Bingo de verano
1
Centro de Investigación Médica
Aldea de la Hoja
Aquella tarde Sakura, junto con otros colegas investigadores, se encontraban revisando la invitación a una ponencia y muestreo en un área alejada de la aldea. Dicho evento se llevaría a cabo en un campo de entrenamiento ubicado a medio camino entre la aldea oculta entre las Aguas Termales y la aldea del Bambú, en una costa conocida por sus bellas playas. Aquella comunidad no se veía afectada por la influencia de la aldea oculta entre la Escarcha, por lo que su clima era el que mejor aprovechaba los días de verano. La kunoichi pensaba detenidamente si podría aprovechar la oportunidad de trabajo y, de paso, tomarse un par de días en las playas mencionadas. Le hacia falta un descanso y seria una gran ventaja poderlo tomar en un sitio paradisiaco como ese. —Me siento culpable de solo pensar en algo así —se dijo cuando la reunión finalizo—. El trabajo en el campamento de verano es una gran oportunidad para recopilar información sobre los procedimientos médicos en esa área. Muero por unos días de descanso aunque esa misión sea tan importante. Se quedo pensativa por un momento antes de salir de la sala de reuniones y finalizar la jornada del día. Esa tarde tenia una reunión fuera de trabajo con su sensei, quizás podría pedir un consejo y, de paso, comunicarle sus planes. Apresuro el paso hasta el lugar acordado encontrándose con el sexto Hokage un rato después. —Asi que el trabajo de investigación del que se me notificó se llevara a cabo en la Tierra de las Aguas Termales —dijo pensativo mirando a Sakura. —Si, es una gran oportunidad sabe —añadió Sakura emocionada—. Le comente a Ino, por si estaba interesada en acompañarme ya que también le podría servir, pero no le es posible. —Espero que no estés pensando en declinar la propuesta solo por la falta de disponibilidad de Ino —indico Kakashi serio—. No dejes pasar la oportunidad, Sakura. Esto sera de gran valor para ti. —Lo sé, sensei… No iba a declinar, mas bien pensaba en… —adoptó una expresión preocupada. Kakashi se percató de su mente inquieta. —El clima de esa pequeña ciudad costera es perfecto para el trabajo en la playa. El mar es hermoso en esta época del año y, claro que cualquiera quisiera pasar unos días tirado en la arena, sin pensar en el trabajo. —¿Alguna vez ha visitado esa ciudad, Kakashi sensei? —Si, solo en un par de misiones lamentablemente. Creo que, dentro de ti, quisieras tener un par de días para disfrutar, ¿no es así? —Me vería irresponsable si así fuera —respondió la kunoichi ruborizándose de vergüenza. —Un par de días no hacen daño a nadie, sin embargo el trabajo que harás allá tomará al menos unas tres semanas. Quizás consideres que ese tiempo en la playa es suficiente. —Es verdad… serán casi cuatro semanas. Sakura no había reparado en ese detalle antes de pensar en tomarse días libres. Iba a estar lejos de casa casi un mes. Kakashi también cayó en cuenta que no la veria por tantos días, por supuesto que iba a echar de menos su presencia, no obstante esa oportunidad era oro para ella y no quería que la perdiera. —Vamos, Sakura. Solo serán unos días. Te echaremos de menos, pero ya volverás y me contarás tus aventuras con lujo de detalles. El Hokage sonrió bajo su pasamontañas mientras ella lo observaba en silencio. No se había alejado tanto de él en todos los años que atendió misiones y menos ahora que tenían casi un año siendo tan allegados. Dentro de ella sentía que también lo iba a echar de menos; su charla, el tono calmado de su voz, sus ojos expresivos. La joven agito levemente la cabeza cambiando la expresión de su rostro. —Por supuesto que le contare mis aventuras con lujo de detalles —añadió rápidamente. Ambos rieron un poco y continuaron charlando el resto de la velada de otros temas distintos. . Sakura se reunió con Ino un par de dias después en una amena, y nueva, zona comercial cercana a un barrio de reciente construcción. Las dos se vieron afuera de una bonita cafetería, mientras sonaba una canción en el fondo, charlaron animadamente de las actividades del día y del trabajo de campo en la Tierra de las Aguas Termales. La gente pasaba por un lado del local, el día era estupendo y la luz del sol se filtraba por el amplio tragaluz en el techo del complejo. —Como me gustaría que pudieras acompañarme —dijo Sakura con algo de pesar en la voz. —¡Me encantaria, pero no puedo dejar solos a Sai y al niño! —respondió la rubia con mas pesar— Pero, creo que es una gran oportunidad para ti en muchos sentidos —añadió entusiasmada mirando a su amiga con sus ojos grandes. —Seguro que lo es. Me ayudara en mi carrera como ninja médico. —No lo digo solo por eso —Ino dibujo una expresión traviesa en su rostro—: También es una excelente oportunidad para que conozcas a alguien nuevo y fascinante. ¡Que tal que terminas enamorandote! —¿Qué?, ¡Ay por favor! No voy con esas intenciones y lo sabes. La rubia estaba mas que emocionada mientras continuaba añadiendo ideas adicionales a una Sakura que, por primera vez en mucho tiempo, le resultaba extraño y ajeno todo lo que su mejor amiga sugería. No eran más que disparates, ella no necesitaba una relación por ahora. —No te cierres a las opciones. No puedes pasarlo saliendo a cenar con el sensei, estás perdiendo la oportunidad de conocer al amor de tu vida. —Ino… —Si, si ya se que vas a decirme que Sasuke era el amor de tu vida, pero él ya no está, ¿vas a dejar que tu corazón se endurezca por eso? —No, Sasuke no era el amor de mi vida… —Sakura se quedó sin saber que decir ya que esa idea la tomó por sorpresa— Mucho tiempo creí que lo era, pero ya no. —No vas a decirme entonces que Kakashi sensei es más interesante que cualquier otro hombre de nuestra edad —indicó Ino mirando fijamente a Sakura—. ¿No es algo mayor para salir con chicas como tu? —¡¿Qué?! No, el… Él es un hombre muy decente. Las cosas no eran como las planteaba Ino. Sakura disfrutaba la compañía del señor Sexto y, como siempre estaba disponible para su antigua pupila, además jamás ponía pretextos de por medio; menos le causaba dolores de cabeza, es que elegía salir con él que con jóvenes de su edad. La joven kunoichi no deseaba cuestionarse en esos momentos si el trato con Kakashi sensei sería asi por más tiempo o dejarían de frecuentarse por otras razones. —He intentado salir con gente de nuestra edad, Ino. Creo que no lo recuerdas —añadió con calma devolviendo la mirada a su amiga. —Si, conozco la historia de tus citas fallidas. Aún así, el viajar a otro sitio por un tiempo, te abrirá las perspectivas. —Las perspectivas laborales, Ino. No estoy buscando al “amor de mi vida” ni nada de eso. —Si que eres un hueso duro de roer. Solo, por favor, dime que no te cerraras a la posibilidad si es que sucede. —¿Te sirve si te digo que: Esta bien, no me cerraré? —¡Sii, esa es la actitud! Sakura volvió a casa un par de horas después analizando varios pensamientos en su cabeza. ¿Realmente fue Sasuke el amor de su vida? Estaba segura que no en ese punto de su vida. Además, estaban Kakashi sensei, sus salidas y constantes reuniones fuera del ambiente de trabajo. Quizás el sensei salía con ella por la misma razón que Sakura prefería su compañía: se conocían desde hacía años, eran buenos amigos ahora y se entendían hasta cierto punto. Ciertamente Kakashi sensei ya no estaba en sus treintas, pero tampoco era tan mayor como remarcaba Ino. No había una generación de por medio entre ambos, así que salir a cenar como colegas y demás no estaba fuera de lugar. El trato de los dos shinobis estaba bien tal cual. —Si yo no estuviera cómoda con su compañía, hace tiempo ya hubiera puesto una barrera entre ambos o bien, la distancia de siempre. Si Kakashi sensei no quisiera pasar tiempo conmigo, me diría lo de antes “Ah, te vere mas tarde” o“tengo que atender algo” y no es así. Ahora que Kakashi era Hokage, parecía tener más tiempo para sus allegados que antes, a pesar de su carga diaria de trabajo. No obstante, las palabras de Ino le daban vueltas en la cabeza: “Que tal que conoces a alguien en la Tierra de las Aguas Termales y terminas enamorándote”. Sakura comenzó a sentirse algo agobiada por esa idea y un miedo se manifestó en lo profundo de su persona. No estaba segura de la razón, solo sabía que no quería enamorarse de nadie y Sasuke no era la causa. No lo sabia exactamente, solo no quería que sucediera. Aún no. —Esa Ino, solo sabe meter ruido en mi cabeza. No necesito enamorarme de nadie, estoy bien así como ahora. La idea de enamorarse, lejos de entusiasmar su espíritu, la consternaba demasiado. . El jueves antes de partir, se reunió con Kakashi sensei como cada dos días a la semana, durante la hora del almuerzo. El Hokage la miró notando algo extraño en ella. —¿Estás bien, Sakura? —Si, sensei. Solo pensaba que… —Sakura no sabia como poner en palabras las agitadas ideas en su cabeza —Quizás, no es buena idea que vaya a la Tierra de las Aguas Termales —dijo al fin bajando la mirada mientras picaba distraídamente con los palillos su caja del almuerzo. —¡¿Y por qué no, qué sucedió?! —Kakashi dejó de comer, devolvió el pasamontañas a su sitio, mirándola con gravedad— Sakura, ¿ocurrió algo malo? La ninja médico levantó la cabeza cayendo en cuenta que sus temores eran infundados ya que se trataba de algo hipotético que, tal vez, ni siquiera acontecería. Se sintió avergonzada al reconocer su actitud tan infantil buscando el modo de salvar la situación y no quedar como una chiquilla inestable. —Que tal que mis padres me necesitan en casa, ¿y si sucede algo malo mientras estoy fuera? —comenzó a decir lentamente. —Vamos, no pienses esas cosas —el tono de voz del Hokage recuperó su calma habitual— ¿Te haría sentir mejor si envío a alguien a revisar el hogar de tu familia mientras estas fuera? —No quiero molestar. Seguro usted tiene mejores tareas para nuestros shinobis, sensei —la petición la hizo sentir un poco peor ya que Kakashi dispondría de recursos para algo que no era del todo cierto. —Puedo enviar a un aprendiz. Solo deja la solicitud como misión del rango mas bajo y listo. —Gracias, Kakashi sensei. —Es una gran oportunidad que no quisiera que dejes pasar. Podrías arrepentirte si permites que alguien mas se lleve el crédito por un trabajo bien hecho. —Un trabajo bien hecho. Tiene razón, esa sera mi motivación mientras este allá. Kakashi no quería decir en voz alta que iba a extrañarla mientras estuviera fuera, pues habría posibilidades de que ocurrieran cosas, no relacionadas al trabajo, en la vida de Sakura. Estaría en contacto con otras personas nuevas y fascinantes. Esa idea no lo había dejado en paz desde que ella le anunció entusiasmada que tomaría la oportunidad de trabajo. No obstante, jamás se interpondría en su camino si es que la vida la llevaba a otros parajes, de hecho deseaba verla crecer como persona aún más. Bien podría decirle, “Si tienes temores por estar fuera, lo mejor sería no alejarse de casa”, pero tampoco haría eso. No iba a cortar sus alas de ninguna forma aunque eso significara perder su agradable compañía. El ya tuvo su oportunidad de hacer grandes cosas en su juventud y las había conseguido, ahora era turno de ella de brillar intensamente. De igual forma, él también tuvo la oportunidad de rodearse de compañía agradable en el pasado, dejándolo de lado al dar prioridad a otras cosas. Ciertamente, Kakashi estaba consciente de que ese barco había partido sin él hacía tiempo, muy dentro de su persona se sentía ridículo si tratara de invitar a alguien a salir. Y eso no era culpa de nadie más que suya. —Algo que podrías hacer —comenzó a decir el señor Sexto— para no sentirte mal por estar fuera tantos días es: enviar postales o cartas a tu familia. —¡Es una buena idea! —Asi los tendrás al tanto de tu día a día. —¿Puedo escribirle a usted también, sensei? —preguntó la chica entusiasmada mirándolo con sus grandes ojos verdes haciendo que Kakashi diera un respingo que amenazaba con romper su apariencia ecuánime. —¿De verdad, me escribirías? —¡Si, por supuesto!, ¿puedo enviar mis cartas a la oficina del Hokage? —Claro que sí —el hombre sonrió ampliamente bajo su máscara. Y así, Sakura hizo sus maletas para salir temprano en la fecha acordada. .2
Ciudad Costera,
zona central de la Tierra de las Aguas Termales
Días después
La jornada laboral llego a su final por ese día, Sakura, junto con sus colegas médicos, se tomaron el resto de la tarde yendo al malecón de la playa cercana, desde donde pudieron ver el hermoso mar azul frente a sus ojos. Para varios de ellos, era su primera vez en una ciudad como esa, de igual forma era la primera vez que veían el mar. Aquella ciudad, conocida solo como “Ciudad Costera” estaba ubicada a la mitad del país de las Aguas Termales, en la costa Este. El poblado era una aldea pequeña con pocos habitantes, sin embargo poseía una clínica cuyos estudios giraban alrededor de los venenos provenientes de la vida marina. Sakura se sintió impresionada por el tema ya que estudiar sustancias o criaturas venenosas era su pasión. Los animales marinos venenosos le ofrecían un campo de estudio nuevo, amplio y fascinante. Además de eso, el entorno en el que se encontraban era idóneo, así como la panorámica era única y hermosa. La ninja medica deseó tener algún medio para capturar esa vista del mar y compartirla con alguien. Las tiendas ubicadas a lo largo del malecón le permitieron adquirir una pequeña cámara fotográfica, con la cual documentó el ambiente a su alrededor esos días iniciales. Al final de la primera semana, noto que ya tenía una marcada línea de bronceado en sus brazos y piernas, su rostro lucía más moreno dando a la joven un aspecto que le causaba gracia. La potente luz solar no los dejaba ni un momento del día. —Debo llevar la cámara a la tienda de fotografía. Necesito las impresiones para mandarlas a casa —decía mientras iba acompañada de un colega, también ninja médico, local de la ciudad. —No es por presumir, superior Sakura, pero en esta ciudad tenemos las costas mas hermosas que veras nunca —añadió su joven acompañante llamado simplemente Arashi. —Estoy de acuerdo con eso. ¿Por cierto, donde puedo encontrar la oficina postal? —Esta al final de la calle. Te llevare, superiora. —Gracias. Cuando Sakura recogió sus fotografías, después del almuerzo, se percató con pena que debía mejorar ya que carecía de talento para captar imágenes. —Todas las fotos salieron movidas, sobre expuestas o borrosas —decía desanimada mientras Arashi reía discretamente. —Por cierto, el dia de mañana nos tocara hacer muestreo en la playa del sur. Es la mas bella de toda la ciudad. —¡Estupendo, ya quiero ver el lugar! Sakura no se percató de la sonrisa que le dedicaba su colega, pues su mente se hallaba armando una carta para Kakashi sensei la cual quería redactar y enviar antes del término del día. . Kakashi recibió la carta de Sakura el día lunes por la mañana haciendo que su corazón diera un agradable respingo. La semana pasada, su mente se hallaba lejos y ni siquiera era totalmente capaz de concentrarse en la documentación pendiente, que se incrementaba dia a día, o en sus juntas. Asi que esa carta le llegó caída del cielo no perdiendo la oportunidad de leerla tras pedir no ser molestado. “Kakashi sensei: Espero este muy bien. Esta primera semana ha sido intensa y desafiante. La vida marina ofrece un campo de estudio nuevo y único en su tipo. He pasado todos los días en jornadas de sol a sol, sin embargo hoy el equipo de trabajo se tomo el día. Le mando un par de fotos que hice con una cámara que compre, creo que no son las mejores, pero quería mostrarle el paisaje que acompaña mis días. Tenía razón en que era una gran oportunidad, me alegra que me haya convencido de tomarla cuando estaba a punto de declinar. Espero verlo pronto, Sakura”. Kakashi sonrió bajo su máscara al ver las tomas mal hechas enviadas por Sakura. La linea del mar estaba inclinada hacia un lado o el otro en todas las capturas, la panorámica del pueblo se veía borrosa y en fin… No importaba, se dijo aun sonriente, las había enviado ella y eso era lo único relevante. Tras guardar esa carta en una cajita especial, donde estaban todas las notas que Sakura le dejaba en el almuerzo, es que pudo ser capaz de poder continuar el trabajo pendiente. A pesar de como se sintiera, tenía que cumplir con su deber como se le exigía. Aprovecharía su hora del almuerzo para ejercitarse un poco, pues no deseaba que ella volviera y lo encontrara fofo y desaliñado. Hacía un par de años, Kakashi llegó a la conclusión de que el puesto de Hokage resultaba tedioso, lleno de papeleo, reuniones de trabajo interminables y; con tan poco tiempo disponible, su vida se lleno de horarios inestables y caos en sus tiempos, había dejado de ejercitarse y hasta de dormir bien. Como resultado, cada mañana, Kakashi veía delante del espejo a un vejestorio solterón en sus cuarentas cuyo abdomen, antes plano, ahora sobresalía flácido ocasionando que su chaleco le viniera justo conforme pasaban las semanas. Sakura lucía radiante cada que la veía, mientras que el tuvo que recurrir a ajustar un régimen en sus horarios, comidas y ejercicio semanal, a fin de resolver su condición de patata andante. De forma muy personal, no quería que ella se avergonzara de su compañía si se viera como si lo hubieran botado de la cama. Tenía unas dos semanas más para hacer algún progreso. . Sakura no esperaba recibir una respuesta por escrito de Kakashi sensei, de hecho pensaba que era probable que aún no la hubiera leído. No obstante, eso le inquietaba pese a que tenía suficiente trabajo como para tener su mente entretenida el resto del mes. Tratando de no pensar en esas cosas irrelevantes, es que hizo lo posible por tener su cabeza ocupada. Aquella bonita tarde de verano, Sakura y el equipo de trabajo se encontraban en la playa revisando unas muestras marinas capturadas de forma temporal; eran unas medusas que zumbaban molestas en un contenedor reducido. Tras dedicar varias horas al análisis de aquellos seres gelatinosos, es que las dejaron en libertad para terminar de documentar sus hallazgos. —Había leído bastante sobre estas criaturas y los efectos de sus venenos —comento Sakura a su colega Arashi quien la miraba con toda la atención que podía—, aunque creo que analizarlas y observarlas de primera mano no es lo mismo que revisar textos y bitácoras. —Nada como observarlas y estudiarlas de primera mano, ¿no es asi, superior Sakura? —respondió el joven sonriendo ampliamente. —Es correcto —la joven kunoichi lanzo un largo suspiro estirándose un poco—, voy a darme prisa para meterme a la piscina del hotel un rato. Luego de eso trabajare un par de horas en mis reportes. —¿Por que no dejas los reportes para mañana, superior? Si llegas al centro de Investigación temprano, podríamos trabajar juntos en ellos y avanzar más rápido. —Es una buena idea. Le comentaré al resto del equipo. —¿Al resto…? —dijo Arashi algo desanimado— Oh… Pensé que podríamos trabajar juntos. —Por supuesto —indicó Sakura algo evasiva—, podremos trabajar junto con los demás. ¿No es así? —añadió sonriente. —Claro… Sakura se despidió alegremente mientras Arashi hacia lo propio lanzando un largo suspiro, de verdad trataba de pasar mas tiempo a solas con ella sin conseguirlo del todo. La joven de la aldea de la Hoja le atraía cada vez mas conforme pasaban los días, pero no sabia cómo hacérselo saber sin sonar insistente o grosero. La ninja médico era alguien único y diferente, tenia un brillo muy especial que le gustaría conocer un poco mas, si es que ella lo permitía. Un par de horas después, Sakura decidió nadar un poco a solas en la amplia piscina de agua caliente. Sus colegas habían acordado salir a beber un poco, no obstante ella no estaba de humor para algo así por lo que prefirió vestir su bañador mas bonito y sumergirse a solas en la privacidad del hotel. —Esto era justo lo que necesitaba —se dijo relajada nadando un poco de espaldas con los ojos cerrados—. Me pregunto… ¿Que habrá pensado Kakashi sensei de mi carta? —el inesperado pensamiento la hizo sonreír— ¿Qué habrá pensado de mis fotografías mal hechas? Seguro me recomendará educadamente que tome unas clases de fotografía. Se acercó a la orilla de la piscina recargándose en una de las paredes cercanas a una lámpara interna quedándose ahí por unos momentos. ¿El sensei ya habría leído esa carta?, se dijo por sexta vez esa tarde, ¿por que eso era tan importante? Sakura no quería reconocer abiertamente que le habría gustado recibir alguna respuesta, cualquiera la habría hecho feliz, un par de líneas hubieran sido suficientes. —Seguro tiene mucho trabajo y reuniones agendadas. Vamos, no pienses en tonterías —se dijo algo molesta consigo misma—. Una carta no es mas importante que el trabajo de un Hokage, además no indicaste en el texto que esperabas una respuesta. A veces, el sensei es muy literal. En ese momento se percato de sus pensamientos no entendiendo por que tenia esas ideas en la cabeza, no entendía tampoco por que la respuesta a una carta casual era tan importante de pronto. —La segunda semana está por terminar —Sakura no pudo evitar volver a las mismas ideas nuevamente—, le enviare otra carta con mas imagenes y… —pensó en incluir la linea “ojala pueda decirme que le parecieron mis fotografías”, sin embargo llego a la misma conclusión— Y, el trabajo de un Hokage es más importante que responder una carta casual. Sakura se quedo un momento sumida en sus pensamientos, bien podría escribir a alguien mas, como Ino, y ella responderia en seguida si lo que quería era recibir la respuesta de alguien. No debía molestar al señor Sexto con sus cosas, por muy bien que se llevara con él; Kakashi debía estar demasiado ocupado lidiando con cosas de la aldea. Concluyó que le enviaría otra carta sin dudarlo, no obstante también le escribiría a Ino. La ninja, salió de la piscina alrededor de la medianoche volviendo a su habitación enseguida, tenia ambas cartas en la cabeza y le pareció que lo mejor seria redactarlas enseguida. .Continuará…
Notas: Decidí tomar inspiración del Bingo de Verano del blog:https://www.tumblr.com/kakasakuzinepara este relato. Los prompts son: Campamento ninja de verano, Vacaciones y Día de playa. Espero les este gustando.