ID de la obra: 1088

KakaSaku Week 2025

Het
G
Finalizada
0
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15 páginas, 5.427 palabras, 3 capítulos
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Capítulo 3

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Prompt 4: En la pila de hojas / Confesiones

Prompt 5: Bufandas / Mercado de segunda mano

El otoño había llegado a la aldea de la Hoja aquel día a finales de septiembre. Las hojas de los arboles se tornaron doradas y comenzaron a caer juntándose en altas pilas, que se veían aquí y allá, en los parques públicos de la aldea. Kakashi y Sakura se encontraron afuera del Hospital de la Hoja pues, como otras veces, se llevo a cabo la junta mensual de resultados donde representantes médicos de alta jerarquía presentaban diversos reportes al Hokage. Dicha junta tomo casi todo el día ya que todas las áreas medicas del hospital presentaron sus resultados a Kakashi quien escucho los proyectos, propuestas y soluciones a diversas problemáticas, dejándolo satisfecho al final de la jornada. —¿Que opina de todos los avances que los ninjas médicos han hecho en el pasado cuarto del año, sensei? —pregunto la joven kunoichi mientras ambos iban por la zona del parque frente al hospital. —Se han hecho grandes avances médicos desde hace unos años. Estoy satisfecho y alegre por los buenos resultados presentados hoy —el Hokage se giro para mirar a Sakura sonriendo bajo su pasamontañas—. Por cierto, espero que seas ponente en la siguiente reunión, has conducido investigaciones muy interesantes el ultimo año. —Iba a serlo, sin embargo le cedi el lugar a una nueva compañera quien estaba muy entusiasmada por dar la presentación. Fue tal su entusiasmo que, entre todos, acordamos que ella era la indicada —Sakura sonrió ampliamente y satisfecha por dicha decisión. El Hokage le devolvió la sonrisa aunque ella no pudiera verla. Le llenaba de orgullo ver como la chica había florecido tanto desde hacia algún tiempo desempeñando su labor por encima de las expectativas. Los dos se internaron en el parque mas cercano observando las pilas de hojas aquí y allá. El otoño estaba en su apogeo y el viento que anunciaba el invierno se dejaria sentir dentro de no mucho. —Por cierto, sensei. Hace poco fue su cumpleaños y no pude darle ningún obsequio —dijo la kunoichi de pronto. —Ah eso, no te apures. De todos modos, lo pase en una larga reunión en la Aldea de la Arena y no es que Gaara sea alguien que se preste para esa clase de eventos —respondió Kakashi sin dar mas importancia. —Se que lo felicite apenas lo vi… —añadió Sakura pensativa. —Si, me invitaste a cenar y con eso fue suficiente para mi. Naruto, Guy y otros colegas también me felicitaron. Lo pase muy bien, sabes. —Aun asi le traje algo —la chica le acercó un bolso de papel que Kakashi recibió sorprendido. —¿Qué es? El shinobi abrió el bolso encontrándose con una bufanda en el interior. Ambos tomaron asiento en una banca de madera cercana mientras Kakashi analizaba conmovido el obsequio; era una bufanda agradable al tacto, y abrigadora, en color verde con azul decorada con unos grabados cuyo diseño se asemejaba a los shurikens. —Es justo lo que necesitaba —el Hokage cerro los ojos por un momento sintiéndose afortunado por haber recibido un presente como ese. La enrollo en su cuello de inmediato mientras Sakura lo observaba sonriente, su regalo le había gustado mucho a su sensei. Siendo esa reacción superior a lo que ella esperaba. —Gracias, Sakura… —Por nada, sensei… Me alegra que le haya gustado. —Me viene de maravilla. Días atrás, Sakura e Ino recorrieron un mercado de segunda mano encontrándose curiosidades y antigüedades aquí y allá. Sakura buscaba inspiración para comprar -o mandar hacer- un regalo para Kakashi-sensei pues, desde hacia tiempo le parecía apropiado hacerle un obsequio en una fecha tan importante. Las dos chicas recorrieron el mercado un par de veces sin encontrar nada que les llamara la atención. No obstante, afuera del establecimiento, se hallaba una fila de locales comerciales y uno de ellos tenía un aviso de que se vendían bufandas hechas a mano. Sakura pensó lo significativo que seria obsequiar una bufanda tejida por ella, sin embargo dichas habilidades no se le daban bien y lo que ella quería dar era algo bien confeccionado y, casi, perfecto. Sin pensarlo dos veces, solicito la confección de dos bufandas con el mismo patrón aunque en colores distintos; así ella tendría una pieza a juego con la que obsequiraria a su sensei. Sakura detallo a la persona en el mostrador que tipo de diseño quería y los colores. Como eran piezas tejidas a mano, con el cuidado y empeño necesarios, no pudieron estar listas antes del cumpleaños del señor Sexto. —Nunca he tejido una bufanda y me gustaría poder hacerlo. Pero ya no tengo tiempo por esta ocasión —pensó culpable. Kakashi escuchó el relato conmovido. Qué importaba que Sakura no supiera tejer; el solo hecho de haberse tomado el tiempo en mandar hacer las dos bufandas, eligiendo tanto los colores como el patrón de diseño, era mas que suficiente para hacerlo sentir especial. —Tengo que confesar sensei… que me avergüenza un poco no saber algo tan simple como tejer una bufanda —dijo en voz apenas audible bajando la mirada. —Sakura —respondió el Hokage mientras la chica posaba sus ojos en él—, si yo te confesara la cantidad de cosas que no se hacer, te morirías de la risa. —A ver, quiero escuchar una confesión —añadió divertida. —Tengo capacidades nulas para pegar los botones a una camisa sin que queden mal alineados. Con el sharingan me ayudaba a hacer varias actividades y sin él, soy un desastre. —¡Oh vamos, sensei! —ella rio un momento acomodando en su cuello la bufanda que hacia juego con la que tenia Kakashi. Este gesto no le paso desapercibido sintiendo un agradable respingo en su interior. —Esta cayendo la tarde —dijo él de pronto—, te acompañare a casa. —Aun es temprano. ¿Que le parece si damos un paseo un rato? Creo que la tarde esta muy agradable. —Es una buena idea. No tengo prisa por volver y dedicar el dia a revisar interminables documentos —respondió el shinobi lanzando un largo suspiro. El avanzo unos pasos colocando las manos en los bolsillos mientras hacia un gesto ofreciendo a Sakura su brazo. La joven acepto el ofrecimiento sujetandose del brazo del Hokage. —Debo confesar, Sakura —comenzo a decir de pronto—: que eres la segunda persona que me da un obsequio tan especial por mi cumpleaños. —¿Quien fue la primera? —pregunto la ninja medica curiosa. —El amigo que me regalo el sharingan. Algún día te contare esa historia con detalle, lo lamento si no puede ser hoy. —No pasa nada, sensei. Hábleme de eso cuando quiera —respondió sonriente. —Gracias, Sakura… —Por nada, sensei… Ambos caminaron por entre las pilas de hojas charlando un poco mas, Sakura no se soltó de su brazo en ningún momento. .

FIN

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