Oneshots | Regulus Black

Regulus Arcturus Black siempre fue alguien frío. Desde luego, Coraline nunca esperó acabar en una relación con él, pero lo hizo. El problema era… que él nunca dejó de ser frío y distante, nunca fue capaz de abrir su corazón con sinceridad. Coraline pensaba algunas veces que la relación era un error, que si fuera lista ya lo habría dejado. Pero estaba enamorada. Y no era tan fácil tomar una decisión definitiva. Decidió encararlo, presionar hasta que Regulus fuera sincero con ella. Se coló en la sala común de Slytherin y caminó hacia la habitación de su novio. Escuchó risas de dentro. Llamó a la puerta y luego entró sin esperar respuesta. Regulus, Barty y Evan guardaron silencio en cuanto la vieron. — Hola chicos. — saludó la chica. — Necesito hablar con Regulus ¿Nos dejarían a solas? — preguntó a los amigos. Barty sonrió mientras le lanzaba una mirada a Regulus. — Por supuesto. — Dijo. Él y Evan salieron de la habitación. Coraline quedó de pie junto a la puerta guardando silencio. Regulus se levantó de su asiento y se acercó a ella. — ¿Qué tienes que decirme?— preguntó él con mirada afilada. Coraline pasó por su lado y tomó asiento en la cama de su novio. Regulus la siguió y se sentó a su lado. Los ojos oscuros de Coraline se posaron en Regulus. Él era hermoso, frío y letal, había algo en él, algo que se sentía como un pecado. — Solo quería saber si… ¿Te arrepientes de nuestra relación?— preguntó ella en apenas un susurro. La mirada de Regulus tambaleó un momento. — ¿Por qué piensas eso? — preguntó. — Solo contesta. — pidió Coraline sintiendo los nervios apoderarse de ella. Regulus resopló. — No me arrepiento, si lo hiciera no serías mi novia. — Dijo con obviedad. — Entonces tu frialdad es tu forma de demostrar amor. — Dijo sarcástica Coraline. — ¿No te gusta cómo soy? — preguntó Regulus. — No dije eso. — Replicó la chica. Regulus la examinó con la mirada. Tal vez sí era frío, distante, arrogante, no sabía ser de otro modo. O le daba miedo abrirse y romperse. — Pero sí que eres un estúpido. — continuó Coraline. — Si piensas que soy un estúpido por qué mierda estamo- — Regulus no pudo terminar la frase porque Coraline lo besó. El beso fue corto y Regulus no admitiría que se quedó con ganas de más besos. — Creí que estábamos discutiendo. — Murmuró Regulus. Coraline puso los ojos en blanco. — Sí, pero cambié de táctica: voy a romper tus murallas a besos. — Declaró Coraline. Y Regulus creyó que podría dejarse llevar por una vez.