ID de la obra: 1285

Momentos con Papá y Mamá

Gen
G
Finalizada
0
Fandom:
Tamaño:
42 páginas, 15.348 palabras, 9 capítulos
Descripción:
Notas:
Publicando en otros sitios web:
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Capítulo IX

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Buenas tardes a todos: He aquí el último capítulo de éste fanfic. Fueron varias combinaciones de personajes y quizás me faltaron algunos, pero espero que haya sido de su agrado cada escena. Pasen a leer y ya saben que los comentarios son bienvenidos. Atención: Dragon Ball y todos sus personajes son propiedad de Akira Toriyama. Yo sólo escribí la historia por gusto y diversión.

***

Capítulo IX

***Cita***

[Bulma-Trunks]

Un mes después de la batalla entre Bills y Goku. La científica escuchaba atentamente las palabras de su hijo. Eran cosas de niños, pero ella se lo tomaría con seriedad, porque su primogénito había decidido pedir su consejo y no el de Vegeta. En definitiva, su padre no podría aconsejarlo en un tema tan importante… o quizás lo haría mal. Trunks estaba preocupado porque la pequeña niña de pelo negro, que ahora vivía en Corporación Cápsula junto con sus dos amiguitos, no le prestaba atención. El tema aquí, era que ella no le daba una respuesta a su petición para salir en una cita al parque de diversiones o a tomar un helado y caminar por el centro comercial. Mai casi siempre terminaba sonrojándose y salía huyendo rápidamente cuando Trunks le insinuaba una invitación. Sus compañeros, Pilaf y Shu, no eran de mucha ayuda, ya que siempre parecían estar pensando en alguna travesura, así que ahora el niño de pelo azulado estaba buscando una recomendación. —Entonces qué puedo hacer mamá— dijo Trunks, con un suspiró desanimado. Bulma dejó a un lado la libreta de anotaciones que estaba revisando y lo miró con una sonrisa. —Hijo, estas cosas no son tan fáciles, Mai es una niña que probablemente tiene otro tipo de educación y quizás sienta que la estás presionando— explicó, tratando de darle la seriedad necesaria al tema. —Ni siquiera sabemos de dónde provienen ella y sus amiguitos, así que tendrás que intentarlo de otra manera. — —Oye mamá, ¿Cómo fue tu primera cita? — preguntó Trunks. La mujer desvió la mirada y sonrió abiertamente. —La verdad es que a mi primer novio le daban miedo las chicas— se rio ligeramente. —Yo fui quien empezó la relación con él y debo confesar que al principio se resistió un poquito. — —No hablas de mi papa, ¿Verdad? — Bulma negó con otro gesto divertido. —No, claro que no, pero con tu papá también tuve algunos contratiempos, ya que se resistía a mis encantos— otra risita. El chiquillo no entendía del todo lo que decía su madre, pero le quedaba en claro que ella se divirtió mucho en sus tiempos de noviazgo. —Escucha hijo, te propongo que lo intentes de otra manera, ¿Qué tal con una carta? — planteó la mujer. —En ella puedes explicarle que sólo deseas invitarla a un rato de convivencia, ¿Qué tal un pícnic en el jardín?, de esa forma, Mai no se sentirá tan nerviosa y quizás acepte. — Trunks hizo un gesto de meditación, dudando de la idea. —Pues no lo sé… — —Sigue mi consejo, las citas de novios no pueden ir tan rápido, todo tiene que ser por etapas— aclaró la científica, mientras le hacía un ademán para que la siguiera. —Ven, vamos a redactar esa invitación y te voy a ayudar a preparar unos deliciosos sándwiches. — —Está bien, supongo que no pierdo nada con intentarlo— se encogió de hombros y fue tras su madre. … Un par de horas después. Trunks caminaba sigiloso por un pasillo hasta llegar a una habitación. Ese era el cuarto de la pequeña Mai, así que se acercó en silencio y se agachó frente a la entrada. Con cuidado deslizó un sobre por debajo de la puerta y luego se escabulló rápidamente. Desde una posición alejada, pudo ver que la niña se asomaba, buscando a quién había dejado la carta. Al no ver a nadie, se metió de nuevo al cuarto y cerró la puerta. Ahora sólo quedaba esperar a que funcionara la idea de su madre. … En la tarde, Bulma caminaba por el jardín con una calculadora en la mano y su libreta en la otra. Estaba anotando algo cuando, de pronto, escuchó unas voces en el kiosco central. Se acercó despacio y descubrió que el par de chiquillos estaban sentados sobre una manta, comiendo del refrigerio que había preparado en una canasta. La escena era linda, ambos niños parecían entretenidos riéndose de algo. Mai ya no parecía nerviosa y seguramente se debía a que sus compañeros no estaban cerca. La científica se había “desecho” de ellos, mandándolos a ayudar al doctor Brief en su laboratorio. De esta manera, no estarían de cizañosos molestando a la niña. Bulma creía reconocerla a ella y a sus amigos de alguno lado, pero no podía recordar de dónde. De todas maneras, no importaba, ya que tenía la sensación de que su hijo y Mai llevarían su amistad más lejos en el futuro. No sabía porque, pero era un presentimiento que quizás se haría realidad. Sonrió para sí misma y se alejó en silencio, permitiendo que los infantes disfrutaran de su “cita”.

*

***Consejo***

[Número 18-Marron]

Los años han pasado y las amenazas han cesado. Por fin, la mayoría de los guerreros llevaba una vida pacífica y tranquila. La familia de Número 18 no era la excepción. La madre miraba sonriente como su hija se estresaba innecesariamente para escoger una blusa. Sería su primera cita y estaba muy nerviosa. Apenas tenía 12 años, pero para la adolescente, era todo un evento el salir a pasear con un chico por primera vez en su vida. A pesar de que el susodicho había sido su compañero de juegos innumerables veces. Pero claro, ya no era lo mismo. El niño de cabello alborotado se había convertido en un joven muy guapo y era evidente que la muchachita comenzaría a verlo con otros ojos. Y quizás era inevitable, dada la cercanía de ambas familias. Los dos chiquillos convivieron desde temprana edad, desarrollando un aprecio que iba más allá de la hermandad en juegos infantiles. Cuando su padre Krilin comenzó a notar esto, no pudo evitar portarse como el típico padre sobreprotector con su princesa. Y es aquí donde tuvo que intervenir Número 18. Ella sonrió al recordar su reacción.

:***:

¿Qué pasa contigo? había dicho ella. Tu hija está creciendo y es lógico que le empiecen a gustar los chicos. — —Pero Número 18, nuestra pequeña es muy joven para pensar en eso todavía se quejó él. ¡Y, además, se está fijando en el hijo de Goku! — —¿Y qué tiene de malo?, a mí me agrada Goten se justificó y después le dio una sonrisa pícara. ¿Ya se te olvidó que nuestra relación fue “prohibida” en un principio y lo que sucedió después, debido a que te “fijaste en mi”? Krilin rodó los ojos y después liberó una exhalación. Cómo olvidar que, en un inicio, sus sentimientos por la androide casi le costaron la vida a la humanidad, debido a la amenaza que representó Cell. Su esposa tenía razón, no había un motivo de peso para negarse a que Marron conviviera con Goten en una cita. Era cierto que el mestizo le ganaba por 4 años de edad, pero la verdad es que el muchacho siempre había sido tan noble e inocente como lo fue su padre en la infancia.Está bien, tiene mi permiso, pero quiero que le des tus consejos femeninos a Marron finalizó resignado.

:***:

Ahora que veía a su hija acicalarse el cabello una y otra vez, no podía evitar preguntarse por qué hacía tanto alboroto por una simple salida al parque. No es como si fueran a comprometerse en un matrimonio próximo. Pero era evidente que Marron sentía algo más profundo por Goten, por lo que debía darle algún tipo de consejo a su hija. —No es necesario tanto arreglo, te ves bonita, así como estás— dijo Número 18. —Pero mamá, ¿Y si a Goten no le parece linda mi blusa o mis jeans decorados? — se quejó la adolescente. —Además, mi cabello se esponja mucho. — La madre le ayudó a trenzar su cabello rubio y le colocó un listón rojo. Después alisó un poco los hombros de la blusa que le había regalado en su reciente cumpleaños. —Ya estás lista cariño, no es necesario que te preocupes tanto— le explicó, al tiempo que la giraba hacia el espejo para que mirara su reflejo. —Y si Goten dice algo malo de tu blusa, dale un golpe en medio de los ojos. — Marron se rio un poco antes de asentir. —Cómo dices eso mamá, yo no podría golpearlo. — —Claro que puedes, no en vano has entrenado bastante— la giró hacia ella. —Recuerda siempre esto hija, si alguien te falta al respeto, no te quedes callada y dale una paliza. — La jovencita se rio nuevamente, su madre siempre había sido de carácter duro y desde pequeña había recibido entrenamiento en artes marciales por parte de ella y de su padre. Si bien, era mucho más fuerte que un humano común, prefería ser amable y tranquila con todo el mundo, llevando una vida relajada hasta cierto punto. —Ya es hora, seguramente Goten ya va en camino— dijo emocionada. —Deséame buena suerte mamá. — Número 18 alzó una ceja con curiosidad. —¿Qué tienes planeado hacer? — Marron se sonrojó visiblemente antes de contestar. —Yo… yo quiero… robarle un beso a Goten… — Su madre abrió los ojos en grande, sorprendida por lo intrépida que era su hija. —Mi consejo es el siguiente: Deja que todo se dé por sí solo, no lo fuerces y verás que ese beso llega antes de lo que imaginas— le guiñó un ojo. —¿Crees que Goten se asuste si yo lo beso primero? — preguntó intrigada Marron. La androide volvió a sonreír, era divertido escuchar las preguntas tan sinceras de su hija y estaba muy agradecida por ese nivel de confianza que le tenía. El lazo que existía entre ambas era muy fuerte. —No lo sé, pero me cuentas qué sucedió cuando regreses— echó un vistazo al reloj de la pared. —Date prisa y recuerda que te quiero de regreso para la cena— indicó ella. —Entendido— dijo la jovencita, al tiempo que corría a la ventana. —Nos vemos después, mamá. — —Un momento, ¿Por qué no te vas caminando? — interrogó, al verla con la intención de salir volando. Marron se rascó la cabeza con una expresión de travesura. —Es que ya se me hizo muy tarde, si no vuelo, no llegaré a tiempo al parque— explicó. Número 18 suspiró, ya le había dicho a su hija que no podía andar volando por el vecindario, para evitar llamar la atención de los demás habitantes. Pero bueno, por esta ocasión, lo pasaría por alto. —Está bien, pero que sea la última vez. — Marron asintió y saltó ágilmente hacia afuera, de inmediato se elevó con facilidad y se alejó volando con rapidez. … Rato después, se escuchó la puerta de la entrada, Krilin había llegado de trabajar. —Bienvenido— saludó la mujer. —Hola cariño— contestó él, mientras colocaba la bolsa de la despensa sobre la mesa del comedor. —¿Dónde está Marron? — —Se fue a su cita con Goten— dijo, acercándose coquetamente a él. Antes de que Krilin pudiera decir algo al respecto, su esposa lo abrazó y le robó un cariñoso beso. El guerrero sonrió ampliamente y le rodeó la cintura, olvidándose por completo de lo que estaba hablando.

=FIN=

***

Espero haber cumplido con todas las peticiones. Nos leemos en otra historia. Saludos y abrazos.
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