Mi Guardaespaldas
22 de octubre de 2025, 7:05
Y allí estaba él, tan serio, sereno, sin expresión en su rostro. Cualquiera pensaría que se tratara de un holograma con el mismo patrón, girar su cabeza levemente de un lado a otro anticipando cualquier amenaza. Su postura era recta, sus manos entrelazadas hacia adelante. El audífono inalámbrico en su oreja izquierda y el diminuto micrófono en su hermoso y presentable smoking color negro. A sólo unos pasos de mi y aún así no se inmutaba, tan profesional como el primer día que lo conocí. Creo que sí no trabajara como mi guardaespalda, sería de esos hombres que dejaría sus cabellos desordenados y vaya que con imaginarlo se me hace más sexy de lo que ya me parece.
Me llamo Sakura Haruno y mi padre es uno de los mayores empresarios de industria armamentísticas. Lo sé, es horrible de cierta manera ser el creador de lo que causa daño a vidas ajenas. Pero aún así estoy contenta de ser su hija, puedo tener lo que quiero y cuando quiero: joyas, autos, viajes, vestidos lujosos y mi mayor orgullo mi habitación completa de colección de zapatos de las mejores marcas. Maldición los amo, tengo desde zapatillas cómodas para caminar tranquila por un parque hasta los tacones más altos como los de Lady Gaga. Bueno no, exagero. Sólo esa diva puedo usarlos con dignidad, cualquiera que no me conoce asume que soy pretenciosa, arrogante y una niña rica consentida. Lo de consentida te lo compro, pero lo de arrogante es una imagen de aquellos que no saben nada sobre mí.
-- señorita Haruno, ya estamos por salir.
Se me acercó otro de mis guardaespaldas a mi oído para informarme, maldije internamente porque no fue Sasuke quien se me acercó. El es tan distante y poco comunicador, que hay momentos que me estresa. Entiendo su profesionalismo, pero vamos, al menos dos palabras no estarían mal y mucho menos después de haber escuchado su voz ronca y sexy.
Me levanté del sofá del hotel donde pase la noche, luego de que la horrible tormenta de anoche no nos permitiera volar en mi Jet privado nos instalamos en éste hotel. Me sentía abrumada porque no estaba a mi altura, era simple como para presidentes y políticos reconocidos. Ahora entiendo porque me toman como arrogante. Camine hasta la salida acompañada de mis guardaespaldas manteniendo cada uno su distancia, formando un semicírculo a mi alrededor. Sasuke siempre iba delante de mí. Lo que era perfecto porque podía disfrutar de su hermoso trasero, como quisiera apretar esos glúteos, sonreí con picardía.
Salimos del hotel y enseguida me llevaron al auto, mi momento favorito porque Sasuke siempre se sentaba a mi lado derecho. Motivo por la que siempre usaba vestidos cortos o faldas, ajusté la tela de mi vestido para dejar expuestas mis piernas al cruzarlas. Era tan difícil tener un acercamiento con él que aprovechaba estos pocos momentos para insinuarme, saque mi polvo compacto como siempre, para disimular de querer retocar mi maquillaje. Pero usaba el espejo para verlo a él, que siempre miraba por la ventana del auto atento a cualquier circunstancia. Dándome una hermosa imagen de su perfecto perfil, ese rostro tallado por los mismos dioses griegos. Dios es tan guapo.
De pronto, sonó mi teléfono y lo saqué de mi pequeño bolso. Era una llamada de mi "novio" Deidara, sólo nos gustaba compartir cama.
-- Hola Dei -- cada vez que Sasuke escuchaba la palabra Dei saliendo de mis labios, su postura se quebraba. Acomodaba innecesariamente el nudo de su corbata y sus hombros se desarmaban, una minúscula reacción pero yo lo veía. Yo tomaba eso como un disgusto disimulado y me encantaba. Lo que su rostro estoico se negaba a mostrar, su cuerpo lo gritaba en silencio.
-- ¿Esta noche? -- mi voz fue un jugueteo sensual, llevaba la punta de mi lengua a mis dientes superiores con picardía -- está bien, nos vemos hasta la noche. Adiós.
Colgué la llamada con una sonrisa, en el momento que guarde mi teléfono en el bolso me pareció ver a Sasuke apretar sus puños sobre sus muslos ¿Realmente lo hizo? El reflejo duro tan poco, que sólo me quedó como una duda. Llegamos al aeropuerto donde se encontraba mi Jet privado, Sasuke bajo del auto y mantuvo la puerta abierta para salir después de él cerrandola así detrás de mi. En ese momento pude escuchar de nuevo su voz al comunicarse con los demás por el micrófono:
-- águila uno bajó del auto -- la voz de Sasuke fue grave y profesional, me causaba un poco de gracia que me apodaran así, pero viniendo de él era... Diferente. Lo que sea con tal de escucharlo hablar, su voz es tan excitante. Que lo poco que decía era suficiente para elevar mi líbido.
Subí a mi Jet rodeada de esos hombres sexys, es que mis guardaespaldas todos, son tan guapos. No cualquier mujer es rodeada por unos atractivos hombres como ellos, el principal y al mando Kakashi Hatake un hombre maduro con su aire de líder tranquilo. Luego está Yamato su presencia sólida y confiable, seguido esta Naruto un rubio que iluminaba todo el espacio con su sonrisa. Sai, su mirada analítica siempre observando y por último Sasuke, el hombre inalcanzable y con una mirada impenetrable aquel azabache que me tiene enamorada en secreto. Sasuke Uchiha es quien me ha robado el corazón.
Después de un largo pero cómodo viaje, llegué a mi cálido hogar. No hay mejor lugar donde puedes relajarte y vivir sin esa constante tensión, hasta para mis guardaespaldas era disfrutable. Fui directo a mi habitación para darme un tranquilo baño en mi jacuzzi, no sé cuánto tiempo me tomé pero al salir con mi toalla puesta tocaron suavemente la puerta de mi habitación. Iba a colocarme rápidamente una bata pero recordé que mi madre venía en camino porque quedamos en planear la fiesta de su cumpleaños, por lo que no le tomé importancia y fui a abrir la puerta con sólo mi toalla cubriendome y mi cabello recogido. Para mí sorpresa era Sasuke, sentí que mi corazón se me iba a salir por la boca. Era la primera vez que me veía así, me escaneo con su mirada de arriba abajo, al parecer no pudo controlarlo. Sentí un escalofrío correr por mi espalda causado por esos ojos negros intensos y penetrantes. Desvió un poco su rostro sonrojado intentando no fijar su mirada en mí y no lo culpo, mi toalla es muy pequeña y deja mucho al descubierto.
-- señorita haruno, queremos confirmar su salida de esta noche.
Su voz se notó un tanto nerviosa, fue tan excitante pero necesitaba concentrarme en la mía. Estaba segura que mi voz se escucharía peor y es que sentía mi cara arder -- Sí, así es. Si saldré -- rece para no haberme escuchado tan estúpida.
Él asintió con su cabeza por lo que yo decidí cerrar la puerta, cuándo fue detenida en seco por él con su mano. Sorprendiendome.
-- ¿Te verás con él?
-- ¿Qué?
-- te verás con Deidara ¿cierto? -- empujó un poco la puerta con su mano, entrando a mi habitación y acercándose a mí de manera íntima. Su mirada era intensa y casi demandante.
-- ¿Qué? -- repetí apenas un susurro como una tonta.
Me tomó por mi cintura y acercó su rostro al mío apenas centímetros -- no lo hagas -- su voz ronca fue baja y suave -- mirame Sakura, me tienes aquí -- susurró cerca de mis labios, con solo el roce de sus dedos en mi cintura nuestros cuerpo reaccionaban como imanes. Su olor a perfume y su respiración agitada chocando con la mía era palpable, nuestros jadeos inundaba mi habitación. Mi corazón latía con fuerza y mi intimidad palpitaba, para cuando me di cuenta Sasuke Uchiha tenía su lengua dentro de mi boca del beso intenso y apasionado que me dejaba sin aliento, y mi toalla, ya había caído al suelo quedando completamente desnuda ante él.