10. Peleando
17 de mayo de 2025, 23:46
Era el año de 1997.
Gabrielle estaba en La Madriguera, para ser más precisos, Gabrielle estaba parada en el sofá de la sala de la Madriguera, a dos metros de distancia de Fred. Gabrielle se estaba peleando con Fred Weasley (pelirrojo que se encontraba en medio de la sala), y solo porque a Gabrielle le gustaba George, y además porque a Fred le gustaba hacer enojar a Gabrielle para diversión de él.
Gabrielle no contaba con una varita mágica en ese momento; al parecer no le parecía adecuado al Ministerio de Magia de Francia, que niñas de 11 años tuvieran acceso a una varita. Pero no contar con una varita, no iba a limitar las opciones de Gabrielle.
Gabrielle le comenzó a lanzar los cojines del sofá a Fred; y Fred, el condenado de Fred quién sí contaba con una varita, redirigía los cojines a Gabrielle. Varios cojines se estamparon contra la cara de Gabrielle; Gabrielle más enojada, siguió tirándole los cojines a Fred. Ella no supo si fue magia accidental, el caso es que Gabrielle logró que uno de los cojines que ella le dirigió a Fred, se le estampara en la cara a Fred, y no solo eso, sorprendentemente cuando el cojín tocó la cara de Fred, a Fred le dio una descarga eléctrica.
A Gabrielle por un momento se le dibujó una sonrisa por el resultado, pero luego esa sonrisa se esfumó al ver la expresión en la cara de Fred; Fred se veía muy enojado.
Gabrielle no admitiría que ver a Fred enojado, le dio miedo a ella, no obstante, era la verdad, a ella le dio miedo.
Y antes de que ella decidiera bajarse del sofá y correr a esconderse al lugar más recóndito de La madriguera, Fred dijo unas palabras en latín, agitó la varita en dirección a ella y Gabrielle cayó boca arriba en el sofá. Gabrielle sintió que algo pesado estaba sobre su cuerpo, más bien, ella sintió que algo pesado le rodeaba el cuerpo. Gabrielle trató de moverse y se dio cuenta que no podía. Cuando ella se intentaba mover, ella sentía un poco de irritación en la piel. Fue ahí que Gabrielle se dio cuenta que Fred había cambiado el material de la ropa de ella; la ropa de Gabrielle ya no era de algodón, la ropa de Gabrielle ahora era de un hierro muy pesado, y posiblemente si ella seguía más tiempo con esa ropa puesta, marcas aparecerían en el cuerpo de ella.
—¡Fred! —exclamó George entrando a la sala—. ¿Qué estás haciendo? —preguntó George con reproche.
Fred puso los ojos en blanco, agitó la varita en dirección a Gabrielle, y la ropa de Gabrielle volvió a ser de algodón.
¡George! ¡El futuro esposo de Gabrielle había venido a rescatarla!, Sí, la diferencia de edad era notable; Gabrielle había notado como George había coqueteado con otras chicas de la misma edad que él; y cada vez que Gabrielle coqueteaba con George, George se reía de los coqueteos descarados que ella hacía, como si los coqueteos de Gabrielle fueran un chiste, pero Gabrielle estaba segura, que era porque George todavía no era capaz de notar todas las cualidades de ella.
—Peleando con la cuñada, ¿Qué más va a ser? —respondió Fred con indiferencia.
Gabrielle emitió un pequeño jadeo, y Fred peló los ojos, dándose cuenta de lo que había dicho, pero ya era demasiado tarde.
Gabrielle se levantó rápidamente del sofá.
—¡Geoge! —exclamó Gabrielle mientras caminaba en dirección a George.
Gabrielle rápidamente abrazó a George. George no correspondió el abrazo.
—Ya tenemos la bendición de Fged, ¿no es magavilloso? —le dijo Gabrielle alegremente a George.
—Oh, ni creas que apruebo algo que tenga que ver entre tú y George, Gabrielle, simplemente me confundí —dijo Fred con enojo.
—No le hagas caso a Fged, Geoge, Fged ya no puede getgactagse —dijo con felicidad Gabrielle.
George le dio palmaditas en la cabeza a Gabrielle.
—Bueno, solo queda esperar 6 años para la boda ¿no? —preguntó con humor George.
Fred le dirigió a George una mirada juzgadora, mientras entrecerraba los ojos.