ID de la obra: 1276

Ingeniera de Soporte Técnico

Gen
G
Finalizada
0
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
73 páginas, 24.387 palabras, 13 capítulos
Descripción:
Notas:
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1. Nuevo proyecto

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Saludos a todos: Recientemente se me ocurrió la idea de escribir una historia en un Universo Alternativo, donde Kagome es la protagonista. Ella trabaja como ingeniera de soporte técnico en un área donde sólo hay hombres. Conozcan las situaciones graciosas que le sucederán. Cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia. De antemano agradezco sus comentarios, los cuales me hacen feliz. Atención: InuYasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo sólo escribí la historia porque me encanta éste anime.

***

Ingeniera de Soporte Técnico

Capítulo 1: Nuevo proyecto Kagome ha sido asignada a un nuevo proyecto por parte de su empresa. Éste es uno de los más grandes contratos que han tenido y, por lo tanto, sólo mandan a los ingenieros más capaces. Sin embargo, el Banco Shikon tiene un área de soporte técnico bastante exigente y los usuarios a los que atiende son muy quisquillosos. En otras palabras, pocos soportan la presión de dicho lugar. Kagome no estaba al tanto del nivel de exigencia del banco, sin embargo, se había acostumbrado a trabajar bajo presión y a lidiar con prejuicios desde que estudió la carrera en la Universidad. —Bien, ya estoy aquí— dijo Kagome al llegar a la oficina matriz del Banco Shikon. —Veamos, tengo que preguntar por el área de soporte técnico y reportarme con mi nuevo coordinador… Naraku. — El personal de seguridad tomó sus datos y le indicó en cuál piso se encontraba el área de soporte. Ella buscó el ascensor y se dirigió al nivel cuatro, mientras leía un documento acerca de su nuevo jefe. Naraku es el único ingeniero que ha durado como coordinador del área por más de cuatro años. Ha lidiado con gerentes que no saben sujetar correctamente un mouse, ha soportado las exigencias de directores, que saben explicar una gráfica de ganancias, pero que desconocen la diferencia entre un acceso directo y un archivo real. Por esto y otras cosas más, no es una perita en dulce. Él dirige a todos los ingenieros que llegan al proyecto, los evalúa, les pone pruebas, les asigna los reportes, los explota, los regaña, los trauma y los despide… sí, es un verdadero demonio. Kagome estaba un poco nerviosa, siempre le pasaba lo mismo en cada nuevo trabajo. Pero lo que más le preocupaba era que, estaría sola, pues no había más mujeres en el área. La última que trabajó en ese proyecto había renunciado hace dos años y desde entonces, hay una constante rotación de personal. Se dice que todos huyen por culpa del coordinador. … —Bienvenida Kagome— dijo Naraku saludando a la joven, mientras le indicaba que tomara asiento frente a su escritorio. El área de Soporte Técnico se ubicaba en un sólo departamento sin divisiones, con varias mesas de trabajo, varios multicontactos, varios puertos de red y muchos cables tirados por aquí y por allá. El acceso era a través de una sola puerta, vigilada todo el tiempo por el coordinador. —Gracias— respondió la joven, mientras él comenzaba a escribir en su laptop. —Bien, vamos al grano. He leído tu expediente y sé que te mandaron de la empresa para cubrir la vacante urgente que tenemos aquí. Pero te lo advierto de una vez, soy muy exigente, tengo muy poca paciencia, no soporto a los ingenieros que no saben usar teclas rápidas y comandos. También me molesta que anden perdiendo el tiempo en los pasillos, siempre hay trabajo que hacer. Por otro lado, te recuerdo que, no por ser mujer, estás exenta de cargar computadoras, elaborar cables de red y venir a la guardia el fin de semana— explicó Naraku con gesto serio. —Entendido, veo que son varias cosas las que debo hacer, pero al menos me darán un recorrido y me presentarán a los demás, ¿O no? — interrogó ella, aguantando la respiración. El jefe la asustó demasiado pronto, pero no lo demostraría. —De momento no hay nadie aquí, excepto por Miroku, todos los demás están atendiendo reportes. Ya los irás conociendo en un rato más— volteó hacia el ingeniero que desarmaba una computadora. —Miroku, ven aquí. — —¿Qué sucede Naraku?, ya te dije que aún no termino con las computadoras que me encargaste— dijo el joven, acercándose con calma y dedicándole una sonrisa a Kagome. Éste ingeniero tenía casi el mismo tiempo que Naraku en el proyecto. Era muy inteligente, sabía hacer su labor diaria y le gustaba ayudar a los demás. Era de los pocos que se habían adaptado al pesado ritmo de trabajo del coordinador. —Deja de quejarte, esos equipos son juego de niños y los quiero para esta tarde, sin peros— señaló a Kagome con un movimiento de cabeza. —Te presento a Kagome, se integra al equipo a partir de hoy, llévala a que conozca las oficinas, preséntala con los demás si los encuentras. Explícale las reglas y procura no asustarla antes de tiempo— indicó Naraku, mientras le sonreía con cierta burla a Kagome. La chica tragó saliva, mientras pensaba que su nuevo jefe sería un verdadero dolor de cabeza y solamente habían pasado cinco minutos de haberlo conocido. —Si, si, ya voy, hola Kagome, me llamo Miroku, sígueme por favor— habló tranquilamente dirigiéndose a la salida. Ella se levantó, hizo una ligera reverencia y salió corriendo tras él. —Deja de temblar chica, Naraku puede oler el miedo— comentó el muchacho, observándola de reojo. —Es que me leyó toda la cartilla, prácticamente me despidió antes de empezar a trabajar— Kagome soltó una risita nerviosa. —Sí, pero no tengas miedo, te ayudaremos en lo que podamos, los demás son buena onda y estarán contentos de trabajar con una chica tan linda como tú— se expresó coqueto. —Oh, gracias, menos mal que tú no discriminas a las mujeres. — Llegaron a los elevadores y Miroku apretó el botón para llamar uno. —¿Yo?, para nada, no tengo problemas porque una joven trabaje aquí, al contrario, deberían contratar más. Los usuarios no son groseros con ustedes, en cambio, con nosotros— rodó los ojos. —Entiendo, los usuarios del banco Shikon son bastante especiales, ¿Puedes decirme cuántos ingenieros son en total? — preguntó Kagome. —Somos cuatro y contigo cinco. El anterior ingeniero huyó a la hora de la comida… después de que le explicaron cómo era el ambiente aquí— confesó el muchacho con una sonrisa, tratando de no asustarla. —¿Hablas en serio?, vaya, creo que debo prepararme psicológicamente— de nuevo otra risita para disimular su nerviosismo. —Con razón había escuchado que éste proyecto tenía muy mala fama— pensó para sí misma. Bajaron al segundo piso y se dirigieron a un pequeño cubículo donde había tres chicos y una señora, todos usando diademas telefónicas y hablando sin parar. Se trataba del área de monitoreo para el cierre de los reportes. Todos los ingenieros en la oficina matriz y en las sucursales del banco Shikon, debían llamar aquí para cerrar las incidencias que atendían. —Buenas tardes mis estimados— saludó Miroku a todos. —Les presento a Kagome, ella se integra con nosotros como ingeniera de soporte y próximamente les estará solicitando apoyo para cerrar reportes. — —¡Bienvenida! — contestaron al unísono y después siguieron atendiendo sus llamadas, excepto la señora. —Vaya, Miroku, ya te dejó libre Naraku para que vayas al baño— habló la mujer con un tono de mucha confianza y, al mismo tiempo, de broma. —Ya casi señora Kaede, ya casi. Pero antes de ir al baño, déjame presentarte— volteó hacia Kagome. —Ella es la señora Kaede, encargada del área de monitoreo y la llamarás cada vez que cierres un reporte atendido. — —Mucho gusto, señora Kaede— la joven hizo una sonrisa. —Igualmente, y dime, qué hace una niña como tú en estos lugares, por lo regular no mandan mujeres para el área de soporte y menos con Naraku al mando— comentó la mujer mayor. —Pues… creo que ya no tenían opción, al parecer, aquí asustan demasiado a los ingenieros. — Kaede hizo un gesto divertido. —Sí, tienes razón, pero creo que tú les demostrarás la valía que tiene una mujer en estos menesteres— en ese momento, comenzó a parpadear una luz en el teléfono, era una llamada de Naraku. —Mejor váyanse, porque el jefe anda un poco sensible— dijo, antes de tomar el auricular. Miroku le guiñó un ojo a la señora y le hizo una señal de silencio a Kagome para escuchar la llamada. La encargada puso el altavoz. —¡Kaede, ¿Dónde rayos está Koga?, ¿Por qué no ha cerrado el reporte de Contabilidad?! — gritó Naraku por la bocina. —No lo sé Naraku, ya sabes que ese muchacho es muy despistado y no ha venido conmigo para el cierre— respondió con serenidad la anciana. —¡Si lo ves, dile que venga inmediatamente! — volvió a gritar y después se escuchó que colgaba el auricular con fuerza. —Sí jefe, como diga jefe, no se enoje jefe— rodó los ojos después de cerrar la línea. Ella y Miroku se echaron a reír, mientras Kagome trataba de entender la complicidad de ambos. —Vámonos Kagome, después conocerás a Koga y verás porque Naraku se pone tan loco— dijo el joven, mientras se despedía de Kaede y los demás. … Rato después, Miroku había terminado de mostrarle las áreas generales del banco. Le indicó dónde estaba el comedor, los sanitarios y las salidas de emergencia. Le advirtió de ciertos usuarios especiales, a los que hay que tratar con pinzas. También le platicó cómo manejar la atención de los reportes, su tiempo de apertura y cierre, qué podía hacer y qué no debía hacer. Al final de toda su cátedra se quedó mirando a la joven para ver si había algún titubeo en ella. —Ya veo, es bastante pesado el ambiente de aquí. En fin, espero poder soportar el ritmo de trabajo— respondió finalmente con una sonrisa. —Bien por ti Kagome, puedes ir a comer si gustas, después regresas al área de soporte para que me ayudes. Naraku no te asignará ningún reporte hoy, primero va a ponerte a prueba. Pero no te preocupes, quédate tranquila— explicó Miroku, mientras se dirigía al elevador. Kagome suspiró y se encaminó al comedor. Ya tenía hambre y al menos tendría un rato libre para tomar nota de lo que le había explicado su nuevo compañero. … Más tarde. —Entonces debo hacer esto cuando… y después debo de… — escribía en su cuaderno cuando, de pronto, una conversación cercana de dos mujeres la distrajo. —¿Ya arreglaron tu computadora? — preguntó una mujer con anteojos. —Sí, ya quedó lista, pero me gustaría que el ingeniero se hubiese tardado un poco más— contestó la otra fémina con un profundo suspiro. —Ya deja de suspirar, ya sabes que él coquetea con todo el mundo— dijo su compañera. —Lo sé, pero es tan guapo, que soy capaz de volver a descomponer mi equipo para que venga de nuevo a repararlo— se rio divertida. Kagome las miraba con disimulo mientras tomaba nota mental de lo que decían. —¿A quién se referirán? — pensó. … Rato después, se encontraba con Miroku y las nuevas computadoras para el área de Cobranza. Ella no era experta en el ensamblado de equipos, pero al menos sabía lo necesario para ayudar. En ese momento, entró corriendo uno de los otros ingenieros. —¡Jefe, ¿Qué crees?! — se expresó agitado. —¡La contadora no me quiso firmar el reporte para cerrarlo! — —¿Por qué no quiso firmar, Koga?, ¿Ahora qué hiciste? — interrogó Naraku con fastidio. —Pues… sólo revisé la falla de su correo y le dije que el problema era ella. Por no saber escribir bien la dirección, se le regresaba un mensaje de error… creo que se ofendió con mi explicación— dijo nerviosamente Koga. —¡Si que eres idiota Koga!, ¿Cómo se te ocurre decirle que es su culpa?, bien sabes que a los usuarios hay que darles por su lado e inventarles una explicación para que no queden como tontos— habló Naraku molesto, mientras le arrojaba la hoja del reporte en la cara. —Voy a cerrar el reporte yo mismo, pero ahora tendrás que venir a la guardia éste fin de semana. — —¡Pero ya tenía planes! — se quejó Koga, mientras desarrugaba la hoja. —Si te sigues quejando, tendrás la guardia por dos semanas más— sonrió con maldad el coordinador. —Ejem, yo… está bien, ya no digo nada— Koga se resignó, apartándose del escritorio de Naraku. El despistado ingeniero se acercó a Kagome y Miroku mientras hacía gestos. —Hola Miroku, hola nueva, quien quiera que seas— dijo, sentándose con desgano en una silla cercana. Koga llevaba más de un año en el proyecto, era algo despistado y tenía poco tacto con los usuarios, por esto mismo, a veces se metía en problemas. Naraku siempre lo castigaba con la guardia de fin de semana, no lo despedía del proyecto porque era bueno resolviendo las fallas rápidamente. —Koga, ella es Kagome y trabajará con nosotros. Kagome, te presento a Koga— habló Miroku, mientras terminaba de cerrar un gabinete. —Mucho gusto Koga— saludó la joven. —Bienvenida chica, eres la primera mujer en mucho tiempo, espero que no te haya intimidado el jefe— contestó el muchacho, señalando con disimulo al coordinador. —Pues… un poco. Pero veo que a ti ya te castigó— dijo ella. —Bah, es culpa de los usuarios, algunos son muy sensibles. Ya sabes, esos tipos que aún quieren seguir usando la máquina de escribir y se asustan con las nuevas tecnologías— se burló Koga. —Estoy a tus órdenes, si puedo, te ayudo, si no puedo, buscamos a quien nos ayude— finalizó con una sonrisa. Kagome asintió, continuando con sus actividades. Ya había conocido a dos de los ingenieros, al parecer, no tendría ningún problema con ellos. Pero aún faltaba el resto del equipo.

***

Continuará…
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