ID de la obra: 1432

Desarraigo

Het
PG-13
En progreso
2
Fandom:
Tamaño:
planificada Midi, escritos 17 páginas, 9.066 palabras, 5 capítulos
Descripción:
Publicando en otros sitios web:
Consultar con el autor / traductor
Compartir:
2 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar

Capítulo 1 : El presentimiento

Ajustes de texto
<<Algo estaba mal.>> Esa fue la única advertencia que Maya tuvo antes de separarse de su equipo y volver a ser secuestrada.  Esa tarde, la nave de los Stax flotaba silenciosa con rumbo al monasterio. El día había sido fructífero, en su poder habían tres unidades de kairu nuevas equivalentes a tres reliquias drenadas. Habían tenido batallas épicas con los Imperiaz y otras con los Radikor, pero aunque no ganaron todas, si lograron conseguir todo el kairy posible.  Ky no pensaba lo mismo. Llevaba largo rato en su mundo, con la mirada perdida en el paisaje más allá del vidrio del X-Scaper y de vez en cuando su pierna tamborileaba el suelo. Él se había enfrentado a Zane y había perdido, éste le demostró por que era un prodigio después de todo y eso le había sentado como una patada en el estómago a Ky.  Maya llevaba un rato inquieta. Aún no estaba segura de porqué si había sido otro día bueno. El maestro Baoddai los iba a felicitar, siempre lo hacía, pero seguro que esta vez sería mucho más afectuosamente. Aún así, Maya no dejaba de sentir la piel de gallina. Cada tanto, volteaba por encima de su hombro y veía hacia el pasillo de la nave. Boomer estaba pilotando el X-Scaper, Mooke tenía un nuevo hobbies con los tejidos. Tenía dos metros de bufanda de colores desde sus agujas de tejer hasta más allá de los pies de Boomer. Ambos estaban hablando de eso, además, aunque Maya no los escuchaba. Maya y Ky se hallaban juntos, uno al lado del otro en los asientos de junto al área del piloto. Desde que habían formalizado una especie de relación, pasaban más tiempo juntos fuera de las misiones. Pero nada realmente especial, no pasaban de tomarse las manos y besarse de vez en cuando. Nada como las novelas románticas que Maya leía, sobre romances de príncipes como Kieran McCann. Con hermosos detalles y situaciones de ensueño. Ky no se comparaba y eso, de alguna forma, mataba en gran medida lo poco que realmente sentía. De alguna forma, esto que tenían ahora solo era una extensión de su amistad. No se sentía como Maya pensaba que se debería sentir estar enamorada. Esa amistad cercana era la que los tenía ahora juntos. Y a Maya no le pasaba inadvertido que él también parecía bastante inquieto. —¿Tú también lo sientes? —murmuró ella, acercándose a su oído. El chico seguía serio, pero volteó a mirarla por unos segundos antes de asentir. —Algo está fuera de lugar... Y yo encontraré qué es... solo necesito tiempo y concentración. Eso hizo que Maya se sintiera justificada. Por eso empezó a intentar percibir con mayor intensidad para ayudar a Ky. No sabía si era o no dentro de la nave o fuera. Talvez tendrían que ver con los Radikor que habían vencido de último, porque Zane tenía fama de impulsivo y de sociópata, no era dificil creer que se negaba a aceptar su derrota. —No logro captar nada. —se encogió de hombros por fin.  Ky suspiró— Talvez es algo que va a pasar... Un presentimiento o algo así. Maya no estaba segura, lo que sentía, aunque no lo supiera discernir, era algo muy autentico como para ser solo una corazonada. En su pecho ardía una vibración que solo ella podía sentir con esa intensidad. Como el sentido que la hacía seguir el kairu con los ojos cerrados a través de un bosque oscuro. —No he tenido ninguna visión. —insistió ella— Pero talvez algo no esté bien en el interior de la nave. Algún desperfecto. —No te separes del grupo, Maya —le advirtió Ky, repentinamente alarmado por la idea de que ella buscase alejarse. —Solo daré un vistazo y volveré rápido. Boomer, activa los sensores de la nave —fue lo último que ordenó antes de alejarse. Ky pareció querer levantarse tras ella, pero terminó desistiendo. Maya pasó de un pasillo a otro de la nave. Revisó habitación por habitación sin encontrar nada inusual más que unas revistas impudicas de Boomer en el baño. Incluso echó un vistazo a la sala de máquinas, donde estaba el motor y los controles primarios super delicados que solo Mooke tocaba.  Ese era el último sitio por explorar y su instinto le decía que era ahí. Maya avanzó con pasos lentos, casi conteniendo la respiración. La vibración que sentía en el pecho era más intensa allí. El X-Scaper nunca había parecido tan grande. El eco de sus pisadas, la quietud… Al principio, Maya no vio más que cables y más cables. Interruptores y luces parpadeantes. Hasta que vio una silueta perfilada en el fondo, junto a un resplandor azul en la oscuridad, alguien que la esperaba. —¿No te enseñaron a no seguir las luces extrañas, Maya? No tenía que verlo bien para reconocerlo. Era esa voz arrogante, burlona, con un acento apenas perceptible de quien no era de este mundo. —Rynoh… —murmuró ella, apretando los dientes. Apoyado contra una viga como si no tuviera nada mejor que hacer, él cruzó los brazos y ladeó la cabeza con una sonrisa tan irritante como despreocupada. Sus ojos anaranjados, brillando como dos brasas sin pupila, parecían divertirse con su sola presencia. —Mira quién habla… la nieta favorita del jefazo.  Maya le sostuvo la mirada sin moverse. No pensó que ese detalle de su linaje fuese sabido más que por Zane y los Radikor.  —Pensé que Lokar te tenía demasiado ocupado limpiándole los zapatos —respondió con calma venenosa— como para estar rondando sin permiso. —Qué grosera —Rynoh alzó las cejas, divertido—. Es tu familia, ¿sabes? Deberías mostrar un poquito de gratitud genética. Maya no respondió, ni lo necesitaba. Ese comentario era bajo, pero venía de quien venía y era esperado. Sus dedos buscaron instintivamente su X-Reader, pero el chico alzó una mano en el aire, como quien calma a un animal salvaje. —Tranquila, tigresa. No vine a pelear… —sonrió con falsa inocencia— Todavía no. Ese "todavía" le clavó una espina en la nuca. Maya se tensó, consciente de lo mucho que había mejorado con los años, para este momento, la experiencia que tenía Maya en batalla era muy alta, podía lograr vencer sin demasiado esfuerzo con sus monstruos potenciados. La infinita verde y su Harriet platino eran casi invencibles, sin mencionar los ataques que había ido recibiendo y desbloqueando a través de los años. Su dominio del kairu estaba más allá de muchos, y sin embargo, aquí estaba: limitada por las reglas. Sin un desafío oficial, no podía atacar. Y el no poder resolver esta situación con su X-Reader, era bastante frustrante. Y él lo sabía y le divertía mucho. —¿Y qué quieres entonces? ¿Proponerme una salida al cine? ¿O solo vienes a ver si puedes pronunciar algo sin parecer un idiota? —replicó ella, cortante. —Ay, Maya… —Rynoh dio un par de pasos hacia ella, balanceando las manos detrás de la cabeza, como si estuviera en su propio cuarto—. Me encantaría hacer esto divertido, pero traigo órdenes. Y por raro que suene, esta vez las cosas van en serio. —¿Qué? ¿Zylus y Bash están por aquí escondidos? ¿O vienes solo a hacer de mensajero? —Nah. Los dejé afuera de esto. Esto es entre tú, yo… y tu querido abuelo. —Se detuvo justo frente a ella. Aunque seguía sonriendo, su voz bajó un tono—. Lokar ya se cansó de repetir lo mismo. Esta vez, no viene a pedirte nada. Esta vez, va a tomar lo que le pertenece y dárselo a alguien que realmente lo merece. Maya no se movió. Ni un centímetro. Pero por dentro, una corriente eléctrica le recorrió el cuerpo. A su mente acudieron en tropel mil recuerdos de las veces en las que Lokar buscó afectarle la mente para que se pasase a su lado oscuro. No eran recuerdos buenos, eran profundas pesadillas que la perturbaban aún cuando todo iba bien. —Tú y tu drama. —alzó una ceja, buscando restarle importancia a las palabras tan duras y con tanto peso— Si Lokar tuviera lo que se necesita para tomar algo mío, ya lo habría hecho. —Touché. Pero por eso estoy aquí. —Rynoh la miró fijamente, su tono bajó a un susurro casi confidente—. Él no puede, pero yo sí. Maya retrocedió un paso, tratando de darle sentido a lo que el chico decía. Lokar era el Redakai oscuro más poderoso que se conocía en la historia. Era tan fuerte que ni el consejo completo de Redakais podía vencerlo. ¿Cómo quería Rynoh que ella creyera que él estaba más capacitado que Lokar para algo?  Entonces, sin previo aviso, él alzó la mano. —Duerme un rato, princesa. Lo que viene es demasiado aburrido como para que lo discutas. El destello azul la envolvió. Maya cayó antes de que su mente pudiera resistirse. Mientras el mundo se apagaba, su último pensamiento fue claro como una alarma: Esto no era una intuición. Esto era el inicio de algo mucho peor.
2 Me gusta 0 Comentarios 0 Para la colección Descargar
Comentarios (0)