ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
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planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
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Chapter 2: El sol del equipo.

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☆*゚ ゜゚*☆*゚゜☆*゚ ゜゚*☆*゚゜ Un llanto se escuchó en los pasillos de la enorme casona donde los niños se hospedaban, Dogday abrió sus ojos cansados, al mismo tiempo que despertaba de sus dulces sueños. El can solo se sentó de su cama enorme que estaban hechos para el cuerpo de los juguetes grandes, como pudo se levantó cuando escucho los llantos de un niño afuera de su cuarto, Dogday al escuchar eso sintió una pesadez en su pecho y fue entonces que se levantó de golpe, para salir de su cuarto, buscando por los pasillos donde se escuchaba ese llanto, no dudo en correr hasta llegar a una enorme sala, que en medio se encontraba un niño de 7 años quien estaba sentado abrazando sus piernas. El perrito se acercó, pero al ver el reloj en la pared pegado, se dio cuenta que son las 6 am, por lo que estaba sorprendido de que estuviera despierto tan temprano. —Oh, hola pequeño, ¿está todo bien? —Pregunto el sol acercándose hasta llegar a su lado, sentándose para tratar de estar a su nivel, cuando el niño se volteo dejo ver sus ojeras terribles, como la palidez de su piel, además que en sus brazos se veían unos horribles hematomas por culpa de los pinchazos de las agujas, Dogday al ver esto se sorprendió, estaba a punto de decir algo, pero el pequeño se adelantó. —Snif... N-no... es que... apenas me dejaron en casa. —Contesto el niño mientras se veía agotado y fatigado, como si no hubiera dormido toda la noche cosa que el can, no dudo en tomar entre sus brazos para abrazarlo y consolarlo, el pequeño no dudo en corresponder. —Otra vez me llevaron por la noche mientras dormían todos, y l-luego volvieron a pincharme con esas horribles agujas... no me gustan las agu-agujas, se los dije, pero no me hicieron caso. —Esta vez el niño volvió a llorar mientras se aferraba al can, quien al escuchar su relato se tensó seriamente, no podía creer que ya estén volviendo a llevarse a los niños. Maldiciendo a los científicos en su mente, pensó en cómo podría calmarlo y hacer que dejara de llorar.' —Hey tranquilo, todo estará bien... ahora ya estas a salvo a aquí. —Pronuncio acariciando la espalda del infante que poco a poco paraba de llorar, mirando a Dogday. —N-no quiero que me lleven otra vez...—Rogo cosa que el líder no dudo en hacer una mueca triste, pero lo disimulo. —No lo volverán hacer... te lo prometo. —Quiso realmente cumplir su promesa, pero como eran los adultos era imposible. Mas que podía hacer es rogarle al rato a Elliot que dejara al niño en paz, pero sería un milagro si eso sucedía en especial cuando se trataba de Harley quienes se los llevaba personalmente, ya que cuando eso pasaba nunca más se volvía a saber de un niño. Aunque claro Elliot siempre decía que era porque se fue con una nueva familia lejos de la fábrica, pero Dogday en su corazón sentía que el fundador mentía. ­El pequeño al escuchar la promesa de Dogday solo sonrió y no dudo en volver abrazar al cachorro, cosa que Dogday correspondió. —Gracias Dogday, siempre sé que puedo confiar en ti, no por nada los demás Smalling te eligieron como líder. —Contesto super contento, a pesar de su dolor corporal, ese comentario y su sonrisa hicieron que el sol moviera su colita, para entonces levantarse cargando al niño de paso. —No me agradezcas, pequeño Sam. Ahora vamos a tu cama, necesitas descansar. —Dijo aquel solecito mientras caminaba a las habitaciones de los niños, él conocía a todos, sus nombres y pasatiempos, era su deber cuidarlos como parte de su trabajo, por esa misma razón sabia el nombre del pequeño en sus brazos. Conocía a cada niño que llegaba al lugar, aunque claro trataba de no encariñarse mucho ya que sabía que tarde o temprano se iban y rara vez regresaban, unos eran escogidos, pero son extremadamente selectos para trabajar en la fábrica, pero los que no simplemente les daban un nuevo hogar y jamás lo volvía a ver, por supuesto que Dogday se sentía triste cada vez que eso sucedía, pero nada podía hacer o intentar. Pero la verdad Dogday prefería que mejor se fueran y nunca volvieran, porque al final cada niño sufría a manos de los científicos, algunos se llevaban una peor parte como por ejemplo Sam, aquel niño que tenía en sus brazos, quien solo se encontraba acorrucado en su pecho disfrutando del aroma vainilla del líder de los Smalling Critters. El sol sabía que los niños servían para algo, pero no sabía que, cuando preguntaba evidente jamás se les respondía y su mejor amigo quien vivía más con los científicos, ni siquiera hablaba del tema sin que tuviera un arranque de rabia. Prácticamente el can vivía en ignorancia, pero a veces sentía que prefería eso a saber una verdad que no aguantaría. Dogday solo siguió caminando hasta llegar a las habitaciones de los pequeños niños, quienes aún seguían durmiendo en sus respectivas camas en literas, el perrito busco la cama de Sam observando los nombres de cada colchón, hasta que lo encontró, ante todo caminaba con suma cautela, esquivando los juguetes en el suelo, cuando al fin estaba en el lugar de Sam, este lo deposito con sumo cuidado ya que este había caído dormido profundamente, lo arropo con la sabana y le dio una suave caricia a su cabeza para darle más tranquilidad. —Descansa pequeño sol. —Murmuro, para después alejarse y salir de la habitación de los pequeños. Dogday quería volver a su cuarto para seguir descansando, pero de repente, cuando volteo al pasillo donde conducía a su cuarto pudo ver a Catnap enfrente suyo, la cual había aparecido de la nada. EL perro iba a gritar del susto, pero el gato se adelantó tapando su cara por completo con su pata, para callarlo, cuando el can se tranquilizó este solo gruño, tomando la mano de Catnap y quitarla de su cara. —¡Catnap!, ¡Me asustaste! —Dijo molesto mientras se tranquilizaba, tomando su pecho y respiraba suavemente para bajar su taquicardia. —Pff jaja. —EL gato no pudo aguantar su risa, provocando que el perrito se enojara más y le diera suaves golpes a su amigo, obviamente sin lastimarlo. —¡No es gracioso! —Contesto el sol, haciendo pucheros por sus sustos, pero la luna no dudo en seguir riendo, hasta que su larga cola tomo la mano de su amigo para enrollarla, haciendo que Dogday se calmara de inmediato por el toque tan gentil de su bestie. —Lo es, ¿Qué haces despierto tan temprano? —Pregunto el gato buscando respuestas, a lo que el sol solo hizo una mueca seria, recordando lo sucedido no quería hablar de ello. Pero sabiendo como era Catnap con él, no lo dejaría pasar tan fácilmente. —Primero acompáñame a mi cuarto, quiero descansar un poco más, antes que me pongan a trabajar, te contare en el camino. —Menciono lo que hizo que el gato asintiera al pedido de su líder, ambos comenzaron a caminar al cuarto de Dogday. Fue entonces que el sol decidido contarle la verdad a Catnap, sobre lo que paso con Sam, como era de esperarse el gato se erizo y su gesto cambio a un enojo puro, la impotencia como la ira incrementaron, tanto que en su cola se podía ver su frustración al moverla inquietamente. —Esos bastardos...—Murmuro el gato maldiciendo a los adultos, cosa que Dogday al escuchar eso no dudo en expresar su disgusto. —¡Catnap! —Regaño por maldecir, es evidente que a Dogday no le gustaba los insultos, él no fue criado para eso. —Oh por favor... se perfectamente que lo piensas igual. —Contesto el nombrado, algo que Dogday al escucharlo solo se calló porque no iba a confirmar sus palabras, porque sabía que lo pensaba odiaba que maltratan a los demás o que se hicieran cosas injustas, realmente detestaba eso. Pero a diferencia de Catnap, Dogday solo les deseaba el karma, pero maldecir con esas palabras groseras y vulgares, no podía, ni siquiera se imaginaba en su vocabulario. Catnap noto el silencio de su amigo y entendió que Dogday como se sentía, después de todo comprendía sus sentimientos, así que solo suspiro para relajarse ya que no quería explotar enfrente de su bestie. —Solo no quiero... que ellos sufran. —Murmuro mientras se abrazaba así mismo. —Si tan solo tuviera el poder de matarlos...—Pronuncio el gato en una molestia obvia, pero Dogday al escucharlo, se congelo y detuvo su andar para mirar con rabia a Catnap, que seguía utilizando esas palabras horribles en especial con desear algo horrible. —¡Catnap!, ¡No digas eso! —Regaño realmente exaltado el sol, haciendo que la luna solo desviara la mirada, y no digiera mucho ya que no quería pelear con su amigo, pero viendo como son las cosas, no iba a quedarse callado. —¡¿Por qué los defiendes?!, ¡Tú sabes cómo nos tratan! —Alzo la voz aquel gato morado enorme, algo que el líder se tensó y apretó sus puños, pero tenía que controlarse no quería que nadie los escuchara. —¡Shhh!, ¡No alces la voz, los niños siguen durmiendo! —Señalo el perrito a su amigo aun indignado por decir algo así. —No los defiendo, pero tampoco voy a desearles la muerte, no debes desear cosas malas o se te regresaran. —Regaño en una explicación, cosa que el contrario solo soltó un quejido y una risa burlona por su patética creencia. —¿Enserio Dogday?, ¿Vas a creer en algo tan estúpido?, mira la realidad... no valemos nada para esos imbéciles. —Contesto Catnap mofándose de su bestie. Algo que al can hizo enojar más, por lo que cruzo sus brazos y mostraba su disgusto. —No te atrevas a llamarme estúpido, no solo porque no siga tus ideales, yo sea un "estúpido". Escucha se cómo es nuestra situación, pero debe haber otra manera de arreglar las cosas, otra forma para que nos traten bien, para que dejen a estos niños en paz. —Él quiso pensar en positivo, queriendo realmente cambiar las cosas. —Una en la que podamos estar en paz, ¿No crees que sería bueno que ambas partes estemos bien? —Pregunto el sol queriendo que Catnap viera su punto, pero la luna solo lo miro con bastante seriedad. Aunque sabía que los ideales de su bestie son diferentes a los suyos, no iba a negar que también quería lo mismo, pero había una clara disparidad entre ambos, y esa es la que Catnap era bastante realista. A pesar que tengas un sueño bueno, la realidad es diferente Dogday. — No puedes cambiar a todos, y por esa misma razón solo empeorara las cosas, lo sé perfectamente. Solo queda salvarnos a nosotros... nuestra salvación. —Declaro Catnap, mientras sentía que de nuevo su garganta comenzaba a sentirlo reseco, haciendo que ya comenzara a lastimarlo, por hablar tanto. Dogday al escucharlo se quedó mudo ante las palabras de su amigo. El can solo bajo su cabeza sabía que, si seguía hablando con su amigo, no llegarían a nada, Catnap es tan terco a diferencia de él que podía ceder a muchas cosas, pero esta es de las pocas que no lo haría. Dogday creía en que podía cambiar su trato, mientras Catnap pensaba de forma más radical al cambio. Así que el cachorro solo suspiro ya enfrenté de su habitación. —Sabes Catnap, tú me tachas como un tonto porque tienes otra idea de la realidad, pero sabes... tú también eres un tonto, por ignorar otras cosas. Hay personas aquí realmente buenas, las cuales nos dan el respeto que merecemos, no como juguetes si no como personas. —Este menciono molesto mientras señalaba al suelo queriendo dar un punto. — ¿Ellas no merecen también una oportunidad? Catnap solo gruño, cambiando su gesto, pero aun así no quiso quedarse callado aun sabiendo que le estaba afectando hablar de más, ya comenzaba a sentir irritación y quería toser, pero a pesar de todo no iba a guardarse su enojo. —¿Y acaso ellos me dieron una oportunidad a la hora de maltratarme? —El tono de Catnap se volvía más grueso, al punto que podía dar miedo, pero Dogday ni siquiera se inmuto ante su voz. Catnap se alzó inflando su pecho, mientras se sentaba en cuatro y miraba desde arriba al can más bajo que él. Dogday estaba a punto de responder ante eso, porque evidentemente no era justo para Catnap cuando fue el que había sufrido más que nadie por culpa de las manos ajenas, pero fue la voz de Bobby que los interrumpió. —¿Catnap, Dogday?, ¿Qué hacen tan temprano aquí? —Pregunto la dulce osa quien había salido de su habitación, mientras se tallaba uno de sus ojos mostrando que hace poco se había levantado. Los dos machos se voltearon a verla sorprendidos, de notar su presencia. Catnap para ese punto no pudo aguantar y comenzó a toser, dejando Salir un poco de su gas rojo. Cosa que la osa noto y se acercó al felino para darle unas suaves palmaditas en su espalda. —Ohh amigo, ¿Estas bien?, ¿Apenas llegas de tu turno? —Volvió a preguntar la osa, cosa que el felino ya no quería seguir hablando por la irritación de su garganta, pero asintió ante sus preguntas. —¿Bobby que haces despierta a esta hora? —Dogday no sabía cómo era que su amigo se levantó a esa hora sabiendo que ella dormía un poco más que los demás, algo que la osa solo suspiro poniendo sus manos en sus caderas. —Bueno... escuché como hablaban demasiado alto por los pasillos, entonces me desperté y seguí las voces hasta dar con ustedes. —Contesto mientras suspiraba algo que el perro y el gato se sorprendieron. —¿Escuchaste todo? —Interrogo Catnap un poco nervioso, mientras terminaba por volver a toser. Bobby miro a ambos machos que parecían tensos, pero tampoco iba a mentirles. —No todo, pero si algunas cosas que me preocupan, miren no voy a meterme en sus ideales, pero lo que si hare es detenerlos ahora... —Ella solo se metió entre ambos para mirarlos seriamente. —Catnap, se que apenas llegaste de tu turno nocturno y se nota lo agotado que estas, es mejor que vayas a descansar. —Menciono sonando lo más calmada posible, mostrando su preocupación a su amigo que se encontraba agotado por estar despierto toda la noche. —Dogday, yo creo que es mejor que también te tomes un tiempo y descanses un poco más, en especial porque tendremos un trabajo complicado y los demás querrán seguirte como nuestro líder, para guiarnos en nuestro trabajo. —Dijo mostrando su sabiduría como su calidez al mantener controlada la situación, ambos machos bajaron sus cabezas, sabiendo que era lo mejor parar porque sabía que no llegarían a nada si seguían peleando. —Seguiré tu consejo... solo quiero descansar. Gracias Bobby. —Pronuncio Catnap mientras se levantaba en cuatro para despedirse de su amiga, y comenzar a darle la espalda ambos para comenzar a caminar a su habitación, Dogday al mirar como su bestie se iba sin hablarle supo que estaba enojado con él, lo que hizo que hiciera una mueca triste y llena de decepción. Tampoco iba a detenerlo, ya que no sabía que más decirlo más que sentirse culpable de alguna manera por causar esa situación incómoda entre ambos, el líder solo se abrazó a si mismo tensándose en el proceso. Mientras por parte de Catnap ya no quería seguir discutiendo con su amigo, por lo contrario, solo quería descansar y sentir ese enojo por los pensamientos de Dogday tan tontos, no deseaba arruinar su amistad por algo tan tonto, realmente apreciaba y amaba al can para arruinar su hermosa amistad por esa estupidez, pero a veces se sentía tan desesperado al saber que Dogday ignoraba tantas cosas, por como vivía y seguía conviviendo entre niños. Pero solo prefirió alejarse y calmarse para poder disculparse después, por insultarlo, ya que al final su amigo no tenía la culpa de como lo trataban los científicos, en especial ese hombre vil y maquiavélico. —¿Tú crees que realmente soy un idiota? —Consulto el perrito anaranjado sintiendo una enorme decepción consigo mismo, a lo que la osita al mirar a su amigo abrió sus ojos con asombro. —Dogday... por supuesto que no, mira no solo porque pienses diferente a Catnap significa que seas un tonto. Por lo contrario...—Ella contesto tomando su hombro para darle consuelo. —Es más ya no pienses en eso, mejor tú también descansa. —Aconsejo la joven osa dándole una sonrisa maternal. Cosa que el can no dudo en tomar su mano, correspondiendo su sonrisa. Dogday siguió su palabra y no dudo en volver a su cuarto donde al topar con su colchón, no dudo en cerrar sus ojos buscando calmar su corazón punzante por la culpa. Las horas pasaron, fue entonces que la escena cambio cuando en la escuela se podía ver a una de las Miss Delight hablaba con Dogday, la cual esta parecía estar un poco preocupada por algo. —Entonces Dogday, ¿Qué solución propones? —Pregunto aquella maestra la cual estaba en uno de los pasillos de la escuela ya que a esa hora los niños estudiaban en sus respectivos salones. Una de las Miss Delight hablaba seriamente con el líder de los Smalling, ya que había notado que había una situación con los niños, unos pocos niños parecían distantes y muy cerrados para estudiar, además de sus notas empeoraban cada día, aparte esto estaba comenzando a preocupar a las maestras ya que parecía más niños comenzaban a comportarse de esa forma. Dogday solo se mantenía en silencio y pensativo, ya que era uno de los encargados de cuidar a los niños junto con alguno de sus amigos los Smalling, el can pensó seriamente en lo que decía la maestra, esa maestra en específico es la jefa de las demás, ya que hasta en las Miss Delight tenían su jerarquía, por lo que la maestra que hablaba con Dogday tenía un estilo de ropa diferente siendo un poco más profesional en su ropa. —De mera casualidad, ¿Estos niños se les ha visto algo diferente en sus cuerpos? —Pregunto el sol. La maestra al escuchar su interrogación, fue entonces que cambio a un semblante frio y serio, llevo su mano a su barbilla para pensar un poco. —Mmm, las maestras encargadas me dijeron lo que veían, pero no dijeron sobre algo diferente en sus cuerpos, pero hace poco pude hablar con uno de los niños y note un hematoma en su brazo, la cual trato de tapar con su camisa. —Ella pronuncio y fue entonces que suspiro sabiendo más la situación. —Supongo que eso explica la situación. —Afirmo. EL perro solo asintió, pensando que eran los niños seleccionados por los científicos. —Hablare con mi supervisor, le mencionare la situación y buscaremos una solución para esto. Algo para que los pequeños puedan estar tranquilos. —Contesto el líder mostrando la decisión que había tomado, algo que la maestra asintió. —Me parece buena idea, acompáñame te daré las pruebas del rendimiento de estos niños para que se las muestres y tengas una razón más para cambiarles de opinión. —Dijo la maestra, cosa que Dogday agradeció. Cuando termino de resolver el asunto con ella, el perro salió de la escuela un poco serio por toda la situación, pero ahí no terminaría su día, ya que de pronto se acercó uno de los trabajadores de la fábrica que estaba buscando al perro, la cual encontrarlo fue hasta él un poco agotado de correr. —¡Dogday!, que bueno que te encontré...—Este solo jadeaba agotado, aquel hombre con una vestimenta normal continúo hablando, haciendo que el nombrado lo miraba curioso. —Tuvimos que adelantar los rodajes, tienes que venir ahora para grabar los siguientes capítulos. —Explico el hombre. Dogday al escucharlo se desconcertó, porque se supone que en su agenda era estar al cuidado de los niños, aparte de ayudar a los adultos para unos planes para mejorar el bien estar de las instalaciones de los niños, cosa que el can se preocupó porque tendría que correr a todos los lados. —Pe-pero, estaré muy ocupado, tengo reunión al rato. —Expreso el cachorro, a lo que el hombre entendió. —Lose, ya nos encargaremos de eso, no te preocupes van a cambiar tus horarios, una disculpa amigo, pero enserio... necesito que vayas, el fundador pidió hacer esto. —Menciono cosa que el perro al escuchar la mención de Elliot supo que de verdad debió pasar algo, para que adelantaran todo. —SI es así, vamos de inmediato. —Ambos corrieron hasta llegar a la sala de grabaciones, donde sus amigos lo esperaban. —¡Dogday!, Que bueno que llegaste. —Comento Crafty la dulce unicornio mirando a su amigo, mientras lo saludaba, Dogday correspondió y se acercó a sus amigos, que esperaban a su líder. —No entiendo porque adelantaron las grabaciones, que fastidio...—Expreso Kickin por lo que cruzo sus brazos fastidiados. —Kickin tiene razón, tengo las horas contadas, me pidieron que organizara una gran cena para 28 personas, unos empresarios se reunirán con los project managers y créanme que me tienen presionada para que todo saliera perfecto, ya que Elliot estará con ellos. —Explico Picky notándose muy nerviosa y ansiosa, mientras mordía sus uñas cosa que sus amigos al notar su malestar trataron de consolarla. Ya que ella la tenía más presionada. La cerdita al tener el conocimiento de un chef profesional, era seleccionada siempre para cocinar las comidas de las futuras reuniones de los empresarios que querían negociar con la empresa, además de mantener a los niños saludables. —Eso está mal... debemos hablar con Elliot para que nos dé más tiempo, yo también estoy ocupado con los laboratorios, los científicos y yo estábamos ocupados con unos nuevos experimentos para el beneficio de la fábrica, cuando de repente me sacan para traer aquí. —Dijo Bubba también molesto por la situación mientras le daba palmaditas a su amiga. Bubba Bubbaphant al ser el Smalling más inteligente, este había logrado entrar al área de los laboratorios para ayudar a los trabajadores con nuevos inventos o proyectos, ya que sus conocimientos por mucho eran superiores casi como si fuera un ingeniero. —Ah... yo tengo programados unas citas con mis pacientes, no sé qué cara les daré cuando les comenté que tengo que rodar los nuevos capítulos del programa. —Fue el turno de Bobby mencionar su situación, Bobby por su parte también poseía conocimientos más que nada de psicóloga ya que básicamente ella fue entrenada para mejorar en esa área, ya que debía conocer todos los conceptos del amor por lo tanto, la sometieron a estudios psicológicos y al ser tan buena y un genio en esa carrera, no dudo en tomar el trabajo también para ser unas de las psicólogas de la fábrica, ya que los trabajadores podían contar con alguien que pudiera confiar sin tener que revelar los secretos de la fábrica, a gente externa a ellos y que mejor manera que confiar en otro trabajador, siendo que Bobby había tenido un incremento de pacientes en el último tiempo. —Vaya ustedes realmente se ven muy ocupados. —Menciono asombrada la conejita a sus amigos ya que su trabajo lo compartía con Dogday, al ser los cuidadores de los niños a tiempo completo, ya que para que Hoppy admitía que no destacaba en nada más que cuidar y alentar el ejercicio, no era tan inteligente como Bubba o habilidosa como Picky o Bobby, por lo que ayudaba como podía. Siendo que la coneja se sintiera un poco insegura consigo misma ya que no poseía otra habilidad. —Lo entiendo, yo tuve que cancelar mis cursos de arte con adultos para acudir aquí. —Crafty dijo un poco decepcionada, ya que ella era maestra de arte como pasatiempo para los niños y los trabajadores que podían ir a al trabajo a distraerse en sus tiempos libres. Siendo una gran distracción y alivio ante el estrés que generaban el peso del trabajo y ni hablar del trato laboral. Kickin por su parte se mantuvo callado ya que también estaba estresado, por el simple hecho de que, aunque era el chico cool del equipo también trabajaba, pero más que nada en marketing por el simple hecho que tenía la imaginación y energía, para apoyar al área de marketing para que cada proyecto sea exitoso, por supuesto que tuvo que salir de urgencia para venir a grabar. —Miren sé que todos están ocupados y yo también lo estoy, de hecho, quería reunirme con los supervisores para mejorar las instalaciones de los niños. Lo entiendo, pero debemos pensar en positivo, hay que hacerlo rápido y preciso para que podamos irnos temprano. ¡Así que hay que enfocar nuestra energía para poder irnos pronto! —Motivo el líder, haciendo que los Smalling asintieran contagiándose con la energía del equipo, él sonreía con confianza alzando su mano para que todos la pusieran arriba de la suya, Dogday sonreía con esa emoción transmitiendo esa determinación, los Smalling no duraron en seguir a su líder y soltar una porra entre todas apoyándose mutuamente. —¡Muy bien comencemos!, ¡todos a sus puestos! —Grito el director, haciendo que los actores asintieran y así comenzó el rodaje. Cuando el rodaje termino, como era costumbre todos los trabajadores se acercaban para aplaudir por el esfuerzo de todos, algo que Smalling festejaron porque gracias al entusiasmo y apoyo de su líder, pudieron terminar lo más rápido posible. Todos estaban contentos ya que los Smalling no eran los únicos presionados, felicitando a todos por el gran esfuerzo no duraron en preparar sus cosas para retirarse. Mientras los Smalling tomaban un pequeño descanso hablando entre ellos. —Vaya pensé que jamás terminaría esto jeje. —Menciono Bubba contento mientras tomaba una botella de agua, algo que los demás estuvieron de acuerdo. —Sip, tienes razón y todo gracias a nuestro líder que siempre nos apoyó en todo. —Fue Bobby la que comento, cosa que los demás estuvieron obviamente de acuerdo con ello. —¡Un hurra por nuestro líder! —Grito emocionada la coneja imperativa que daba saltitos en su lugar divertida. —Ohhh chicos, no deben jeje no es verdad lo hicimos entre todos. —Dogday no quería minimizar el esfuerzo de sus amigos, mientras alzaba sus manos tratando de darle créditos a los demás, pero como es costumbre sus amigos no escucharon ya que comenzaron a festejar. —¡Hurra por Dogday nuestro líder! —Fue el turno de Kickin de decir. —¡HURRA! —Gritaron animados los animales mientras levantaban sus bebidas y chocaban entre todos, mientras reían. Los Smalling en una escena bastante tierna y animada no duraron en hablar un poco más de sus ánimos, haciendo que el líder se sonrojara un poco por toda esa atención tan linda. Riéndose con ellos por toda la felicidad que le daban que tuvieran el tiempo de convivir. —¡Si hurra por el sol del equipo! —Pero su festejo se interrumpió, cuando escucharon una voz tan conocida para ellos, que se congelaron y todas las caras de ellos cambiaron, algunos de desagrado, otros con miedo y pocos con incomodidad. Como Dogday que al oír a Elliot sintió su corazón latir nerviosamente con inquietud, este miro y sonrió forzadamente al ver el fundado ahí. Quien se acercaba aplaudiendo sus manos, mientras entraba en el círculo de los Smalling que al igual que Dogday forzaron sus sonrisas. —¿Qué pasa?, No se pongan tensos, aunque sea su jefe no significa que se pongan nerviosos. —Dijo el hombre bromeando un poco, cosa que los demás solo asintieron y rieron nerviosamente con él. —Sabían que lo iban hacer de maravilla, por eso ordene que adelantaran las grabaciones, al menos si fue improvisto, pero fue por un buen motivo. —Explico Elliot, mientras alzaba sus hombros y tomaba una botella de agua de la mesa de las bebidas. —En fin, por favor continúen con su festejo, después de todo Dogday merece todas las porras, mi estrella destaco hoy en este episodio. —Menciono acercados a Dogday dándole palmaditas en su espalda baja sonriendo orgulloso. — Estoy tan orgulloso de ti. —Comento mientras miraba al perro que para ese punto sintió molestia, porque de nuevo minimizaba el esfuerzo de sus amigos, haciendo que los demás Smalling desviaran la mirada ya que este solo los ignoraba. —No lo hice solo yo Elliot, mis amigos también destacaron. —Volvió a recordarle al fundador, Dogday no dejaría de demostrar su nobleza ante sus amigos, pero pareciera que ese hombre las palabras le entraban en un oído y salía por el otro. —claro, bueno en fin... sé que cuando lleguen las críticas, todas hablaran de ti. —Respondió el hombre mientras tomaba su agua y caminaba con sus trabajadores que le esperaban. —Bueno, veo que es tarde tengo que irme... por cierto. —Este se volteo a ver a los demás Smalling y con una mirada seria hablo. —Ustedes, es mejor que se apresuren a ir a sus otros trabajos ahora mismo. —Ordeno haciendo que los Smalling solo asintieran a sus órdenes y comenzaran a moverse despidiéndose de todos. Dogday estaba a punto de hacer lo mismo pero la mano de Elliot lo detuvo tomándolo de su brazo. —Menos tu Dogday, tomate el día de descanso. —Explico el hombre mostrando otra vez ese horrible favoritismo. El can al escuchar como el fundador lo decía, hizo que los demás Smalling miraran a Dogday, pero no dijeron del asco que les genero ese favoritismo, de hecho, ya ese punto estaba tan acostumbrado que simplemente se fueron. Dogday por su parte no le gustaba en absoluto, cosa que hizo el perrito quisiera gritarle que parara con esto, que lo incomoda y al mismo tiempo despreciaba que minimizara los esfuerzos de sus amigos, pero solo se tragó su rabia y comento queriendo mantener la calma. —Am... no estoy cansado, por lo contrario, ahora mismo tengo una reunión con los supervisores de...—El sol iba hablar, pero Elliot se adelantó. —Ya hablé con uno de ellos, te lo programaron para mañana. Oh~ Dogday, no tienes que esforzarte de más. —Dijo acercándose al can, el hombre hizo una señal para que bajara un poco y quedara a su altura, algo que Dogday como un perrito obedeció más que nada a regañadientes solo para sentir como Elliot comenzaba acariciar una de sus orejas, haciendo que el perro volviera a tensarse. Pero tuvo que ignorar sus sentimientos, para poder concentrase en una de sus ideas. —Bueno, de hecho, falta algo que terminar. —El perro rápidamente se sentó de rodillas mientras permitía que Elliot siguiera acariciando su cabeza, al mismo tiempo que pensaba muy bien sus respuestas. —Veras...—Dogday comenzaba a ponerse nervioso siendo que su cola lo estaba delatando. —Es sobre los niños. —¿Qué pasa con los niños? —Elliot dejo de acariciar al perro para mirar al líder de los Smalling buscando una respuesta sobre lo que le causaba estrés. —¿Esta todo bien? —La voz del hombre parecía preocupado y probablemente sea genuino al punto de vista de Dogday. —No, no lo están... veras me reuní con la maestra jefa de las Miss Delight, me comento que los niños que fueron seleccionados por los científicos han devaluado su trabajo, además que contagian a los demás niños su depresión. —Dogday no dudo en comentarle la situación a Elliot que para ese momento se encontraba estoico con lo que decía el can. —Ya veo... ¿Tienes pruebas de ello? —Pregunto el hombre cosa que el perrito alzo su mirada con un poco de esperanzas. —No, pero iré por ellas cuando vaya a la escuela a seguir viendo este problema, la jefa me dará las pruebas como me prometió. —EL contesto sin más, cosa que Elliot solo suspiro. —Bueno... veo que te afecta bastante esta situación, y no quisiera que bajaras la calidad de tu trabajo. Trae las pruebas mañana en mi oficina y vere que puedo hacer para que los niños tampoco bajen su calidad. —Decreto aquel hombre, quien se alejó y se puso serio ante las palabras del can, cosa que Dogday se levantó y aunque le desagrado, la razón principal por lo que, hacia las cosas, pero al menos se sentía optimismo. —¡¿De verdad?!, ¡Gracias Elliot! —Menciono el can energético y positivo, moviendo su cola que demostraba su felicidad por esas esperanzas. El nombrado solo rio para luego darle palmaditas en el brazo del perro. —De nada, bueno ahora si descansa. —Fue lo último que dijo antes de irse, dejándolo solo con sus pensamientos, Dogday solo observo como el fundador se aleja y fue entonces que pudo respirar tranquilamente, pero evidentemente no seguiría la orden de Elliot, porque no iba a dejar a Hoppy sola cuidando a los niños que iban a necesitar de él mismo para cuidar. Por lo que el perrito no dudo irse con rapidez al Playcare, quienes su amiga lo esperaría cuando llego ahí estaba enfrente de la escuela, estaba la coneja verdosa quien parecía un poco inquieta al ver tantos niños que querían de su atención, ya que esa hora habían salido, por supuesto que los adultos ayudaban como podían, Dogday rio y fue con su amiga para acompañarla. —¡Dogday!, ¡Qué bueno que llegaste! —Alzo la voz aliviada al ver a su amigo quien se acercó a ella para mantener el orden de los niños que exigían atención. —¡Es Dogday! —Grito un niño que un grupo fue al can, quien comenzó abrazar y acariciar a los pequeños que lo esperaban. —Jeje veo que me extrañaron, pero ya es hora de irse a casa. —Menciono el perro tomando uno de los más pequeños, mientras caminaba hacia su amiga. —Perdona por tardar tanto Hoppy, estaba resolviendo unos asuntos. —Respondió, cosa que su amiga negó rápidamente. —No te preocupes jeje, lo bueno es que llegaste. ¡Vamos líder, hay que cansar a estos niños! —Dijo la coneja la cual significaba tiempo de jugar en especial hacer deportes, Dogday solo asintió, pero, aunque quería negarse, pero era lo mejor porque básicamente así cansarían a los niños para que pudieran dormir, algunos obviamente irían a otros talleres como por ejemplo ir con Crafty y sus clases de dibujo. Así paso el tiempo tanto la coneja y el perro terminaron acabados en uno de los patios de juego de la Playcare, bueno especial Dogday estaba agotado mientras su amiga aún seguía jugando con los niños, el perrito solo sonrió ante estas escenas, pero sus preocupaciones volvieron al estar él solo, cambiando su gesto serio, fue entonces que su amiga al fin tuvo tiempo para sentarse a lado de su líder. Ella noto el cambio de su amigo, pero cuando el perro vio que se acercaba él volvía a sonreír. —No tienes que fingir, Dogday... ¿Pasa algo amigo? —Pregunto la coneja preocupada mientras miraba a su amigo. Dogday no pudo seguir fingiendo, fue entonces que dejo caer sus hombros y sonrió cansadamente. —Es solo que ha sido un día complicado, veraz en la mañana tuve una discusión con Catnap y bueno... nuestros ideales son distintos, en resumidas cuentas... y con lo de Elliot pues... me siento mal, culpable en especial. —Contesto no quería hablar mucho, pero Hoppy comprendido que Dogday al ser tan noble, y a pesar que no tenía la culpa de las cosas, el mismo sol se echaba la culpa un habito bastante malo, pero a veces su nobleza podía lastimarlo. —Dogday... si es por Catnap, entonces te sugiero que hables con él. Solo charlen y solo reconcíliense, dudo que tengas la culpa. Además, ese gato tonto sabes cómo es... terco. —Ella dijo divertida cosa que el perrito sonrió. —Además no tienes nada que culparte cuando se trata de Elliot, ¡Uhg!, ¡Ese hombre es detestable!, ¡No sé cómo lo aguantas! —Respondió la coneja molesta apretando sus puños, dejando en claro su desagrado al fundador, no era secreto que casi todos los Smalling Critters detestaban a Elliot. —Pff jajaj si tienes razón, pero... aunque te caiga mal... sigue siendo nuestro fundador, jefe y él es el que no da todo para vivir una vida tranquila. Yo de al menos solo siento agradecimiento, aunque suela ya sabes... ser incomodo en su mayoría de las veces. —El sol se abrazó a si mismo recordando todas esas veces que Elliot lo ponía tenso. La coneja al mirar a su lida solo bufo, porque no podía hacer nada con esa lógica. Dogday hacia todo lo posible para que todos fueran felices, aun si eso involucra que sacrificara la suya. —No se me hace justo lo que hace... pero tienes razón, no hay nada más que podamos hacer más seguir sus órdenes. —Dijo la hembra sin pensar en otra cosa. —Pero, aun así, debes ponerle un alto a esos toques que te hacen sentir mal Dogday. —Respondió la chica, cosa que el macho asintió de inmediato. —Si, solo espero que no se lo tome a mal... jeje bueno... ¿seguimos jugando? —Pregunto el perrito cosa que la coneja asintió de inmediato, ambos se levantaron y fueron con los niños. De nuevo pasaron las horas, hasta que el Playcare cambio a su estado de noche, dejando en claro que en tiempo real ya es de noche. Por los dos Smalling llevaron a los niños a cenar primero y después acostar, Hoppy se veía tan agotada ya que ella se llevó más el trabajo de jugar con ellos, ayudo acorrucar a cada uno, mientras Dogday los calmaba o eso intentaba porque una de las niñas, no quería dormir. —Vamos Lisy, tienes que dormir, es bueno para la salud. —Explico el can dulcemente, mientras la acariciaba de la cabeza ya que ella lo abrazaba. —¡No!, ¡Tengo miedo! —Contesto la niña de 5 años queriendo llorar. —¿A que le temes? —Pregunto el sol sin entender el miedo de la beba. —¡Al prototipo!, ¡El me atrapara y me llevara lejos! —Contesto la pequeña haciendo que Dogday solo suspirara cansado, al escuchar el nombre de aquella leyenda urbana de la fábrica. Tan solo recordar que en todas las décadas que existía la fábrica se había generado una leyenda urbana, la cual llego a los oídos de los niños quienes contaban como si fueran un cuento de terror. Aquel ser llamado el prototipo que utilizaban esa historia para asustar, Dogday obviamente ya se sabía el cuento, así que solo volvió abrazar a la niña. —Mi niña... pero el prototipo solo es un cuento, nadie podrá hacerte daño. —Calmo el perrito haciendo que la niña moqueara, solo asintió. —¿Lo prometes? —Pregunto la pequeña. —Lo prometo, además si existiera te apuesto lo que quieras que Catnap lo asustaría. Él siempre los protege en sus sueños. —Respondió cosa que la pequeña al escuchar solo sonrió y sus ojos brillaron, por lo que rio. —Tienes razón, ¡Catnap nos protegerá!, ¿Verdad Catnap? —Pregunto la niña quien miraba atrás de Dogday, la cual llamo al gato que se encontraba detrás del perro sentado en cuatro mirando la escena. El can se asombró y volteo y fue entonces que solo sonrió, ya que el nombrado al fin había llegado, aunque se sentía nervioso porque aún se sentía culpable por la discusión. —Lo hare. —Contesto el gato enorme mientras se levantaba en cuatro y gateo hacia el perro, para que con su enrome cola le quitara a la niña y la acostara en su cama. —Hora de dormir. —Respondió con esa voz grave pero los niños nunca le tuvieron miedo. Dogday solo se levantó y fue con Hoppy quien bostezaba. —Bueno, es tu momento Dogday, mucha suerte en tu platica. —Menciono dándole ánimos a su amigo, para después retirarse dejándolo con Catnap y los niños que comenzaban a dormir gracias a que Catnap velaba sus sueños. Dogday trago en seco y camino nerviosamente a su amigo quien patrullo un poco el lugar, viendo a los niños asegurándose de que durmieran. —Catnap...—Llamo en un murmuro, cosa que el gato con su cola silencio a Dogday. —Hablaremos a fuera...—Respondió, mientras terminaba de ver a los niños fue entonces que guio a Dogday fuera de la habitación de los pequeños, cuando al fin estuvieron solos en los pasillos fue entonces que Dogday quiso volver hablar, pero Catnap se adelantó. —Lo siento. —El gato fue directo y preciso. —¿Cómo dijiste? —Pregunto el líder incrédulo ante lo que decía su amigo. —Dije que lo siento, no debí insultarte, perdóname Dogday. —Volvió a repetir Catnap, mientras miraba con tristeza y arrepentimiento a su amigo, sentándose para poder estar más cómodo. El perrito no dudo en sonreír y querer llorar de emoción, por lo que este hablo de inmediato. —Yo también... perdóname por decir cosas que no debía. —Dijo el sol mirando a la luna que solo sonrió ante sus palabras. —Por favor nunca volvamos a pelear, ¿Sí? —El perrito casi rogo. El minino solo asintió mientras su corazón se sentía más ligero. —No quisiera volver a estar mal con mi Bestie. —Respondió, cosa que Dogday no dudo en lanzarse y abrazar a su amigo. —¡Qué bueno que ya estamos mejor Bestie! —Menciono el can aferrándose a su amigo, que solo con su pata le dio suaves palmadas a su espalda. —Si, me alegro igual. —Contesto el gato con pocas palabras, pero en sus acciones mostraba su afecto a su mejor amigo. Ambos se abrazaron un poco más y fue entonces que se separaron. —Oye Bestie... ¿Qué te parece una pijamada de reconciliación? —Pregunto el perrito algo que el gato solo suspiro, pero asintió a su idea. —Me gusta, pero en mi habitación, tu cuarto es pequeño—Catnap no dudo en poner su condición, cosa que Dogday no dudo en asentir, ambos caminaron hacia el cuarto de Catnap, pero la luna con la cola rodeo la cintura del sol para levantarlo y subirlo a su espalda. —Pff jajaja Catnap, puedo caminar ¿Sabes? —Dogday estaba sonriendo, pero el nombrado solo ignoro ese hecho. —Lose, pero es divertido tenerte así. —Respondió cosa que ambos rieron con eso. Ambos mejores amigos solo fueron a esa gran habitación perteneciente al gato morado, después de todo al fin habían tenido una buena reconciliación. ¿Qué podría salir mal de todo esto?
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