Capítulo I. Señor luna
20 de mayo de 2025, 14:30
Rika guío Kuon a su departamento que compartía con su hermana y su amiga. Este la hizo pasar solo para dejar ver ese precioso lugar, a diferencia donde vivía con el francotirador este era un poco más grande, una sala espaciosa tan bien limpia en especial porque parecía tener el toque de Rika en eso, Shinzaki solo se rio un poco por lo mismo que sabía que Yuri era muy mimada por Rika, por lo que era evidente que el mayor de los Honjo se encargaba de la limpieza. — Ven Kuon aquí puedes estar más cómoda. — Pronuncio mientras caminaba junto con la joven hasta el sofá donde Kuon se sentó con calma, al mismo tiempo que RIka solo iba hacia la cocina, que estaba en otra habitación. — ¿Quieres un poco de té?- Pregunto el muchacho mientras preparaba unas cosas.
— Si por favor Rika, claro que si no es mucha molestia.- — Dijo la señorita sol tan nerviosa mientras sus manos posaban en sus muslos, por supuesto que estaba muy tímida en ese punto, no podía evitar pensar que estaba sola a lado de Rika, sintiendo que sus mejillas se calentaban, pero tuvo que calmarse cuando el muchacho volvió, mientras tenía en sus manos una charola donde estaba el te, la cual puso enfrente de ella en la mesita. — Muchas gracias Rika, eres alguien tan considerado y caballeroso, me gusta eso de ti. — Menciono la joven con una sonrisa tan brillante y dulce, haciendo que ella abriera sus ojos sorprendida por lo que dijo mientras sentía como sus mejillas volvían a sonrojarse, provocando que Rika por ese último comentario también comenzó a ruborizarse fuertemente. — Ahh~, lo que quise decir… es-es.. es que eres muy amable. — Trato de explicar sus palabras mientras alzaba sus manos y las agitaba tan ansiosamente y nerviosa.
Honjo rápidamente se volteo para no mirar a Kuon por lo mismo estaba bastante avergonzado y sentía que su corazón latía tan rápido, que podía escucharlo. — N-no… no, no te preocupes entiendo a lo que te refieres. — Pronuncio Rika mientras trataba de mantenerse con calma, al mismo tiempo que buscaba la forma de calmar su corazón. — Ta-también me gusta como eres tan dulce con las personas…— Menciono mientras bajaba un poco la mirada devolviéndole el cumplido.
Cuando las palabras halagadoras alcanzaron los oídos de Kuon, su corazón comenzó a latir con fuerza, como un tambor que marcaba una melodía de emoción. Sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y nerviosismo, reflejando la sorpresa y la alegría que sentía en ese momento. Ella solo le dedico una sonrisa tan sincera y dulce hacia Rika, los ojos de Rika se posaron en Kuon, capturando cada matiz de emoción que se reflejaba en su rostro. Un brillo de admiración y ternura iluminó sus propios ojos mientras observaba cómo el sol reaccionaba. Rika se sentía profundamente conmovido por la reacción de Shinzaki, encontrando una belleza inigualable en su vulnerabilidad y sinceridad.
En ese momento, Rika se sintió abrumado por una sensación de gratitud, mientras Kuon también estaba agradecida por su halago que ayudo aligerar el ambiente, por lo que ella jugo con sus dedos con una sonrisa más tranquila. — Bueno… entonces, ¿me dirás que te paso? — Pregunto Rika un poco más serio, ya que de cierto modo el seguía preocupado por lo que había ocurrido con la dulce chica.
La joven al escucharlo solo bajo su mirada tristemente ya que tenía que hablar de eso, aunque no se sintiera del todo lista. Cosa que Rika al ver esto de inmediato se arrepintió ya que no quería presionarla de ninguna forma, por lo que este trato de hablar para pedirle una disculpa. — Yo… y-yo lo siento quiero decir, que si tu gustas puedes decirme…— Dijo bastante nervioso y ansioso por ser un idiota con sus palabras, pero para la chica solo negó con la cabeza.
— No… no te preocupes, entiendo que estes preocupado por mi…— Ella menciono mientras suspiraba y sonreía de nuevo para mirarlo directamente. — Veras desde que llegue a este lugar… he cambiado por completo. — Kuon comenzó a jugar con su dedo mientras comenzaba a relatar su angustia. — Siento que he perdido algo muy importante de mí que he olvidado, no se que sea pero eso me da miedo… siento que es algo malo, no entiendo porque es así, luego he tenido pesadillas horribles de que soy una mala persona… alguien que es detestable, todo de este mundo me hace sentir como si fuera otra persona, es muy confuso lose, pero ni siquiera yo se lo que siento. Solo se que me da temor que mis seres queridos me vean como un monstruo… tan solo pensar que las personas que amo, me alejen o quieran repudiarme me da mucho miedo. — La joven Shinzaki comenzó a comentar su más profundos inseguridades, ella sentía como un veneno se formaba al hablar, la cual comenzaba a ahogarla con su nudo en la garganta, al mismo tiempo que en sus ojos comenzaban a volverse cristalinos, unas cuantas lagrimas comenzaban a bajar por sus mejillas dejando ver su clara angustia.
Rika por su parte escucho atentamente la situación de su amiga, la cual al escucharla este solo suspiro y cerro sus ojos entendiendo un poco la angustia de la chica— De hecho, no eres la única que piensa similar. — Menciono Honjo al mismo tiempo que recargaba sus codos en sus muslos. —Muchas veces pienso lo mismo, claro no comprendo porque dices que te falta algo, pero si entiendo sobre sentirte un monstruo, veras… Yuri y yo vivíamos con nuestros padres, antes de que llegáramos a este mundo éramos personas completamente normales, en especial mi hermanita, yo era un chico común que solo disfrutaba de la vida y deseaba vivir de la mejor manera posible una vida pacifica, mis padres siempre nos decían que éramos buenos hijos. — Platico el joven chico explicando su situación. — Pero desde que llegamos me di cuenta que nos habíamos vuelto seres espeluznantes, ni siquiera puedo decir que nos podamos decir humanos, no dude al matar a otros humanos cuando tenía que defenderme…— Dijo al mismo tiempo que miraba una de sus manos, la cual había tomado tantas vidas.
—Si mis padres nos vieran ahora, me pregunto seriamente, ¿si serán capaces de reconocernos o aceptarnos?, tal cual y como somos ahora… me da miedo también Kuon… pensar que nos quieran lejos, o no nos reconozcan, que nos repudien y nos alejen. — Finalizo Rika mientras miraba de nuevo a la joven Shinzaki, dejando ver su empatía y compresión a la situación, provocando que kuon se sorprendiera por su relato pero se sintiera tan aliviada que no era la única que pasaba una situación similar. — Cada vez que nos acercamos de la verdad de este mundo, y sobre todo como salir de este lugar, no puedo evitar sentirme asustado por pensar que cuando vea de nuevo a mis padres, si podrán amarme después de que sepan de que su hijo tan bueno se convirtió en algo que ni siquiera puedo llamar humano. — Menciono el muchacho cruzando sus brazos dejando ver su angustia y su emoción tan ansiosa por la imagen mental que se había creado, sobre la posibilidad de ver a su familia.
— Pero me convenzo cada día de que sé que me amaran, me aceptaran y comprenderán lo que he pasado, después de todo…— Este alzo su mirada para conectar con Kuon y poder sonreírle con una gran calidez combinaba con esa compresión ante lo que estaban pasando juntos. — He aprendido que las personas que de verdad te aman, te perdonaran y aceptaran mientras sigas siendo una buena persona. — Pronuncio Rika dejando ver su muestra de sinceridad como honestidad, ante cada palabra, provocando que Kuon se sorprendiera y su corazón temblara, al mismo tiempo que sus lágrimas seguían bajando dejando ver su gran alivio al escuchar sus palabras.
Ella comenzó con sus manos tratar de limpiarse, mientras en sus labios mostraba esa sonrisa llena de consuelo. — Gra… gra-gracias señorito Rika. — Pronuncio ella en un hilo de voz bastante nervioso, pero ya más calmada, dejando en claro que sus palabras habían surtido efecto en ella. Por lo que la joven muchacha dio un respiro tan profundo que en un suspiro calmado lo libero, dejando ver su propia tranquilidad que comenzaba a recuperar. — Tienes razón… si las personas me aman de verdad, entonces comprenderán y perdonarán mis acciones. — Pronuncio la chica mientras sus labios mostraban su felicidad en una mueca, en sus ojos mostraban de nuevo ese brillo que le gustaba resaltar cuando ella mostraba su positividad y su dicha.
Ella sintió alivio por su consejo, queriendo creer que sus amigos que formo en este mundo podrían aceptarla de lo que sea que ella estuviera ocultando o temiendo, y sobre todo a su ser más amado, siendo el Francotirador que estuvo con ella desde el principio. El sol tenía la esperanza de ser aceptada por Yuka de lo que haya hecho, pero ahora no se sentía del todo lista para contarle sus inseguridades y sus pesadillas, por lo contrario, solo deseaba poder seguir a su lado hasta que se sintiera segura para eso, después de todo no iba a enfrentar sus inseguridades de la noche a la mañana.
Kuon de una forma de agradecimiento ella se levantó en ese momento cargado de emociones, sol sintió una gratitud que le llenaba el pecho y le dejaba sin palabras. Con manos temblorosas, delicadamente tomó las manos del peli negro, sus dedos entrelazándose en un gesto de aprecio y cariño. A través de ese contacto, Kuon trató de transmitir la magnitud de su agradecimiento. — Muchas gracias por tus palabras Rika, de verdad me siento tan tranquila que me hayas escuchado y aconsejado, eres un increíble amigo, pero, sobre todo, eres un gran oyente, no me cabe la duda del porque te han elegido como uno de los lideres. Usted es increíble Rika Honjo. — Pronuncio la señorita sol, sus ojos brillaban con una gratitud inmensurable mientras miraba a Honjo
Las palabras de Rika habían sido como un bálsamo para el alma de Kuon, calmando sus miedos y proporcionándole el consuelo que tanto necesitaba.
Mientras Shinzaki le agradecía con los ojos brillando con emociones profundas, Rika se encontraba hipnotizada por los labios de Kuon, ahora ligeramente sonrojados por la emoción, halagado por sus palabras y orgulloso por su descripción, no iba a negarlo esa mujer hacía que se sintiera como un adolescente enamorado, pero era de esperarse cuando la señorita sol tenía un increíble encanto. Una oleada de deseo pasó por su ser mientras observaba esos labios apetitosos, deseando con intensidad sentir el suave roce de los labios de Kuon contra los suyos, pero no iba a hacer nada porque principalmente necesitaba saber los sentimientos de la joven, y sobre todo si era lo correcto hacer algo así con la chica que su hermano tomo como al dios que juro seguir. — Jeje no me agradezcas, ¿Qué te parece si aprovechamos el tiempo para pasar un rato más? — Pregunto el chico queriendo conocerla más, invitándolo a pasar el tiempo con él, buscando cambiar de tema y relajarse, cosa que Kuon al escucharlo se le ilumina su mirada con emoción, por lo que ella acepto rápidamente.
—Si, me encantaría. — Eso fue todo lo que dijo la joven doncella mientras volvía a su asiento y se quedaba con Rika, a platicar sobre cualquier cosa que desearan, sin importar en los demás, solo conocerse y llenarse de calidez con su compañía mutua.
Entre las sombras y luces intermitentes de los rascacielos, el francotirador emergió, un guerrero exhausto que llevaba consigo el peso de una misión cumplida. Su cuerpo, marcado por la tensión y el esfuerzo, avanzaba con pasos rectos pero tensos mientras en sus hombros sostenía su arma. Cada músculo protestaba con dolor mientras cargaba consigo el conocimiento de las áreas exploradas y la incertidumbre del peligro que acechaba en las sombras.
El peso de su equipo y la tensión acumulada en su espalda creaban una molestia persistente que se hacía eco con cada paso que daba. Sus respiraciones eran pesadas, llenas de la fatiga fue algo complicado explorar nuevos rascacielos en busca de suministros y mantener a raya a los demás enmascarados locos. — Tch~, me dejaron bastantes problemas. — Pronuncio el señor luna mientras miraba su ropa un poco sucia, al mismo tiempo que caminaba por el puente para pasar hacia otro edificio, ya al fin había llegado al área segura, donde los demás sobrevivientes lo esperaban con una cálida bienvenida, algunas personas junto con enmascarados que los acompañaban, al verlo lo saludaban y agradecían que haya vuelto sano y a salvo, haciendo que el francotirador solo correspondiera mostrando un poco de su sinceridad al saber que era bien recibido, aunque la verdad era diferente porque la razón por la cual estaba más aliviado que pronto llegaría a su verdadero hogar.
El deseo más profundo que anidaba en su ser era el de regresar al refugio seguro que compartía con Kuon. En su mente, la imagen del departamento que compartían se convirtió en un faro de esperanza y consuelo. La promesa de la calidez de su hogar y la suavidad de los brazos de esa mujer se convirtieron en un faro que guiaba su camino hacia su felicidad.
Cada paso era un acercamiento a ese momento, a la posibilidad de liberar el peso de su equipo y sentir el consuelo de su hogar. El pensamiento de estar con Kuon, de sentir su presencia tranquilizadora y amorosa, era un bálsamo para el alma agotada de Makoto. En su mente, imaginaba los brazos de su sol rodeándolo con ternura, el roce de sus dedos eliminando las tensiones de su espalda dolorida. Esa imagen de ella ahí esperándolo esa esperanza, era lo que lo mantenía en marcha y ferviente para completar cada misión que se le asignaban, todo por ella.
Cuando al fin llego al edificio principal no se sorprendió en absoluto en encontrar a sus demás compañeros dentro de ese lugar, observando como enmascarados y sobrevivientes convivían con mucha paz, era un área bastante concurrido donde el centro de esa sala enorme se encontraban varias mesas, donde también servían como descanso o para poder servir de comida, además de que era la sala principal donde los lideres discutían sobre cómo se harían las cosas, a parte de uno de los lideres Yuka estaba bastante tranquilo y feliz como se habían cambiado bastante la situación, de al menos habían construido un tipo de paraíso donde todos podían estar bien.
El noto en una de las mesas como una de las enmascaradas con características chinas, se encontraba sentada mientras un bebe estaba en sus brazos y enfrente de ella estaban los niños que habían llegado a ese mundo, Uzuki, Haruka y unos nuevos más que parecían estar muy entretenido en sus estudios, ya que a pesar de todo, gracias a parte de su liderazgo esto se había vuelto una realidad, porque el francotirador sabía que los niños tenían que seguir con sus estudios, por lo que propuso que algunos voluntarios hicieran tanto de niñeras y maestros, para que estos no descuidaran su parte académica, porque al ser unos niños aun necesitaban aprender y no quedarse en la ignorancia. Así que la enmascarada Tiño se encargaba del cuidado de los niños, algo que a veces su dios Rikuya, junto con otros en su mayoría adultos ayudaban bastante con sus avances.
Yuka al ver esto no pudo evitar sonreír debajo de su mascara por el simple de ver como a pesar de todo había sido participe de construir algo tan maravilloso, como devolverle un poco de la normalidad a los niños y esa paz que puedan disfrutar de sus estudios y de su vida. Pero Uzaki volteo primero como un reflejo para darse cuenta que el francotirador había llegado, el muchacho no pudo evitar emocionarse, no era de esperar muchas veces Uzaki, había mencionado que consideraba a Sniper como un ídolo, un héroe , al cual admira y aspira a ser como él de grande. —¡Francotirador! — Grito Uzuki con una emoción en su voz, que no pudo evitar ir hacia él para chocar los cinco con el adulto, se notó su alegría de verlo, al mismo tiempo que llevaba una de sus manos hacia su cabeza para acariciarlo con suma ternura.
—Hey, Uzuki. Qué alegría verte. — Menciono con total sinceridad del señor luna, cosa que llamo la atención de los demás niño que no eran de esperarse que dejaron un poco a su maestra, para ir con el mayor, porque era evidente que Sniper es bastante famoso entre los niños, tal vez sea por su look o por su personalidad tan cool a palabras de ellos que ese hombre era su ejemplo de seguir.
Provocando que los niños comenzaran a reír y a llamar su atención, hasta rodearlo, haciendo que Yuka comenzara a ponerse nervioso, al mismo tiempo sorprendido porque no estaba acostumbrado que los niños lo sobrecargaran de interacción.
La enmascarada al ver esto solo se rio un poco mientras mecía al pequeño bebe de sus brazos, porque admitía disfrutar como ahora Sniper jugaba o les prestaba ese interés, haciendo que la imagen sea tierna a sus ojos y agradeciendo de tener un descanso. Sin darse cuenta que su adorado “dios”, se acercó detrás de ella para poner sus manos en sus hombros y llamar su atención. — Por lo que veo estás contenta de verlos felices. — Pronuncio Rikuya dedicándole una sonrisa a su enmascarada, la cual al ver esto la mujer soltó un jadeo feliz mientras se dejaba recargar su cabeza contra su brazo.
—Jooo, sabes estoy haciendo mi trabajo bien, merezco una recompensa. — Menciono la chica ansiosa de tener afecto de su amo, cosa que Rikuya se rio tímidamente porque sabía que su enmascarada era muy mimosa y exigía bastante cuidado, por lo que se lo concedió acariciando sus mejillas mientras susurraba palabras halagadoras sobre como hacia un excelente trabajo.
— Ya ya~ tu ganas, estas haciendo las cosas tan bien, eres increíble. — Dijo el chico pelinegro, por lo que escucho un sonido de una queja pues este levanto su mirada solo para ver que los niños estaban más empalagosos con Sniper, en especial uno de ellos tocaba mucho el francotirador que llevaba en su hombro, provocando que Yuka comenzara alzar un poco la voz para controlar la situación, y mantener a los niños curiosos fuera de esa arma mortal.
— Chicos, esto es un arma muy peligrosa. Les ruego que no la toquen. — Pidió el mayor ansioso tomando su arma para alzarla y alejarlo de las manos curiosas, que no podían alcanzarlo, provocando varios suspiros y quejidos decepcionados. Rápidamente Yuka miro Uzuki en busca de ayuda. — Uzuki, por favor diles algo. — Rogo.
Uzuki al ver esto solo rio nervioso porque desgraciadamente no podía hacer mucho. — Lo… lo siento maestro, no sabría cómo ayudarlo. — Dijo el chico un poco tímido y sintiéndose un poco inútil porque el no sabía como quitarle de encima a esos 7 niños buscando atención de Yuka.
—¡Que malo eres señor francotirador!, ¡también quiero su atención! — Dijo la pequeña Haruka abrazando su brazo posesivamente, después de todo la niña tenía una clara evidencia de tener un tipo de Crush con Sniper, cosa que los otros niños al escuchar eso también comenzaron a pedir su interacción , comenzando agobiar al héroe.
Rikuya rápidamente vino a su rescate al ver que los niños comenzaban a sobrepasarse con el pobre Francotirador, el joven muchacho más cercano a dios solo se rio mientras llegaba con el mayor, para tomar a la niña que se encontraba colgada del brazo de Makoto. — Ya , ya niños deben dejar respirar al señor enmascarado. — Pronuncio el joven mientras alejaba a los niños al mismo tiempo la enmascarada encargada de ellos, también comenzó ayudarles, haciendo que los pequeños comenzaran a hacer pucheros. — Lo siento por eso, Francotirador. — Dijo Rikuya un poco apenado por el comportamiento de los infantes, cosa que Uzuki también se sumó a la disculpa, al mismo tiempo que Haruka y eso hizo que los demás se disculparan.
Provocando que el señor luna se sonrojara detrás de su mascara y se sintiera más nervioso de lo que ya estaba. — No… no se preocupen, todo está bien. — Menciono mientras con una de sus manos la levantaba para que dejaran de disculparse, mientras con la otra tomaba su sombrero de la orilla para bajarlo y tapar un poco de su mirada, dejando ver lo tímido que lo había puesto esa situación sin saber cómo seguir actuando, para mantenerse sereno sin presentar que estaba avergonzado. Pero luego prefirió ignorarlo, ya que su amigo había controlado a los niños, además de que solo quería poder ver a su hermano para informarle sobre la misión, para poder estar finalmente con su linda Kuon.
— Jeje gracias Francotirador, tratare de controlar a estos pequeños la próxima vez. — Dijo Rikuya para luego voltearse con los niños y ponerse firme, aunque mostrara su nerviosismo ya que no estaba acostumbrado a dar órdenes. — Muy bien niños, vuelvan a estudiar. — Ordeno el muchacho tratando de mantenerse serio, pero en su mueca de sus labios delataba su timidez, cosa que su enmascarada al notar esto de inmediato se interpuso entre ellos y su “dios”, para volver a retomar la autoridad.
—¡Ya escucharon a mi amo!, ¡vayan ahora o tendrán serios castigos! — Amenazo la maestra cosa que los niños al ver esto rápidamente se fueron a sentar a sus asientos a retomar sus estudios, ya que no querían jugar con la paciencia de su maestra. Cosa que Uzaki solo se rio porque sabía que nada pasaría, por lo que este se acercó a Yuka para poder despedirse.
— Maestro, espero poder verlo después. — Dijo sonriente mientras se despedía y volvía con su grupo, haciendo que Rikuya y Yuka se quedaran juntos.
El francotirador solo volvió a recuperar su tranquilidad y sonrió ante esos pequeños tan inquietos, al final se sentía bastante orgulloso por lo que habían logrado. — Han avanzado mucho…— Menciono de forma suave, cosa que su contrario lo escucho y asintió.
— Si, son muy inteligentes jeje. Por cierto, ¿Cómo te fue en tu misión? — Pregunto Rikuya bastante curioso de la nueva información que tenía, cosa que Yuka lo miro de reojo mientras una de sus manos se metía en su saco para sacar un paquete de cigarros.
— Encontré bastantes suministros al norte a 2 kilómetros, al mismo tiempo he notado algo raro con los enmascarados que no son nuestros aliados. — Dijo comentando lo que había visto y encontrado, se notaba que estaba tenso por la última información, porque Sniper comenzaba a preocuparse de los patrones de esos enmascarados de esa área, ya que parecían ser más agresivos de lo normal. — Pero iré con Rika para poder hablar sobre esto y si es posible hacer una reunión, hay algo que me preocupa. — Finalizo el mayor dando un suspiro tratando de mantenerse calmado, e ignorar esos extraños comportamientos.
Rikuya lo escucho con mucha atención por lo que cambio su expresión a una seria, porque tampoco tenía idea de lo que estaba pasando. — Supongo que después haremos un grupo de exploración para averiguar lo que está ocurriendo. — Menciono por lo que noto que Yuka poseía su mirada en la caja de cigarrillos sin abrir, como si se perdiera en sus pensamientos. Pero de repente recordó algo cuando este menciono a Rika, provocando que Rikuya se pusiera nervioso. — Ahh ah~… Francotirador… sobre Rika. — Este comenzó a titubear mientras juntaba sus dedos y comenzaba a jugar con ellos. — Creo que es mejor que esperes, a que este se desocupe… veras es que el esta con una chica a solas. — Pronuncio Rikuya explicando tímidamente la situación mientras se sonrojaba, además hasta donde sabia la relación que tenía Sniper con Kuon es curiosa, por lo mismo que en su mente pensaba que como Kuon es la ama del Francotirador de forma lógica que ellos dos estaban unidos, una relación similar como él mismo lo tenía con sus enmascarados, así que no sabía cómo se tomaría la noticia cuando se enterara que la otra cercana a dios estaba a solas con el otro líder.
Yuka al escuchar eso se sorprendió porque nunca pensó que su hermanito ya comenzara a andar por esos caminos, sintió una pizca de celos porque significaba que tarde o temprano le presumiría una posible novia, o hasta mencionando que él era más genial que él por tener una pareja primero antes que Sniper. Algo que Makoto al pensarlo solo suspiro, porque se sentía feliz y orgulloso que su hermano comenzara a buscar su propia felicidad, de cualquier forma, lo apoyaría lo que Rika hiciera, aunque admitía que sentía bastante envidia porque el deseaba tener el coraje de poder decirle a su linda Kuon cuanto deseaba ser su novio.
A veces de forma indirecta le hacía menciones a Rika solo para dejar en claro cómo es tan genial su vida en esos momentos, compartir piso con la señorita sol era un placer inexplicable, saber que ella lo esperaría con los brazos abiertos, compartirán comida o golosinas, hablarían por horas sin cansarse en el sofá abrazados, pero aunque durmieran en cuartos separados eso no quitaba el hecho que él se sintiera tan feliz y cómodo con lo que tenía con la muchacha, aunque admitía que su gusto culposo era cuando Kuon fingía tener pesadillas para tener la excusa perfecta para dormir con él, aunque la luna lo sabía de primera mano que su pequeña solecito mentía, él se sentía bastante orgulloso de conocerla tan bien que sabia, como reaccionaba, este no le importaba solo la dejaría pasar con él la noche pero era algo incomodo porque aún no se sentía del todo preparado ni ella, para que él se quitara la máscara, por lo que tenía que dormir con la careta puesta.
Amaba despertar esos días a su lado abrazándola o viceversa, sentir su calor, su piel, su aroma era una delicia y un placer que no podía explicar. Pero aunque odiara separarse de ella, desgraciadamente no era siempre solo unas muy pocas veces, pero no tenía la fortaleza para pedírselo sin sentir miedo a su rechazo, o por incomodarla por ello era tan paciente y rogaba que ella diera siempre el primer paso. Después de todo es un caballero.
Por lo que si Rika comenzaba a presumir a su nueva novia sería un golpe bajo a su ego, porque eso significaba que su hermano menor tuvo más valentía que él para dar el siguiente paso, así que Yuka desde ese momento se dio cuenta que tarde o temprano tendría que dar el primer paso. — Ya veo, me alegro por él. Aunque me da curiosidad, ¿Quién es la afortunada? — Pregunto enorgulleciéndose por su hermano, al mismo tiempo que con su mano agitaba con mucha suavidad la caja de cigarros, para hacer que uno de ellos comenzara a salir, para poder fumarlo.
Rikuya al escuchar su pregunta hizo que se sintiera más nervioso, por lo que este desvió su mirada tratando de pensar como decirle la noticia. — Am~… bueno veras, jeje es alguien que tú ya conoces. — Este comenzaba a balbucear mientras daba respuestas vagas sin querer profundizar en el tema.
Pero Kohei apenas habías llegado, por lo que este ya había escuchado una parte de la conversación de los dos hombres, que hizo que este mientras caminaba con calma mientras poseía sus manos detrás de su nuca, mostrando una sonrisa llena de regocijo por Rika. — Kuon Shinzaki. — Respondió fuertemente y en claro el joven de cabello anaranjado, mientras estaba enfrente de Rikuya y el francotirador. — Rika y Kuon llegaron justos agarrados de las manos, se notaban que estaban muy cariñosos, y ansioso por estar solos en el departamento de Rika, la verdad me siento muy feliz por ellos, en especial porque la señorita Kuon por mucho es una gran mujer. — Menciono el muchacho peli naranja sin saber que cada palabra, causaría mucho estragos en el corazón del Francotirador. — Sinceramente siento bastante envidia por Rika, supongo que se ganó el corazón de la señorita Shinzaki. — Admitió el muchacho un poco sonrojado por hablar de ella, alzando su mano en un gesto simple que buscaba demostrar su honestidad, claro sin sonar ofensivo o algo por el estilo porque era evidente que Shinzaki era una gran candidata para ser una increíble pareja, y ni hablar de su belleza.
Rikuya se quedó en shock y bastante anonadado como es que su amigo sea un imbécil total, porque el nunca entendió como era la conexión que sentían los enmascarados por sus “dioses”, este trago en seco con la mirada fría y sin creer que soltara esa información sin delicadeza, tanto que miro de reojo bastante nervioso al Francotirador en busca de una señal sobre como había tomado las noticias. Solo para encontrarse con un hombre congelado, la cual no había pronunciado nada y parecía no moverse, ni siquiera parecía estar vivo, solo era como una estatua.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Yuka Makoto cuando escuchó la noticia, como si un viento helado hubiera atravesado su cuerpo y dejado su alma entumecida. El shock se apoderó de él, paralizándolo en su lugar, mientras las palabras resonaban en su mente como un eco distorsionado. Un dolor agudo y penetrante se apoderó de su pecho, como si alguien hubiera apretado su corazón con fuerza, dejándolo sin aliento, provocando que el cigarro que iba a tomar cayera al suelo de golpe sin que nadie se preocupara por recogerlo, ni siquiera su dueño que tenía tantos deseos de fumárselo, pero en ese momento no tenía ni en lo más mínimo apetito de sentir esa increíble sensación del humo recorrer su garganta.
El mundo a su alrededor se desvaneció en un segundo, dejándolo en un estado de congelación emocional. No podía creer lo que acababa de escuchar; la mujer que amaba, aquella que ocupaba un lugar especial en su corazón, la misma señorita sol que lo saco de esa oscuridad que estaba atrapado, se enamorara de su hermano. La idea parecía surrealista, como si estuviera atrapado en una pesadilla de la cual no podía despertar.
El shock se apoderó de él, paralizándolo por completo. Sus ojos, una vez llenos de vida y pasión, ahora parecían vacíos, como si la chispa que los iluminaba se hubiera apagado, agradeciendo a la máscara que ayudaba a tapar su expresión cubriéndolos por completos y mostrando la oscuridad total, no había brillo , ni emoción no como antes. La mirada fría y perdida reflejaba el dolor y la incredulidad que sentía en su interior. Sus emociones, antes tan intensas y palpables, se habían desvanecido en una neblina de desesperación y desolación.
Un dolor agudo y penetrante se apoderó de su pecho, como si un cuchillo afilado lo hubiera atravesado. Cada latido de su corazón resonaba con el eco de la traición y la devastación. Se sentía congelado en el tiempo, incapaz de procesar la cruel realidad que se desplegaba frente a él. La idea de que la mujer que amaba estuviera ahora vinculada a su propio hermano era demasiado dolorosa para asimilar. —¿Dis-disculpa?, ¿Quién dijiste? — Pregunto Yuka realmente queriendo asegurarse de haber escuchado bien, necesitaba asesorarse antes de que tomara una acción que podía arrepentirse.
Kohei al escucharlo aun sin notar su cambio, algo que se le noto extraño. — Oh… dije que esta con Kuon en estos momentos a solas, así que es mejor darle su privacidad. — Volvió a decir mostrando una sonrisa inocente, sin comprender la magnitud de que lo que sus palabras estaban provocando. Porque por segunda vez en su vida que el recordaba tenía tantas ganas de matar o golpear a alguien, y estaba tan tentado de volarle la cabeza Kohei por confirmar sus palabras, porque ese chico no comprendía que el hombre tenía el corazón hecho pedazos, y un miedo se apoderó de él, sintiéndose como la misma mierda y como volvía a morir, recordando la vez que casi pierde a su amada Kuon cuando Pluma blanca casi acaba con ella.
Pensó que nunca volvería a sentirse de esa forma tan horrible, pero ahí estaba como si hubiera muerto en vida. Tensándose que de nuevo dejo su razón, su lógica y decidido comprobar si era cierto sus palabras, necesitaba verlo con sus propios ojos entrando en una negación profunda, no le importo si los demás lo veían como alguien descontrolado, en ese momento dejo de interesarle lo que los demás pensaran de él o de su propia imagen de ser alguien admirable, un héroe, poderoso, un líder digno de seguir la cual podían sentirse seguros.
Destruyéndolo en esos segundos porque este dio unos pasos al frente y como si fuera un muro, siguió avanzando empujando con su hombro a Kohei para quitarlo del camino, pisando su cigarrillo. Dirigiéndose al departamento de Rika y Yuri, provocando que el peli naranja soltara un jadeo lastimero, apartándose del camino rápidamente sorprendido por la reacción del enmascarado. El enojado iba a reclamarle, pero de repente Rikuya se interpuso jalándolo para que no digiera nada. — Kohei eres un imbécil. — Menciono el otro cercano a dios, bastante molesto.
Cosa que el nombrado al escuchar eso se enojó. — ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Qué les pasa?, solo dije la verdad. — Pronuncio el chico sin entender lo que había pasado y porque estaban enojados.
—¿Es que no lo entiendes?, el francotirador es el enmascarado de Kuon. No puedes decirle a un enmascarado que su amo esta con alguien de esa forma, porque estos podrían pensar que servirían como un tipo remplazo y su código los afectara de una forma que los lastime emocionalmente. — Respondió Rikuya aun siendo bastante ignorante en el tema que Sniper había sido liberado de esos códigos, por lo que el verdadero Makoto Yuka era el que reaccionaba así. Solo de esa forma el muchacho pelinaranja entendió la magnitud de lo que hizo.
—Oh, mierda definitivamente la cague a lo grande. — Menciono arrepentido mientras miraba de reojo como Sniper se alejaba a pasos apresurados, mientras ignoraba a los demás, aunque agradecía que nadie haya levantado la voz para levantar sospechas ya que los demás seguían con sus respectivas tareas. Así que nadie se había dado cuenta de esa acción suya.
Makoto sentía que cada paso que daba era una apuñalada a su corazón, estaba en shock sin creer en nada, hasta que al fin llego al frente de la puerta de Rika por lo que este sin pensarlo dos veces toco la puerta, tratando de mantenerse sereno sin sobrepasar su fuerza en el toque, hasta que del otro lado escucho las risas de dos personas fue entonces cuando sintió como su ansiedad comenzaba a aumentar, junto con su desesperación de poder entrar, porque conocía a la perfección la risa de su linda Kuon y la de su hermano, definitivamente estaban adentro. Pero de repente escucho un terrible ruido , como si fuera un golpe seco y las risas cesaron, haciendo que entrara en pánico, porque a pesar de que se sintiera lastimado no quitaba el hecho que se preocupaba mucho por ellos, por lo que este abrió la puerta de golpe para entrar.
Buscando si había un enemigo cerca que provocó ese ruido. —¡Kuon, Rika!, ¿Estan bi…?— Este los llamo alterado buscando signos de un posible agresor, solo para encontrarse con una escena bastante comprometedora siendo que Kuon estaba acostada en el suelo, mientras Rika estaba arriba de ella acorralándola entre sus brazos, con las caras tan rojas que cuando miraron a Yuka se notaban sus expresiones de incredulidad, shock y sobre todo vergüenza.
Unos minutos antes de que Yuka llegara a interrumpirlos, tanto Kuon y Rika estaban en la sala bastante felices y animados, por su charla. La chica sol estaba sentada en el sofá sin sus zapatos y sus piernas reposando en el lugar, mientras en su mano tenía la taza medio vacía de té, riéndose de la anécdota de Rika. — Entonces le dije a Yuu, “Yuu no creo que sea buena idea”, entonces él me dijo que no importaba y aun así se bebió esa leche caducada Jajajaja. — Rika termino por carcajearse al final junto con Kuon, que no paraban de reírse por como Honjo contaba como su hermano desde pequeños bebió una leche en mal estado.
— Pff jaja no puedo creer que el señor Francotirador, era tan curioso desde niño. — Menciono la joven chica con una sonrisa sonrojada, disfrutando escuchar las anécdotas de su amado señor luna de niño. Mientras bebía lo que quedaba de su café.
— Bueno él y yo éramos bastantes inquietos así que créeme tenemos mucha historias locas. — Dijo el mayor mirando a la joven enfrente suyo, ambos estaban muy cómodos en esos momentos, felices de contarse historias, platicar de cualquier tema, conociéndose mutuamente, fortaleciendo esa amistad. Después de todo estaban bastante contestos con su compañía mutua. — Oye Kuon, ¿Puedo preguntarte algo? — Pregunto Rika, sintiéndose un poco más en confianza, después de todo solo quería poder confirmar sus sospechas. Antes de dar un paso.
Kuon al escucharlo ella levanto su mirada y le sonrió a ese chico tan increíble. — Jeje claro por favor pregunta Rika. — Dijo dándole la autorización para que resolviera sus dudas, mientras ella dejaba su taza en la mesita de enfrente.
—¿Te gusta mi hermano? — Pregunto Rika directamente queriendo saber la verdad de sus sentimientos. Lo que provocó que Kuon al escucharlo no pudiera evitar sentirse atrapada y sobre todo, muy avergonzada porque ella comenzaba a sonrojarse tan fuerte que no pudo evitar un jadeo sorpresivo, y taparse su cara con sus manos.
—¡Ahhh!, ¡¿tan evidente es?! — ella se delato confirmando directamente sus sentimientos mientras miraba de reojo a Rika la cual, al ver su reacción, este no pudo evitar reírse un poco, sintiéndose aliviado porque al fin tenía una respuesta por lo que no haría nada con Kuon sabiendo que la chica amaba a Yuka. —¡Oye!, no te rías Rika~ jooo… sé que soy una torpe enamorada de su hermano. — Admitió después de todo no iba a negarlo, amaba mucho al francotirador y no negaría que en varias ocasiones imagino estar en un futuro con él.
Rika tuvo que parar unos momentos su risa para hablar. — Jaja… no no lo hago, perdón Kuon, es solo que ya tenía mis sospechas que te gustaba Yuu, pero no estaba seguro. La verdad me alegra bastante que Yuu te tenga, eres una mujer increíble, valiente, valerosa y muy guapa, sería un honor para mí tenerte como mi cuñada. — respondió Rika con tanta sinceridad, provocando que Kuon al escucharlo no pudo evitar sonrojarse aún más de lo que ya estaba.
— Je je… bueno la cuestión ahora es… si el señor francotirador corresponde a mis sentimientos. — Menciono Kuon bastante nerviosa, mientras con sus dedos tomaba unos mechones de su hermoso cabello para comenzar a jugar con ellos. Rika por su parte solo se rio suavemente.
— Eso es cuestión de preguntarle. — Dijo Honjo alzando sus manos como si nada, para después escuchar que alguien tocaba la puerta, aunque sonaba bastante fuerte para ser alguien normal, algo que llamo la atención de Kuon también.
Kuon por su parte se levantó primero que Rika. — Jeje permíteme a mi abrir. — Menciono mientras iba a caminar hacia la puerta, pero ella no presto atención a sus pies cuando esta tropezó lo que provocó que Kuon rápidamente quiso sujetarse a algo mientras caía, pero Honjo al ver esto se levantaría de golpe en busca de sujetar a la chica, la cual inconscientemente tomo la camisa del chico provocando que al jalarlo Honjo no pudiera estabilizarse y cayera junto con Kuon.
Solo se escuchó un ruido muy fuerte y un quejido por parte de la joven, Honjo trato de reducir el impacto para no lastimar a Kuon, poniendo sus brazos evitando aplastarla y cuando este abrió sus ojos, su mayor sorpresa fue ver aquella mujer dulce acostada debajo de él, siendo que gracias a sujetarse a Honjo no recibió el impacto más fuerte, por lo que ella solo se quedó acostada mientras sus manos se aferraban a la camisa de Rika. Kuon por su parte miraba sorprendida y super avergonzada al mayor de los Honjo, ella se veía bastante tímida , junto con un sonrojo manchando sus mejillas hasta sus orejas, mientras su pecho grande subía y bajaba suavemente con el ritmo de su respiración, tener tan cerca al hermano del francotirador de esa forma la tomo por sorpresa, estaban tan cerca del uno del otro, pero ninguno de los dos iba hacer algo más, Rika no podía quedarse anonadado por la belleza de la chica.
Sintiendo envidia de su hermano mayor a esas alturas por compartir departamento, con esa chica tan hermosa debajo de él. Tanto era su fascinación que no pudo evitar tragar en seco, estaba a punto de quitarse y disculparse, pero un ruido más fuerte hizo que se alterara y volteara solo para ver a su hermano mayor a lado de ambos. No podía saber que expresión tenía o sentía, ya que a él le gustaba tener su mascara, pero podía notar como el cuerpo del contrario se tensaba.
—¿Señor francotirador? — Pregunto la señorita sol sin poder creer que su amado enmascarado fuera el que hubiera entrado de golpe, ella seguía sonrojada y más ahora porque no quería que él mal pensara las cosas. Rika de inmediato se levantó y ayudo a levantar a la joven.
El corazón de Yuka se desplomó como una piedra en su pecho, un peso insostenible que lo dejó sin aliento, La devastación se reflejaba en su mirada, que se encontraba fija en la escena desgarradora ante él.
Una sensación de congelación se apoderó de él, como si estuviera inmovilizado en el tiempo, incapaz de hacer nada más que observar la escena que se desarrollaba frente a sus ojos. La impotencia lo envolvía como una sombra fría, dejándolo paralizado mientras su mente intentaba procesar lo que estaba pasando. Cada latido de su corazón parecía resonar con el eco de la desesperación, como un lamento silencioso que se perdía en el vacío del dolor, ni siquiera escucho cuando su preciosa y linda “diosa” lo llamaba.
Ambos estaban sonrojados por esa situación tan vergonzosa, Rika solo acariciaba su propia nuca tratando de mirar a otro lado, sin poder mirar a la cara de Kuon, mientras que la chica observaba el suelo al mismo tiempo que jugaba con sus dedos. Aunque el que se la estaba pasando peor era el Francotirador, a esas alturas no tenía voz, ni siquiera se podía mover, estaba totalmente congelado, había visto como su hermano menor y la jovencita sol que amaba en secreto estaban en una posición tan comprometedora, pero noto que efectivamente Yuka estaba muy mal, el siempre respondía o reaccionaba pero estaba vez no había nada, solo observaba a un enmascarado petrificado, era como si de una estatua se tratase algo que comenzó a entender un poco la situación por lo que comenzó a sentir pánico, porque probablemente Yuka lo estaba mal interpretando. — Jeje… oh~ lamento ser tan torpe, perdona por arrastrarte a mi torpeza Rika. — Dijo la chica fingiendo nerviosismo.
Cosa que Honjo al escucharla también rio un poco. — No te preocupes, ¿No te lastimaste con esa caída? — Pregunto rápidamente al mismo tiempo que la volteaba a ver buscando una respuesta. Cosa que Kuon negó de inmediato.
— Estoy bien, gracias a que pusiste tus brazos no me lastime mucho. — Explico Shinzaki al mismo tiempo que sonreía y miraba a Yuka para sonreírle aún más, gracias a eso Yuka inconcientemente soltó un suspiro de alivio, y su corazón comenzó a calmarse, era como si Kuon leyera su mente y supiera que decir en esos momentos para tranquilizarlo, porque pensó lo peor en esos instantes. — Señor Francotirador, ¿Estas bien? — Volvió a preguntar la chica llamando la atención de Yuka.
Él al fin pudo mirarla y mientras la observaba en sus ojos se veían un enorme alivio, a pesar de tener la máscara ocultando sus emociones. — Si… es solo que, escuché un ruido fuerte y pensé que había pasado algo malo. — Menciono Makoto al mismo tiempo que alzaba su mano y acariciaba la cabeza de Kuon, que solo soltó una risita nasal, disfrutando de su tacto, al mismo tiempo que ella como era de costumbre se acercó para pegarse a su pecho mientras sus manos tocaban el pecho ajeno, al mismo tiempo que cerraba sus ojos y se permitía escuchar los latidos del corazón de Yuka, notando que estaba errático pero poco a poco comenzaba a calmarse, sabiendo internamente que probablemente era su culpa por haberlo alterado, pero después lo hablaría ahora solo quería disfrutar de su aroma que comenzaba a llenar sus fosas nasales en ese momento.
Mientras Yuka alzo la mirada para mirar a su hermano, que observaba la escena con una sonrisa orgullosa por él, por tener a una hermosa chica de esa forma. — Lamento haber entrado de esa forma Rika, no volverá a pasar. — Menciono el Francotirador volviendo a disculparse, algo que Honjo solo negó con la cabeza.
— No te disculpes Yuu, yo también en tu lugar haría lo mismo. Entonces, ¿Cómo te fue en tu misión? — Pregunto uno de los lideres al mismo tiempo que se rascaba la nuca, buscando cambiar de tema ya que era evidente que estaba más interesado en la información obtenida. Honjo invito a Yuka tomar asiento, algo que no dudo en hacerlo, obviamente primero tomo la mano de Kuon y ambos caminaron juntos para sentarse, mientras Rika regresaba a su lugar.
En ese caso Kuon se quedó en total silencio, mientras miraba a ambos chicos platicas la situación actual, así que la joven se había ofrecido en ayudar a Honjo a servir el té para todos, para que estos no interrumpieran su charla.
— Entonces eso es lo que está pasando actualmente…— Dijo Sniper mientras estaba sentado en el sofá, su rostro marcado por una mezcla de seriedad y fatiga. Al frente, su hermano menor compartía el mismo semblante serio, ambos sumidos en una conversación que llevaba consigo el peso de las decisiones que tomarían para los demás.
El humo del cigarrillo se enroscaba en espirales en el aire, creando una neblina grisácea alrededor de Yuka. Los ojos del francotirador estaban fijos en el horizonte, como si estuviera buscando respuestas en las sombras lejanas mientras absorbía la realidad impactante de su última misión de exploración.
Finalmente, con un gesto decidido, Yuka apagó su cigarrillo en el cenicero frente a él. El sonido del tabaco extinguiéndose resonó en la habitación, marcando el final de un momento tenso. Sus ojos se encontraron con los de Rika en un silencioso intercambio de comprensión y apoyo mutuo. A pesar de la gravedad del momento, había una conexión entre ellos, un lazo de familia que los sostenía incluso en las peores circunstancias.
— Así que… los enmascarados de esa zona, han estado actuando bastante extraños. — Reafirmo Rika mientras miraba al techo pensando en lo que dijo su hermano sobre lo que estaba ocurriendo, estaba realmente serio con la información dada, al mismo tiempo que movía su pie rápidamente dejando ver su ansiedad, ni siquiera se dio cuenta cuando Kuon volvió con la charola en sus manos, para ponerla en la mesa y comenzaba a poner enfrente de los hombres unas tazas de té, para que se relajaran, cuando Rika vio esto de inmediato agradeció a la joven así que tomo su respectiva taza para darle un sorbo, haciendo que este se sorprendiera de lo delicioso que estaba. — Oh~… Kuon sabe delicioso.- — Dijo halagando su bebida, algo que la joven señorita sol enfrente suyo estaba realmente feliz mientras abrazaba la charola bacia y reía con suavidad.
— Me alegra saber que le guste. Después de todo necesita relajarse, esta muy tenso Rika. — Menciono la joven algo preocupada, haciendo que el muchacho se sonrojara un poco por su preocupación, así que la joven volvería a su asiento para sentarse a lado del Francotirador que bebía también su te.
— Haz mejorado bastante. — Halago Yuka sin mirarla solo disfrutando del sabor, algo que Kuon solo se sonrojo. Mientras ella movía suavemente sus hombros nerviosamente, para mirarlo de reojo con dulzura y amor más que nada. Algo que la mirada de la joven lo estremeció.
— Me hace feliz tus halagos señor francotirador. — respondió con ternura y en un susurro.
Honjo al ver esa escena solo sonrió para sus adentro al ver a su hermano muy feliz por esa chica. Después de todo a pesar de vivir en un mundo tan despiadado aun existía la esperanza para seguir continuando en esa lucha. — Supongo que tendremos que hacer algo. — Menciono mientras volvía al tema inicial, ya que Makoto le había comunicado sobre un nuevo peligro para la comunidad que habían formado. — Tendré que mandar a uno de los enmascarados que se encarguen de ellos o que investiguen más del asunto. — respondió tomando una decisión.
Algo que el Francotirador al escuchar eso solo suspiro y bajo su taza, para poner sus codos en sus muslos reposando un poco. —Es una idea interesante, pero no estoy de acuerdo que mandes a uno de ellos hacer esa misión. Mira sin ofender Rika, pero los enmascarados de esa zona son bastante peligrosos, ni siquiera puedo decir que sean normales, se nota a simple vista, se cuándo mi instinto me dice que su nivel de pelea por mucho es superior que a los enmascarados que tenemos. — Explico Yuka la situación, haciendo reimplantar la decisión a Honjo.
— Entonces, ¿Qué sugieres Yuu?. No puedo mandar a Yuri a enfrentarlos, necesita descansar y sobre todo la necesitan bastante más que nada, mientras yo también tengo bastantes responsabilidades. Además, has hecho tanto por nosotros que es justo que tomes un descanso Yuu. — Dijo Rika realmente preocupado por su hermano, mientras se dejaba recargar en el sofá mostrando su angustia por el bien estar de Yuka.
— No te preocupes por mí, iré por la mañana. Mi nivel supera a esos enmascarados será más seguro para todos. — respondió sin sonar arrogante solo decía una verdad que a Honjo no le gustaba, pero tenía que aceptar la realidad. — Es mejor que vaya y no arriesguemos a nadie, cito no sabemos que son capaces de hacer esos enmascarados. — Dijo finalmente aun con ese tono bastante serio, haciendo que Kuon al escucharlo realmente se angustio por su decisión, mostrando una mueca de desaprobación pero eso lo hablaría en privado.
Rika por su parte se quedó callado, sabía que su hermano decía la verdad además no podía evitar que el hiciera lo que quisiera, después de todo también era un líder. Pero en esta ocasión no le gustaba su idea, no quería que se sobrecargara de tareas o que de nuevo peligrara su vida, por lo que rendido este solo suspiro aceptando su idea, después de todo era un hecho que las decisiones de Yuka como líder el 90% resultaban ser muy beneficiosas para todas, después de todo era un líder innato, no por nada Honjo lo admiraba tanto. — ¡Bien!, tu ganas solo con una condición Yuu. — Pronuncio el chico bastante serio mientras lo señalaba. — Después de esa misión, por favor como tu hermano te pido que te tomes un descanso , has trabajado tanto que realmente lo necesitas. — Pronuncio mientras volvía a cruzar sus brazos.
El francotirador al escuchar eso realmente no pudo evitar sonreír debajo de su mascara, después de todo entendía la angustia de su hermano. — Lo prometo, después de todo soy un hombre honesto. — Menciono y con su mano tomaba su sombrero para bajarlo un poco dejando en claro su honestidad. — Bueno, ya es hora que me retire, quiero irme a descansar… mañana me espera un largo día. — Mientras se levantaba y caminaba hacia a lado del sofá para tomar su francotirador que estaba recargado, para poder colgárselo en el hombro y así caminar hacia la salida no sin antes decir algo. — Te vere luego Rika. — Para después mirar a Kuon esperándola. — Kuon, ¿vienes? — Pregunto con paciencia, ya que quería irse con ella al departamento que compartían.
Kuon al escucharlo asintió rápidamente mientras se levantaba y hacia una reverencia a Honjo como despedida. — También me retiro Rika, jeje fue un gusto hablar contigo, muchas gracias por escuchar y por tu consejo. — Ella fue Cortez y le devolvió su sonrisa tan cálida y feliz por los acontecimientos, así que ella comenzó a caminar rápidamente hacia Makoto que la esperaba en la salida, y como todo un caballero el abrió la puerta para que pasara, para después salir y cerrar la puerta detrás de ellos, dejando a Rika en ese lugar solo mientras se despedía de ambos con su mano, pensando seriamente en como envidiaba a su hermano por tener a una mujer tan increíble como ella.
Tanto Makoto y Kuon salieron del departamento de RIka, ambos estaban bastante tranquilos a ese punto, ambos estaban en silencio pero era algo muy cómodo ya que en esos momentos los dos estaban de acuerdo en solo disfrutar de las sensaciones, caminando al lado del uno del otro, ni siquiera se dijeron nada más cuando la señorita sol estiro su mano y por inercia el señor luna tomaría su mano, era algo que ellos mismos habían comenzado hacer sin darse cuenta cuando iniciaron con ese gesto, pero ambos en silencio decidieron buscar su tacto inconcientemente, por eso lo demostraban siempre cada vez que salían juntos a un lugar donde estuviera tranquilo, ya que cuando eran áreas inseguros estos se mantenían lo más alerta posible.
Kuon en ese punto ya estaba más relajada y como era de esperarse de ella mostrando una sonrisa positiva, ambos pasaron por los pasillos concurridos que varias personas al verlos comenzaban a saludarlos, tanto los mismos enmascarados. — ¡Buenos tardes!. — Saludo energéticamente la joven sol, mientras se despedía de los demás saliendo de ese edificio, ya que ambos irían al otro donde se hospedaban.
El francotirador detrás de su mascara no podía negar sentir bastante dichoso por tener ese momento con Kuon, presumir un poco al tenerla a su lado, disfrutar de su tacto y su cercanía, todo de ella era un tesoro para él. — Me alegro que estes siempre positiva Kuon. — Menciono el señor luna con calma mirándola de reojo, algo que la chica volteo ya que el había roto el silencio.
— Je je… trato de estarlo siempre, después de todo. Hay que mantenerse siempre positivos hasta en los momentos cruciales, fue así que he logrado sobrevivir, no me deje llevar por la desesperación. — respondió la joven sol mientras se sonrojaba suavemente, mostrando su gran sinceridad. Haciendo que con esa respuesta Yuka se enterneciera y admirara aún más a su linda chica de lo que ya estaba.
— Si tienes razón… supongo que eso ayuda a siempre pensar con calma. — Menciono el señor luna con una sonrisa ligera, ya que aunque la joven Shonzaki no supiera, esa energía inspiraba a Yuka a ser mejor para poder darle a esa precioso sol la seguridad o una vida pacifica que merecía.
Ambos lograron llegar al otro edifico que al acceder al fin pudieron estar frente de su departamento que compartían, Yuka se adelantó para poder abrir la puerta y como todo un caballero se hizo a un lado para que Kuon pudiera pasar, después de que ella accediera, el francotirador detrás de él puso el seguro a la puerta, no quería que nadie entrara o interrumpiera su momento a solas con la joven Shinzaki. — Amm~… señor francotirador. Hoy acaban de darme una roción de frutas, hace poco las hice trocitos, ¿Quieres comerlas o tiene antojo de otra cosa? — Pregunto la joven Shinzaki mientras caminaba hacia la sala, dejando ver un departamento amplio no era tan grande, pero lo suficientemente cómodo, ya que poseía todo para cubrir sus necesidades, una cocina pequeña a lado de la sala, una habitación donde estaban las lavadoras, dos cuartos y un baño.
— Fruta está bien, me gustaría volver a probar lo dulce que son. — Respondió el hombre con una sonrisa. Kuon por su parte camino hacia la cocina mientras bostezaba, Yuka un largo respiro, disfrutando de la sensación, de estar en su hogar. Él caminaría detrás de ella, mientras colgaba su arma en un perchero junto con su sombrero, lo único que no se quito fue su mascara ya que tanto Kuon y él mismo estaban de acuerdo que siguiera utilizándolo. Porque ambos en silencio habían decidido que esa mascara seria su símbolo que marcaría un antes y un después en su relación, ya que solo fue necesario una vez al hablar para dejar en claro que cuando Yuka mostrara su rostro significaría que al fin saldrían de ese mundo.
Él caminaría hacia el sofá para poder sentarse soltando un enorme suspiro dejando ver su alivio de al fin poder llegar a su hogar, este miraría de reojo sobre el hueco de su mascara para notar como Shinzaki fue a la cocina, solo se veía su espalda y como ese hermoso vestido blanco corto, la cual revelaba parte de sus hombros, su cuello y mostraba un poco de su busto, acompañándolo con unos tenis blancos. Aunque Kuon ha mencionado en una que otra ocasión, que le gustaría poder tener otros zapatos para combinar, pero a los ojos de Yuka todo lo que llevaba la joven Shinzaki simplemente es una mujer bastante atractiva, solo verla parte de su espalda desnuda, mientras tomaba un plato hondo del refri para poder ponerla en una mesita, ya que ella estaba buscando unos cubiertos.
El francotirador no pudo evitar enternecerse por esa imagen, que ni siquiera se dio cuenta cuando se levantó de su asiento y con un sigilo asombroso, este fue hacia la chica para poder abrazarla de la cintura y poder pegar su cuerpo con la de ella, oculto su cara en el cuello ajeno la cual en el paso que avanzaba se quitó la máscara. Kuon se encontraba ocupada sacando frutas frescas y crujientes, sumida en su propia rutina cotidiana. Pero de repente, algo cambió en el aire. Sintió un cálido par de brazos rodeando su cintura, y su corazón dio un vuelco.
Kuon se quedó inmóvil por un momento, sorprendida y emocionada por el gesto espontáneo de Yuka. Pudo sentir el calor de su cuerpo, la familiaridad de su presencia, y cómo él ocultaba su rostro en el hueco de su cuello. La sensación de tenerlo tan cerca era abrumadora, inundándola de felicidad y nerviosismo al mismo tiempo. Podía sentir la calidez de su aliento, como una suaves cosquillas que hizo que espontáneamente se riera.
Cerró los ojos por un instante, dejando que la realidad de ese momento se hundiera en su piel. Las mariposas revoloteaban en su estómago mientras su corazón latía desbocado. A pesar de la familiaridad de sus abrazos, cada vez que Yuka la rodeaba con sus brazos, Kuon experimentaba una emoción nueva, como si fuera la primera vez que se tocaban de esa manera.
A pesar de los nervios que sentía, Kuon se dejó llevar por la felicidad del momento. Mientras Yuka seguía abrazándola, Kuon suspiró suavemente, saboreando la dicha de estar en sus brazos, deseando que ese momento nunca terminara. — Eres tan cálido~ señor francotirador. — Pronuncio la señorita sol con una sonrisa brillante y sonrojada, mientras alzaba su mano hacia la mejilla del adulto para poder acariciarlo suavemente, ella aun en ese lapso nunca había visto su rostro y no iba a voltearse para hacerlo.
El francotirador por su parte solo se mantuvo callado sonriendo, disfrutando de sus caricias de su calor, de tener a esa hermosa dama entre sus brazos. — Tu eres más cálida. — respondió ante su halago.
— Es mejor que vayas a la sala, ya está la comida jeje. — Menciono Kuon con dulzura en sus palabras, Yuka por su parte solo asintió después de todo sabía que ella se sentaría a su lado, hasta buscaría que la abrazara y con mucho gusto el francotirador lo haría, simplemente no podía evitar acorrucar a la chica a su lado y poder gozar de su compañía como de su propio calor. Yuka un poco impaciente tuvo que separarse, pero no sin antes darle un beso en su cabeza, para después caminar hacia el sofá, mientras volvía a colocarse su mascara.
Kuon por su parte cuando tuvo todo listo ella tomo el plato y comenzó a dirigirse hacia donde estaba Yuka, donde puso el tazón enfrente suyo y así poder sentarse a su lado, fue la primera en tomar un trozo para poder llevarlo a su boca y comerlo, mientras daba un gemido lleno de satisfacción, por lo delicioso que sabia aquella fruta tan dulce provocando que llevara su mano a sus mejilla, masticando con calma la comida, la cual Yuka siguió su ejemplo cuando leo también un pedazo de fruta a su boca, claro que el tamaño del hueco de la máscara era lo suficiente grande para poder introducir objetos pequeños como los trocitos que Kuon se dedicó a cortar para este caso.
Ambos comenzaron a comer tranquilamente juntos, la habitación estaba impregnada de la dulce fragancia de frutas frescas mientras Yuka Makoto y Kuon compartían un plato de trocitos de fruta cortada en el sofá, brillaban tanto como las sonrisas cálidas y felices que se compartían mutuamente.
A medida que saboreaban cada bocado, la proximidad entre ellos se volvía más íntima, como si fueran imanes irresistiblemente atraídos el uno al otro. Pronto, los platos de fruta quedaron vacíos y, sin necesidad de palabras, Yuka se recostó en el sofá, permitiendo que Kuon se acomodara encima de él. Era un abrazo espontáneo, como si sus cuerpos supieran instintivamente que pertenecían juntos.
Kuon se acurrucó en el pecho de Yuka, encontrando en su calor y su amor un refugio seguro. Sus brazos se entrelazaron alrededor de él, creando un abrazo reconfortante que los envolvía en un capullo de felicidad. Los dedos de Yuka acariciaban suavemente el cabello de Kuon, cada movimiento lleno de ternura y cuidado.
En ese espacio de intimidad, compartieron anécdotas del día, risas y sus sueños para el futuro. Cada palabra compartida se llenaba de amor y complicidad, creando un vínculo más profundo entre ellos. Las risas resonaban en la habitación, mezclándose con el sonido suave de las caricias y el latido apacible de sus corazones.
Yuka se sentía completamente feliz y satisfecho en ese momento, abrazando a la mujer que amaba con todo su ser. Sentir el peso reconfortante de Kuon sobre él y el roce suave de su piel le recordaba constantemente cuánto significaba para él. La paz que encontraba en su presencia era inigualable, como si todas las preocupaciones del mundo se desvanecieran cuando ella estaba cerca.
Por otro lado, Kuon se sentía emocionada y tranquila a la vez. La caricia amorosa de Yuka la llenaba de una sensación de seguridad y serenidad. Cada toque hablaba de amor y devoción, recordándole que estaba con el hombre que había capturado su corazón de manera irrevocable. Ignorando el mundo hostil que los rodeaba, se aferraban el uno al otro en su propio nido de amor, encontrando fuerza en su unión. En ese momento, el mundo exterior desaparecía, y solo existían ellos dos, perdidos en su amor mutuo, desafiando las adversidades juntos, construyendo su propio refugio en medio de la tormenta.
En ese rincón de su mundo compartido, rodeados por el amor y la calidez del otro, Yuka y Kuon encontraron la paz y la felicidad que tanto anhelaban. En sus brazos mutuos, encontraron el hogar que siempre habían estado buscando, un lugar donde podían ser ellos mismos sin reservas y donde el amor florecía como las frutas en su plato, dulce y eterno.
— Pff ja ja, ¿De verdad paso eso? — Pregunto El francotirador mientras miraba el techo, riéndose un poco con la situación tan humorística que Kuon sufrió junto con Rika con el otro cercano a dios, a ese punto había desatado su corbata y dejado uno que otro botón abierto de su camisa, dejando ver parte de su pecho y sus falanges, mientras que su saco se lo había quitado para tapar a Kuon con el. La joven señorita sol solo se rio divertida mientras cerraba sus ojos disfrutando de escuchar la respiración y las palpitaciones de su señor luna.
— Si ji, aunque puedes preguntarle al señorito Rika. Estoy aun sorprendida que ellos crean que nos gustamos. — Pronuncio animadamente mientras rozaba su mejilla como si fuera un tierno gatito en el pecho del francotirador, haciendo que Yuka al escuchar esa última frase se estremeciera, un sentimiento de incomodidad y dolor surgió en su pecho, pero las suaves caricias de Kuon lo hicieron calmarse por lo que con su mano acaricio la cabeza de la chica, para traer consuelo a si mismo, a pesar que no podía ver su expresión por su mascara este ocultaba su nerviosismo y temor por pensar que Kuon amaba a otro, tanto fue su impresión que por unos segundos dejo de acariciar a su adorable niña, pero aun así Kuon no se detuvo al explicar. — Si tan solo supieran que me gusta alguien mas~.— Pronuncio la chica mientras se sonrojaba tímidamente, provocando que Makoto al escucharla no pudo evitar sentir una presión en su pecho, comenzado a sentirse ansioso y muy lastimado, de nuevo comenzaba a sentir mucho miedo.
— ¿E… en-enserio?, ¿Quién es el afortunado que te gusta? — El francotirador necesitaba sonar lo más normal del mundo, buscando mantenerse tranquilo y sereno ante esta situación, pero era tan difícil cuando su corazón latía tan fuerte que dolía, sentía que su cuerpo comenzaba a temblar pero se mantenía lo más calmado posible para que kuon no se preocupara.
La chica podía escuchar sus latidos, y fue entonces que se dio cuenta que Yuka estaba estresado o tenía temor a algo, ella lo conocía no era la primera vez que pasaba esto o escuchaba su corazón, provocando que en Kuon se preocupara porque no sabía la razón por la cual Sniper se pondría de esa forma, fue entonces que tuvo la conjetura que tal vez sus palabras hacían que tuvieran efecto en él, por lo que rápidamente continuo su platica queriendo que el entendiera que le gustaba mucho. — Soy demasiado tímida para decir su nombre, pero puedo describir como es él. — Menciono suavemente buscando con su voz calmar a su amado. Así que ella se separó de él para poder sentarse en el sillón, cosa que Yuka al ver que se alejaba volvía a tener un poco de miedo, por lo que trato de sujetarla pero al ver su mirada tan tímida y nerviosa, hizo que se detuviera porque en sus ojos se notaba un brillo que nunca había visto.
Ya que la señorita sol lo observaba con tanta timidez y felicidad combinada, sus mejillas estaban sonrojadas y una sonrisa tan reluciente pintaba su cara, ella trago en seco buscando el valor en su ser para poder mencionar sus palabras, porque gracias a Rika, ella al fin tenía el valor para poder confesar sus sentimientos. Ella trago en seco y el francotirador se quedó callado deseando escuchar sus palabras. — Él es una persona increíble, lo admiro mucho. Sin importar las circunstancias donde este, si es peligroso o si es una misión suicida, nunca se echa para atrás, todos confíen en él hasta no dudan en confiar sus vidas solo para que pueda liderarlos y llevarlos siempre a la victoria. — Pronuncio mientras derramaba su corazón en sus palabras, haciendo que Sniper se quedara en silencio, estupefacto , no sabía que pensar o que decir solo deseaba seguir escuchándola.
— Él es una persona bastante poderosa, jeje tanto que ha peleado contra tantos enemigos tan superiores a él y aun así, de alguna forma logro vencerles con su propia astucia, no me cabe duda porque le temen y lo aman al mismo tiempo, siempre que lo ven caminando siempre erguido con la frente en alto, con su típico atuendo de traje y con su francotirador en su hombro colgado, saben que nunca hay que temer al peligro si lo tienen a su lado, porque él jamás se echara para atrás para proteger a los que aprecia. — La señorita sol a ese punto ya no podía parar, sus mejillas estaban tan rojas y sus ojos tan brillantes, aunque no sabía si era por su felicidad por al fin declararse o por que comenzaba a sentir como su vista se volvía cristalina, pero aun así continuo. — No hay duda que cuando él se encarga de la situación, el miedo de los demás se esfuma incluyendo el mío. Pero… aunque parezca que es alguien formidable y sin temores, la realidad es que…— Ella hice una pausa para luego mirar a su amado Francotirador, estando tan ansiosa y nerviosa. — Él también tiene temores, le da miedo las alturas aunque no lo parezca, teme equivocarse porque eso conllevaría que alguien saliera perjudicado, es tan noble que eso suele hacer que haga misiones suicidas para que otros no tengan que arriesgarse. Suele tener un mal ámbito del cigarro y es algo que me molesta. — Pronuncio eso ultimo cruzando los brazos, mientras bufaba e inflaba sus mejillas, ya que ella no le gustaba eso del señor francotirador. — Puede ser bastante terco que eso provoca que me preocupe bastante, suele ser un poco suicida cuando toma misiones bastantes peligrosas…pero a pesar de todo…— Cuando ella termino simplemente levanto su cabeza para mirar a Yuka, sus ojos se podían ver los cristalinos que estaban.
— Yo de verdad lo amo. — Respondió firmemente mientras sus manos se aferraban a sus propios muslos enterrando un poco sus uñas, Kuon experimentaba la agitación de un corazón que latía con una mezcla embriagadora de ansiedad y anticipación. Cada latido resonaba como un eco incesante en el silencio que envolvía la estancia, un susurro que revelaba la vulnerabilidad de sus emociones.
En medio de la ansiedad, una chispa de valentía ardió en sus ojos. Había confesado, había desnudado su alma, y aunque la incertidumbre persistiera, también se hallaba la esperanza, la posibilidad de que aquellos sentimientos fueran correspondidos. En el silencio que siguió a la confesión de Kuon, Yuka se encontraba en un estado de éxtasis emocional.
Cada palabra pronunciada por Kuon había sido como una melodía que resonaba en lo más profundo de su ser. Los ojos de Yuka, anclados en Kuon, revelaban la tormenta de emociones que rugía en su interior. El brillo de felicidad iluminaba su mirada, mientras la sorpresa le confería una expresión de asombro. En ese momento, el mundo parecía desvanecerse, y solo existían ellos dos, conectados por la confesión que flotaba entre ellos.
La adrenalina danzaba en su sangre, un baile frenético que acompañaba al latir acelerado de su corazón. Yuka se sentía como en una montaña rusa emocional. En un instante, el shock cedió paso a la euforia, y una sonrisa luminosa se esparció por el rostro de Yuka.
-Kuon...- Susurró, sus ojos expresando la gratitud y el amor que rebosaban en su corazón. La realidad de la confesión se había apoderado de él, y ahora, el peso de esos sentimientos compartidos creaba una conexión más profunda entre ellos.
El rubor ascendió rápidamente por las mejillas de Yuka, teniendo su rostro con la evidencia de su emoción. Su sonrisa se volvió aún más radiante, y sus ojos brillaban con la chispa de la felicidad, aunque Kuon no podía verlo por su mascara. — Hay algo más en los temores de ese hombre… — El francotirador tuvo que acomodarse en una posición en la que pudiera estar lado a lado de Kuon, para poder expresar ahora su sentir. — Es cierto que teme a las alturas, que tiene miedo a que lleguen a lastimar a las personas que le importan, pero…— Este se detuvo un momento en sus palabras, mientras juntaba sus propias manos y miraba hacia abajo mostrando signos de estar nervioso, algo muy raro en el francotirador. – Hay una persona en específico que es la representación misma de mi debilidad, si la llego a perder a ella, mi mundo se acabaría…–Respondió eso ultimo seriamente provocando que Kuon al escuchar esa afirmación se sorprendiera, al mismo tiempo que su corazón comenzó a sentirse muy pesado por culpa de esa confesión, porque ahora ella le tocaba sentir la confusión y curiosidad de a quien se refería.
— Desde el momento que la vi por primera vez en aquel rascacielos, como todo una tonta inocente se me acerco con la intención de saber sobre mi bien estar, supe que esa mujer era única, nunca en mi vida había conocido a alguien tan ingenua que no le temiera miedo a nada, es una mujer admirable que no duda en ayudar, pero tiene el mal ámbito de no ver el riesgo en el que se expone provocando que me preocupe constantemente. — Se rio para sí mismo el francotirador, cosa que Kuon se sonrojo suavemente mientras sentía como su corazón aceleraba porque entendió que se refería a ella. — Pero entendí que tenía que protegerla, supe que no podía separarme de esa mujer, mientras más convivía con ella ,cuando más la conocía , cada vez que me sonreía y me miraba con esos ojos tan iluminados de vida, como determinación por salir de este infierno, cargados de esperanza, pude ver en ella un sol brillante que me alentaba a continuar luchando por un futuro seguro, no solo para mí, sino para los demás y en especial en un mañana venidero lleno de esperanzas y oportunidades. Todo para que ella pudiera estar feliz y contenta, sin temor a nada. – Menciono comentando sus deseos y esperanzas, fue entonces que volteo hacia ella y aunque tuviera la máscara, Kuon podía ver a través de los agujeros de los ojos, el reflejo de sus sentimientos en los parpados de su amado Yuka.
—Pero el día en el que pensé que la perdí, todo se desvaneció a mi alrededor. Sentí como si estuviera perdiendo algo más que a una persona cercana; sentí que estaba perdiendo una parte de mí mismo. — Pronuncio mientras sentía que volvía a revivir ese instante con tan solo remembrarlo, envolvió su corazón en un nudo de angustia. —Cada segundo se volvió una agonía interminable, y la posibilidad de perderla me dejó sin aliento. La vida que antes tenía una dirección clara, se volvió un caos confuso. — El siguió continuando con su relato dejando en claro cómo le genero un fuerte trauma de revivir ese evento, pero lo que Kuon vio al fin por primera vez en su vida, fue como de su mascara comenzó a sobresalir suaves gotas de agua, o más bien de las lágrimas de su amado, la chica sabía que ellos nunca hablaron de eso, solo se quedaron callados y dejaron que fluyera su convivencia, nunca trataron el tema por miedo, pero ahora Kuon pudo ver el verdadero daño que le hizo al señor luna que siempre presentaba ser fuerte, el trauma que le genero por casi perder la vida.
—Pero entonces, llegó la noticia milagrosa: De que se había salvado. La vida volvió a mi rostro, pero esta vez marcada por la gratitud y la felicidad. Fue entonces que supe que tenía que atesorar cada momento con ella. — El francotirador no iba a parar de relatar al fin sobre ese evento tan doloroso y angustiante en su vida, necesitaba sacarlo, se notaba el daño que hizo cuando este comenzó a temblar y en su voz se podía escuchar cómo se quebraba, algo que la señorita sol no podía creer lo que veía y escuchaba, tanto que el señor luna no era el único que lloraba, porque cuando este alzo su mirada pudo ver que ella también lagrimeaba.
El sonido de las lágrimas resonaba en la habitación mientras la señorita sol absorbía las palabras de su señor luna, su muy amado luna, relatando el trauma de casi perderla. La sorpresa y la conmoción se reflejaban en sus ojos, amplios y cristalinos, mientras procesaba la intensidad del sufrimiento que Yuka había experimentado en su ausencia.
Las lágrimas brotaban sin restricciones, surcando sus mejillas y dejando una huella húmeda en su piel. Las mejillas, levemente hinchadas por la emoción, añadían un matiz de vulnerabilidad a su expresión. Cada lágrima caída parecía llevar consigo una parte de la angustia compartida entre ambos.
Los ojos de Kuon, normalmente resplandecientes, ahora brillaban con un matiz diferente, una mezcla de simpatía y dolor compartido. La sorpresa inicial se había transformado en una comprensión profunda y en una conexión más íntima con el sufrimiento de su amado.
Fue entonces que Yuka Makoto supo que era el momento de quitarse la máscara, ya había esperado lo suficiente y sabía que este momento sería un punto y parte para ellos, por lo que alzo sus manos aguantadas para tomar los pasadores que sujetaban su mascara, la cual comenzó a quitarlos sonando un suave clic, la joven sol al ver esto no pudo creer lo que estaba pasando, por lo que rápidamente alzo sus manos queriendo evitar lo que él tenía planeado.
—¡Ahh!, ¡espere… no tiene que hacerlo si no quieres!. — Ella pronuncio rápidamente bastante nerviosa y ansiosa por lo que estaba ocurriendo, sintiendo como su corazón latía con tanta fuerza que iba a explotar, pero Yuka la paró.
—¡Quiero y lo hare!. —Eso fue todo antes de que este se quitara su mascara cerrando sus ojos, cuando este los abrió se sorprendió al ver a su linda y hermosa señorita sol se encontraba frente del señor luna, sus ojos encontraron por primera vez el rostro de aquel que había capturado su atención de manera tan profunda. La sorpresa y la admiración se reflejaban en sus ojos, mientras absorbía la belleza y la guapura que emanaban de cada rasgo de Yuka.
La primera impresión fue como un destello de asombro. Los ojos del francotirador, profundos y expresivos, irradiaban una chispa única que dejó a Kuon sin aliento. Los rasgos de su rostro estaban esculpidos con una armonía notable, se notaba que en sus ojos de color gris estaban suavemente rojizos por su llanto. La nariz perfectamente delineada, los pómulos que otorgaban una elegancia sutil dejando un rastro de lágrimas secas, mientras debajo de ellos se podía ver una cicatriz, junto con unos labios carnosos. El cabello de Yuka, que enmarcaba su rostro, añadía un toque de encanto adicional.
En ese momento, la sorpresa se mezcló con un sentimiento más profundo: el enamoramiento. La señorita sol se encontraba ante un rostro que trascendía la mera estética; era la expresión tangible de la conexión que comenzaba a florecer en su corazón. En la admiración de la belleza de su señor luna, mientras que por parte del Sniper veía como ella se sonrojaba tan fuerte, sin poder hablar solo con la boca abierta llena de sorpresa, por lo que el señor luna que siempre había sido tranquilo, meticuloso y cauteloso ante sus acciones, por primera vez en mucho tiempo se dejó llevar por sus impulsos por lo que dejo la máscara en la mesita, para acercarse y tomar las manos de su linda chica. —Me di cuenta que simplemente te amo. –Respondió eso ultimo con ternura, mientras en sus ojos no podían dejar de conectarse con la mirada tan tímida y llena de amor de su solecito.
Shinzaki en ese punto había escuchado la confesión de amor más dolorosa y amorosa, jamás en su vida supo que esos dos sentimientos podían combinarse de una manera tan hermosa, ella estaba tan feliz que no podía explicarlo con simples palabras todo de ese hombre hacía que hormiguera su cuerpo, y su corazón explotara de emociones inexplicables, ni siquiera dudo ni por un segundo acercarse poco a poco hasta estampar sus labios contra los del señor luna, que al sentir la suavidad del beso no dudo en corresponder. Ambos cerraron sus ojos y se dejaron llevar por el momento único de ambos, sus corazones latieron al mismo tiempo, en el suave roce de sus bocas, liberaron emociones que habían estado latentes, esperando ser liberadas.
Un suspiro contenido escapó entre el beso, y en ese susurro compartido, se liberaron las lágrimas de la felicidad contenida, la manifestación pura de la alegría de haber encontrado ese momento mágico donde sus corazones se sincronizaban en una danza de amor.
El primer beso no solo marcó el inicio de una nueva fase en su relación, sino que también fue la celebración de un amor que había esperado pacientemente su momento. Cuando sus labios se separan aun así ellos no quieran alejarse del uno del otro, por lo que juntaron sus frentes en silencio mientras disfrutaban de su tacto y la relación que habían formado, ambos respiraban lentamente, la señorita sol tan radiante mostraba esos gestos tan hermosos de ella, sonrojada y con una sonrisa en sus labios rosaditos, mientras que el señor él mostraba su tranquilidad tan característica de él, brillando como la luna misma ante el reflejo de sus ojos reflejaban su seguridad y amor que sentía por esa mujer.
Solo eran ellos dos o eso pensaron cuando su burbuja de amor exploto cuando escucharon el tono de llamada de Kuon, siendo que la mujer miro la pantalla de su móvil un poco decepcionada por quien interrumpía, mientras que Yuka por primera vez en su vida sintió mucha molestia por quien había llamado, siendo que la señorita sol tomo para contestar. — Oh~ hola Rika jeje… si por supuesto yo le diré ante mano no te preocupes… si está bien Rika, no te preocupes. Por favor mándale saludos a Yuri y a Mayuko de nuestra parte. —Pronuncio suavemente y con mucha tranquilidad, a veces callándose para escuchar la contestación del hermano del francotirador. Lo que provocó que su señor luna que siempre estaba tranquilo, se sintió inquieto y un poco impaciente porque quería que Shinzaki volviera a darle atención, pero cuando escucho la voz de su hermano hizo que tratara de mantener la calma, buscando la manera de sacar esa inquietud en su corazón ya que aún no podía olvidar la incómoda sensación de ver como Rika estaba arriba de Kuon.
Por lo que este al ver que Kuon le dio la espalda aprovecho para poder abrazarla de nuevo, provocando que la joven saltara un poco por su abrazo que hacía que ella se sonrojara en especial cuando sintió la respiración del hombre tan cerca de su cuello, haciendo que temblara y colgara el teléfono al despedirse.
—¿Qué necesitaba Rika? —Pregunto Yuka con una voz tranquila pero aun reflejaba molestia por esa interrupción, cosa que Shinzaki aun nerviosa ella dejo caer su peso para recargarse en el pecho de Makoto, sonriendo dejándose llevar por el momento.
—Dijo que mañana en la mañana antes de que fueras a la misión, necesita que vayas con él en su departamento para poder darte unas cosas para la misión. —Respondió la joven cerrando los ojos y levantando una de sus manos para acariciar la mejillas de Yuka, algo que el varón al sentir su calidez solo asintió ante su recado, por lo que este se dejó llevar por la calidez del toque al cerrar sus ojos , mientras que por parte de la joven Shinzaki estaba preocupada por dejar ir al francotirador, no era porque no confiara en sus habilidades si no porque temía que lo lastimaran. — ¿Por qué aceptaste ir?, señor francotirador. —Pregunto el solecito se veía angustiada por dejar ir a Yuka.
El señor luna pudo notar en su amada la angustia en su mirada por lo que entendió porque lo decía, pero a pesar de conocer los temores de Kuon no podía retractarse, ella más que nadie sabía lo peligroso que era y no quería que alguien más se arriesgara a perder la vida, y que mejor manera que ir él mismo siendo uno de los más poderosos enmascarados. —Kuon… no puedo permitir que alguien se exponga a un riesgo latente, no podemos perder a nuestros aliados. — Menciono mientras se separaba para darle espacio a la chica que se volteaba para encararlo.
—Eso lose… es solo que no quiero que te lastimen. — Dijo ella con esa preocupación latente en sus ojos. —No podre evitar que vayas, entonces quiero ir contigo. —Respondió la joven sol mientras miraba con determinación su decisión , haciendo que Yuka se sorprendiera pero de inmediato paso de estar calmado a serio.
—No. —Contesto contundentemente, provocando que la contrario cambiara su expresión a una molesta. Pero antes de que ella se quejara el siguió hablando. — Se que quieres asegurarte que este bien, pero no voy a ponerte en riesgo. — Respondió mientras cruzaba sus brazos mostrando esa expresión rigurosa, lo que provocó que la señorita sol entendiera que sería difícil convencerlo.
—Se que es peligroso, pero no tienes que preocuparte que vaya a pasarme algo, también soy una candidata a dios, con mi habilidad de repeler enmascarados sé que no me lastimaran. —Menciono mientras se levantaba del sillón, sus ojos, cargados de un propósito decidido, se encontraron con los de Yuka mientras hacía un gesto con la mano. Con solemnidad, colocó su mano en su propio pecho, extendiendo los dedos con firmeza, como si estuviera sellando un compromiso consigo misma. —Además yo también puedo controlar a los demás enmascarados. —Contesto al final.
El francotirador simplemente estando sentado mirando a su chica en ese estado serio, pero a pesar que la chica demostraba ser valiente y bastante determinada, él no quería volver a tener el riesgo de involucrarla en este tipo de misiones, por lo que este se levantó mientras tomaba el plato de frutas vacío para ir a la cocina. —Ya tomé mi decisión, no iras. No permitiré que te pongas en riesgo. —Esa fue la última palabra que el menciono dejando en clara su decisión, eso hizo que la chica realmente se desanimara con eso, pero a pesar de todo ella nunca permitió que alcanzara sus metas o deseos, por lo que ella lo siguió mientras se ponía tan cerca de él hasta romper su espacio personal hasta quedar a cm de su cuerpo con esa expresión seria, inflando sus mejillas mostrando su descontento.
Yuka por su lado verla de esa forma se sorprendió pero a pesar de eso no cambio su expresión aunque por dentro comenzaba a ponerse bastante nervioso. — Lo siento señor francotirador, pero no aceptare un no por respuesta, yo también quiero ayudarte haya afuera no quiero que te pase nada…— A estas alturas Kuon comenzó a dar un gran discurso del porque debería acompañarlo , ella lo atribuía seriamente a que quería ser de ayuda y poder protegerlo. Pero para desgracia de ella, Yuka no estaba cayendo no lo hacía común mente.
El francotirador solo miraba directamente a Kuon pensando seriamente en sus palabras y en sus argumentos, pero a pesar de que ella mostrara ser bastante efectiva en su misión aun así no podía quitarse el maldito miedo de volver a perderla, por lo que ella mientras hablaba hizo un movimiento en su pecho haciendo que su vestido se bajara y destapara un poco del pecho de la femenina, lo suficiente para ver su cicatriz en donde se supone que debe estar el corazón, provocando que Yuka abriera sus ojos y fue entonces cuando se desato de nuevo ese recuerdo tan fuerte, ese maldito remembranza que le había generado un trauma terrible haciendo que se desatará un torbellino emocional, donde la tristeza, la desesperación, el remordimiento y la incredulidad se entrelazarían, creando un dolor que resonaría profundamente en su ser. Fue entonces que no pudo controlarse al momento de alzar su voz. —¡TE DIJE QUE NO KUON SHINZAKI! — El grito de Yuka resonó en la habitación, rompiendo la calma con una intensidad inesperada. Kuon, sorprendida por la brusquedad del estallido emocional, vio cómo su mundo tranquilo se sacudía. Sus ojos, normalmente radiantes, se llenaron de asombro ante la inusual expresión de Yuka.
La primera reacción de Kuon fue de shock, pero a medida que el sonido del grito se desvanecía, un dolor agudo se apoderó de su corazón. La sorpresa dejó paso a la tristeza mientras las lágrimas empañaban sus ojos. Yuka, quien siempre había sido un faro de serenidad en su vida, ahora era la fuente de una tormenta inesperada.
Las lágrimas de Kuon no eran solo de sorpresa, sino de una profunda herida emocional. Yuka, su refugio y su tranquilidad, nunca antes le había dirigido la palabra con tal intensidad. El dolor de esa realidad cortó como una cuchilla a través de la conexión que compartían, dejando a Kuon vulnerada y desconcertada. Las manos de Kuon temblaban ligeramente mientras su corazón se desgarraba. La preocupación inicial por su señor luna se entrelazó con el dolor de sentirse vulnerable ante una expresión de emociones tan intensas. Las lágrimas que caían eran de desconcierto y sobre todo, de una profunda herida en el alma.
Yuka al ver esto no podía creer lo que había hecho, nunca jamás le había alzado la voz a Kuon, en ese momento el señor luna se sintió miserable porque mirar a su dulce solecito llorar por su acción lo hice sentir bastante arrepentido, por lo que este se acercó a ella para tomarla de sus mejillas y poder limpiarlas con sus pulgares. —Perdóname Kuon, yo no quise hacer eso… lo siento no debí gritarte. —Pronuncio profundamente arrepentido por su arrebato, Kuon por su parte se dejó mimar y abrazar, al mismo tiempo que ella se aferraba a su pecho.
—Yo… yo no quiero que te lastimen, o te arriesgues a una situación peligrosa…—Dijo entre lágrimas y hipidos, ella realmente estaba angustiada por su vida, algo que Yuka entendió de inmediato, por lo que no pudo evitar un suspiro, porque no sabía cómo calmar a su chica y más ahora que al fin se habían confesado.
—Está bien… tienes razón, tu ganas, solo por favor no llores. —Pidió en una casi suplica el señor luna, algo que su señorita sol al escucharlo levanto su carita manchada de lágrimas, estaba confundida por su respuesta y su amado solo beso su frente al mismo tiempo que acariciaba su cabello con dulzura.
— ¿De verdad? —Pregunto con nerviosismo. Mientras se sonrojaba un poco por sentir los mimos.
—Si… solo con una condición. — Él levanto uno de sus dedos. —Primero si vas a ir conmigo te voy a pedir estrictamente que te quedes en un lugar seguro y alejada, mientras combato contra ellos. — Después levanto otro dedo. —Segundo cuando veas que se vuelva peligroso te vas a ir de inmediato, no quiero que vuelvas a entrar en un peligro.- —Respondió explicando sus pedidos.
La luz tenue de la lámpara iluminaba la habitación mientras Yuka explicaba con seriedad los detalles de la misión peligrosa que se avecinaba. Kuon, sentada frente a él, escuchaba atentamente, sus ojos aún húmedos por las lágrimas que habían caído anteriormente. La preocupación estaba grabada en el rostro de Yuka, pero sus palabras eran firmes, delineando las condiciones que él consideraba esenciales para mantener a salvo a la mujer que amaba.—Así que, por favor, prométeme que seguirás estas reglas. Mantén la cabeza baja, sigue mis instrucciones al pie de la letra y, sobre todo, no te arriesgues innecesariamente. ¿Lo entiendes, Kuon? —le dijo Yuka, su tono mezclando la preocupación y la determinación.
Kuon asintió con seriedad, sus lágrimas secándose gradualmente mientras absorbía las palabras de Yuka. La tensión en el aire cedió un poco cuando, con un suspiro, aceptó las condiciones. —Entiendo, Yuka. Prometo seguir tus reglas y cuidar de mí misma—
La expresión de Yuka suavizó al escuchar esas palabras. La preocupación en sus ojos se transformó en una ternura evidente. Sin poder resistirse, le dio un beso suave en la frente de Kuon, sellando el acuerdo de una manera dulce y reconfortante. Kuon, parpadeó antes de dejar escapar una sonrisa valiente.
—Vamos, no quiero ver más lágrimas en esos hermosos ojos tuyos. Ahora, vámonos a dormir. Mañana será un día largo —dijo Yuka, rodeando a Kuon con sus brazos en un abrazo cálido.
La sonrisa en el rostro de Kuon se amplió, y sintió cómo el calor de Yuka disipaba cualquier rastro de temor. Tomaron sus manos y comenzaron a dirigirse a sus respectivas habitaciones, Kuon antes de que pudiera entrar a su habitación que estaba a lado de Yuka, ella miro de reojo un poco nerviosa la puerta del cuarto de su ahora novio. La mujer tímidamente trago en seco, e iba a hablar para poder pedirle una petición suya un tanto egoísta pero Yuka se adelantó de inmediato.
—Kuon… . —Yuka hablo de una forma tímida y muy ansiosa por lo que diría, en especial cuando en sus mejillas se podían ver su rubor que comenzaba a extenderse por su cara. — ¿Quieres dormir conmigo hoy? —Pregunto suavemente mientras se tensaba y se podía notar en el toque de sus manos.
El corazón de Kuon dio un pequeño vuelco ante la pregunta de Yuka. Era evidente que la petición llevaba consigo un toque de vulnerabilidad, algo que, de alguna manera, la hizo apreciar aún más la conexión que compartían. — Claro. Me encantaría dormir contigo esta noche. — Su voz, suave como una caricia, buscaba disipar cualquier rastro de nerviosismo en Yuka.
Sniper estaba nervioso a ese punto y muy acelerado esto no iba a ser como cuando Kuon tenía pesadillas esto sería muy diferente, ahora eran novios y compartirían cama. La joven solecito pidió a Yuka que se adelantara mientras iba por su pijama, por lo que el adulto obedeció y entro a su cuarto donde se preparó para dormir.
El francotirador solo estaba con un short y una camisa que ayudaba como pijama, acostado en la cama sin su mascara observando el techo bastante nervioso, hasta que escucho la puerta abrirse y fue entonces que este se levantó un poco solo para mirar su preciosa novia entrar por la puerta, con un vestido corto para dormir de color rosado con blanco, Yuka trago en seco al mismo tiempo que se sonrojaba porque a pesar que ya la había visto muchas veces con ese conjunto ahora no podía evitar sentirse más emocionado, por el simple hecho que ahora sería diferente esta noche. Kuon por su parte estaba parada bastante tímida mientras mostraba su hermoso rubor de sus mejillas, por lo que Yuka tuvo que dar el primer paso.
—Hace frio, ven es hora de dormir. —Pronuncio buscando relajar el ambiente de sus nerviosismos, el solecito miro a su señor luna y asintió con una sonrisa reluciente, ella camino hacia él provocando que con cada paso el corazón de Yuka comenzara a latir con más fuerza, hasta que sintió como ella se subía a la cama provocando que con su peso hundiera la cama debajo de Kuon, la señorita sol gateo hacia él.
Makoto por su parte estaba anonadado e hipnotizado por sus movimientos, estaba maravillado de su belleza, de ese conjunto de ropa, de sus mejillas rojitas, de su cabello suelto que parecía una preciosa cascada cayendo entre sus hombros y sus ojos tan relucientes como un sol. Cuando ella estaba a su lado se acorruco debajo de las sábanas aún muy nerviosa por todo. Yuka siguió su ejemplo y pago la luz de noche de la lampara a su lado.
Ambos estaban tiesos y acostados uno de lado del otro, ansiosos y felices por lo que estaba pasando, podían escuchar sus corazones latiendo con fuerza al mismo tiempo. El señor luna no podía dormir y se puso más tenso cuando sintió como Kuon se movía y se acomodaba en una nueva posición, por lo que este miro de reojo hasta encontrarse cara a cara con la joven señorita sol, la cual estaba de lado mientras lo observaba con una sonrisa y un sonrojo bastante proveniente.
Kuon por su parte estaba bastante emocionada por esta situación tan increíble, ella como pudo menciono algunas palabras tratando de aligerar el ambiente. —Señor francotirador…— Ella llamo con ternura y calma haciendo que Yuka se sobresaltara un poco, pero se mantuvo lo más tranquilo para no incomodar ahora su novia.
—¿Qué pasa Kuon? —Pregunto el hombre observándola, ella en ese momento se dio cuenta que la joven parecía tener un brillo en sus ojos que mostraban su confianza y su determinación, era como si desconociera un poco a quien tenía a lado suyo, pero por alguna razón le gusto ver esas nuevas características de la chica, en especial cuando ella se acercó lo suficiente para darle un beso a sus labios, lo que hizo que Sniper tomara el cuerpo de la joven para poder abrazarla, acorralándola con sus brazos ambos comenzaban a besarse al mismo tiempo estaban tan acelerados que sus corazones dolían y el alivio se apodero de ellos.
El cuarto se llenó de esos sonidos húmedos de los besos en medio de esa semi oscuridad, ya que la luz de la luna que se proyectaba de la ventana, solo se podían ver dos cuerpos abrazados uno del otro besándose con tanta pasión y amor que cuando al fin se separaron, un hilito de saliva los unía. Kuon estaba tan feliz y jadeosa porque gracias a eso se habían calmado, ella levanto su mano para acariciar la mejilla de Yuka por debajo de su cicatriz, por parte de Makoto estaba igual jadeoso por culpa de la falta de aire, el miraba a su preciosa novia que no podía creer lo afortunado que se sentía por tenerla al fin consigo.
—Yuka~ jeje buenas noches. — Pronuncio con ternura la pequeña sol, para levantarse un poco y depositarle otro beso a sus labios, y así poder acorrucarse en su pecho para poder dormir tranquila, Yuka al sentir su beso y el peso de ella encima suyo no pudo evitar sonreír como un idiota enamorado, realmente se sentía bastante afortunado por al fin confesar su amor. Así que la acuno entre sus brazos y las sábanas para poder reconciliar el sueño en paz.
—Buenas noches Kuon. —Respondió en un susurro calmado cerrando sus ojos para poder dormir y unirse al mundo de los sueños con ella.
Notas:
Buenas tardes, noches o dias a mis queridos lectores, espero que les haya gustado bastante este capitulo recuerden cada lunes se actualizara, nada mas que este lunes 20 no ya que como quise adelantar el capitulo entonces tendras que esperar el siguiente capitulo llamado " ¿Quién eres realmente?".
Por favor pido paciencia.
Dicho esto les deseo un gran dia.