Prologo
13 de mayo de 2025, 22:59
Una mujer tan bella caminaba por los pasillos de un edificio la cual ya hacia habitado, con la elegancia que siempre portaba al caminar como una doncella, cada paso que daba resonaba con la confianza de un felino en su hábitat, mientras su figura esbelta se movía con una gracia natural, la cual con cada movimiento ondulaba su hermoso cabello largo hasta la cintura de color verde con mechones melocotones, cada gesto estaba imbuido de una serenidad asombrosa; incluso el sencillo acto de apartar una hebra de su rostro era ejecutado con la gracia de un poema en movimiento. La suavidad de su sonrisa, dulce como la miel, iluminaba su rostro y confería una calidez especial a sus ojos las cuales poseían ese hermoso color café, que chispeaban con una mezcla de determinación y amabilidad.
Paseando con un hermoso vestido blanco que su amado le había regalado, era evidente que le encanto tanto que deseaba poder usarlo siempre, pero desgraciadamente tenía que cuidarlo muchísimo ya que en ese mundo no se encontraban mucho con ropa nueva, a menos que se los quiten a un cadáver fresco, algo que realmente le repugnaba a la joven, pero por suerte su querido Francotirador le había asegurado que eso no ocurrió en este caso.
Kuon en ese punto estaba tan feliz de todo lo que había pasado para poder estar con Makoto, pero algo le preocupaba de sobre manera aquella chica tan “dulce”, y eso es su verdadera naturaleza. La cual solo Yuri sabía lo que realmente es capaz de hacer cuando no estaba a la vista de nadie, todo lo que implicaba para poder mantener esa fachada de chica buena, condescendiente, tan perfecta como la habían educado sus padres. Una doble cara que debía preocuparse por sí misma y sin importarle los demás, alguien que no debía dudar de sus decisiones a la hora de ejecutarlas.
Ella presentía que no era una blanca palomita como todos la pintaban, por lo contrario detrás de esos ojos que emanaban dulzura y confianza guardaba sus misterios que harían dudar más de uno, pero antes de que pudiera pensar un poco más de sí misma, ella entro a uno de los edificios donde estaban todos los sobrevivientes y enmascarados aliados, las cuales habían tomado ese lugar como base para poder habitar, una base principal ya que por supuesto habían tomado otros edificios servían para las provisiones u otras cosas que necesiten. Kuon al ver lo que habían construido eso hizo que sonriera porque al menos en ese mundo podían tener esa tranquilidad, aunque claro aún había ciertos enemigos las cuales se encontraban merodeando en busca de acabar con todo lo que habían construido, aún quedaban esos fastidiosos ángeles que no podían parar de asesinar, pero tarde o temprano se encargarían de ellos como si nada, después de todo cada uno los miembros pertenecientes al asentamiento habían alcanzado niveles de poder muy superiores más que sus comienzos.
Kuon en ese punto estaba perdida entre sus pensamientos, recordando su propia vida antes de que llegara a ese mundo, ella siempre fue hija de mami y papi, siendo millonarios con varias empresas esparcidas en Japón hasta en otros países, definitivamente tenía su vida resuelta, pero no siempre fue de color de rosas, porque aún podía recordar cuando sus padres le decían que debía ser mejor que todos, que ella debería estar siempre por encima de toda persona que se le cruzara. ¿Quién diría que detrás de esa linda carita llena de inocencia y una sonrisa dulce, se ocultaría un monstruo?
En las sombrías profundidades de los recuerdos de Kuon Shinzaki, se esconden los oscuros secretos de su pasado. Reminiscencias despiadadas que flotan en su mente como sombras inquietas. Ella sabía que algo ocultaba, sentía un vacío horrible de su pasado, y cada vez que quería recordar una extraña sensación de enojo, tristeza y desolación provocaban que su corazón sufriera, pero no entendía porque que últimamente esa sensación de que algo le faltaba se volvía más fuerte, tanto que en sus sueños se llenaban de pesadillas de ella misma como poseía una encantadora, en usar sus supuestas amigas como marionetas, hilos invisibles que tejía con mentiras y falsas palabras . Las usaba, las despojaba de su confianza como quien arranca pétalos de flores, y luego las desechaba sin piedad, como si fueran juguetes rotos en un rincón olvidado.
Pero no eran solo amigas; incluso personas mayores a ella caían bajo su influencia. Cuando alguien no le daba lo que quería, cuando alguien se atrevía a desafiarla o negarle algo que anhelaba, Kuon no titubeaba en dar la orden. Las consecuencias eran simples para ella, pues su posición y apellido le otorgaban poder sobre otros. Eran solo títeres en sus manos, seres humanos reducidos a meras piezas en su ajedrez personal. Los desechaba caprichosamente, su arrogancia no conocía límites, todo ese tipo de horripilantes escenas se repetían una y otra vez en sus sueños, provocándole un dolor de cabeza. Ya que ella no creía que pudiera hacer algo tan vil.
Pero solo podía recordar que antes de venir a ese mundo, ella lo tenía todo, la riqueza, la fama y un renombre por su ilustre apellido, Kuon se sentía sola. Sabía que antes sentía un vacío oscuro que la devoraba desde dentro, un agujero negro de desesperación que crecía con cada día que pasaba, sintiéndose incompleta. No importaba cuánto obedeciera a sus padres, cuánto se esforzará por ser la hija perfecta y cumplir con las expectativas impuestas sobre ella. La felicidad siempre se le escapaba como un sueño efímero, dejándola con una sensación abrumadora de inexistencia en su vida. Por ello cuando llego a ese mundo pensó que era su verdadero infierno, la cual debía pagar sus pecados, pecados que no recordaba haber cometido, pero en vez de eso ella lo vio como una gran oportunidad para tener un reinicio a su vida, una nueva ocasión para ser feliz, ella lo miro como su paraíso para un ser tan corrupto como ella o esa era la forma que la chica se sentía.
En el momento que conoció al Francotirador, lo supo de inmediato sabía que cuando pudo comunicarse por primera vez con un enmascarado entendió que ella debía sobrevivir, no importando los sacrificios que haga, aun significando mentir para lograrlo.
Kuon entendió que cuando él acepto protegerla sellaría su destino para siempre, porque mientras él la guiaba hacia Yuri y Mayuko, ella cada vez que encontraba a una nueva oportunidad para depender de otros, sus labios se curvaban en una expresión de alegre anticipación, una danza sutil de encanto y engaño. Sus ojos, como estrellas brillantes, brillaban con un fuego malicioso mientras observaba a su presa, calculando cada movimiento, cada palabra, con una precisión gélida, algo que Kuon aun en fecha estaba confundida porque los miraba de esa forma.
Pero esos sentimientos intrusivos pararon cuando siguió conviviendo con el Francotirador, como si él hubiera provocado un aire nuevo y sano, pero al mismo tiempo era como si olvidara algo muy grande, porque sin darse cuenta ella se enamoró tan perdidamente de ese hombre Makoto Yuka, su muy amado Francotirador, luego conoció a su gran amiga Yuri y más personas llegaron a su vida, a medida que el círculo de personas cercanas a Kuon se expandía, algo comenzaba a cambiar en lo más profundo de su ser, ellos estaban encantados de su personalidad tan adorable e increíble, se enamoraron de su persona, pero por alguna razón ella comenzó a temer de que supieran algo que ella no sabía, creándole una inseguridad extraña que ni ella entendía, por primera vez en su vida hizo que se sintiera tan culpable de engañar. Sin embargo, con el tiempo, algo extraordinario ocurrió, sintió como las verdaderas emociones se filtrarán a través de sus inseguridades, mostrando su vulnerabilidad y autenticidad.
Ya había perdido la cuenta del verdadero miedo que sintió tantas veces al experimentar casi morir, llorar por la preocupación de perder a Yuka o a sus nuevos amigos, las sonrisas de Kuon ya no eran un acto o eso pensaba. En lugar de fingir, las risas brotaban de su corazón, genuinas y reales. Cada gesto amistoso, cada abrazo y cada palabra de aliento se convirtieron en un bálsamo para su alma herida. Comenzó a sentir un amor incondicional por sus amigos, una comprensión profunda y una empatía sincera por sus alegrías y tristezas.
Fue entonces cuando Kuon Shinzaki descubrió la verdadera felicidad, un sentimiento cálido y radiante que llenaba su corazón. No era la satisfacción momentánea de la manipulación o el dinero, sino la dicha duradera de la amistad genuina y el amor incondicional.
Todo eso fue gracias al Francotirador que él sin saberlo le enseño a Kuon a ser feliz, sin depender de los vestigios de los traumas que habían dejado sus “queridos” padres, pero mientras más tiempo pasaba con ellos, su miedo se apoderaba de su ser como un enjambre de sombras, acechándola en los rincones más oscuros de su mente. Cada vez que imaginaba, incluso por un momento, que sus amigos y la persona que amaba descubrieran sus sueños secretos o las inseguridades que la acompañaban, una sensación de pánico la envolvía como una fría y asfixiante niebla.
Se sentía atrapada en un torbellino de auto-duda, preguntándose quién era realmente bajo las capas de ansiedad, estrés y de ese vacío que incrementaba cada vez que quería recordar su pasado. Temía que, al descubrir la verdad, los ojos que solían mirarla con amor y aceptación se llenarían de repugnancia y decepción. Imaginar el rechazo de aquellos a quienes había llegado a valorar como verdaderos amigos era como un puñal en el corazón, un recordatorio constante de que algo sombrío ocultaba. La ansiedad se convirtió en su compañera constante, oscureciendo incluso los momentos felices y haciendo que se cuestionara cada interacción y cada palabra compartida. Temía perder las relaciones que habían llegado a significar tanto para ella, temía perder el amor que había encontrado en los brazos de alguien que había tocado su alma de una manera que nadie más lo había hecho.
En lo más profundo de su ser, anhelaba la aceptación, anhelaba la redención y la oportunidad de dejar atrás su oscuro pasado, Kuon Shinzaki, envuelta en un mar de miedo e inseguridad, se encontraba atrapada entre el deseo de ser amada y aceptada por quienes la rodeaban y el temor constante de que, una vez que conocieran la verdad, sería rechazada y condenada a la soledad eterna. La dualidad de su existencia se volvía una carga insoportable, una lucha constante entre el deseo de ser una mejor persona y el miedo de que sus peores temores se hicieran realidad. — ¿Quién soy realmente? — Se pregunto ella seriamente mientras paraba su caminata, mientras en su cara se notaba una expresión bastante angustiada mirando su mano la cual temblaba tan erráticamente, que en sus ojos que antes se veía un brillo tan precioso ahora se notaba como estos se habían vuelto opacos sin esa luz que se dejaba ver.
—¿Kuon? — Pregunto Rika Honjo la cual pasaba por los pasillos que ella se encontraba, la cual en una de sus manos poseía una caja de madera con suministros mientras que con la otra tomaba el hombro de la chica para llamar su atención, haciendo que ella despertara de su shock. La joven chica levanto su mirada dejando ver como sus mejillas comenzaban a mojarse de sus propias lagrimas como gemas líquidas, su rostro pálido iluminado por una luz temblorosa. Cada lágrima era un testamento silencioso de su angustia, una prueba de la tormenta que azotaba su alma.
—¿Rika? . — Sus labios temblaban sin creer que el hermano de Yuri estuviera ahí, pero ningún sonido escapaba de su garganta constricta. El dolor en sus ojos era como un abismo oscuro y sin fondo, reflejando un temor profundo e insondable.
Rika al verla en ese estado estaba estupefacto porque jamás pensó ver a esa bella mujer, de esa forma tan lamentable, ella siempre paseaba por el lugar tan feliz, con su preciosa risa y su positividad es como un imán, atrayendo a las personas hacia ella como abejas a la miel. Siempre ve el lado bueno de las cosas y es capaz de encontrar la belleza incluso en las situaciones más difíciles. Su energía es contagiosa, infundiendo optimismo y esperanza en aquellos que la rodean. Pero ahora Rika se encontraba paralizado, incapaz de articular una palabra en respuesta al sufrimiento de esa señorita sol, el shock se reflejaba en sus ojos, como si estuviera viendo un mundo completamente nuevo, un mundo donde la persona que admiraba estaba sufriendo en silencio. Su garganta estaba apretada, y un nudo se formó en su estómago mientras su empatía la conectaba profundamente con el dolor de la chica.
— Kuon, ¿qué te sucede? . — Las palabras salieron de los labios de Rika con un tono de preocupación inmediata, sus ojos reflejaban una genuina inquietud. La mirada intensa de la joven se posó en Kuon, tratando de penetrar el velo de angustia que oscurecía sus ojos. —¿Por qué lloras? ¿Alguien te hizo daño? — El joven adulto pregunto dejando en el piso la caja, para poder tomar a la dulce chica de 17 años poniéndola entre sus brazos para abrazarla, no podía evitarlo ver a su amiga de esa forma tan vulnerable había hecho que su corazón se tensara y doliera, porque no sabía que fue lo que ocurrió para que la señorita sol llorara.
— Rika… n-no… no, nadie me hizo daño es solo que…— Ella correspondió su abrazo, ocultando su cabeza entre su pecho queriendo ocultarse de todo, obviamente no quería comentarle sus verdaderas inquietudes, además de que si seguía de esa forma en medio de los pasillos entonces podrían verlos y no quería que le dieran atención en esos momentos, con sus manos se aferraron al pecho de Rika, mientras sentía como el chico la abrazaba de sus hombros hasta su cadera buscando darle confort. Ella levanto su carita dejando ver sus mejillas manchadas y sus ojos rojitos, por lo que sorbio sus mocos tratando de mantenerse lo más estable posible. — Y-yo lo siento por manchar tu ropa, pero no me siento cómoda comentarlo en este lugar, si es posible me gustaría ir a un lugar más privado. — Dijo mientras se alejaba un poco de su pecho, haciendo que Rika al verla de esa forma y disculpándose por nada, el solo soltó un suspiro un poco de alivio, al saber que estaba más tranquila.
Honjo acaricio suavemente sus mejillas para limpiar sus lágrimas con sus pulgares, el rostro de Rika se iluminó con una sonrisa tranquila y comprensiva mientras miraba a la joven sol. En ese gesto, no solo había calidez, sino también una profunda tranquilidad y consuelo. Sus ojos, llenos de compasión, reflejaban el afecto que sentía por Shinzaki, no solo como una amiga cercana, sino también como alguien que apreciaba la conexión especial entre ellos, una unión que trascendía la amistad común. Esa sonrisa de Rika hablaba de confort, como si le estuviera diciendo a Kuon que podía confiar en él, que no estaba sola en su dolor. La compasión en sus ojos era una promesa silenciosa de apoyo incondicional, una oferta de hombro amigo en el que Kuon podía apoyarse en su momento de vulnerabilidad.
— No importa, no te preocupes por eso Kuon todo estará bien. — Menciono Honjo mientras ponía ahora su mano hacia su cabeza acariciándola con suma ternura, la joven chica asintió dedicándole una sonrisa cansada pero más calmada, dejándose acariciar y cerrando sus ojos de la calidez de su amigo. — vamos a mi departamento, claro si gustas, solo quiero que estes cómoda. — Menciono Rika un poco nervioso, ya que esto podía mal interpretarse y no quería nada de eso, solo deseaba ayudar a la joven Shinzaki.
La chica al escucharlo ella solo se rio un poco al ver como este se ponía por su invitación, la señorita sol ya un poco más tranquila y terminaba por limpiarse sus lágrimas un poco con sus manos. — Esta bien Rika, vayamos a tu departamento. — Menciono la joven dándole su autorización, Honjo por su parte solo suspiro con alivio ya que era el más cercano a donde podían ir a tener un poco de privacidad.
Rika alzo su mano hacia Kuon para que la tomara, cosa que ella hizo. Honjo comenzó a caminar por los pasillos guiando a la señorita sol, hacia una sala grande donde estaban los demás enmascarados y sobrevivientes, ellos estaba Rikuya Yoshida hablando con Kohei Yamanami quienes estaban tan concentrados en su charla, mientras algunos enmascarados ayudaban a los sobrevivientes a cargar unas cosas, otros solo se encargaban de descansar, ese edificio muchos lo habían tomado como cede principal para poder reunirse, además de que ese edificio servía como intersección que conectaba a otros edificios, que tenían más departamentos o cuartos para que los sobrevivientes y hasta los enmascarados pudieran tomar como suyos, Kuon no vivía en el edificio principal si no uno vecino a lado derecho, mientras que Rika junto con Yuri y Mayuko Vivian en el principal, junto con Rikuya Yoshida que vivía en otro departamento.
Kuon estaba un poco nerviosa porque aún tenía sus mejillas un poco hinchadas por su llanto, por lo que apretó un poco la mano de Rika, provocando que Honjo sintiera la ansiedad de la joven chica, él supo que tenía que moverse al departamento sin que nadie los viera para tener segura a Shinzaki, pero desgraciadamente la suerte no estaba de su lado para los dos, ya que Uzuki ese pequeño niño de cabellos castaños, con una personalidad tan energética y tranquila a la vez, vio a la señorita sol, por lo que el jovencito sol tan dulce y tierno que apenas estaba llegando ayudando con unas cosas él diviso a RIka y a Kuon, la cual al verla no pudo evitar emocionarse, así que primero dejo las cosas de su mano en la mesa donde estaba Rikuya, para ir corriendo hacia la joven adolescente.
—¡Señorita Kuon! — Grito el niño tan lindo ese rayito de sol, Kuon al verlo no pudo evitarlo tuvo que soltar a Rika para extender sus manos para que el niño, terminara por abrazar al pequeño que por su tamaño le llegaba hasta su estómago, Uzuki reía con alegría, no era secreto para nadie que Kuon se llevaba increíble con los niños que habían entrado por error a ese mundo cruel, la joven Shinzaki no comprendía como es que los más pequeños se habían encariñado con ella, tal vez sea por el hecho que cuando Uzuki se enteró que su madre era una enmascarada este se deprimió bastante, y fue la jovencita Shinzaki que no dudo en apoyarlo como consolarlo, provocando que el niño tuviera un fuerte cariño por la chica, para el pequeño Kuon era una increíble hermana mayor , pero no era el único que lo pensaba ya que Haruka decía lo mismo. Uzuki rozaba su mejilla cariñosamente contra su estómago, mientras la mano de Kuon acariciaba con ternura su cabello.
— Oh~ señorito Uzuki, siempre eres tan dulce. — Dijo la joven mientras sonreía y cerraba sus ojos tratando de ocultar sus emociones tan caóticas que albergaba su corazón, ya que no quería que el niño supiera de su estado y se preocupara más de lo que el niño estaba, Rika al ver esto solo sonrió por la imagen tan dulce, por lo que este solo espero a que la joven le diera una señal para que pudiera llevársela.
El niño levanto su mirada y con una sonrisa tierna contesto. — Jeje usted también es muy dulce, señorita Kuon me alegro mucho de verla. — Después de ese abrazo el pequeño se alejó un poco avergonzado por lo que hizo, haciendo que Shinzaki soltara una suave risita junto con Rika.
Kuon no pudo resistirse ante su encanto que su alegría como positividad hicieron que ella se agachara a su altura, para darle un fuerte abrazo hasta pegar su mejilla contra la del niño. — ¡Eres tan adorable!— Pronuncio la mujer en un chillido tan enternecedor, porque no podía evitar que su corazón saltara un poco del efecto que le provocaba ese pequeño.
El niño por su parte también rio, él se notaba que disfrutaba de su compañía y su toque, fue entonces que Rikuya se acercó a los tres para poder saludar. — ¡ Kuon, Rika!, me alegra de verlos, ¿paso algo? — Pregunto el otro más cercano a dios un poco preocupado por los dos chicos, ya que el había notado un poco la angustia de la señorita sol, el joven sabía que algo estaba mal porque principalmente convivir mucho con su amigo había logrado conocerlo bastante para saber, que a pesar que él estuviera sonriendo en sus ojos se notaba la angustia de algo mientras observaba a Shinzaki.
Rika al escuchar a su gran amigo este solo suspiro. — Me alegro de verte Rikuya, no te preocupes solo iba a llevar a Kuon a mi departamento para hablar de algo. — Menciono como si nada, haciendo que Rikuya sintiera un nerviosismo inexplicable junto con Kohei que apenas se estaba acercando, pero estaba lo suficiente cerca para escuchar la respuesta de Rika.
—¡¿Cómo?! — Gritaron los tres hasta el pequeño Uzuki, quienes estaban sorprendido por la afirmación del mayor de los Honjo, Kohei se sonrojo y solo cruzo sus brazos mientras sonreía orgulloso de su amigo, por lo que este con sus dedos comenzó a acariciar su barbilla.
— Así que… ¿Ya estas empezando a ir por esos rumbos con la señorita Kuon?— Pregunto de forma orgullosa y muy feliz por su amigo cerrando sus ojos, mientras que Rikuya también comenzó a imitarlo, poniéndose a su lado del muchacho con un parche en su ojo.
—Bueno, era de esperarse siempre supimos que la señorita Kuon ha sido una increíble candidata. — Pronuncio esta vez el chico de la coleta, mostrando su sonrisa y miro a Rika junto con Kuon que estaban confundidos, hasta que los dos jóvenes se miraron con un suave parpadeo que compartieron, estos se sonrojaron de golpe, comprendiendo a lo que se referían sus amigos.
Rika por su parte se volteo rápidamente mientras comenzaba a sentir como sus mejillas quemaban con la sola idea de tener a Kuon como su novia, él lo admitía la señorita sol es hermosa, una mujer realmente preciosa y ni hablar de su fortaleza como su personalidad, no iba a negarlo que en secreto admitía que Kuon es una chica bastante atractiva y muchas veces había imaginado besar sus dulces labios, aunque sabía que eso sería bastante loco y tonto porque a pesar que de cierta forma le gustaba, jamás haría algo con ella ya que sabía perfectamente que su hermano sentía algo por ella.
El mayor de los Honjo respetaba muchísimo a Yuka como para intentar seducir a la chica del Francotirador, pero se sentía bastante confundido, ya que hasta donde sabia mientras miraba a Kuon de reojo que al igual que él, ella estaba tan apenada y avergonzada tanto que ocultaba tiernamente su carita roja con sus manos, esa imagen de ella ante sus ojos se volvió pura poesía. Entendía que Sniper y Kuon no habían aclarado algo sobre su relación, solo sabía que eran amigos o compañeros, pero no entendía si hay algo romántico y jamás le pregunto a su hermano si realmente quería a Kuon de forma romántica, como viceversa porque si fuera así entonces hablaría primeramente con Kuon sobre sus sentimientos, porque él admitía que si no tenían algo buscaría la forma de estar con Kuon, obviamente primero lo hablaría con Yuka.
Mientras que por la parte de la joven Shinzaki estaba realmente sonrojada y apenada por lo que estaba sucediendo, ella admitía que el hermano mayor de su amiga Yuri es muy atractivo, no había duda que como novio sería el mejor de todos, un perfecto candidato, un líder, alguien fuerte, inteligente, caballeroso y un enorme etc. Ese chico tenía las cualidades que una chica de su edad se enamorara, pero para Kuon no era así.
Admitía que Rika es alguien increíble y una buena opción de novio, pero ella es codiciosa en secreto, por lo que al principio por codicia eligió de todos los hombres de ese mundo que convivio al Francotirador, como su posible pareja solo por beneficio al principio, pero mientras estaba con él, cuanto más convivían, compartían, hasta peleaban uno al lado de otro, no pudo evitar enamorarse de verdad, su corazón traiciono sus razones y sus planes, haciendo que ahora su amor le pertenecía a Yuka. Fue entonces que Kuon entendió que dios la castigo mandándole a Sniper Mask para que sea su karma en vida, ese hombre se volvió su catalizador en su vida, sabía que si le hablaba sobre su inseguridad o hasta contarle sus pesadillas, este podía alejarla o peor aún pedirle que se olvide de él.
La sola idea de que Yuka viera más allá de sus mentiras cuidadosamente construidas provocaba una sensación de angustia visceral en Kuon. Su mente se convertía en un torbellino de pensamientos oscuros y temores incontrolables. El miedo se enroscaba en su pecho como una serpiente venenosa, apretando con fuerza y dejándola sin aliento. Además, si eso pasaba todas las amistades sinceras que construyo, el cambio que hizo, los arrepentimientos que tuvo, todo seria en vano, si descubrieran su verdad y su pasado probablemente la tratarían como una peste o un monstruo.
Él se volvió su Karma porque por el amor que desarrollo ella para poder cambiar, se dio cuenta que dependía de un hilo su confianza así que Kuon en esos momentos mientras tenía sus mejillas sonrojadas, con su mirada oculta sobre los demás, a pesar de que mostrara una expresión tan dulce y muy tierna por sentirse un poco avergonzada, porque pensaran que estaba saliendo con Rika de esa manera, más que nada era otra mascara para ocultar el pavor que sentía ante el miedo de sus propios pensamientos, más claro podía escucharse el sonido de sus latidos de corazón que resonaban fuertes y dolorosos, aunque evidentemente los demás podían confundirlo por su nerviosismo.
—¡Señorita Kuon!, ¿Eso es cierto?, ¿está saliendo con el señor Rika? — Pregunto el niño rápidamente en un tono de voz bastante tímido y nervioso, porque el pequeño estaba tan asustado que por culpa de Rika, Kuon ya no tendría tiempo para estar con él y Haruka. Mientras se aferraba a su vestido con sus manos, mirando directamente a sus ojos, lo cual Kuon sintió una punzada en su corazón por lo tierno que se miraba haciendo que su imagen y su compañía comenzara a relajarse poco a poco.
La joven señorita sol bajaría sus manos para poder abrazar a Uzuki. — No, no no mal interpreten je je solo somos amigos. — Pronuncio la chica aun nerviosa y sonrojada cosa que los demás miraron a Rika para confirmar eso, cosa que el mayor de Honjo también estaba bastante ruborizado con los brazos cruzados y este desvió un poco la mirada muy avergonzada.
—¿Eso significa que no nos alejara a Haruka y a mí? — Pregunto inocentemente el niño un poco asustado por su respuesta, cosa que Kuon la peliverde al escuchar eso se sorprendió de sobre manera, por lo que ella rápidamente se sorprendió por esa pregunta comenzó a negar con la cabeza.
—¡No!, ¡no!, ¡jamás haría eso Uzuki!, nunca podría alejarte a ti o a Haruka de mi lado. — Pronuncio la señorita Shinzaki mientras se agachaba a la par del tamaño de Uzuki para poder acariciar su cabeza, calmar su inseguridad algo que el pequeño al escucharla este sonrió con mucho alivio, ya que no era novedad que el pequeño mirara a esa chica como su hermana mayor.
— Esta bien, Kuon Onee-san . — Pronuncio el niño con una sonrisa tan radiante que volvió abrazar a la chica que lo esperaba largamente con los brazos abiertos, ambos comenzaron a soltar pequeñas risitas por la alegría que sentían haber desechado sus inseguridades y dudas.
— Dejen de mal interpretar las cosas. — Dijo Rika seriamente pero aún estaba abochornado, por lo que el tosió un poco para llamar la atención de la joven Shinzaki. — Ahora si nos permiten, estamos ocupados. — Menciono mientras alzaba su mano hacia Kuon, para que la tomara y poder sacarla de ese lugar.
Kuon al ver eso ella sonrió ampliamente, por lo que asintió ella se alejó de Uzaki con una suave caricia en su mejilla y ella miro al otro cercano a dios, junto con el muchacho del parche, ambos amigos muy cercanos de Rika. — Si je~, con su permiso chicos. — Pronuncio Kuon bastante nerviosa al hablar ya que a ese punto no sabía cómo reaccionar el hecho, de que sus amigos pensaran de esa forma en especial cuando pensaba que era evidente que sentía mucho amor por el francotirador, aunque la joven pensó que tal vez ella no era tan obvia por lo que se acercó a Rika para tomar su mano con la suya, por lo que aquel líder solo comenzó a caminar junto con Kuon tomados de las manos hacia su cuarto, mientras Kuon se despedía de ellos con un saludo de su mano. Tanto para Rikuya y Kohei al ver esto ambos se miraron solo compartieron una risa cómplice.
— Bueno supongamos que no tienen “nada”, en todo caso fingiremos demencia. —Dijo Kohei divertido mientras hacía énfasis en la palabra nada, con sus dedos mientras Rikuya solo se reía un poco, comenzando a ruborizarse por el simple hecho que su amigo y líder haya decidido estar con Kuon, no iba a negarlo Shinzaki es una mujer bastante hermosa y en dado momento pensó que ella sería una increíble novia.
Pero por timidez y estar en constante peligro nunca jamás hizo un movimiento que no sea solo amigos, además de que como mayoría de las veces estaba rodeado del francotirador admitía que le daba miedo un poco el hermano mayor de Rika, así que mejor prefirió tomar su distancia de esa forma. — Espero que Rika pueda tener suerte, la verdad yo daría lo que fuera por tener una oportunidad con Kuon. — Dijo mientras jugaba con sus dedos y susurraba tan tímidamente. Uzaki al escuchar eso parpadeo un poco sin entender a lo que se refería el mayor, pero prefirió no darle mucha importancia porque el niño comenzó a correr hacia otra dirección no sin antes despedirse de sus mayores.
Kohei por su parte solo se rio un poco por la declaración de su amigo. — No te desanimes, tal vez tengas un chance. — Menciono mientras ponía su mano en su hombro.
Al mismo tiempo que miraba como enfrente de ellos veía como su líder y amigo, como la cercana a dios se alejaban cada vez más. De verdad estaba feliz que al menos el amor floreciera en el aire, porque en ese mundo donde se encontraba, la muerte rodeaba el lugar, no había día que no pelearan por sobrevivir.
A pesar que se veía hermoso los rascacielos unidos, no quitaba el hecho que guardaba la horripilante verdad de que estaban aquí para crear un nuevo dios.
Kohei solo esperaba que al menos todo terminara y puedan volver a sus vidas en paz, en su verdadero mundo.
Notas:
Hola, un gusto a este pequeño fandom de Tenkuu Shinpan. Soy Kiara S un gusto.
Siempre quise hacer un fanfiction de uno de mis ships favoritos, de verdad que hace años tenia la idea de poder hacerlo, pero al que tuve el tiempo y la energía no dude en comenzar a escribirlo. Espero que ante todo les guste esta parejita y pueda hacer mi contribución a este fandom semi muerto.
Espero que les guste, aunque claro ojo y sean advertidos que este escrito es para publico mayor de edad. Ya que trataran temas bastantes oscuros, tomen su discreción. Cada capitulo nuevo sera publicado cada lunes, ya esta completo en total son 8 capitulo mas el epilogo.
Disfruten de mi escrito , acepto solo criticas constructivas.