ID de la obra: 144

Lejos de tus ideales (Hiatus indefinido).

Mezcla
NC-21
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planificada Maxi, escritos 57 páginas, 27 capítulos
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Capitulo XXV. Cuando el Pasado Nos Consume.

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Notas:
—¡jajaja!, ¿enserio hiciste eso? —Pregunto dulcemente Poppy, aun estando en esa camilla donde descansaba mientras uno de los juguetes hablaba con ella, la muñeca sonreía y miraba con dulzura a aquel conejito unicornio, que solo reía y le contaba su anécdota divertida. —¡Si!, Fue divertido decirle que tenía cabello de espagueti, ¡nos reímos mucho! —Dijo Arco Rabbit a lado de Poppy, mientras sonreía con felicidad. Después el pequeño conejito-unicornio le gustaba hablar con la muñeca. Poppy solo sonrió aún más, al mismo tiempo que bajo su mirada para mirar el dibujo que le entrego el pequeño. Donde estaba ella agarrada de la mano de ArcoRabbit al mismo tiempo un cielo con arcoíris se veía, un dibujo bastante infantil. Pero para Poppy significo mucho, porque ella simplemente ama los regalos de sus niños. Desde que se fue Dogday, había recibido la visita de otros juguetes que estaban ansiosos por hablar con ellos, no era extraño ya que Poppy casi siempre es rodeada por juguetes o personas, las cuales mayoría le tenían un aprecio y cariño a la muñeca. Cosa que Poppy devolvía su efecto al escucharlos o apoyarlos, y el caso de ArcoRabbit no era distinto. La muñeca sonreía dulcemente mientras él le contaba sus anécdotas, aun cuando las enfermeras ya habían llegado y solo estaban cuidando a Poppy, cuando de repente comenzaron a escuchar bastante ruido a fuera de la habitación, proveniente de la sala de espera. Lo que hizo que la muñeca le diera curiosidad. —¿Qué es lo que está pasando? —Pregunto la pelirroja. A lo que la enfermera miro la puerta y camino hacia ella. —No lose señorita Poppy, pero iré a investigar de inmediato. Poppy miro como la enfermera salía, haciendo que la de ojos azulados entre cerrada sus ojos dejando ver que algo la inquietaba. —¿Poppy?, ¿Estas bien? —Llamo Rabbit preocupado por la muñeca, cosa que ella volvió a la realidad y solo rio. —Si, claro... jeje vamos continua con tu relato Rabbit. —Dijo rápidamente la líder dedicándole atención al niño, que no dudo en volver hablar muy animado. Pero en la mente de Poppy solo pensaba en como haría sufrir a Elliot. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* ¡Dogday, Hoppy basta! Los gritos de Bobby se escucharon por la sala, al mismo tiempo mientras miraba una escena de locura envolverse enfrente de ella. Dogday golpeando a Poe como si no hubiera mañana, aunque el perrito no supiera pelear, aun así, era como si de fuera instintiva supiera como pegar, pero al mismo tiempo se movía más como un animal, al arañar y gruñir. Mientras Hoppy al ser una maestra en deportes y peleas, aun así, parecía desquiciada al golpear a Touille que ya no pudo defenderse por culpa de los golpes críticos de la coneja. Su nariz estaba desfigurada, estaba sangrando y su ojo como su cara estaban hinchados de forma anormal por los golpes de la coneja. Al igual que Dogday ella también tuvo suficiente. Porque habían hecho que pusiera en duda su amor por Bobby. Dogday por su parte también ya estaba lleno de golpes, ambos no paraban de golpearse o arañarse más que nada por parte de Dogday, ya que Poe no lo había hecho por no tener garras a diferencia del perrito. Pero ninguno de los dos no iba a rendirse. Ninguno la escuchaba. La osa no pudo seguir mirando tenía que detenerlos, ni siquiera Picky sabía que hacer, solo estaba aterrada al igual que muchos de ahí, pero de repente un gran juguete morado interrumpió aquella pelea. Cuando la cadera de Dogday fue rodeado por una cola morada y sin mucho esfuerzo fue levantado. Provocando que el perrito jadeara con sorpresa, pues la fuerza fue suficiente para alejarse de aquel cuervo que ya hacía en el suelo con un ojo morado y con manchas de sangre en su cara, el ave gruño estaba a punto de levantarse y volver a retomar la pelea, pero aquel juguete con una de sus patas termino por someterlo contra el suelo para evitar que volviera a pelear. —¡Quédate en el suelo bastardo! —Ordeno Catnap con una voz gruesa y dominante, al mismo tiempo que le gruñía. Haciendo que el cuervo solo se tensara mirando con tanta rabia y desprecio, al felino que lo observaba con resentimiento, ya que ponía a Dogday detrás de él para protegerlo. —Púdrete. —Gruño el ave. Dogday por su parte estaba asombrado por lo que estaba pasando, aun recordaba cómo sus propios puños habían chocado contra Poe, el calor de la adrenalina ardiendo en su cuerpo, la ira ciega que lo había consumido por completo. Pero ahora, estaba en el suelo cerca de su novio detrás de él, mientras aun lo tenía sujeto con la cola, el frenesí de la pelea comenzaba a desvanecerse, dejándolo con una sensación fría y vacía en el pecho. Su respiración estaba agitada, su corazón latía con fuerza y sus garras temblaban, todavía manchadas con rastros de sangre ajena. No sabía si era suya o de Poe. —C-Catnap... —murmuró el perrito con la voz quebrada, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa, confusión y dolor, por supuesto al verlo sintió una punzada de agonía ya que no podía ni siquiera mirarle a la cara, sin recordar las palabras de los Nightmares Critters. Las imágenes, las descripciones... cada insinuación lasciva sobre Catnap y su pasado se clavaban en su mente como garras invisibles, contaminando los recuerdos que él consideraba sagrados. Quería gritar. Quería llorar hasta ahogarse en su propio sollozo. Quería reclamarle. Preguntarle por qué nunca le dijo sobre quienes fueron esos juguetes que lo habían hecho con él, pero también tenía la culpa por no preguntarle. Él mismo quería protegerse y no deseaba saber. Pero no podía. No tenía derecho a hacerlo. Eso había ocurrido antes de que fueran pareja. Antes de que Catnap le perteneciera. Se obligó a repetírselo, como si al hacerlo lograra disipar el resentimiento que lo carcomía desde adentro. Pero no funcionaba. Porque, aunque intentara convencerse de que no tenía derecho a sentirse así, la rabia seguía allí, enroscándose en su estómago como un veneno. No era el hecho de que Catnap hubiera estado con otros... Era con quiénes lo había hecho. Con ellos. Con esos desgraciados. Con esas cosas que él odiaba con cada fibra de su ser. Su cuerpo se tensó y sus ojos se volvieron cristalinos, se regañó a si mismo por llorar tanto y volverse descontrolado. Definitivamente el Dogday del pasado jamás lo hubiera reconocido. —¡SUELTAME BUBBA! — Ella pataleaba, gritando furiosa, la rabia de su propia situación reflejada en su rostro. —¡Cálmate Hoppy!, ¡Te van a castigar! —Dijo el elefante en una orden, pero Hoppy solo miraba a Touille que ya hasta los juguetes lo estaban ayudando, ya que el pobre estaba desmayado apenas respirando con dificultad. —¡¿QUÉ ESTA PASANDO AQUÍ?! —Grito una enfermera, al ver todo ese maldito escándelo. Al ver lo ocurrido con Touille, rápidamente se acercó mientras revisaba al juguete. —Oh dios mío... ¡rápido hay que llevarlo a una de las consultas! —Ordeno a uno de los juguetes. Tanto los juguetes miraban con sorpresa la escena, ya al fin todo se había calmado pero las consecuencias de esto serian graves, en especial cuando los pasos apresurados estaban llegando lo que hizo que la coneja al escucharlos, comenzara a asustarse porque sabía que por haber peleado los castigarían severamente, por lo que trago en seco volviendo en sí. —Oh no...—Murmuro la coneja asustada. Pero Bubba actuó rápido, provocando que literalmente empujara a Hoppy a los brazos de Bobby, que se estaba acercando lo que hizo que la tomara confundida. —Tienen que irse. —Dijo el elefante de inmediato dándoles una orden a sus amigas, quienes estaban en shock apenas podían procesar lo que decía después de haber tenido una reacción tan emocional. Catnap miraba a la dirección donde provenían los guardias, por lo que gruño. Así que rápidamente tomo acciones ante esta situación. Por lo que dejo al cuervo que se encontraba debajo de su pata, para poder acercarse a Dogday y sin que el perrito reaccionara aun, metió su cabeza entre las piernas de Dogday, para poder alzarlo y este cayera en su espalda, haciendo que Dogday se sonrojara y asustara, pero entendió su mensaje, Catnap quería llevarse de ahí, por lo que como pudo se acomodó, sentándose en la espalda de su novio, al mismo que se sujetaba con aquel pelaje lavanda. —Sujétate. —Menciono Catnap a su novio, la cual con la misma agilidad que caracterizaba aun gato, dio un salto tan elegante que termino por aterrizar enfrente de Hoppy y Bobby, abarcando varios metros de distancia. —¡Andando! Este ordeno para luego empujar con su cabeza a ambas chicas a la otra salida. Pero Bobby paro de inmediato cuando a Piggy de reojo paralizada, mirando aquella a la dirección donde venían los guardias. —¡Espera Catnap!, ¡Falta Picky! Bubba al escuchar su nombre, se sorprendió porque ni siquiera se había percatado de su presencia por lo que corrió hacia la cerdita que estaba temerosa, por lo que el sujeto de su hombro jalándola para llevársela hacia los demás con rapidez. —¡Piggy!, ¡¿Qué demonios estás haciendo?!, ¡vete de aquí! —Advirtió el elefante. A lo que la cerdita reacciono al ver a su amigo especial llamándola y jalándola. —¡Bubba! —Ella lo llamo con una voz cortada mientras sus lágrimas comenzaban a salir. —¡¿Qué harás?! —Voy a tratar de persuadirlos, ¡Ahora váyanse! — Grito mientras empujaba a la cerdita lejos de él y se retiraba. Piggy estaba a punto de decirle algo, pero Hoppy la tomo de su mano. —¡Vámonos Piggy! —Grito la coneja, fue entonces que el resto de los Smalling Critters salieron corriendo para ocultarse, porque eso es lo único que podían hacer, después de haber roto una regla importante. Y el castigo que conllevaba a eso, no era para nada fácil de tomar. Fue entonces que los guardias llegaron y comenzaron a reclamar sobre el contexto de lo que había pasado, mientras las enfermeras atendían a los dos Nightmares Critters y Bubba hablaba con los demás buscando persuadirlos. Aunque ya nadie sabía que ocurriría. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Los Smalling corrían por los pasillos desesperados, ya que no querían ser castigados, no ahora cuando Poppy no podía defenderlos, cuando al fin llegaron a Home Sweet al entrar cerraron la puerta de golpe, las chicas jadeaban por correr tanto. Catnap por su parte respiraba con algo de dificultad, pero trataba de mantenerse calmado, a pesar que tenía muchas cosas en la cabeza. Dogday por su parte quería llorar estaba demasiado emocional, solo se aferraba al pelaje de su novio. No quería soltarlo porque sabía que cuando tocara el piso se quebraría y buscaría respuestas en Catnap. Fue entonces que sintió como la cola de su novio lo tomaba de nuevo de su cintura y lo bajaba al suelo con mucha delicadeza. Fue así que Catnap ya más recuperado se volteo para enfrentar a su novio. —Dogday, ¿Qué fue lo que paso? —Pregunto seriamente el felino. El perrito ya a esas alturas solo derramaba unas cuantas lágrimas, mientras se abrazaba y temblaba por tantas cosas que tenía en su cabeza, además del dolor de su mejilla y parte de su cuerpo por la pelea que tuvo hace unos momentos. Pero al mismo tiempo estaba furioso. —Lo que paso... fue que me acabo de enterar que antes eras un promiscuo y que organizabas orgias con los Nightmares Critters. —Respondió Dogday con tono de voz que a pesar que estaba rota aún se notaba la seriedad, el enojo y en su mirada el asco provocando que Catnap se quedara en shock y frio ante aquella confesión. Catnap sintió que el aire se volvía pesado de repente. Su cuerpo, que había estado listo para responder, se quedó completamente inmóvil. Sus ojos se abrieron ligeramente, y por primera vez en mucho tiempo, el felino se encontró sin palabras. La manera en la que Dogday lo miraba... nunca lo había visto así. No era solo enojo, no era simple frustración o tristeza. Era asco. Su cola se crispó y sus orejas se movieron levemente hacia atrás. Su primera reacción fue la negación, un impulso primario de decir que Dogday estaba exagerando, que lo estaba malinterpretando, pero su garganta se cerró antes de poder soltar una sola palabra. Porque sabía que Dogday tenía razón. Él nunca le había dicho toda la verdad. Se lo había dicho antes, de manera ambigua, sin entrar en detalles, porque en el fondo sabía que esto pasaría. Que si Dogday lo supiera todo... lo vería como lo estaba viendo ahora. —Rabie Baby... fue ese murciélago cizañosa que le dijo todo Dogday... incluyendo lo nuestro. —Esta vez fue Bobby quien hablo, a pesar de estar cansada ella también estaba muy mal, avergonzada hasta la medula porque no podía ver la cara de su querido amigo, ya que literalmente le había ocultado a Dogday que ella también fue una antigua amante de Catnap antes de que el sol y la luna comenzaran su relación. El ambiente se sintió aún más pesado cuando Bobby pronunció esas palabras. El silencio que siguió fue sofocante, como si todo el aire hubiera sido drenado de la habitación. Catnap se tensó sabiendo ahora la verdad sobre cómo había iniciado el conflicto, mientras Hoppy y Piggy se veían bastantes incomodas sin saber en donde mirar, por supuesto Hoppy lo sabía todo, pero Piggy no, por lo tanto, la cerdita se sentía muy incómoda al escuchar tales secretos de sus amigos. —Dogday...—Murmuro Catnap tratando de acercarse, tomando suavemente la mejilla lastimada de su novio que solo temblaba y lloraba en silencio sin emitir sonidos, por lo roto que estaba. El felino solo limpio sus lágrimas. —Yo... —¡AHORRATELO! —Contesto el perrito ya harto de todo, explotando en el acto al empujar a su novio para que no lo tocara, ya no quería que lo tocara nunca más, en esos últimos días lo habían llevado a su límite, Dogday estaba roto y cansado de todo, incluyendo del pasado de su novio. Por lo que comenzó a sollozar más fuerte, mientras sus lágrimas mojaban el piso de sus pies, al mismo tiempo que sus mocos comenzaban a salir por el dolor que estaba experimentando. —Solo ahórratelo... Realmente se odio a sí mismo, porque ya ni siquiera había una pizca de esperanza en el pobre perrito, fue tanto su colapso que había agredido a alguien, independiente de lo que hubiera pasado. Dogday en su sano juicio jamás lo haría o eso pensó él. El perrito levanto su cabeza y miro con rabia a Catnap. —Solo... déjame solo. —Dicho esto comenzó a caminar a su antigua habitación, no quería volver al cuarto donde compartía con su novio. Catnap sintió que su pecho se encogía con el peso de esas palabras. No era solo el tono de Dogday, ni siquiera la rabia en su mirada. Era la desesperanza. La forma en la que su voz sonaba rota, desgarrada, como si no le quedaran fuerzas para seguir peleando. El felino extendió una mano hacia él, como si quisiera detenerlo, pero cuando Dogday pasó junto a él sin siquiera mirarlo, sus dedos temblaron y se cerraron en un puño. No supo cuánto tiempo se quedó allí, paralizado, viendo cómo su novio se alejaba. Viendo cómo su mundo se desmoronaba. Fue entonces que la oso tomo su hombro haciéndolo reaccionar. —Lo siento tanto Catnap... yo hablare con él... yo también quiero aclarar las cosas. —Pidió Bobby mientras le daba esperanzas a su amigo, que solo asintió realmente triste, mirando como Bobby también se alejaba y seguía el mismo camino por donde fue su novio. El felino a pesar de su condición decidido darle tiempo a Dogday, necesitaba calmarse tal vez cuando estuviera más tranquilo hablarían. Mientras tanto hablaría con Hoppy y Piggy que seguían calladas. —Necesito que me cuenten que fue lo que paso... no se guarden nada. —Pidió el felino boletándose hacia ellas que parecían muy agotadas por todo. —Va a ser una conversación muy larga gatito...—Dijo la coneja ansiosa. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* Dogday no podía dejar de llorar. Su cuerpo temblaba con cada sollozo ahogado, mientras se acurrucaba en la cama fría y vacía. No había sábanas que lo cubrieran, ni almohadas en las que pudiera esconder su rostro. El cuarto, antes suyo, ahora se sentía ajeno. Sus cosas ya no estaban ahí; todo había cambiado desde que se había mudado con Catnap. Pero no podía regresar a esa habitación. No podía volver a ese lugar que solía llamar hogar. Así que solo se abrazó a sí mismo, encogiéndose como si quisiera desaparecer, tratando de contener la angustia que lo consumía desde adentro. Estaba roto. Drenado. Deprimido. Cada fibra de su ser se sentía cansada, desgastada por todo lo que había sucedido. No podía dejar de pensar en lo injusto que era todo. En lo cruel que podía ser ese lugar. Esa fábrica maldita... Dogday sollozó con más fuerza, enterrando la cara entre sus brazos. Ya no sabía por qué seguía intentándolo. ¿Por qué seguía esforzándose en mantenerse positivo... cuando todo a su alrededor solo se desmoronaba? Pero un suave toque en la puerta lo hizo reaccionar, al levantar su cabeza a la dirección de la salida, pero no tenía ganas de abrir la puerta. —Dogday...—Llamo la osita que era dueña de esos sonidos. Su voz se escuchaba también triste y ansiosa. Ella volvió a tocar. —Se que no quieres verme... pero yo necesito hablar contigo. La puerta se abrió dejando ver a un perrito hecho un desastre de lágrimas y mocos, sus ojos estaban muy rojos y Bobby se sintió más miserable, supo sus manos en su propio pecho sin saber que decir en ese momento. Solo quería poder decirle la verdad a su amigo. No quería perder a Dogday. —Dogday yo... —Yo ya lo sabía, Bobby. —Contesto el perrito sin ánimo. Ella sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. —¿Q-qué...? —su voz se quebró. Pero antes de que Dogday pudiera seguir hablando se hizo a un lado para que entrara, cosa que la osa lo hizo en silencio. Ambos se sentaron lado a lado de la cama vacía, se quedaron en silencio unos segundos, ninguno quería hablar ambos estaban también drenados. —¿Te lo dijo Catnap? —Fue Bobby la que finalmente hablo. Dogday asintió. —Me lo dijo hace tiempo. —Dogday suspiró, pasándose una mano por el rostro, como si de repente todo el agotamiento del mundo hubiera caído sobre él—. No te lo mencioné porque... no quería que esto pasara. No quería que te sintieras mal. Bobby se llevó una mano al pecho, sintiendo que su corazón latía demasiado rápido. Aunque admitía que sentía un poco de alivio ante aquellas palabras, pero no quitaba el hecho de que estaba nerviosa. —Entonces... ¿por qué...? —Pregunto la osa preocupada, sin comprender el sentimiento de su amigo—. ¿Por qué te ves así...? Dogday la miró directamente. —Porque, aunque no estoy enojado contigo... —exhaló con un deje de tristeza— no puedo evitar sentirme decepcionado. Bobby sintió un nudo en la garganta, y su cuerpo entero se tensó. —Yo... no quería ocultártelo para hacerte daño —dijo con la voz temblorosa—Solo que... Catnap y yo decidimos ocultarlo por lo mismo... fue hace años cuando éramos más hormonales... y... Dogday solo levanto su mano para que su amiga se detuviera, para luego bajarla y tomar la mano de su amiga, queriendo que dejara de sentirse miserable por ocultárselo. —Lo sé. —Su voz sonó suave, pero cargada de emociones—. Pero ahora que todo salió a la luz... no puedo seguir pretendiendo que no me afecta. Realmente solo es difícil para mi entender... que ustedes dos y probablemente los demás tuvieron la misma experiencia ya sea con Catnap o con otros... mientras yo viví en una mentira, y cuando al fin pude experimentarlo creo que viví una ilusión de cuentos de hada, porque pensé que sería el único para Catnap... —Se que suena muy estúpido o infantil, sé que no debería enojarme contigo ni con él... pero no pude evitar sentirme así...—El perrito quiso llorar otra vez. Dogday confeso sinceramente lo que hizo que Bobby se relajara, realmente con esas palabras pudo entender mejor a su querido amigo. Fue entonces que ella con su otra mano cubrió la de Dogday para darle ese consuelo, haciendo que el perrito se calmara y parara de hablar. —La verdad... es que no es tonto, quiero decir entiendo que estes desilusionado por la realidad de las cosas. Se que es difícil para ti Dogday, pero tú mismo lo has dicho... solo fue una ilusión, y aunque lo que hicimos ya quedo en el pasado. Eso no quita que en el presente ese gato tonto realmente te ama...—Ella pronuncio tratando de calmarlo, porque ella conocía muy bien a Catnap y muchas veces había visto hacer tantas cosas que jamás haría por nadie, que no fuera por Dogday. El perrito levanto su mirada y solo sorbio sus mocos, pero con una mirada más tranquila porque inconscientemente necesitaba escuchar esas palabras, no era perfecto y muchas veces se sentía derrotado, al mismo tiempo muy alejado de sus propios ideales. Pero a veces necesitaba que le recordaran que necesitaba ayuda. —Gracias Bobby. —Dijo el perrito para luego abrazarla con fuerza, haciendo que la osa también llorara de alivio, por fin resolviendo esa situación. Sintiendo como si n peso se le quitara de encima, dejando en claro que ya nunca más volvería a ocultarle algo a su querido amigo de esa índole. —No... gracias a ti por darme la oportunidad de escucharme. —Respondió Bobby con alegría. Ambos se quedaron abrazados un rato, hasta que al fin se separaron y se miraron con mucho cariño y aprecio, fue entonces que Dogday se separó. Para dirigirse a la puerta. —Tengo que hablar con Catnap, sé que lo que le dije fue horrible... y no lo merece... así que necesito disculparme. —Menciono el perrito sonando bastante tímido. —Además... necesito saber sobre la verdad sobre la relación que tuvo con los Nightmares Critters. Menciono el perrito realmente culpable, la osita solo asintió mientras se levantaba y le daba una suave palmada en su hombro. —Realmente has crecido bastante Dogday, me hace sentirme honrada de ser tu amiga. —Explico Bobby dándole un último abrazo y un beso en su mejilla sana. El perrito correspondió y no dudo en retirarse del cuarto. Ya que necesitaba hablar con su novio. ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* El perrito camino hacia la sala donde había dejado a Catnap, pero sorprendió con solo ver a Piggy sola, la cual lloraba en silencio, sentada en uno de los sillones mientras tapaba su cara. —¿Piggy? —Pregunto Dogday preocupado, mientras entraba a la sala. Lo que hizo que la cerdita levantara su mirada, notando la presencia de su amigo. —Oh Dogday... ¿Cómo estás?, ¿Te sientes mejor? —Pregunto la cerdita preocupada, señalando su mejilla. Ya que el perrito estaba notando que cachete comenzaba a inflamarse, lo que hizo que se sintiera un poco mal, pero trato de ignorarlo. —Amm.. no muy bien la verdad. —Confeso el líder mientras se acercaba a ella tomando su propio brazo bastante tímido de hablar sobre eso, realmente aún estaba en shock por cómo había reaccionado y se sentía bastante avergonzado por su comportamiento. —Déjame te doy una pomada para eso, no me tardo lo deje en la cocina. —Dijo Piggy tratando de forzar una sonrisa, mientras limpiaba sus lágrimas y se iba rápidamente, sin que Dogday pudiera preguntar sobre los demás. Picky casi no tardo nada cuando regreso con un frasco, la cual le dio a Dogday. —Aquí tienes, póntelo y espera toda la noche. Se te bajara la hinchazón, pero... te quedara moretón. —Explico. —Gracias Piggy... ¿y tu estas bien? —Pregunto preocupado el perrito tomando el frasco y miraba a su amiga esperando una respuesta. La nombrada se quedó callada unos segundos. —No... tengo miedo Dogday... acabas de romper una regla importante, tengo miedo de que vengan por ti y Hoppy y con Poppy en la enfermería. Me da pavor que nadie pueda salvarte...—Confeso la cerdita mientras lloraba mientras tomaba los hombros de su amigo, ella no quería que se lo llevaran. Él era el único líder que les quedaba, sin Dogday la fábrica y los juguetes ya hubieran colapsado desde hace días, además de que ella no seguía al Prototipo y jamás podría seguir a un ser que les trajo paranoia con su última reunión. —¿Realmente crees que podrás seguir como si nada? —Pregunto en un murmullo la cerdita casi imperceptible, pero Dogday si la pudo escuchar. Lo que hizo que se congelara y sintiera también temor al darse cuenta del peso de sus acciones. Fue entonces que el perrito comenzó a temblar, pero no permitió que el miedo lo dominara, porque no iba a negar que tenía pavor de tan solo pensar que Elliot aprovechara esto y terminara su cometido con él. —N-no debes preocuparte Piggy, estaré bien... so-solo no pienses en eso... quiero decir que Bubba dijo que se encargaría. —Dogday trato de hablar buscando mantener la calma, pero su tartamudeo lo delataba. —¡¿Y que me asegura que no terminen castigando a Bubba por culpa de ustedes?! —Hablo en voz alta la cerdita mientras apretaba sus puños y derramaba lágrimas, haciendo callar a Dogday. Piggy respiro con dificultad, pero al darse cuenta de lo que dijo rápidamente se arrepintió, alejándose de Dogday mientras ponía sus propias manos en su pecho. — Oh no no.. no quise decir eso... lo siento, es solo que... Pero Dogday la detuvo en acercarse y darle un abrazo, él no iba a permitir que se sintiera así. No sería un buen líder si dejara en ese estado a su amiga. —Lo se... sé que también estas afectada por todo... y por mis acciones imprudentes, pero no tengas miedo... sé que las cosas estarán bien... Bubba se encuentra bien... solo ten esperanza Piggy. —Dijo el perrito mientras cerraba sus ojos con fuerza al mismo tiempo que parte de esas palabras se las decía a sí mismo. Tal vez se haya alejado un poco de lo que creía, pero no iba a dejarse consumir por el miedo o la paranoia. Piggy solo correspondió el abrazo más calmado mientras permitía que su amigo le diera el apoyo que necesitaba. —Gracias...—Murmuro la cerdita con una sonrisa. Fue entonces que el cachorro se separó aun sujetando el frasco de cristal. —Piggy... perdona si cambio un poco brusco la conversación, ¿pero sabes a donde fue Catnap? —Pregunto el perrito necesitado de saber dónde se encontraba su novio. A lo que la nombrada solo se limpió sus lágrimas. —Oh... después de contarle todo... él regreso a su cuarto. —Explico mientras miraba como la cara de Dogday se iluminaba. —¡Bien!, lo siento si no me quedo mucho... pero tengo que hablar con mi novio. —Dijo el perrito avergonzado, mientras corría al cuarto donde Vivian, no sin antes despedirse de su amiga. —Hasta luego Piggy. Picky por su parte solo se despidió con una mano, mientras miraba con ese vacío en su corazón aquel pasillo donde se fue su amigo. —Ojalá... Bubba me llamara así... o tan solo me tratara como Catnap a Dogday... me siento tan envidiosa de su relación. —Se dijo así misma mientras acariciaba sus manos, y caminaba a la cocina. —tal vez si preparo algo super rico... haga que me quiera un poco más... ☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* El perrito solar se encontraba bastante nervioso, prácticamente le había dicho cosas horribles a su novio por sus inseguridades y su odio a los Nightmares Critters, que ni siquiera tomo un tiempo para escuchar la versión de Catnap. Estaba a fuera del cuarto donde compartían, jugaba con sus dedos y su cola se movía de forma ansiosa, no sabía cómo entrar y decirle a Catnap sobre lo que sentía, cuando él mismo se siente muy confundido con todo y sus emociones turbulentas. —Vamos Dogday... tú puedes. —Se dio ánimos a sí mismo, realmente nervioso por lo que pasaría. Respiró hondo, llenando sus pulmones de aire, como si así pudiera reunir el coraje que le faltaba, tomo el picaporte frio para entrar al cuarto. Un vacío le perforó el pecho, como si el mundo entero se hubiera desvanecido por un segundo. Catnap estaba allí, en la cama, abrazado a una de las almohadas, con la imagen de Dogday en caricatura. Pero lo que más le dolió fue el rostro de su novio, escondido en la almohada, mientras lágrimas silenciosas recorrían su mejilla. Sus ojos, antes siempre tranquilos y vivos, ahora estaban inyectados de sangre, rojos y cansados. Dogday sintió una punzada en su pecho al ver la imagen de Catnap allí, tan vulnerable, tan roto. No era el fuerte y audaz felino que conocía, era un ser completamente diferente. La culpa lo abrazó con fuerza. —Catnap...—Llamo el perrito nervioso, haciendo que el nombrado se levantara de inmediato para mirar a Dogday. No dudo de inmediato cuando salto de la cama y camino hacia él quedando enfrente de él. —¡Dogday!, yo...—Pero el perrito levanto su pata para que parara él quería hablar primero. —Escucha... lamento haberte dicho algo tan horrible... es solo que me enoje muchísimo al enterarme que te metiste con los Nightmares Critters. —Dijo rápidamente el perrito triste y realmente adolorido, fue entonces que camino rodeando a Catnap para ir a la cama que compartían, y poder sentarse mientras daba una palmada en la cama, incitando a Catnap que se sentara a su lado. El felino obedeció él también necesitaba comentarle lo que sentía, por supuesto también estaba furioso por lo que esos bastardos hicieron, quería romperle la cara a Poe por lastimar a su lindo novio, quería arrancarle la lengua a Babia por haber iniciado los rumores que trajeron paranoia a sus vidas, también estaba furioso con su propio padre porque no entendía sus planes o la razón del porque había soltado esa información tan delicada. Pero ahora que Poppy había vuelto al menos les había traído algo de paz, pero eso no quitaba el hecho de que se sentía presionado, por el simple hecho que ahora estaba más alerta de lo normal al proteger a Dogday y mantenerlo alejado de Elliot o de Harley, aunque después del accidente de Poppy el doctor ya no se le volvió a ver, pero aun s e mantenía alerta lo más que podía, ya que no iba a permitir que lastimaran a su novio. Además de que también estaba enojado con Dogday, por supuesto entendía como se sentía, pero tampoco debía enojarse con él cuando a pesar de que Catnap fue casi honesto, no entendía porque Dogday lo culpo por algo de su pasado, que ya ni siquiera le competía al perrito. Realmente ambos necesitaban hablar. —Solo quiero comprenderte Dogday, ¿Por qué estas enojado conmigo?, fui honesto contigo... y aun así sabiéndolo, me aceptaste. —Dijo Catnap un poco indignado, pero al mismo tiempo triste, estando a lado del perrito. —¿Honesto? —Dogday contesto esta vez se volvió tensa, no quería explotar, pero le molesto que Catnap no entendiera la razón de su enojo. — Catnap me mentiste... —No te mentí... —Catnap se defendió, no había mentido fue honesto y más cuando se trataba de Dogday. Admitía que como iniciaron fue malo, lleno de mentiras y toxicidad, pero había cambiado. El felino no quería perder al perrito solar. Dogday soltó una risa amarga, una que no tenía ni una pizca de humor. —¿Ah, ¿no? —Los ojos del sol brillaban con una mezcla tristeza y decepción —. ¿Entonces qué fue?, ¿Omisión?,¿Esperabas que nunca me enterara? Catnap apretó sus colmillos, por supuesto que omitió esa información, sabiendo que Dogday no lo tomaría bien si se enteraba que se había involucrado, con los juguetes que su novio odiaba. —No quería hacerte daño... sabía que, si te lo decía, probablemente me odiarías... no quería eso. —¡Pues lo hiciste! —Exclamo Dogday—. Me hiciste sentir como un completo idiota. Cuando Baby me lo dijo como si nada, pensé que era otra más de sus mentiras... pero cuando Poe o Touille describieron tan íntimamente como eres... me hicieron sentir mucho asco... —Dogday... yo...—Catnap no supo que decir, no era muy bueno en hablar sobre estos temas, jamás tuvo una relación amorosa seria, Dogday es su primer novio y su primer amor. No es Bobby que sabía que decir o Hoppy que a pesar de ser una idiota a veces, sabia como cuidar a Bobby en su corazón. El perrito negó con la cabeza, estaba lastimado con esa información. Se sentía muy mal que haya compartido tan íntimamente con esos seres desagradables, ellos que lo habían lastimado antes a él y a sus amigos, a ellos que no les importaba crear caos en algo que Dogday hace lo posible por salvar. Odiaba con ganas a los Nightmares Critters. Y ahora los odiaba más porque todos ellos ahora conocen el placer y el gozo que Catnap podía dar, y ahora que le pertenecía al perrito. Pero la idea de Catnap compartiera esa intimidad con los seres que odiaba, lo destrozaba. —No sé qué hacer con esto, Catnap. —Su voz sonaba rota, como si cada palabra le doliera salir de la garganta—. No sé cómo mirar tu cara sin imaginarte con ellos. No sé cómo seguir contigo sin sentir que todo lo que compartimos está manchado. Catnap bajo sus orejas mostrando su culpa no habérselo dicho, por supuesto sabía que Dogday los odiaba, pero eso ultimo realmente lo rompió. —Escucha perrito, ahora entiendo cómo te sientes... pero yo también estoy molesto. Quiero decir... lo que hizo fue años atrás antes de que tú y yo nos hiciéramos amigos, cuando aún estaba en el grupo de los Smalling... antes de que me cambiaran, a penas y te conocía... además de que cuando me cambiaron fue cuando comenzaron a volverse muy molestos. —Explico el felino mientras trataba de darle entender su punto de vista. —Se que te molesta que haya sido con ellos, pero no puedo cambiar el pasado Dogday y que me recrimines ahora... es bastante triste. Yo realmente te amo Dogday... y no quiero que te compares con ellos o que pienses algo totalmente diferente. —Catnap a apenas podía describir como se sentía y al mismo tiempo le costaba hablar sobre algo que él ni quiera sabia resolver. Dogday es su primera pareja oficial, por lo tanto, su propia inexperiencia le estaba costando mucho expresarse. —Probablemente te sientas inseguro... pero la verdad es que yo... te amo y no quiero hacer más esas cosas que Rabie dijo, con nadie más solo quiero estar contigo y hacerlo contigo... porque te amo perrito. —Expreso el felino mientras alzaba sus manos y las envolvía con las de Dogday mientras lo miraba directamente. Haciendo que el perrito al estar con sus ojos cristalinos unas lágrimas bajando por sus mejillas, este mirara atónito a Catnap. No iba a negar que esas palabras lo calmaron, porque una parte de él en lo más profundo sentía que no es suficiente para el felino. Que probablemente lo abandone y lo deje, porque Dogday no tiene experiencia, no tiene nada más, solo amor y calidez que podía darle a Catnap. Pero el perrito se sentía insuficiente. —Cat-Catnap...—Dogday no pudo evitar llorar de nuevo mientras sus mejillas se tornaban rojas. —Y-yo también te amo... pero tengo miedo de que no sea suficiente para ti...es solo que... ni siquiera puedo complacerte como dijo Touille que te gustaba...—Expreso el perrito lloroso. Él sabía que sus propias inseguridades le hacían tomar decisiones muy malas, pero el perrito no es perfecto comete errores y en esos momentos sabía que había reaccionado mal con su novio. Recordar las palabras de aquella rata, hacia que se sintiera mas miserable, por el simple hechode no poseer un pene. Habia nacido defectuoso, Elliot le arruino su propia existencia y su autoestima. Todos esos meses en donde se estaba aceptando a si mismo y su cuerpo, amándose hasta poder mirar su coño sin poder entrar en un ataque de ansiedad, ahora por culpa de los Nightmares sentía que había retrocedido en su terapia. Sintienco como ahora se sentía mas asqueroso con su propio cuerpo, por no tener algo que a su novio le gustaba también. Sentia que ya nadie lo querria como estaba, no podía dar ese placer. Ese pensamiento hizo que Dogday se rompiera y llorara. Pero Catnap no le importo en absoluto, solo sin poder contenerse tomo la mejilla buena de Dogday para levantar su cara y sin perder el tiempo, estampo sus labios contra los suyos con una intensidad feroz, casi desesperada, como si en ese beso pudiera borrar la distancia y el dolor. Como si pudiera demostrarle cuánto lo amaba sin necesidad de palabras. Dogday, sorprendido, jadeó contra su boca, pero no se apartó. No podía. Sus manos temblorosas se aferraron al pelaje del pecho de Catnap, sintiendo el calor de su cuerpo, la manera en que el felino se inclinaba sobre él con urgencia, con hambre, con amor. Catnap se separó apenas lo suficiente para mirarlo a los ojos, su expresión seria, pero cargada de amor. —Dogday... eso no me importa. Te lo dije, ¿recuerdas? Eso quedó atrás. —Su voz era firme, cálida, y sus ojos reflejaban sinceridad—. Y, para ser honesto... después de aquello, aquella experiencia solo me dejó un sabor amargo. No fue algo que desearía repetir. —En realidad, estoy agradecido de que no tengas pene... —dijo con una sonrisa que se volvía lentamente más oscura, más traviesa, y su voz se volvió un ronroneo bajo, cargado de intención. El perrito bajó la mirada con culpa, pero Catnap no le dio oportunidad de sumirse en esos pensamientos. Lo acarició con ternura en la mejilla, obligándolo a mirarlo de nuevo. — Porque, sinceramente... dudo que pudieras soportar mi pene solo con tu lindo culito. — Dogday se sonrojó de inmediato, los ojos bien abiertos, sorprendido por el tono descarado de su pareja.—Pero tu flor... —continuó Catnap, rozando sus labios con los suyos mientras le hablaba casi en un susurro—. Esa parte tan única y suave que tienes... es perfecta. Como si hubiera sido hecha solo para mí. Para contener toda mi fuerza. Para recibirme sin romperse. Catnap volvió a besar a Dogday que estaba sorprendido por lo vulgar y oscuro que sonaba Catnap. El felino lo estaba llevando a ese límite extraño entre el miedo y el deseo, entre el pudor y la necesidad. Su cola se agitó ansiosa, traicionando lo mucho que esas palabras, por más rudas o turbias que fueran, lo estaban afectando. Sabía que Catnap tenía una parte intensa, dominante... a veces incluso un poco aterradora. Pero también sabía que nunca lo heriría sin querer. Que su oscuridad venía de un amor profundo, y que le entregaba su corazón junto con cada caricia. En especial como si Catnap rechazara esa parte de Dogday en donde se sentía como un macho. Algo que Dogday ya lo intuía, pero por alguna razón se lo había permitido. ¿Eso estaba mal? Ni siquiera Dogday lo sabia en absoluto. —Pero sobre todo... tu tienes el don de darme algo que nadie, ni siquiera un macho podría Dogday. —Catnap se estaba volviendo mas peleigroso en ese punto, susurrando en la oreja de su novio. Mientras ronroneaba con malicia. —Cachorros... Ronroneó con fuerza, acariciando su vientre con lentitud, como si ya imaginara el futuro que anhelaba. Y Dogday, con los ojos húmedos y el corazón desbordado, se dejó llevar. Porque en ese instante, más que nunca, se sintió amado. Y deseado. Y entero. Dogday tembló un poco bajo su toque, sintiendo ese ronroneo que le recorría la piel como electricidad. Se mordió el labio, abrumado, pero también profundamente conmovido. Quería hablar, quería decir algo... pero sus pensamientos eran un torbellino, por supuesto que tenia ese don, lo sabia al momento de mestruar y tener su celo. Es una gran posibilidad y la sola idea de formar una familia con Catnap, lo emocionaba era algo que ningun macho se lo daría. Dogday tenia su mente hecha una verdadera mierda, no podía pensar bien, no podía razonar, ni siquiera su propia mente le gritaba que se detuviera porque sabia que un cachorro podía ser bastante peligroso. Nada lo detuvo, porque su amor y su lujuria lo gobernaron, olvido la mierda que le dijieron los Nightmares y solo se enfoco en besar a Catnap. Besarlo abrázalo, atraerlo a su cuerpo, tragar su saliva y perderse en la lujuria, estaba emocionado, bastante excitado y muy drogado con esa lascivia que no podía parar a pensar que Catnap le había confirmado sus inseguridades. Pero al mismo tiempo lo aceptaba tal cual és, pero también le hizo ver a Dogday que necesitaba valorar mas su flor que podía dar vida. Catnap, en un movimiento rápido, lo sujetó con más firmeza y lo empujó hacia atrás, tumbándolo sobre la cama con suavidad, pero con la misma pasión ardiendo en sus movimientos. Dogday sintió el colchón hundirse bajo su peso y, antes de poder reaccionar, Catnap atrapó sus muñecas con delicadeza, sosteniéndolas contra el colchón mientras seguía besándolo, más profundo, más entregado, como si en ese beso le diera todo lo que nunca había sabido expresar con palabras. Dogday se estremeció bajo él, su corazón latiendo desbocado en su pecho. Sus labios se movieron en sincronía con los de Catnap, su respiración entrecortada mezclándose con la del felino. Había desesperación, sí, pero también amor, también necesidad. Como si ambos hubieran estado esperando este momento sin saberlo. El perrito cerró los ojos con fuerza, dejándose llevar. Dejando que Catnap lo reclamara de esa manera, con besos que le decían cuánto lo amaba, cuánto lo necesitaba, cuánto lamentaba todo. Y en ese instante, Dogday supo que, a pesar del dolor, a pesar de las cicatrices, su corazón aún latía por él. Cuando Catnap se separó este se encontraba jadeando con las mejillas rosadas y sus iris dilatadas por el deseo que poseía por Dogday, además que de su respiración liberaba solo un poco de gas rojo, pero no lo suficiente para hacerlo dormir, solo algo inofensivo. Este se separó solo un poco de Dogday para observarlo. El perrito estaba igual o peor, el pobre jadeaba su pecho subía y baja, sacando vapor de su boca por lo caliente que estaba, al mismo tiempo que su cara estaba roja como un tomate, con los ojos cristalinos y a pesar de tener una mejilla hinchada, en el punto de vista de Catnap ese lindo perrito se veía tan apetitoso. Dogday estaba avergonzado, realmente no quería dejar de ser el novio de Catnap. —Nadie podrá remplzarte Dogday.—Respondió Catnap con deseo y posesión, a pesar de lo que habían dicho y hecho aun así ambos ya se habían perdonados, se amaban y nadie iba a separarlos. — Nadie se iguala a lo que eres mi lindo perrito. La mente de Dogday estaba hecha un desastre, aún abrumado por todo lo que había pasado entre ellos, pero su cuerpo reaccionaba por instinto, estremeciéndose bajo el peso del felino. Su agarre aún era firme en sus muñecas, pero no con fuerza, sino con ternura, con la necesidad de asegurarse de que Dogday no se apartara de él otra vez. Pero cuando miro a su novio de esa forma el perrito no dudo en sonrojarse muchísimo, realmente no podía negar lo excitado que lo hacía sentir Catnap. Ansioso y necesitado, tanto que el calor de su coño comenzaba a emanar y ni hablar de ese cosquilleo en su vientre y en sus muslos internos. Aún sin poder moverse, con su cuerpo temblando de anticipación y su cola inquieta delatando su estado, Dogday dejó escapar un susurro tembloroso, impregnado de necesidad. —Kitty, por favor... hazme tuyo~♡ —rogó con una voz suave y temblorosa, cada palabra impregnada de deseo, de anhelo. Sus mejillas ardían en un rojo intenso mostrando esa sumisión, completamente rendido ante el felino que lo observaba con hambre contenida. El pecho de Catnap se agitó con un ronroneo profundo, su corazón latiendo con fuerza al escuchar esas palabras tan dulces y desesperadas a la vez. Sin dudarlo, volvió a reclamar sus labios en un beso ardiente, cargado de pasión y entrega. Sus bocas se encontraron con desesperación, abriéndose para recibir al otro en un juego intenso y húmedo. Sus lenguas se entrelazaban en una danza sensual, explorándose sin reservas. Dogday jadeó en medio del beso, su cuerpo estremeciéndose con cada roce, con cada caricia. Aprovechando un descuido del felino, el perrito llevó sus manos con ansias detrás de la nuca de su novio, aferrándose a él y jalándolo con fuerza para profundizar el beso. No quería que se separara, no quería que el calor de su cuerpo lo abandonara. El ambiente estaba cargado, el aire denso con la mezcla de sus respiraciones entrecortadas y el deseo palpitante entre ambos. Se pertenecían en ese instante, con cada roce, con cada susurro ahogado entre besos que hablaban más que cualquier palabra. Fue entonces que Catnap volvió a meter su lengua a la boca del perrito tomándolo, llevando sus manos hasta las caderas ajenas, pero Dogday no se quedó quieto por primera vez deseaba mostrarle a Catnap que él también lo amaba demasiado. Por lo que tuvo que bajar sus manos hasta los hombros del felino y con esfuerzo se separan de él, cortando el beso tan lascivo que hacía que los uniera un hilo de saliva. Catnap parpadeó, desconcertado por el repentino cambio, pero antes de poder reaccionar, Dogday usó la fuerza de ese cuerpo maldito, empujándolo con firmeza. En un solo movimiento fluido, invirtió sus posiciones, haciendo que el felino terminara recostado sobre la cama mientras se sostenía con los codos, mirando con expectación al perrito que ahora se acomodaba sobre sus piernas. —Jeje~, ¿Qué planeas perrito? — rejuntó Catnap, su voz teñida de anticipación, sus ojos ámbar brillando con picardía. Dogday no respondió con palabras. En su lugar, dejó que sus manos hablaran por él. Deslizó sus dedos lentamente por el pecho del felino, recorriendo con una caricia provocadora cada contorno de sus músculos. Sus garras apenas rozaban la piel bajo el pelaje, bajando en un sendero tentador desde su torso hasta su abdomen, hasta llegar a la pelvis, provocando en Catnap un escalofrío placentero. —Solo~... quiero hacerte feliz Kitty ♡—Dijo el perrito de forma tan seductora y lasciva, mientras con sus dedos exploraban la pelvis ajena en busca de la apertura, donde Catnap ocultaba su falo. Al encontrarla lo miro de cerca, dejando ver que efectivamente se podía ocultar de forma sencilla con el pelaje, se veía una raya la cual salía el falo dl felino, el perrito no dudo en tragar en seco y acercarse, haciendo que su aliento le hiciera cosquillas a su novio que se estremeció. Así que le dio una suave lamida, para hacer que Catnap soltara un suave jadeo, haciendo su cabeza para tras. Mientras Dogday se encargaba de pasar su lengua contra la apertura que al abrir podía verse solo la punta flácida de Catnap, oculta entre las capas de piel. Dulce y salado fue el sabor que describió el perrito cada vez que metía su lengua, en aquella apertura. El felino entrecerró los ojos y exhaló un suspiro bajo, disfrutando el toque que le despertaba una deliciosa mezcla de ansiedad y deseo. Dogday, por su parte, sentía su propio corazón martillando en el pecho, pero esta vez, no era por nerviosismo, sino por la emoción de ver a su novio rendirse ante su tacto. La lengua de Dogday lambia la glande del felino, la cual poco a poco se erectaba saliendo de aquella bolsa, solo se pudo verla punta rosada de aquel pene, la cual el perrito aprovecho para comenzar a lamer suavemente, comenzando a chupar al meterlo en su boca, saboreando el sabor dulce y salado combinado, mientras con su lengua rodeaba aquel falo que poco a poco comenzaba a erectarse y salir de aquella apertura. Mientras más salía, el perrito movía su cabeza de arriba hacia abajo a un ritmo constante, mientras su saliva bajaba por su quijada, saboreando cada parte sintiendo cosquillas en su lengua por las puas de su novio, pero la sola idea de que esas puas le darían placer y cosquillas a su coño hacía que su intimidad se mojara, haciendo que sus labios vaginales comenzaran a tener un brillo por la miel que salía y mojaba sus muslos internos, hasta que unas gotas mancharon el piso. El pene de Catnap se erectaba cada vez más lo que hizo que la garganta de Dogday se estirara al recibir aquel tremendo trozo de carne. Catnap por su parte no podía evitar sufrir espasmos de placer, jadeando sacando vapor de su boca y gas rojo de paso, no se limitó cuando llevo su mano a la cabeza de Dogday y sin dudar lo forzo en hacer un vaivén más apresurado y agresivo, queriendo que tragara más de su polla toda erecta. —Oh~... Dogday ♡—Gimió con tanto deseo, no podía evitar soltar si humo rojo al descontrol que está sufriendo su cuerpo y cuando bajo su mirada, solo noto una imagen bastante lasciva. Siendo como Dogday sacaba de su boca aquel pene erguido empapado de saliva y de la punta saliendo bastante burbujas de presumen, mientras Dogday lo observaba con mucha hambre y su deseo al punto que sus iris parecen tener la forma de corazón. Lo que hizo que el felino sintiera un fuerte latido lo que hizo que hasta su polla comenzara a palpitar, hasta dejar sus venas y no negó que termino liberando más presumen, porque esa imagen hizo que su calentura subiera y el placer visual aumentara. Pero Dogday no quiso detenerse por lo contrario el continuo, así que se levantó hasta estar enfrente del felino que seguía acostado en la cama. —Vamos Kitty~♡, no me dejes esperando. —Dijo el perrito con una sonrisa atrevida, mientras sus dedos bajaban por su vientre hasta llegar a su entre pierna, donde con delicadeza abríos sus propios labios vaginales, dejando el desastre de fluidos, hasta permitir que viera sus paredes internas, las cuales estaban completamente mojadas y un poco vapor salía dejando en claro lo caliente y excitado que se encontraba. La provocación en la voz de Dogday fue la chispa que encendió algo salvaje dentro de Catnap, la excitación aumento y su autocontrol se quebró. Sus pupilas se dilataron y, sin pensarlo dos veces, se incorporó de golpe. —Oh, perrito... —ronroneó con una mezcla de deseo y posesión, su voz ronca de anticipación. Antes de que Dogday pudiera reaccionar, Catnap lo agarró con firmeza, sus garras rozando apenas su piel de peluche, y en un movimiento veloz lo acorraló contra la pared. Un jadeo entrecortado escapó de los labios del perrito cuando su espalda chocó con la superficie fría, en especial cuando la adrenalina se apoderaba de él y el dolor que le provoco esa pelea anterior, comenzaba a desaparecer, pero no tuvo tiempo de quejarse. Catnap se lanzó sobre él, capturando su boca en un beso hambriento, desesperado. Sus labios se movían con una intensidad feroz, sus colmillos rozando la piel sensible de Dogday mientras su lengua invadía su boca, reclamándolo con cada roce, con cada caricia húmeda. Dogday apenas podía seguirle el ritmo, su cabeza daba vueltas y su cuerpo se estremecía ante la entrega descontrolada de su novio. —Mph~ Kitty... —gimió entre besos, su respiración entrecortada, su cola temblorosa delatando su estado. Pero Catnap no iba a darle tregua. Sus manos firmes se aferraron a su cintura, delineando su silueta con una mezcla de delicadeza y desesperación. Apretó su cuerpo contra el suyo, como si quisiera fundirse con él. Haciendo que su pene se clavara contra el vientre del perrito, provocando que el movimiento hiciera fricción entre ellos, dándole un poco de liberación, al mismo tiempo que el pelaje dl vientre de Dogday se mojaba. Dogday bajo de nuevo sus manos mientras seguía el beso de su novio, hasta tomar con delicadeza el falo del felino tan grande y gorda, que hacía que Dogday se derritiera bajo su toque, que aprovecho para acomodarlo entre sus piernas, para su vulva pudiera rozarse sin descaran alguno. Mojando el tronco del pene con sus fluidos, disfrutando del frotamiento al mismo tiempo que sus mulos se encargaban de apretarlo y masturbarlo cuando Dogday comenzaba a mover su cadera a un ritmo delicioso. Disfrutando de aquellas puas que le daban cosquillas y placer a su tan necesitado clítoris y sus labios vaginales, mojándose aún más en el proceso, ya que Catnap comenzaba a liberar más de sus fluidos haciendo que manchara los muslos ajenos, Mientras se besaban de forma tan sucia. —Eres un maldito provocador, Doggy... —susurró contra sus labios, sin darle oportunidad de responder antes de volver a devorarlo en otro beso intenso, como si estuviera hambriento de él, ya que Catnap volvía a mover su cadera retejándose contra esos deliciosos muslos que apretaban su pene. Dogday solo pudo aferrarse a los hombros de su novio, sintiendo cómo su propia resistencia se desmoronaba poco a poco ante la pasión que los consumía, al mismo tiempo que se ponía de puntitas, para poder tener el espacio y la comodidad de tomar la polla de su novio hasta guiarlo a su coño. La cual sin esfuerzos comenzó a bajar para auntopenetrarse, haciendo que el pene de Catnap comenzara a introducirse, abriendo en su paso sus paredes calientes lo que hizo que el perrito gimiera. Catnap por su parte sintió bastante placer al sentir como su pene es tomado por esas deliciosas paredes carnales, las cuales chupaba su falo con tanta urgencia, era como si Dogday ya hubiera entrado en celo, algo bastante raro cuando ya había pasado su época. El felino no pudo aguantar más y este dio una tremenda embestida, hasta introducirlo de golpe provocando que la punta de su pene golpeara el cérvix de Dogday. —¡Hahn!, ¡Catnap ♡! —Gimió fuertemente el perrito cuando su coño fue abierto de forma brusca, sintiendo cada púa y cada cm del pene de su novio que se estremeció con fuerza, provocando que abrazara los hombros de su novio y recargara su cabeza en los hombros, mientras jadeaba. Pero Catnap no se detuvo por lo que sujeto una de las piernas para alzarlo y así pudo tener mejor acceso a la vagina de su novio, la cual se podía ver una imagen bastante erótica cuando su pene entraba en esas paredes empapadas. Fue entonces volvió a presionar a Dogday contra la pared y sin pensarlo comenzó a follarlo, embistiendo su dulce coño, su pene entraba y salía en un ritmo semi rápido. Lo que hacía que, con cada embestida, el cérvix del perrito fuera golpeado, provocando que Dogday jadeara más alto, ya que si Catnap lo forzaba más podría llegar a su útero necesitado de su semilla, sus paredes se abrían y daban bienvenida a ese dulce gozo, su dulce carne le creaba espasmos muy placenteros. —¡ohm~!, ¡Catnap~ ahí♡!, ¡lo haces tan bien Kitty♡! —jadeaba el perrito sacando su lengua mientras el felino, aprovechaba para lamer la oreja de Dogday provocando que el can, se apretara aún más a su alrededor y sus garras se encajaran en la espalda de su novio, haciendo que Catnap aumentara las embestidas con fuerza, haciendo que los sonidos lascivos de sus pieles chocando se volvieran más sucios y lascivos. —Eres tan delicioso Doggy~♡—Susurro el felino de forma tan posesiva en aquella oreja que hacía que el perrito siguiera estremeciéndose, al mismo tiempo que su mano sujetaba muy bien el culo de Dogday, para ayudar a mantener el ritmo sexual al momento de embestir aquella vagina necesitada. El vientre de Dogday se podía ver de una forma vulgar como aquel falo se remarcará, tomando su forma y se viera tan bien, que se notaba como entraba y salía sin descaro. La mescla de olores se volvía más adictivo y erótico, el felino estaba perdiendo el control de nuevo. Necesitaba follarlo como se despedía, hacer que rugue de nuevo, pero al mismo tiempo amaba hacerlo a un ritmo lento, para que Dogday enloqueciera aún más. Los fluidos que salían en cada embestida, hacían que el piso de bajo de ellos comenzara a mancharse. Dogday no dudo en subir su otra pierna para poder abrazar la cadera de Catnap, haciendo que el felino con su otra mano sujetara muy bien el culo de su novio, para que no cayera al mismo tiempo que Dogday se acomodaba dejándose cargar por el felino. Sintiendo como Catnap aumentaba las embestidas, esta vez comenzando a follarlo con más fuerza ya que con esa posición podía entrar con más facilidad, de esa forma Catnap dio una fuerte embestida tan profunda, metiendo con más profundidad su pene provocando que la cerviz del perrito se abriera. Haciendo que su útero sea llenado finalmente por la punta del falo de su novio. —¡AHHHHHH~♡ CATNAP! —Soltó un gemido tan lascivo Dogday que apretó su coño de paso, lo que provocó que el felino no dudara en volver a embestirlo. Fallándolo en el acto, haciendo que ambas pelvis chocaran con fuerza desenfrenada y el sonido vulgar mojado se escuchara en el eco de esa habitación, cada vez que el pene del felino salía de esa vagina ansiosa se podía lo empapado que estaba de las mieles de Dogday, la cual volvía a meter para arremeter con tanta fuerza que hacía que el can, no pudiera parar de jadear y de gemir. Como toda una perrita en celo. El felino mantenía a Dogday aun en esa pared acorralándolo con su propio cuerpo, abrazándolo de forma posesiva, mientras el canino se aferraba con sus manos a su espalda y con esas piernas a su cadera, recibiendo muy bien su polla erecta, por lo que Catnap aprovecho para comenzar a lamer y besar el cuello del contrario, hasta que sin pensarlo mordió con fuerza. Provocando que Dogday soltara un jadeo doloroso, pues la mordida fue tan fuerza que hilitos de sangre salieron de la comisura de los labios del felino. Como si lo estuviera marcando a lo que Dogday no pudo evitar sentirse más extasiado, al punto que enterró sus garras en la espalda de su novio y sacaba su lengua mostrando un gesto de éxtasis. Cuando Catnap se separó lamio la herida punzante. — Ah~.... Ahh ahh, oh~ Dogday... aprietas tan rico, ¿Extrañabas mi polla no es así pequeña putita? —Pregunto el felino de forma lasciva, mientras buscaba denigrar un poco a su novio. Algo que los dos les encantaba ese tipo de tratos en la cama. Dogday no respondió solo basto que se mojó aún más, liberando su miel mientras es follado como dios mandaba. Recibiendo aquel pene grueso y venoso contra esa vulva ya maltratada e hinchada, sintiendo que su excitación aumentaba por esas palabras. —Tan cachonda esta perrita, que ni siquiera te he dicho mucho... ahh ah~ y ya te estas mojando, como toda una zorrita necesita de pene. —Pronuncio el felino burlándose de su pareja. Pero Dogday no quiso quedarse atrás, por lo que como pudo dejo de sujetarse del felino y con fuerza de voluntad, puso sus manos en el pecho del felino para separarlo de él provocando que aquella polla saliera en un sonido muy vulgar de su coño, liberando a su paso un chorro de miel y presumen combinado que termino en un charco en el suelo. —Tienes razón, mi querido gatito~♡... —murmuró Dogday con la voz cargada de deseo, su respiración entrecortada mientras sus ojos, oscurecidos por la excitación, se clavaban en los de Catnap. Sus iris dilatados brillaban con una tentación embriagadora, un fuego que ardía sin control en su interior. Sin apartar la mirada, deslizó las manos por los hombros del felino con una caricia firme, guiándolo hacia atrás con movimientos calculados, provocativos. Paso a paso, lo hizo retroceder, su sonrisa atrevida reflejando la confianza creciente en su propio juego, dejando a su paso gotas en el suelo de su miel. Catnap apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando sintió el borde de la cama contra la parte trasera de sus piernas. Su equilibrio vaciló un segundo y, antes de que pudiera sostenerse, Dogday aprovechó el momento con un empujón juguetón pero decidido. El felino soltó un gruñido bajo de sorpresa cuando su espalda chocó contra el colchón, pero antes de que pudiera incorporarse, Dogday ya estaba sobre él, observándolo desde arriba con una expresión que era puro deseo y travesura, sentándose sobre su entre pierna para que el falo de su novio se metiera entre sus glúteos, haciendo que el perrito se estremeciera por lo empapado que estaba aquel falo. —solo soy una perrita necesitada~♡—Dicho esto Dogday tomo la polla aun erecta de su novio, para guiarla a su agujero goteante y sin detenerse de dejo caer metiéndolo de golpe, volviendo que su cérvix sufriera la sensación de ser abierto de forma tan lasciva. Dogday no dudo en soltar un gemido largo, al mismo tiempo que comenzaba a auto penetrarse. Moviendo su culo con fuerza hasta hacerlo rebotar, mientras se sostenía con sus piernas dándole el equilibrio para meter y sacara aquel falo de su vagina, la cual le daba la bienvenida como un maldito cachondo que era. Su cola se movía con emoción, al mismo tiempo que sacaba su lengua y sus manos sujetaban el pecho de su novio. Catnap miraba desde abajo realmente extasiado por ver la imagen de su lindo novio montándolo como un apunta desesperada y para no perder el ritmo el también comenzó a mover sus caderas, para ayudar con esas embestidas tan bestiales. Permitiendo follar a Dogday como es debido, haciendo que el perrito este super contento de recibir una buena polla que destrozara su coño y su útero que es golpeado con violencia, la cama volvía a rechinar con fuerza. El felino tomo las caderas de Dogday para ayudar a aumentar el ritmo bestial, que hacía que el perrito gimiera y jadeara sin control. Moviendo su cadera como un loco buscando su liberación, a veces movía su culo en círculos para hacer que Catnap enloqueciera al sentir cada cm de aquellas paredes esponjadas, y la mayoría saltaba hasta hacer que su cuerpo revotara y el sonido de los choques de pieles se volviera más lascivo. Apretando su coño en el proceso dejando ver que pronto llegaría a su orgasmo y Catnap quería que su novio lo disfrutara, porque sin tener suficiente bajo una de sus manos hasta guiarlo, para que su pulgar comenzara a estimular el clítoris visible del perrito. —¡Ohhhhhhh~ Catnap! —Grito Dogday mientras sentía como el placer lo dominaba volviéndose más adictivo y abrumador. Tan fuerte que comenzaba a babear y a ser más ruidoso, sintiendo que quería explotar y sus ganas de correrse se volvían más intenso, apretando sus paredes deliciosas en el proceso, chupando el pene de Catnap tragándose cada gota de presumen y semen que salía. —¡Calma Doggy~ ahh!, ¡Vas a arrancarme el pene si sigues apretándolo tan bien! —Dijo el felino burlesco mientras jadeaba y disfrutaba del show que le daba su lindo novio, mientras movía con fuerza sus propias caderas notando esa imagen lasciva, como su falo entraba y golpeaba con dureza y gozo aquel coño empapado de fluidos, estando ya hinchado por cada golpe, azote que le daba Catnap, cada embestía hacía que el chapoteo se volviera más vulgar y gracias a que le estaba estimulando el clítoris a su novio, hacia que Dogday terminara por empapar todo el vientre de Catnap. —Ohm~ gatito~... ah ah~ no pares estoy tan cerca~♡—Pronuncio el canino para luego dejarse caer en el cuerpo de Catnap, abrazándolo mientras seguía moviendo su culo como podía, a pesar de estar en una pelea la adrenalina ayudaba a que no sintiera el dolor de los golpes, por lo contrario, ni siquiera sentía la mordida de su hombro. Sintió como su vientre se hacía un nudo y el placer aumentaba de una forma tan agonizante, que ya no iba a poder a seguir soportándolo quería correrse con fuerza y gritar como la perrita amante de la polla de su novio, que era. Catnap abrazo la cadera de Dogday, para comenzar a embestirlo como un verdadero animal golpeando la vulva de su novio. Abriendo sus paredes cachondas cada vez que introducía su pene ansioso por tener su primer orgasmo, también sentía que sus testículos internos comenzaban a hincharse y a palpitar por desear liberar toda su carga de semen. Fue entonces que Dogday sintió como las puas rozaban tan bien los puntos exactos y la punta del pene de su novio invadía su útero que hizo que el perrito no pudiera aguantarlo más, fue entonces que aprovecho para soltar una mordida directo en el hombro de Catnap. Enterrando sus colmillos hasta perforar la piel del felino hasta hacerlo sangrar, devolviéndole la marca que le hizo, ya que el perrito solar también podía ser posesivo y celoso. EL dolor y el placer se combinó para ambos, porque los dos terminaron por explotar y permitiendo que sus respectivos orgasmos salieran. —¡Ahhhhhhh~ Dogday! —Gimió con fuerza el felino mientras apretaba el cuerpo de su novio con fuerza entre sus brazos, al mismo tiempo que daba una última embestida que hundo tan profundo contra ese coño vulgar. Liberando cargas y cargas de semen puro y concentrado, llenando ese útero necesitado estirándolo mientras su pene palpitaba y sus puas encajaran tan bien en esas paredes evitando que el perrito se moviera para recibir su semilla. Caliente y espesa eso es lo que sintió el perrito solar. Pero para Dogday no fue suficiente, ya que, sin dejar de morder, también sintió su propia liberación mirando las estrellas y sujetando a la luna, sintió como su squirting salía de su uretra con tanta fuerza que comenzaba a empapar el vientre de su novio, al igual que dejaba una enorme mancha en las sábanas. EL placer lo abrumo que no dudo que mientras ambos tenían sus orgasmos, Dogday comenzó a volver a revota contra las caderas de su novio, haciendo que su culo golpeara la pelvis de Catnap y su coño volviera a sufrir espasmos de placer puro. Catnap no pudo aguantar tanto el placer que estiro sus piernas, hasta que sus dedos de los pies comenzaran a tener espasmos. —¡Ahí ahhh~ Dogday!, ¡Espera ahhh ahh~ es demasiado! —Rogo el felino mientras sentía como ese coño apretaba tan bien su pene que sentía que se lo arrancaría y como a pesar que seguía corriéndose y con cada embestida salía semen, hacia que el felino babeara y se volviera loco por tantos espasmos. Pero no podía liberarse de su novio que lo tenía muy bien sujetado, pues Dogday lo estaba mordiendo, al mismo que se aferraba a su cuerpo. Pero Dogday no paro hasta que terminaron de correrse, provocando que el perrito soltara a Catnap y con una sonrisa sangrienta dejara ver lo satisfecho que estaba. — ¿EL gatito ahora ruega?, jeje aún tengo fuerzas para mas rondas...—Murmuro el canino mientras miraba como dejo a su novio, mareado y muy agitado, mientras el pene que tenía dentro de su vagina, aun palpitaba. Dogday estaba super feliz, ahora los demás sabrían con su marca que Catnap también le pertenecía que ya nadie más volvería a ponerlo en su contra. Aun así, se acercó a la boca de su novio para poder darle un beso posesivo y lleno de amor, el felino no dudo en corresponder abrazándose en el acto. Combinando ambas fluidos y salivas, saboreando cada sabor como una promesa silenciosa. Cuando al fin se separaba. —Eres toda una perra cachonda Doggy~♡.—Dicho esto el felino se levantó un poco y volvió abrazar a Dogday con fuerza con una sonrisa oreja a oreja. —Estoy infinitamente agradecido que seas mi pareja perrito. Dogday al escuchar eso sintió como su corazón dio un vuelco y sonrió mientras liberaba un par de lágrimas. —Yo también gatito... te amo Catnap, por favor no te alejes de mi~. —Rogo el perrito necesitado, le dolía pensar que Catnap podía alejarlo, pero Catnap negó. —Nunca mi lindo perrito. —Prometió el felino mientras volvía a besarlo. —Tampoco te alejes de mi~... no querrás que vaya a por ti, ¿o sí? —Pregunto con un poco de amenaza el felino, mientras sonreía. —Jooo... eso nunca Kitty. —Dijo el perrito mientras volvía a besarlo, ambos se fundieron en ese abrazo aun uniendo sus cuerpos. Permitiendo que al fin sus inseguridades de ambos se alejaran y volvieran a entregarse mutuamente. ☆*゚ ゜゚*☆*゚゜Comentario de la escritora☆*゚ ゜゚*☆*゚ ゜゚*☆* ¡HOOOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡Mis amados lectores! Aquí vengo otro domingo para traerles nuevo capitulo jeje, espero que les haya gustado uwu, ¿Qué les parecio?, ¿Les gusto la conversación y renconciliacion de Catnap y Dogday 7w7r? Realmente quiero aclarar una cosa bastante seria aquí, como saben mi historia es Dead Dove y contiene muchas cosas cosas cuestionables, por lo tanto dejo en claro que no estoy romantizando absolutamente nada de lo que se toca en estos temas, ¿A que va esto?, es porque en este capitulo toco un tema un tanto funable que es el la identidad de genero, en el caso de Dogday que se siente como un macho pero sus genitales son otra cosa (Por culpa de Elliot), por lo tanto aquí en lo sexual a Catnap lo sobaja o minimiza su orientación, denigra o humilla, como quieran llamarlo. Cito no se romantiza, ni nada por el estilo, asi que no quiero leer comentarios de esa índole o serán borrados de inmediato. Es solo un fanfic donde trato temas cuestionables y muestro personajes cuestionables con sus respectivos desarrollos y todo, y si deseo hasta dejare un mensaje por ahí. Bueno, ahora si pasando por el punto mas importante de todos. Es sobre el hiatus. Como sabran en el titulo de mi obra lo cambié y lo puse en hiatus. Por lo que les traigo malas noticias mis amados lectores. Voy a dejar esta obra en Hiatus indefinido, a lo mejor unos seguidores alcanzaron a ver en mi pared de wattpad que estaba pensando irme seriamente en Hiatus y tome la decisión de hacerlo. ¿La razón? Les comparto un poco de mi uwu, soy una persona profesional y como es la jodida vida adulta y mas de una ingeniera, me meti en cursos para poder hacer mis especialidades, por lo tanto tengo que sacar bastantes diplomados para poder sacar mi especialidad y como soy una masoquita que quiere ganar mas dinero TwT, me tome como meta sacar 3 especialidades (espero lograrlo sinceramente), por lo tanto al hacer esto efectivamente tendría que sacrificar mi tiempo en escribir y actualizar. Probablemente los dejare en un mes, porque cuando termine no voy a volver de inmediato si no me voy a enfocar en terminar ya los ultimos capítulos de este arco, ya para que no tenga problemas y al estar terminado ya pueda programar las plataformas para que los publiquen sin que yo haga mas esfuerzo. Asi que no se cuando vaya a volver sinceramente probablemente me tome un mes o dos, pero no se preocupen solo serán unos meses, no los dejare por años ni nada por el estilo. Si desean mandarme mensaje o publicar en mi muro de Wattpad yo siempre los voy a leer uwu y contestare. Pero si la verdad la vida adulta es una mierda, cuando consigan trabajo tendrán dinero e independencia, pero al mismo tiempo les quitara lo mas valioso... El tiempo. Estoy como un meme de Facebook de un video de un ajolote donde manda todo a la mierda y esta cansada de su vida jajaja les comparto link para que se rian de lo pendejo que es xd. Este es para los que hablan en español: Y Este es para los que hablan en ingles: Veanlo es muy bueno jajaj xd Realmente me duele bastante dejarlos TwT, mas cuando sus comentarios me animan mucho y me hacen muy feliz. Los voy a extrañar muchísimo mis amados lectores no saben cuando los amo, aprecio, quiero y estimo. Pero eso seria todo de mi parte, hasta un próximo capitulo uwu, les deseo muchísima suertes en sus vidas, ya sea personal y profesional. Estudien, sean lo mejor del mundo y siempre superense cada dia. Ustedes valen muchísimo y no dudo que tendrán un futuro brillante. Att: Kiara Saori, una escritora que los ama <3
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