ID de la obra: 1190

Ámame | SuoSaku

Slash
R
En progreso
1
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 21 páginas, 6.454 palabras, 9 capítulos
Descripción:
Notas:
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9

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El mundo tenía otro color. Pasaban los días sin pena ni gloria. Se escapaban de entre los dedos y lo único que parecía no cambiar era el mundo de Suo. Recibía la purificación divina, una especie de exorcismo contra el espíritu maligno que albergaba y custodiaba. Era un verdadero martirio tener que sufrir en sus propias carnes un castigo que no merecía él. Pero llevaba siendo así desde siglos atrás y la tradición no iba a cambiar. Al menos Suo no podía cambiarlo, simplemente obedecía a su maestro y luego se sentaba a observar su árbol de cerezo. Le daba cierta paz observar las flores que tanto le recordaban a su amado. Porque sí: no había otra manera de llamar a Sakura Haruka más que su amado, el hombre que le robó el corazón, ese humano destinado a él. Se preguntaba cómo sería pasar la eternidad a su lado. Cómo sería memorizar cada detalle de su piel y entender su interior como si fuera el propio. A Suo le gustaba imaginar que Haruka tomaba su mano y le ayudaba a soportar el dolor. Nunca había tenido problema con sufrir, todo su mundo se tornaba trágico en instantes y luego solo volvía a la normalidad, nada había pasado. Nada cambiaba, era un mundo estático, una rutina ejecutada con ceremonia. Y sabía que no podía hacer más que acatar las normas. Aunque tenía el poder para quemar el mundo, solo necesitaba el incentivo para decidir hacerlo, pero por el momento no estaba en sus planes. ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ El tiempo se escapaba entre los dedos. Los momentos se tornaban efímeros mientras Sakura intentaba no perder la paciencia. De verdad que creía en la palabra de Suo. En serio lo hacía. Para su vida humana ya había pasado un mes y tenía claro que si Suo no había aparecido era porque algo estaba pasando. No quiso darle más importancia de la que probablemente tenía, pero notaba cambios: lo denso que se volvía el viento cuando pensaba en Suo, el escalofrío que sentía cuando pasaba por aquel callejón cercano a la cafetería del otro día donde lo encontró y supo que era real, la ausencia de sueños, la calma que se sentía tan fuera de lugar. Algo en Sakura estaba inquieto, como si pudiera percibir el dolor de Suo. Como si este lo estuviera llamando en silencio. Y Sakura no sabía cómo transmitir a Suo que estaba ahí. No tenía claro si solo era un presentimiento, ideas suyas, pero sentía que algo andaba mal y Sakura podría jurar que era real, que no era un delirio por echarlo de menos. ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ La lluvia caía violentamente sobre el asfalto. Suo estaba caminando por las calles de Makochi, podría simplemente teletransportarse a su destino, pero qué tendría eso de especial. Dolía. ¿De qué servía una promesa si está envenenada? Para que Sakura Haruka fuera suyo este debía renunciar a su humanidad. ¿Sakura estaría dispuesto? Le aterraba la respuesta porque los humanos son tan frágiles y asustadizos y, aunque Sakura no es en esencia solo humano, era inconsciente aún de su poder y verdadero potencial. Así que Suo necesitaba la lluvia que empapaba su pelo, su ropa y hasta sus pensamientos. Eso estaba bien, limpiar, purificar. Pero Suo nunca estaría totalmente limpio. Poseía un espíritu en su interior que engulliría el mundo como un dragón, que no dejaría nada bueno a su paso. Y aún así quería creer que tenía posibilidad de redención, porque esa ansia de destruir no era suya, era del espíritu. O eso quería creer. ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ Suo llegó al apartamento individual en el que vivía Sakura. No tenía claro qué hacer a continuación, solo quería la compañía de su humano. Hoy se sentía tan vulnerable, algo impropio de él. Dudó un segundo antes de llamar a la puerta. Sakura abrió la puerta. — Ahora usas los métodos humanos. — Dijo Suo sonrió y así, todo mojado, abrazó a Sakura, porque lo necesitaba, porque lo anhelaba. Y Haruka correspondió al abrazo sin importarle lo frío que estaba Suo por la lluvia y que lo mojaría a él también. Sakura metió a Suo en la casa, aun sin separarse del abrazo. — Te necesitaba. — Murmuró Suo dejando caer totalmente su máscara y mostrando su debilidad. — Tardaste. — Dijo Sakura en el mismo tono. Permanecieron abrazados durante minutos, tal vez horas. Lo importante es que estaban juntos, que por un momento podían sentir la calidez del otro y sentirse en una burbuja donde solo existen ellos. Sakura sentía algo vibrar en su interior y el tirón que lo guiaba hacia Suo se calmó con su presencia, dejando solo ese temblor en su estómago que parecía recordarle que estaba vivo, que esto era real. Suo se dio una ducha caliente y se vistió con ropa cómoda de Sakura. Luego se metieron juntos bajo los edredones del futón, abrazados como si de eso dependieran sus vidas. Y por primera vez en siglos, Suo sintió que estaba en casa, que los brazos de Sakura eran su hogar. Algo que se sentía tan correcto. Haruka apretó más su agarre como si leyera sus pensamientos o como si quisiera transmitirle aún más amor. Porque eso era amor. Mientras la lluvia caía fuera, ellos dos eran simplemente dos chicos enamorados. Por un momento no existió diferencia, no existió espíritu ni deber. Solo fueron ellos dos. Fuera el mundo podía caer. No importaba, a Sakura no le importaba si el mundo se acababa, y si Suo se atrevía a preguntarle si renunciaría a su humanidad por él, seguramente obtendría una respuesta afirmativa, porque en ese momento estaban sellando un pacto silencioso.
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