ID de la obra: 1276

Ingeniera de Soporte Técnico

Gen
G
Finalizada
1
Fandom:
Emparejamientos y personajes:
Tamaño:
73 páginas, 24.387 palabras, 13 capítulos
Descripción:
Notas:
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2. Rivalidades de género

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Buenas a todos: Les dejo el segundo capítulo de las aventuras de Kagome como ingeniera de soporte. Gracias por leer. Atención: InuYasha y todos sus personajes son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo sólo escribí la historia porque me encanta éste anime.

***

Capítulo 2: Rivalidades de género Kagome estaba leyendo un manual para instalar un programa, había llegado temprano y solamente se encontraba Naraku, redactando sus reportes semanales. Los usuarios también comenzaban a llegar a sus respectivos departamentos, pronto comenzarían las incidencias del día. En ese momento, hizo su arribo al área de soporte otro de los ingenieros, portando un vaso de café y comiendo galletas. —Naraku, te informo que el día de hoy, no pienso ir al área de Tesorería por nada del mundo— dijo el recién llegado. —¿Y eso a qué se debe, InuYasha? — respondió el aludido sin voltear a verlo. —Es que la subdirectora me acosa, a cada rato me hace ojitos y me invita a comer— alegó el joven, con aire de casanova. Naraku alzó la vista por encima de su laptop y sonrió burlonamente. —Mira nada más, tenemos una situación de acoso laboral. Que gracioso eres InuYasha, primero le coqueteas y después te haces del rogar, ¿Acaso te da miedo esa mujer? — cuestionó. —¡Bah, como se te ocurre decir eso!, yo no le tengo miedo, es sólo que… no es mi tipo— respondió vanidoso. —Me alegra oír eso, porque tienes pendiente dos reportes de esa área y si no los cierras el día de hoy, te voy a mandar con el director de Finanzas— dijo Naraku malicioso. —¡No, no, no hagas eso por favor!, ese señor me tiene en la mira desde que traté de explicarle lo de su BlackBerry— contestó nervioso, mientras terminaba de beber su café. —Pues más te vale que empieces a trabajar ya, esos reportes no se solucionarán solos— ordenó el jefe. —Rayos, eres un explotador, al menos déjame recoger mis hojas y bolígrafo— se quejó el joven, mientras caminaba hacia una mesa cercana a Kagome. InuYasha llevaba dos años en el proyecto, era uno de los mejores ingenieros, pero sus habilidades sociales dejaban mucho que desear. No estaba acostumbrado a la idea de que una mujer trabajase en la misma área que él. Fue responsable indirecto de que la anterior chica renunciara hace dos años. —¿Y tú quién eres?, oye Naraku, ¿Por qué hay una mujer aquí? — preguntó InuYasha, mirando a Kagome con extrañeza. —Kagome es la nueva ingeniera de soporte que mandaron de la empresa, para reemplazar al sujeto que tú asustaste el otro día. Deja de perder el tiempo, preséntate y lárgate a Tesorería— respondió con fastidio su superior. —Vaya, vaya, una nueva chica va a trabajar con nosotros, que valiente eres. Deja que me presente: Soy InuYasha, el mejor ingeniero de éste lugar, con la mejor calificación de calidad en servicio. Si necesitas ayuda para cargar alguna computadora, no dudes en llamarme— explicó el muchacho, guiñando un ojo. Kagome hizo una mueca desconcertada. El tipo traía la vanidad a flor de piel, así que sólo atinó a saludar por cortesía. —Hola, mucho gusto. Yo te aviso si necesito ayuda, gracias. — El joven tomó sus reportes y se encaminó a la salida con una ligera sonrisa que iba desapareciendo para transformarse en una mueca de extrañeza, como diciendo, "Qué rayos hace una chica en un trabajo de hombres". Al llegar a la puerta de acceso se encontró con Miroku y Koga, que llegaban en ese momento. —Hola pulgoso, ¿Qué crees?, me encontré a la subdirectora de Tesorería en el elevador y preguntó por ti— dijo Koga con notable gesto de burla. —Le dije que, tan pronto llegases a la oficina, irías a visitarla. Además, le comenté que la invitarías a comer el día de hoy. — —¡Eres un verdadero idiota Koga, te voy a…! — gritó InuYasha furibundo, tratando de atrapar al otro ingeniero. —¡Maldita sea, pónganse a trabajar de inmediato o les descuento el día! — vociferó Naraku desde su escritorio, visiblemente enojado. InuYasha corrió al elevador, Koga se fue a sentar junto a Kagome para revisar sus pendientes y Miroku solamente sonrió, él no había dicho una sola palabra y también resultó regañado. Naraku bufó con molestia mientras tomaba el teléfono. —Creo que ahora sí lo arruinaste Koga, seguro va a pedir el descuento en éste momento— le reprochó Miroku. —No fue mi intención, el pulgoso ya me la debía— se justificó, soltando una pequeña risa y rascándose la cabeza. —Buenos días Kagome, ¿Lista para tu segundo día? — —Hola muchachos, creo que aún estoy algo nerviosa y parece que no le agradé a ese chico InuYasha— dijo ella. —No le hagas caso, es bastante presumido. Es inteligente, pero también se aprovecha de la ignorancia de sus usuarios para que lo califiquen bien en las evaluaciones de calidad— reveló Miroku, al tiempo que ordenaba una caja con teclados y mouses. De repente, Naraku gritó desde su escritorio otra vez. —¡Koga, baja inmediatamente con Kaede para cerrar tus reportes atrasados!, ¡Miroku, prepara el reporte final del cambio de equipos! — Ambos ingenieros rodaron los ojos y suspiraron con resignación antes de iniciar las actividades solicitadas. —¡Kagome, espero que hayas memorizado el manual! — ahora se dirigió a la muchacha. —Porque en éste momento vas a ir con el director de Finanzas para que instales el software. Esta será tu prueba de bienvenida, quiero ver si eres apta para el proyecto o no— sentenció. La joven ingeniera tragó saliva, mientras tomaba el reporte asignado y leía los pormenores. Así eran las cosas en éste mundo de tecnología y ella debía demostrar que podía desempeñar bien su trabajo. —¿Necesito saber algo de éste usuario?, es decir, no quiero llegar en blanco sin saber con quién voy a tratar— dijo Kagome. Aunque los nervios le ganaban, no quería dejar dudas en el aire y el coordinador debía darle dicha información. Naraku sacó del cajón de su escritorio un disco DVD y se lo entregó, mientras explicaba con gesto serio. —Ya lo conocerás, lo único que debes saber es que, InuTaisho es uno de los dueños del banco Shikon, así que trátalo con profesionalismo. — … Momentos después, Kagome estaba por llegar al área de Finanzas. Se sentía preocupada por el hecho de que la mandaran con un usuario de semejante rango, sin siquiera haberle dado más detalles. Era un tipo de novatada que se les aplicaba a los nuevos ingenieros en cualquier área de soporte técnico, era casi una ley universal. Mientras caminaba por el pasillo, volvió a leer el reporte. InuTaisho era el director de Finanzas y uno de los accionistas principales del banco Shikon. Siempre estaba hablando con su BlackBerry, la cual no soltaba por nada del mundo. Hacía citas, cancelaba juntas, regañaba a su secretaria, leía su correo, hacía negocios, ganaba dinero, etc. —Buenos días, vengo a instalar un programa en la computadora del señor InuTaisho— explicó Kagome a la mujer que seguramente era la secretaria del director. —Bienvenida, deja que te anuncie, a ver si tiene tiempo para atenderte, porque está terminando de cerrar un nuevo contrato. Por favor, toma asiento— dijo la asistente, señalando los sillones de una salita de espera. —Claro que sí, gracias— respondió la joven. Pasó un par de minutos en los que la ingeniera revisó el disco y el manual una vez más para hacer la instalación. De pronto, se escuchó la voz del director con un tono muy serio, la secretaria ya le había avisado de su visita. —¿A quién mandaron para la instalación?, le dije claramente a Naraku que viniera él mismo, no quiero a ninguno de sus ingenieros— habló el director. —Genial, ahora sabré qué fue lo que pasó para que Naraku me mandara a mí y no a otro— pensó Kagome nerviosa, al tiempo que la empleada le hacía una señal para que entrase a la oficina. Ella ingresó, haciendo una pequeña reverencia y saludando. —Buenas tardes, soy Kagome y tengo asignado el reporte de instalación para su equipo. — —¡Ah, vaya, una ingeniera!, eso cambia las cosas— dijo el director, relajando su tono de voz. —Bienvenida Kagome, me alegra ver que no eres otro de los ingenieros, es más, ya estaba a punto de llamar a Naraku. — —Señor InuTaisho, soy nueva en éste proyecto, desconozco el porqué de sus motivos, pero haré mi mejor esfuerzo— habló la joven, tratando de mantener relajada la situación. InuTaisho la miró por un par de segundos y después sonrió. —Comienza con la instalación, te dejo mi equipo y cuando termines, tal vez te explique por qué no soporto a tus compañeros— respondió, levantándose del escritorio para salir de la oficina, dejando sola a Kagome. —Bien, ya pasó la parte más complicada, ahora, a instalar esto. Al menos cerró todos sus programas— pensó ella, al revisar la laptop e iniciar su actividad. El software era para el control de proyectos, administración de recursos, manejo de costos, etc. Todo enfocado a cuestiones bancarias, por lo que su instalación tardó unos cuantos minutos. InuTaisho regresó a la oficina, tomando café y revisando su BlackBerry. La joven le informó que estaba listo su programa y que debía verificarlo con su ID y contraseña. El director tomó asiento y comenzó a revisar el equipo. Kagome se puso a llenar los datos de su reporte en lo que esperaba su aprobación. —Escucha jovencita, nosotros como usuarios comunes, no sabemos mucho sobre computadoras. Trabajamos con lo básico para nuestras actividades, eso es común en el personal de un banco. Pero, lo que me molesta, es que la gente de tu área no tiene el tacto para explicar las cosas. Nos tratan como retrasados cuando preguntamos alguna cuestión, que para un ingeniero es una tontería, pero para nosotros los oficinistas, puede significar un verdadero dolor de cabeza— se expresó InuTaisho. La ingeniera lo miró en silencio, esperando a que se desahogara. No era el primero ni el último usuario que se expresaba bien o mal del personal de soporte técnico. Estaba acostumbrada a lidiar con todo tipo de confesiones por parte de ellos. —Entiendo señor, nosotros también pasamos por esas situaciones cuando estamos aprendiendo. Si tiene alguna duda, dígamela y trataré de explicársela— comentó ella. —Bien, me gusta tu actitud, entonces te voy a preguntar lo mismo que a ese chico InuYasha y que no me quiso explicar, o no pudo hacerlo— dijo el hombre. —Así que fue InuYasha quien hizo enojar al director de Finanzas, esto me puede servir— pensó Kagome. —¿Cuál es su duda? — La joven aprovecharía todas las oportunidades que se le presentaran para demostrar sus capacidades y mantenerse en el proyecto. —Explícame porqué en mi BlackBerry si “caben” todos mis correos y porqué, cuando los reviso en mi laptop, aparece continuamente un mensaje de “bandeja llena”, obligándome a depurar mis mensajes— indicó InuTaisho con gesto serio, pero al mismo tiempo con curiosidad. Kagome escuchó campanas a lo lejos, esa era una verdadera pregunta. Su mente comenzó a divagar, buscando la mejor manera de explicarle a un usuario promedio una cuestión técnica que, si bien conocía, no era fácil de expresar en términos coloquiales. —Bien, señor InuTaisho, voy a tratar de explicárselo de la manera más simple, primero… — … Rato después. La muchacha se encontraba en el elevador, suspirando aliviada, el director de Finanzas quedó satisfecho con la explicación y había firmado el reporte con una felicitación para ella. Llegó con Naraku, quien ya la miraba con una extraña sonrisa. —Aquí está el reporte firmado… ¿Por qué me mira así, sucede algo? — interrogó extrañada. En ese momento, al fondo del departamento, se encontraba InuYasha gruñendo con molestia, mientras Koga no paraba de burlarse de él. —Bien hecho Kagome, te felicito, acabo de hablar con InuTaisho, se expresó bien de ti, ¡Otros ingenieros deberían seguir tu ejemplo! — elevó su voz, a modo de indirecta muy directa para los demás. Al parecer, la llamada del director de Finanzas a Naraku fue escuchada en altavoz por todos. —Oh cielos, ya comenzamos con las rivalidades— pensó la chica para sí misma, mientras veía de reojo como InuYasha le mostraba la lengua. Segundo día Kagome, te ganaste un adversario.

***

Continuará…
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