Montaña o Ciudad, Siempre Te Voy a Amar

A la mañana siguiente, en el cuartel de los Paw Patrol Los primeros rayos de sol empezaban a asomarse sobre Bahía Aventura, y uno a uno, los cachorros se fueron despertando. Sin embargo, una ausencia notable llamó la atención del grupo. "Oigan, ¿alguien ha visto a Chase?" Preguntó Marshall, extrañado. "No". Respondió Skye, frunciendo el ceño. "Y es raro, él siempre es el primero en levantarse." Zuma asintió, preocupado. "Tal vez deberíamos ir a verlo, ¿no creen?" Marshall tomó la iniciativa. "Voy a ver qué pasa. Skye, ¿vienes conmigo?" Los dos caminaron hasta la puerta de la casita de Chase. Marshall tocó suavemente, intentando no hacer demasiado ruido. "Chase, soy yo. ¿Puedes abrir?" Después de un momento de silencio, la puerta se abrió, revelando a un Chase visiblemente cansado y con el pelaje un poco desordenado. "Sí, me quedé dormido..." murmuró con voz ronca. Skye lo examinó con preocupación. "Marshall, Chase no se ve bien." Dijo en voz baja. Marshall lo miró de cerca y asintió. "Tienes razón... Chase, ¿estás enfermo?" "No, estoy bien." protestó, aunque un repentino estornudo lo traicionó. Skye arqueó una ceja, divertida. "Ah, claro, y tan sano como un sacerdote con niños." Dijo con un toque de sarcasmo. Marshall suspiró, dándole una palmadita en el hombro. "Voy por Ryder y mi equipo médico." "¡Marshall, no le digas a Ryder!" pidió Chase, alarmado. Marshall lo miró con seriedad. "Lo siento, pero sería irresponsable de mi parte no hacerlo." "Es una orden, Marshall." Pero Marshall ya se estaba alejando, y en un parpadeo, desapareció rumbo a buscar a Ryder. Skye miró a Chase con una sonrisa suave. "Tranquilo, vas a estar bien. Ahora vengo, voy a buscar una mantita para que estés cómodo." "No, Skye..." dijo Chase, un poco avergonzado. "Por favor, no te vayas. Quédate conmigo un rato." Skye se detuvo, sorprendida, pero asintió. "Está bien. Me quedaré y te cuidaré." Momentos después, Marshall regresó junto a Ryder, quien se inclinó hacia Chase con una expresión preocupada. "Chase, entonces, ¿te sientes mal?" preguntó Ryder. Chase suspiró, rindiéndose. "Un poco..." Ryder asintió y miró a Marshall. "Marshall, revisa la temperatura de Chase." "A la orden. ¡Ruff, termómetro!" dijo, activando su herramienta médica. "Bueno, Chase... tienes fiebre." Ryder se cruzó de brazos, pensativo. "Eso significa que..." "No podrá ir a rescates ni misiones" añadió Marshall con un tono serio. Chase abrió los ojos, alarmado. "¿Qué? ¡No, por favor, Marshall! ¡Necesito ayudar a las personas!" Ryder negó con la cabeza con una sonrisa comprensiva. "Lo siento, Chase, pero en estas condiciones no puedo permitir que participes en una misión. Necesitas descansar. Así que primero te vas a tener que ayudar a ti mismo." Chase intentó protestar, pero Marshall puso una pata sobre su hombro con firmeza. "Sin peros, Chase. Ahora ve a descansar. No te preocupes, yo te cubriré en tus misiones hasta que te recuperes." Chase suspiró, agradecido. "Gracias, Marshall..." Ryder observó al grupo y luego miró a Skye. "Entonces, ¿quién cuidará de Chase cuando Marshall y yo estemos en las misiones?" Skye levantó la pata con determinación. "Yo puedo hacerlo." Ryder la miró, agradecido. "¿Estás segura de que no te molesta?" "Claro que no. Chase es mi amigo, y él sin dudas haría lo mismo por mí." Chase miró a Skye, sus ojos brillando con gratitud. "Gracias, Skye..." Marshall asintió y se despidió de Chase, guiñándole un ojo antes de salir. "Vamos, déjalo descansar." Después, a solas con Skye Una vez que todos se fueron, Skye miró a Chase con una sonrisa divertida. "Bien, te explico las reglas, señor enfermo." Chase levantó una ceja, curioso. "¿Qué reglas?" Skye fingió un tono solemne. "La regla es que no hay reglas... excepto que puedes pedirme lo que necesites. Solo una cosa está fuera de los límites." Chase la miró con una chispa de diversión en los ojos. "¿Y qué sería?" "Un beso" respondió, riéndose suavemente. Ambos estallaron en carcajadas, el ambiente ligero al menos por un momento. Pero, cuando las risas se desvanecieron, Chase se sintió nervioso. (Vamos, dile ya...) pensó. Sin embargo, desvió el tema con torpeza. "E-eh... Cambiando de tema, tengo hambre." Skye sonrió y se levantó. "Voy por tu comida. Vuelvo en un momento." Chase la observó marcharse y suspiró, pensando para sí mismo. (No sé si decirle ahora mismo lo que siento... o esperar. ¿Y si... y si Skye termina interesándose en Rocky o en Zuma?) Con Skye, en la cocina Mientras recogía la comida para ambos, Zuma la interceptó con curiosidad. "¡Hola, Skye! ¿No vienes a comer?" Rubble, siempre listo para una oportunidad, intervino. "Sí, si no vas a comer, déjamelo a mí." Skye rodó los ojos. "Solo vengo por la comida de Chase." Zuma arqueó una ceja, divertido. "Vaya, vaya... ¿ya te convertiste en la "chacha" de Chase?" Skye le lanzó una mirada afilada. "No soy ninguna "chacha"; es un favor." Zuma, burlón, continuó. "¿Y por qué no vino él mismo?" Skye suspiró. "Porque está enfermo." "¿Entonces por qué no lo cuida Marshall? Él es el paramédico, ¿no?" insistió Zuma. "Marshall ya tiene suficiente con cubrir a Chase en sus misiones." Rubble asintió. "Ah, entonces lo haces por Marshall." Skye, exasperada, soltó un suspiro. "No, lo hago para ayudar. Solo eso." Zuma sonrió, divertido. "O tal vez lo haces porque te gusta Chase..." Skye perdió la paciencia. "¡Escuchen bien! Chase y Marshall solo son mis amigos, ¿entendido? ¡Y no voy a cambiar eso porque no amo a nadie!" exclamó, su voz llena de frustración. Los dos cachorros levantaron las patas en señal de paz mientras ella tomaba la comida y se alejaba. (No siento nada por Chase más que cariño de amistad. Mejor dicho, de hermano... y me duele verlo así, pero no quiero que piense que es otra cosa), pensó mientras regresaba con la comida. De regreso con Chase Skye entró con la comida, y Chase sonrió al verla. "Gracias por traerla, Skye. De verdad." "No es nada. Lo hago porque te quiero... como un hermano." Chase suspiró, sintiendo que las palabras se le acumulaban en el pecho. (Díselo ya), se repetía. Respiró hondo. "Skye, yo... te amo." Skye le devolvió la sonrisa, sin comprender del todo. "Yo también te quiero, hermano." "No... no, Skye. Te amo... de amor de pareja." Skye se quedó en silencio, sus ojos abriéndose con sorpresa. "Chase, yo... yo..." Chase la miraba, expectante. "Yo te amo, pero... pero no de esa forma." Skye bajó la mirada, sus palabras llenas de suavidad. "No quiero una pareja. Yo... quiero estar sola." El mundo pareció detenerse para Chase, quien sintió una punzada de dolor en el pecho."¿Qué?" murmuró, sintiéndose aún peor. Skye notó su expresión y se acercó, preocupada. "Chase, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?" Pero Chase solo pudo bajar la cabeza, ocultando el dolor en sus ojos.