ID de la obra: 1470

Instinto Animal (Resident Evil: Village)

Gen
NC-21
En progreso
0
Fandom:
Tamaño:
planificada Mini, escritos 8 páginas, 4.408 palabras, 2 capítulos
Descripción:
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Cap. 2: Un juguete para la gran dama

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El ambiente era bastante pesado acompañado de aquel silencio muerto que se había generado. Trataba de mantenerme tranquila sin pensar en lo que seguiría pero no podía, mi cuerpo estaba paralizado de miedo y mi mente tan sólo podía pensar en cosas hórridas. De reojo podía observar como Bella mostraba desagrado hacía la situación, odiaba ser sumisa frente a su madre o al menos esa impresión era la que me daba, estaba demasiado perdida en mis pensamientos para indagar más en el comportamiento de la contraría. Mi mayor atención estaba fija en la matriarca que a su vez mantenía su mirada fija en su hija, unos segundos después sus orbes ámbar migraron hacía a mí provocándome un fuerte escalofrío. Mirarla directamente a los ojos era como ver a un depredador seleccionando su próximo alimento. Mi cuerpo se encogió instintivamente ante eso mientras que mis manos arañaban suavemente el suelo del salón. Por un momento mis pensamientos inundaron mi mente generando diversos escenarios que podían derivar de aquella situación, debido a tal cosa no pude percatarme como Alcina se acercaba a mí sólo fui consciente de ello al sentir como me tomaba de la camisa alzándome por encima del suelo. El dolor no se hizo esperar ante tan repentina acción, no había sido para nada delicada al contrario me había alzado bruscamente como si fuese un costal. El agarre de la matriarca era tan fuerte que ni siquiera podía tratar de escapar, más aparte no podía hacerlo mi energía estaba totalmente agotada gracias a mi pequeño enfrentamiento con Bella. Odiaba admitirlo pero estaba a merced total de la gran dama, como una marioneta en espera que su maestro la moviera para poder adquirir un poco de vida, sólo para el entretenimiento del mismo. Alcina comenzó a caminar alejándose en dirección de las grandes escaleras que conectaban el salón con la planta alta. Al ir subiendo mantenía su agarre firme sin soltarme, lo más aterrador era que aquella fuerza que aplicaba era "normal" en ella, era bastante fuerte. Con cada peldaño que subía sentía como mi cuerpo se balanceaba simulando el movimiento de un péndulo, lo peor es que no podía hacer nada por liberarme y eso me molestaba bastante. El silencio muerto era interrumpido por los firmes pasos de la matriarca, produciendo un sonido al chocar sus tacones contra cada peldaño que pasaba. A mitad del recorrido pude escuchar a Bella murmurando algo entre dientes posiblemente maldiciendo a su propia madre o a mí, acto seguido el sonido de aquellos bichos voladores se escuchó dando a entender que se había ido. Por el momento sabía que aquella rubia ya no sería un problema pero... Ahora tenía que lidiar con uno mucho más grave. Pelear contra Bella era mejor que enfrentarme a Alcina. La matriarca continuaba con su camino hasta llegar a la planta de arriba, al llegar giró a la derecha siguiendo casualmente el mismo corredor por el que yo había pasado hace no mucho, tal cosa me hizo pensar en el destino que seguía, seguramente me regresaría a esa habitación donde estaba sólo para encadenarme de nuevo, tal vez con grilletes más fuertes o incluso un collar alrededor de mi cuello. Unos pasos más adelante logré divisar aquella puerta de madera por la cual había salido, sabía que ahí era a dónde íbamos y lo que me aguardaba, podía imaginarlo. Mi instinto y mi orgullo (lo que quedaba) dictaban que peleara, que me liberara antes de que fuera muy tarde pero era inútil, más tomando en cuenta mis heridas y la debilidad que atacaba mi cuerpo la cual no sólo era producto de las heridas que tenía o la pérdida de sangre sino también de la mala alimentación que había tenido desde que había llegado a aquel castillo. Aunque eso no era lo único que me preocupaba, otro de los inconvenientes que había eran aquellas afiladas garras metálicas que Dimitrescu poseía, capaces de cortar cualquier cosa incluso el cuerpo de una persona al punto de arrancarle la piel junto con los músculos y posiblemente algunos órganos. Sin un arma era imposible pelear contra ella... Como fuera, sólo tenía que esperar a que me llevara a ese lugar para pensar en una manera más eficiente de escapar sin ser atrapada esta vez, parecía algo extremadamente difícil pero tenía una idea más o menos de qué hacer. Al estar a unos pasos de llegar a esa puerta no pude evitar cerrar los ojos para mantener la calma, sentía como mi cuerpo seguía balanceándose de un lado a otro con forme la gran dama caminaba. La tela de mi camisa comenzaba a rasgarse ligeramente debido al movimiento por ello Dimitrescu decidió apretar un poco más el agarre para evitar que me cayera (Escapara). Seguía esperando que abriera la puerta ya que no estábamos muy lejos cosa que no parecía llegar, intrigada por ello abrí ligeramente uno de mis ojos sólo para observar como pasábamos de largo de ésta, aquello no hizo más que generar confusión en mí. Si ese no era nuestro destino ¿Cuál era? La respuesta no tardó en llegar. Más adelante, a unos 2 metros de distancia, se encontraba una gran puerta de color blanco con incrustaciones de oro, las cuales relucían un poco gracias a la tenue luz que emanaban los candelabros. Ahí entendí todo sintiendo de nuevo aquella sensación de miedo que llegaba a mí. Odiaba admitirlo pero estaba asustada de lo que seguiría, prefería mil veces ser encadenada en la habitación anterior que entrar a la que estaba a sólo un metro de nosotras. No podía evitar temblar ante eso, me sentía bastante ofuscada. Antes de poder pensar en algo más habíamos llegado. Tragué saliva de forma pesada manteniendo mis ojos fijos en la puerta la cual empezó a abrirse gracias a Alcina, quien había tomado el picaporte empujándola hacia adentro de la alcoba. La gran dama se agachó para ingresar pese que la puerta estaba, cierta forma, alta, llevándome con ella para lo que fuera que me esperaba ahí. Resultaba ridículo que una alfa estuviera aterrada de una omega. Oh, sí, la gran y poderosa Alcina Dimitrescu era de la casta omega pero como bien era de esperarse no era cualquiera, aparte de ser miembro de una poderosa familia poseía un magnetismo único y aterrador capaz de atrapar a los alfas de una manera increíble, más aparte de aterrar a los betas y omegas cercanos. Esa mujer era imponente en todos los sentidos. Por si fuera poco el aroma que desprendía contenía algo demasiado llamativo, embriagante y cautivador que domaba incluso al espíritu más rebelde. Su actitud era algo que también la ayudaba junto con su apariencia, era poderosa. Mi estúpido ego alfa había cedido ante su presencia omega, había sido seducida por completo siendo atrapada en su totalidad por ella. Me avergonzaba e incluso me resultaba un fastidio admitirlo pero era verdad. Ahora estaba ahí envuelta en una situación lamentable, siendo la burla de aquellas vampiresas. Era un juguete más al servicio de la gran dama siendo utilizado por esta hasta el día que todo mi ser se rompiera y fuera desechado. Al estar de nuevo dentro de aquel lugar los recuerdos que luchaba por contener volvían a mí como gusanos hambrientos en un cuerpo putrefacto, todo era en vano ahora sufriría lo mismo que la noche anterior con la excepción de no poder pelear. Sinceramente esperaba ser lanzada hacía el suelo como castigo por escapar, no obstante, no fue así. Alcina continuó caminando hasta llegar a una puerta más la cual abrió casi de inmediato volviendo a agacharse para pasar por esta hasta la otra sección. De nuevo la sorpresa me invadió al ver donde estábamos, habíamos llegado al baño privado de la matriarca donde ya hacía una gran tina (propia de la mujer) llena de agua hasta el límite, con una pequeña base de madera y oro que sostenía jabones, lociones, entre otras cosas finas para un baño relajante. No entendía lo que estaba pasando ¿A caso había preparado un baño para ella? Bueno, aquello no me extrañaría, Alcina era una mujer demasiado limpia e intolerante a la mugre, al menos en su persona y gran parte de su castillo. Si fuera así entonces ¿Por qué llevarme? ¿No era mejor haberme encadenado para así ella tener un momento de paz? ¿O tal vez sólo quería mantenerme vigilada? Estaba confundida. De nuevo, al perderme en mis pensamientos, había bajado la guardia lo cual significaba dejar de prestar atención a la azabache, quien había detenido su marcha a la par que sacaba aquellas filosas garras metálicas. Fui sorprendida una vez más por su acción repentina la cual fue rasgar lo poco que quedaba de aquella camisa blanca que llevaba en conjunto al pantalón negro, que ya hacía cubierto por motas de polvo y sangre. Mi cuerpo había quedado al descubierto por completo, dejando ver más claramente aquellas lesiones en mi piel y alguno que otro moretón. Me sentía humillada ante eso, era... Insoportable. Lo peor era que había caído al suelo al perder mi camisa, debido al fuerte golpe apreté la mandíbula con fuerza evitando así soltar algún quejido, si bien estaba débil físicamente y la mayor parte de mi orgullo se había ido no estaba dispuesta a mostrar sumisión o algo que hiciera entender a la gran dama que me tenía en bandeja plata, aún tenía una pizca de razón para no permitirme eso. Sin importarle aquello, Alcina comenzó a caminar en dirección a la bañera donde tomó asiento sobre un gran banco que tenía ahí. Pese a no poder verla el sonido de sus pasos y el de la madera del banco me habían dado una imagen mental de lo que había hecho. Más aparte sentía como sus orbes se encontraban fijos en mí. Tal vez esperaba a que me levantara o algo similar pero sería una espera inútil, como había dicho antes mi cuerpo estaba al límite por lo cual con sólo poder respirar era más que suficiente para mí. Pasados unos minutos, al ver que no reaccionaba, escuché a la matriarca movilizarse de nuevo en mi dirección. Pude sentir como esta me volvía a alzar esta vez de uno de mis brazos sólo para ver cómo me llevaba hasta aquella tina, donde al estar junto a esta me dejó en su interior, esta vez con un poco más de "cariño", tal vez no deseaba que muriera en ese lugar o sería un fastidio para ella. Me dejó sentada de espaldas recargada en uno de los bordes cerciorándose de que no fuera a resbalarme, una vez listo retiró aquellos guantes de cuero que tenía para después tomar uno de los botes de Shampoo que tenía a la mano, vertió un poco sobre mi cabello comenzando a frotar y lavar suavemente. Tal acción no era propia de Alcina, ella jamás se molestaría en bañar a alguien más, sin embargo... >> Nadie más que yo puede tocarte. Desde ahora eres mi pequeña esclava ˂˂ Sus palabras habían vuelto a mí memoria. Sí, ahora era de ella, de su propiedad, aunque no era propio de su persona no dejaría que alguien más se acercase a mí, no después de decretarlo de tal manera frente a sus hijas. Estaba segura que castigaría a Bella por atacarme aunque yo no estaba libre de ello, también a mí me haría pagar por tratar de escaparme.

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Lo prometido es deuda uwu un nuevo cap para la nueva historia :D

Antes de que se me olvide, para aquellos que no saben qué es una chica alfa o desconozca dicho término lo explicaré. Una chica alfa es aquella que tiene el don de poder embarazar tanto a una mujer beta como a hombres y mujeres omega, por cual poseen un miembro retráctil que cumple con dicha función. Se hace presente a través de la excitación y se retrae una vez acaba la copula uwu

Esto es una explicación de lo que he podido investigar, más sin embargo, el mundo del omegaverse es bastante basto y cada escritor o escritora es libre de colocar o quitar los  elementos que desee.  Dentro de mi historia así es la anatomía de las alfa uwu lo aclaro para que no haya dudas y en un futuro no se asusten de lo que puedan leer xD

Con esto aclarado me despido uwu espero que les guste y sigan disfrutando de tan gran obra pwp 

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