¡Ripley! —gritó el otro Dino mientras empuja al ptero en dirección a la puerta—. Carajo es la última vez que te hago un favor idiota! —dijo el braquiosaurio mientras echa fuera de la habitación al ptero, siendo visto por su esposa y su hijo quien a duras penas soportó el viaje gracias a una muleta que le sirve de soporte.
—¿Papá?
—Ha... ¿N-nasser? —dijo el ptero quien rápidamente gira la cabeza en dirección a su hijo y corre a abrazarlo, provocando que éste casi caiga por el acto repentino— Dios me preocupaste demasiado, ¿Pero que no se supone que aún debes de estar descansando?.
—Si, so sé pero quiero mamá me dijo lo que pasó y tengo que ver a cierto humano.
—Ja, suerte con el Skini, ese chico no a cooperado en lo más mínimo.
—Recuerda que no todo se arregla con violencia —replicó la pequeña ptero mientras veía con cierto disgusto a su esposo.
—Lo que digas querida.
—¿Que tal si me dejan hablar con él?, seguramente pondría hacer que me cuente lo que en verdad pasó —dijo el joven ptero mientras se acerca con dificultad a la puerta de la habitación siendo detenido por el braquiosaurio.
—Wilson déjalo pasar, mi hijo es amigo del humano, sin duda ayudará mucho más que yo.
—¿Estas seguro Repley?
—Si, de todas formas en caso de que haya problemas solo sácalo de la habitación —añadió el ptero mientras abraza a su esposa por la cintura.
—Muy bien, solo no te quejes si tengo que usar fuerza moderada.
Con esas palabras ambos dinos entraron de nuevo a la habitación siendo notados por el humano, quien al ver entrar al ptero rápidamente lo mira como si éste fuera un fantasma.
—Hey, hola Anon, ¿Cómo sigues?.
—¿N-na, Nasser? —dijo el humano mientras trata de levantarse de la cama en dirección al ptero cayendo por error en los brazos de éste.
—Relájate amigo, estoy bien tranquilo —dijo el ptero mientras rodea con su brazo libre la espalda del humano, quien solo murmura la palabra perdón mientras se aferra al cuello del ptero y lo mira lleno de angustia, empezando a derramar algunas lagrimas en su hombro.
—Perdon Nasser, no pude salvarla —dijo el humano entre sollozos que lo hacían temblar de la impotencia—. Ll-llegué tarde, f-fue mi culpa, ella saltó y no pude hacer nada, Dios ¿P-por qué mierda no pude ayudarla?.
—Calmate chico o harás que ambos se lastimen de nuevo —interrumpió el braquiosaurio, mientras toma el hombro del humano y lo ayuda a sentarme sobre la cama—. Respira un poco hijo e intenta contarnos que pasó.
—¿Que tengo que contar?, solo kage todo y provoqué ésta mierda.
—No te des el crédito muchacho, llegué a conocer a la chica, ya le faltaba un tornillo desde antes.
—¿En serio? —interrumpió el ptero mientras se encontraba recostado en una silla de plástico.
—Si, la chica a estado siete veces en la comisaría, por delitos cada vez más graves, así que no tienes la culpa de nada hijo —mencionó mientras apoya su mano en el hombro del calvo
—No... no lo entienden... —dijo el humano de manera melancólica mientras se sacude, intentando sacarse de encima al oficial—. Fang estaba destrozada y yo no pude hacer nada al respecto, creí que todo estaba bien cuando volvió a mi departamento y pasamos la noche juntos pero no, simplemente no... creí que me amaba, pero ella solo saltó..., solo me abandonó.
—Nos abandonó a todos —dijo el ptero mientras se encuentra encorvado frotando sus ojos húmedos—. Por Jesús Raptor ¿Por qué le hice caso a Naomi y no volví antes a casa en cuanto terminó el baile?, si tan solo hubiera vuelto a la hora correcta, nada de esto hubiera pasado.
—Hijo no te culpes, solo querías pasar tiempo con alguien especial para tí, cualquiera habría echo lo mismo.
—Eso dicen, pero igual fue en vano, pensé que sentiría algo nuevamente por ella, que todo sería como antes, pero supongo que no.
—¿Osea que estás con ella solo por compromiso hijo?
—Yo... creo —respondió el ptero antes de soltar un nuevo suspiro—. Simplemente no quiero dañarla, le debo la vida y tirar tantos años de relación a la basura sería...
—Oye aveces dejar ir es más sano que aferrarte a una relación que ya no funciona, no te digo que rompas con ella en cuanto la veas, solo intenta llevar las cosas tranquilas asta que sienta que es el mejor momento.
—Claro claro —mencionó el Dino marrón oscuro, con una burla algo sarcástica mientras se frota la cabeza—. Sin duda un hermano de mierda tiene la suficiente experiencia en esas cosas.
—Amigo, tú eres de las mejores persona que conozco —interrumpió el humano con un tono algo decaído—. Sinceramente no sé de que te culpas, yo mismo vi como querías defenderla durante el baile, es más me faltaron bolas ese día para poner en su lugar a montón de idiotas, aunque de igual manera nunca entendí el por qué ella te odiaba, pensé que tenían resentimientos de hermanos o algo así pero, no éramos tan unidos como para que me lo contara.
—Yo tampoco lo supe, de niños éramos muy unidos pero empezó a volverse más y más distante, incluso llegué a un punto en donde ya no la reconocía, traté de apoyarla sí, pero no fue suficiente, Luci empezó a usar pronombres y a insistir en que la llamen Fang, luego tu llegaste y volvió a ser como antes por un tiempo, pero creo que no debí de dejarte esa carga solo a tí, digo me hubiera gustado echarte una mano con Fang, pero Naomi insistió en que debía de dejarles algo de espacio.
Ante esas palabras el humano lo miro confundido al ptero de manera interrogante, antes de girar los y sacudir la cabeza decepcionado, movimiento fue notado por el ptero, quien al calvo un poco extrañado.
—¿Qué, que pasa?.
—N-nada olvídalo, solo recordé algo estupido —dijo el humano mientras suspira y se recuesta nuevamente en la camilla, observando a la ventana la cual mostraba el cielo estrellado debido a las altar horas de la madrugada—. Bueno... fue un alivio saber que aún sigues vivo.
—Si... supongo que te veré luego, nos vemos Anon.
—Adios Nasser.
Sin mediar más palabras el ptero se retira de la habitación y el humano solo se recuesta pensativo sobre la camilla, el calvo no tenía algun indicio de sueño, incluso podría decirse que tenía insomnio, pero él simplemente quería cerrar los ojos y no volver a despertarse.
Por otro lado el ptero fue llevado por sus padres asta su habitación donde finalmente pudo recostarse y descansar, pidiendo a sus padres que fueran a casa para que también durmieran un poco, aceptando estos después de unos segundos de insistencia por parte de su hijo, quien una vez estuvo solo fue invadido por la idea de haber perdido a su hermana, empezando a sollozar sintiendo un fuerte dolor en su estómago debido a ésto, obligándose a mantener la calma antes de caer dormido con un profundo dolor en su corazón, siendo sorprendido al día siguiente por una escena la cual pensó nunca presenciar, siendo ésta ver a su padre disculpándose con alguien que no sea su esposa.
—¿Q-que?.
—Ya me oíste skini así que no volveré a repetirlo —dijo el enorme ptero quien se erguía de manera atemorizante frente al humano.
—No, no me mal intérprete, al contrario no debería de disculparse por nada.
—¿Vez? te lo dije, ya vámonos Samantha.
—Un segundo Ripley, ¿Acaso no olvidas algo?.
—¿Tengo qué? —replicó el ptero recibiendo casi al instante una mirada de disgusto por parte de la pequeña rubia, haciéndolo gruñir por el disgusto—. Bien... Escucha chico, pregunté a los médicos y dijeron que has tenido un progreso decente con tu pierna dañada, así que.... Ah...
—Olvidalo querido yo lo hago —interrumpió la pequeña ptero algo molesta mientras da un paso al frente en dirección al humano—. Wilson nos dijo lo que pasó y también lo mucho que amabas a mi pequeña Lucy, así que... sería un honor para nosotros que vinieras a su funeral, así podrías darle una última despedida.
—Muchas gracias señora Aron, pero no voy a ir.
—P-pero ¿Por qué? —dijo la ptero siendo interrumpida por su esposo.
—Dejalo Samantha, de todas formas no creo que su presencia sea importante.
—¡Ripley! —dijo la pequeña ptero algo enfadada antes de volver a dirigirle la palabra a aquel humano—. Mi niño le diste una gran alegría a Lucy en el tiempo que te conoció, aslo por ella.
—Lo siento pero... No puedo —dijo el humano algo afligido mientras mantiene su cabeza inclinada cortésmente, sintiendo como sus ojos comienzan a humedecerse—. Es muy amable, pero simplemente no puedo ir, no me lo merezco.
—Mamá ya es suficiente —interrumpió su hijo mientras llama la atención del trío, colgándose a la vez una mochila del hombro—. Ya recogí mis cosas es hora de irnos.
—Esta bien hijo, el funeral es a las cuatro Anon, eres libre de venir si quieres —dijo la ptero mientras suspira pesadamente y camina en dirección a su familia, quienes ya la esperaban para volver a casa.
Teniendo la pobre ptero que intentar hacerse a la idea, de que en unas horas se encontraría en el funeral de su propia hija, algo que también era difícil de procesar para el resto de su familia.
Especialmente para el joven ptero, el cual después de ser recibido a las afueras del hospital por su novia parasaurio, pudo darse cuenta del daño que su hermana le causó debido a la golpiza, teniendo un ojo y las mejillas moradas, puntadas en la nariz y labios y para rematar una mano vendada debido a las heridas.
Para el ptero aquella imagen era lamentable y quería sentir lástima genuina por su novia, pero cada que la veía solo podía recordar las últimas palabras que le había dicho su hermana.
"Solamente tengo que saldar cuentas con Naomi", esa frase llegó a su mente una y otra vez durante las siguientes horas, especialmente al observa melancólico la tumba de su hermana, siendo consolado inútilmente por la parasaurio rubia a su lado.
—Naomi... —murmuró el ptero mientras aparta su mejilla de la parasaurio, quien intentaba secar las lágrimas de su novio con un pañuelo.
—¿S-si Nasser?.
—N-nada... Olvídalo... —suspiró el joven mientras desvía su mirada, sintiendo como su corazón se fragmenta en mil pedazos.
¿La razón?, amigos lloraban la perdida de Fang, su madre sollozaba en los brazos de su esposo, y su padre había perdido el color en su mirada, recibiendo únicamente el apoyo de un t-rex grisáceo, quien apoyaba su pequeña garra en el hombro de su amigo, reconociendo a este como el viejo tío Moe, quien fue de los pocos que asistieron al funeral y se quedaron asta el final junto a la familia Aron, siendo la única que también lo hizo la parasaurio rubia que acompañaba al pterodactilo.
No debía estar ahí, no quería estar ahí, pero la parasaurio melocotón sentia la necesidad de acompañar a su novio en ese momento, únicamente para mantener las, sintiendo ésta un alivio cuando cuando notó como el patriarca de la familia llevaba a su esposa hacia su auto, siendo seguidos a la salida del cementerio por casi todos los dinosaurios restaurantes de aquel lugar.
—Nasser, hora de irnos, tus padres ya se están llenando —dijo la parasaurio mientras seguía aferrada al brazo de su novio.
—Adelantate, quiero estar aquí un poco más.
—N-nasser vamos, no es sano que te quedes aquí.
—Naomi porfavor, solo necesito algo de tiempo.
—P-pero Naser ya todos se están yendo.
—Entonces vete, yo no te estoy obligando a seguir aquí, ¿o sí? —dijo el ptero algo irritado mientras pensaba en las palabras que le dijo su hermana.
—N-no, claro que no pero...
—¡Naomi porfavor! —bufó entre dientes antes de llevarse la mano al rostro y suspirar de manera pesada—. Porfavor solo quiero... N-necesito estar a solas por un rato.
—B-bueno supongo qué, te veré después —mencionó recibiendo un ligero por parte de su novio quien seguía de espaldas a ella evitando dirigirle la mirada—. Te estaremos esperando, no te quedes asta tarde o podrías pescar un resfriado.
Con esas palabras la parasaurio se aleja dejando solo al ptero, quien después de unos segundos finalmente empieza a llorar, tratando de contener sus sentimientos lo máximo posible, pues las heridas de los disparos aún ardían en su estómago abrumándolo aún más, haciéndolo preguntarse si ese era un castigo por parte de Dios, durando un largo rato en silencio mientras a su mente llegaban recuerdos de toda su vida junto a su hermana, dejando a su vez que el tiempo pase y las lágrimas llenas de nostalgia recorran sus mejillas, llenándolo aún más de incertidumbre cuando su mente solo se enfocaba en una duda.
"¿Que mierda había pasado entre Fang y Naomi?", esa duda carcomía su cabeza desde que vio a la parasaurio de pié esperando a las afueras del hospital, quiso, quería hacerlo realmente, pero en el interior sabía que eso era cruel, pues ella lo había ayudado a sobrevivir lo suficiente, cómo para que lo atendieran de manera adecuada.
—¿Que carajo debería a hacer Fang? —preguntó el ptero abrumado a aquella tumba frente a él, dejando que las lágrimas caigan por sus mejillas y escuchando a la vez un pequeño murmullo, proveniente de un mausoleo a algunos metros de distancia.
Por unos instantes el ptero decidió ignorar aquel ruido y retirarse del lugar, pero fue asta que estuvo a la distancia suficiente, que se decidió a mirar atrás por última vez, notando como una silueta calva se encontraba de rodillas contra la tumba de su hermana.
—¿Anon?.
No había duda era él, pensó el Dino mientras regresa asta la lápida, sintiendo cierta incomodidad con cada paso que daba en dirección al humano, pues solo podía mirar como el calvo lloraba y se frotaba los lados de su rostro de manera desesperada.
—Carajo, ¿Por qué?, ¿por qué?, ¡¿por qué?! —dijo el humano apretando los dientes mientras no deja de frotarse el rostro.
—¿Estas bien?.
—¿A caso me veo bien? —respondió el calvo de forma sarcástica intentando secarse las lágrimas, antes de suspira de manera pesada—. Perdón Nasser, simplemente estar aquí no me deja usar la cabeza.
—Te entiendo viejo, acabo de hacer lo mismo con Naomi hace algunos minutos, incluso tuve que mandarla a casa con mis padres, solo para despejar la mente por unos minutos.
—Ja, no me sorprende, desde que la conozco solo es una molestia.
"¿Molestia?", pensó el ptero decidiendo ignorar ese comentario, mientras coloca su garra en el hombro de su amigo.
—Anon... Gracias.
—¿Por qué?.
—Por haber sido el novio de Lucy.
—Lu... oh claro, descuida fue un placer haber sido un novio de porquería —respondió el calvo soltando un largo suspiro, antes de murmurar en voz un poco alta —Carajo, ¿por qué se me tuvo que escapar lo de Naomi frente a Fang?
—¿L-lo de Naomi? —preguntó el ptero haciendo que el calvo tráge saliva nerviosamente—. Anon ¿De que carajo hablas?.
—¿Enserio aún no lo sabes?.
—¿Saber que?.
—Mierda, ¿enserio eres tan ciego?, ¡Naomi nos usó a todos en la escuela!, ¡usó a Fang!, ¡me usó a mí!, ¡y te aseguro que usó a Speers como si fuera un puto peón de ajedrez!.
—¡Anon, más te vale que sea una puta broma! —añadió el Dino mientras aprieta los dientes y se acerca al humano de manera amenazante.
—¿Broma?, ¿enserio esto te parece una maldita broma?, ¡ella solo me utilizó para quitar a Fang del camino y no me di cuenta asta que fue muy tarde!... no me di cuenta asta que ya me había enamorado de Fang —dijo soltando una lágrima mientras el ptero puede ver una mirada de resentimiento por parte del humano.
—Carajo, n-no puede —dice el ptero con cierto disgusto mientras observa al humano, el cual parecía no tener algún rastro de duda en el rostro, provocando que el Dino se tape la cara mientras suelta un suspiro intentando procesar lo que le había dicho si amigo—. D-dios, tiene que ser una puta broma, digo Naomi si era un poco posesiva, pero ¿Llegar a ese punto?, no, no lo creo, me niego a creerlo.
—¡¿Enserio?!, aver hagamos un pequeño recuento —dijo el humano mientras levanta un dedo con cada mención que hacía—. Filosofía, jardinería, ciencias, cocina, ¡Música!, ¡yo ni siquiera practicaba música con un demonio!, Naomi se aseguró que compartiera al menos una clase con Fang al día, ¿eso no te parece raro?.
—Yo... No lo sé —mencionó el ptero soltando un suspiro de angustia—. Simplemente es difícil creerlo...
—¡¿Es difícil creerlo?!, amigo la perra arruinó la vida de Fang y la mía, ¡¿Y aún así quieres seguir con ella?!, ¿que carajo te pasa?.
—¡Mucho idiota, mucho!, ¡yo también perdí a Fang, si no te has dado cuenta!, y después de eso ¡¿quieres que también termine mi relación con Naomi así nada más?!.
—¡Tu eras quien quería una razón para terminar con ella! —dijo el humano apretando los dientes—. Bueno ahora la tienes, solo hazlo antes de que sea tarde.
Con esas palabras el ptero solo puede desviar la mirada, y soltar un gruñido de frustración mientras se aleja del humano, escuchándose con cada paso que daba, dejaba caer su bastón con fuerza contra el suelo, intentando liberar algo del enojo que sentía con aquella acción, a su ves que se dirigía a su automóvil con un gran dilema guardado en su pecho.
Por otro lado en casa de la familia Aron, cierta chica rubia intentaba comunicarse con el ptero de escamas marrones que se había quedado en el cementerio, soltando un suspiro de frustración al ver que nuevamente no atendía sus llamadas.
"Vamos Nasser, porfavor contesta", murmuró la parasaurio mientras se mantenía a solas en la cocina, pues por más que haya querido ser cortés con la familia en su momento de dolor, la incomodidad se hizo presente más rápido de lo que la rubia quería aceptar.
—¿Aun nada? —preguntó Repley mientras se recarga contra el marco de la puerta observando a la joven.
—No.
—Ese muchacho, espero que no se haya metido en problemas.
—Lo siento señor Aron, debí de haberme quedado con él.
—No te disculpes, mi hijo "supuestamente" ya es mayor como para necesitar una niñera, así que no te preocupes, Nasser no es tan irresponsable como para olvidarse de como volver a casa, bueno al menos eso creo —dijo el gran ptero mientras frota su barbilla recibiendo un pequeño susto al escuchar la voz de su esposa detrás de él.
—Y ya empezó a rebajar al pobre Nasser de nuevo, cariño porfavor, deja en paz al muchacho por cinco minutos.
—¿Ahora yo que dije?.
—Nada de seguro, mejor ayúdame y lleva algunos paquetes de galletas a los invitados en la sala—mencionó la pequeña ptero mientras entra a la cocina y toma la tetera que estaba en la estufa, esperando un poco a que su esposo salga del lugar para dirigirle la palabra a la parasaurio—. No lo escuches querida, Replay aveces no sabe cómo expresar sus preocupaciones.
—L-lo entiendo señora Aron, mis padres también tiene problemas son eso.
—Igual atesoralos Naomi, ellos y Nasser son muy afortunados de tenerte cerca.
—Gracias señora Aron.
—Solo dime Samantha, de todos modos para mí ya eres como de la familia —dijo la ptero provocando una mirada de remordimiento en la parasaurio, la cuál es cubierta casi al instante por una pequeña sonrisa falsa.
—S-si, gracias Samantha.
—Ni lo menciones querida, solo sigue cuidando de Nasser ¿Esta bien?.
—Si, haré mi mejor esfuerzo.
—No lo dudo, aunque igual perdona por no tener nada decente que cenar el día de hoy, a sido una tarde muy ajetreada —menciona la ptero mientras deja un paquete de galletas junto a la parasaurio y le sirve algo de té caliente.
—Descuide Samantha, igual es muy amable de su parte, gracias.
—No ahí de qué querida —menciona ptero con una sonrisa antes de salir de la habitación, dejando nuevamente sola a la rubia.
"Quizás deba llamarlo", pensó la Dino color durazno mientras observa los contactos en su celular, percatándose rápidamente de número registrado a nombre de su hermana, desatando con ello el recuerdo una pregunta que le hizo la parasaurio carmín.
"¿Por qué demonios no lo dejas?"
No pudo responderle en ese momento a su hermana Mía ya que ni ella tenía respuesta alguna, pero después del incidente en el instituto lo tenía muy claro, pues la simple idea de perder a Nasser revivió un sentimiento que ella pensaba extinto desde hace mucho, un sentimiento que murmura para sí misma en un intento de grabarlo en su alma.
—Lo amo... Lo amo, lo amo —repitió un par de veces la parasaurio dándose valor a sí misma, antes de volver a marcarle al ptero, quien nuevamente no respondió, obligándola a dejarle nuevamente un mensaje de voz—.Nasser soy Naomi, tus padres y yo te estamos esperando en casa y tu madre está un poco preocupada por ti, porfavor vuelve antes de que anochezca.
Las horas pasaron después de eso y el Sol se ocultó en el horizonte hace ya un buen par de horas, dejando a la parasaurio barda en el hogar de la familia Aron, mismos quiénes intentaban incluir a la joven en las conversaciones, cambiando con ello la perspectiva de la rubia respecto a la ptero fallecida. Descubriendo también lo energética y creativa que era la ptero en un principio, algo que ella no había visto por parte de Fang en ningún momento, causando que la parasaurio se pregunte la razón del cambio tan repentino, respecto al comportamiento de aquella joven tan alegre que solía ser Fang, siendo sacado de sus dudas por el distintivo sonido del automóvil de su novio, quien por fin había regresado después de varias horas ausente.
—Vaya, asta que él muchacho se dignó en aparecer —dijo Repley mientras se dirigía a la puerta principal, siendo detenido a medio camino por su pequeña esposa, quién le da un ligero golpe en el brazo.
—Ni se te ocurra regañarlo cariño, mi niño seguramente tiene sus razones para llegar tarde —menciona la pequeña ptero color menta, la cual se apura a abrir la puerta principal sorprendiendo un poco a su y hijo.
—Wow...
—Bienvenido hijo.
—H-hola mamá, ya volví.
—¿Donde estabas cariño?
—Charlando con un amigo que me encontré de camino a acá —dice el ptero con una pequeña sonrisa, misma que se borra en cuanto escucha la voz de cierta parasaurio color melocotón.
—Bienvenido Nasser.
—Oh... Sigues aquí, pensé que... Bueno no importa, toma tus cosas te llevaré a casa.
—E-estas seguro hijo, si quieres tú padre podría llevarla.
—No, no descuida, yo la llevo.
—Pero si aún no has comido nada —dijo la pequeña ptero mientras toma el brazo de su hijo, intentando hacer que se adentre más en la sala.
—Tranquila mamá, ya comí algo en el camino, además no tardaré mucho descuida.
—Oh, está bien, como quieras.
—Bueno... ¿Lista para irnos Naomi?.
—S-si, estoy lista.
—Muy bien, entonces vamos.
Con eso dicho el ptero da un abrazo a su madre y sale junto a la parasaurio de aquel hogar rumbo a su auto, teniendo en el camino un viaje ciertamente incómodo, pues por más que la rubia intentaba iniciar una conversación con el chico de tonos marrones, éste solo se limitaba a bufar en asentimiento y desinterés a cada palabra de la chica, misma quien se sorprende al ver que el joven se detiene a un par de cuadras de su destino original.
—¿Quieres caminar? —menciona el ptero con desinterés mientras sale del auto, dejando muy confundida a la parasaurio, quién solo puede acentir y hacer lo mismo que su novio, empezando a caminar rombo a la casa se la rubia.
—Nasser ¿que sucede? —pregunta la parasaurio mientras intenta seguir el ritmo del ptero marrón.
—Puedo... ¿Puedo preguntarte algo? —dijo el ptero bajando un poco la velocidad.
—C-claro que sucede.
—¿P-podrias decirme, que le hiciste a Fang? —comentó incómodo mientras se detiene, apretando un poco el bastón que llevaba a su lado.
—¿D-de que hablas?.
—Ya sabes... Fang quiso matarte y... Bueno, ¿Que fue lo que hiciste?.
—N-nada, ¿Por qué preguntas eso?.
—Ha... Ya no finjas, Anon me confesó todo.
—¿Anon?.
—Si, me topé con él en el cementerio, al principio no quise aceptarlo, pero ahora que lo pienso tiene mucho sentido
—Nasser ¿de que hablas? no te entiendo.
—Dime ¿por qué carajo te metiste en la vida de Fang?.
—¿Q-que?.
—Ya me oíste, dime ¿por qué mierda te metiste en la vida de mi hermana?
—Y-yo...
Inmóvil la parasaurio solo puede bajar la mirada y quedarse en silencio ante el ptero, quién solo puede apretar su entrecejo con amargura antes de retomar su camino, sintiendo a la vez como un hueco en su estómago.
—Mejor apúrate ya estamos cerca de tu casa —dijo el ptero siendo detenido por la parasaurio quién intenta sujetarlo del brazo.
—N-nasser espera.
—¡No me toques! —gritó el ptero mientras aparta el brazo, conteniendo a la vez sus intenciones por golpear a la rubia—. No... Me toques... Te llevaré a casa y eso es todo, no vuelvas a buscarme, no vuelvas a llamarme, y ¡NO VUELVAS! a mi vida... lo nuestro se acabó.
—Nasser porfavor, déjame explicarte.
—¡No hay nada que explicar, perdí a mi hermana por tu culpa Naomi! —dijo el joven entre lágrimas intentando contenerse, dejando sin palabras a la parasaurio.
Misma quien solo puede caminar en silencio junto a ptero, llegando rápidamente asta la acera de la parasaurio donde se separaron sin mediar palabra, provocando que la rubia porfin caiga en llanto al ver al ptero alejarse en la oscuridad.
—Perdon —susurró entre lágrimas la rubia, dejando que el viento de la noche porfin se lleve sus pesares.